Partida Rol por web

Historias de Seattle

1.2 - Reunión en Rey's Antiques

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17/08/2020, 00:01
Darren Rey

- Esta sensación... - el galope de aquel agotado músculo en su pecho se hizo por un instante, ensordecedor.

El trémulo brillo el sus labios carnosos a los que atribuía el mayor de los dulzores, el tacto de su cuerpo delicado y sensual que podía adivinar sobre el propio y aquellos ojos... Verla a ella moverse llamaba a su propio movimiento. La trémula respiración, el sollozo...

Fue una suerte que esta vez fuese ella quien rompiese el contacto, pero fue solo en parte. Seguía ahí, suplicando en silencio mientras Darren se debatía entre sus deseos y sus viejas certezas.

No estaba seguro de qué podía hacer para consolarla, pero un momento después se descubre a sí mismo acariciando con la llema de los dedos la línea desde el extremo de su ceja hasta la sien y aquí hasta el nacimiento de aquel hermoso cabello oscuro. Repitió el gesto varias veces, deslizando aquella caricia a cada pasada un poco más hasta rodear su oreja.

En ningún momento dejó de abrazarla. Sólo la miraba, ensimismado con su belleza.

¿Sabes? Creo que te tengo envidia.

Confiesa en un susurro. Aunque nada más decirlo, se arrepiente y mira en otra dirección . Buscando posar la mirada en cualquier otra cosa que no fuera ella, aunque sin dejar de acariciarla.

- Todo lo que tienes... Tu casa, trabajo, estudios... Todo lo has logrado por ti misma. Eres la persona más fuerte que conozco, Mara.

Eres asombrosa.

Para un segundo que acompaña con un beso quedo en su cabeza. El recorrido de su caricia llegaba ahora hasta el nacimiento su cuello.

Probablemente seas la persona más fuerte que conozco.

Y hermosa... - Si, y hermosa. En más de un sentido.

La primera vez que te ví ¿Sabes qué fue lo que pensé ?- Aquí se permite sonreír mientras su mano se detiene . Ni siquiera estaba seguro de cuanto de sus recuerdos de aquel día era real y cuánto era fruto de la mente de un sueño febril de un joven hiperhormonado y deshubicado. - Pensé que si una diosa como la que estaba contemplando me consideraba digno de algo más que una segunda mirada, mi vida habría merecido la pena. - Me dije "wow, que tía más rara. A ver cuánto tardó en espantarla."- en tono claramente jocoso- Y después decidiste quedarte - Su gesto era tierno cuando se atrevió a mirarla de nuevo. 

Haría... Lo que fuese por ti. Y eso incluye compartir el peso de tus secretos... O tus silencios. Decidas lo que decidas, contármelo o no - La estrecha un poco más , haciéndose eco de todo lo que no se atrevía a admitir mientras retomaba aquel gesto que pasaba desde el inicio de su pelo ahora hasta el hombro - Estoy a tu disposición . Aquí . Contigo.

Sigue acariciándola, casi meciéndola con un mimo sin apuro.

 

Notas de juego

Móvil. Disculpa las más que probables erratas

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17/08/2020, 10:27
- Director -

Grend salió por la puerta trasera, dejando a la pareja con sus cosas de jóvenes en el interior. Cuando estuvo en la calle, recordó el mensaje que Adrian envió a Mara, diciendo que había un tipo vigilando el acceso a la tienda desde la cafetería de la esquina de al lado. ¿Estarán vigilando también la salida posterior?

Echó un vistazo por el estrecho callejón y no vió a nadie, aunque seguramente eso cambiara si volvía a la calle principal. No tenía prisa en decidir qué hacer, pero tenía demasiadas cosas en la cabeza como para desperdiciar su tiempo en la puerta trasera de una tienda.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Atención

Habilidad: Bueno (+3) (3)

Dificultad: Competente (+2) (2)

Tirada: [0] [0] [1] [1] = +2

Resultado final: Excelente (+5) (5), Éxito

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17/08/2020, 22:42
Mara Wright

Mara se debatía en una lucha interna con sus propios demonios, esos que la habían llevado a sus brazos, y Darren podía sentir cada pequeño e imperceptible cambio en ella contra su cuerpo. Su cálido y acogedor cuerpo.

El placentero cosquilleo que acompañaba a la caricia de las yemas de sus dedos lo abarcaban todo, negándose así a abandonar esa intima cercanía entre ellos, negándose a renunciar a sus largos dedos de pianista deslizándose suavemente por entre los rizos de su cabello. Ya no escondía el rostro contra el pecho de Darren, ahora descansaba sobre él escuchando la cadencia de su respiración, acompasando la suya propia a la de él. Y el agarre, antes fiero, de sus manos a la espalda se iban relajando.

«¿envidia?» frunció el ceño y luego alzó una ceja escuchando su explicación perdida en la entonación de su voz de barítono que reverberaba bajo su oído.

Tomo aliento para replicarle pero llego ese inesperado eres asombrosa, seguido de ese beso haciendo que un repentino calor ascendiera por su cuello hacía sus mejillas y que los estrepitosos latidos de su corazón amenazaran con atravesar su pecho y chocar con el de él.

Pudo ver la sonrisa de Darren al rememorar su primer encuentro aún si verle a la cara, ella también sonrió y finalmente, en ese ambiente más distendido, intimo y cercano, se animo a separarse lo justo para poder verlo a la los ojos.

