Partida Rol por web

Historias del Dominio

Gobernando Aguasfrías

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22/10/2019, 15:57
Terrence Dragnos

Negó con tranquilidad ante la insinuación de Helaena de ser una carga añadida.

Donde caben doscientos, caben doscientos uno.— Dijo quitándole importancia al asunto, como si no le supusiese esfuerzo alguno la presencia de la joven.

El comentario sobre Cley le hizo sonreír, pero no respondió nada al respecto. Sí que lo hizo su intención de acompañarlo, pues ni imaginaba que la chica fuese a ofrecerse a ello, por la expresión algo sorprendida que mostró.

Como queráis, lady Helaena. Donde cabe uno caben tres.— Bromeó en referencia a su comentario anterior. —Subo a por algo para cubrirme mientras me baño y estoy en seguida.— 

Al poco regresó, prácticamenete a la vez que Todric ya traía un caballo preparado. Llevaba con el un arco y un carcaj con flechas. 

 —¿No habéis pedido a Todric que os prepare un caballo, y a vuestra escolta?. — Preguntó desviando la mirada hacia Duhan y los dos caballeros que lo acompañaban. 

 

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22/10/2019, 17:56
Helaena Stronghorse

Helaena no entendía por qué Terrence se mostraba tan sorprendido de que se hubiera ofrecido a acompañarlo. Al fin y al cabo, en Riverside no dudó en aceptar bajar con él al pueblo y luego a la Poza. De hecho, de las tres fue la que se mantuvo más abierta a ciertas proposiciones, como probar el ron miel que les ofreció. Aunque, en el fondo, aquello tal vez significaba que el resto realmente la veía como una versión de hermana, llena de respetabilidad, lo cual solamente podría traerle cosas buenas.

El único que podría romper aquella imagen era el encargado de prepararles los caballos. Y como Helaena no quería correr la mala suerte de toparse con él a solas —o tan a solas como podía estar la joven con escolta permanente—, aprovechó para ir rápidamente a buscar a la gatosombra.

Oh… no. El mozo había salido y yo tenía que ir a buscar a Luna —contestó, evitando posar sus ojos en Todric ni pronunciar su nombre. Sabía lo que le tocaba ahora. Tenía que pedírselo. No había nadie allí que hablara por ella, pues como adulta que se consideraba debería ser capaz de hacerlo ella sola. Por supuesto habría preferido volver a escuchar las obscenidades del criminal de aquella tarde antes de dirigirle la palabra a Todric. Pero no era así como funcionaba el mundo. Así que se armó de valor. Y, una vez armada de valor, se agachó a acariciar a Luna para tener una excusa de, al menos, no mirar al mozo a la cara—. Todric, prepáranos los caballos a mí y a mi escolta —Ya estaba. No le había costado tanto. Solamente habían sido los tres segundos más largos de su vida.

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24/10/2019, 18:09
Terrence Dragnos

Transcurrió un rato hasta que un mozo que no era Todric, regresó con las monturas. Terrence mientras tanto pertrechó su caballo con algunas cosas: unas mantas, un farol, sus armas...

Partieron hacia el río entonces, el cual a caballo se hacía realmente cercano. Terrence guió hasta una pequeña cala donde el agua era mansa, aislada de la corriente, así como discreta gracias a los árboles y la vegetación. Asegurar los caballos no fue problema y su escolta se repartió por la zona para vigilar. Terrence dispuso una manta para poder sentarse, mientras observaba ya a Luna dando saltos y correteando por la zona. Se detuvo un momento concentrada en los pececillos de la orilla los cuales miraba fijamente con la pata en alto intentando coger alguno.

Si me disculpa, voy al agua.— Dijo tras haberse descalzado. Se adentró entre la maleza. Allí debió despojarse de su ropa pues cuando volvió a verlo, bajaba desde más arriba ya por el agua. Luna finalmente se animó también. El felino nadaba sacando únicamente la  cabeza del agua, aunque no se adentró mucho, permaneciendo casi en la orilla. El atardecer cubrió el cielo de tonos anaranjados, anunciando la llegada de la noche, dotando lo que veía de contraluces y sombras que daban un aspecto casi mágico a lo que observaba. Quizás por ello Terrence elegía esas horas para despejarse en el agua. Puede que simplemente fuese el único momento disponible. 

No prestó especial atención a Helaena, ni hizo ningún gesto que la invitase a acompañarle, como seguramente habría hecho con anterioridad. Sí se detuvo un momento para ver al felino sin poder ocultar la sonrisa, e insistió un par de veces para que el animal acudiese hacia él, aunque no tuvo mucho éxito, siendo ignorado, Aún así mantuvo la sonrisa y continuó nadando y buceando.

