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Historias secretas: A cova da Serpe

A cova da Serpe. Escena de Juego

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06/12/2016, 18:15
Breixo, Señor de Cualedro

Realmente necesitaba una copa de clarete, pero no había razón de arriesgarse él, Camiño y Kamiño en bajar con las pendientes hechas unos zorros, todo lleno de barro y cayendo la que caía. 

- Es una locura volvernos así al pueblo. Hay que esperar a que escampe.  Hagamos una buena fogata en el interior de la cueva y esperemos. Intenta que Kamiño entre y si no lo consigues, le dejaremos bien amarrado aquí afuera. Eso sí, voy a meter las alforjas y todas mis cosas que no quiero que se me empapen. ¿Cuánto crees que durará el chaparrón?

El plan era intentar meter a Kamiño con todas sus cosas y hacer una hoguera cerca de la entrada para no tener que bajar hasta el interior, siempre que fuese posible. Si no podían hacer fuego, simplemente se resguardarían hasta que escampase.

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08/12/2016, 16:39
Camiño

Si vos viajaba por aquí, como dijo ayer mismo en la taberna, debe saberlo bien: aquí llueve en todo su sentido, no como en otras partes del reino... -decía-. Y eso es mucho... Traiga las riendas, meteré al pobre animal aquí con nos, que acabará aborreciendo el agua... -y Camiño te ayudó a manipular la montura hasta la entrada de la cueva-.

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08/12/2016, 16:40
Director

Hacer una hoguera en la entrada misma de la cueva se hizo harto difícil. Camiño no tuvo reparos a introducirse de nuevo en la cueva y traer algunos enseres del malogrado inquilino (ahora decapitado), tales como las pieles de lobo, su fardo y las prendas que tenía secando, junto con algunos maderos. Y es que la corriente hacía apagar cualquier intento. Por ello hubísteis de hacer hoguera en la primera sala, sin poder otear en la espera el exterior. Y allí, caballo, cazador y señor aguardaron durante algunas horas... Cuatro, para ser más exactos. Camiño te preguntó en la espera sobre noticias del exterior y él te contaba algunas experiencias de su oficio o de la vida en Vila Baixa. Además, para matar el tiempo, acabó contándose la historia del nombre de aquella sierra ("de la Serpe"):

Por lo visto, la historia original, según decía el cazador, tenía lugar en la Fortaleza de San Paio de Narla situada a unas tres leguas de la misma cueva en la que estábais; y en esa forataleza por lo visto vivía una doncella llamada Berta, la cual, un día, paseaba a caballo por las cercanías. El caballo comenzó a correr sin control asustado hasta que un muchacho tranquilizó al animal, rescatando así a la doncella. Desde ese día la joven se escapaba para encontrarse con el muchacho, que era de familia más modesta. El padre de Berta se enteró de la relación y la prohibió. La doncella y el muchacho escaparon y refugiaron en una cueva de la sierra, pero dentro ya había un morador: una terrible serpiente. En este punto Camiño te recordó porqué no quería ni entrar en este lugar (e incluso al contarte esta historia se le heló de nuevo la sangre). Por lo visto, el valeroso muchacho luchó contra el reptil pero murió en el intento. Los vasallos del padre encontraron finalmente a la doncella llevándola de nuevo a la Fortaleza de San paio de Narla... Y poco más que contar.

* * *

Tras esas horas de espera salísteis al exterior de la cueva, a la entrada. El fuego había consumido todo el combustible que había allí dentro: maderos y palos, telas viejas y los enseres de aquel tipo al que dístes justicia: ya ahora veíais que se hacía de noche.

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08/12/2016, 16:40
Camiño

Señor Breixo, si temo este monte y las historias como las que vos he contado, más temo al frío a campo abierto: si nos quedamos aquí nos helaremos de frío, y no tenemos madera con la que hacer más lumbre... hemos de irnos -y miró al exterior, negro como la penumbra, pero ya sin lluvia alguna sobre el cielo-. Tan sólo quedaba el terreno empapado y embarrado.