-fue a hablar el bicho raro – le devolvió la sonrisa de labios y mirada – te recuerdo quien venía día tras día a ver la “tullida” - Una mirada de pestañas humedecidas ¿había llorado? No, siendo Mara habría retenido las lagrimas hasta que estas habrían tenido que retroceder por pura obstinación. Pero sonreía, más relajada, más Mara.

-Lo sé – respondió a su declaración, volteando ligeramente su rostro para retener la caricia sobre su mejilla cerrando los ojos – gracias...- al tiempo que volvía a abrirlos y posarlos sobre él, una de sus manos se deslizo de la espalda de Darren, sin romper el abrazo, pasando a alcanzar su cuello acariciando la curvatura de la mandíbula con el pulgar - sabes que es reciproco ¿verdad? Siempre estará aquí para ti – declaro con seguridad en esos expresivos ojos, que seguían bañados por la ternura del momento sin dejar de sonreír – es curioso...todo eso que has mencionado, si lo tengo es solo por ti – dejo escapar una leve risa – porque tenía envidia de ti

«Mentira. Lo tengo porque quería demostrarte que podía valerme por mi misma, que no te necesitaba para cuidar de mi misma...hasta que cruce la puerta de esta tienda y vi la profundidad de tu mirada...el como la había echado de menos y ¡maldita sea! Cuanto te había necesitado todo ese tiempo...¿por qué? ¿por qué me dejaste atrás como...? ¿por que dejaste de llamar...de escribir?*...vamos pregúntaselo...eres patética...»

-tenía envidia de la libertad que tenías, tu independencia...llevabas tu propio negocios y tenías tu propia vida...yo – se encogió de hombros dejando decender su mirada junto a su mano para quedar sobre la solapa de su chaqueta – no quería quedarme estancada en el orfanato como otros antes, que por miedo a acabar en la calle – un escalofrió acompaño a esas palabras – se quedan trabajando allí – volvió a mirarlo tan sereno, disfrutando de la manera en que la sostenía contra él con esa delicadeza; dejo escapara un suspiro involuntario – nunca podre agradecer lo suficiente que aparecieras en mi vida, porque por ti soy lo que he llegado a ser – por un momento calló, había dejado aflorar un torrente de sentimientos guardados que no sabía si era el momento pero con ellos no se sabía cuando sería eso, así que los dejo fluir a ver donde les llevaba – no soy fuerte...más bien obstinada, porque esa fuerza que me otorgas la obtengo de vosotros, sois mi familia, sois vosotroseres tú los que me hacéis sonreír cada día y disfrutar del presente «y tú eres una constante en mi vida, en mi pasado, mi presente y mi futuro...no puedo...no quiero perderte» bajo la mirada de nuevo con la preocupación en ella – es por eso que...- cerró los ojos con fuerza, aprentándo los labios hasta que formaron una fina linea blanca antes de humedecerlos – tengo miedo, Darren- volvió a conectar sus pupilas a las de él, se mordió el labio, tomo aire y lo dejo salir – siento...siento que os he puesto a todos en peligro...que estoy en el ojo del huracán y que de un momento a otro me va a arrancar del suelo arrastrándoos a todos conmigo...si no hubiera acudido a la llamada de Merrick...tú habrías tenido un día raro, con una transacción cerrada al día siguiente sin otras preocupaciones y con la anécdota de un par de clientes raros y...un gato arisco al que ignorar...pero ahora...- el nudo en su garganta volvía a formarse al mencionar al gato, sintiendo como todo su cuerpo volvía a temblar – todo se ha complicado.

Pese a conocerla tan íntimamente como lo hacía, Darren nunca sería capaz de predecir sus reacciones totalmente, o de poseerla por completo, y por eso le gustaba tanto. Mara solo obedecía a su propia naturaleza y voluntad, estando fuera del control de cualquiera. A veces escapando del suyo propio.

-Darren...-volvió a hablar tras un minuto en silencio – prometeme que todo estará bien...no...olvida eso, es muy egoísta...prometeme que cuando todo esto termine...nos iremos unos días a la montaña...solos tú y yo...¿sí?

Notas de juego

*por lo que habíamos hablado, creo recordar que habían mantenido el contacto un tiempo pero imagino que cuando se sumergió en esa busqueda de su padre y la siguiente depresión, que ella desconoce, sería cuando perdieron el contacto poco a poco. Si no es asi corrigeme ^^

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18/08/2020, 00:10
Darren Rey

Algo más controlado, Darren se dejó llevar por el vaivén de emociones de la contraria, observándolo en su caleidoscópica belleza mientras iban pasando una tras otra.

Había intentado confortarla, pero tampoco esperaba aquello. Demasiados detalles. - La culpa es tuya - Le recuerda la insidiosa voz - Pero yo podría resolverlo. - Si, esa era la salida fácil. Dejar al otro a sus anchas para no pensar, y más que probablemente... acabar con la imagen de aquellos ojos heridos, taladrándolo de forma acusadora. En otras circunstancias no le hubiera importado demasiado, pero lo que tenían entre manos era demasiado serio para jugársela, así que a pesar de su malestar...