Volvió a desaparecer río arriba y al cabo de un rato llegó hasta donde estaba Helaena, seco pero con el pelo húmedo y suelto, cayéndole por debajo de los hombros. Sus pantalones estaban remangados y los pies descalzos. LLevaba consigo la manta y un viejo casco oxidado. Se sentó frente a Helaena y lo dejó cerca de ella.

Fijaos lo que encontré en el fondo. Puede que sea de cuando tuvo lugar la Batalla del Vino., ¿No os parece?— Compartió aquella suposición, probablemente a juzgar por el deterioro y óxido de la pieza, mientras se aplicaba en encencer el farol para tener algo de luz, la cual poco a poco iba siendo cada vez más escasa. Luna se sacudió en agua y pronto encontró un hueco en el regazo de Helaena donde acurrucarse y proceder a completar su higiene por si misma.

Mañana no habrá entrenamiento, pues ocuparán la plaza los puestos del mercado, pero pasado sí. — Informó. Se le veía muy tranquilo. Sus ojos vidriosos, anunciaban cansancio, aunque eso no le hacía perder el gesto gentil.

¿Os ha gustado tirar con arco?. — Preguntó con interés. —¿No os resulta como un desafío...? Cada vez más cerca del punto rojo. No, más tensa la cuerda. Pero...¿por qué se ha ido tan alta esta vez?— Dijo emulando pensamientos que pudieron pasar por la mente de la joven y que sin duda en algún momento de sus comienzos debieron pasar por la mente de un joven Terrence.

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25/10/2019, 00:32
Helaena Stronghorse

Una vez en el río, Helaena se sentó sobre la manta que había extendido Terrence. Estuvo unos minutos mirando a Luna y, cuando hombre y felino estuvieron en el agua, se tumbó mirando al cielo. De vez en cuando dirigía sus ojos de vuelta al río, pero en su mayor parte observó cómo los colores cambiaban al desaparecer el sol. El día había sido intenso. Por cómo lo recordaba, parecía que hubiera pasado un mes desde que había bajado a la prisión; aunque su piel aún se le erizaba al pensar en aquellos hombres.

Se preguntaba si los vería morir. La ejecución no sería pública, pero ¿tendría que estar ella presente? Por un lado, no creía que fuera una imagen agradable y odiaba pensar en tener que verlos de nuevo; por el otro, tal vez necesitaba ver cómo se apagaban sus vidas y estar segura de que la amenaza de aquel hombre nunca se cumpliría.

Llegó un momento, angustiada, en el que se cansó de pensar en temas tan aciagos y obligó a su mente a que se centrara en algo más agradable. Pero su mente, que no tenía ganas de dejarla tranquila, le ofreció a Todric. Helaena suspiró con desgana. Ojalá pudiera mandar ejecutarlo a él también. Pero no era algo que estuviera en sus manos, no si quería mantener el asunto en completo silencio.

La ira le iba subiendo, así que acabó por sentarse de nuevo para poder mirar mejor a Luna y a Terrence, mientras se bañaban. La gatosombra estaba ignorando por completo al joven, lo cual le sacó a Helaena una pequeña sonrisa, mientras pensaba que su compañera tenía la misma opinión de los Dragnos que ella.

Cuando Terrence regresó, la benjamina se lo quedó mirando con curiosidad. No tanto a él como al objeto que traía consigo.

¿Lo habéis encontrado buceando? —preguntó, aunque de forma retórica, pues estaba claro que aquel casco había salido del agua—. Es bastante probable, no ha habido muchas más batallas por aquí en los últimos tiempos. ¿Se puede saber a qué bando perteneció? —preguntó, mientras hacía espacio para Luna en su regazo. Seguramente sería complicado, pues el casco estaba bastante oxidado y puede que no se viera ninguna marca distintiva.

Helaena mostró una breve mueca de fastidio al escuchar que al día siguiente no habría entrenamiento. Quizá no era tan mala noticia, debía descansar los brazos. Además, había otras cosas a las que atender y seguro que no se aburriría.

¡Me ha encantado! —exclamó con un brillo en los ojos—. He acabado totalmente agotada y no he conseguido hacer un tiro decente, pero ha sido… liberador —Hizo una pequeña pausa de dos segundos hasta encontrar el adjetivo adecuado—. Sí, justo pensé todas esas cosas, pero no era en absoluto frustrante, ¿sabéis? Al contrario, tenía cada vez más ganas de continuar, pensando que quizá la siguiente flecha… —No terminó la frase, pero quedó claro que sus esperanzas nunca se vieron realizadas. No parecía importarle, no obstante.

Miró de reojo a Terrence, antes de cambiar de tema.

