Partida Rol por web

No me moví, ni dije nada, escuchando como todos los demás empezaban a acusar sin razón, seguro pensando en que todo aquello era cosa mía. Simplemente apreté la boca, no me importaba lo que dijeran en ese momento, tan solo me importaba que reacción tuviese Salvatore, solo esperaba que dejara nuestras diferencias a un lado y pensara con claridad, dentro de lo que pudiese. Finalmente alzó el puño, y a pesar de no querer apartar la mirada, no pude por acto reflejo entrecerrar un poco un ojo intentando soportar el dolor desde antes, pero para mi sorpresa, simplemente golpeó el suelo. Realmente le abría dejado golpearme sin echarselo en cara, sabía que por dentro estaría lleno de rabia, y cundo un hombre se siente así, necesita desfogarse, y los golpes son una mala manera, pero eficaz.

Esperé un par de segundos desde que este se levantó para hacerlo y también, colocándome un poco la ropa.

Era momento de volver a enfrentar lo que me rodeaba, pero claramente quería volver a hablar con el hermano de Andrea.

-Soy todo tuyo.-Ojalá pero no estaba seguro de que los demás quisieran aceptar eso, menos queriendo atarme-Me gustaría poder ayudar...pero no se si los demás me dejarán, y tampoco si tu querrás... aun.-Entonces dejé de mirarlo, pues estaba dejando pasar un poco el tiempo, para asegurarme que por ahora no iba a decirme más y miré al resto. Recorrí la mirada de todos, observando que cara ponían ante mi.

Suspiré, cerrando los ojos, intentando recordar. Y los abrí mirando a Mike.

¿Has matado a alguien sólo porque pensaste que podía hacernos daño? 

-Llámalo matar a alguien, pero no por pensar que podía, sino llámalo un acto reflejo al ver como alguien está tan tranquilo fumando un puro mientras una persona está muerta y al verlo intentó hacer lo mismo conmigo. Y créeme, el THC no hace que me levante dispuesto a asesinar a cualquiera. Admito que la segunda noche, al ver que había revivido, fui con la intención de hacer lo mismo, pero esperé a ver que hacía, y no fue a Andrea a quién le hizo eso, lo que yo vi fue como acababa con Janko.

Entonces miré al Koreano(Kim).

-Ya he dicho por que lo hice, ¿Y que? Por ser un porreta soy el principal punto de mira para ir asesinando gente y quemándolas a través de vudú? -Mi rostro notó un poco de enfado, pues no era la primera vez que alguien los estereotipara por eso, y en el fondo todos los ahí presentes lo estaban haciendo, en mayor o menor medida-¿Enserio?Puede que en tu país se nos vea así, pero puedo ser igual o mejor persona que tu. Es más, la mejor persona que conozco y que me ha ayudado en los momento más difíciles en mi vida también fuma, y jamás cambiaría a esa persona por nadie, ni por mi madre...mucho menos por mi padre.

Entonces miré al resto, no contesté a Geonwoo, pues de una u otra manera ya lo había hehco y no quería volver a decirlo.

-¿Cuerda? Atadme si queréis, si estáis más tranquilos con eso. Pero antes...-di un par de pasos hacia Phil-Bien,-di un par de palmadas en un falso aplauso-yo hice lo de...Luis. Lo he admitido, ¿pero decir a los demás que no me escuchen? ¿Hay algo que no quieres que diga?...dime...¿El qué? Ya lo he admitido.-Alcé mis brazos con las palmas abiertas acercándome más a el-Ya he confesado mi pecado. ¿Hay algo más que quieras decir? Lo he aceptado porque es verdad, perfectamente podría haber negado tus palabras. Dime, ¿Dónde están las pruebas de que yo he hecho algo más? ¿Dónde están las pruebas de que yo maté a Luis?-Callé un par de segundos sin dejarle hablar si lo intentaba-No tienes, lo confieso por mi mismo y aceptaré mi juicio cuando salgamos de este lugar y cuando tengas que asesinar o ser asesinado, cuando tengas que asesinar o ver como asesinan a otro sin razón, espero que te quedes quieto y esperes tu muerte.

Me di la vuelta, saqué un porro, lo encendí, dando una larga calada y luego junté mis manos ante mí-Vamos, ¿A qué esperáis? Atadme.

