Partida Rol por web

Historias del Dominio

En La sala del Consejo

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18/01/2019, 23:11
Everan Stronghorse

Cuando Helaena llegó a la sala, Lord everan estaba intercambiando unas palabras con Randyll. Poco acertó a escuchar, pues parecía ser el final de la conversación.

Si algo se supiese en mi ausencia, informaréis la señora.— Con esas palabras y una pronunciada reverencia de Randyll, parecía concluir su reunión, momento en el que Lord Everan se percató de la presencia de su hija. 

Pasa Helaena. ¿No viene tu hermana contigo?.— Preguntó extrañado, pues debió pensar que ambas acudirían a verlo.

Randyll abandonó entonces la sala haciendo una reverencia también a Helaena excesivamente servicial. Tras su ida, recogió un poco el escritorio. Debía de estar haciendo algún tipo de cálculo, recuento tal vez, por lo poco que Helaena pudo ver antes de que su padre volcase totalmente su atención en ella. 

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18/01/2019, 23:41
Helaena Stronghorse

Helaena interrumpió el final de una conversación de su padre con el alguacil. Cuando vio que estaban hablando, se quedó parada, dudando de si salir o esperar adentro. Como parecía que la reunión se acababa justo en ese instante, se quedó donde estaba. Sonrió a Randyll cuando este le hizo una reverencia. El pobre siempre había sido algo torpe con esos detalles protocolarios, aunque no era algo que a Helaena le hubiera importado nunca.

Se acercó a su Lord Everam cuando este se dirigió a ella. Se fijó en todo lo que tenía sobre la mesa y se preguntó qué clase de cálculos estaría haciendo su padre la noche antes de partir. ¿Tal vez los costes que traería aquella empresa? Las guerras salían caras, aunque los vencedores acababan encontrándole el rendimiento de una forma u otra. ¿Quizás algo relacionado con Aguasfrías, precisamente? 

- No, ella… -empezó, aunque dudó unos segundos. No sabía qué haría Aquilegia. Era posible que le hubiera gustado acompañarla. Aunque tal vez era mejor así, vista la diferencia de opinión que habían tenido las hermanas-. Se ha quedado en el comedor, creo –Lo miró unos segundos y continuó-. Padre, ¿me permitís ahora hablar sobre el tema en cuestión? –preguntó Helaena, haciendo referencia a lo que había intentado discutir durante la cena-. Como ya sabréis, Ser Dwain se me acercó esta tarde para proponerme regentar Aguasfrías en su ausencia. Respondí que estaría encantada. Siempre que vos lo aceptarais, por supuesto. Aunque ahora no sé si sentirme halagada por ello. Teniendo en cuenta todo lo que hemos descubierto sobre él y sus… decisiones… -pronunció esta última palabra dándole especial hincapié-, el hecho de que también hubiera decidido darme esta oportunidad ya no me parece algo tan honroso, sinceramente.

Decepcionada y apenada por cómo habían resultado las cosas, sacudió la cabeza, olvidando aquello y yendo directamente al grano.

- ¿Qué haréis pues con Aguasfrías?

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22/01/2019, 21:08
Everan Stronghorse

—No, no lo sabía. Sí me había pedido que en su ausencia la casa se hiciera cargo de Aguasfrías, pero no que te había propuesto tal tarea.— Reconoció algo molesto, tal vez por no haber sido informado. Permaneció entonces un momento en silencio, reflexivo.

Hija...— Comenzó hablando con ese afán didáctico del que a veces hacía gala. —...no hay motivo para no sentirse honrada. Dwain es muchas cosas. Es reservado, un tanto extraño. Pero no miente. O dice la verdad, pase lo que pase, o calla...pero no miente.— Aseguró. —Nunca.— Añadió. 

Pon un millar de hombres junto a dragones escupiendo fuego amenazándote y no dudaría un instante en cruzarse para que nada te ocurriese.— Continuó. —Os quiere a ti y a tu hermana como si fueseis su familia.— Hizo una pequeña pausa respirando un par de veces, con cierto malestar, fastidio. Aquella situación era algo que no había caído en saco roto para el señor de la casa.

No es adulador. Y si él pensó en ti, es porque en verdad cree que podrías hacerlo. Y no veo por qué no podrías—Convino.