Os echamos en falta en Riverside el otro día  —dijo Helaena, refiriéndose a los funerales por Lady Stronghorse. No había acusación o rencor en su voz, simplemente afirmaba un hecho—. Estuve hablando con Joanna y debo pediros disculpas. Le hablé de la posible unión entre nuestros dos hermanos mayores sin saber que ella no estaba al tanto de aquellos planes. No le sentó muy bien. Aunque le aseguré que no había nada cerrado, así que no tenía que preocuparse por no saber algo que aún no sabían ni los propios interesados.

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28/10/2019, 14:10
Terrence Dragnos

Terrence negó con desconocimiento.

No lo sé, la verdad. No sabría deciros a qué bando pertenecía.—Reconoció respecto al casco. En cualquier caso parecía dispuesto a conservarlo, a juzgar por como le quitaba el barro con un paño y trataba de adecentarlo un poco.

Sonrió ante la emoción que mostraba la joven con la experiencia que había vivido en su primer día con el arco.

Os tendré preparado más ungüento, descuidad.— Dijo como si intuyese que la joven iba a seguir practicando.—Veréis como mejoráis mucho en poco tiempo. Pero os advierto que llega un punto en el que parece que no avanzas, que te estancas. Y es muy frustrante. Bueno, ahí, sed muy perseverante y veréis que las cuestas arriba también tienen fin.— Aconsejó. Era evidente que las charlar sobre esas cosas le gustaba, No sólo era que fuese un gran arquero por talento o práctica. Se notaba que era algo que le apasionaba.

Y si regresáis a Riverside, recordad que tenéis al capitán Ilvar. El fue quien me enseñó a mí. Os puedo asegurar que aprenderéis más con él que conmigo.—

Ante el comentario sobre su hermana, se encogió de hombros con una mueca que hasta le resultó divertida, aunque no era su intención.

—Ya se le pasará.— Supuso, como si el hecho de que no se le pasase, le importase un pimiento.— ¿Sabéis cómo me entero de las cosas?— Preguntó retóricamente, sin esperar en realidad respuesta. —Preguntando...— Se respondió como si fuese la cosa más sencilla del mundo. —"Tyros, ¿hay alguna mujer por la que pierdas el aliento?. ¿Padre quiere casarte con alguien?, ¿con quién?". Se imitó a sí mismo. —Fijaos si es sencillo... Si quiere saber, que pregunte.— 

Y hablando de todo un poco, debió pensar.

Y vos...¿ya tenéis concertado algo?, ¿perdéis el aliento por algún hombre?, ¿vuestro padre os quiere casar con alguien?, ¿con quién?— Sonrió, ante la broma que seguro que la joven captaba. 

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28/10/2019, 20:00
Helaena Stronghorse

Helaena esperaba notar esa mejoría con el arco y estaba deseando que llegara el momento en el que diera por primera vez, no en el centro de la diana, simplemente en la diana. Así que pensar en ello hizo que le brillaran los ojos de entusiasmo.

Oh, no pienso dejarlo, por muy frustrante que sea —le aseguró. Después de años, al fin había conseguido una oportunidad y no iba a perderla—. ¿Me dejaréis en algún momento probar con otro arco más grande? —preguntó. Tenía curiosidad por saber cómo de diferente sería manejarlo y, por supuesto, quería aprender también. No pensaba quedarse en el pequeño arco de caza—. Sí, claro que tengo en cuenta a Ilvar Faelmar y Ser Dwain también me lo recomendó —No dudaba que fuera a aprender más con el capitán de “Los Escorpiones” que con Terrence. Por muy diestro que fuera el Dragnos con el arco, Ilvar Faelmar dirigía y formaba a los hombres de la mejor compañía de arqueros del Dominio. Como maestro debía de ser insuperable.

Helaena miró entonces intrigada a Terrence. ¿Qué contestación era esa con respecto a su hermana? No parecía que le importase en absoluto que estuviera enfadada con él o no y, de hecho, daba la sensación de que incluso le molestaba el comportamiento de Lady Joanna. Que, por otra parte, Helaena lo comprendía perfectamente. La chica era difícil de llevar y muy intensa.

No os andáis con rodeos… —contestó, con gesto de aprobación—. Pero no os creáis que es tan sencillo. Tyros podría haberos engañado, ¿no lo habéis pensado? Imaginaos que en realidad no bebe los vientos por Aquilegia, sino por… ¡Carellyn! —exclamó, con falsa expresión de escándalo—. Pero, claro, tiene que obedecer los deseos de vuestro padre y no le queda más remedio que casarse con mi hermana —concluyó, con una sonrisa.