Las aletas de la nariz de Sophia se movieron mientras los sonidos y gritos del exterior empezaban a llegar lejanos a su mente, sacándola de su sueño. Se movió dentro del saco, cambiando de postura y dándose cuenta de la dureza del suelo. Entonces todo acudió a su mente, dónde estaba y qué había pasado desde que llegaron a aquel lugar. Abrió los ojos de golpe y parpadeó varias veces, acostumbrándose a la luz. El maldito olor era sofocante y mientras Sam se asomaba fuera, ella se puso los vaqueros del día anterior y una camiseta de manga larga verde y negra. Estaba colocando el broche en su lugar antes de salir cuando escuchó la urgencia en la voz de Sam y se apresuró con dedos nerviosos. 

Frunció el ceño mientras tomaba su mano y a pesar de sus palabras -o tal vez por ellas- no pudo evitar que se le fueran los ojos hacia la tienda donde guardaban sus maletas. Apenas pudo ver lo justo del cadáver de Andrea para darse cuenta de que era ella. Tragó saliva despacio y se llevó una mano a la boca mientras sus ojos se abrían enormes apartando la mirada rápidamente.

- Es horrible... - Murmuró, mirando a Sam. - ¿Qué hacía esa chica en nuestra tienda? ¿Crees que se quedó dormida fumando? ¿O alguien le hizo... eso mientras dormía? - Preguntó en voz baja y angustiada a su novia, intentando no volver a mirar hacia allí. 

La tomó de la mano y se apartó de la tienda, observando todo lo que sucedía a su alrededor y asimilando las conversaciones y disputas que tenían lugar. Ver los otros dos cadáveres hizo que un nudo se formase en su garganta. Tras escuchar al hombre de perilla (Phil) y las distintas teorías que enumeraba un hombre oriental (Geonwoo), los ojos de Sophia volvieron hacia el fumeta. Asintió a las palabras de algunos, pero no sentía que pudiera aportar nada a la discusión y se sentía aterrorizada, así que permaneció en silencio sin soltar a Sam.

El tufo de la tienda quemada y del plástico destaca entre el resto de olores de la mañana, y Paco solo puede pensar en una cosa. Fuego... Sale de su tienda a la vez que Chechu y su reacción es similar a la suya, apartando la mirada de tanta muerte. El investigador paranormal, la fumeta y el cubano. Parecían gente normal al llegar, con un objetivo poco estándar pero sano, y lo que ahora estaba ocurriendo era el verdadero caos. Responde rápida e instintivamente al miedo de Chechu. - Qué va... Que qué va, que no... - En su tono y el modo en que se repite puede notarse que lo duda y que no hay una seguridad plena. Niega con la cabeza y se muerde el labio. - No tengo ni idea tío, pero creo me cuesta creer que un asesino se haya pronunciado así. - Contesta señalando con la cabeza a Jessie, tanto dirigido a Chechu como al resto.

- Podrías habernos avisado de que era peligroso o algo así, no sé... Y decidir si lo era entre todos. Es muy duro lo que has hecho, tronco. - Dice a Jessie con prudencia y algo de miedo.

Enarqué una ceja ante el comentario del bigotes(Paco)

-¿Decir que Luis es un asesino, que lo maté, y que volvió a la vida? Si, creo que todos hubieses creído al fumeta del grupos is hubiese dicho eso..despierta, creo que aun estás algo dormido...

-Seguí esperando con las muñecas juntas a ver si alguien se adelantaba a atarme, dando pequeñas caladitas para que no se apagase el porro.

Locura. Richard sabía que cundiría la locura en cuanto vieron a la muñeca, oyeron esas voces en sus cabezas. Y las muertes y resurrecciones no ayudaban a que la cosa se mantuviera cuerda. Pero un asesinato, dos, a sangre fría, solo por desconfianza. Eso ya no tenía sentido.

-Jessie, no sé qué narices te ha llevado a ser jurado y verdugo. Pero si es así, ¿como llegaste a la conclusión de que era un asesino? ¿Aún antes de morir nadie? ¿Por qué tanta seguridad?

No se conocían de nada. Eran perfectos extraños. Y Jessie decidió que Luis era un asesino. Sin conocerle, sin siquiera haber muertes hasta esa misma noche. Parecía como si Jessie no hubiera sido el único allí que tomaba drogas, pues Connors creyó estar alucinando en ese mismo momento.

Lo veía venir, ya se había hecho rogar bastante. Pero obligaría a Phil a intervenir de nuevo... - nonono... no... no... - piensa el al ver como el joven asesino pone rumbo hacia su persona.