Vuestra madre se ocupará de la casa en mi ausencia. Aquilegia se quedará para ayudarla o para lo que ella disponga. Quizás decida que ambas deberíais ocuparos de Aguasfrías.— Dijo casi en tono de sentencia. —Pero esos detalles ya los convendrá vuestra madre.—Expresó con tranquilidad, con confianza. —Ocúpate de Aguasfrías, hija. Y no sientas deshonra alguna, pues convencido estoy que Dwain confía en que estás preparada para este desempeño...y yo también.—Dijo para luego hacer una pausa, y cambiar de tema.

Lo de Aldern...bueno, ha obrado como creía justo, de eso no tengo duda. Tan bueno es con la espada como nefasto con la política. No ha tenido en cuenta muchas cosas; la relación entre las casas, la condición de Aldern, o las posibles consecuencias.— Reflexionó. —Matar a una persona, Helaena, te cambia para siempre. Ya nunca eres el mismo y Dwain ha matado a cientos. Yo he visto con mis ojos de lo que es capaz.—  Casi se estremeció al recordarlo. 

Y llegado al punto que él ha llegado, creo que sólo hay dos opciones: o te vuelves un perro de presa o intentas enmendar de alguna forma lo que has hecho.— Explicó a la menor de sus hijas. —Casi hasta me alegro de que aún conserve algo de conciencia.— Reconoció. —Aunque es ingenuo y torpe como un bebé y no sabe ver más allá de su interés por enmendar los males que haya podido llevar a cabo.—

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23/01/2019, 20:42
Helaena Stronghorse

Helaena escuchó a su padre y sus palabras calmaron su ánimo como solo Lord Everam podía hacerlo. La joven era aún demasiado impulsiva y, aunque molesta por las noticias que había compartido Dwain, poco a poco el odio que había acumulado en su interior fue deshaciéndose.

Una parte de ella sabía que lo que decía su padre era cierto: Dwain nunca buscaría el mal a su familia. Al menos no a conciencia. Claramente el caballero no era tan sabio y tan apto para la política como ella había pensado. Una tremenda decepción, sin duda, y aún seguía pensando que la decisión que había tomado su padre era la correcta. Claro, que también era cierto que le costaba llegar a esa parte, pues el orgullo y el rencor le obstaculizaban el camino. No obstante, al final comprendió que tal vez (solo tal vez) no lo había echo con maldad.

- Entiendo, Padre. La verdad, no sé en qué momento Dwain pensó que era buena idea ocultar su pasado con su hermano o nombrar heredero a Aldern, pues ambos temas nos afectan a nosotros –Helaena suspiró y continuó-. Pero supongo que tenéis razón. Nunca nos ha dado ningún otro motivo para desconfiar de su lealtad y nunca antes se había dudado de su estima hacia nuestra familia. Ahora me doy cuenta de que tal vez mi reacción ha sido exagerada, solo porque de él nunca me lo habría esperado –Miró a Lord Everam, dubitativa, y al final compartió con él lo que no se había atrevido a compartir en su última charla-. Os confieso, Padre, que cuando hablamos sobre el futuro matrimonio de Aquilegia era en él en quien pensaba como mejor opción para desposarla y gobernar esta casa, pues creí que solo Dwain respetaría a esta familia tanto como para llevar las riendas de Riverside como si fuera un Stronghorse. Os admira tanto... Por eso también me molestó enterarme de todo. La historia con su hermano hace imposible tal enlace y su poca cabeza a la hora de tomar decisiones no serviría de mucha ayuda a nuestro pueblo.

Cuando escuchó la resolución de su padre con respecto a Aguasfrías, los ojos de Helaena brillaron de agradecimiento. Si bien era cierto que tenían que esperar a que su madre ultimara los detalles, Helaena siempre se había sentido más unida a Lord Everam, por tanto su opinión la valoraba mucho más.

Hasta el momento pensaba que únicamente Dwain la consideraba apta para tal tarea, pues aunque su padre la quería mucho, siempre era Aquilegia la que destacaba por encima de todo. De hecho, había entrado allí sin ninguna esperanza de ocuparse de Aguasfrías, solamente con la curiosidad que la caracterizaba por saber qué sería de esas tierras ahora que Dwain había sido desposeído de ellas. Y aunque finalmente tuviera que hacerlo mano a mano con su hermana, a ella ese gesto le bastaba por ahora.

