Partida Rol por web

Cuando el escritor empezó a hablar Andrea guardó silencio, ligeramente sorprendida por sus palabras. Escuchó todo lo que tuvo que decir, y antes de hablar se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. Por un momento estuvo a punto de responder en la misma línea que antes, pero finalmente se decidió por tutearle. Después de todo, él hacía lo mismo.

- ¿Michael, verdad? - Preguntó antes de empezar. - No tienes que pedir disculpas. Es normal querer habar sobre todo lo que está pasando, sobre las ideas y sospechas de todos... Y me parece que pocos las compartimos tan abiertamente. No me voy a tomar a mal que me digas lo que pienses. - Aseguró, antes de encogerse ligeramente de hombros. - Sobre todo porque ahora enfadarme me cuesta mucho más que antes. - Dijo, sin entrar en más detalles.

- No creo ser mejor que Aurél. - Continuó hablando, sin entender en qué momento podía haber dado esa impresión. - De hecho, probablemente él tenga más que ofrecer que yo. - Reconoció. - Y la verdad, no espero que sólo por haber sido quemada la gente piense de mí que soy inocente. Eso sería demasiado estúpido. - Dijo, sin ningún cuidado de si alguien podía sentirse ofendido. - Quiero decir, una vez que ellos han visto que todo el mundo aquí parece resucitar, nada les costaría matarse mutuamente para parecer inocentes y, además, descubrir lo que hay al otro lado. - Expuso en voz alta. - Que alguien haya muerto por la noche no asegura nada. Pero sea yo, o sea cualquiera, salvo en el caso de la primera noche. - Razonó.

- Todos sois libres de creer en lo que digo, yo no voy a andar diciendo si debéis pensar que soy culpable o inocente. Además, espero que sean mis actos los que hablen por mí. - Comentó, antes de hacer un gesto hacia Jessie, Erika y Mike. - Como señalar a esos tres. - Indicó, antes de hacer una pausa.

- Y permíteme que diga lo que estoy segura de que muchos piensan. - Comenzó entonces. - Cada noche hemos visto, al menos, dos ataques. Cada tarde, un ritual de vudú que hasta el momento no ha funcionado. - Enumeró. - Yo espero que por mis palabras no muera alguien inocente, pero no por eso voy a quedarme callada. - Le dijo al escritor. - Si que muera esa persona nos ahorra un día más aquí, habremos salvado a dos. Y eso, para mí, es más importante que quedarme callada por si acabo diciendo algo que no debo o por lo que otros puedan pensar de mis palabras. - Aseguró antes de hacer una pequeña pausa. Por un momento buscó la mirada de su hermano, casi pidiéndole disculpas.

- Y puedes creerme cuando te digo que ahora no tengo nada que perder. - Dijo, mirándole directamente a los ojos con seriedad. No había reproche en su voz, ni mucho menos, sino una sinceridad cruda y absoluta. - Lo que tenía me lo han quitado.

Michael miró a la joven mientras esta le hablaba. Pareció estar tentado a discutirle algo, a matizar cosas, y en más de una ocasión. Pero no lo hizo. Aún podía verse en su mirada esa empatía que quizás generase en él la suficiente calma, como para tragarse su ego y no decir nada a aquella que debía haber sufrido lo insufrible. 

Se limitó simplemente a asentir y callar con un gesto que buscaba apaciguar y no caldear el ambiente. En cierta manera, una forma de respeto y comprensión hacia ella y lo que había vivido. Suspiró y tomó algunas cosas para disponerse a ir hacia los túneles.

Cualquier sugerencia a dejar el lugar fue rápidamente desechada en cuanto escuchó a Erika admitir su asesinato. No entendía por qué él. ¿Qué le había hecho a esa bastarda? ¿Acaso no le había gustado como la había mirado? ¿Se ofendió porque no le hablara lo suficiente? ¿No le gustó el beso en la mano al saludarla? ¿Qué mierda podría haber hecho que lo odiara tanto como para querer matarlo? Le gustaría poder decir que todo con él era conversable y negociable, pues podía encontrarle lógica a todo si le daban los argumentos debidos, pero no veía como podría pasar por alto que alguien lo había acuchillado múltiples veces mientras se reía a carcajadas. Eso no es necesidad. No tiene lógica. El placer no tiene lógica. Y eso, a juzgar por las risas, había sido puro éxtasis.

