Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Devendra)

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25/02/2016, 21:44
Devendra Balabhadra

- Se me pasó por la cabeza, si – afirmo a su última pregunta. Un segundo que voy a arrancar – digo mientras termino de amarrar bien el teléfono en el bolsillo, el auricular saliendo del bolsillo hasta mi oreja. Me subo en la moto y arranco el motor para que caliente un poco. - No estoy seguro de que pudiera llegar a tiempo, es decir, puedo darme un gran viaje hasta allí pero no llegaría para trabajar mañana. Me muerdo el labio pensando en qué excusa podría dar para saltarme la jornada de mañana.

- Tendría que hablar con Rania, la ayudante del director - explico en un tono más bajo, pensativo. - No debería haber problema, si les explico que es un asunto personal familiar de vida o muerte confío en que se mostraran comprensivos por una vez.
- sonrío. - Más les vale, les estoy haciendo un papelón - digo casi riéndome.

Dicho aquello meto la primera marcha y empiezo a dirigirme esta vez hasta mi casa para darme una ducha. - Tendré que ir a ver al Dr. Prakash mañana entonces, es demasiado tarde para hacer todo hoy.

- Te dejo entonces, voy a casa para preparar la mochila y llamar al trabajo – explico esperando que fuese suficiente.

Si cuelga entonces acelero sin preocuparme del ruido de la moto.

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27/02/2016, 05:02
Teléfono

En el mismo momento en que dices que su propuesta se te había pasado por la cabeza puedes notar un cambio en la respiración de tu prometida, como si la sola idea de verte le produjera una increíble expectación. Luego, conforme vas dando motivos a favor y en contra ella permanece pendiente, escuchando sin intervenir para no frenar tu discurso ni tu línea de pensamiento.

Y cuando al fin terminas de hablar, concretando tus planes en voz alta, ella responde con alegría.

—¡Eso es fantástico, amor mío! —te dice entusiasmada—. Verás cómo todo esto parece un poco menos malo cuando estemos juntos. Así me pasa a mí con todo —confiesa con un tono cercano y jovial antes de añadir unas palabras más, despidiéndose—. Ve, mi sol, yo estaré contando los minutos hasta verte.

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27/02/2016, 05:28
Narrador

A esas horas el tráfico de las calles ha empeorado con respecto al que suele haber el resto del día. La gente que sale tarde de trabajar se mezcla con los que deciden salir a tomar algo o cenar, y Mumbai es una ciudad que hierve de actividad nocturna.

Aún así la conoces lo suficiente como para saber qué avenidas evitar, y el hecho de ir en moto te permite colarte entre los coches con destreza a pesar de tu condición de lesionado.

Tu cabeza poco a poco se ha ido despejando, así que no tardas demasiado en llegar a tu casa. Hobbe está a dos horas, hora y media si vas realmente rápido, y tendrás que hacer el camino de noche. Va a ser largo y pesado. Sólo puedes esperar que merezca la pena.

Notas de juego

Por nuestra parte, según lo que hagas, puedes avanzar hasta que llegas a tu pueblo. En ese caso dinos adónde te diriges al llegar allí. :)

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29/02/2016, 21:37
Devendra Balabhadra

Al llegar a casa lo primero que hago es tratar de aclarar mis ideas: por un lado tengo la extorsión y por otro las alucinaciones. Así que cojo todos los documentos básicos así como mi cartilla no fuera a ser que por algún caso me hiciera falta, y además me hago con más fármaco para no sufrir alucinaciones. No es que esté muy convencido de sus efectos ahora que no funcionan, espero que no se trate de un placebo o alguna estratagema del doctor Prakash. Tambień me hago con una muda extra y algo de dinero en efectivo.

Ya con la mochila a la espalda me apresuro a dejar un mensaje a Rania para explicarle que me ha surgido un asunto.

“Rania soy Devendra, me ha surgido un asunto de vida o muerte y tengo que viajar hasta Hobbe para ver a mi familia. Desearía poder estar mañana por la mañana en Mumbai pero todo apunta a que no será posible. Por favor, te ruego que me disculpes con el señor Devaiah.“

A continuación meto el teléfono en un bolsillo de la chaqueta y tras ajustarme bien la mochila bajo hasta la calle para tomar la carretera. El viaje es un poco largo, cansado, aburrido pero tengo mucho en lo que pensar. Por ejemplo que toda mi vida se termina en el momento en el que ese canalla me delate, o no, ya no sé que pensar.

