Partida Rol por web

Sophia fue transportada a un lugar extraño, un lugar nublado que se sentía extremadamente frío, solitario, pero que se parecía mucho a su departamento y aunque esperaba encontrarse con Sam, la figura que encontró fue totalmente diferente.

Frente a ella, había una figura que se le hacía conocida y una voz desconocida dijo - Sophia ha sido escogida por Jessie, en el mundo donde la vida y la muerte se unen, aquí está su espacio -.

Sophia miró a su alrededor, sintiendo al mismo tiempo cómo su pecho se encogía de alivio al ver que estaba en su casa y desazón por encontrar allí a esa muñeca extraña, en lugar de a Sam. Se estremeció. Se sentía sola y allí hacía mucho frío. Tras una mirada más atenta descartó decepcionada que fuese realmente su apartamento, tan sólo era una ilusión de él. 

Contempló a la muñeca en silencio con el ceño fruncido por la confusión de aquel asunto y según sus palabras fueron calando en ella se sintió más y más molesta.

- Espera. - Dijo hacia la muñeca. - Jessie me ha escogido, ¿para qué? ¿Y por qué a mí?

Estaba sentado en un sofá que encontré en aquel lugar, por las fotos, pude averiguar a quien pertenecía. Esperé hasta que escuché la voz de aquella muñeca y luego la de Sophia. Giré la cabeza para buscarla con la mirada.

-Ey, Sophy, ven aquí.-Dije gesticulando con la mano para que se sentase. Luego metí una mano en mi riñonera, oh si, lo necesitaba, ¿cuanto tiempo había pasado? Saqué unos papeles para liar.-¿Puedo fumar aquí? ¿Te molesta?

-Bueno, se que estarás confundida, pero no me tienes que tener miedo, no te voy a hacer daño. Se quien eres. Se lo que le estarás ocultando a tu novia seguramente. En el otro lado se aprenden muchas cosas, y se descubren otras tantas. Como Luis mata a gente inocente con el único propósito de seguir viviendo el, volviendo una y otra vez, el peligro que representa mona y Sasha...bueno a lo que iba..-Hice una pausa respirando para ver como decirlo-Se lo que eres, se que no eres la misma que al principio. No me mientas por favor te lo pido, lo se de buena tinta, de la mejor, de la mía propia.

Al escuchar la voz del fumeta Sophia se acercó a él, rodeándolo sin llegar a acercarse y al ver que abría su riñonera asintió con la cabeza mientras buscaba con la mirada el cenicero en el lugar donde siempre solía estar. El nivel de detalle al recrear su apartamento era escalofriante. Casi podría imaginar que Adam saldría de su habitación en cualquier momento para invitarlas a una fiesta o para que los tres vieran una peli comiendo helado en el sofá. En el mismo sofá en el que ahora estaba Jessie sentado. 

Sophia le tendió el cenicero al joven, contemplándolo de hito en hito en silencio para terminar por sentarse en un sillón cercano. Se inclinó hacia delante, apoyando los antebrazos en las piernas y negó suavemente con la cabeza.

- Si crees que le ocultaría algo a Sam es que realmente no tienes ni puta idea de quién soy. - Hizo una pausa tras estas palabras, estudiando al muchacho con el ceño fruncido. - Así que fuiste tú entonces... - Dijo, con tono interrogativo. esperando algún tipo de confirmación por su parte.

Levanté el pulgar hacia arriba mientras cogía el cenicero agradeciéndole y me puse manos a la obra. Volqué un poco de maría en mi mano y al no tener grinder comencé a machacarla.

-Bueno...hay cosas que por no hacer daño  otros mas que ocultarlas, sería mejor decir...dejarlas pasar, no decirlo por que no sufran...pero si se lo has dicho, bien por ti.-Cogí un poco del tabaco de liar y lo esparcí por mi mano, luego cogí un papel y lo volqué, mientras hacía una mora con la otra mano.-A ver, si fui yo o no lo fui, es un poco lo de menos. La cosa es que lo se. Sasha está con nosotros, es como un puente entre los dos mundos, pero va a su bola y apoyando a quien quiere. Por eso me gustaría ahora hablar contigo, que olvides el miedo o asco que me tenías antes, y pido perdón por lo de las cuerdas, y espero que te gustase mi notita, pero era una broma, soy así...-Coloqué la mora en uno de los extremos del papel y empecé a enrollarlo bien-Bueno, siendo lo que eres, el decírselo a Sam, ¿Por que?