Pero antes... Eh… pss! Ptsss!! Ge-ge-Chino – busca la atención de Geonwoo segundos antes, le dice rápidamente – Luis no mató a nadie– niega un par de veces en gesto tipo tic. Y entonces, si, se acerca el asesino de los canutos, Jessie. Phil curva un poco su cuerpo hacia atrás, temor, respeto, repelús… quien sabe. El hombrecillo estiraba su cuello hacia un lado escuchando sus palabras, como queriendo alejarse lo más posible, pero sin moverse. Al menos, a primera instancia. Pero, pero, pero qué coño intentaba decirle?... a medida que el joven asesino iba hablando, Phil iba arrugando su nariz, más y más, hasta terminar por fruncir el ceño, y elevar una ceja forzosamente (sin quitar lo nervioso). Si no fuese un asesino, cuando se le acerca abriendo sus brazos, Phil le diría: ¿Te crees que estás hablando con un coleguita en el parque, chaval?. Pero como era un asesino, la cosa cambiaba - Em, esto, chico... – intenta interrumpirle un par de veces, pero seguía diciendo "cosas".
Cuando este termina, con algo así como clases de ética moral sobre asesinatos, el hombrecillo se acalambra - vale, vale... bien - se lleva ambas manos a la boca, sopla una y otra vez, y se vuelve hacia el con los ojos bien abiertos, intentando mostrase serio - Deja de decir sandeces. Te vi, tu me viste verte. ¿Te… te-te estas escuchando? – El canadiense pone sus ojillos sobre el fumeta de medio lado… alejandose pasito a pasito de aquel que pasaba de inocente graciosete a sádico infame – Tenias margen, pero acusando al tipo cubano... me lo dejas mas claro – cantada. Phil se rasca la cabeza nerviosamente, pero quiere mostrarse claro – No solo eres un asesino, si no que eres parte de… - piensa rápidamente – ...lo que estáis tramando aquí – lo acusa sin mas.

El tipo, entonces... intenta alejarse en busca de algún termo de café que beberse entero. Vaya...

Después de la conmoción del dia anterior y la fatiga de tantas emociones, volver a mi tienda a tratar de recuperar la tranquilidad en el silencio de la noche, todo era demasiado confuso, no había venido a ver morir gente de formas tan aterradoras, entre temores y angustias logro conciliar el sueño. De repente se escuchan los gritos de negación de alguien y me traen de regreso a la vida en el campamento... 

Salgo a toda prisa, entre olor a plástico quemado y el grupo que ya se me ha adelantado y me encuentro con que Salvatore tararea una canción a su hermana muerta.. ¡¡Oh, no,que calamidad¡¡-giro mi cabeza en dirección  al otro cuerpo que resulta ser del del chico que había resucitado en medio de luces. Estos asesinatos son algo personal?... pregunto al ver la relación entre el que había sido asesinado y la hermana del otro muchacho que había resucitado reabsorbiendo su sangre.

Presa de los nervios y viendo a la chica que se desplomó en el suelo cómo es atendida por un par de compañeros de campaña, observo como el chico rubio , uno de las monadas, es acusado y este a su vez, comienza a contradecirse. 

Porque atar dos veces al mismo sujeto?... Que tendrían en su contra?... De verdad que esto sí parece algo planeado.

Creo que deberíamos mantenernos agrupados, así podríamos cuidarnos un poco mejor. Que opinan?

Katia levantó la mirada y la dirigió hacia el porreta. Escuchó sus excusas, y después escuchó las acusaciones del resto. La joven sintió un escalofrío recorrer su espalda y se abrazó con más fuerza, mientras empezaba a tiritar. 

Todavía estaba con el pijama y descalza. Debería cambiarme, hace frío. Se dijo y se levantó del suelo, con cuidado de no perder la estabilidad y volver a caer. 

Se giró y caminó con cuidado, haciendo pequeñas muecas con los labios al sentir las piedrecitas clavándose en sus pies desnudos. En todo ese rato había procurado no mirar hacia el cuerpo de Andy. Tenía miedo de volver a quedarse clavada en el sitio, sin poder reaccionar. Era horrible lo que le habían hecho a la pobre. 

Entró en la tienda y se quitó el pijama de Hello Kitty para ponerse los tejanos, una camisa blanca y un jersey por encima. Se calzó las botas y buscó la bolsa de las medicinas. Al sacar las pastillas se dio cuenta de que la noche anterior se había olvidado tomárselas. ¡Mierda! Todo aquello le estaba afectando y no podía permitirse el dejar de tomar su medicación. Cogió las pastillas que le tocaban y se las llevó con mano temblorosa a los labios. Las tragó con un poco de agua y volvió a guardar la bolsa. 