Mi voto sigue siendo para Jessie – dijo con voz firme tras voltearse hacia el resto una vez Andrea había ignorado su abrazo por acercarse al recién nombrado. Sus ojos parecían no fijarse en nadie, sino que más bien buscaban un punto perdido en el suelo mientras una sonrisa melancólica aparecía en su rostro. Pero ni siquiera eso duraría demasiado. Una frase, dicha con demasiada seguridad, la borraría de inmediato.

Frunció los labios mientras echaba la cabeza hacia atrás, tratando de liberar la tensión en su cuello moviéndolo de un lado para otro. Llevó su mano hacia la nuca, y pronto la hubo bajado, consciente de la mala educación que demostraba aquel tipo de gestos en público. Y cuando estuvo quieto de nuevo, alguien se le acercó, tomándolo por la cintura con absoluta naturalidad. Miró hacia un lado, y sus ojos se encontraron con quién reclamaba la mitad de sus pensamientos ahora mismo. Tan solo verla le provocó una mueca de desagrado que rozaba el asco, pero a pesar de que su cuerpo respondió firme y tenso, no se alejó. Por mientras ella seguía discutiendo con el mundo, solo miró a dos personas. Primero, a Erika, con los ojos entrecerrados e intentando descifrar cuales habrían sido sus motivos. Y luego, a Katia, en quién buscó algo más. 

El escritor parecía impaciente por bajar a los túneles, y no era para menos. Los presentes estaban dedicando más tiempo a intentar averiguar la verdad ahí arriba cuando la respuesta estaría debajo suyo. — Calma por favor — dijo a Michael mientras levantaba ambas manos en un gesto apaciguador. Yo también quiero que bajemos ya, pero lo que dice Andrea tiene sentido y merece que lo discutamos antes.

— Antes estaba muy convencido para votar a Jessie hasta hace un momento, ahora quizá lo haga por Mike. — enunció al resto del grupo. Intentó no mirarlo para no provocarle más de la cuenta, aunque el simple hecho de acusarlo en público ya parecía suficiente provocación.

Entonces se giró hacia Andrea y continuó hablando. — Cabe la posibilidad de que quien te hiciera eso lo hiciese pensando que hacía bien. Que pensase que eras alguien tan sociópata como Jessie, Mike o Erika. Se encogió de hombros y dirigió la mirada a Michael. Así que no podemos sacar conclusiones precipitadas y afirmar que haya dos juegos de asesinos por cada noche.

La joven Mona observó todo lo que sucedía a su alrededor pese a que ella solo ansiaba descender para encontrar respuestas. Acusaciones, medias verdades, confesiones y teorías volaban de un lugar a otro del campamento, con un baile de nombres en el que la mayoría se hubiese perdido. Pero la científica estaba habituada a trabajar con innumerables datos por lo que no perdió el hilo y, aunque ya se había hecho su propia idea de lo que ocurría, hubo algo que le llamó poderosamente la atención por estar ella implicada.

Andrea, no puedo más que agradecerte el hecho de que te estés arriesgando por revelarnos a todos una información que, como hemos visto, es en gran parte verdadera -dijo hablando a la chica que había vuelto a la vida con muchas revelaciones y a Erika, asesina confesa -pero por mi propia naturaleza debo sospechar de toda la información que has dado pues la que me incluye a mi es falsa o, al menos, eso espero. No se como te la has apañado para conseguir tanta información en tan poco tiempo pero quiero creer que no solo te has equivocado con mi naturaleza. No quiero morir...

Sam escuchó a Erika frunciendo el ceño, con notable seriedad, llevándose la mano al cuello para colocarse los cascos- ¿Que me arrepiento? ¿De qué? ¿De dejarte claro que protegeré a mi novia pase lo que pase? No, no me arrepiento de darle ese mensaje a los de tu calaña.-declaró, tajante- Yo tampoco pienso señalarte. No me convence tu actitud de brazos caidos. Si querías manipularnos de alguna manera deberías habértelas ingeniado de otra forma.-bufó, manteniéndose entonces junto a Soph y dedicándole una leve sonrisa a Katia, y mirando a Salvatore brevemente, algo confusa al contemplar sus reacciones.