- Ya estabas muerto cuando sucedió, así que si lo sabes, es que has sido tú. - Dijo Sophia, encogiéndose de hombros y relajando un tanto su postura. Se echó hacia atrás, apoyando la espalda en el sillón. Si no fuera por el frío incluso podría sentirse cómoda en esa versión de su propia casa. 

Puso los ojos en blanco ante la mención de las cuerdas y la nota y volvió a encogerse de hombros. - Date por perdonado. Y en cuanto a tu pregunta... Es mi novia. - Dijo, como si fuese una respuesta evidente. - Las dos estamos juntas en esto y trabajamos juntas para todo. ¿Cómo le iba a ocultar algo así? Además, ahora podemos salir juntas por las noches. - Terminó con una sonrisa de medio lado. - Antes sólo podía salir ella y yo tenía que esperarla en la tienda.

Finalmente, lo miró con seriedad. - ¿Sabes algo que pueda ayudar? Allí los ánimos están muy caldeados y aunque nadie sospecha de mí, cualquier ayuda sería bien recibida.

Sonreí entre pícara y maliciosamente mientras quemaba un poco el porro y me lo llevaba a la boca encendiendolo.

Bueno, si, fui yo. Está bien, me alegra que te guste mi regalo. Ahora..ponte cómoda, te voy a contar lo que sabemos.-Hice una pausa, echándome hacia atras en el sofá dando una larga calada satisfactoria por el tiempo que llevaba sin fumar en el otro lado.-Al principio, eramos Erika, Mike y yo. Paco me protegió. Al morir chechu, acaba de confesar que el quemó a Andrea y por lo visto parece que intento matarla hace poco pero Saoko la protegió, entiende que puedo estar un poco perdido desde que morí...Sasha no está por la labor de contarnos nada a los del otro lado.-Di otra calada- Luis salía por las noches a vigilar, la primera noche casi nos pilla matando a Salvatore, así que lo vi y lo maté también, al segundo día fui a por el pero Phill me vio paseando, yo vi a alguien pero hasta que no lo confesó no sabía que se trataba de él. Luego intenté convertir a Salvatore, pero una luz me lo impidió saliendo de él, fue cuando Andre regresó y sabía que alguien lo había atacado. Lo de Aurel, no se mucho de su papel en todo esto...Mona afirma tener un poder muy importante para ayudar a la gente, así que no se si miente, pero por prevención, mejor que no vuelva.-Di otra calada echando la ceniza en el cenicero y alargandoselo para ofrecerle por si quería. Si no seguiría dandole yo.- Luis puede resucitar por el mismo no se cuantas veces, pero me da la impresión que no más, y creo que debe matar a alguien para hacerlo. Si te soy sincero, nuestras sospechas tras que tanta gente vuelva a la vida, creemos que son Ekatherina, no se, pero creo que debéis acabar con ella. Ah, y bueno, al morir, nombré a Andrea como mi sucesora, pero segun contaron Erika y Mike al volver, parece ser que apareció en ese lugar mental donde nos encontrabamos, vio quienes eran, aun que eso ya lo sabía ella no sabemos aun como, y luego se marchó de aquel lugar, por lo que creemos que logró deshacerse de aquello que yo le hice. No se como lo hizo, si fue ella, o alguien le ayudó, pero una cosa es clara, no creo que sospeche de vosotras y la gente creé en ella, jugad con esa ventaja y bueno, si encontráis la manera de hacerme volver, no hace falta que os diga que será de agradecer...-hice una pausa suspirando.-Bueno, creo que ya te he dicho todo lo que creo saber. Janko me da mala espina, pero no lo quiero en el mismo lugar que yo, es horrible estar con ese ser. Ahora, dime, ¿que es lo que vosotras podéis hacer?¿Y como es que tu novia se paseaba por las noches sola? Y bueno, no hace falta decir que esto no podré mantenerlo por mucho tiempo, cada uno de los muertos hemos podido elegir a una persona, y supongo que cuando al amanecer se esfumará este vínculo.

Sophia aceptó el porro cuando Jessie se lo tendió y dio varias caladas mientras escuchaba todo lo que el chico tenía por decir, asintiendo en algunos momentos y negando en otros. Cuando terminó, estiró la mano para devolvérselo y soltó el humo de la última calada despacio.

