Partida Rol por web

Me quede mirando al ruso con una ceja enarcaday dando un trago a mi copa - No me gustan los juegos si no son entre sabanas, asi que dime mi querido ruso, ¿Que quieres? - Le digo de la forma franca en la que hablo siempre - ¿Ver que es pasar una noche conmigo? ¿Charlar con una mujer que no tiene pelos en la lengua? ¿Quedarte a solas conmigo para intentar sacarme algo mas sobre tu amigo? - Lo mire con fuego en los ojos con esa intensidad y sentimiento que me definia, volvi a dar un largo trago a mi bebida mientras el dedo indice de una d emis mano bordeaba mi escote de forma provocadora.

La franqueza de la mujer me hizo reír entre dientes, pero me tomé mi tiempo antes de contestar, evaluándola con la mirada como unas horas antes, mientras daba una larga calada al cigarrillo. Finalmente, tras exhalar una generosa bocanada de humo, contesto con una sonrisa en los labios... Una sonrisa peligrosa, de depredador.

¡Vaya! Veo que no te andas con rodeos... Pues la verdad es que, si sabes algo sobre mi tocayo, toda información será bien recibida... El pobre puede estar en problemas. - El gesto pesaroso ante las últimas palabras pierde todo su efecto cuando doy el primer trago a mi Gin-Tonic y suelto una carcajada - Pero no, no es ese el motivo por el que me encuentro aquí, eso es cosa de mis jefes... no... si no recuerdo mal, esta misma tarde nos ofreciste averiguar cuál era la fantasía de Andrei viviéndola en nuestras propias carnes... y todas esas alusiones a fantasías, cosas que no se suelen hacer si no se está de muy buen humor... un cuerpazo como el tuyo... - esta vez, la evaluación es mucho más lenta, desnudándola descaradamente con la mirada - digamos que has logrado despertar mi interés y el de mi pequeño camarada de aquí abajo.

Escuche sus palabras divertida y me incorpore poniendome a su lado, a una escasa distancia, dejandole disfrutar de mi perfuma y el calor que emanaba mi cuerpo, el brillo de mis labios carnosos, elcolor azul intenso de mis ojos...

- Y aparte de pensar en meterla en caliente conmigo, ¿recuerdas la parte de que soy extremadamente cara...? - Le guiñe un ojo con una sonrisa maliciosa - Preguntale a Florentine - Bese suavemente su mejilla - Ah... Y no se si a ti te gustaria lo que a el pero si pagas a mi me da igual, tu elijes...

El subordinado de valentín se estaba poniendo nervioso, no le gustaba esperar. - Bueno, jefe, ya pasó el tiempo ¿Quien entra ahora? - Una calada profunda termina el cigarro y lo echa por la ventana del coche.

¿Ya habrá contactado andrey con la puta?

Miro a mi subordinado de reojo, la verdad es que no lo sabia. Si Andrey la ha liado, no hay ningún signo de ello. Pero para asegurarme debería mandar a Sergey, luego ya entraría yo.

Bueno, entra tu, pero trata de no llamar demasiada atención. Necesitamos hacerlo esto sin llamar la atención de demasiada gente. – dije con voz calmada mientras comprobaba mi arma – no saques el arma bajo ninguna circunstancia, salid corriendo si pasa algo. No nos conviene un tiroteo ahora.

Ok jefe. Me tomaré un vodka a tu salud. - Dijo mientras abría la puerta del coche. Conforme la cerraba se metía las manos en los bolsillos y comenzaba a caminar hacia el club.

Vistes como hablaba con el guardia y al final, tras sacarle un cigarrillo al gorila, entró en el local como si nada.

Me acomode en el asiento mientras me fumaba un cigarrillo. Tenia que dejar pasar al menos una media hora antes de entrar, seria demasiado sospechoso que apareciera sin mas. Así que me lo tome con calma. Al rato comprobé mi pistola y cuchillo que llevaba en el cinturón. Mire el ambiente de la calle por se acaso veía algo extraño, y me dirigí al club.

Ningún problema en la calle a la entrada del club. Cuando llegastes los seguratas se lanzaron miradas de descontento. - ¿Que hacéis por aqui? Si buscas tu guarida te has equivocado. - La expresión grave de su voz indicaba enfado y ganas de liarla. Aunque parece que en verdad tenga miedo. Pues os vieron esta tarde y ahora ha visto a los mismos tres tipos rusos a la noche.