Arqueó una ceja cuando escuchó las preguntas de Terrence. Sonrió y, a continuación, se llevó las manos al pecho y cerró los ojos, como si soñara con el perfecto esposo.

Oh, Terrence, si vos supierais la larga fila de pretendientes que se me ha formado —bromeó, con gran exageración en su voz—. ¡Padre no da abasto! ¿Por qué creéis que él ha ido a la guerra y yo me he venido a Aguasfrías? ¡Para huir de ellos, obviamente! Porque ¿cómo elegir? ¡Todos tan apuestos y aguerridos! —suspiró, como si se sintiera encandilada por esa lista imaginaria de hombres. Luego soltó una pequeña risa y luego negó con la cabeza—. Yo no soy vuestro hermano, Terrence. A mí no me sacáis la información tan fácilmente.

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29/10/2019, 20:40
Terrence Dragnos

Terrence asintió a la petición de probar otro arco, aunque probablemente más adelante. Asentía durante la conversación cuando mencionó a Ilvar. El propio capitán reconocía como su alumno lo había superado, pero de igual modo que Terrence aseguró que el mejor alumno no es el que más sabe sino el que más aprende, seguramente pensaría algo parecido respecto a la enseñanza. El mejor maestro no es el que más sabe sino el que mejor enseña. 

Cuando insinuó que su hermano le podía haber engañado, volvió a encogerse de hombros, como si tampoco le importase mucho. —Bueno, si me engaña, él mismo.— Sonrió. —Y si fuese Carellyn, afortunada sería.— Asintió con lo de que tiene que obedecer a su padre, como algo normal y lógico. Una lógica que por otra parte él se saltaba cada día.

Sonrió entonces a Helaena cuando mencionó que no era su hermano, y las palabras siguientes.

—No, no lo sois.— Convino. —Sólo bromeaba...— Aclaró como si aquella información tampoco le importase en realidad. —Además si tengo que pensar que mi propio hermano pudo mentirme, ¿cómo fiarme de lo que podríais decirme, si ni nos une la sangre.?— Dijo como algo inevitable.

Era sólo por pasar un buen rato. Algo que recordar.— Su mirada se perdió un instante en algún punto de la arena. —Puede que ya no nos queden tantos como pensamos...— Se quedó un instante en silencio con la mirada aún perdida hasta que volvió a mirarla y a sonreír con gentileza.

 

 

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29/10/2019, 23:53
Helaena Stronghorse

Helaena asintió, totalmente convencida. Efectivamente, si fuese Carellyn la mujer deseada por Ser Tyros y quien acabara siendo su esposa, eso sí sería una gran noticia. La bastarda no podía aspirar a mejor matrimonio y, de esa forma, los Stronghorse se librarían de dar sus territorios y su poder a los Dragnos. Si el mundo fuera un poco más justo…, pensaba Helaena.

La joven sonrió cuando Terrence llegó a la conclusión de que ella podría mentirle perfectamente. Y lo más probable era que lo hiciera, en caso de que llegara a responder. Porque por nada del mundo pensaba contarle su idea de conquistar a Ser Willas Tyrell; ni tampoco la horrible sugerencia de Lord Everam de casarla con el heredero de los Dragnos. Y mucho menos pensaba hablarle de cómo ella ya no suspiraba por nadie ni tampoco los motivos por los que había cerrado su corazón.

No, es cierto, no queda nada para que marchéis de Poniente —respondió al tiempo que asentía. Aunque, si tan melancólico y sentimental se sentía, tal vez debería haberse quedado con su padre y su hermana en Villacolmena y haber disfrutado de ellos esas semanas. Es lo que Helaena habría hecho, desde luego—. ¿Tenéis ya fecha? —preguntó. En su momento, Terrence había dicho que quería esperar a que se celebrara la boda. Pero era una boda no confirmada siquiera, y que así siguiera.

Se fijó en el rostro del joven, en su mirada al infinito y en su posterior sonrisa. Llevaba todo el día igual. Helaena lo había achacado a que se tomaba su trabajo con tanta seriedad que él mismo parecía otra persona. Pero ahora ya no trabajaba, ¿dónde estaba el joven alegre y bromista? Frunció el ceño.

No parecéis muy entusiasmado por vuestro viaje. Hace apenas unas semanas estabais deseándolo. ¿Ha cambiado algo? —Helaena suponía que tal vez se debía a que su hermano mayor estaba en la guerra, de la cual quizá no volviera nunca. Pero para alguien que ya tenía pensado despedirse para siempre de los suyos, aquello no debería ser tan traumático.

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30/10/2019, 00:34
Terrence Dragnos

Terrence asintió.

—Sí, muchas cosas han cambiado.— Reconoció.