Notas de juego

La verdad es que hay dos opciones: quedarse en la cueva y pasar la noche helados o descender la sierra en medio de la noche para llegar a la aldea. Tu dirás ;)

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12/12/2016, 16:44
Breixo, Señor de Cualedro

Primero la lluvia les confinaba en el cueva y ahora parecía que lo haría la oscuridad. Era un poco locura volver al pueblo en esas condiciones pero sin leña morirían congelados allí. Breixo había de confiar en Camiño y en que sabría guiarse hasta la aldea. Conocía mejor que nadie aquellos parajes así que puestos a perderse con alguien, con Camiño mejor.

- Así pues debemos volver aunque no veamos Camiño. Si no tenemos con qué calentarnos... lo mejor será que volvamos a la aldea aunque sea peligroso. A mí tampoco me hace gracia pasar la noche en esta horrenda cueva, después de estar aquí tantas horas. Vamos. Tú me guías, confío en ti Camiño.

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12/12/2016, 21:51
Camiño

IV. OLOR A CERA, RUIDO DE CADENAS
__________________________________________________________________________________

Jamás me aventuré yo, señor Breixo, a la noche tan a la oscura... -señalaba Camiño-, pero tampoco nunca dejé de volver a casa para dormir en mi cabaña... Cúbrase bien, que igual nos mojaremos hasta las plantas de los pies...

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12/12/2016, 21:57
Director

Mirando al exterior de la cueva veíase ahora, cuando la noche comenzó a hacer mella de pleno, varios puntos a decenas de varas más abajo; presumiblemente era la aldea de Vila Baixa, en el comienzo del monte, casi en su falda. Allí habríais de volver. Colocando bien los fardos a Kamiño y asegurando bien vuestras propias pertenencias, comenzásteis a descender el terreno. La entrada de la cueva culminaba el monte prácticamente, y ahora sólo tocaba descender y descender por la llamada Sierra da Serpe...

El barro impregnaba vuestras suelas, y a veces vuestros pies se hundían en éstos, cuando casi hacíanse lodos o barrizales. Camiño era buen cazador y tenía olfato de pantera, pero claro... mejor de día que fisgonear de noche. Y ello acusaba sus sentidos. Tampoco tú tenías mejor visión u orientación; y qué decir de la bestia: cómoda andábase porque nada veía, y nada así podía temer... hasta cierto momento...

Bajar con cuidado os supuso un descenso de una hora, y no habíais acabado del todo. Aquel invierno dábase de duro todo él y la lluvia, habiendo embarrado los caminos por el que subísteis (pues Camiño logró ubicarse un poco) había hecho caer una gran roca.

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12/12/2016, 21:58
Camiño

Mirad ese peñasco... si nos llega a coger aquí... -decía el cazador, silbando un instante de la impresión-, ¡nos "caga" vivos! El peñasco era inmenso, desprendido de la propia montaña con suma facilidad para el temporal. Y cuando Camiño húbose de acercar un poco para inspeccionar el gran elemento, se paró en seco, girando la cabeza transversalmente.

¿Eh? -mumuró-. Y entonces el joven cazador señaló con el dedo. Señor Breixo -volviendo a tu lado-, allí... allí hay algo, creo haber visto una lumbre, o una luz no muy lejos, por el flanco del monte, por allí... -seguía con el dedo extendido-.

Todo estaba muy oscuro, y las bestias aladas de la noche (y tal vez algún predador) vagaría por aquellos casi vírgenes parajes húmedos y lleno de encanto y misterio. La luna resplandecía en lo alto, asomando desde un pequeño hueco hecho tregua de las nubes.

Notas de juego

Haz una tirada de Escuchar (PER).

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13/12/2016, 15:15
Breixo, Señor de Cualedro

Estaba ya casi exhausto, totalmente fuera de sí por no haber podido beber nada durante aquel día. Le temblaba todo el cuerpo y estaba ya de un humor de perros. Para colmo parecía que no iban a volver al pueblucho nunca.

