Partida Rol por web

Historias del Dominio

Escena personal de Aldern Dayne

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12/05/2018, 17:30
Atreide

Aldern Dayne

Es difícil contar la historia de cualquier Dayne como un cuento agradable. Al menos, la de cualquiera que viviese la época de la rebelión. El auge del Usurpador.

Aldern, sin embargo, es una excepción. Si uno se queda fuera de su cabeza, si no penetra en sus pensamientos ni observa sus sueños, puede pensar que es el más afortunado de la estirpe de Campoestrella. Vive en un lujoso castillo, cuidado por una familia próspera. Pero nada de eso tiene valor cuando uno rompe la superficie del agua de sus pensamientos y se zambulle en la cabeza de un crío feliz, de un niño soñador, de un chico apartado de su hogar, de un adolescente herido, de un mozo serio y callado, de un muchacho contenido y, en definitiva, de un joven con ganas de venganza. Son todos ellos y a la vez son uno, así como los Siete tienen todos sus rostros pero son el mismo.

Tiene siete rostros y sobre todo tiene dos: el del solícito ayudante, capaz de aconsejar a Lord Everam Stronghorse el mejor modo de actuar, y el de quien es capaz de negociar su propio matrimonio por el bien de su prima, de su familia, de los Dayne, a espaldas de todos y con una lista de condiciones más larga que el río Torentine. Tiene infinitos rostros: el del amigo de risa fácil, el del estratega meditabundo, el del amante dedicado... Tiene infinitos rostros, sí. Pero cuando acaba el día, ¿tiene alguno?

 

Una infancia feliz

Corría el año 270 AC. Era una época dorada en Poniente, esa en la que el Rey Aerys II aún no había mostrado signos de demencia. Hacía sólo once años que el palacio de verano de los Targaryen había ardido intentando eclosionar un huevo de dragón en un incendio que mataría a Aegon V, el Improbable, lo que era la demostración última de la locura de la casa regente después de que uno de sus hermanos muriera tras beber fuego valyrio.

Los Targaryen, con Aerys II a la cabeza, habían vuelto a establecer el orden en los Siete Reinos. Y aunque aún no era público, no pasaría mucho tiempo antes de que prometiese a su hijo Rhaegar con Elia Martell... Dorne era, desde luego, dorada. Y allí fue donde nación Aldern Dayne, en un tiempo en que los dominios de su casa eran vastos y la prosperidad les sonreía.

Aldern fue el único hijo de Edwarn Dayne, tío menor de Lord William. Es, por tanto, primo de este, así como de Lady Allyria. Al nacer fue un brillo de luz en el campo de la estrella, pues llenó de alegría una casa con pocos varones. Además desde el primer momento Aldern fue un niño jovial, juguetón, que en cuanto aprendió a caminar quiso correr, y en cuanto aprendió a correr quiso cabalgar. Su pelo oscuro hacía a todos mencionar a Ser Arthur, Guardia Real al que tenía cierto parecido.

Los años pasaron, y cuando Aldern contaba con seis días del nombre ya era un hombre en miniatura. ¿Soñaba con ser él quien regentase la casa? Por supuesto, como también soñaba en ocasiones con ser guardia blanco, caballero o incluso con vestir el negro. Sus padres no le educaban para que se hiciese ideas de aspiraciones ni para que tuviera preocupaciones, sino para que fuera sólo lo que de verdad era: un niño. Además, teniendo en cuenta cómo en Dorne el sexo no era algo importante a la hora de elegir sucesor, las posibilidades del chico eran verdaderamente poco realistas.

Aún así conforme iba creciendo Aldern se iba haciendo más consciente de sus responsabilidades. Tenía un amigo, hijo del castellano de Campoestrella, al que ya había nombrado su escudero aún sin ser capaz de sostener siquiera una espada. Comenzaba a estudiar. Acudía como espectador a eventos y torneos y trataba de causar buena impresión, consciente de que representaba a su casa, y lo hacía con orgullo.

 

La tragedia

Aldern había vivido feliz hasta acercarse a la adolescencia. Oía historias sobre cómo el Rey actuaba cada vez de una forma más extraña, pero aún así no dudaba de que eran los Targaryen quienes debían gobernar. Ya había habido otros reyes locos antes, y Rhaegar parecía alguien bueno. Era sólo cuestión de tiempo que llegase su turno. Además el primo de Aldern, Ser Arthur, era miembro de la Guardia Real y el mejor caballero de los Siete Reinos. Los dragones tenían todo el apoyo de un Aldern que ya dejaba de ser infantil... Y de toda su casa. Y eso fue lo que los llevó a la ruina.

Al comienzo del levantamiento, cuando Jon Arryn alzó a sus vasallos en armas, los del rey tardaron en reaccionar. Probablemente todo habría sido distinto si se hubieran reunido a tiempo y aplastado a aquellos rebeldes, pero no fue así. Los dos pupilos de Arryn, Baratheon y Stark, no tardaron en reunir a sus ejércitos, y tras ellos también los Tully. Siete Reinos, ocho grandes señores, y cuatro alzándose en rebelión contra su Rey. Aquello era impensable.

Por supuesto, los dornienses respondieron tal y como llamaba el deber, defendiendo a los Targaryen, y con ellos los Dayne. Ser Samwell Dayne, creyéndose verdaderamente inteligente, trazó un plan que podría parar a algunos de los que estaban a punto de unirse al asedio a Desembarco del Rey... Sin embargo lo único que consiguió fue una aplastante derrota y separar la cabeza de su cuerpo. Ese fue el inicio de la caída de la casa Dayne.

Hubo otras casas que apoyaron a los Targaryen, pero que no perdieron tanto. Ellos no perdieron, desde luego, a un miembro y amigo en la Torre de la Alegría. Puede que Ser Arthur, con su juramento a la Guardia Real, ya no fuese un Dayne de pleno derecho... Pero eso no significaba que le hubiesen olvidado. Y cuando Eddard Stark apareció con Albor devolviéndosela a Ashara no devolvió una espada, sino que quitó una vida más: la de la hermana de Ser Arthur, que pronto se suicidaría.

Samwell, Arthur, Ashara... Y por si fuera poco se llevaron a Aldern. Como pupilo, decían sus bocas. Como prisionero, entendían los oídos de cualquiera. Les quitaron sus territorios dándole parte de ellos a un cualquiera. Al mismo que había decapitado a Ser Samwell.

La desgracia de los Dayne tenía varios nombres: Baratheon, sí, y Lannister, esos que iban con una mano tendida mientras la otra escondía un puñal a la espalda. Pero sobre todo Stark y Stronghorse. Aquellas dos casas habían condenado a los Dayne de una forma que sólo unos meses antes habría sido impensable.

Aldern fue separado de sus padres, de su hogar. Era suficientemente mayor para entender lo que estaba pasando, pero eso no significaba que estuviera preparado. Ellos eran los Dayne, una de las casas más importantes de la zona. Les estaban quitando sus tierras. Les estaban quitando sus derechos con la intención de reducirlos a la nada y ¿por qué? ¿Por defender al Rey al que todos habían jurado lealtad? Los Arryn, los Stark, los Stronghorse... Ellos eran los traidores. Eran saqueadores que disfrazaban sus actos de buenas intenciones. Pero Aldern sabía que las cosas no eran como decían. ¿"Tan alto como el honor"? ¿Ese era el título de los Arryn? Más bien Aldern había conocido la furia, había oído el rugido y se acercase o no el invierno le habían pisado bien fuerte.

Pero no se quedaría en el suelo gimoteando.

Un nuevo ¿hogar?

Los cambios fueron bruscos. No sólo fue separado de su familia y llevado con los culpables de su desgracia, sino que Aldern se vio obligado a ver cómo le otorgaban sus propias tierras a quien había decapitado a uno de sus parientes. El chico no sentía que nada de lo que había pasado fuera justo, pero era consciente de que cuál era su papel en todo aquello. Debía permanecer manso, ser obediente y no dar problemas. De lo contrario... De lo contrario no quería pensar ni qué pasaría, visto lo que hacían aquellos invasores con sus enemigos. Eran famosas las historias de lo sucedido en Desembarco, por ejemplo, lo que había sucedido con Ser Clegane y el bebé... ¿De qué no serían capaces si él no colaboraba?

De modo que Aldern al principio fue un chico callado que actuaba como si se dejase guiar hacia donde hiciera falta. Sí sentía cierto rechazo por todos los que le rodeaban —aún no había aprendido a disimularlo, desde luego—, pero sabía cómo comportarse. La aversión que sentía hacia todos los de esa casa era enorme, de modo que prefería mantenerse en silencio la mayor parte del tiempo antes que decir algo de lo que pudiera arrepentirse.

Sin embargo, conforme pasaban los días e iba viendo que le dejaban cierta libertad Aldern fue conociendo con más profundidad a las dos hijas de los Stronghorse, así como empezó a visitar continuamente a su maestre. El trato del Lord, sin embargo, era mucho más distante. Mejor. Aldern no disfrutaba estando en su presencia, y prácticamente no podía escucharle hablar más de cinco minutos seguidos sin sentir hervir su sangre. No sólo se sentía preso, sino que sus captores le habían quitado mucho más que su libertad. Muchísimo más.