Entonces su mirada se detuvo en la muñeca que había dejado olvidada entre las mantas. La cogió, sentándose de nuevo, y se quedó en silencio, contemplándola con temor. Andy también había cogido la suya, y eso no había evitado que acabaran con su vida. Se mordió el labio con fuerza, hasta hacerse daño, y enterró nuevamente la muñeca entre las mantas, antes de salir de la tienda. 

Kim miró a Jessie con una expresión perpleja.

Tío, pero de qué estás hablando - fue lo único que le salió del alma en esos momentos - Para empezar, nadie te está acusando por ser un porreta. Yo mismo fumo porros de vez en cuando, ¿a qué viene esa gilipollez? Y sobre tu comentario racista, soy estadounidense - Kim frunció el ceño - Acabas de admitir haber asesinado a una persona, no una, sino dos veces. ¡Y encima actúas como si fueses una víctima!

El joven miró a su alrededor buscando algo con lo que atar a Jessie. La idea de que un asesino estuviese suelto alrededor de tanta gente inocente le ponía los pelos de punta.

Dices que no has acabado con los demás - sintió una arcada al mirar de reojo el cadáver de Andrea - Está bien. Con que hayas matado a una persona sin pruebas es suficiente para mí para que estés atado y vigilado hasta que podamos contactar con la policía.

Kim intentaba controlar sus nervios, pero tenía ganas de echar a correr y no parar hasta llegar a su casa de Los Angeles. Malditas paredes. Maldita expedición.

Contemplé a Salvatore, tragando saliva con dificultad, y miré a los demás, como buscando ayuda para evitar que el hermano viera así a su ser más querido. Sin embargo, tenía que suceder, y él la vio, y todo se volvió un poco más oscuro al ver aquella escena. Además, me sentía incómoda viendo algo tan personal e íntimo.

Quise marcharme, separarme un poco del grupo para evitar seguir viendo algo tan personal, pero me quedé en cuanto comencé a escuchar los gritos. Y aquella terrible confesión.

Miré de hito en hito a Jessie, sin poder creerme lo que acababa de decir.

—¿Qué?— fue lo único que salió de mi garganta con una voz rota.

Entre las conversaciones que se sucedían, destacó a mis oídos la del oriental que comenzó a teorizar acerca de los hechos que se habían presentado estos dos días. Lo escuché con atención, tratando de entrever algo de sentido para aquella pesadilla. Y realmente, quería creerlo, porque ni por asomo me imaginaba que alguno de nosotros, que nos habíamos conocido en la terminal del aeropuerto entusiasmados con la idea de la expedición, pudiera hacernos algo así. Debía de ser algo mágico, algo malvado, algo que perduraba y yacía aquí, esperándonos.

—Jessie, lo que dices… Esa confesión…— tragué saliva con dificultad—. ¿Lo dices por ti mismo, o alguien te está obligando?— pregunté—. ¿Estás encubriendo a alguien? ¿Alguna persona te está obligando a comerte su mierda?— dije de manera más directa.

Dejo que la chica se tranquilizase un poco más y luego la apartó suavemente. Lo único que has de hacer es ser fuerte Lo "único", como si fuese algo sencillo. No lo era para ella, ni para Goro ni seguramente para muchos de los presentes, pero no por ello habían de dejar de intentarlo.
Tras eso se alejó un poco de la chica y se dirigió hacia el grupo para intentar averiguar algo, allí se estaban diciendo demasiadas cosas. Jessie dices que mataste a Luis las dos veces pero la primera apareció muerto como por el puro que fumaba y esta segunda apareció con su cuello medio arrancado, como a mordiscos. Dejando aparte lo demente y bestial del segundo asesinato, ¿dos métodos diferentes? No se, me parece muy extraño

Las acusaciones se hacían cada vez más fuertes, haciendo que el ambiente se tornara tenso y árido, pero hubo algo que hizo que todos se quedaran un momento en silencio, tratando de escuchar la canción que el viento cantaba, soplando en una dirección específica.

Voltearon para buscar de qué se trataba y vieron que el cuerpo de Janko brillaba de manera especial, como si el sol brillara especialmente para él, llenando de esperanza y optimismo el paisaje gris que ahora devoraba ese lugar. Entonces, pudieron ver cómo las heridas de su cuello y torso se iban cerrando, dejando solamente cicatrices atrás que le recordarían siempre lo ocurrido pero que ya no causarían dolor.