- de buena nos hemos librado... -dijo mirando el peñasco en mitad del camino. Luego cuando el cazador vio la luz intentó verla pero su vista era peor que la de Camiño y tras aguzar el oído y no captar nada dijo -acerquémonos cada uno por un lado. Yo iré por la diestra, damos un rodeo y nos acercamos despacio a la luz. Tú quédate en las sombras y espera a que yo actúe. ¿De acuerdo?

- Tiradas (1)
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14/12/2016, 12:44
Camiño

En verdad no sé dónde está, señor Breixo... La luz apareció un instante, fue un reflejo -decía Camiño-. ¿Pretende que nos separemos, señor? -dijo con evidente pavor en sus palabras-. Sin embargo resopló, no menos de como solía tu montura y tomó su arco y una flecha en la mano, aún sin cargarla

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14/12/2016, 12:51
Director

Fue entonces cuando os separásteis, intentando dar un rodeo al terreno para desembocar en cierto punto (más o menos por donde Breixo creía recordar el lugar de la luz avistada unos instantes). El único brillo que os acompañaba era el de la luna, y querer ser sigiloso en esos momentos era harto difícil: las pisadas se hundian en la tierra mojada o los pequeños barrizales, y además tu montura podría ser percibida a la legua.

Tras unos instantes dejaste de ver a Camiño, así como de notar tan sólo su silueta a ya una decena de varas a tu izquierda. Bordeaste matorrales y más rocas y peñas que alzábanse del suelo afiladamente, y tambien atravesaste árboles bajo sus copas. Sin darte cuenta te habías internado en un pequeño recodo rocoso, con peñascos a ambos lados de tí. Fue entonces cuando oíste un pequeño grito a tu izquierda (como un quejido), a unas veinte o treinta varas tras el muro de piedra.

Era la voz de Camiño.

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15/12/2016, 09:35
Breixo, Señor de Cualedro

- ¡Maldición! -espoleó su montura hacia el lugar en el que creía que podía proceder el quejido, todo ello sin tener presente la oscuridad, despreciando la integridad de su montura y la suya propia. Intentó llegar hacia aquel lugar tan pronto como pudiera siempre que ello fuere posible.

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15/12/2016, 11:40
Procesión

Espoleaste a Kamiño pero no pudísteis muy aprisa: el barro y la inestabilidad del terreno era sentida por el animal y ello le hizo avanzar con pesadez, aunque al trote. Además, la luz de la luna no era suficiente para cabalgar a todo trapo. Cuando salísteis de aquella pequeña encrucijada rocosa y doblásteis un recodo de gran piedra allí lo vístes... Kamiño hasta se encabritó, pese a que lograste mantenerlo:

El joven cazador estaba recostado en el camino, "acojonado perdido" , pues había gritado de puro susto y terror; y es que justo delante de él, y ahora de tí, se alzaba un enorme séquito de figuras espectrales y rostro cadavérico, ataviadas con capuchones negros que caían hasta sus pies... Y éstos no tocaban el suelo, ¡sino que las figuras parecían flotar! Avanzaron a paso veloz en fila de a dos, trayendo olor a cera y portando antorchas y un ataúd con rosas y varios cirios entre sus manos. Pero lo más sorprendente fue que quien abría la marcha con una gran cruz entre sus manos era nada más y nada menos que... que... ¡la anciana Tareixa! Aquella vieja que os encontrásteis a la salida de Vila Baixa el día anterior! Sus ojos estaban completamente blancos y también vestía de impoluto negro...
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tira por IRR. Ganarás +1D10 IRR si se falla la tirada.
Tira por Memoria (PER).
Tira por Leyendas (CUL) si quieres, con bonus del 50% ya que eres gallego.