Los días pronto fueron semanas, y las semanas meses. La situación se fue relajando, y con ella algunos de los sentimientos negativos del Dayne. Sí volvían, sin embargo, cada vez que la menor de las hijas, Helaena, le recordaba cuál era su posición o cómo su familia había tomado las decisiones equivocadas sin que ahora pudieran remediarlo. Aún así aquello sólo sucedía de vez en cuando, y Aldern se convertía poco a poco en un experto en mantener la compostura.

No todo era malo. Las partidas de sitrang con esa muchacha amenizaban algunas tardes y su hermana, Aquilegia, era tan amable que en ocasiones a Aldern le parecía que se estuviera riendo de él, o que viviera en un mundo completamente alejado de la realidad. ¿Es que no se daba cuenta de que era un prisionero?

No tardó en entenderlo. Ella, al igual que el maestre o que la mayor parte de miembros del servicio, preferían no tratarle como si fuera un rehén. Eso les hacía las cosas más fáciles. Les hacía creer que estaban en paz, que la paz existía, y que ellos no eran los villanos de aquel cuento. Aldern tenía que reconocer que aquello también era más cómodo para él. Podía ir y venir por el castillo, y con el tiempo también salir hasta el pueblo.

De niño a hombre

Los años fueron discurriendo. La primera vez que el Lord le dijo que tomase una espada, que iba a entrenarlo, Aldern pensó que lo que quería era dejarle en ridículo. Abusar de su dominio de las armas y de su poder y darle una buena paliza. Eran enemigos, ¿no? Sin embargo aquel entrenamiento fue todo lo que Aldern no había esperado. El Señor no sólo no se desquitó con el muchacho, sino que no llegó a hacerle daño. Incluso corrigió parte de sus flaquezas, mostrándole cómo de deficiente había sido su entrenamiento hasta el momento. Y es verdad que Aldern siempre había dejado de lado el tema del combate: no le interesaba. Él sabía que era bueno tomando las decisiones para que otros combatiesen, hacerlo él era un riesgo que no merecía la pena.

Aquello cambió un poco la percepción del chico sobre Lord Everam. Y conforme el tiempo fue pasando y este llegó incluso a plantearle problemas bélicos no supo qué pensar. ¿Qué era lo que buscaba en él? ¿Un escudero? No tenía sentido. ¿Saber a qué se enfrentaba su Casa cuando él se hiciera mayor? Era una posibilidad. Y es por esto que Aldern al principio no mostró todo su potencial, resolviendo de forma correcta aquellos problemas que Lord Everam planteaba pero sin sobresalir. ¿Era un estratega? Desde luego, sobre todo para su edad. Pero precisamente por eso quizá lo mejor fuera no mostrarlo.

Sin embargo el tiempo fue pasando, y llegó un momento en que Aldern se dio cuenta de que quizá se había equivocado. A lo mejor el Lord podía llegar a tenerle en cuenta en sus decisiones si jugaba bien sus cartas. Si dejaba de lado la antipatía y se mostraba cordial, incluso amistoso... Las cosas quizá podían ser diferentes. Además los Stronghorse no tenían hijos, sólo hijas, y empezaba a plantearse que eso podía jugar en su favor. A lo mejor por eso le trataban tan bien, después de todo. No pretendía casarse con ninguna de ellas, lo tenía claro, pero eso los demás no tenían por qué saberlo.

De modo que poco a poco fue siendo más tranquilo y cercano. Los paseos y las partidas de sitrang se hicieron más frecuentes, y Aldern se mostró cada vez más cercano, llegando a ser a veces incluso solícito.

Aquello sirvió también para conocer un poco más a los sirvientes y a la gente que rodeaba la casa. Antes, cuando sólo caminaba enfadado por el castillo y con el ceño fruncido, no cruzaba más de cuatro palabras con ninguno de ellos. Pero así pudo saber que a Aster le preocupaba el futuro de su hijo, que Lance estaba prendado de ella o tantas y tantas cosas que no sólo hacían más amenas las tardes, sino que le daban una nueva proyección de futuro. Esa gente era leal al Lord, sí, pero había distintos grados de lealtad. Y llegado el caso sólo hacía falta un poco de amistad para que los guardias fuesen más lentos, o para que alguien hiciera la vista gorda con una u otra cosa. Además, llegó un momento en que todos se habían sumado a esa gran mentira de que Aldern era un invitado más: nadie revisaba lo que sacaba o metía del castillo, así como lo que hacía en sus ratos libres.

Y luego estaba Serah o, como la llamaba siempre Helaena, "la posadera". Su familia era del Dominio, pero se notaba su ascendencia dorniense a leguas. Eso había dado a Aldern la excusa para acercarse y hablar. Ser un Dayne de moneda fácil se la dio a ella para las sonrisas, y la perspectiva de la compañía mutua sirvió para que Aldern conociera las habitaciones de una posada que no necesitaba. ¿Se divertían? Por supuesto. Pero pronto la cosa dio un paso más. Aldern podía sacar de vez en cuando del castillo algo de queso de una calidad superior, por ejemplo, o pequeñas cosas que ella agradecía. Y a cambio ella podía ser sus oídos y sus manos. No era mucho lo que Aldern le pedía en realidad, pues sabía que no debía confiar ciegamente en nadie más que en sí mismo, pero desde luego la muchacha era útil. Y guapa.

El lugar de Aldern, por lo tanto, pasó a ser cómodo. Mucho. Pero no olvidaba quién era. Y eso si Helaena o algún otro no se lo recordaban. Lo que sí tenía claro era que cada nuevo amigo era un enemigo menos, y que si algún día pretendía tomar de nuevo aquellos territorios debía tener cuantos menos enemigos, mejor. La propia historia de los Stronghorse —si es que era cierta— demostraba que incluso un campesino puede cambiar el curso de una casa. O de una guerra. Debía esperar, y eso se le hacía cada vez más difícil. Encontrar su oportunidad, pues era cuestión de tiempo que se presentase alguna. Pero por aquel entonces Aldern tenía dieciséis años y algunos días se le hacían, más que largos, eternos.

Entonces fue cuando llegó ella, Carellyn. Sería estúpido pensar que Aldern se fijó en ella desde el principio, o más bien que lo hizo más que por su físico. Pero la muchacha llamaba la atención y tenía la modestia que le faltaba a las hermanas. Aldern no sabía nada de ella, sólo que era una nueva doncella y de nacimiento ilegítimo, pero aquello le daba igual. No necesitaba más que su posición en la casa. Si alguien sabía los secretos de las hermanas, esa era Carellyn. Si alguien se enteraba de cualquier falta, irregularidad o enemistad, esa sería ella. Sólo por eso dejó que las miradas furtivas creciesen, convirtiéndolas en sonrisas veladas, y de ahí en pequeñas bromas ocasionales casi sin palabras. Distraerla cuando el maestre le explicaba algo, por ejemplo, o dedicarle un gesto cómplice cuando alguien decía algo fuera de lugar. Además, la chica gustaba.

Como con todo lo demás, dejó que las cosas siguieran su cauce, y así el día que se cruzó con ella por primera vez a solas pudo permitir que los ojos hablasen más que las palabras. Y también el segundo. Y el tercero. Ninguno de los dos decía más de lo que había que decir, y sin embargo la tensión en el ambiente era palpable. Luego llegaron las manos con un pequeño roce, casi casual, y antes de lo que Aldern había imaginado ya estaban probándose el uno al otro.

Aquello sólo sucedió una vez y no fueron más que unos besos tontos y en un momento inesperado. De haber sabido que las cosas iban a llegar tan lejos probablemente Aldern se hubiera preparado de algún modo, pero no dejaba de tener dieciséis años y la sangre cada vez más caliente. Sí pensó, sin embargo, que antes de que aquello se repitiera debía estar seguro —tanto como fuera posible al menos— de cómo de discreta iba a ser ella. De modo que la obsequió con una pequeña joya y esperó, aguardando hasta averiguar de dónde contaba que la había sacado.

Le sorprendió lo discreta que era la muchacha. Estaba acostumbrado a las chicas del pueblo, capaces de contarte hasta los secretos de su mejor amiga para que las sábanas no se enfriaran, o a cambio de algún regalo. Pero Carellyn era prácticamente una tumba, lo que era su gran defecto... O su gran virtud.

Las cosas cambiaron cuando supo de dónde venía. Las posibilidades que abría eso eran infinitas, y hacía que el chico la viese un poco más cerca de ser una aliada y menos de ser una herramienta. También influía, por supuesto, que ya no era sólo una doncella. ¿Era útil? Desde luego. Pero si hacían las cosas bien quizá podían salir ganando los dos.

La presencia de Carellyn sirvió para aliviar la presión de la cabeza de Aldern. Vale, quizá ella limitaba sus críticas hasta ser ínfimas, pero le escuchaba como no hacía nadie en esa casa. Le daba una libertad que hasta el momento le había faltado.

La actualidad

A día de hoy Aldern pasa los días esperando una oportunidad aunque ni siquiera sabe exactamente para qué. ¿Le encantaría ver caer a los Stronghorse? Desde luego. Si pudiera elegir, también querría que los criminales que acabaron con su familia pagaran por sus pecados. Pero es consciente de que no se puede tener todo y de que las cosas deben pensarse con calma.