Al llegar a Hobbe tengo claro qué debo hacer. Envío otro mensaje a Alisha para avisarle que ya he llegado y que llegaré a su casa en un rato.

"Cariño, estoy en el pueblo, llegaré en poco. Quiero pasar antes por el templo"

Enviado aquel mensaje arranco hasta el mismo templo que visitaba de crío con mi abuelo.

Notas de juego

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03/03/2016, 12:25
Narrador

Al llegar a casa preparas tus cosas rápidamente. No es mucho lo que tienes que llevar, así que no tardas más que unos minutos. También te dispones a escribir un mensaje a la ayudante del director, pero una vez lo tienes escrito te das cuenta de que no tienes su número guardado en tu nuevo teléfono, y no es uno que te sepas de memoria, de modo que el texto se queda sin enviar.

En esta ocasión el viaje te lleva poco más de dos horas. Ya es de noche, y no puedes ir a las velocidades habituales, y más estando lesionado. La gran densidad de edificios de Mumbai no tarda en dar paso a carreteras solitarias que atraviesan pueblos y campo, algunas zonas yermas y muchas aldeas separadas kilómetros y kilómetros entre sí. En algunos tramos, sobre todo cerca del final, esa misma carretera es casi un camino de tierra, pero la conoces tan bien que eso no supone un problema.

Hobbe es un pueblo pequeño, pero aún así su localización hace que se pueda distinguir desde lejos. Hoy en concreto, siendo ya de noche, al principio lo único que se ven son algunas luces lejanas, y de no ser porque sabes que ese es tu hogar no lo diferenciarías de cualquier otro de los muchos que has pasado. La entrada una vez tuvo un cartel, pero hace mucho que o bien el clima o bien alguien se lo llevó, y nadie se ha molestado en reponerlo.

Detienes tu moto en ese momento, escribiendo un mensaje a tu prometida, y te pones en camino al templo.

El lugar está un poco apartado de la población, y normalmente el ir andando ya supone el primer paso hacia encontrarse con uno mismo y con Shiva. Lo cierto es que comparado con los que se ven en sitios más grandes, o en la propia Mumbai, es un templo realmente modesto, pero cumple su función. A los extraños a la religión por fuera les parecería algunas piedras apiladas, pero lo cierto es que no siempre fue así. En otro tiempo había sido mayor, pero las inclemencias del tiempo habían tirado algunas de las paredes. Por gracia de los Dioses, sin embargo, la sala de oración había permanecido intacta, de modo que la gente del lugar se había molestado en conservarlo, pero no en reconstruirlo.

 

De no ser por lo bien que conocías el camino habría sido complicado acercarte de noche. Allí no había luz eléctrica, nadie nunca se había planteado instalarla.

La sala de oración es subterránea, y debes descender por unas escaleras de peldaños pequeños para llegar a ella. Aromas conocidos, suaves y al mismo tiempo intensos, llenan tus fosas nasales mientras bajas a encontrarte con tu pasado, con tu presente y con tu futuro. La mirada de Shiva, tan presente y al mismo tiempo tan etérea, está sobre tus ojos y sobre tus hombros, y sólo las velas que todos los visitantes habituales han ido dejando os iluminan.

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05/03/2016, 11:12
Devendra Balabhadra

Debido a toda la carga emocional que porto sobre mis hombros en este momento, entrar al templo supone un esfuerzo mental por no sucumbir al más absoluto pesimismo. Antes de pasar me descalzo y junto ambas manos en una absoluta muestra de respeto por las tradiciones. Al llegar junto al altar doblego mis rodillas para quedar postrado antes la imagen del imponente dios.

Pasan unos minutos antes de que abra la boca y me atreva a pronunciar una oración, tan solo muevo los labios en voz baja con la mirada perdida entre la piedra.

Solía dar las gracias por todo, y más que un sentido rezo era un trámite que había hecho siempre. Pero hoy es diferente, necesito la ayuda del cielo.

- Es maravilloso Señor, tener brazos perfectos cuando hay tantos mutilados – empiezo a decir en voz alta una famosa oración. Ojos perfectos cuando tantos no tienen luz. Es bueno sonreír, amar, soñar y vivir cuando hay tantos que odian, lloran y mueren. Es maravilloso volver a casa cuando hay tantos que no tienen donde ir. Asiento lentamente empezando a sentir el valor de comunicarme con la deidad. - Shiva.