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16/12/2016, 20:37
Breixo, Señor de Cualedro

Me quedé allí petrificado como un pasmarote, sin poder moverme. Mis ojos iban de un lado a otro, mirando sin poder creerme que aquello fuese una procesión de difuntos. Recordaba haber oído algo relativo a algo que denominan la Santa Compaña similar, aunque no estaba del todo lúcido. Sus ojos viernon a Camiño y quiso gritarle que no se asustase, que no tuviese miedo, que pronto pasarían. Pero no podía reaccionar. Cuando vio a la vieja en el cortejo tuvo ganas de gritar y salir de allí corriendo por donde había venido y no parar hasta León... pero sus piernas no le obedecían y tampoco podía articular palabra del terror más absoluto en el que estaba sumido. Sudaba copiosamente, en parte por la falta de espirituoso, pero sobre todo por aquella visión. Notaba cómo los brazos los tenía rígidos pegados al cuerpo como una auténtica estatua. Quizás lo mejor fuese quedarse así, quieto del todo hasta aquella pesadilla andante desapareciese.

- Tiradas (3)

Notas de juego

gano + 10 IRR, anotado.

 

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18/12/2016, 14:06
Procesión

Algunos la llamaban la hueste, otros la "Santa Compaña" o simplemente "la Visión". Almas en pena que recorrían los caminos de noche, en procesión, para purgar sus pecados. Al menos eso decían. Muertos en el mundo de los vivos, que podían oir pero no ver, y que necesitaban un guía que los llevase por los caminos terreanes. Solían linchar a los desventurados que encontraban en los caminos, obligándolos a ir con la Compaña hasta que se cruzaran con otro vivo. Su olor característico a cera y su ruido de cadenas era referido por muchos. Sus cabezas cadavéricas y sus sudarios por todo el cuerpo hacían tenebrosa esta leyenda que antaño llegó a tus oidos, pero que no habías visto... hasta ahora. Recordaste que había alguna fórmula especial para evitarla en caso de encuentro...

- Tiradas (2)

Notas de juego

Bueno, ves que Camiño está paralizadísimo de terror (no ha superado la tirada de Templanza). Sin embargo tú puedes optar por lo que me has narrado o bien salir huyendo. En éste segundo caso deberás hacer otra tirada de Cabalgar para evitar que Kamiño vuelva a encabritarse.

Por favor, en tu próxima intervención intenta detallarme lo mejor que puedas tu actuación ;) Es un momento delicado.

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19/12/2016, 23:54
Breixo, Señor de Cualedro

¡ La vieja!

Hablaba de que necesitaban un vivo para cumplir su penitencia, pero si dibujaba un círculo con la rama de olivo...

¡claro! en las alforjas del caballo iba. Tomó rápidamente la vara de las alforjas sin mirar a aquellas pobres gentes pues recordaba que le había dicho que no les mirase y sin hacer pausa dibujó el círculo y se tumbó bocabajo  en el interior del círculo. Lo sentía por Camiño y Kamiño pero no podía hacer más. Tan sólo esperar a que pasasen. Había estado a punto de quedar paralizado como el pobre Camiño y quizás según cuenta la leyenda, tomar el testigo al frente de la penosa procesión.

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28/12/2016, 13:01
Director

Con la rama de olivo ahora en tu mano, comenzaste a hacer un círculo sobre tí, y notabas que las hojas y finas ramitas del pedazo se embadurnaban del barro del camino. Acto seguido te tumbaste bocabajo y rezaste lo que buenamente sabías. El frío te helaba los huesos, y el olor a cera inundaba tus fosas nasales y te producía hasta asco. La terrible visión con la Tareixa al frente y los cirios y ataúd en volandas era impertérrita y a la vez desconcertante. La procesión hizo salir a uno de sus cadavéricos miembros de ésta, portando uno de los cirios, y se acercó a Camiño, tumbado en el suelo. Tu caballo entonces huyó despavorido unas cuantas varas, muerto de miedo.

Miraste de reojo, y en la corta visión (y digo corta puesto que hubísteis de cerrar de nuevo los ojos para evitar a la Compaña) vislumbraste cómo el salido de la fila infernal entregaba a Camiño el cirio, sin que éste hiciera por evitarlo (tal vez de puro miedo). Acto seguido, el cazador pareció levantarse como si nada, y con la gran vela encendida se internó en la procesión (seguramente colocándose en el centro de ésta hasta que ya no se vió nada más de él): la Huestia lo había atrapado...