Darme cuenta de lo mucho que quiero a mi familia a pesar de nuestras diferencias, a mis amigos, a vos y a vuestra familia. Los mejores amigos y aliados.— Dijo como si temiese perder todo aquello. 

Ya no cruzaré el mar, ni conoceré las ciudades libres. Tampoco veré el desierto ni las tierras más lejanas.— Pareció lamentar como algo necesario.

Viajaré al norte y cruzaré el Muro.— Asintió. —Y...me asusta lo que encontraremos allí.— La miró entonces a los ojos. 

Desconfiáis de mí, de todos en realidad. Lo noto en vuestros ojos, en vuestra voz... Pero no os hacéis idea de lo mucho que os aprecio a vos y a vuestra familia, al igual que toda mi familia.— Dijo como si pudiese leerla.

Sólo pensar lo que pasaría si...— Su voz se entrecortó y bajó la mirada. Cuando volvió a alzarla estaba algo compungido.

Cuidad a mi familia...—Pidió. — Cuidaos mutuamente. Llegará el día en que necesitaremos de los verdaderos amigos más que nunca.—

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30/10/2019, 10:17
Helaena Stronghorse

Fuera cual fuera la respuesta que Helaena esperara, la que recibió no se encontraba entre las posibilidades. ¿Había cancelado su viaje original? Después de todo ese tiempo preparándolo, no podía creer que hubiera cambiado de opinión; y, desde luego, no podía creer cuál era su nuevo destino. La joven lo miró levemente alterada. Otra vez esta conversación, no…

 Dejó a un lado lo que dijo de ella y de su familia, eso ahora no importaba. Cualquiera que estuviera a punto de emprender una misión suicida tendría ese tipo de pensamientos en la cabeza.

No puedo creerlo, Terrence. ¿Os habéis dejado convencer por Ser Dwain? —preguntó, como si aquello fuera lo peor que alguien pudiera hacer—. ¿De verdad creéis también que hay criaturas espantosas que algún día nos atacarán a todos? Vos deberíais ser quien le quitara esas ideas de la cabeza. Por favor, no dejéis vuestro sueño a un lado por una locura como esta —le dijo, casi implorante—. Lo único que sucederá es que cruzaréis el Muro y bien el frío, bien una horda de salvajes acabará con vuestras vidas.

Lo que más le preocupaba era saber que Ser Dwain tendría un acompañante, alguien que estaba de su lado. Esperaba que la insistencia de varias personas consiguiera hacerle ver la estupidez de su viaje y que cambiara de opinión y que se quedara en Riverside, como debía ser. Pero ahora había alguien que lo apoyaba y que incluso se le había unido.

Por los Siete, Terrence, sois un hombre inteligente —dijo, con tono de urgencia, agarrándole del brazo como si quisiera hacerle entrar en razón—. Ser Dwain… él es un gran guerrero y una persona leal, pero… —Se detuvo, pues no quería decir lo que realmente pensaba, que lo que le sobraba al caballero en valentía, fuerza y fidelidad, le faltaba en intelecto—. Apenas ha leído cuatro libros sobre el tema, fantasías. Yo he hablado con el maestre Paul sobre ello y él afirma que no hay constancia de su existencia en nuestro tiempo. Y, de existir realmente, el Muro y la Guardia de la Noche son protecciones más que suficientes para detenerlos. ¿Creéis realmente que Ser Dwain sabe más sobre el tema que un maestre? —Era una pregunta retórica. Por supuesto que no.

Cuando pensaba que ese tema podría caer en el olvido, ahora escuchaba todo esto. ¿Cómo era posible que ese joven se hubiera dejado persuadir de aquella manera, hasta el punto de cambiar un proyecto anhelado por una muerte segura y sin sentido?

¿Queréis que cuide a vuestra familia? Entonces lo primero que tendría que hacer sería deteneros, pues no creo que les hagáis bien siguiendo las fantasías de un hombre fácilmente influenciable. Y no desconfío de vos, Terrence —añadió, corrigiéndole. No le gustaban los Dragnos ni lo que suponía esa familia para el futuro de la suya; no los consideraba dignos de unirse a ellos. Pero ¿Terrence, concretamente? Terrence le caía bien dentro de lo que cabía, si conseguía separarlo de su apellido. Además, Helaena estaba convencida de que cualquier mal que viniera de los Dragnos tendría su origen en el Lord, no en su hijo menor—. Es cierto que soy excesivamente precavida en las relaciones con otras personas, pero, si realmente desconfiara, no me habría puesto en vuestras manos para que me entrenarais.