Con el tiempo ha encontrado formas de comunicarse con su familia y, en ocasiones, con los Blackmont. Al principio no eran de su agrado, desde luego. Ellos mismos habían sido cómplices de la rebelión del Rey Usurpador. Sin embargo a día de hoy ayudan a los Dayne y Aldern es consciente de que quizá había sido el difunto Lord quien había tomado esa decisión. Dicen que participaba poco de la política, pero precisamente por eso quizá había decidido mantenerse al margen. En cualquier caso, la situación actual en el Dominio era complicada para muchas casas. El comercio no fluía como antes, y tanto Dayne como Blackmont sabían que con la caída de los Stronghorse eso podía cambiar, de ahí la oferta de los cuervos: si los Blackmont caían, si Aldern los hacía caer, podría contraer matrimonio con Lady Jynessa Blackmont.

Aquello era tentador. Con el tiempo probablemente se convertiría en Lord. Pero aquel matrimonio sería un premio por su venganza, no un medio para ella. Y a Aldern le importaba bien poco con quién casarse con tal de llevar las cosas a buen puerto. La gloria que consiguiese quería que fuera por sus méritos personales, no por su matrimonio.

Por otro lado, las cosas son bien diferentes ahora que tiene diecinueve años. Es más sosegado, capaz de pensar las cosas dos o tres veces antes de dar cualquier paso. Es consciente, además, de que sigue siendo un prisionero. Pero de un tiempo a esta parte ya no lo ve siempre como un perjuicio. Gracias a él los Dayne tienen a alguien entre las filas enemigas. Y es cuestión de tiempo que recuperen lo que es suyo.



 

Casa Stronghorse 

 

 

Pisando fuerte

 

Hace ya muchos veranos de la invasión Rhoynar, y sin embargo sus consecuencias aún pueden verse a día de hoy. Si uno mira el tapiz de Poniente no sólo con los ojos entrecerrados, sino buscando el principio de cada hebra, verá que no somos más que la consecuencia de los actos de otros. Los Rhoynar no trajeron sólo sus costumbres, o el tono oliváceo de la piel dorniense, no. Los Rhoynar trajeron fuerza desde Essos, trajeron vida.

Por aquel entonces aún existía el imperio Valyrio y aunque los Rhoynar habían llegado huyendo del príncipe Garyn el Grande, buscando refugio y no batalla, algunos señores los vieron como una amenaza. Ni siquiera les calmó el matrimonio de Nymeria con Lord Mors Martell: cuando el acero pide sangre, no descansa hasta encontrarla. Así muchos campos se tiñeron de rojo, sobre todo en la zona que unía Dorne con el Dominio.

Algunos septones siempre hablan de los Siete para mostrar cómo premian al bondadoso, al valeroso, al noble, al paciente. Hablan de cómo nos guían a través de cada una de sus virtudes, mostrándonos el mejor camino que podemos tomar. Incluso serían capaces de decir cuál de de ellos guió cada uno de los pasos de un chico llamado Aaron, renombrado con el tiempo Aaron Stronghorse.

Era poco más que un campesino con mano para los caballos, pero su corazón era fuerte y su determinación férrea. Y quiso el destino que atravesase para ir de su aldea al pueblo más cercano la misma arboleda en que horas antes se había producido una escaramuza. El lugar estaba lleno de muerte. Cadáveres con las armas aún atravesando sus cuerpos y expresiones de horror en el rostro, pero se dice que Aaron no se asustó. En lugar de eso afinó su oído, y escuchó la difícil respiración de un superviviente: el hijo y heredero de Lord Hightower, que había sido dado por muerto. 

Tras reconocer el blasón de sus ropas y sin saber qué hacer Aaron lo montó en su caballo y corrió tanto como pudo. Cabalgó durante horas para llevarlo a un refugio seguro. Durante ese tiempo el malherido noble a punto estuvo de darse por vencido en varias ocasiones, pero la tenacidad de Aaron y su convicción lo mantuvieron con vida.

Se cuenta que ningún caballo habría resistido aquel camino a esa velocidad. Se cuenta también que Aaron tuvo que detener su galope cuando les salió al paso un grupo de enemigos, pero que tomando la espada del Hightower consiguió enfrentarse a ellos y seguir adelante.

Para cuando logró encontrar a Lord Hightower este ya estaba llorando la muerte de su primogénito, jurando venganza y a punto de iniciar lo que probablemente acabaría en una guerra abierta y sin cuartel. Pero Aaron llegó a tiempo de que las lágrimas del Lord no se secasen y le entregó a su hijo aún con vida.

Dicen que el nombramiento fue casi inmediato, prácticamente en cuando se escuchó de boca de Aaron lo que había sucedido. Así murió Aaron el campesino y nació Lord Aaron Stronghorse. Algunos no creían que las palabras del campesino fueran ciertas hasta que el heredero comenzó a recuperarse y dio fe de todo lo que había contado, entregando a Stronghorse la espada con la que le había salvado la vida y comenzando una relación de vasallaje que se ha diluido con el tiempo.

La vida de Aaron dio un cambio radical. Sin grandes aspiraciones más que las de servir a su señor contrajo matrimonio con la cuarta hija de un noble menor de la zona y tuvieron cuatro hijos fuertes que llegaron a ser adultos. Nacía así una nueva casa, una que tendría como cometido cuidar del río que abastecía el Dominio tanto como sus fuerzas le permitieran.

 

El tiempo pasó, y las generaciones fueron sucediéndose manteniendo siempre el vasallaje a los Hightower. Después de Aaron gobernó aquellas tierras Errol Stronghorse, y Brus Stronghorse a este. Eran otros tiempos, pero la cautela y la honradez de los Stronghorse fue haciendo que la zona prosperase. Lo que había sido una aldea grande fue creciendo más y más cuando ellos aseguraron la zona hasta convertirse en el poblado de Riverside. Al mismo tiempo, lo que era poco más que un puesto de guardia con comodidades pudo ampliarse hasta ser a día de hoy el castillo que toma nombre del pueblo cercano. Es una referencia en la zona, desde luego, y un lugar seguro cerca del que vivir.

 

Los Stronghorse eran una casa tranquila. A pesar de que el tiempo y se consolidaban evitaban meterse tanto en disputas políticas como en batallas si no era necesario. Aún así siguieron los planes de los primeros de su casa, consiguiendo un creciente poder militar que ayudaba a mantener la zona libre de bandidos y criminales. Eran justos, eran honorables y sabían gestionar sus recursos.

Sobresale especialmente en la historia Lord Meryn Stronghorse, de quien se dice que era el más pío y devoto del Dominio, que sólo el deber con su casa —era hijo único— hizo que no acabase como septón. Y si todos los estudiosos recuerdan a este Lord es porque con él su casa vio un súbito crecimiento. Hay quien dice que tenía ayuda de los Siete, que la Vieja le guiaba al tomar decisiones, el Padre al impartir justicia y el Guerrero al manejar el hacha. También debió tener el beneplácito de la Madre, pues cuando el Desconocido se lo llevó dejó atrás catorce hijos y una hija que era la misma representación de la Doncella. Pero el crecimiento de los Stronghorse no vino por ninguno de esos dioses, sino por la mano del Herrero, que hizo que los trabajadores que rendían pleitesía al Lord dieran casi por casualidad con una veta de hierro que pronto se convirtió en una de las minas más importantes de la zona. No sólo eso, sino que al comenzar a cavar acabaron por encontrar también una pequeña cantera de mármol.

Aquello trajo trabajo a la zona, y riqueza. Gente de otras partes del Dominio se mudó a las tierras de los Stronghorse, creando poco a poco una aldea que no tardó en llamarse Marble.

 

Tras Lord Meryn las cosas fueron prosperando poco a poco. Algunos de sus sucesores siempre sostenían que trabajando con honradez y para el pueblo, no a costa de él, su vida era sencilla.

 

Sin embargo no todo iba a ser siempre tan fácil. Los Targaryen llevaban casi trescientos años en el Trono de Hierro tras unificar los Siete Reinos, cuando llegó la Falsa Primavera y con ella comenzaron los cambios. La Rebelión.

Para Lord Everam Stronghorse fue fácil saber dónde posicionarse: donde dictaba el honor. Los Targaryen habían hecho mucho daño a los Siete Reinos y la locura de Aerys II era un problema para todos. Aún dejando de lado las tropelías de su hijo Rhaegar, las noticias de cómo el Rey quemaba incluso a grandes señores corrían por los Siete Reinos. ¿Quién iba a ser el siguiente? Y no sólo eso. A lo largo de los años todos los Stronghorse se habían comprometido de hacer de sus tierras un lugar seguro. ¿Pero qué pasaba cuando los abusos venían por parte del Rey? ¿Qué clase de legado, si no, iba a dejar a sus hijas?

Aquello supuso una ruptura con algunas de las casas que los rodeaban, que apoyaron directamente a los Targaryen. La relación con los Hightower ya era meramente comercial, y estos eran lo suficientemente inteligentes como para no dejar que eso cambiase fuera cual fuera el resultado de la rebelión, pero la cercanía con Dorne ponía a los Stronghorse en una situación de desventaja. Los Mullendore, los Dayne, los Blackmont... fueron muchos los que permanecieron a la sombra de los dragones.

Conscientes de esta situación y de lo importante que podría resultar el apoyo militar de los Stronghorse para Robert Baratheon, los Dayne trataron de mermar sus fuerzas antes de que estos se unieran a la batalla. Ser Samwell Dayne esperó a una parte de los soldados Stronghorse en una zona llena de viñedos, desafiándolos a presentar batalla. Aprovechó que entre ellos no se encontraba Lord Everam y, creyéndose mejor estratega que cualquiera de los presentes, les dio incluso tiempo para reunir sus filas. Así el combate sería justo.