Se encogió de hombros y suspiró, hastiada, tras escuchar todo lo que decían los demás. Empezaba a estar cansada de ese sitio, y tenía unas ganas horribles de volver a casa. A la tranquilidad de su casa, con Soph- Bien, entonces qué, ¿vamos a bajar o no? 

-No escucharéis más verdad que la que os digo.

No entendía cómo podía estar dándoles en bandeja absolutamente todo, y, aun así, pensar que ocultaba algo, o que tenía un as en la manga.

Mi único as era el acabar con uno cada noche a través de esa fuerza irresistible que aquel lugar me otorgaba. ¿Cómo decir que no a algo parecido a ser un dios? Mi madre me hubiera dicho que era débil de voluntad por haber aceptado tal poder a cambio de sesgar vidas. Pero, necesitaba hacerlo. Aquel lugar me enseñaba el camino, y yo debía recorrerlo. Llegar hasta el final.

Sin embargo, después de haber atacado bajo el manto de varias noches, veía ante mis ojos cómo los milagros se iban sucediendo, y la gente volvía a la vida cual Lázaro. Era frustrante. Cuando me había tocado el camino de la oscuridad que pasara noche tras noche algo así, hacía que mi mente se agotara. Y una voz en mi interior me decía que era hora de tirar la toalla, pues la utopía no era posible. No cuando los demás poseían tamaño poder.

-Después de lo que he dicho, no sé cómo mostraros que no guardo nada más- dije, entendiendo la situación-. De todas formas, si creéis que tengo una especie de último poder que usar para con vosotros en el momento que muera, no entiendo la diferencia entre votarme ahora o más adelante. De hecho- señalé con el mentón a Jessie-, él sobrevivió una vez, ¿qué os hace pensar que no volverá hacerlo si, de nuevo, resulta el más votado?- pregunté torciendo el gesto-. Quizá, no os convendría malgastar días a lo tonto- aconsejé.

Suspiré de nuevo, y asentí.

-No guardo nada- me sinceré-. Sólo quiero acabar de una vez con esto. Ayudadme- casi terminé rogándolo.

La confesión de Erika había dejado completamente anonadada a Katia. La miró con los ojos como platos y una expresión confusa en su rostro. 

- ¿Por qué...? - En todos aquellos días que llevaba allí, apenas habían hablado, a pesar de ello, nunca hubiera imaginado que fuera una asesina. La revelación de Andy le había sorprendido, pero siempre queda una pequeña espinita, que acababa de ser arrancada con las palabras de la chica. Y pensar que la noche anterior se había planteado no bajar a los túneles y quedarse con ella en el campamento... Me hubiera quedado con una asesina... Se mordió el labio y sacudió la cabeza, intentando quitarse la imagen de aquella chica levantando el cuchillo que había acabado con la vida de Salvatore.

De repente sintió frío. Escuchaba la voz de Erika y deseaba hacerla callar de alguna manera, pero no se atrevía a decirle nada. 

Aurél le había preguntado si sabía quienes eran los atacantes y Katia sólo negó con la cabeza, sin poder apartar la mirada turquesa de Erika.

Es una asesina... Una sucia asesina... Jessie también ha confesado haber matado, pero, ¿por qué lo hacen? En ese momento escuchó a Salvatore y pestañeó, arrancando la mirada de la joven y clavándola en el músico. Se la mantuvo durante unos segundos, sus pupilas estaban dilatadas y abrazaba su propio cuerpo, tembloroso. 

Escuchó a Samantha reconocer que podía proteger a Sopia y la asesina volvió a hablar, rogando ser ella la elegida. Un escalofrío recorrió la espalda de la joven y se volvió a mirarla de nuevo, sin comprender a qué jugaba. - ¿Ayudarte? E... Eres una asesina y... Acabas de burlarte de ella explicando lo de esa nota, ahora no vengas haciéndote la pobrecita, porque no cuela - . Le dijo con voz temblorosa y armándose de valor, mientras sus mejillas se sonrojaban violentamente.