Al menos... aquella tullida tenía uno o dos buenos insultos para añadir a mi repertorio. - Intenta recuperar la sonrisa con con aquella mentirijilla descarada. 

- ¿Y tú envidia de mi? - Las razones que enumera le hacen negar en un gesto marcado por la incredulidad, pero no la interrumpe. Lo que vino después fue peor. Familia

Mara tenía la capacidad de dar en el clavo a veces de una forma dolorosa y sorprendentemente precisa - Tu familia se veía muy feliz de haberte recuperado - En cambio, yo solo te tengo a ti - y a miSonríe de nuevo, pero no se parecía en nada al gesto anterior. Nada hubiese delatado el aguijón de no ser Mara la que lo observaba. Aún así, cuando sigue hablando lo hace de forma conciliadora. Sin prisa ni angustias. Como si hubiese dado un paso atrás en el interior de sí mismo y aún sin pretenderlo sus manos perdiesen temperatura.

- Mara, no nos has puesto en peligro - prosigue con la firmeza de quien cree en lo que habla. - Para mi es un cliente. Solo un cliente. Ninguna de las decisiones que hayas podido tomar o tu presencia ha alterado el flujo de esta transacción. - por ahora

Y más allá de eso, tengo una posible llave para liberarte de ese yugo que tanto te preocupa. 

Para que funcione necesito aquí a AuFae. Y a Grend lo más lejos que me sea posible. Si su actitud fuese otra, esto podría haber cambiado.

Nadie tiene por qué salir herido y nadie tiene por qué lamentar nada. 

Y solo por la posibilidad de que sea tu hermano estaría dispuesto a escuchar si tiene buenas razones para no querer que le venda el libro a mi cliente. Por ahora no he hecho nada para desafiarlo, al contrario que el mago. Y no necesitaré hacerlo. 

Soy un hombre de negocios. Sus guerras no me conciernen.

De modo... que cuando regrese Raymond, te protegeremos en la medida de nuestras posibilidades. Si queda tiempo, lanzamos ese dichoso encantamiento de búsqueda - Si es que funciona - Dejaré en tus manos y en las de él la persecución de ese hilo mientras yo me encargo de lo que tengo aquí. En la tienda. No me puedo ir. Estoy protegiendo algo y puede que me lleve toda la noche.

​​​​​​

Entonces sí logra sonreír un ápice, recuperando calidez su mirada - Un plan en la montaña... suena bien. - se inclina para dejar un beso en su frente - Todo va a salir bien. - miente.

Notas de juego

Todo encaja, en efecto :)

Sólo añado que probablemente en el período de la búsqueda obsesiva también se estaba alejando.

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18/08/2020, 13:29
Mara Wright

-ese repertorio a aumentado..así que no me obligas a usarlo – bromeó más risueña

Dejaba atrás el malestar que la acompañaba, o trataba de hacerlo, gracias a la palabras reconfortantes de su amigo. No había calado su mentira, o tal vez en su intimo conocimiento del otro había visto que enmascaraba la verdad, dejando ese secreto que ocultaba solo para ella. Porque ¿como podía alguien tan abierto como Mara tener tantas inseguridades? Imposible ¿no? Imaginaciones suyas.

-Darren...- al hablar de su familia pudo ver el dolor reflejado en la mirada de Darren, que inmediatamente baño la suya al darse cuenta de ello

La mano a la espalda de él había descendido hasta posarse a la altura de su cintura, casi a su costado, no queriendo romper esa unión en forma de cáliz que formaban sus cuerpos mientras seguían perdidos en la mirada del otro.

Los ojos eran el espejo del alma, nadie mejor que ellos para saber eso, pero lo que en ningún momento pensó Mara es que podría ser más peligroso el poder verlos sin ese velo. Perdida en esa profundidad que anhelaba cada vez que estaba lejos de ellos.

Ambas manos ascendieron hasta tomar el rostro del anticuario con suma ternura.

-pero no tanto como feliz me sentí de volver a verte el día que entre por esa puerta – sus pulgares dibujando círculos sobre la incipiente barba de final de semana de Darren pretendían ser una caricia que apaciguara lo que cruzara por su mente – eres la familia que yo he escogido, los quiero por supuesto, pero no serán nunca la mitad de importantes de lo que tú eres para mi - «¿acaso no lo ves?...¿acaso no me ves?...»

Se empieza a distanciar, lo siente en el aire entre ellos, algo se enfría gradualmente aunque parece tan calmado y contenido como siempre. El pecho de Mara se eleva ante una profunda respiración que llena sus pulmones, expulsando el aire lentamente, conteniendo pequeñas briznas mientras lo escucha serena. Sus manos descansan ahora sobre sus hombros, dándole cierto espacio pero dejando claro que no va a dejar que se aleje sin prestar resistencia.

Asiente, reconfortada por sus palabras, aunque sigua carcomiéndole por dentro la culpabilidad pero confía en él. En que no le dirá lo que quiere escuchar solo por tranquilizarla. Si tenía que ser crudo y directo, hiriente incluso si la situación lo requiere, no se iba a contener, sería honesto con ella. Y ella lo sería con él.

«¿una posible llave?» ladeo la cabeza tratando de seguirlo sin interrumpir.