- Por favor cuída los pasos de mi abuelo, partió hace tiempo – digo y esperando que algo escuchara al otro lado. - Y préstame un poco de tu valor para afrontar la adversidad.

Cierro los ojos y respiro profundamente antes de dar el siguiente paso.

- Da paz al alma de Yamir, que encuentre descanso y no me persiga cuando desfallezco – explico sintiendo algo de miedo recorrerme. Alzo las manos apretándolas muy fuertes como si quisiera que mi rezo llegase muy lejos. Guíame de lo irreal a lo real, de la tiniebla a la luz. Suplico sin poder evitar pensar en las constantes alucinaciones que me atormentan y me impiden vivir con normalidad.

 

 

Notas de juego

Si queréis sigo y me marcho ya a casa de mis suegros.

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09/03/2016, 03:07
Narrador

La figura del dios parece contemplarte, esculpida en la pared, y durante el momento de trascendencia en que sientes tu espíritu en comunión con él, no te cabe duda de que te está escuchando.

En medio de tu rezo recuerdas a tu abuelo. Su atman estaba tan llena de bondad que su karma debía estar cerca de liberarse de la rueda del Samsara, a punto de alcanzar a Brahmá, tal vez no en esta vida, pero quizá sí en la siguiente. Pero cuando piensas en Yamir... ¿Realmente es su espíritu el que te acosa? ¿O es tan sólo tu imaginación, devolviéndote en forma de alucinaciones una culpa que no te abandona y que tiñe tu karma?

Tal vez aquel de cuya muerte te culpas haya alcanzado una existencia superior, pero a ti te queda todavía mucho que expiar para poder seguir ese camino. Sientes a Brahmá lejano entonces, muy fuera de tu alcance. Tal vez en tu siguiente vida tan sólo seas un insecto y tengas que empezar a recorrer el camino de nuevo desde abajo. O quizá cuando por fin llegue tu momento hayas conseguido purificar tu alma y puedas tener el honor de ser incinerado en Varanasi, pero en este momento eso se te antoja muy distante. Al fin y al cabo, fue tu mano la que arrebató una vida, el valor más preciado para un hinduísta. Quizá verdaderamente merezcas deambular como una cucaracha o una lechuga para poder limpiar tu karma.

Tu alma se acongoja mientras tu oración avanza y te vas haciendo cada vez más consciente del recorrido que todavía te falta para siquiera acercarte a la pureza de tu abuelo. Piensas en él y no puedes evitar pensar que no estaría orgulloso de ti. 

Sin embargo, antes de que termines de rezar, te das cuenta de que no estás solo.

Es justo detrás de ti donde está ella. No necesitas buscarla con la mirada para saber que está ahí, caminando hasta llegar a tu lado. Aún así, no tardas en mirar en su dirección y cuando vuestras miradas se cruzan puedes sentir en sus ojos azules la misma sorpresa que tú sientes. Y como sucedió con la joven que viste en la ciudad, sientes una extraña familiaridad también con esta. La certera sensación de que este es su lugar. A su lado.

Es una chica de unos treinta años, su pelo es rubio y sus facciones agradables. Va vestida con una camiseta de tirantes y unos shorts vaqueros que no dejan mucho a la imaginación. Incluso con la tenue luz de las velas del templo puedes percibir la firmeza de sus músculos, definidos de una forma que sólo el trabajo o el ejercicio intenso pueden conseguir. 

Sientes de nuevo cómo una mirada atraviesa la tuya, entrando en tu interior al mismo tiempo que la tuya entra en el suyo. Tu cerebro y tu pecho conectan con ella a través de la conexión de vuestras pupilas y te sientes como si la conocieses desde siempre, a pesar de no haberla visto nunca. Te invade una certeza, la de que puedes confiar en ella tu vida, incluso tu propia alma. Ese hilo invisible que ya conoces parece atarse también a ella, uniéndoos de una forma tan difícil de explicar como de negar. 

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10/03/2016, 12:42
Devendra Balabhadra

Después de percatarme de la presencia, miro un par de segundos al dios con un poco de reproche en mi expresión. Gracias, dedico un último pensamiento que cierre el rezo antes de prestar un mínimo de atención a la visión de otra mujer. Buscar la lógica parece inviable, me pregunto si la habré visto antes en televisión, en algún grupo turístico o incluso en los estudios. Llevo el dorso de mi mano hasta la chaqueta donde guardo el teléfono hasta sentir su peso. Nadie ha llamado, y lo peor es que no sé por qué me extraño, no iba a llamar de todas formas.