La luz se desvaneció y su torso volvía a alzarse y descender, dejando ver que Janko reaccionaba, hasta que sus ojos se abrieron despacio, contemplando ese cálido rayo de sol que brillaba solo para él.

Aquello cada vez se estaba poniendo peor... Mike tenía claro que Jessie había cometido un asesinato... Buscó algo con lo que atarle y finalmente optó por coger la cuerda de su mochila... No era lo mejor pero bastaría. Asintió a las palabras del escritor y se colocó detrás del joven drogadicto.

Mira chico, lo mejor, por el momento, es que te atemos y mantengamos vigilado... Has matado a alguien y para mi eso basta para, al menos, tenerte así...

Cogió las manos del joven y ató con fuerza la cuerda sobre sus muñecas. Después le ayudó a sentarse frente a todos. En esas estaba cuando el joven asiático empezó a teorizar... Joder.... aquellas teorías fueron suficientes para que Mike dudase... ¿Y si de verdad mató a aquel hombre porque siquiera pensaba que protegía a alguien? La duda se sembró en su cabeza y su corazón... El asiático tenía razón en una cosa... ¿porqué matar a unos de una forma y a la chica quemarla?

Tus teorías pueden ser probables... he de admitir que me hacen dudar... pero... este joven a reconocido una muerte y ya sea por hacer el bien y ayudarnos o por hacer el mal o por lo que sea... merece ser castigado... Debemos salir de aquí y hablar con las autoridades.

Mike iba a seguir con su discurso cuando el investigador paranormal volvió de nuevo a la vida... Aquello dejó perplejo, una vez más a Mike. Su cuerpo quería correr para comprobar el resto de cadáveres y ver si éstos también volvían a la vida pero... su mente no era capaz de dar ninguna orden... sólo podía pensar en los milagros...

¿Antes de morir nadie? Salvatore estaba muerto.-contesté a Connors gnorando sus siguientes preguntas y por supuesto del Phill ya pasaba...se le iba un poco la pinza. Se estaba creciendo al ver que le había dado la razón, ahora ¿Qué más espera sacar? ¿Se cree el rey del mambo aquí? Tsk. Empezaba a causarme mala espina, desde que estuviese levantado a que ahora rebuscase acusaciones como desesperado.

Si, si, si, dejad de decirlo...-Contesté a Kim cuando seguía insistiendo con lo de atarme, pero por fin alguien lo hizo.-Gracias.

Entonces Erika me hizo dos preguntas. La miré y aparté la mirada sin contestarle y me senté en el suelo.

-Bien, simplemente tengo que estar aquí atado hasta que llegue la policía y ya decidirán mi condena por matar a alguien. Para entonces ya sabréis lo que hice por vosotros.-Me apoyé como pude sobre una de las paredes aquellas y susurré para mi-Al final tantos rumores eran ciertos, tsk, que les den, no son de por aquí y la mayoría no saben lo que se dice de este lugar...en la capi lo comprenderán...espero.

Entonces el cuerpo de Janko empezó a brillar, acompañado de una extraña melodía. Lo que hizo que suspirase entre decepcionado y aliviado pues era el suyo y no el del otro...pero había preferido que brillase el de la chica...

Mis pulmones se llenaban de aire, nuevamente, y volvían a exhalar, pero esta vez con la esperanza cierta de rellenarse en el siguiente empuje de diafragma.

Tosí. Tanto aire de golpe, no era aceptado con facilidad. Entonces me erguí donde estaba, sentado aún en el suelo con aquella luz solar deslumbrando mis ojos recién recuperados. Palpé mis bolsillos hasta dar con el que guardaba la cajetilla de tabaco, saqué uno y lo encendí. Todo ello sin pensar demasiado, pues mis manos sabían como hacerlo automáticamente.

Cuando la nicotina bañó mis pulmones, volví a sentirme vivo. Sonreí. Miré a los demás mientra exhalaba el humo.

- No me miréis así, en el otro lado no hay tabaco. - Dije con frivolidad. Entonces, ya más recuperado, vi al porreta atado y los demás entorno a él, discutiendo. - ¿Alguien me hace un resumen? - Tras palpar donde me habían abierto en canal, para cerciorarme que todo estaba en su sitio, recompuse mi ropa de la mejor forma posible y me puse de pié.

Pe…pe… pero esta vivo!! Y brilla como el mariconazo de Crepusculo, dice negando con la cabeza, Ya se… ya se… Goro todo esto es una cámara oculta para … nos han hecho una broma y esto esta saliendo en alguna web de esas de pago,no? Dime que es cierto o me pongo a chillar histérica.