- Vaya, no os cuentan demasiado de lo que pasa entre los vivos, ¿no? - Enunció, frunciendo levemente el ceño. - Astrid obligó a Richard a confesar en voz alta que es él el que estaba resucitando a la gente. Estaba dudando si ir a por él esta noche, pero me da miedo que esté protegido. Por otro lado con Phil y Luis paseando por las noches va a ser complicado que no nos descubran. - Hizo una pequeña mueca con la boca.

- Yo antes podía compartir el amor que siento por Sam con otras dos personas, enlazando sus almas, pero en lugar de usarlo con otros, decidí usarlo con nosotras mismas. Eso hizo que pudiéramos protegernos la una a la otra por las noches y encontramos un jardín secreto donde reunirnos. Sam ha estado matando por las noches pero por su cuenta. Todos creen que es una justiciera que quiere ayudarlos, pero en realidad nos ponemos de acuerdo y lo hacemos juntas. Así ahora podemos matar a dos cada noche. - Se encogió de hombros. - La verdad es que queda mucho trabajo por hacer pero me parece que nadie sospecha de mí, así que tal vez tengamos posibilidades. Aunque estaría bien que alguno de vosotros resucitase y viniera a echar una mano. 

Cogí el porro de nuevo para que hablase ella.

-Vaya, interesante...así que ella es la famosa justiciera eeh... estás bollis, como tienen el chiringuito montao...Si te digo la verdad, aprovechando que sois dos, me cargaría a Phill y Luis y a la siguiente a Richard, o a Richard y uno de los otros dos. 

Sophia valoró en silencio la propuesta de Jessie y finalmente asintió. - Puede que hagamos eso. Aunque creo que nos daría lo mismo, porque si nos ven se lo contarán igualmente a Sasha o lo dirán cuando Richard los resucite. Quizá lo mejor sea matar a alguien que pueda ser dudoso o a quien la gente no tenga mucho aprecio. Así siempre podemos decir que fue porque creíamos que eran asesinos. - Terminó con una risa ligera mientras se encogía de hombros.

Negué con la cabeza.

-Eso lo hice yo, ¿quién tenía aprecio por Luis al principio?  Nadie...Si los matáis , podéis hacerlo por la espalda, te aseguro que dudo que al matarlos os vean, yo lo hice 2 veces con Luis y no nos vio, fuimos rápidos. Con cabeza podréis.

Torcí los labios de un lado a otro hasta que me vino una cosa a la cabeza.

-Ah, se me olvidó,  Aurel comentó que qué hacía Sam cerca de la tienda de Erika el día que murió....y Erika se ha sobresaltado por eso, y no es bueno, no confío ni en Erika ni en Mike, ya ves como practicamente admitieron su culpa y donde estoy, sueltan todo lo que se les pasa por la mente, resignados a su destino. Tengo miedo por donde puede llegar a parar esta discusión, al mismo tiempo que buscamos quien podría ser el que está asesinando, incluso la misma Erika ha supuesto que el justiciero es malvado...tsk. Sasha no sería una mala opción acabar con ella en la segunda noche.

Sophia resopló al escuchar el nombre de Aurél. - Ese tipo es sencillamente retrasado. Ayer se pasó todo el día repitiendo eso sin parar y todos los vivos diciéndole que se callase ya y que dejase de desvelar a los que les ayudaban. Y él erre que erre. Es muy, muy cansino. Pero no creo que Sasha le preste demasiada atención, entre los vivos prácticamente le tratan como un apestado. Hasta su amigo Michael ha renegado públicamente de él y de Astrid. Podrías contárselo a ver qué dice y así os echáis unas risas. - Dijo, con una sonrisa divertida.

- ¿Cómo dijo? - Se preguntó a sí misma, antes de engolar la voz para tratar de hacer una imitación mala del escritor. - "Ha sido una tortura más bien mental tener que compartir las pesquisas y las oportunidades de sobrevivir con vosotros. Sois tremendamente duros de sesera. Desvergonzados. Carentes de sensatez. Simplemente... Despreciables." - Soltó una carcajada antes de hablar con su voz normal. - ¡Ah, sí! Y también dijo... - Envaró su espalda para volver a hablar con la voz grave que le había adjudicado a Michael. - "No sé ni cómo he podido ser capaz de defender lo que decíais. Sois un mal ejemplo para la raza humana. Y ahora, si me lo permitís, voy a disfrutar de mi recientemente adquirida independencia librepensante." - La última palabra se ahogó entre risas mientras una mirada lánguida producida por el porro empezaba a instalarse en los ojos de Sophia. 

