Partida Rol por web

-¿Qué diablos es eso?

Vanis miró hacia atrás en busca de eso que les seguía, que les miraba y luego volvió a mirar al frente. Tenía que concentrarse en llegar a donde querían sin pensar en nada más.

La pelea entre los dos tipos comienza, pasan a las manos.. primero se golpean y el armado intenta levantar el arma para poder pegarle un tiro, pero el otro tipo, el raro, se la sujeta y no es capaz de levantarsela.

- Disparadle!!!! Joder!!!!

Gritaba el que estaba metido en la pelea, no era capaz de levantar el arma para pegarle un tiro, aquel tipo tenia una fuerza monstruosa. Pero de repente se escucha un grito desgarrador, le acaba de arrancar parte del cuello de un mordisco. El armado suelta el arma y se lleva las manos al cuello, está sangrando a chorros, esos chorros llegan hasta Mika de la cual los otros dos pasan por completo observando horrorizados lo que le pasaba a su jefe.

- Ma..mata..matadle!!! - consiguió articular, pero los otros estaban temblando, acojonados por la situación, aquel tipo era un canibal!!

El herido cae de rodillas al suelo, pone los ojos en blanco, está a punto de caer desmayado, no pueden hacer nada por él.

El canibal mira a los otros con la cara llena de sangre.

- O traer demás.. o vosotros ser los siguientes..

Los otros dos cobardes, asintieron abriendo los ojos en par en par y salieron corriendo de alli, para no volver nunca más. Les daba lo mismo su jefe, solo quieren salvar su trasero.

El canibal mira a la chica..

- Tú esperar..

Agarra de las piernas al hombre moribundo para salir de alli con él a rastras.

Sorprendido vio que aquella cochambrosa puerta resistía más de lo que era capaz de aparentar. Normand volvió a empujar, esta vez con más fuerza. Hubiese hecho girar el pomo, pero este parecía haberse perdido hacía ya tiempo, la puerta debía de estar atascada por la herrumbe o por algún trasto que hubiera dentro.

Miró a uno y otro lado, se encontraba en un porche de madera grisácea y reseca cuya barandilla estaba desconchada y astillada por varios puntos. Había una tabla del suelo que se movía bajo la mínima presión y la escalera por la que se subía desde la calle tenía dos de sus tres únicos peldaños hechos polvo (uno de ellos recientementem, cuando él mismo había intentado subir, hundiendo el pie y a punto de torcerse el tobillo).

Viendo que la puerta se le resistía, se apartó de ella y recorió el porche, girando por la esquina que tenía a su izquierda para ver si había alguna otra manera de entrar. Allí había una ventana, con el cristal cubierto con telarañas y polvo que podían contarse por capas.
Normand retiró la porquería con una de sus mangas (que a esas alturas de su vagaje por el desierto ya daba bastante asco, por cierto) y acercó el rostro, cubriéndose con una mano para poder ver algo en la oscuridad del interior.

Al otro lado de la puerta, en el exterior, Xiong observaba la escena. Cuando vio a los dos secuestradores huir solo tuvo que echarse a un lado para dejarlos salir despavoridos del lugar. El canibal ya tenia un botin e iba a dar buena cuenta de él.
Si queria rescatar a la mujer esta era una oportunidad unica. Pero, ¿Queria Xiong rescatar a una perfecta desconocida? Su naturaleza le decia que no era asunto suyo, pero su situacion actual le obligaba a entrar en ese lugar.

Como cambian las cosas en tan poco tiempo. Y siempre a peor...

Una vez el canibal se habia marchado arrastrando su proxima comida, y los dos hombres habian huido, el lugar quedó en silencio.
Pocos segundos despues algo se movia entre las sombras, aunque ni se aproximaba al tamaño del canibal parecia tratarse de una persona.

De repente un hombre de rasgos orientales salió a la luz, caminaba rapido pero con sigilo y se aproximaba a la caida y maniatada mujer. Llevó su dedo indice a la boca en señal de silencio en cuanto la prisionera le vio.
Sin quitar su vista de la puerta por donde habia salido el canibal usó un cuchillo para desatar a la mujer y despues le ayudó a levantarse.

Señalando la puerta indicó a la mujer que le siguiese hacia la salida en completo silencio.

Mira a Xiong cuando se acerca. No le asusta mucho y no tiene por que temerle... al menos de momento... luego ya verá si confía en ese hombre o no.

Al notarse liberada de las ataduras, se frota las muñecas para aliviar el entumecimiento y sigue al oriental para salir de ese lugar... eso de ser el segundo plato de un caníbal, o algo peor, no es que le haga mucha gracia.

Seguramente tardará un buen rato en acabarse la comida así que no hay mucho de que preocuparse a no ser que vuelvan los esbirros del tipo.

Os encontrais en lo que era antes una calle principal, suponeis eso porque es bastante grande y ancha. A ambos lados hay casas unifamiliares que no superan los dos pisos de altura. Todos tienen sus jardincitos e incluso columpios y juguetes de niños. Parece como si hubiera sido abandonado de repente aquel lugar.

Normand se acerca a la casa que parece ser de la que proviene la musica que se repite sin parar. Cuesta abrir la puerta, pero con un empujón, se abre de par en par.

La estancia se llena de luz y veis como vuela el polvo delante vuestra.

Lo primero que hay es un recibidor con las escaleras al fondo. A mano derecha hay un gran salón y tras este está la cocina. En el salón se ve a alguien sentado en el sofá, de espaldas a vosotros.

Dax va en último lugar, se da cuenta de que en otra casa, se ven sombras, de que hay alguien dentro.

Cuando salis al exterior, desde alli, estais en lo alto del pueblecillo, veis las casas, todas no más altas de dos pisos y con su jardin alrededor, unas separadas de otras. Tambien se ven coches, pero que funcionen o no.. es otra cosa.