Fue una masacre. Dwain Trant se puso al mando de los Stronghorse, demostrando una fortaleza y un ingenio que los enemigos no se esperaban. Así los Dragnos y los Stronghorse presentes acabaron con casi todo el ejército de los Dayne con una victoria aplastante en lo que se conocería como la Batalla del Vino. Algunos Dayne supervivientes relatan con temor cómo Dwain —que pronto sería nombrado Ser Dwain tras aquello— derrotó en combate singular a Samwell Dayne, decapitándolo en lo que parecía un río de sangre y vino.

Después de eso Dragnos y Stronghorse pudieron unirse a los Baratheon y ayudarle a conseguir el trono que aún ostenta. Fueron recompensados, claro, y vieron crecer su fama y su fortuna después de aquellos actos de justicia y valor. La situación es tensa en el Dominio, eso es evidente, pero todas las casas que rodean a los Stronghorse —salvo los Dragnos y los Trant, sus vasallos— saben que no es recomendable tomar acciones ofensivas. El poder militar de los Stronghorse es grande, y a día de hoy contarían con el apoyo y ayuda de la Corona antes que cualquiera de todos esos traidores.



PNJs importantes

 

 

Serah, la tabernera

Propuesta de foto [Lucy Boynton]:

Serah es una muchacha de veintipocos años, alegre y atenta con los clientes. Su madre murió cuando ella era una cría y su padre es un borracho que suele limitarse a estar presente, sin hacer mucho más que amenazar a cualquiera que mire de más a su hija ni enterarse mucho de nada. Ni siquiera despacha clientes.

El dinero de Aldern siempre ha sido bien recibido por ambos. Entre eso y su aspecto de noble el padre de Serah no llega a poner ningún impedimento a que ella le dé una atención especial.

La primera vez que Serah y Aldern llegaron a un acuerdo fue gracias a Rendell. Él había cruzado a las tierras de los Stronghorse queriendo ver a su amigo, y preguntando se enteró de que se le solía ver por la taberna. De modo que pasó allí unos días, coincidió un par de veces con Aldern, y antes de marcharse pagó de más a la muchacha por su silencio.

La relación desde entonces ha prosperado, convirtiéndose en una especie de amistad con beneficios mutuos. Puede que Serah no sepa leer, pero desde luego no es idiota y su situación le ha dado un instinto especial para calar a los hombres.

 

Rendell, el escudero

 

Propuesta de foto [Jack O'Connell]:

Rendell es un chico sólo un año menor que Aldern. Pertenecía al servicio de su padre mientras todavía vivía con los Dayne, y de pequeños eran grandes amigos. Cuando Aldern tuvo que abandonar su hogar Rendell tardó en comprenderlo y superarlo.

A día de hoy Rendell se ha convertido en un hombre algo torpe, pero fuerte. Ha entrado a formar parte de la guardia de los Dayne y recuerda con cariño los días en que él y Aldern podían pasar tardes enteras ociosas.

Fue el primero en atreverse a buscar a Aldern y aquel con el que el Dayne planeó cómo podía mandarse cartas con su familia. Cuando hay que transmitir uno de estos mensajes le gusta ser él quien se encargue por la posibilidad de ver a su amigo, pero en ocasiones está ocupado o Allyria manda a otro por la precaución de que Rendell sea descubierto.

 

 

Brenan, el bardo

Propuesta de foto [Viggo Mortensen - Captain Fantastic]:

Brenan es un hombre de unos cuarenta años. La mayor parte del tiempo se le ve desgastado, ausente. Hace casi ocho años unos bandidos los atacaron a él y al grupo con el que viajaba de pueblo en pueblo y desde entonces no ha vuelto a ser el mismo. Sin embargo, en cuanto comienza a interpretar esa sombra desaparece de sus ojos grises y vuelve a tener la energía que lo caracterizaba años atrás.

Brenan es ante todo, músico. Toca ocho instrumentos y canta como pocos, además de saber leer. Después de lo que pasó no suele atreverse a viajar solo, y recorre los pueblos del Dominio buscando quién será su siguiente compañero de viaje. Hay que decir, además, que la necesidad le ha hecho vaciar alguna vez algunos bolsillos, pero el hombre no tiene mal fondo.

Aldern y él se conocieron en Riverside cinco años atrás y fue él quien comenzó a instruirle en el uso del violín. A día de hoy cada vez que pasa con el pueblo sabe que tiene una cita con el Dayne para tocar un rato, juntos, darle algunos consejos y quizá componer.



 

Relaciones

 

Nombre Actitud aparente Actitud real Justificación
PNJs de la casa
Várgul Cordialidad Indiferencia

Hay una cosa que puede decirse de este hombre, y es que nunca ha tenido una mala palabra para Aldern. Él, por su parte, ha tratado de cultivar su relación con él con pequeños obsequios —sobre todo comida del castillo para que comparta con Osla, si quiere— y preguntándole alguna que otra vez si necesita algo.

Jothos Meirin Cordialidad Indiferencia

Aldern sabe que conviene llevarse bien con cuanta más gente, mejor. Y desde luego llevarse bien con un septón de trato fácil parece sencillo. Sin embargo el chico no siente por él más que indiferencia.

Randyll Lasteo Indiferencia Rechazo

A su llegada a Riverside aquel hombre miraba a Aldern con desconfianza, lo que hace que aún a día de hoy el Dayne esté en guardia con respecto a él. No han tratado mucho, pero Aldern supone que si aún siendo un antiguo criminal el Lord confía en él para ese puesto no debe ser un idiota.

Meredith Crowthorn Cordialidad Cordialidad

Al principio Aldern pensó que Meredith sería como una sirvienta más de esas que abren el pico en cuanto uno dice cuatro cumplidos. Aunque al principio resultó frustrante ha descubierto con el tiempo que no es así. Han pasado años viviendo casi puerta con puerta, de modo que la relación con ella ha llegado a un punto entre educado y agradable. Aldern tiene claro que no podría contar con ella si necesitase algo extraoficial, pero la respeta.

Osla "La sucia" Indiferencia Indiferencia

A pesar de que Aldern hizo sus intentos por acercarse a esta mujer, el chico notaba que no se sentía cómoda. No era sólo la timidez a la que él estaba acostumbrado, sino que no parecía que estuviera habituada a tratar con personas. 

A día de hoy ya no lo intenta. Sabe que Várgul y ella sí tienen trato y sabe que podría ser una herramienta útil, pero al final ha ido dejando pasar el tiempo sin insistir demasiado.

Darlia Tamar Cordialidad Cordialidad

Darlia debe ser, si no contamos a la familia Stronghorse, una de las personas más influyentes del castillo. Ese es motivo suficiente para que Aldern prefiera tener buen trato con ella. Él se muestra cordial e incluso en alguna ocasión se ha ofrecido a echarle una mano a la mujer en lo que ha necesitado, pero la cosa no ha ido mucho más allá. Además, alguna vez Aldern se ha ofrecido con sutileza a ayudar a que la mujer ampliase su repertorio con comidas de Dorne, pero ella pareció ignorarle. Unos días más tarde sin embargo, en su Día del Nombre, la comida contó con varios platos de su tierra, lo que hizo que Aldern cambiase por completo su imagen de ella y le cogiese cierto cariño.

Todric Amistad Indiferencia

Hasta no hace tanto el muchacho era para Aldern sólo uno más de los muchos que revoloteaban alrededor de la familia Stronghorse. Tenían un trato cordial y en alguna ocasión habían bebido juntos en la taberna del pueblo, pero poco más.

Sin embargo, desde su cambio de puesto, Aldern se esfuerza por reforzar la confianza de Todric en él buscando saber qué motivo el cambio. Si fue decisión personal, es posible que el motivo sea algo que pueda utilizar en el futuro. Si fue decisión de la familia, quizá pueda inflamar el resquemor hasta tener un nuevo aliado.

PNJs de otras casas
Larra Blackmont Cordialidad Rechazo

Aldern apenas ha visto a esta mujer en los últimos años. Sin embargo, es lo suficientemente inteligente como para mantener las formas cordiales con ella. Aún así no le ha perdonado su actuación durante la rebelión del Usurpador. Es probable que con sólo una conversación y una disculpa eso cambiase, pero el chico no espera que algo así suceda nunca.

Jynessa Blackmont Cordialidad Cordialidad

Aunque en el pasado habían coincidido alguna vez, Aldern ha tratado más con Jynessa desde la propuesta condicional de matrimonio a través del intercambio de algunas cartas. Le agrada ella y no la culpa de lo que hizo su casa, y sin duda cree que su fama con la lanza representa el espíritu dorniense. No la considera una mala candidata para ser su esposa, pero Aldern detesta que le digan lo que tiene que hacer, y más aún con condiciones. Aún así, ve en ella una futura aliada interesante.

William Dayne Cordialidad Amistad

El primer y último Lord Dayne que Aldern conoció realmente. Como tío William era medianamente cercano y atento, y eso hace que Aldern lo recuerde con cariño. No le culpa por haber desaparecido, ni tampoco por haber defendido a los Targaryen: cumplía con su deber.

Es cierto que con el paso de los años y la muerte de su padre probablemente ha idealizado al hombre. Desea con fuerza su regreso.