Entonces suspiró, recostándose de nuevo en el sillón. - No me extraña nada que no te fíes de Erika y Mike. Son un par de inútiles y han estado dando un cantazo absoluto. La confesión gratuita de Erika... Todavía no comprendo por qué hizo algo tan absurdo.

Reí con sus imitaciones y di las ultimas caladas tirando la chusta en el cenicero mientras asentía sin parar a sus últimas palabras.

-Un suplicio...-Metí mi mano de nuevo en la riñonera, saqué un papel más largo, y empecé a machacar una buena cantidad de maría.-Ahora que lo piens, tal vez debí decirte a quien hubiese votado yo, pero claro, al no estar allí no se como van las cosas, pero no me parece mala idea que votéis a Astrid o Michael al atardecer el próximo día. Los grupos no son buenos. No señor. Bueno, y a todo esto...de verdad que..-la miré moviendo la cabeza, como si tuviese que saber a que me refería-...ya sabes, lo de las cuerdas...¿No tienes curiosidad?

Sophia se había ido recostando cada vez más en el sillón, hasta que terminó por levantar los pies y ponerlos encima de la mesa baja del salón. No se molestó en quitarse los zapatos como solía hacer, al fin y al cabo no era su casa de verdad, sólo una especie de ilusión de ella. 

- Oh, es que en el sitio ese del té se pusieron todos de acuerdo para señalar a Abigael sin que ella notase nada. Al parecer están convencidos de que es la única asesina que quedaba, ¿sabes? - Se encogió de hombros con una sonrisa fácil bailando en sus labios. - No podíamos votar a otro sin que nos mirasen raro. Pero Astrid... Con su comportamiento se está buscando que la mate cualquiera. No será difícil hacerla caer mañana.

Puso los ojos en blanco mientras soltaba una carcajada al darse cuenta de por dónde iban los tiros de su pregunta. - Joder. Eres increíble. - Dijo, mirando al chico con incredulidad. - Qué obsesión tienes tú con las cuerdas, ¿no? - Enarcó una ceja. - Vas a tener que hacer algo más que darme medio porro si quieres que te hable de nuestras intimidades. - Dijo, negando con la cabeza. - Aunque en palabras de Sam... Te puedes meter las cuerdas por el culo. - Citó, mientras empezaba a reírse entre dientes para terminar sujetándose la tripa mientras reía.

Ignoré por completo todas las palabras sobre Astrid cuando se puso a hablar de lo de las cuerdas.

-¿Quieres que haga algo más?-Dije mientras me levantaba de un salto al terminar de terminar una L solo de verde.-Está bien...-Comencé a acercarme lentamente hacia ella.-Me gusta como piensas.-Apoyé una rodilla sobre el reposabrazos del sillón y encendí la L. Dando una larga calada para luego bajar la cabeza a la altura de la suya. Y soltar todo el humo suavemente sobre ella, acercandome cada vez más.-¿Por el culo? Vaya, así que si os gusta...si quieres puedo hacerlo...-Pasé mi brazo izquierdo por encima de ella apoyando la mano en el respaldo del sillón, manteiendo una distancia de escasos centimetros de su cara. Me quité el gorro con la otra mano, lanzandolo por ahí desmelenándome.-Voy a enseñarte una cosa. Se llama el matagitanos.-Cogí su mano con delicadeza y la cerré en un puño, poniendosela en su boca, luego la otra tapando uno de los dos orificios del puño que no estaba en contacto con sus labios, coloqué el porro por entre los dedos suyos.-Ahora aspira.-Al hacerlo le entraría un subidón de humo considerable. Rápidamente le dí una larga calada y esperé a que ella soltase su humo y cogiese aire, luego me abalancé sobre sus labios antes de que los cerrase para una vez ahí, soltar todo el humo dentro de ella.

Sophia tensó un poco la espalda cuando Jessie comenzó a acercarse demasiado para lo que ella consideraba apropiado en un tío. Y más en uno al que apenas conocía. Sin embargo, en un inicio tan sólo lo contempló enarcando una ceja y permitió que colocase sus manos. Ante su indicación de aspirar, dudó tan sólo un instante, pero terminó por obedecer. Al fin y al cabo ese lugar no podía ser real, así que... ¿Qué mal podía hacerle cogerse un buen colocón? 