Una sonrisa se asoma por mi rostro abandonando todo pesimismo e inevitablemente dejando escapar antiguas costumbres, Las manos descienden hasta el regazo, mi postura es más relajada pero no dejo de estar postrado —de rodillas— frente a la figura de la deidad. 

La miro de reojo sin perder la sonrisa y finalmente decido hablar. Sé lo que siento, y algo me empuja a creer que ella no es como Yamir pero debo ser cauteloso.
Dado el lugar creo prudente respetar el decoro del mismo, tengo muchas preguntas pero puedo hacerlo bien.

- ¿Has venido a rezar? - pregunto dando por hecho la respuesta. - Puedes sentarte conmigo si quieres - digo cordial y ofreciendo un lugar a mi lado con un gesto de mano.

¿Y si fuera una revelación?

Tanto si se sienta como si no me presento. - Mi nombre es Devendra por cierto, me alegro de conocerte.

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10/03/2016, 14:44
Ruth Williams

Ya casi salíamos para fuera, cuando pasa algo que no me había pasado antes. Algo tira de mí, me separa del nuevo y viejo conocido y vuelve a caer sobre mi aquella pesada losa que era sensación de soledad. El agujero negro que siento en mi pecho vuelve a deprimirme y hacerme sentir miserable mientras la brisa del mar acaricia mi cara, sentimiento que dura poco. Parpadeo un par de veces al ver que no estoy en la calle, ni siquiera en casa de Dan.

Mi mirada vaga alrededor de aquel lugar, aquello parecía un templo. A mi lado un hombre está sobre sus rodillas rezando, un hombre que no conozco pero hacia el que tengo un sentimiento que ya he experimentado antes. ¿Cuántas más personas habría así? Y con así no sabía muy bien cómo explicarlo, pero sabía que ese así era un sentimiento y no un estado racional.

¿Rezar? ¿De qué coñ...

Antes de que mi mente atea le replique noto como mi cuerpo ha decidido sentarse al lado del desconocido, no colocándome sobre mis rodillas sino en posición de flor de loto. Me doy cuenta que llevo sonriendo desde que le vi, pero eso tampoco es nuevo. Estos encuentros hacían que sintiera una felicidad que rozaba el éxtasis emocional y quizás por eso luego tenía esos bajones bestiales. Aunque este encuentro era diferente, yo estaba en otro lugar que no conocía.

-Soy Ruth...- contesto a la presentación y retengo su nombre. Devendra. -¿Dónde estoy...? 

... No, esa no es la pregunta y lo sé...

-... no... ¿dónde estás tú?- digo animada, porque me sentía con un júbilo interior que podía estallar en cualquier momento. de no ser porque me doy cuenta que me he sentado en un suelo demasiado sucio. Doy un salto para ponerme de pie de nuevo, sacudiéndome el polvo de la ropa con algunas palmadas. Aquel lugar era peor que el cuarto de Dan y eso ya era decir.

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13/03/2016, 20:21
Devendra Balabhadra

A pesar de no entender exactamente qué proceso me ha llevado a esta extraña locura, termino por contagiarme de la alegría de la mujer que ha venido hasta aquí.Tanto es así que empiezo a reír un poco y negando con el rostro miro por última vez al danzante cósmico. Quiero saber más, y ya es hora de que arregle lo que me sucede en lugar de suplicar.

De igual forma que ella yo también me pongo en pie y la miro con curiosidad. - Hobbe - digo rápidamente sin pensarlo demasiado. - Estamos a unos doscientos kilómetros de Mombai, quizá eso te ayude a ubicarte - añado por si está tan perdida como la otra mujer de Yokohama. Alcé un poco las manos y señalé con respeto el altar. - Y más concretamente estamos en un templo de Shiva - enarco un poco las cejas con una sonrisa, me divierte tener que explicar este tipo de cosas. Finalmente suspiro con cierto deje de conformismo, prefiero aceptar la adversidad con media sonrisa que continuar comiéndome la olla.

Llevo las manos hasta los bolsillos de la chaqueta antes de continuar hablando. - Qué día de locos, ¿verdad? - pregunto invitándola a explicarme un poco más quien es o qué quiere. - Dime Ruth, ¿qué te ha empujado a venir hasta aquí? Imagino que debes venir de muy lejos, como ella, Rena - vuelvo a preguntar pasándome una mano por la nuca, alegre como un niño frene a algo mágico.