* * *

Notabas un ruido, un repiquetear junto a tu cabeza.

El gran morro te azotaba con insistencia. Era Kamiño, y te estaba dando golpecitos para que despertases.

No sabías cuanto tiempo había pasado, minutos u horas, pero te levantaste con la cara embarrada y los cabellos totalmente empapados. Al igual que tus ropas. Seguramnete al día siguiente hubieras de estar completamente encamado por tal infame resfriado que hubieras que coger, amen de fiebres que no te libraras de ellas... Miraste en derredor y era aún de noche, y la luna seguía allí arriba como única compañía junto a tu montura. Y la Santa Compaña había desaparecido. No había rastro de olor a cera ni ruido de cadenas, y tampoco de camiño a excepción de su arco y la flecha que llevaba en la mano cuando se topó de bruces con ella...

Sin más dilación tomaste tu caballo de las riendas. Tras otear un poco el horizonte negro, algunas luces de Vila Baixa ya se veían sierra abajo, y estaba la aldea ya muy cerca de allí, como a unos diez minutos aproximadamente.

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04/01/2017, 16:00
Breixo, Señor de Cualedro

La Compaña se lo había llevado. Había escuchado historias que hablaban de la lúgubre procesión que llevaba a vivos y difuntos sin distinción entre ellos, pero jamás pensó que tal cosa existiese y mucho menos que se cruzaría con ellos y se llevaría a un conocido. No obstante no podía pensar con claridad. Tenía le sensación de que quizás podía haber hecho algo más por Camiño o no... o quizás sólo se estuviese castigando mentalmente, sin ninguna razón, sólo culpa sobre él. Una culpa que sin fundamento puesto que contra lo sobrenatural... pero la vieja le había dicho la verdad, el modo con el que defenderse. ¿Y si hubiese hecho un círculo más grande? necesitaba definitivamente echar un trago. Llevaba ya demasiado y la cabeza le daba vueltas, tenía náuseas y temblaba como un loco. Montó en Kamiño y pensó que el vino el quitaría las preocupaciones de la cabeza, ya casi estaba en el pueblo. Les contaría a todos lo sucedido: El cazador que desollaba lobos y la Compaña.

Azuzó a Kamiño con suavidad no fuesen a darse un trastazo para rematar aquel fatídico viaje. Quizás pudiesen volver a aquel mismo sitio la noche siguiente y encontrar el modo de salvar a Camiño, quizás haciendo que alguien ocupase su lugar aunque debería aprender más sobre la Compaña, eso seguro.

Notas de juego

feliz año. Te debía el post

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05/01/2017, 17:10
Director

Con el pesar en la mente y rebuzno de Kamiño bajo tus piernas, fuiste descendiendo poco a poco de la Sierra de Serpe. Y que en estando ya bastante cerca de la aldea, pasasteis por delante de la casa de Tareixa. La cabaña, vista de noche, parece más solitaria aún de lo que el día anterior te pareció a plena luz del día, y algo tenebrosa.

Notas de juego

Queda en tu mano indagar en la casa o volver a Vila Baixa.

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10/01/2017, 13:45
Breixo, Señor de Cualedro

Detuvo a su caballo mientras posó sus ojos en la lúgubre choza. La vieja era la penúltima víctima de aquella tenembrosa procesión. La que encabezaba la marcha cuando se toparon con ella, siendo ahora precedida por el pobre Camiño. ¿ocupaban realmente esa posición para siempre o sólo durante la noche? no podía estar seguro, pero el caso es que la vieja andaba por esos lares con un cirio entre las manos y él no podía hacer absolutamente nada de nada.

No obstante no podía perder la oportunidad para echar un vistazo en la choza. Quizás encontrase algo que le sirviese de utilidad en ella, un grimorio, algún artefacto, o algo... su imaginación era poderlosa empero.