- Padre… Muchas gracias por vuestra confianza –dijo, sin poder ocultar su sonrisa. La opinión de su padre era para ella mucho más valiosa que la de cualquier caballero y, por tanto, se sintió incluso más dichosa que hacía unas horas, en el cuarto de Dwain-. No os fallaré. Con Aquilegia o sin ella, actuaré de la mejor forma para que, a vuestra vuelta, encontréis Aguasfrías tal y como la dejáis al partir.

Aquella última reflexión fue lo único que no terminó de convencerla. Lord Everam también había matado a mucha gente; Lord Tarth seguramente también; el Rey Robert Baratheon, sin duda alguna. Los soldados mataban en las guerras. Y no por eso tomaban decisiones tan funestas como la que había tomado Dwain. ¿Que quería enmendar haber dejado huérfano a Aldern? Helaena lo comprendía, pero para ello podría dedicarle tiempo para adiestrarlo en la guerra o convertirse en una figura similar a un hermano mayor para él. Pero nombrarlo heredero había sido, como bien lo había expresado su padre, una torpeza.

- Ya… Supongo que yo eso nunca lo sabré, pues no soy ninguna guerrera. Pero, en fin, entiendo que no debería juzgarlo tan duramente –contestó, cediendo sus palabras ante su padre y bajando la mirada al suelo-. Además, quién sabe los errores que cometeré yo en un futuro y por qué motivos –añadió, con una ligera sonrisa.

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23/01/2019, 21:59
Everan Stronghorse

Lord Everan escuchó atento a su hija y sus palabras. Hizo un gesto de la mano para detenerla un instante.

En realidad Helaena, no nos ocultó nada. Deberías saber ya que Dwain es así. Nada sabrás de su boca si no preguntas. Pero una vez preguntes, no ocultará la verdad, pase lo que pase.— Aclaró a la joven. —Mi reproche de hace un momento, ha sido en referencia a que hay cosas de tal importancia, de tanta transcendencia, que no debería esperar a ser preguntado para contarlas.— Explicó a su hija. Atendió entonces a la autocrítica que hizo en su juicio al caballero.

Es normal, Helaena. Y más en tu caso que tienes un carácter fuerte...como tu madre.— Sonrió con complicidad.  —Pero es importante que antes de juzgar, trates de no hacer caso a tus emociones; tomar perspectiva.— Aconsejó.—Dwain es torpe, incauto, ingenuo. Pero no es un traidor. — Comentó con su hija.—Se rige por un código tan acotado que no le deja ver las cosas más allá, de una manera más amplia. Y uno de los principios más importantes de ese código es la lealtad.—

Se recostó sobre el respaldo de la silla aunque aún mantenía una pose señorial, no despreocupada o desgarbada.

Si hubiese dejado llevar a cabo las intenciones de Dwain y eso hubiese acarreado con el tiempo, algún mal a nuestra familia...a ti, a tu hermana...¿Qué crees que haría Dwain en ese supuesto?— Preguntó de una forma un tanto retórica.

En ese caso, los Dayne deberían echarse a temblar, porque estoy seguro de que de una forma o de otra arrasaría hasta los cimientos, sin importar lo que luego pudiera sucederle.— Se respondió él mismo. —Ese es Ser Dwain, hija. Tan difícil, pero a la vez tan sencillo.—

La revelación de las intenciones de Helaena respecto a su Hermana y Ser Dwain, provocaron una sonrisa, risa incluso, en su padre.

¿Dwain y Aquilegia?— Aquello finalmente terminó por arrancar una risa que no había aparecido desde antes de la cena en ningún momento.

Imposible. Creo que le resultaría incluso incestuoso.— Sonrió. —Ciego no es, y seguro que os considera mujeres, más que niñas, pero sois como hermanas, hijas si me apuras. Jamás pensaría en vosotras de esa forma, te lo aseguro. — Lord Everan parecía convencido de aquello. —Además, Helaena, espero poder encontraros tanto a tu hermana como a ti, un marido más adecuado.— Reconoció sin tapujos.

Asintió entonces condescendiente al agradecimiento de su hija. Su último comentario, sí que provocó respuesta en su padre, carente de humor, seria como el tema que se trataba.

No es necesario ser soldado o guerrero para arrebatar una vida.— Corrigió sin mala intención o dureza. —Y en verdad te digo que quitarle la vida a alguien te cambia. Ya no es lo mismo. Una parte de ti muere con esa primera vez. Pero se avanza, se sigue. Muchas veces el deber o la justicia nos obligan a arrebatar vidas. — Habló con franqueza e intimidad con su hija. —Pero no son las vidas que arrebatas en cumplimiento del deber o de la justicia las que te quitan el sueño. Son las que arrebatas sin obligación alguna las que pueden llegar a quitártelo.— Reveló a su hija.