Edric Dayne Amistad Cordialidad

La mayoría de cosas que sabe Aldern sobre el nuevo Lord es a través de las cartas de su prima. Confía en ella para educarle y que crezca convirtiéndose en alguien hábil, astuto y buen combatiente. Además, Aldern está convencido de que los últimos recursos presentados al Usurpador acerca de sus tierras habrían sido tomados de una manera diferente de estar firmados por el padre del crío. Pero parece menos importante complacer a un crío de dos años o, según la mentalidad de Poniente, a una mujer haciendo de regente, que a un caballero como Ser Dwain o a Lord Stronghorse.

Allyria Dayne Afecto Afecto

Durante parte de su infancia Aldern admiró a Allyria más aún que a sus padres. Incluso en alguna época creyó que estaba enamorado de ella. A día de hoy tiene claro que sólo estaba confundido en sus sentimientos, viendo en ella a una mujer fuerte con la que deseaba equipararse.

Hace ya seis años que murieron sus hermanos Arthur y Ashara y su tío Samwell, y en ese tiempo Allyria ha tenido que convertirse en la mujer que Campoestrella necesita. Aldern y ella mantienen correspondencia frecuente, y el chico sería capaz de escaparse faltando a su responsabilidad si ella se lo pidiera.

Es probablemente la única persona de la que Aldern aceptaría órdenes sin querer rebelarse automáticamente ante ellas.

Gerold Dayne Afecto Amistad

Gerold es el primo de Aldern y es dos años mayor que él. Sin embargo a diferencia de Allyria, Aldern y Gerold no se llevaban tan bien de pequeños. Este ya tenía mano para las armas entonces y era frecuente que intentase entrenar con el muchacho de una forma que Aldern percibía como abuso y ensañamiento.

La tragedia, sin embargo, los unió de una forma que Aldern no esperaba. Agradece a Gerold el juramento de matar a Ser Dwain, y desde luego desea que pueda cumplirlo.

Wylla Indiferencia Indiferencia

Aldern prácticamente no conoce a esta mujer, de la que sólo ha oído algunos detalles sobre su discreción de boca de Rendell o a través de las cartas de Allyria.

Balon Dragnos Indiferencia Aversión

Los Dragnos, principales vasallos de los Stronghorse en la Batalla del Vino, son en parte responsables de la desgracia de los Dayne. Como estratega, Aldern es consciente del error que supuso que su padre les diera la oportunidad de agrupar sus tropas. Pero también que lo que intentaba era hacerles perder tiempo para que los Stronghorse tuvieran sus fuerzas separadas en la rebelión que estaba por llegar.

En cualquier caso, Aldern sabe que Balon Dragnos es fiel a los Everam Stronghorse y que combatió en la batalla que trajo la desgracia a su vida. No necesita más.

Serah Amistad Amistad

Serah es sin duda una buena amiga. Aldern no suele conectar mucho con la gente desde que es un prisionero entre algodones, pero la forma de Serah de ser independiente y autosuficiente le provocó cierta admiración.

A lo largo de los años se han ayudado en más de una ocasión, y lo que empezó como una relación de negocios con encuentros esporádicos se ha convertido en una amistad sincera, al menos por parte de él.

En alguna ocasión él se ha ofrecido a enseñarla a leer, pero el poco tiempo libre que le deja a ella regentar la posada lo ha hecho imposible.

Rendell Amistad Amistad

El más antiguo amigo de Aldern. Se distanciaron durante un tiempo cuando este se convirtió en prisionero, pero Rendell encontró la manera de dar con él.

Brenan Amistad Cordialidad

Brenan es un hombre al que es fácil contentar y con el que es sencillo portarse como un amigo. Aldern lo ve más bien como una persona que ya está en declive, pero de quien al menos puede sacar unas lecciones de violín y algunas tardes entretenidas. Hasta el momento nunca ha querido utilizarlo como correo, ni nada parecido, debido a lo enormemente larga que es su lengua.

Personajes
Aldern Dayne Afecto Afecto

Aldern es el mejor, de modo que sería imposible no amarlo. Todos en el castillo Stronghorse lo adoran y darían su vida por él, así que el propio Aldern no podría ser menos.

Aquilegia Stronghorse Amistad Indiferencia

Aquilegia es la mayor de las hermanas Stronghorse, y sólo por eso se merece que Aldern se porte con ella un poco mejor. En principio no quiere mayor contacto con ella del que ya tiene, pero uno nunca sabe en qué cama podría acabar metido. Los paseos con ella son más aburridos que las partidas de sitrang con su hermana, pero al menos Aquilegia no se empeña en recordar a Aldern su posición o su derrota.

Además, Aldern ha tenido en algunas ocasiones la impresión de que la muchacha coqueteaba con él, lo que ya ha contado a su prima mediante cartas.

Carellyn Flores Amistad Amistad?

Carellyn probablemente es, junto a Allyria y Rendell, la persona que mejor conoce a Aldern a día de hoy. Llevan casi tres años juntos, y aunque el chico le oculta ciertas cosas considera que lo hace por el bien de ella. No quiere que tenga que elegir entre los Stronghorse y él, al menos hasta que le pueda ofrecer una salida sin la casa de los caballos. ¿Esa salida podría ser el matrimonio? Desde luego. Pero Aldern sabe que eso sería cerrarse unas puertas que podrían conducir a facilitar su venganza. A pesar de esto es probable que Aldern reaccionase si ella llegase a comprometerse con alguien. Puede que no comprometiéndose él, pero sí haciendo ver su disgusto. No se trata de amor —o eso cree él—, pero a día de hoy, tras tanto tiempo, ella es algo así como su mejor amiga y su amante al mismo tiempo.

Everam Stronghorse Cordialidad Hostilidad

El Lord Stronghorse es una de las relaciones más difíciles para Aldern. Trata de ser cordial con él al mismo tiempo que quiere que pague por lo que hizo. Pero su trato cercano a veces y distante otras confunde al chico.

Helaena Stronghorse Cordialidad Rechazo

Helaena saber ser simpática... Cuando quiere serlo. Ese es el punto importante. Aldern no termina de creerse esa fachada inocente y entiende que sus pullas son más que conscientes. Sabe además que la muchacha no es tonta por cómo juega al sitrang, de modo que sus risas y bromas son reídas, pero caen casi en saco roto.

Maestre Paul Amistad Cordialidad

El maestre parece un buen hombre, sólo que al servicio de una mala casa. Siempre ha tratado bien a Aldern y el chico confiaría en él... De no ser porque no olvida que a quien sirve es a Lord Everam.

Minadriell Stronghorse   Hostilidad  
Dwain Trant Indiferencia Hostilidad

A Aldern le sorprende un poco el trato que le da Ser Dwain. Lo devuelve con fingida indiferencia, pero cada vez que le ve portando su espada sabe que ese filo es el que decapitó a su padre. Intenta, en general, no tratar demasiado con él. En el fondo sabe que lo que Ser Dwain hizo son cosas de la guerra, pero eso no ayuda a que Aldern le perdona, sino más bien al contrario. Tal y como lo ve él, la guerra ha sido una excusa para que no pague por sus crímenes.

 

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12/05/2018, 18:12
karras

- Pueblo y castillo...¿Lo mismo o se cambiaría?

- Mina de mármol (también hierro...to mezclao jiji)

- Adjudicado. Casa Stronghorse...a quien no le guste que se joda.

- Evento: un hightower importante (lord o heredero) y nombrado lord (que si no, no hay casa ... jeje)

 

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13/05/2018, 13:37
karras

Sobre Ser Dwain...

Se cuenta que es como una ola gigante, imparable y sin piedad alguna. No hace prisioneros y si lo que se dice de él es cierto, probablemente sea uno de los guerreros más temidos y considerados en los Siete Reinos. Quizás hubiese podido parecer exagerado viniendo del bando ganador, pero lo que probablemente más te haya inquietado es que esos comentarios tenían mensajes similares de los supervivientes y de miembros de tu casa.

A tu llegada  a la casa Stronghorse, durante tu infancia (comienzo de adolescencia), puedes recordarlo con cierto porte majestuoso, siempre en su armadura negra con reflejos azules, pero a la vez algo tétrico. Con mirada penetrante y gesto serio, casi enfadado. Distante e indiferente la mayor parte del tiempo con respecto a ti (y cualquiera en general). Siempre parco en palabras y rey del monosílabo. No recuerdas haberle visto sonreir.

Jamás ha tenido un gesto amigable hacia ti. Pero quizás lo que más haya podido sorprenderte es que de igual manera jamás ha tenido un gesto de reprimenda, jocoso o despectivo, sobre ti o tu familia, bajo ninguna circunstancia. De haber preguntado o indagado, habrás recibido siempre el mismo mensaje. Ni sin estar tú presente, se recuerda comentario alguno contrario a tu casa o sobre ti. Lo que sea que pueda llegar a opinar , lo guardó para sí. 

Con más edad, has logrado comprender que es un hombre que alberga una ira y rabia descomunal, pero contenida y enfocada. Aunque parece menos impetuoso ahora, con más días del nombre. A veces le has visto con la mirada perdida, amargada, como ausente. Aunque sigue siendo puro nervio.