Os llama la atención de que se escucha un canción de fondo.. no demasiado alta porque estais lejos, pero parece provenir de aquellas casas.

Scott entra con cautela en la casa, la música cada vez suena mas alta, viene de esta casa, al entrar todo parece relativamente normal hasta que ve a la persona, ¿estará viva?, ¿será una trampa?

Scott busca visualmente la cocina, a lo mejor allí puede encontrar un cuchillo de cocina o algún otro objeto contundente que les sirva en adelante, incluso algo de comida estaría bien, pero eso será mejor dejarlo para el final.

Al escuchar la musica la logica de Xiong entró en funcionamiento.

Si hay musica alguien ha tenido que ponerla. Si hay alguien puede ser enemigo. Si es vecino de canibales y negreros, esta claro que no es amigo de extraños.

Antes de alejarse de alli el oriental habló a la mujer. Su voz calmada y monotona no parecia deberse solo a la presencia de enemigos en las proximidades.

- En este edificio hay Rad-X, sirve para tratar la radiacion. Necesito una dosis. Si sabes donde se encuentra dimelo, tengo que volver a entrar y prefiero ahorrarme acabar con esa criatura.

De repente un ruido. Al final Scott había logrado entrar. Apartó la mirada de la ventana. Allí dentro había visto a alguien. Una persona sentada en un butacón. Aunque al estar de perfil y en la oscuridad ni siquiera había podido distinguir si su silueta se correspondía con la de un hombre o con la de una mujer.

Además, de allí era de donde procedía la musiquilla. Desanduvo sus pasos por el porche de regreso a la puerta, donde se detuvo asomando la puerta. Scott estaba allí delante, mirando hacia el interior. Aquello no le daba buena espina y, dado que estaba desarmado, consideró oportuno aguardar fuera. Ya se encargaría el chico de investigar...

Mira a Xiong... ahora la toma como fuente de información cuando no tiene ni puta idea de donde se encuentra el Rad-X...

-Se lo mismo que tu... fui secuestrada en un descuido. Gracias por sacarme de allí... el caníbal podría haberme hecho algo peor que comerme...

Escucha la música con atención... poner música en ese sitio es como un reclamo...

Dax observó sombras: tenían compañía. Si mal no observó, sus compañeros iban por delante. Aunque sonara cruel, los usaría de cebo, si eran de los "buenos" saldría. Si eran de los malos, también saldría, pero con la escopeta por delante.

Pidió perdón mentalmente al tiempo que se sentaba en el suelo. Buscó un cristal allí para mirar a traves de la ventana sin exponerse a que le vieran.

Era curioso pero por algún motivo Vanis había dejado de ser el cebo, no sabía si de forma consciente o inconsciente había entrado en la casa, ¿sería para protegerla?, demasiado sol en la cabeza Scott prefería no seguir pensando en eso.

La música sigue sonando y no lo hará hasta que no pareis.

En el interior de la casa estan Scott en primer lugar, parado en el hall buscando con la mirada donde puede estar la cocina, y tras él Normand que parece no atreverse a entrar.

Scott ve que al fondo del hall, tras las escaleras, está la cocina, se ve lo que es el final de una gran barra americana.

Normand se da cuenta de que los cuerpos que se ven, no se mueven, están totalmente quietos.

Al lado de un coche, Dax encuentra trozos de cristal de un espejo retrovisor roto, con eso podrá asomarse.

Scott avanza hacia la cocina, pero investigando todas las habitaciones que se abren a cada lado no quiere que ningún capullo le ataque por detrás. Espera que Normand y el resto le sigan, como le dejen solo volverá del infierno para llevárselos a todos.

Mika recuerda de repente que cuando ella entró en el edificio, justo cuando iban a entregarla a esos hombres, vió que uno de los que estaban allí, estaban colocando bien un montón de heno. Sospecha que pueda provenir de ahí lo que el hombre estaba buscando..

Acaba de recordar algo que quizá le interese a ese hombre...

-No se si será lo que estás buscando... pero esos inútiles buenos para nada no me taparon los ojos y al entrar allí pude ver que uno de los hombres esos colocaba bien el heno cercano a la entrada... sin duda es sospechoso.

Normand se atrevió a asomar la cabeza al interior de la cabaña. Estaba todo muy oscuro. Además, aquella melodía comenzaba a resultar estresante.

-Oye, chico...-le dijo a Scott, quien ya se encontraba en el interior-hacme un favor, si encuentras el aparato que emite esa melodía... apagalo, ¿quieres?

Se separó de la pared y avanzó unos pasos hacia el interior. Su silueta ahora se recortaba en el marco de la puerta, con la luz que provenía del exterior. Tal vez fuera apropiado investigar un poco más...

Tengo que entrar de todas formas, al menos puedo empezar a buscar por un sitio especifico.

Xiong asentió con la cabeza, o puede que estuviera agradeciendo la informacion. Pegó la oreja a la puerta y se preparó para entrar, pero antes de hacerlo se detuvo un momento.

- Deberias esconderte. Esa musica atraerá a los que haya escondidos por la zona. Y es posible que regresen tus captores.

Sin esperar respuesta se introdujo de nuevo en el edificio en busca del preciado Rad-X que, supuestamente, habia en aquel lugar.

Dax resopla y coge el cristal, lo levanta levemente y mira por él hacia el interior de la casa, apoyado en la pared, con el rifle sobre sus piernas. Miraba, de vez en cuando a su alrededor y hacia el tejado, no era la primera vez que le asaltaban desde arriba. Recordaba una anecdota bastante fea en DC que no quería contar, y jamás contaría, salvo si estaba borracho.