Y creo que Dwain carga ya con demasiadas en su haber, y su conciencia le requiere pago.— Casi lamentó.

Habrás oído de alguna historia del maestre, tal vez leído, que es frecuente tomar prisioneros, pedir rescates. Dwain jamás ha hecho un prisionero, ni pedido rescate. No entiende de rendición; ni suya ni de su oponente. Sólo hay dos opciones cuando desenvaina la espada: o muere él o muere su adversario. No atiende a súplicas ni muestra piedad. Aniquila todo lo que se pone a su paso.— Contó a su hija con cierto tremendismo, como si en realidad, no fuese tan sencillo de hacer ni aún estando en guerra.

Y eso es lo que creo que le ha ido quebrando poco a poco. El verse más como una bestia que como un caballero— Dijo con pesar.

He dudado incluso si llevarlo a mi lado a la guerra, pero finalmente decidí que así fuese. ¿Sabes por qué?— Preguntó de nuevo sin esperar respuesta.

Porque todos somos conscientes de lo que ocurriría si los Greyjoy se hiciesen con el Trono. Dwain no es una excepción. Y sé que sólo de pensar lo que os podría deparar el futuro a ti y a tu hermana, a nuestra familia, si eso ocurriese, volverá a sacar esa bestia, esa ira que lleva dentro y no dejará a nadie con vida. Arrasará con todo lo que se le ponga por delante.— Suspiró entonces un momento.

Lo primero, por encima de todo, siempre, es la familia. Y gobernar te llevará a tomar decisiones que pueden hacer daño a otros por el bien de ésta. No olvides nunca eso, Helaena.— Aquellas últimas palabras salieron con decisión, dureza. Algo que mostraba de cierta forma, que la familia para Lord Everan eran sus hijas y su mujer.

 

 

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24/01/2019, 23:55
Helaena Stronghorse

Helaena asintió. Era cierto que, una vez preguntado, el caballero había respondido con sinceridad. Pero ella tampoco entendía cómo se había guardado aquella información durante tanto tiempo, esperando a que alguien le hiciera la pregunta pertinente. Era una de esas cosas de las que había que informar sin demora, pues el desconocimiento llevaba… a exactamente lo que había ocurrido.

Sonrió con cierta timidez cuando Lord Everam equiparó su carácter al de su madre. Ella siempre había admirado más a su padre, pero ser comparada con una gran señora como Lady Stronghorse era para sentirse orgullosa. Incluso aunque ese rasgo de su personalidad pudiera desviarse en ocasiones, como había sido el caso.

- Lo entiendo, Padre. Es verdad que a veces me ciego y no veo con perspectiva –reconoció, escuchando la valoración sobre Dwain.

Tras la pregunta retórica de Lord Everam, la respuesta le vino a la mente al instante. Y coincidía con la de su padre, así que asintió cuando el Señor continuó hablando.

- Y nunca he dudado que fuera de otra forma, Padre. A pesar de lo poco que habla, siempre he estado convencida de su lealtad hacia nosotros. No solo lealtad, sino verdadero cariño procedente de algo más que su juramento de vasallaje –respondió, sabiendo que si Dwain servía a los Stronghorse es porque realmente los respetaba y quería-. Esta ha sido la primera vez que lo he dudado. Pero tenéis razón. Él no es un traidor.

Helaena se quedó confusa con la risa de su Padre. No entendía el motivo de aquella, pues la joven lo había pensado mucho y muy detenidamente. ¿Qué había de raro en entregar a tu heredera al caballero más leal y en quien más confías? La respuesta la sorprendió. Ciertamente, ella había considerado al heroico Ser Dwain un hermano, pero un hermano político.

- ¿Y Ser Tyros es más adecuado? –preguntó con cierto sarcasmo, antes de poder detenerse a sí misma. Quizá el Dragnos fuera buen marido, pero aún quedaba ver si era buen futuro Lord de Riverside-. No es que no sea adecuado en absoluto, pero ¿más que Ser Dwain? –Se encogió de hombros, pensando que lo mejor era dejar de intervenir en el matrimonio de su hermana y centrarse únicamente en el suyo-. Pero supongo que ese es un tema que deberíais tratar directamente con Aquilegia. Y, por cierto, ella lo está deseando, solo que no se atreve a visitaros porque teme molestaros, pensando en que estaréis demasiado ocupado estos días. En cuanto a mí… -Hizo una breve pausa y suspiró-. Cuando volváis de la guerra, entonces podremos hablarlo.