Como a otros, te ha sorprendido la dedicación del caballero para gestionar las tierras que le brindó el señor de la casa ante la victoria en la Batalla del Vino . Salvo un impresionante destrero negro, Carbón, que se compró hace 3 años, todas las riquezas que ha adquirido las ha invertido en pro de mejorar las tierras, su seguridad  y  productividad y el nivel de vida de sus gentes. Ese esfuerzo no ha pasado de largo ante los ojos de los habitantes que gobierna (antaño bajo el gobierno de tu casa y del reino de Dorne) y aunque hace gala de un carácter poco sociable, es bastante querido y respetado por el pueblo. Vive en la casa cuartel con los soldados en Aguasfrías y es conocido su afán por mejorar los muelles y construir un puerto así como albergar un mercado que procure trabajo y sustento a la gente de sus tierras, a lo que está dedicando actualmente sus esfuerzos, así como dando oportunidad a los criminales de servir en su ejército en lugar de recibir castigo o cárcel. La primera unidad de soldados de este tipo ya es operativa "Los Redimidos", de la que se siente orgulloso y no muestra vergüenza alguna en admitirlo, a pesar de las posibles críticas.

En general tienes la sensación de total indiferencia hacia ti. Pero a pesar de todos sus defectos y su poca capacidad de empatizar o entablar amistades, tienes la certeza de que no siente especial acritud hacia ti. En cierto modo, quizás incluso pueda llegar a desconcertarte, pues ha cortado siempre cualquier comentario contrario hacia ti o tu casa no con palabras, sino con una mirada que todos conocen con pupilas como alfileres y mandíbula tensa como la cuerda de un arco. De forma similar, cualquier alabanza a sus hazañas.

Y muchos saben ya que tienes dos opciones cuando esa mirada llega; o te retiras o mejor ruega a los dioses por ser más diestro que él con las armas.

 

 

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13/05/2018, 14:23
Atreide

Me cae bien ese Ser Dwain, creo. :)

 

Tengo dudas sobre la Batalla del Vino. Se menciona en varios sitios de la partida en referencia a la historia de la Casa, así que quería buscar información por internet, pero no la encuentro. ¿Algún sitio donde pueda mirar/algo que deba saber?

 

Edito para añadir.

 Entonces te habrá dicho que es hija de Lord Rowan, pero habrás notado que no quería hablar más de eso.

¿Y este quién es?

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13/05/2018, 14:44
karras

La Batalla del Vino es inventada por el karras, jejeje. Intento seguir los eventos y sucesos de las novelas, pero algo tengo que inventar por cojones, jejeje.

Es que en jdt se suele tener un fallo y es llamar a los lores por el apellido. Es Lord Mathis Rowan o Lord Mathis. :)  Igual que no es Lord Lannister, es Lord Tywin o Lord Tywin Lannister.

Este sí que no es inventado. En realidad las casas, excepto la vuestra y la Dragnos, son todas reales (de las novelas, quiero decir).

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13/05/2018, 14:59
Atreide

Le he buscado y he visto que era afín a los Targaryen. Punto para él. ¿Algo que se pueda saber de por qué ha acabado esta muchacha aquí o cómo es la situación en su casa ahora?

 

Perfecto, si es inventada supongo que tengo libertad para inventar yo también. Así tengo para el evento de Gloria. ^_^

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13/05/2018, 15:08
karras

Sí, apoyaron a los Targy. 

Lo que sabes de su casa:

Es una de las casas más importantes del Dominio, tras los Tyrell y los Hightower. Es una casa muy rica, probablemente al nivel de la Casa Dragnos, lo que la posiciona entre las cuatro casas más ricas del Dominio. Y a nivel militar, esta considerada casi al nivel de la casa Stronhorse, lo que la convierte en la cuarta casa en cuanto a fuerza militar.

Lo de inventar...

Pero acuérdate cumplir las tres cosas que puse sobre la Batalla. A partir de ahí dale cuerda :P

- Casa Stronghorse + Dragnos vs Dayne.  Ser Dwain, comandante

- Ser Dwain derrotó (decapitando en combate singular) a Ser Samwell Dayne

- La victoria fue aplastante.

 

 

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13/05/2018, 20:21
Atreide

Casa Stronghorse: "Pisando fuerte".

Hace ya muchos veranos de la invasión Rhoynar, y sin embargo sus consecuencias aún pueden verse a día de hoy. Si uno mira el tapiz de Poniente no sólo con los ojos entrecerrados, sino buscando el principio de cada hebra, verá que no somos más que la consecuencia de los actos de otros. Los Rhoynar no trajeron sólo sus costumbres, o el tono oliváceo de la piel dorniense, no. Los Rhoynar trajeron fuerza desde Essos, trajeron vida.

Por aquel entonces aún existía el imperio Valyrio y aunque los Rhoynar habían llegado huyendo del príncipe Garyn el Grande, buscando refugio y no batalla, algunos señores los vieron como una amenaza. Ni siquiera les calmó el matrimonio de Nymeria con Lord Mors Martell: cuando el acero pide sangre, no descansa hasta encontrarla. Así muchos campos se tiñeron de rojo, sobre todo en la zona que unía Dorne con el Dominio.

Algunos septones siempre hablan de los Siete para mostrar cómo premian al bondadoso, al valeroso, al noble, al paciente. Hablan de cómo nos guían a través de cada una de sus virtudes, mostrándonos el mejor camino que podemos tomar. Incluso serían capaces de decir cuál de de ellos guió cada uno de los pasos de un chico llamado Aaron, renombrado con el tiempo Aaron Stronghorse.

Era poco más que un campesino con mano para los caballos, pero su corazón era fuerte y su determinación férrea. Y quiso el destino que atravesase para ir de su aldea al pueblo más cercano la misma arboleda en que horas antes se había producido una escaramuza. El lugar estaba lleno de muerte. Cadáveres con las armas aún atravesando sus cuerpos y expresiones de horror en el rostro, pero se dice que Aaron no se asustó. En lugar de eso afinó su oído, y escuchó la difícil respiración de un superviviente: el hijo y heredero de Lord Hightower, que había sido dado por muerto. 

Tras reconocer el blasón de sus ropas y sin saber qué hacer Aaron lo montó en su caballo y corrió tanto como pudo. Cabalgó durante horas para llevarlo a un refugio seguro. Durante ese tiempo el malherido noble a punto estuvo de darse por vencido en varias ocasiones, pero la tenacidad de Aaron y su convicción lo mantuvieron con vida.

Se cuenta que ningún caballo habría resistido aquel camino a esa velocidad. Se cuenta también que Aaron tuvo que detener su galope cuando les salió al paso un grupo de enemigos, pero que tomando la espada del Hightower consiguió enfrentarse a ellos y seguir adelante.

Para cuando logró encontrar a Lord Hightower este ya estaba llorando la muerte de su primogénito, jurando venganza y a punto de iniciar lo que probablemente acabaría en una guerra abierta y sin cuartel. Pero Aaron llegó a tiempo de que las lágrimas del Lord no se secasen y le entregó a su hijo aún con vida.

Dicen que el nombramiento fue casi inmediato, prácticamente en cuando se escuchó de boca de Aaron lo que había sucedido. Así murió Aaron el campesino y nació Lord Aaron Stronghorse. Algunos no creían que las palabras del campesino fueran ciertas hasta que el heredero comenzó a recuperarse y dio fe de todo lo que había contado, entregando a Stronghorse la espada con la que le había salvado la vida y comenzando una relación de vasallaje que se ha diluido con el tiempo.

La vida de Aaron dio un cambio radical. Sin grandes aspiraciones más que las de servir a su señor contrajo matrimonio con la cuarta hija de un noble menor de la zona y tuvieron cuatro hijos fuertes que llegaron a ser adultos. Nacía así una nueva casa, una que tendría como cometido cuidar del río que abastecía el Dominio tanto como sus fuerzas le permitieran.

 

El tiempo pasó, y las generaciones fueron sucediéndose manteniendo siempre el vasallaje a los Hightower. Después de Aaron gobernó aquellas tierras Errol Stronghorse, y Brus Stronghorse a este. Eran otros tiempos, pero la cautela y la honradez de los Stronghorse fue haciendo que la zona prosperase. Lo que había sido una aldea grande fue creciendo más y más cuando ellos aseguraron la zona hasta convertirse en el poblado de Riverside. Al mismo tiempo, lo que era poco más que un puesto de guardia con comodidades pudo ampliarse hasta ser a día de hoy el castillo que toma nombre del pueblo cercano. Es una referencia en la zona, desde luego, y un lugar seguro cerca del que vivir.

 

Los Stronghorse eran una casa tranquila. A pesar de que el tiempo y se consolidaban evitaban meterse tanto en disputas políticas como en batallas si no era necesario. Aún así siguieron los planes de los primeros de su casa, consiguiendo un creciente poder militar que ayudaba a mantener la zona libre de bandidos y criminales. Eran justos, eran honorables y sabían gestionar sus recursos.

Sobresale especialmente en la historia Lord Meryn Stronghorse, de quien se dice que era el más pío y devoto del Dominio, que sólo el deber con su casa —era hijo único— hizo que no acabase como septón. Y si todos los estudiosos recuerdan a este Lord es porque con él su casa vio un súbito crecimiento. Hay quien dice que tenía ayuda de los Siete, que la Vieja le guiaba al tomar decisiones, el Padre al impartir justicia y el Guerrero al manejar el hacha. También debió tener el beneplácito de la Madre, pues cuando el Desconocido se lo llevó dejó atrás catorce hijos y una hija que era la misma representación de la Doncella. Pero el crecimiento de los Stronghorse no vino por ninguno de esos dioses, sino por la mano del Herrero, que hizo que los trabajadores que rendían pleitesía al Lord dieran casi por casualidad con una veta de hierro que pronto se convirtió en una de las minas más importantes de la zona. No sólo eso, sino que al comenzar a cavar acabaron por encontrar también una pequeña cantera de mármol.