-tu ocupate de Au Fae...Grend es cosa mía...- dijo con sencillez - se que estas molesto con él y lo estarás largo tiempo pero...- se humedeció los labios, consciente que se metía en la boca del lobo al defender a Grend – se que ha cruzado los limites en su actuación con Adrian y no lo estoy perdonando...- dejo escapara un suspiro quedo bailando su mirada en busca de la mejor manera de expresarse – pertenece a otra generación y ve las cosas desde un pragmatismo algo...bastante arcaico pero – sus manos volvieron a tomar el cuello de Darren – se – remarco la palabra para que fuera consciente de la seguridad de sus siguientes palabras – que se preocupa por ti, más de lo que aparenta...cuando le comente nuestra conversación y lo que había sucedido, su única preocupación, como la mía, fue comprobar que todo estaba bien...aunque tu me lo hubieras asegurado...lo siento

Respiro pausadamente, resignada a que tratar con magos podría no ser tan sencillo como le había parecido hasta ahora, siempre se los habían dibujado como arrogantes, egoístas y desconfiados, y aunque Grend a veces era un tanto petulante se le veía un hombre con buenas intenciones. Esperaba que siguiera siendo así, a pesar de haber desafiado al shide según las palabras de Darren. Mientras su preocupación por él siguiera siendo tan genuina como la sentía, y no volviera a vulnerar a ninguno de ello como había hecho con Adrian, seguiría respetándolo.

-de acuerdo– asintió finalmente al plan que tenía, ignorando cierto comentario del que deducía había algo más detrás pero ahora que estaba más centrada y calmada no quería excederse – eso haremos entonces – sonrió

Sonrisa que se amplió ante la aceptación de sus planes de escapada, reconfortada por la calidez de la mirada de Darren.

-suena genial – llego ese beso y esa mentira

Mirándolo unos instantes en silencio, consciente que el momento de intimidad estaba llegando a su fin, decidió tomar una última ventaja sobre este. Con estudiada lentitud, como si temiera que huyera como un cervatillo si se hacía un movimiento extraño, se alzo sobre las punta de sus pies, ayudándose de sus manos sobre los hombros de Darren para estirarse cual larga era y alcanzar su altura.

-Mientes fatal – sonrió y por un momento, en el que paso de mirar a sus ojos a su labios, estuvo a punto de besarlos pero finalmente se desvió besando su mejilla, un beso en el que se regodeo ligeramente – pero gracias por el esfuerzo, mi caballero de brillante melena – añadió en tono jocoso abrazándose a él

Casi se podía escuchar como contaba mentalmente los misisipis que duro el abrazo, hasta siete alcanzó, antes de separarse y tomar distancia. Solo la que sus brazos les otorgaba. Lo observo, sonrojada, curiosa, estudiando sus facciones hasta detenerse en su pelo desgreñado.

-ven...siéntate y te volver a recoger el pelo que tienes el moño todo espelurciado

Notas de juego

Había un par de cosas que me chirriaban un monton al releerlo y he aprovechado a editarlo...espero no ver naaaada más

 

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18/08/2020, 17:25
Raymond Grend

Grend salió un tanto malhumorado de la sala. Si antes sospechaba de que Darren supiera la dualidad de Adrian-Au, ahora lo tenía claro. Lo que le sorprendía es que Mara no lo supiera viviendo juntos.

¿A qué juega ese fey?
Bueno. Creo que su propia naturaleza responde a la pregunta. Pero si no es capaz de ver la seriedad de la situación desde luego no es tan amigo de ella como pensaba. Y va listo si cree que voy a llamarle o disculparme.

Soberbia. Por supuesto. Tampoco es que haya muerto nunca nadie por ella ¿verdad?

Ese pensamiento que se coló por su mente dejó clavado al mago en la entrada de la tienda. Tardó bastante en reaccionar.

Mierda.

Cogió el posit que le había dicho Darren y salió fuera de la tienda. Se acordaba de que habían dicho que en la cafetería de enfrente había alguien que quizás les estuviese vigilando. Lo cual no le importó lo más mínimo.

Bueno. Con un poco de suerte tratará de molestarme.

Mientras cruzaba el viejo mago rememoró una época no muy lejana en que él mismo pasaba tiempo en esa misma cafetería vigilando la tienda y a cierto joven que la regentaba.

El destino tiene una forma muy cachonda de reirse de uno. En fin, si no recuerdo mal había un teléfono público. No sé si seguirá funcionando.

Notas de juego

Cojo el posit y voy a la cafetería a por algunos cafés. A ver si además veo al tipo que según Darren lo vigilaba, que ya me acordaba de que estaba ahí y por eso también decidí aprovechar a ir.

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18/08/2020, 18:26
Camarera

Una alegre muchacha se acerca a atenderte.

— ¡Buenas tardes! — dice con una inmejorable sonrisa que te hace desear ser unos años más joven. — ¿En qué puedo ayudarle? ¿Desea una mesa? — pregunta, dispuesta en caso de negarte a acompañarte a la barra. — Hoy nuestro cocinero ha preparado unos exquisitos croissants. ¡Ya quedan muy pocos, pero si le apetecen le reservaré alguno!

Miras a tu alrededor y no te cuesta localizar junto a una ventana al hombre del que te enseñaron la foto antes, vestido con un elegante traje gris. Te mira de forma casual y, discretamente, se lleva una taza a los labios. Unos segundos después, mientras vuelve a mirar por la ventana, coge su teléfono móvil y toca un par de veces la pantalla antes de llevárselo a la cara.