Espero callado y un tanto desanimada, hasta que las personas que quería escuchar hablaron y ninguno arrojo luz a porque lo hacían simplemente seguían en sus trece, al menos Abi agradeció que Erika tuviera el mismo carácter que antes de admitir ser una de las asesinas, por raro que parezca eso le ayudo a mantenerse firme y serena y solo cuando Erika hubiera hablado seguida de la niña de la cara de porcelana se atrevió a hablar ella.

-Bueno, parece que lo que dice Andrea es cierto si Erika y Jessey lo admiten, pero si queda alguna duda la muestra mas clara de que todo lo que ella a dicho es cierto, seria si se cumple la. La presunta muerte de Mona en esta noche...-Esas palabras le costaron mas que ninguna otra, eran duras pero claramente una muestra de que Andrea o su cuerpo vació, como ella misma se describió no mentía.-Por otra parte, si no vais a decirnos el porque de todo esto o como poder terminarlo sin mas sangre... Creo que deberíamos ir bajando, si el rito de esta noche se va a cumplir, como los de días anteriores, esperar aquí es perder tiempo...-Esta ultima frase estaba dedicada especialmente para Wyatt el guía, quien a su manera de pensar debería ser él quien abriera marcha.

Mike se quedó de piedra al escuchar las acusaciones de gran parte del grupo. Estaba preparado para bajar abajo y aquello le sentó como un jarro de agua fría. Miró a todo el mundo y después se sentó tranquilamente.

Bueno, parece que lo tenéis todo bastante claro y por lo que veo, acusarse a uno mismo o intentar dar razones de porqué uno no es un asesino, tampoco sirve de mucho.

Aceptaré lo que el grupo decida tanto si es mi muerte como si es la de cualquier otro pero si cuando los "acusados" estemos muertos y bien muertos os encontráis con más asesinatos... quizá ya no haya nadie aquí para resucitar a los inocentes.

Kim escuchó perplejo a Erika. Sin embargo, conforme iba escuchando las palabras de los demás y la discusión que siguió a las declaraciones de los acusados, no pudo evitar resoplar por la nariz y levantar una ceja. Por algún motivo, Erika quería ser el objetivo de los linchamientos que se producirían. Lo cual, teniendo en cuenta que era una asesina confesa, resultaba bastante extraño y cuanto menos perturbador. Como otros antes que él habían hecho, Kim negó con la cabeza.

No tengo intención de cambiar mi voto porque tú lo pidas, Erika - dijo con voz suave, intentando no generar más discusiones - Tu interés en que te elijamos a ti y acabemos con tu... eh... sufrimiento, por llamarlo de alguna forma, no hace más que convencerme de que debemos votar a Jessie. Porque lo merece y porque así no tendremos que escuchar sus patéticos intentos de humor y de burlarse de los demás - Kim miró al porreta con una expresión un tanto fría - No te ofendas, pero que un asesino me llame petardo es cuanto menos halagador. No me gusta mezclarme con chusma.

El joven periodista cogió su mochila y se acercó a Sam, Sophie y el grupo que comenzaba a juntarse para bajar a los túneles.

Creo que no deberíamos perder más tiempo. Hay salidas que buscar por aquí - al pasar al lado de Katia le dedicó una media sonrisa. Aquella chica parecía muy indefensa, pero tenía agallas, eso había que concedérselo.

Goro observaba atónito como incluso la tal Erika pedía que la votasen a ella en vez de a Jessie sin entender la razón, pero debería haber una y importante si para aquella distracción ella misma confirmaba las palabras de Andrea sobre su condición. Y si ella misma daba por válido su nombre entre la lista de asesinos que Andrea había aportado, ¿porque los demás no habían de serlo?
No pienso cambiar mi voto tampoco, puede que eso que salvó a Jessie de morir no funcione dos veces -o dos veces seguidas- con el mismo asesino y la salvase a ella de ser ajusticiada. Con eso ganarían una noche más siendo el mismo número de asesinos lo cual no es nada bueno para los demás. El nombre que tengo en la cabeza para hoy sigue siendo Jessie Las palabras de Goro sonaban inseguras aún, no se acababa de acostumbrar a aquel extraño juego de reglas tan macabras como paranormales, pero estaba claro que debía hacerlo si quería salid vivo de aquel lugar.
O con suerte encontremos una salida ahí abajo y esta pesadilla acabará sin que tenga que morir nadie más.