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30/10/2019, 13:54
Terrence Dragnos

Terrence la escuchó sin gesticular palabra, como si de alguna forma, esa fuese la reacción que esperaba, lo normal, lo lógico. Cuando terminó con todos sus argumentos, él permaneció un instante en silencio y tomó aire.

Los he visto...De algún modo he estado allí y los he visto.— Dijo como si todas las cosas que cualquiera pudiese decirle al respecto cayesen en saco roto. Aquello desarmaba cualquier cosa que pudiese decir un maestre o la Ciudadela entera, sus amigos, su familia o todo Poniente. Esa certeza estaba ahí.

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30/10/2019, 19:35
Helaena Stronghorse

Era imposible razonar con un demente. O, según le quiso explicar el maestre, con un creyente. Lo que no imaginaba Helaena era que aquel mal evolucionara tan rápidamente. Hacía poco más de dos semanas, Terrence era una persona normal, dentro de sus extravagancias. Y, ahora…

Pero ¿qué decís? ¿Cómo que los habéis visto? Si no habéis estado nunca allí —Sus palabras no conseguirían hacer entrar en razón al joven, lo sabía; pero en ese momento no era eso lo que Helaena intentaba. Simplemente le estaba poniendo nerviosa aquella obsesión repentina de todo el mundo por los Caminantes Blancos. Y de Ser Dwain, con la vida que había llevado y la casi muerte que había sufrido, podía llegar a comprender que decidiera creer en algo tan extremo. Pero ¿Terrence?—. ¿Habéis... soñado con ellos? —preguntó, intentando entender lo que decía el joven. Era una de las dos posibilidades que se le ocurrían que explicaran aquel comentario. La otra, que se hubiera pasado con el ron miel.

— Intentad hacedme comprender, por favor —dijo, con más suavidad que antes, pero aún con firmeza—. Porque es la segunda vez que tengo esta misma conversación y soy incapaz de entender por qué Ser Dwain y vos, de repente, habéis decidido creer en ello y habéis tomado una decisión tan drástica.

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01/11/2019, 22:25
Terrence Dragnos

Terrence la miró con ese gesto que anunciaba que no había palabras para explicarlo y que seguramente nada de lo que dijese iba a convencerla o hacerla creer que era cierto. Así que sólo negó.

No le deis más vueltas.— Sonrió. —Sólo aseguraos de que nuestras familias sigan como siempre. Si seguimos unidos, seguiremos siendo fuertes.— Pidió. Y no necesariamente tenía que referirse a lo que tanto el como al caballero les obsesionaba.

Miró entonces al agua de nuevo.

Creo que me voy a dar un último baño.— La miró entonces con curiosidad. —¿Queréis que me retire y así podéis daros uno?. El agua está increíble.— Preguntó añadiendo aquello, pues ya sabía que la joven era mucho más recatada que él.

 

 

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01/11/2019, 23:37
Helaena Stronghorse

Helaena negó con la cabeza en silencio, decepcionada con el resultado de aquella conversación. Por algún motivo, todos iban a ella con las mismas ideas fantasiosas, pero ninguno le daba explicaciones ni pruebas de que lo que decían era cierto. Y ahora Terrence aseguraba que los había visto, pero se negaba a dar más detalles.

— Descuidad, haré lo posible porque nuestras familias sigan estando como han estado siempre —le prometió con decisión. Y no era una promesa vana. En efecto, Helaena pensaba esforzarse porque los Stronghorse y los Dragnos mantuvieran literalmente el mismo tipo de relación que hasta el momento: cordial, de vasallaje y sin ningún tipo de unión, más allá de lo que la amistad los había unido.

Helaena centró su atención en Luna, a quien rascaba por detrás de las orejas, mientras meditaba. Si había esperado obtener información sobre los Dragnos o cualquier otro detalle claro por parte de Terrence, había estado muy equivocada. La conversación había ido por unos caminos que la joven nunca habría imaginado. Pero ¿quién iba a pensar que aquel joven hubiera cambiado tantísimo en tan poco tiempo? 

Como yo he cambiado, pensó de repente. Pero no era lo mismo. Ella había sufrido una experiencia terrible y real; no algo producto de su imaginación. A ella únicamente le bastaba la palabra de un hombre tan sabio como Paul para estar segura de que aquella misión era de locos.

Escuchó la pregunta de Terrence y volvió a negar.

— No, gracias. No acostumbro a bañarme a la vista de… —A la vista de nadie, pues no había nadie a su alrededor, más que los escoltas. Así que reformuló su frase­—. No acostumbro a bañarme en lugares públicos.

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02/11/2019, 00:07
Terrence Dragnos

¿Nunca os habéis bañado en un río o en una playa?— Preguntó sorprendido mientras se ponía en pie. Tras ello se deshizo de la manta que lo cubría y comenzó a andar hacia la orilla.