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14/03/2016, 15:23
Ruth Williams

Se ríe, quizás de que me levante de esa forma tan rápida por la suciedad del suelo. Vale que podría haber sido gracioso, a mucha gente que no compartía mi forma de pensar se lo parecía y también había miles de muertos por varias enfermedades contagiosas en el mundo unidas a descuidos, millones de alergias, además. Pero por alguna razón no me molesta que él lo haga, me agrada tanto su sola presencia que no puedo sino contagiarme de su risa.

Hobbe, ¿y eso está…

-… joder- me sale ante el resto de la respuesta. ¿Estaba en la India? O algún sitio similar, la verdad es que yo no era muy ducha en geografía. Ni en ciencias. Ni qué decir de lengua. -¿El templo de Shiva? Estoy en el culo del mundo- miro el altar, con aquella divinidad desconocida para mí. El gesto de mi cara debe ser de extrañeza y alegría a la vez, lo cual debe hacer una combinación muy rara de interpretar.

Vuelvo la vista a aquel hombre, de nombre complicado y que por suerte no había olvidado. -Je, de locos… ¿Tú también ves cosas?- me miro y veo el sitio donde estoy, obviando la respuesta. -Vale, sí, no me hagas mucho caso…

-¿Empujado a venir?- ¿había sentido un empuje o algo similar, no, más bien tiraban de mí. -En realidad yo estaba a punto de salir a la calle, con otro chico que…

… que se apareció a mi lado, que venía de Londres y que se atravesó todo el globo en apenas unos segundos… Explicación lógica.

Me quedé callada unos segundos, intentando llevar una conversación algo racional sobre todo esto. -No conozco a esa Rena, yo vengo de Tamarama, eso es… Australia. Oye, esto no te parece raro así que asumiré que ha pasado más veces. ¿Con Rena? ¿Eres tú el que hace toda esta mierda mística? Rezando o como sea- me embalo a hablar, enlazando conjeturas que mi cabeza soltaba y desbordaba sin más. Yo no era de contenerme mucho al hablar. -Entonces, sabrás algo de la mujer… Ya sabes, la mujer en la habitación de hotel.

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14/03/2016, 18:55
Devendra Balabhadra

El culo del mundo, ¿es así como nos ven los occidentales?

No sé como lo está haciendo pero termino creyéndome su historia. Entreabro la boca un poco y la miro fijamente, está empezando a convencerme de la misma forma que lo hizo Rena. - ¡Oh! - exclamé pero me niego a decir barbaridades en terreno sagrado. - ¿Cómo es siquiera posible? - pregunto exasperado y divertido al mismo tiempo.

- Si, veo cosas - explico tendiendo la mano en su dirección. - No pensé que fueras real, no pensé que nadie fuera real. Te invité a rezar por qué creí que eras una proyección de mi subconsciente, otra... alucinación. Sé que no tiene demasiado sentido pero si podía averiguar qué me sucedía no iba a perder la oportunidad.

¿Cómo es eso de mierda mística? Debe ser adoradora de Rávana... 

Entrecerré un poco los ojos aun sabiendo que no había maldad en sus palabras, es puro teatro. - Si, exacto, esto ya me ha pasado otras veces. Estoy acostumbrado a ver cosas... - confieso lentamente. - Y no - niego rápidamente con el rostro sin perder la sonrisa. - No soy culpable de esta locura. 

Me debato entre qué decir para confirmar las sospechas pero no sin antes responder sobre la mujer del hotel. Me coge por sorpresa que sepa quien es la mujer del hotel y no Rena. - La he visto un par de veces... Y no estoy seguro de lo que pasó... A estas alturas no estoy seguro de nada. Respiro profundamente tratando de recordar algo. - Para serte sincero me costaría describir lo que sé de esa mujer, pero parece que tu también la viste y dudo que yo sepa mucho más. 

- Entonces... ¿Van a venir a verme más mujeres? - pregunto un poco descolocado. 

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19/03/2016, 00:22
Ruth Williams

Sonrío ante su expresión de incrédulo que empieza a comprender, ¿había pasado yo por ese estado? No, creo que lo mío había ido más rápido, me había golpeado de ello y había aceptado el golpe como era. Miento, había sido algo paranoica hasta mis estándares, pero es algo que no admitiría en la vida.

Ve cosas, no personas, cosas… ¿Qué coño?