Helaena puso toda su atención en aquella lección sobre lo que supone matar a otra persona. La joven se preguntó si aquel episodio con los asesinos de su familia era el que había hecho tanta mella en su padre. No, no podía ser eso. Aquellos hombres fueron ejecutados justamente. De hecho, le parecía imposible pensar que su padre le hubiera arrebatado a alguien la vida sin obligación. Cualquier muerte en sus manos habría sido en pro de la justicia y el deber.

Ser Dwain, por el contrario, parecía totalmente lo opuesto, al menos según la descripción de Lord Everam. Helaena siempre había dado por supuesto que el caballero, aunque implacable, había actuado por el bien del pueblo. Pero escuchando el relato de su padre, sonaba mucho peor de lo que había imaginado. Y en ese momento recordó los libros, los pergaminos y las velas. Ser Dwain no conciliaba el sueño, pero no era únicamente por su afán de estudiar.

- He oído muchas historias sobre él. Aun así, parece una persona tan diferente a la que yo conozco. Lo veo serio y con gesto duro, pero al mismo tiempo sereno y amable en el trato. En cierto modo, me cuesta imaginármelo siendo tan brutal… despiadado, incluso –Torció el gesto y apartó la mirada de su padre, con gesto pensativo, aunque seguía escuchando cada palabra. Realmente, lo que a ella le sorprendía más era que hubiera llegado a dudar de si llevarse o no a Ser Dwain a la guerra. Por muchos fallos que pueda tener ese hombre, el manejo de la espada no era uno de ellos.

Claro, que no se le pasó por alto un pequeño detalle. Lord Everam había hablado con pena y tristeza de los problemas de Ser Dwain, de la carga emocional que lo atormenta a diario. Sin embargo, estaba más que dispuesto a dejar que el lado oscuro del caballero saliera de nuevo; de hecho, contaba con ello. No sabía si sentirse horrorizada o admirar incluso más a su padre.

En resumen, estaba bien sacar a la bestia que Ser Dwain llevaba dentro, siempre que eso significara proteger a la familia. Algo con lo que Helaena no podía no estar de acuerdo, así que asintió con decisión.

- No lo olvidaré, Padre –dijo, sencillamente. Luego, tras pensarlo unos instantes, añadió:- ¿Creéis que Ser Dwain marchará al Muro de verdad? 

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25/01/2019, 00:59
Everan Stronghorse

Lord Everan fue asintiendo satisfecho a medida que las palabras de su hija reflejaban que iba asimilando lo que le había tratado de transmitir sobre el caballero. Aunque sí alzó nuevamente la mano y negó ante la pregunta sobre Ser Tyros, aún sonriente, disfrutando de aquel momento con su hija, a pesar de la dificultad que los acontecimientos de la noche había impuesto sobre sus hombros, aunque dejó que terminase de hablar sobre las cábalas posibles con los matrimonios

Yo no he dicho eso.— Corrigió.—Supones cosas que no han salido de mi boca— Recriminó con cariño, como si tratase con una tramposilla encantadora. 

Aunque ya hablamos una vez que quizás no sería mala opción para ti.— Recordó alzando una ceja esperando la reacción de su hija. —No deja de ser un fiel vasallo hasta día de hoy. Y su casa es tremendamente rica...— Dejó aquello en el aire. —Es educado, bien parecido y ya es prácticamente el señor de la Casa...— No añadió nada más al respecto.

Pero sí hija, hablaremos de esto a mi vuelta, tanto contigo, como con tu hermana.— Acordó.

Solo pudo al principio balancear la cabeza con duda cuando fue preguntado sobre si creía que Ser Dwain realmente marcharía al Muro. Duda que acompañó después con las palabras de su respuesta.