Aspiró con fuerza y sintió cómo el humo llenaba sus pulmones. Sus ojos se cerraron en un parpadeo lánguido y lento mientras su mente se nublaba. Abrió los labios para dejar salir el humo y no se dio cuenta de lo que estaba haciendo Jessie hasta que era demasiado tarde. Sintió sus labios babosos y repugnantes y... masculinos, sobre los suyos y se sintió asqueada. El humo que él había introducido en su boca golpeó su garganta, haciéndola toser y lo apartó de un empujón, ahogándose por el humo. 

Sus ojos se encendieron de rabia mientras se esforzaba por centrarlos en aquel tipo y lo señaló, intentando hablar entre toses sin llegar a conseguirlo hasta varios segundos después. 

- No vuelvas... A acercarte a mí... Puto cerdo. - Consiguió decir mientras lo fulminaba con los ojos llorosos por la tos y enrojecidos por el colocón. No recordaba haberse sentido tan indignada desde... Sí, desde que ese mismo tío había empezado con sus bromitas y amenazas sobre las cuerdas. Por un instante se planteó levantarse, pero algo le decía que era mejor esperar a que se le pasara el mareo un poco, así que permaneció sentada, masticando su indignación e imaginando miles de formas de tortura que aplicarle a aquel desvergonzado pervertido. 

- Si vuelves a intentar algo así. - Dijo finalmente, con tono amenazante. - Quemaremos tu cadáver y esparciremos sus cenizas de forma que nunca más puedas resucitar. 

Sin embargo, poco a poco en su mente la indignación se fue mezclando con lo cómico de la situación. O al menos con lo cómica que le parecía en su mente turbada por la hierba. Y Sophia terminó por estallar en carcajadas mientras seguía esforzándose por mirar a Jessie con odio, poniendo una cara entre extraña y graciosa. 

- Tráeme un vaso de agua por lo menos. - Pidió, cuando consiguió hablar entre carcajada y carcajada. - La cocina está en la segunda puerta a la derecha en ese pasillo. - Dijo, señalándolo.

Retrocedí un poco cuando me apartó entre toses. Yo en cambio, me mantuve mirándola mientras me mordía el labio inferior.

Sus primeras palabras entre toses y ojos enrojecidos me causaron gracia, incluso una parte muy linda se dejó ver en ella. "Oooh, que adorable..."

-Sabes que con esas palabras das cabida a que no me preocupe ¿verdad? Sabes que eso no servirá de nada...

Finalmente estalló en carcajadas y la acompañé en estas hasta que me pidió un poco de agua. Asentí y fui a por ella.

Volví con un vaso de agua y al verla torcí la cara como decepcionado.

-Vaya, realmente pensé que te encontraría desnuda...parece que las bollis sois bastante sositas eeh... realmente vas a necesitar que te enseñe...

Me acerqué los últimos pasos hacia ella y le tendí el baso inclinandome bastante.

-Sería una lástima que te mojases con el agua.

Dije mientras inclinaba el vaso hasta que estuviese a punto de verterse el líquido sobre su ropa.

- Quizá es que si somos bollis es por algo. - Respondió Sophia sacándole la lengua al escuchar al chico volver a las andadas. Y al ver cómo se inclinaba con el vaso peligrosamente a punto de desbordarse sobre ella, una mezcla entre bufido y carcajada brotó directamente de su garganta. 

- ¡¿Pero qué haces?! ¡No lo vuelques! ¡No! - Exclamó mientras intentaba agarrar el vaso antes de que el agua le cayese encima. Finalmente se lo quedó mirando, haciendo un esfuerzo por abrir sus ojos más de una rendijita. - Estás como una cabra. 

Levanté el vaso al mismo tiempo que lo ponía en vertical.-¿Como una cabra? ¿Tu crees? Entonces no debería haber parado-Volví a inclinar rápidamente el vaso y le tendí el porro.-Fuma, más y más. Si me sorprendes, no te la tiro, si me decepcionas...mejor no me decepciones.-Sonreí hacia un entrecerrando los ojos.

Sophia enarcó una ceja mientras sus ojos enrojecidos revelaban un brillo de indignación. Sin embargo, poco a poco una sonrisa maliciosa de medio lado fue brotando en sus labios, milímetro a milímetro.

- ¿Quieres que te sorprenda? - Preguntó retóricamente. - De acuerdo. - Asintió, sujetando el vaso con la mano y haciendo un gesto con la cabeza hacia el sofá. - Pero siéntate en el sofá, porque te voy a contar algo con lo que vas a alucinar.