-¿No lo sientes entonces?- pregunto extrañada mirando la mano que tiende en mi dirección y que tomo con curiosidad. -¿No sientes que esto es así y que es normal aunque no lo sea? ¿No sientes que nos conocemos? Claro que soy real, aunque no sé cómo mierda he pegado este salto tan grande, tío, pero estoy segura de que esto es real…

… tan real como la suciedad que no puedo quitarme de mis pantalones…

Sigo sacudiéndolos con un gesto nervioso, mientras me dice que está acostumbrado. La conclusión que saco es que está pasando por lo mismo que yo, al menos él me lo dice desde un primer momento. El resto eran más dados a divagar, cosa que no me importaba, solo su presencia me maravillaba y llenaba de plenitud. Todas esas mierdas místicas. Y siendo místicas y que Devendra rece me hace asociar todo. -Vaya, lo mismo eras el nuevo mesías o vete tú a saber…- vale, no, él no causa esto. ¿Entonces qué lo hace?

¿Un par?

-¿¿Un par??- abro los ojos. -No lo que sabes… ¿Qué viste? ¿No la viste morir? Yo solo la vi una vez, ¿la vistes antes?- las preguntas fluyen de mí de una manera urgente, pues por alguna razón quería saber si ella seguía viva o no. La angustia que sentí en su momento sería menos de saber que no murió.

Su última pregunta hace que me ría, mucho. -¿Más mujeres? ¿Solo te visitan mujeres?

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20/03/2016, 00:31
Devendra Balabhadra

- No, no antes- explico recordando el mal trago que tuve que pasar para sortear la explosión a traves de la mujer. - También la vi morir ayer como tu - asiento repetidamente bajando brevemente las pupilas - fue horrible, pero hoy sucedió algo parecido. Apareció justo cuando rodaba una escena, me miraba... 

Prefiero no pensar mucho en ello, en cómo las llamas y restos del gigatón envolvieron su figura hasta hacerla desaparecer. 

- ¿Qué puedo decir? - pregunto pasándome la mano por la nuca con fingida timidez. - Primero fue la mujer misteriosa, después Rena, y finalmente ahora apareces tu. Y vaya, todas sois sorprendentemente guapas, ¡y eso que siempre rezo a Shiva para que traiga hombres feos y peludos a mi vida! - bromeo tratando de quitarle hierro al asunto. Nada podía hacer ya para evitar los sucesos ocurridos, tenía que mirar hacia adelante.

- Estoy deseando saber más sobre todo esto - confieso mirando de reojo el altar antes de volver a mirar a Ruth a los ojos. - Por ejemplo, ¿quien lo hace? ¿volveremos a vernos? ¿iré a veros yo? - planteo una serie de preguntas que me tienen en un sinvivir. - De... - Frunzo el ceño y pienso en la idea de Rena. - Deberíamos darnos el teléfono, por si nunca más volvemos a vernos.

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22/03/2016, 01:28
Ruth Williams

-Espera, espera, espera- me apresuro. - ¿La viste morir y hoy la viste otra vez? ¿Rodar una escena? ¿Quién te miraba? ¿De qué hablas? - me confundía con tantos datos desconocidos para mí, que además me costaban retener debido a mi habitual falta de concentración. Tanto me perturba no saber de qué habla que me doy otro par de palmadas sobre el pantalón, para limpiar el polvo remanente e inexistente.

¿De qué está hablando? ¿De qué habla? ¿Quién rodaba? ¿Es que acaso estaba en una película? ¿Escena?

Después habla de mujeres y pensándolo… Para mí había sido algo así. Habían venido a verme dos hombres, al menos físicamente. Y vaya físico. Wamai me cautivo con su naturalidad y su sonrisa y Hyun era tan recto para mis costumbres, que daban ganas de emborracharlo y ver qué pasaba con un desmadre suyo. Me miro las manos, recordando que me dejé a Hyun en la puerta de casa de Dan. -Ah, joder… Pues yo estaba con alguien ahora mismo, pero no aquí en casa… Y luego PUF aparecí aquí. La cosa es que él no había estado nunca en Tamarama y es probable que se haya perdido. Bueno no hay muchas calles donde perderse…- divago y le escucho hablar de hombres feos y peludos, ante lo que hago un gesto. Estaba demasiado acostumbrada a tratar con hombres bien depilados, cuidados y que a veces hasta me pretendían. -Oh, joder, no le pidas esas cosas a esa tal Ziva o como se llame. Menudo marrón tener que estar rodeado de eso. ¿Te imaginas tu propio harén de hombres feos y peludos?