A Richard el intento de dar lástima de Erika solo le convencía aún más de que mantuviera sus sospechas hacia Jessie. Si Jessie no moría como ocurrió el día anterior, ya verían lo que harían. Pero de momento, así debía ser, pues Connors creía que precisamente Erika quería que lo que le pasó a Jessie el día anterior le pasara a ella si le votaban hoy, y sería perder el tiempo mientras asesinaban a sus anchas.

-Perdona, tienes razón- le dijo a Andrea- es cierto, fue Erika la que dijo que le habían atacado. Pero entonces supongo que, aunque puede ser mentira, mi teoría de al menos dos tipos de ataques también se ha dado hoy. En cuanto a Aurel, no sé si es asesino o colabora con ellos como dices. Pero si lo que te ha llevado a pensar en eso es porque dudas que alguien le haya protegido a él y no a otro que tú creas más importante no me parece suficiente. Al fin y al cabo, de decir la verdad, le han atacado y protegiéndole han evitado una muerte, y estar más cerca de que los asesinos nos empiecen a igualar en número. Además, Michael se ve convencido de su inocencia.

Sus razones debía de tener. En realidad, puede que le protegiera por complicidad, pero dada la extensa lista de Andrea, si se le añadía también el nombre de Michael el número de asesinos y colaboradores sería demasiado grande como para ser creíble. Richard quería pensar que si realmente confiaba en Aurel es porque había sido él quien le había salvado del ataque o al menos conocía más detalles sobre éste.

-Sí, yo también creo que ya es hora de explorar.

La hermana de Salvatore había vuelto a la vida con una actitud diferente ¿o siempre había sido así y no me había percatado? Era cierto que no había tenido relación de ningún tipo con nadie, pero cada vez esto era mas raro.

¿por qué matar para luego revivir? ¿Quién les revivía? ¿por qué? Quizás estas preguntas ya se habían planteado y me había perdido la respuesta…quizás.

Bienvenida – saludé a la recién resucitada cuando la voz decidió salir nuevamente de mis labios, aunque después fruncí el ceño, molesta o más bien frustrada – hay dos asesinos confesos, los motivos que dan para haber hecho algo tan horrible no justifican nada – dije con voz temblorosa, con miedo – Erika, no sé cómo puedes pedir ayuda para acabar con lo que sea que te pasa, has matado los motivos me dan igual, no tienes derecho a pedir nada – de verdad la chica había pedido ayuda? ¿en serio? – debo reconocer que estoy de acuerdo con él – comenté señalando a  Kim – que pidas tu propio castigo, al menos en mi caso, solo me aclara las dudas que podía tener con respecto a Jessie.

Cuando se habló de ponerse en marcha me levanté del suelo – con un poco de suerte no tendremos que pasar una noche mas aquí y acabar de una vez con este juego macabro – dije negando con la cabeza, sin poderme creer del todo aún, todo lo que estaba pasando.

La japonesa se cruzó de brazos mientras los demás hablaban sobre la conveniencia o no de votar a Jessie, lo cierto es que al cosa estaba bastante clara. Jessie tenía todas las papeletas para ser un aseino y Erika, tras su argumentación no había echo otra cosa que condenar aún más a Jessie y de paso condenarse a sí misma para la siguiente ronda. El caso es que estando allí dudaba que se fueran a resolver ninguna otra cosa, sólo había dos formas, aguardar a la llegada de la noche y bajar.

 Saoko, decidida y sin nada más que aportar se decidió a acompañar a los que ya habían iniciado el descenso... a lo que fuere que les aguardara allí abajo.

Geonwoo miraba el cruce de acusaciones, junto a la petición de Erika que la votaran a ella en vez de Jessie, y se sentía confundido. Además, el tiempo parecía pasar condenadamente lento en esos instantes, sin que pasara nada. Tampoco es que deseara que pasara, pues generalmente si pasaba algo significaba muerte para alguno de los presentes, excepto que fuera el regreso de un muerto. Pero se notaba perdido en esos instantes, sin capacidad de avanzar...