Le miro alzando una ceja con una expresión un tanto intimidatoria sin entender de que va.

Suponía que este club ofrecía un mejor recibimiento a los posibles clientes. Y no un burdo “Que haces, aquí?” – dije con voz calmada y calculadora dejándole entender que no se metía con alguien de su altura – Espero que dentro sean mas amistosas las “funcionarias” – añadí pasando de el y dando un paso hacia la puerta para ver si el portero intentaba algo, mi pistola estaba en el cinto y llegaría a ella bastante rápido. Pero no siempre había que ser tan drástico, también llevaba una navaja que le podía disuadir rápidamente, supuse.

Ahora habla el otro, uno con marcado acento hispano- ¿Clientes? ¿Y cómo sabemos que sois clientes y no gente que busca problemas? – mira al otro segurata buscando confirmación – Ya habéis venido esta tarde “los tres mosqueteros” ¿Creéis que tenemos tan mala memoria?

- Vamos a hacer una cosa, os cachemos y si no encontramos nada os dejamos pasar o… os marcháis por donde habéis venido ¿Qué me decís? – no parecían dispuestos a ceder en eso

Miro al tipo de reojo sin siquiera girar la cabeza. Luego me doy la vuelta hacia el lentamente y le miro a los ojos, poniendo una sonrisa en mis labios.

Y que tal si te fías de mi palabra de buen samaritano, y me dejas pasar? – digo con tono que deja entrever que no iba a dejar que me tocase. – Ten en cuenta que soy el mas diplomático que mis subordinados. No sabia ni que estuvieran aquí por cierto. – digo mintiéndole para evitar demasiado lio, no quería cadáveres en la puerta.

- ¿Y que tal si dejas que cumpla mi trabajo y te dejes cachear? – te dije respondiendo a tu sonrisa con otra me medio lado

Se rió por tus palabras – Ah… ¿El señorito ruso me está perdonando la vida? Ten en cuenta que no te estoy obligando, puedes dar media vuelta e irte por donde has venido… y como me cabrees un poquitín más no te voy a dejar entrar ni cacheándote, así que tu verás… - el grandullón no parecía que fuera a dar su brazo a torcer, al menos por las buenas y su compañero parecía estar a las órdenes de este

Le miro al hombre con media sonrisa dando un paso hacia atrás con precaución sin apartar la mirada de sus ojos. No me apetecía que un matón de poca monta se interpusiera de esta manera. Calculaba que mis camaradas ya habían solucionado los problemas, o estaban apunto asi que nada nos iba a entretener mas aquí.

Veamos te voy a decir lo que llevo, una 9mm y un cuchillo de combate – dije con voz calmada poniendo las manos en mis caderas. – tu veras si te quieres interponer o dejarme pasar sin mas, confiando en mi palabra que son solo para protegerme

El hombretón no era muy listo, pero desde luego que no te iba a dejar entrar armado hasta los dientes, Alberto le dice a tu compañero – Tú, pringado, avisa a Arlen

Y luego se dirige a ti – Ve encomendándote a San Smirnoff si no desapareces de aquí antes de que vuelva a pestañear – su mirada mantiene la tuya y su mano de forma lenta se va moviendo hacia la parte trasera de su camiseta ¿Qué esconderá ahí?

Viendo la situación, calcule rápidamente la distancia hacia el coche. No me iría solo desde luego, mis subordinados saldrían en cuanto notaran el barullo. Cogí el cuchillo sin mas tardar viendo que uno de los porteros iba a entrar y le lance una navajada a Alberto, desde luego no pensaba jugar a juegos de chiquitos aquí, se lo había buscado. Además esto simplemente nos beneficiaba cuando corriesen los rumores.

Tu lo has querido, idiota.

Valentín es el más rápido en actuar, saca su navaja y se echa adelante para hundir su filo, Alberto intenta esquivarlo y se lleva un corte no muy profundo en el costado - Serás hijo de puta... - exclama

Alberto saca una pipa automática que estaba medio dentro de sus pantalones y tapada con la camisa, dispara intentas evitar el tiro que te da en el hombro izquierdo haciéndote una herida de cierta de cierta consideración.

El otro segurata huye corriendo dentro del club.