La noche anterior tan solo había inclinado levemente la cabeza para despedirse de la autóctona del lugar y meterse en la tienda, en su saco, para dormir y olvidar toda aquella locura. Aun le temblaban las manos y no sabia si podría dormir en la noche, pero por alguna extraña razón, la noche la paso plácidamente dormida, hasta que los gritos y el olor a quemado la despertó de sopetón.

Era un claro aviso de que todo seguía como ayer, es mas, por el olor, los lloros y los gritos, mas de una persona había muerto, algo que no quería escuchar, por lo que se puso la capucha de su saco en la cabeza intentando olvidar que el día era igual o peor a la noche y a pesar de que intentaba no escuchar nada, quedándose dentro de su tienda sin moverse y con el móvil encendido con una foto de su marido sonriendo, a sus oídos llegaba casi toda la conversación, la confesión del chico porrero, quien pensaba que era agradable ahora era un asesino, los nombres de los muertos, al parecer los cubanos eran los mas odiados entre los locos fantasmas y como al igual que ayer uno de ellos parecía a ver resucitado, por los gritos de una de las niñas mas lindas de la acampada. Todo eso y mas, teorías, culpa, acusaciones... todo llegaba a sus oídos que por mucho que los tapara no podía evitar escuchar. Por mucho que intentara evitar toda aquella locura, al estar rodeada de ella, no tenia mas opciones de ser una parte, a pesar de que seguía en su saco, en su tienda, sin querer conocer nada mas.

— ¿Qué no? Que si tio. Que están matando a gente aquí dentro — dijo a Paco con los nervios propios de alguien muy asustado. Chechu comenzó a pasearse de un lado a otro de brazos cruzados sin saber qué hacer, el pobre muchacho no sabía como actuar o con quien hablar para escapar de allí, simplemente intentaba calmarse tratando de mantenerse ocupado en cualquier cosa. 

— ¿Illo no me jodas que has sido tu? — preguntó en dirección a Jessie cuando este confesó — ¿Pero cómo se te ocurre matar a nadie, animal? Empezó a asentir repetidamente mientras se acercaba al rubiales y le instaba a calmarse. — Tu... Tu cálmate y túmbate boca abajo, manos a la espalda y vamos a ver como te atamos... 

En eso que fue a buscar algún material para atar las muñecas del joven cuando de repente Janko empezó a respirar de nuevo. Inmediatamente Chechu se llevó las manos a la boca en un gesto de horror. — Ey tio... ¿Estas bien? — le preguntó cuando pudo recomponerse. — Todo lo que sabemos es que Jessie mató a alguien...

Evidentemente aquí está pasando algo extraño, no es normal que alguien se inculpe por un asesinato y menos reincidente... Digo al ver la reacción del chico de las monadas, ante la pregunta de Erika - Tu debes saber quien está detrás de todo esto, te han amenazado... verdad?... Tu comportamiento es diferente al del chico que he visto subirse al autobús, ya hasta has dejado las monadas. 

De pronto un susurro en el viento, una melodía comienza a colarse en mi mente, parece algo hipnótico y todos dirigimos la mirada hacia un resplandor que empieza a deslumbrarnos, y con un dejo de esperanza, vemos como , al igual que en la última ocasión alguien regresaba a la vida, fue en forma muy similar a como lo había hecho el chico del habano la última vez y que ahora yacía inerte con el cuello destrozado, al parecer por alguna especie de fiera salvaje.

Por un momento todos nos quedamos en silencio; a prisa, miro a los otros dos fallecidos con la entusiasmo de que pudiesen retornar así como lo ha hecho este último. 

Entonces nuestro embeleso es alterado por la reacción inmediata de otro hombre, con bigote y muy alterado (como no estarlo después de los últimos sucesos).

- No estoy bien, chaval. Pero he estado peor. Y creo que ahora ya pocos pueden ganarme en eso. Pero gracias. - Asentí tras responder al chico del bigote. - Así que el porretas ha matado a alguien y ha confesado... y ¿a quién ha matado, si puede saberse?

Entonces miré alrededor y, mientras me decían algo o no, pude comprobar el estado de los otros dos cuerpos*

Por un lado teníamos a la chica calcinada y por otro al cubano medio devorado. Raro. Raro incluso sobre lo raro que ya era la situación en que nos encontrábamos. Sin olvidar que yo mismo acababa de resucitar como un jesucristo cualquiera.