¿Saber más? Yo en realidad quiero saber cómo funciona, lo mismo hemos inventado el teletransporte y no le estamos sacando rendimiento. Siempre quise ir a montar las olas a Europa...

Me encojo de hombros. -No sé, tío, ni puta idea de cómo funciona. Pero si quieres mi teléfono te lo doy- es cuando le dicto los números del mismo. Sin caer en la cuenta en ese momento que quizás necesite usar un prefijo internacional, pero es que nunca llamaba fuera del país.

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24/03/2016, 12:08
Devendra Balabhadra

- Me encantaría tener más respuestas, pero no puedo explicar cómo es que se me volvió a aparecer. Quizá solo la imaginase o no, no lo sé, parecía tan real...- explico relatando los hechos de que habían sucedido por la mañana. - Es por mi trabajo, soy especialista de cine. Tuve que atravesar su imagen entre explosiones de fuego - digo y mientras veo como se sacude el polvo no puedo evitar sonreír de nuevo. - No deberías preocuparte tanto por el polvo, estas en el campo después de todo - le comento tras observar su manía. - Deberías ver el Ganges, podríamos ir juntos algún día si volvemos a vernos - ofrezco con una chispa de malicia y broma.

- Shiva - la corrijo. - Es uno de los tres, una deidad muy importante en el hinduismo - le explico con suavidad y queriendo enseñarle algo más de mi cultura. - Mi abuelo solía traerme aquí cuando era pequeño, este lugar es muy especial para mi. 

Apunto su teléfono en mi marcación y lo memorizo, ¿qué sucederá si llamo? No reconozco el mismo como un número regional o nacional así que todo apuntaba bien. Hago exactamente lo mismo y le facilito mi teléfono número a número. 

¿En qué piensas? - pregunto ladeando un poco el rostro, con tono afable y cariñoso.

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28/03/2016, 01:13
Ruth Williams

Si le parecía real, era real. Es lo que estoy empezando a pillar de esta mierda...

-... entonces no está muerta- concluyo pensativa, sin saber bien qué más añadir. La verdad es que la pena me había embargado de una forma indescriptible cuando aquello pasó. Incluso un día después no me había sentido bien. Ahora me daba cuenta que había sido para nada, porque aquella mujer no está muerta. Pero sus siguientes palabras me llaman del todo la atención.

-¡¡¿Especialista?!!!- abro los ojos impresionada y no puedo evitar dar un saltito de emoción. -Eso es la rehostia, como el mejor trabajo del mundo o algo. ¿Has hecho de doble de algún actor famoso? Vamos, a mí puedes contármelo, no es que me vayan a creer si lo cuento.

Explosiones y fuego, eso era brutal.

El polvo de aquel lugar me incomoda, cosa de la que no tarda en darse cuenta. -No me gustan las cosas sucias- replico, hasta que me sugiere ver el Ganges y un escalofrío de repelús me recorre. -No, a eso puedes ir solo... Nada donde la gente haga pipí y caca- porque los ríos no eran como el mar, ¿verdad? El mar era liberador, su olor relajante y el sonido de las olas era apaciguador. Estar en el mar era suficiente para olvidarme de todo, también de mis manías.

Shiva... Ya...

-Es que creo que soy atea y eso, mi madre no ha ido en la vida a una iglesia, aunque ayuda a la caridad- era mucho mejor ayudar a los menos favorecidos directamente. Hacerlo por intermediarios dejaba una pasta en él, que podría ir al cliente. Le miro apuntar mi teléfono, pensando yo aún que ahí había un problema de prefijos o a saber.

Y lo siguiente que sale de sus labios es algo que no esperaba que me dijeran ni en un millón de años. La típica frase de parejas que no saben qué decirse. Arqueo una ceja al oírla, pero su gesto amable hace que tenga que sonreír por mi parte, apartando todo prejuicio. -Pensaba que cuando me llames lo mismo no llega la llamada, porque no me sé los prefijos- añado en un arranque de sinceridad. No es que yo fuera de pensar mierdas cósmicas ni nada eso, era una tontería. Para mí lo era.

¿O acaso espera que mi respuesta sea alguna mariconada tipo "estoy pensando en ti"? ¿Es eso posible?

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31/03/2016, 20:50
Devendra Balabhadra

Alzo un poco las cejas sorprendido tras escuchar su pensamiento, me había esperado algo más mágico debido al momento. Entonces comienzo a asentir comprimiendo los labios, aguantando una risa tonta que empezaba a hacerse cada vez más evidente. 