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18/08/2020, 19:06
Darren Rey

Parpadea reteniendo la mano de Mara cómo si estuviera a punto de decirle algo antes de que ésta pudiese empezar a arreglarle el pelo. Ahora sólo era una melena suelta a la que no prestaba atención ¿En qué momento había desconectado? Lo ultimo lo recordaba. Como otras veces le tocaba disimular mientras reconstruía hacia atrás las últimas palabras de ella... Y propias.

Suelta su mano y niega - Disculpa... - suspira, separándose de la mesa en la que había estado apoyado y tomando asiendo mientras notaba aún el pulso acelerado y la garganta palpitando.

No miento mal. Lo que pasa es que tienes la mala costumbre de no creerme. Como aquella vez que... - el relato era corto. Algo sobre un casi-atropello del que no recuerdas que te previniese. Pero daba igual, en algún punto la mente de Mara había dejado de procesar las palabras de Darren, centrada en domar los rizos de él en un moño. Ninguno de los dos tenía prisa porque acabara.

... Y en cuanto al señor Grend. - Cambió si relato permitiendo que Mara reconectase. - Lleva muchos años por aquí. Me he acostumbrado a tenerlo cerca. Pero es cierto que a veces tiene cosas de anciano. Siempre el mismo local, siempre la misma bebida y la misma partida de ajedrez con la misma gente. ¿Sabes lo que quiero decir? - La postura de Darren es un tanto desgarbada en la silla. Como cuando podían encontrar un hueco alejado del trabajo y solo les apetecía estar, sin hablar nada en concreto. Las caricias en su pelo tenían un cierto efecto sedante, se demorase ella lo que quisiera demorarse en soltar nudos imaginarios antes de rematar la faena.

No es como si le fuese a guardar rencor toda la vida, pero tampoco puedo estar conforme con su falta de confianza hacia mi y la ofensa a Adrián. 

Y si al final de todo esto se ve obligado a encontrar otro local en el que jugar al ajedrez, pues que lo haga. Cambiar las rutinas no mata a nadie. - Escuchándose a sí mismo, se da cuenta de que debía sonar un poco infantil, y por ello vuelve a erguirse en la silla. - Pero eso no significa que vaya a prohibirle la entrada...

En cualquier caso, mi opinión no es lo que motiva esa decisión. Y necesitaré algo de tiempo para convencer a mi contacto de que nos ayude.

Pero lo hará.

 

Entonces se quedó callado. Como en esas ocasiones en las que era Mara la que caía presa de las emociones y necesitaba un minuto para recomponer lo siguiente que quería decir.

Al final se había acordado. La razón por la que se había ido hacia dentro, alejándose del presente y dejando al otro explicar los planes comunes. 

¿Qué...? - con tantas vacilaciones Mara debería estar pensando lo peor - No, no importa - Ese Algo se sigue agitando. Un recuerdo. Un estallido en el que hubiese querido besarla dejando la prudencia en el quinto infierno y decirle... Decir...

-Suerte que ahora no podemos verla - Pero se rellene, toma una de las manos de ella que tanto adoraba y sin mediar palabra se gira un poco en la silla y se la lleva a los labios. No se apresura en separarse. Sólo necesitaba un segundo más de aquel contacto en el que mantenía los ojos cerrados sin lograr echar cierre a la emoción tardía que lo embargaba. Un último laudo agonizante de lo que sabía que no podía permitir que sucediera. 

- Gracias - Murmura sin mirarla - Por tu afecto, por tu atención, por ser parte de mi vida. Gracias por quedarte a mi lado - Suaviza una vez más el gesto al separarse, levantándose recompuesto - Tengo una peluquera fantástica. Gracias. - No era lo que quería decir. Ambos lo sabían ¿Pero qué importaba? - En lo que el Sr.Grend tarda en regresar, podemos preparar el sótano para los dos rituales. 

¿Te quieres adelantar y comprobar que no se quedase todo muy lleno de cervezas vacías de la última vez que nos quedamos abajo?

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18/08/2020, 19:46
Raymond Grend

Mmmm. Perfecto. Venía a por algunos cafés para llevar, pero creo que me tomaré uno aquí ahora, un café con leche y con un croissant, ya que me lo recomienda.
Estaré ahí mismo si no es molestia.

Señaló a la mesa al lado del tipo que les vigilaba. Y cuando la camarera se fue con su pedido se entó lo más rápido que pudo sin demostrar urgencia, y a medida que se acercaba el mago expandió su aura antitecnología lo que pudo para afectar al teléfono del tipo.

Notas de juego

Pues eso. Que me siento y hago lo posible por joderle el teléfono.

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18/08/2020, 23:56
Mara Wright

Miró a Darren con extrañeza, tal vez expectante a que aquel gesto escalara atrayéndola de vuelta a sus brazos y...Ladea la cabeza sonriendo como si nada hubiera ocurrido cuando él se disculpa y toma asiento.

Se entrega a la tarea, perdiéndose en la historia. Sus dedos se manejan con maestría mimando la cabellera de Darren, deslizándose desde la nuca sobre su cuero cabelludo. En ocasiones acariciando con las yemas, en otras con las cortas uñas provocando pequeñas descargas en forma de escalofrió que le erizaban la piel. Sin prisa alguna por acabar de afanaba en peinarlo.