Ignoré por completo la opinión de Sasha sobre mi, no era una cosa que no me hubiesen dicho nunca, la aburrida sería ella, y además, poco original, ¿Y me tacha de anticuado y de los noventa? Al menos que me diga algo que no haya oído nunca.”

Y así, continué ignorando lo que me decían. Me entretenía pensando en averiguar que efectos tendrían aquellas pastillas y estaba esperando a ver si notaba algún síntoma. Al fin y al cabo, todo lo que dijera podía ser utilizado en mi contra...y ya estaba bastante mal el asunto, era mejor intentar disfrutar el rato.

Lo cierto es que todo aquello no había hecho más que explotar, en todas direcciones, con el epicentro en Andrea. Ahora teníamos todos más información de la que soñábamos obtener al poco de despertar.

Asentí a los que afirmaban en continuar con la acusación a Jessie.

- Aunque en algún momento me he planteado la posibilidad de cambiar mi opinión respecto a la persona más peligrosa del grupo, con la esperanza de dar con quien porte el espíritu que protege a los asesinos, finalmente creo que no será otro más allá de Jessie quien deba ser señalado esta noche y, por lo menos, veremos el alcance de su protección. - Dije, como hablando para mí mismo, pero en voz alta. - Si en esta ocasión no sobrevive, ya sabremos porqué Erika se ofrecía como chivo expiatorio. Quizá el espíritu protector no pueda ejercer su poder dos veces seguidas sobre el mismo objetivo. Es algo que entra en la lógica del comportamiento de estos entes demoníacos.

No he votado,Dijo Astrid después de tanto tiempo en silencio, no creo que alguien cuerdo quiera morir por nadie, no creo que la gente que tenga la facultad de matar diga "aqui estoy yo", lo siento pero ahora estoy mas confusa que racional.

La joven buscó en su bolso una pitillera con sus iniciales, dentro había cigarros finos y con papeles de colorines,me dije que era para una emergencia y bueno...al soltar el humo miró a un lado y otro, creo que quienes llevan las cuerdas no son las infelices marionetas que se ofrecen a la hoguera, creo que solo son chivos expiatorios o bueno quizas estoy equivocada, sea como fuere creo que mis huesos no van a salir de este lugar, al menos muero como mujer....

Una calada larga para soltar el humo despacio fue el siguiente gesto de la mujer.

Nací en un cuerpo equivocado,como una marioneta a la cual han vestido mal una y otra y otra vez y encima la culpan por ser distinta, Dioses... si me dieran un dolar por cada ojo morado..., aqui bueno ya habeis visto... un poco de histeria por no saber llevar la falta de medicación y el ver alguien muerto y soy la rarita, teneis razón, lo soy, soy rara, anormal,.algo contra -natura, pero no quiero votar a un inocente, no quiero culpar a alguien por sus apariencias, ahora quien este libre de pecado ya sabe donde estoy.

Michael se detuvo desinfándose ligeramente. Con cierto gesto de desesperación al ver que seguían allí hablando y no terminaban de arrancar en dirección a esos túneles que parecía considerar como la única oportunidad de salir de allí, antes de que toda esa locura terminase por destruirlos. De todo lo que se dijo allí, fueron las palabras de Mike las que más llamaron su atención. Tanto, que pareció olvidar que se encontraban aún parados.

-O quizás sí, ¿no, señor Straton?.- Le respondió con cierta molestia. - ¿O nos está diciendo que es usted o la joven (Erika),quienes están obrando estos milagros?. ¿Es eso?- Preguntó con toda tranquilidad, quedando claro que excluía a Jessie por motivos evidentes. -No sé, me sorprende cómo es capaz de tener tan claro que estos sucesos son obra de alguien y no de algo. ¿También las imágenes que vemos y las muñecas son obra de alguno de los aquí presentes?. Le pregunto porque parece saber mucho al respecto de lo que aquí sucede. Yo ni en sueños imaginaría que uno de los que estamos aquí, pudiese resucitar a nadie cual Jesucristo con Lázaro. Y menos que fuese usted o la señorita Stolness, para serle sincero- Manifestó con la misma pasimonia, cargada de incredulidad.