Aquello trajo trabajo a la zona, y riqueza. Gente de otras partes del Dominio se mudó a las tierras de los Stronghorse, creando poco a poco una aldea que no tardó en llamarse Marble.

 

Tras Lord Meryn las cosas fueron prosperando poco a poco. Algunos de sus sucesores siempre sostenían que trabajando con honradez y para el pueblo, no a costa de él, su vida era sencilla.

 

Sin embargo no todo iba a ser siempre tan fácil. Los Targaryen llevaban casi trescientos años en el Trono de Hierro tras unificar los Siete Reinos, cuando llegó la Falsa Primavera y con ella comenzaron los cambios. La Rebelión.

Para Lord Everam Stronghorse fue fácil saber dónde posicionarse: donde dictaba el honor. Los Targaryen habían hecho mucho daño a los Siete Reinos y la locura de Aerys II era un problema para todos. Aún dejando de lado las tropelías de su hijo Rhaegar, las noticias de cómo el Rey quemaba incluso a grandes señores corrían por los Siete Reinos. ¿Quién iba a ser el siguiente? Y no sólo eso. A lo largo de los años todos los Stronghorse se habían comprometido de hacer de sus tierras un lugar seguro. ¿Pero qué pasaba cuando los abusos venían por parte del Rey? ¿Qué clase de legado, si no, iba a dejar a sus hijas?

Aquello supuso una ruptura con algunas de las casas que los rodeaban, que apoyaron directamente a los Targaryen. La relación con los Hightower ya era meramente comercial, y estos eran lo suficientemente inteligentes como para no dejar que eso cambiase fuera cual fuera el resultado de la rebelión, pero la cercanía con Dorne ponía a los Stronghorse en una situación de desventaja. Los Mullendore, los Dayne, los Blackmont... fueron muchos los que permanecieron a la sombra de los dragones.

Conscientes de esta situación y de lo importante que podría resultar el apoyo militar de los Stronghorse para Robert Baratheon, los Dayne trataron de mermar sus fuerzas antes de que estos se unieran a la batalla. Ser Samwell Dayne esperó a una parte de los soldados Stronghorse en una zona llena de viñedos, desafiándolos a presentar batalla. Aprovechó que entre ellos no se encontraba Lord Everam y, creyéndose mejor estratega que cualquiera de los presentes, les dio incluso tiempo para reunir sus filas. Así el combate sería justo.

Fue una masacre. Dwain Trant se puso al mando de los Stronghorse, demostrando una fortaleza y un ingenio que los enemigos no se esperaban. Así los Dragnos y los Stronghorse presentes acabaron con casi todo el ejército de los Dayne con una victoria aplastante en lo que se conocería como la Batalla del Vino. Algunos Dayne supervivientes relatan con temor cómo Dwain —que pronto sería nombrado Ser Dwain tras aquello— derrotó en combate singular a Samwell Dayne, decapitándolo en lo que parecía un río de sangre y vino.

Después de eso Dragnos y Stronghorse pudieron unirse a los Baratheon y ayudarle a conseguir el trono que aún ostenta. Fueron recompensados, claro, y vieron crecer su fama y su fortuna después de aquellos actos de justicia y valor. La situación es tensa en el Dominio, eso es evidente, pero todas las casas que rodean a los Stronghorse —salvo los Dragnos y los Trant, sus vasallos— saben que no es recomendable tomar acciones ofensivas. El poder militar de los Stronghorse es grande, y a día de hoy contarían con el apoyo y ayuda de la Corona antes que cualquiera de todos esos traidores.

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13/05/2018, 23:02
Atreide

Atuendo de noble 100 vp x 3 Ornamentado.

Capa de viajero 3 vp x 10 Versátil (Supervivencia), Funcional (Discreción - Pasar inadvertido)

Perfumes 1 vp x 10 Funcional (Seducción), Versátil (Estatus)

Anillo 150 vp x 10 Versátil (Engaño), Funcional (Reputación)

Botas de cuero 15  vp x 10 Funcional (Rapidez), Vesátil (Agilidad)

Violín 10 vp x 10 Funcional (Tocar, Dedicación), Funcional (Tocar, Empatía)

Alfiletero 50 vp x 3 Disuasorio (Engaño)

Guantes 15 vp x 10 Encantado (Combate cuerpo a cuerpo), Funcional (Armas de hoja larga)

 

Espada larga 500 vp x 3 Precisa

Cuero blando 300 vp x 3 Reforzada

Canción satírica 60 vp

 

Regalos

Adorno oreja 25 vp x 10 Encantado (Persuasión), Versátil (Persuasión)

Carboncillos megaespeciales 4 vp (ya multiplicados x10) Funcional (Pintar, Dedicación), Funcional (Pintar, Empatía)

 

 

Total: 5104 vp. Me sobran 146 vp para vino (o lo que sea).

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14/05/2018, 00:17
karras

Solo un problema...los objetos solo pueden tener encantado si son de calidad extraordinaria (o como se diga la equivalente a una espada de acero valyrio). Tendrías que poner otra distinta :(

Notas de juego

Edit del Master: Ni puto caso

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14/05/2018, 03:11
Atreide
Sólo para el director

 

Aldern Dayne

 

Es difícil contar la historia de cualquier Dayne como un cuento agradable. Al menos, la de cualquiera que viviese la época de la rebelión. El auge del Usurpador.

Aldern, sin embargo, es una excepción. Si uno se queda fuera de su cabeza, si no penetra en sus pensamientos ni observa sus sueños, puede pensar que es el más afortunado de la estirpe de Campoestrella. Vive en un lujoso castillo, cuidado por una familia próspera. Pero nada de eso tiene valor cuando uno rompe la superficie del agua de sus pensamientos y se zambulle en la cabeza de un crío feliz, de un niño soñador, de un chico apartado de su hogar, de un adolescente herido, de un mozo serio y callado, de un muchacho contenido y, en definitiva, de un joven con ganas de venganza. Son todos ellos y a la vez son uno, así como los Siete tienen todos sus rostros pero son el mismo.

Tiene siete rostros y sobre todo tiene dos: el del solícito ayudante, capaz de aconsejar a Lord Everam Stronghorse el mejor modo de actuar, y el de quien es capaz de negociar su propio matrimonio por el bien de su prima, de su familia, de los Dayne, a espaldas de todos y con una lista de condiciones más larga que el río Torentine. Tiene infinitos rostros: el del amigo de risa fácil, el del estratega meditabundo, el del amante dedicado... Tiene infinitos rostros, sí. Pero cuando acaba el día, ¿tiene alguno?

 

Una infancia feliz

 

Corría el año 270 AC. Era una época dorada en Poniente, esa en la que el Rey Aerys II aún no había mostrado signos de demencia. Hacía sólo once años que el palacio de verano de los Targaryen había ardido intentando eclosionar un huevo de dragón en un incendio que mataría a Aegon V, el Improbable, lo que era la demostración última de la locura de la casa regente después de que uno de sus hermanos muriera tras beber fuego valyrio.

Los Targaryen, con Aerys II a la cabeza, habían vuelto a establecer el orden en los Siete Reinos. Y aunque aún no era público, no pasaría mucho tiempo antes de que prometiese a su hijo Rhaegar con Elia Martell... Dorne era, desde luego, dorada. Y allí fue donde nación Aldern Dayne, en un tiempo en que los dominios de su casa eran vastos y la prosperidad les sonreía.

Aldern fue el único hijo de Edwarn Dayne, tío menor de Lord William. Es, por tanto, primo de este, así como de Lady Allyria. Al nacer fue un brillo de luz en el campo de la estrella, pues llenó de alegría una casa con pocos varones. Además desde el primer momento Aldern fue un niño jovial, juguetón, que en cuanto aprendió a caminar quiso correr, y en cuanto aprendió a correr quiso cabalgar. Su pelo oscuro hacía a todos mencionar a Ser Arthur, Guardia Real al que tenía cierto parecido.

Los años pasaron, y cuando Aldern contaba con seis días del nombre ya era un hombre en miniatura. ¿Soñaba con ser él quien regentase la casa? Por supuesto, como también soñaba en ocasiones con ser guardia blanco, caballero o incluso con vestir el negro. Sus padres no le educaban para que se hiciese ideas de aspiraciones ni para que tuviera preocupaciones, sino para que fuera sólo lo que de verdad era: un niño. Además, teniendo en cuenta cómo en Dorne el sexo no era algo importante a la hora de elegir sucesor, las posibilidades del chico eran verdaderamente poco realistas.

Aún así conforme iba creciendo Aldern se iba haciendo más consciente de sus responsabilidades. Tenía un amigo, hijo del castellano de Campoestrella, al que ya había nombrado su escudero aún sin ser capaz de sostener siquiera una espada. Comenzaba a estudiar. Acudía como espectador a eventos y torneos y trataba de causar buena impresión, consciente de que representaba a su casa, y lo hacía con orgullo.

 

La tragedia

 

Aldern había vivido feliz hasta acercarse a la adolescencia. Oía historias sobre cómo el Rey actuaba cada vez de una forma más extraña, pero aún así no dudaba de que eran los Targaryen quienes debían gobernar. Ya había habido otros reyes locos antes, y Rhaegar parecía alguien bueno. Era sólo cuestión de tiempo que llegase su turno. Además el primo de Aldern, Ser Arthur, era miembro de la Guardia Real y el mejor caballero de los Siete Reinos. Los dragones tenían todo el apoyo de un Aldern que ya dejaba de ser infantil... Y de toda su casa. Y eso fue lo que los llevó a la ruina.