-no te muevas, que no he terminado – le soltó sonriente, dando un suave tirón a su melena, cuando se irguió en el sitió – si...se lo que quieres decir – si su intención era añadir algo de lo que pasaba por su cabeza no lo hizo, se lo guardó para sí y continuo con lo que estaba haciendo.

Sonrió para sí cuando parecía que se “ablandaba” un poco en el asunto del mago, pasando a preguntándose porque tendría que convencer a su contacto de ayudar. Quién deducía que se trataba de Au Fae, que le había ayudado antes que Adrian llegara a la tienda. Pero no le dio muchas vueltas, a penas lo conocía de un par de encuentros, además Jade no soltaba prenda sobre él, y de las dos era la que mejor lo conocía.

-una vuelta más y...listo – anunció terminando finalmente - ¿si? - pregunto ante el balbuceo de Darren que parecía ser el comienzo de una pregunta - ¿esta muy tirante? - se intereso con intención de aflojar el recogido cuando el tomo su mano

Su corazón sufrió un vuelco al sentir los labios de Darren en la palma de su mano, retenida cuando necesito sintiendo como una corriente erizaba su piel según le ascendía por el brazo. Contuvo el aliento en una inspiración repentina que se quedo cortada por esa sensación, recordando como se respiraba cuando él la soltó y se puso finalmente en pie.

-un...placer – replico con la garganta repentinamente seca, sintiendo que se había perdido algo

No perdonándose haber seguido su instinto, dejándose llevar por el momento y...Cerró los ojos, volvió al presente. «Deja de fantasear despierta que no va a pasar nada de eso...»

-pero bueno...- puso los brazos en jarras con los puños cerrados sobre las caderas en poste indignada – no se que se habrá creído señor Rey – comenzó burlona – pero yo recojo los residuos a mi paso – estrecho la mirada sobre el divertida antes de recoger sus cosas – de acuerdo...os espero abajo – accedió a la tarea que le encomendaba

Pero antes de hacerlo, retrasando el momento de abandonar su compañía, reviso su teléfono enviando un par de mensajes que aún tenía por responder.

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18/08/2020, 23:59
Mara Wright

Whats app a Adrian:

No es mala idea jejeje lo tendré en cuenta ;)

Les mostré la foto a ambos, y estamos alertados. Gracias.

Te avisare cuando salga, tomare un taxi si hace falta.

Gracias. ¿como vas? ¿más calmado?

Siento mucho lo que ha pasado...ojala te replantees lo del trabajo...pero es decisión tuya.

xoxo

Notas de juego

Seguro que ya ni te acordabas del mensaje que tenía sin contestarte XD

Pues por fin Mara a mirado el teléfono ^^

Aprovecha que ahora se va al sótano y adios cobertura XP

BBB: pongo el mensaje sólo para ti, que Adrian ya lo tiene en su escena. No le escribas directamente si no estáis jugando los dos en la misma escena, por favor

Oki. No sabía si seguís por aquí a lo suyo o no. La próxima si hay duda te lo dejo y ya se lo haces llegar ^^

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19/08/2020, 09:14
Darren Rey

-Por supuesto, por supuesto, señorita Wrigth. - Prosigue con la broma con una elegante inclinación que recordaba a los caballeros de las películas del siglo XVIII - Jamás dudaría de usted. 

Aunque lo cierto era que el trocito habitable de sótano no estaba lo que se dice, ordenado...

Cuando Mara decidiese bajar, podrá ver un entorno ya por ella de sobra conocido.

Un espacio salpicado de vigas de soporte tan grande como la tienda en sí misma y principalmente vacío. 

Junto a la escalera hay un sofá desvencijado al que le faltan las patas. Probablemente hubo que quitárselas para bajarlo por el estrecho hueco de la escalera. Sentarte ahí implica automáticamente sentir cómo te hundes en un cojín de comodidad. A pesar de lo viejo que está, no dan ganas de levantarse. A su alrededor hay diferentes puf y cojines bajos demasiado deteriorados como para venderlos como antiguedad, o que en su día simplemente a Darren le apeteció quedárselos.

Los únicos aparatos electrónicos de allí abajo son una nevera pequeña llena de botellas, una televisión vieja con un reproductor de VHS y las bombillas del techo.

El suelo parece tapizado con restos de tiza, carbón y otros restos de decenas de círculos mágicos sin poder. Restos de hechizos, la mayoría de hace años, con los que es fácil suponer que Darren anduvo practicando en algún momento. Hoy, la mayoría son un borrón o resultarían ilegibles. 

De hecho, los más recientes los reconoces como propios. son parte de las prácticas de los dos, cuando Mara necesitaba ensayar con sus dones y Darren se ofreció... no sin garantías. 

Las pareces de los extremos en ocasiones están salpicadas de agujeros. Como si Darren hubiese estado practicando tiro con arco, o algo así. Pero no hay ningún arco a la vista. 

Y si, hay latas de cerveza de la última vez que Mara y Darren estuvieron allí. ¿Cuando fue? ¿Cuando Darren trataba de animarla tras su ruptura? ¿Un día cualquiera en el que practicaron y después se quedaron viendo pelis? ¿O tal vez se traró de otra cosa?