- Ah. Vale. Lo tendré en cuenta, es lógico... - digo asintiendo una y otra vez hasta estallar de risa. - Yo entonces estoy pensando cómo voy a explicarle esto a mi prometida, que me acosan mujeres occidentales y esbeltas - confieso tratando de contenerme pero desgraciadamente no lo consigo.

Entonces termino por encogerme de hombros y negar con el rostro con una sonrisa cariñosa. - ¡Ruth, marcaré bien el prefijo! - le comento con un tono más que eufórico y apoyando las manos en sus hombros solo un instante con una muy ligera sacudida.

- Y si te llamo, ¡si descuelgas la llamada entonces sabremos que hemos sido bendecidos por los dioses! - exclamo con alegría y acto seguido doy un par de pasos hacia atrás, choco las manos y las llevo juntas hasta mi boca como si realizara una plegaria. Inevitablemente empiezo a reírme otra vez, esta vez en menor intensidad y de manera más disimulada. - Noventa y uno es el prefijo de la India. Adelante, estaré esperando tu llamada - explico dejando ese broche final, deseando que mi voz sonase seductora y mis ojos cumplieran el mismo objetivo.

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04/04/2016, 00:45
Ruth Williams

Está prometido y piensa que le visitamos para tentarlo, o algo. O es una broma todo que no pillo. A veces no pillo las bromas más simples, pero claro, yo en confianza bromeaba con todo. Dan daba fe de eso. 

Espera, me he dejado a Dan durmiendo en su habitación...
Por irme con otro hombre, para acabar en una cueva o templo o lo que sea esto...

-Si no te he dicho el prefijo... No importa, búscalo y listo- acabo diciéndole, con ninguna esperanza por que consiga marcar bien mi número. Pero menos esperanza tengo de acordarme de todos los números que me ha dicho para que yo marque el suyo. Miro de nuevo el polvo de aquel lugar y un escalofrío me recorre. Me costaba estar rodeada de tierra y polvo que no podía limpiar. No se parecía en nada a la relajante arena de la playa, ¡aquello era suciedad! 

Se pone todo seductor y yo lo que tengo es urgencia de salir de allí. La verdad que tampoco entiendo bien cuando los hombres tratan de ligar conmigo sutilmente, y no sutilmente también. -Vale un nueve y un uno... A lo mejor no descuelgo yo, porque muchas veces estoy en el taller trabajando. Pero si contesta mi padre dile que te pase conmigo y ya- respondo rápido para salir del paso. -¿Y podemos irnos de aquí? A un sitio más limpio... Aunque solo sea un poco más limpio, pero sin polvo. Si me llevas a un sitio con pelusas mejor ni me lleves, pero si conoces otro sitio más limpio... Eso.

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04/04/2016, 18:30
Devendra Balabhadra

- Este lugar no está sucio, la naturaleza es así. Además, pasar tiempo sin las comodidades de la ciudad te hace sentirte diferente, es como volver a tus orígenes...  - empiezo a decir pensando en como acabar la frase, me demoro unos segundos hasta dar con las palabras adecuadas. Tomo aire profundamente y luego expiro de la misma manera. - Todos los elementos son vírgenes, el aire sabe diferente, el cielo es estrellado. Esta tierra es especial, significa estar en comunión con mis tradiciones y las ruinas de mis ancestros.

Cuando me habla de que si llamo lo haga a un taller me confunde más todavía, eso chocaba un poco con sus palabras anteriores. Si era uno de vehículos imagino que deberá estar más que acostumbrada a la porquería. - ¿En qué clase de taller trabajas? - pregunto con curiosidad y simpatía. Aunque resulta evidente que la idea de verla manchada de grasa y aceite es cuanto menos tentadora, quizá podía ir a verla yo algún día si averiguo algo más de este don.

Me estiro de espaldas y decido caminar en dirección a la salida del templo, con un gesto de mano también la invito a salir conmigo. Fuera estaba mi motocicleta, me fascina hablar con Ruth pero por mi bien debo de seguir con mi camino.

- ¿Te apetece conocer a mis suegros? - pregunto con una sonrisa encantadora. - Viven en una buena casa y podrás disfrutar de lujos más propios de un hotel. Te aseguro que es mejor que quedarse aquí, en este inhóspito y sucio lugar - explico con un guiño de ojo.