En realidad esto no es un lugar público. Es de vuestra familia. O al menos esta orilla, ¿no?— Preguntó echando la vista atrás sin detenerse, con cierto cuidado para no pincharse los pies. No esperó tampoco otra reacción distinta de Helaena, así que como anunció, se metió en el agua y comenzó a nadar hacia el interior del ancho río.

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02/11/2019, 01:18
Helaena Stronghorse

Claro que se había bañado en un río. Cuando era pequeña y estaba con chicas. Hacía tiempo que no se metía por completo, más allá de las rodillas. Y mucho menos con extraños. Terrence no era exactamente un extraño, pero tampoco era un amigo de toda la vida.

Helaena miró a su alrededor. ¿Estaba seguro Terrence de que no iba a pasar por ahí alguien de repente? No eran horas, ciertamente. Pero la chica no se había traído nada con lo que meterse al agua. Y, aunque el Dragnos se retirara, seguía teniendo la sombra de Ser Dunan y Ser Badorc. Miró hacia los caballeros. No pensaba desnudarse delante de ellos.

Terrence estaba ya nadando cuando Helaena se levantó. Dudó unos segundos, pero finalmente se quitó los zapatos, se subió el vestido hasta los muslos y caminó hacia el río. La primera impresión la sobrecogió, pero rápidamente se acostumbró a la temperatura del agua. Lo que necesitaba era mojarse los brazos para calmarlos tras todo el entrenamiento, pero eso habría significado soltar su vestido y que se le empapara.

¿Desde cuándo era ella tan remilgada, que ni tan siquiera estaba dispuesta a mojarse un poco la ropa? Helaena frunció el ceño, suspiró y dejo caer el vestido al agua. Se metió hasta la cintura y, mientras se mojaba los brazos, observaba a su alrededor, no fuera a ser que alguien más allá de sus acompañantes la vieran de esa guisa.

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03/11/2019, 11:45
Terrence Dragnos

Terrence no se percató en un principio de que Helaena se había metido en el agua pues continuaba nadando hacia el interior del río como si estuviese dispuesto a cruzarlo hasta tierras de los Dayne. Pero se detuvo sumergiéndose un buen rato. Fue al volver a ver su cabeza fuera del agua cuando debió percatarse, pues la oscuridad no le permitió a Helaena distinguir bien su rostro. Volvió a sumergirse y tras otro pequeño rato ascendió cerca de Helaena, a pocos metros. Y aún siendo la distancia tan corta, parecía no hacer pie. No pudo evitar sonreír al verla.

Esta imagen me la llevo a la tumba. Os lo prometo. — Dijo divertido. Siguió hasta la altura de Helaena y pasó de largo hasta la orilla. —Voy a haceros un favor, porque total, el barro que arrastran los bajos de vuestro vestido seguro que lo echa a perder. — Cogió un pequeño cuchillo, parecía de los que servían para cortar fruta, y un trozo de cuerda. Luego volvió a dirigirse al agua en dirección a Helaena. —Voy a arreglaros el vestido. —

En ese momento, la mano de Dunan lo detuvo mirándolo como si lo mismo al que arreglaban era a él, sin perder de vista el pequeño cuchillo, ante la sorpresa del Dragnos. 

—Eh, eh, eh, pero qué haces...— Preguntó entre ofendido e intimidado. Dunan hizo oídos sordos como si la posición del joven le importase una mierda y sólo desvió la mirada un momento hacia Helaena esperando un gesto que confirmara que de ahí no pasaba o el contrario para soltarlo.

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03/11/2019, 12:53
Helaena Stronghorse

Helaena disfrutaba del frescor del agua. Tanto que incluso tomó un poco en sus manos y se lo llevó al cuello, dejando que se colara por dentro del vestido y cayera por su espalda. Estaba realmente agotada tras ese día.

Cuando Terrence apareció cerca de ella y soltó aquel comentario, sonrió divertida.

Supongo que no puedo evitarlo, ¿no? Al menos, ya tenéis el recuerdo que tanto queríais —respondió cuando el joven salía del agua.

Helaena se mantuvo mirando hacia el río mientras Terrence seguía hablando. Y, al escuchar la queja del joven, se giró de repente. Miró a Ser Dunan, primero sobresaltada y luego maravillada. El caballero no había dudado en pararle los pies a Terrence, por muy noble que este fuera. Y sin decir una sola palabra era capaz de decirlo todo, hasta de infundir cierto temor en el Dragnos. No podía evitar sentir admiración; y sentirse ella importante.