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19/08/2020, 09:20
Hombre vigilante

Grend se acerca a la mesa y escucha la conversación del hombre.

— Sí, aquí... — Se calla un momento escuchando. De acuerdo, adelante... ¿Hola? ¿Hola?

Según se aproxima, los móviles empiezan a perder cobertura, pero el suyo en particular se queda completamente tostado. El mago ve cómo el tipo se queda mirando la pantalla y pulsa repetidamente uno de los botones laterales.

— ¡Joder! — Exclama, lo que le granjea una severa mirada de reproche de una anciana un par de mesas más allá y de un hombre que comparte un par de croissants con dos niños, probablemente sus hijos.

Se gira para buscar a la camarera y la ve a tu lado, lo que hace que te dedique una nueva mirada.

— ¿Me trae la cuenta, por favor? — Pregunta. La chica asiente con una sonrisa mientras te acompaña a la mesa y empieza a tomarte nota. — Déjelo... Cóbrese de aquí — Dice el hombre dejando un billete de veinte dólares en la mesa, pisado con el plato de la taza de café y levantándose para ir hacia la puerta.

- Tiradas (1)

Motivo: Disciplina

Habilidad: Excelente (+5) (5)

Dificultad: Competente (+2) (2)

Tirada: [1] [-1] [-1] [0] = -1

Resultado final: Grande (+4) (4), Éxito

Notas de juego

Vale, eso es un maleficio deliberado: intentar forzar tu interferencia con la tecnología con un cacharro en particular. Para eso sencillamente tienes que acumular poder dependiendo del cacharro que quieras gafar. En el caso del móvil del tío, es último modelo pero hoy por hoy no es una tecnología nueva (hace 8 ó 10 años sí lo habría sido, lo que implicaría una dificultad 1), así que lo dejamos en 2. Si hubieras tirado tú igual habría algún riesgo, pero haciendo yo la tirada, es complicado sacar un -4.

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19/08/2020, 09:25
Darren Rey

En cuanto Mara salió hacia el sótano, el anticuario se queda aún un segundo más observando el hueco de la escalera por el que acababa de desaparecer. - ¿Qué acaba de pasar? - No necesitaba que el otro le respondiese, y no lo hizo, aunque casi podía sentir que le hubiese gustado reírse. Se encoge de hombros, decidido a retomar su intención inicial.

Cabía la posibilidad de que Grend estuviese en el bar, o sus alrededores, hablando con Adrian. Eso, con suerte. 

No podía hacer mucho más de lo que ya había decidido, y para lo demás... el tiempo diría.

Darren lanza un vistazo hacia fuera, repasando la calle arriba y abajo desde el otro lado del escaparate, y se detiene un segundo más mirando hacia la cafetería.

Mientras no viese allí nada alarmante, ni al propio Adrian, retomaría su intención inicial y llamaría a este último por teléfono.

Notas de juego

Para cuando coja el teléfono, si es que lo coge:

Hola Adrian. ¿Cómo estás?
Puedes hablar?

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20/08/2020, 13:25
Raymond Grend

Raymond tiene que aguantarse para reprimir una sonrisa, aunque enseguida recuerda loq ue está en juego y ya no es tan dificil hacerlo.

Vaya. Que prisas que tiene la gente. Todo el mundo igual. Corriendo de un lado para otro. Al menos ha dejado buena propina, si es un habitual les saldrá a cuenta.

Sonrie a la camarera por si esta le confirma alguna cosa. Aunque en realidad es igual, tampoco va a poder seguirle. Y no es por ganas porque lo cierto es que sí que parece que haya algo sospechoso en ese tipo, pero lamentablemente tiene cosas más importantes que hacer.
Lo que le recuerda el posit azul con el teléfono que supone de Adrian.

Sopesa por unos momentos qué hacer y finalmente se acerca a la camarera.

Perdón, pero no tendrán por casualidad teléfono público ¿verdad?

Notas de juego

Pues por supuesto es porque has tirado tú. Que yo la cago.

En fin. Que me sabe mal no poder seguirle, pero necesitamos arreglar lo de Mara. A ver si me lo encuentro más adelante y ya puedo hacerlo.

Obviamente no van a haber cabinas ni nada parecido, que estamos en el 2020. ¿Cómo hacen los magos para llamar hoy día? Hasta los teléfonos fijos son inhalambricos.

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20/08/2020, 18:28
Mara Wright

Asegurándose el bolso al hombro puso el móvil a buen recaudo en su interior, apagado, dirigió sus pasos al acceso que daba a las escalera del sótano. Se detuvo en el quicio de la entrada y se giró a Darren sonriente, reteniendo un pensamiento por un instante antes de sacudirlo junto con sus espesos rizos y desaparecer en su descenso a la oscuridad.

«¿No podía ser un poco más fácil?» bajó las escaleras comenzando así su particular monologo interno «hmm...como si yo lo fuera...» suspirá encendiendo la luz alcanzando el piso del sótano «Bueno...entonces has escogido seguir en este carrusel de cimas brillantes y valles oscuros...luego no te arrepientas de tus elecciones»

No hubo sorpresas en lo que encontró allí abajo. Dejó sus pertenencias sobre el cesto de mimbre junto al sillón, el cuál había traído al comienzo de sus andanzas con sus dones y contenía un par de mantas un par de mantas mimosas al tacto para esas noches frías en las que se habían quedado hasta tarde. Después se dejo caer todo su peso sobre el viejo y desvencijado sillón dejándose arropar por su conocida comodidad.