Al comienzo del levantamiento, cuando Jon Arryn alzó a sus vasallos en armas, los del rey tardaron en reaccionar. Probablemente todo habría sido distinto si se hubieran reunido a tiempo y aplastado a aquellos rebeldes, pero no fue así. Los dos pupilos de Arryn, Baratheon y Stark, no tardaron en reunir a sus ejércitos, y tras ellos también los Tully. Siete Reinos, ocho grandes señores, y cuatro alzándose en rebelión contra su Rey. Aquello era impensable.

Por supuesto, los dornienses respondieron tal y como llamaba el deber, defendiendo a los Targaryen, y con ellos los Dayne. Ser Samwell Dayne, creyéndose verdaderamente inteligente, trazó un plan que podría parar a algunos de los que estaban a punto de unirse al asedio a Desembarco del Rey... Sin embargo lo único que consiguió fue una aplastante derrota y separar la cabeza de su cuerpo. Ese fue el inicio de la caída de la casa Dayne.

Hubo otras casas que apoyaron a los Targaryen, pero que no perdieron tanto. Ellos no perdieron, desde luego, a un miembro y amigo en la Torre de la Alegría. Puede que Ser Arthur, con su juramento a la Guardia Real, ya no fuese un Dayne de pleno derecho... Pero eso no significaba que le hubiesen olvidado. Y cuando Eddard Stark apareció con Albor devolviéndosela a Ashara no devolvió una espada, sino que quitó una vida más: la de la hermana de Ser Arthur, que pronto se suicidaría.

Samwell, Arthur, Ashara... Y por si fuera poco se llevaron a Aldern. Como pupilo, decían sus bocas. Como prisionero, entendían los oídos de cualquiera. Les quitaron sus territorios dándole parte de ellos a un cualquiera. Al mismo que había decapitado a Ser Samwell.

La desgracia de los Dayne tenía varios nombres: Baratheon, sí, y Lannister, esos que iban con una mano tendida mientras la otra escondía un puñal a la espalda. Pero sobre todo Stark y Stronghorse. Aquellas dos casas habían condenado a los Dayne de una forma que sólo unos meses antes habría sido impensable.

Aldern fue separado de sus padres, de su hogar. Era suficientemente mayor para entender lo que estaba pasando, pero eso no significaba que estuviera preparado. Ellos eran los Dayne, una de las casas más importantes de la zona. Les estaban quitando sus tierras. Les estaban quitando sus derechos con la intención de reducirlos a la nada y ¿por qué? ¿Por defender al Rey al que todos habían jurado lealtad? Los Arryn, los Stark, los Stronghorse... Ellos eran los traidores. Eran saqueadores que disfrazaban sus actos de buenas intenciones. Pero Aldern sabía que las cosas no eran como decían. ¿"Tan algo como el honor"? ¿Ese era el título de los Arryn? Más bien Aldern había conocido la furia, había oído el rugido y se acercase o no el invierno le habían pisado bien fuerte.

Pero no se quedaría en el suelo gimoteando.

 

Un nuevo ¿hogar?

Los cambios fueron bruscos. No sólo fue separado de su familia y llevado con los culpables de su desgracia, sino que Aldern se vio obligado a ver cómo le otorgaban sus propias tierras a quien había decapitado a uno de sus parientes. El chico no sentía que nada de lo que había pasado fuera justo, pero era consciente de que cuál era su papel en todo aquello. Debía permanecer manso, ser obediente y no dar problemas. De lo contrario... De lo contrario no quería pensar ni qué pasaría, visto lo que hacían aquellos invasores con sus enemigos. Eran famosas las historias de lo sucedido en Desembarco, por ejemplo, lo que había sucedido con Ser Clegane y el bebé... ¿De qué no serían capaces si él no colaboraba?

De modo que Aldern al principio fue un chico callado que actuaba como si se dejase guiar hacia donde hiciera falta. Sí sentía cierto rechazo por todos los que le rodeaban —aún no había aprendido a disimularlo, desde luego—, pero sabía cómo comportarse.

Sin embargo, conforme pasaban los días e iba viendo que le dejaban cierta libertad Aldern fue conociendo con más profundidad a las dos hijas de los Stronghorse, así como empezó a visitar continuamente a su maestre.

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14/05/2018, 12:56
karras

Muy chula la historia :). Ya sabes...30

Y por hacer la historia de la casa, y viendo tu historia personal, te voy a dar el beneficio de CAMINO A LA GLORIA. Ya sé que preferirías uno para intrigas, pero verás que interesante es este.

CAMINO A LA GLORIA PREDESTINADA REQUIERE: ESTATUS 4
 
Cuando el personaje gaste (que no sacrifique) puntos de gloria para mejorar una tirada de habilidad contara como su hubiese gastado 1 adicional.
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14/05/2018, 13:08
karras

Tocar instrumento:

Tres tiradas: una de conocimientos, una de percepción  y otra de voluntad: la media es el resultado (con redondeo). Me guiaré por la tabla de dificultades del juego (pag. 30).

De este modo si la media queda entre:

3-5: Un truño como un puño

6-8: Lo que podría tocar alguien normal, sin conocimientos. Nada que se considere artístico 

9-11: Una melodía que tiene cierta gracia. Sin ser una obra de arte, comienzan a notarse ciertas formas y técnicas que hacen que el sonido sea reconocido como música 

12-14: Una buena melodía. Reconocible de alguien que no sólo tiene talento, sino que ha practicado y estudiado

15-17: Una interpretación de artista consumado. Con técnica y talento. Es reconocido por cualquiera como "arte"

18-20: Una obra maestra. Los grandes nobles pagarían importantes sumas por algo así o probablemente ejercerían de mecenas para el artista teniéndole al servicio de la casa.

21+: Obra única. Un referente del arte. La obra se estudiará, se conservará y fascinará.

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14/05/2018, 13:34
Atreide

13+15+9 = 37. 37/3 = 12 -> 12-14: Una buena melodía. Reconocible de alguien que no sólo tiene talento, sino que ha practicado y estudiado

 

He tenido bastante suerte con los dados, pero no está mal. :)

 

La verdad es que no sé qué son los puntos de Gloria. ¿Algún sitio donde pueda leer sobre ellos?

- Tiradas (3)
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14/05/2018, 14:17
karras

Sí, pag.69 del manual...

Ahí te explican los beneficios que obtienes al gastarlos o al sacrificarlos

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15/05/2018, 19:04
karras

Bien, lo primero sería establecer objetivo. Digamos en tu caso conseguir información. El suyo, no soltar prenda. Luego tiradas de iniciativa que se hacen con estatus +reputación. Ella ha sacado un 10

- Tiradas (1)
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15/05/2018, 19:08
Atreide

Actitud: Indiferencia, aparentando cordialidad.

Técnica: Cautivar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Ja!

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16/05/2018, 06:02
Atreide

Mi propuesta respecto al correo:

Como ya te he adelantado, entre los pnjs que crearé estará la famosa tabernera. He pensado que cuando hay correo delicado que me quieran mandar pueden hacérselo llegar a ella, y yo pasarme en algún momento. Normalmente lo leeré y me desharé de él para no llevarlo al castillo y que no haya opciones a que un Stronghorse o alguien del servicio lo encuentre. 

Los Dayne, o los Blackmont, o quien quiera dirigirse a mí, podrían saber adónde mandar las cosas. Si son importantes, no dejárselas a ella, pero sí que ella mande a avisarme a mí o que digan en el castillo de que tiene una botella esperándome o algún otro código para que me acerque. A la hora de escribirlo, mi idea siempre ha sido dárselo a alguien que vaya en esa dirección. Pero pensándolo bien la verdad es que puede ocuparse también ella, supongo. Eso, o que ha traído el correo se espere un rato por la zona para que responda por escrito. A cambio de los servicios de la posadera siempre puede quedarse a dormir y dejar una buena propina. :)

¿Te gusta, o es irme demasiado por los cerros de Úbeda?

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16/05/2018, 09:49
karras

No es descabellado. Pero tiene su riesgo. Tampoco entiendo que mucho, porque claro, esto no es como ir a mirar el email todas las mañanas, pero cierto riesgo implica cada vez que recibas o quieras mandar. Y entiendo que a la chica podrás mantenerla contenta con tu labia y esos dineros, mientras su integridad no corra peligro. A no ser que quieras trabajarte su actitud hasta afecto...pero ya sabes como son las relaciones de afecto, siempre se espera algo a cambio.

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16/05/2018, 13:16
Atreide

No, no, nada de afecto, yo pensaba en amistad.

Entiendo que también que tiene su riesgo, sobre todo si alguien descubriera el percal, pero cualquier otra forma de comunicación también la tendría. Al menos con esta muchacha puedo encerrarme en un dormitorio y llevarme la carta después. Por lo demás... Claro que alguien puede interceptar a un mensajero de ida o de vuelta, pero eso pasaría en cualquier otra situación.

Aún así de vez en cuando si me dejan (aún estoy pendiente de que Kay me lo diga) mandaré algún cuervo con cosas banales (ha habido buen tiempo, aquí me tratan bien, ¿cómo estáis vosotros?) para mantener la normalidad.

Dado el grado de amistad con Carellyn he decidido contarle que había ese correo secreto, pero no cómo. Esperemos que no se le suelte la lengua.