Lo que hace es protegerme, Terrence —dijo calmadamente, mirando a su escolta con ojos brillantes y una sonrisa de satisfacción. Dejó sufrir a Terrence un par de segundos mientras salía del agua y se acercaba a los dos hombres, antes de responder al gesto de Ser Dunan—. Puedes soltarlo. Dudo que tuviera pensado hacerme nada; pero, de ser esa su intención, imposible que ahora mismo se atreva contigo delante. Muchas gracias, Ser Dunan —Habló entonces para Terrence, aunque no perdía de vista al caballero, a quien miraba de soslayo de vez en cuando—. No hace falta que arregléis los bajos. Es todo un detalle por vuestra parte, pero si algún día tengo ganas de volver a meterme con ropa en el agua, ya tengo qué ponerme.

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03/11/2019, 13:12
Terrence Dragnos

Dunan se limitó a asentir con gesto serio sin perder de vista a Terrence. Desde luego los caballeros que Dwain había elegido para proteger a Helaena eran discretos, pero a la vez celosos de su protegida y con muy malas pulgas. 

¿Ya os salís del agua? Iba a convertir vuestro faldón en un pantalón improvisado para que estuviérais más cómoda.— Dijo encogiéndose de hombros algo sorprendido de que saliese tan pronto. Dejó entonces las herramientas improvisadas donde las había cogido.

—Pues vuelvo al agua, lejos de los perros, no sea que me contagien la rabia.— Dijo dedicando una mirada a Ser Dunan, el cual hizo oídos sordos.

Luna, ¿te vienes?— Dijo a la felina, la cual levantó las orejas y lo miró sin afán de hacerlo.

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03/11/2019, 14:58
Helaena Stronghorse

Si Helaena en algún momento se había sentido molesta, abrumada o poco convencida por estar siempre rodeada de aquellos dos caballeros, en aquel momento todas sus dudas se disiparon de golpe. Tras semanas desconfiando de los Dragnos, afirmando que no son lo bastante importantes, y de sentirse sola en sus opiniones, ver cómo alguien menospreciaba sin miramientos la vida de un miembro de aquella familia por protegerla a ella y saber que lo harían con cualquiera supuso un subidón para ella.

Vos podréis cambiaros de ropa después, yo no —respondió a Terrence, mientras exprimía toda el agua posible de su vestido, retorciéndolo y apretándolo—. Así que prefiero darle un tiempo fuera del agua para que se seque todo lo que sea posible. Pero gracias por la idea, se la daré a mi doncella y ella se encargará —concluyó.

Negó con la cabeza al escuchar las "cordiales" palabras que le dedicó Terrence a Ser Dunan.

Oh, no seáis así con ellos. Si vos tuvierais escolta y yo me acercara con un cuchillo a vos, seguro que se daría la misma situación, por muy honestas que fueran mis intenciones —respondió sonriente. No era lo mismo, porque ni Helaena tenía destreza con el cuchillo ni Terrence estaría totalmente indefenso frente a ella.

Tras la invitación del Dragnos a Luna, Helaena fijó sus ojos en ella, confusa, y se quedó pensando en cómo la felina no sentía ningún tipo de afecto hacia Terrence. Era la primera vez que le pasaba. Con Carellyn y Aquilegia se había comportado mimosa, con cariño desde el primer momento; Willas, aunque había empezado con mal pie, acabó ganándose la confianza de la gatosombra a los cinco minutos. Pero daba igual cuánto lo intentara Terrence. La joven sonrió, aunque tenía dudas. Se preguntaba si la felina ya era así con él de antes, cuando estaba con Ser Dwain, o solo desde que había pasado a su cuidado. ¿Ignoraba al Dragnos porque sentía que Helaena no sentía ninguna estima especial hacia él? ¿O es que el animal notaba algo raro? Algunos animales eran sumamente inteligentes y sabían cuándo alguien no era de fiar. En el fondo, le costaba pensar que Terrence fuera peligroso; pensara lo que pensara de su familia, el joven siempre había sido amable con ella e incluso había accedido a entrenarla. No creía que Luna pensara eso tampoco o en lugar de ignorarlo lo habría atacado o, al menos, gruñido. Aun así, le pareció un comportamiento curioso.

Una vez Terrence estuvo dentro del agua, Helaena suspiró y se giró de vuelta a Ser Dunan.

¿No temes la reacción de los Dragnos si se enteran de esto? Hay nobles que se ofenden rápidamente —preguntó, haciendo un pequeño gesto con la cabeza hacia Terrence. Aunque dejaba claro por su tono y por su media sonrisa que no sería ella quien se lo reprochara, sino todo lo contrario; de hecho, seguía mirándolo con admiración. Por supuesto, Helaena también se habría sentido ofendida en su lugar, pero no era algo que fuera a reconocer.