No lo sé. Por capaz, no cabe ninguna duda.— Teorizó. —Quizás podría por vergüenza, por haber sido desprovisto de sus tierras. Pero no creo que sea de ese tipo de personas.— Reflexionó. —Tuvo una infancia dura, no desprovista de castigos. Por Los Siete, incluso fue torturado. Tiene casi más marcas de latigazos y quemaduras en su cuerpo que de heridas de guerra. Pero nunca le he visto sentir vergüenza por ello. No las va mostrando de forma gratuita, pero no le he visto amilanarse en una situación donde no le quedase remedio alguno que mostrarlas. Y no creo que un castigo de su señor pudiera provocarle más vergüenza que esas cicatrices.— Tampoco parecía totalmente convencido. En su reflexión había duda que no trataba de ocultar ante su hija.

No sé...— Volvió a repetir con duda. —Pero creo que de decirdir marcharse al Muro, tendría que existir un motivo mayor que el de recibir castigo por algo que ya ha tenido sus consecuencias.— Como había sido el perder sus tierras.

 

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28/01/2019, 22:46
Helaena Stronghorse

Helaena abrió los ojos con sorpresa cuando escuchó la corrección de su padre y se permitió una pequeña risa. Claro que rápidamente se le borró cuando una vez más se imaginó a sí misma como futura esposa de Ser Tyros. A medida que Lord Everam enumeraba las cualidades del caballero, ella negaba vehementemente con su cabeza.

- La única forma de que aceptara casarme con él sería si no quedara nadie disponible de entre aquellos que tengo en mi lista –sentenció, con seriedad pero añadiendo al final una sonrisa para no parecer demasiado maleducada con su propio padre. Asintió finalmente, apartando ese tema que retomarían con suerte en unos pocos meses como máximo.

Con el ceño fruncido, prestó atención a las reflexiones de Lord Everam sobre Ser Dwain, horrorizándose con aquel detalle de la infancia del caballero. Nunca había escuchado semejante barbaridad, ni había visto aquellas heridas; ciertamente, habiendo conocido a una parte de su familia y de su pasado hacía apenas unas horas, aquel suceso encajaba muy bien en la historia familiar de Ser Dwain. Aun así, nunca lo hubiera imaginado.

- No, no puede ser ese el motivo. Él propuso marcharse al Muro antes de que vos le despojarais de sus tierras –reflexionó. Realmente, sentía que no podía estar segura de nada referente a Ser Dwain. ¿Qué se le pasaba por la cabeza? Imposible de saber. Era como si no lo conociera en absoluto, a pesar de haber sido prácticamente parte de la familia durante años-. No lo sé. Tal vez únicamente quiera libraros de cualquier problema con su hermano –aventuró, pensando que quizá le estaban dando demasiadas vueltas al asunto-. Aunque si decís que Ser Dwain nunca os mentiría si le preguntáis, podríais hacerlo y que os cuente el verdadero motivo por el que decidiría exiliarse al Muro.

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29/01/2019, 22:28
Everan Stronghorse

—Llegado el momento, así lo haré. — Dijo conforme a la propuesta de su hija, pero obviamente parecía que aún no consideraba que el momento hubiese llegado.

Entrecerró entonces los ojos mirando a Helaena con curiosidad, incluso algo divertido. — Como en su momento hablarás con tu padre de esa "lista", ¿no es así?.— Tampoco hizo mucho más hincapié en ello, aunque sí dejó claro que estaba atento a las palabras de su hija y que aquello no había caído en saco roto.

Comenzó entonces a recoger algunos de los papeles que había sobre el escritorio y los guardó en uno de los cajones.

—Deberíamos quizás ir pensando en retirarnos a descansar. No sé tú, hija, pero a tu padre ya comienzan a pesarle los párpados.— Sonrió con aspecto de cansado.

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29/01/2019, 23:33
Helaena Stronghorse

Helaena asintió con una sonrisa cuando su padre le pidió hablar en un futuro con él de su lista de candidatos. Por supuesto, pensaba hacerlo cuando llegara el momento idóneo, pues él era quien tendría que aprobarlos y hacer los tratos necesarios para conseguir un buen matrimonio para su hija pequeña. Pero el momento idóneo era una vez se hubiera cerrado el matrimonio de su hermana.

Claro. Necesitáis descansar, que mañana es un día importante para todos. Y hoy hemos tenido demasiadas emociones... -Suspiró y le dedicó una sonrisa a Lord Everam-. Que paséis buena noche, Padre -le deseó y, tras darle un abrazo, salió de la sala hacia sus aposentos, donde no perdería ni un segundo para meterse en su cama. Ella también estaba agotada.