-mmm...que maravilla...- murmuró estirándose cuál gato en los esponjosos asientos, hasta que giro la cara y calló un exabrupto que sustituyo finamente por un bufido - ¿cuanto hace que esta esto aquí? - se pregunto mirando con ceño fruncido ante las cervezas vacías que había en el suelo

Hacía semanas de la última vez que se habían quedado a practicar, y no podía recordar si el último maratón de películas en blanco y negro había sido ahí o en casa de Darren. Desde luego no había sido en la de ella.

-maldita sea...¿hace tanto que no quedamos los dos solos?...- se quejo abandonando el sillón a regañadientes para quitarse la americana, abandonándola con el resto de sus cosas sobre la cesta, quedando solo con la blusa de mangas abullonadas color mostaza.

No le llevo mucho recoger las cervezas, vaciar lo que quedaba de ellas en el fregadero del pequeño aseó del que disponía el sótano y tirarlas al cubo que hacía las veces de papelera. Al menos el bol de palomitas estaba limpio, así se ahorraba tener que tomar la bayeta y ponerse a limpiar, y el resto parecía que estaba en orden.

-bueno...cervezas recogidas, check...sótano presentable...- miró a su alrededor – más presentable no puede estar...check...veamos...preparativos

Desde que Mara había comenzado a frecuentar la tienda, hasta que empezaron a practicar con frecuencia en el sótano, aquel lugar había sido un rincón oscuro sin más comodidades que el pequeño aseo, muy práctico para no tener que subir al primer piso y sobre todo no delatar que había alguien tras las horas de cierre. Pero poco a poco se fueron añadiendo los pequeños detalles que ahora lo vestían, uno de los últimos había sido una mesa plegable donde tenían el hornillo de gas y una pequeña estantería de madera que Darren había puesto allí para las cosas de Mara. Sobre esta descansaba una caja de madera labrada que bien podría ser confundida con un joyero pero que se trataba de un viejo boticario, que contenía algunos objetos que solía usar para sus prácticas, y junto a esta una simple caja de zapatos gastada. Tomo esta última y la poso sobre la mesa, saco de su interior un pequeño ejercito de velas, una caja de cerillas, así como un par de tizas y carboncillos en una bolsita de tela.

-hm...bueno...ahora...- miró el hueco de la escalera por si escuchaba a alguien bajar o hablar en el piso de arriba...llegándole una suerte de murmulló que pensó sería Darren hablando por teléfono.

Juntando las manos al frente se balanceo brevemente sin saber muy bien que hacer, así que finalente regreso al sillón con la intención de esperar a los dos hombres, hundiéndose cómodamente en él, quedándose a solas con sus pensamientos.

Miró al techo tomando uno de sus rizos, jugando con él entre sus dedos, hasta que pasado un minuto dejo escapar un suspiro cerrando los ojos apoyando la cabeza en el respaldo. Y así permaneció por largo rato, perdida en sus pensamientos, sencillos e infantiles primero, retomando la preocupación después y centrándose finalmente en la imagen del rostro de Darren entre sus manos cuando le dijo que él era su familia. Cruzándose entonces la imagen del gato que le había mostrado, sintiendo un malestar general ante las posibilidades que tuviera razón. Y vuelta a empezar. Estar sola tenía su parte negativa, no tenía nada más que hacer que pensar.

Notas de juego

Dejo marcado a Darren para que vea lo que le comente que añadiria y ya, porque tampoco es que vaya a hacer mucho más hasta que vuelvan

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21/08/2020, 11:02
Camarera

La chica te mira sorprendida, como si hubieras salido de otro planeta. O de otro siglo, pero este último caso era bastante real.

— Ehm... No, pero si quiere le puede dejar mi móvil. Tengo tarifa plana... — dice sacando el aparato de un bolsillo. — ¡Oh, vaya! Estoy sin cobertura... No sé por qué en esta zona pasa de vez en cuando.

Coge el billete de la mesa de al lado y te asegura que vuelve enseguida. Aprovechas tu posición junto a la ventana para ver cómo el tipo se aleja calle abajo, mirando de soslayo la puerta de Rey's Antiques. Casi antes de que te des cuenta, la chica te trae tu pedido a la mesa. Ciertamente, el croissant tiene una pinta realmente apetitosa.

Notas de juego

Teléfonos antiguos. Fijo que Darren vende alguno... ;P

Te iba a pillar comunicando, de todas formas, así que...

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21/08/2020, 13:43
- Director -

Notas de juego

La conversación telefónica continúa aquí

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24/08/2020, 06:37
Darren Rey

Terminada la conversación telefónica, Darren cuelga.

En caso de seguir sin ver nada alarmante al otro lado de la calle, se pasaría por la trastienda para recoger algunos materiales para sus rituales y bajaría al sótano para reunirse con Mara.

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24/08/2020, 14:40
- Director -

Darren baja al sótano y se encuentra a Mara pensativa, sentada en el sillón. De momento no hay noticias de Raymond, que parece estar tardando más de lo esperado para ir a buscar unos cafés a la cafetería al otro lado de la calle.