Partida Rol por web

-¿Eh?-Miré extrañado a la chica. ¿A qué venía todo esto?-Yo solo quería que fumases...pero si prefieres otras cosas...-No se que pretendía contarme pero supongo que el mojarla podría esperar un poquito. 

Reculé y me quedé sentado en el sofá, le di un par de caladas rápidas y le volví a tender el porro. Lo que quería era que se colocase.

Antes de hablar, Sophia se bebió el contenido del vaso de un trago. Después lo dejó sobre la mesa y aceptó el porro para dar una calada lenta y devolvérselo a Jessie. 

- ¿Quieres que te sorprenda? ¿Recuerdas cuando decidiste elegirme para oscurecer mi corazón? - Preguntó, mientras la sonrisa se ampliaba aún más y buscaba la mirada del chico con sus ojos entrecerrados. - Pues resulta que te equivocaste por completo al elegirme, chico grande. - Continuó, con la voz algo pastosa, soltando una risita al final. - Porque, ¿sabes? Yo nunca podría estar en tu equipo. Sam y yo formamos nuestro propio equipo y eso está por encima de todo lo demás. Así que... - Dijo entonces, haciendo un suave ademán con la mano. - Cuando llegué a aquel lugar en el que os reuníais, donde por cierto, me encontré con Katia, a la que Andrea dejó allí ocupando su lugar y quien la obedece hasta para mear... Cuando llegué a ese lugar, como decía, tenía ganas de matar a todos. A todos, también a mis supuestos nuevos aliados... A todos... Menos a Sam. - Sus ojos brillaron al recordarlo. - Y lo habría hecho, vaya que sí. - En ese momento su sonrisa se hizo enorme y su voz se iba aclarando más según iba hablando y centrándose. - Lo habría hecho... Si no hubiera tenido la capacidad de limpiar un alma corrupta, devolviéndole su pureza. Así que cuando Sam me pidió que abandonara ese lugar y esa causa que no era la nuestra... Limpié mi propia alma por ella. Por nosotras. - Se encogió de hombros. - Fue doloroso, pero no llegué a quedarme allí ni una noche. 

Hizo una pequeña pausa y miró a Jessie, con la cara de un gato que juguetea con un ratón. - ¿Me sigues? No estamos en el mismo equipo, tío. Llevo todo este rato siguiéndote el rollo para que me contaras todo lo que sabías. Pero al parecer no sabes nada que no supiéramos Sam y yo de antes, así que no has sido de mucha ayuda. 

Entonces levantó un dedo y añadió algo más. - Y por cierto. Sam tampoco está de vuestra parte. Ella sólo ha matado a Erika y Paco. Así que sí: ella es la famosa justiciera y ha estado ayudando a los corazones puros a cazaros. Con Abigael, la última asesina, muerta y Katia dominada por Andrea, Sam ya ha terminado su trabajo. Lo más probable es que al amanecer podamos largarnos de aquí, mientras que vosotros os quedaréis aquí pudriéndoos toda la eternidad. - Terminó, con una sonrisa enorme y los ojos algo más despejados que cuando comenzó.

Escuché atentamente mientras fumaba todo lo que me decía, la verdad, la de cosas que habían pasado. Llegado el momento, suspiré, visto lo visto, no había más que hacer, solo quedaba Katia y fuese la matarían. 

-Bueno, ¿Ni un beso de compasión me das?-Dije mientras me encogía de hombros.

Sophia puso los ojos en blanco, sin perder la sonrisa de satisfacción. - Si querías usar este espacio intertemporal o lo que sea para enrollarte con alguien... Te has vuelto a equivocar eligiéndome. - Respondió, enarcando las cejas. - Debiste traerte a Andrea.

-Naaaaaah...-Empecé a reír-Me gustan los retos. Y no lo hice por eso, lo hice por divertirme un rato. Sabía que sería divertido intentar tentarte. Entonces...¿es un no?-Y puse una carita de corderito degollado.

- Rotundo. - Afirmó Sophia, negando con la cabeza. - No tienes nada que hacer conmigo. - Añadió encogiéndose de hombros. - Siempre será sólo Sam. 

Miró a su alrededor y luego al chico. - Y ahora que están las cosas claras... ¿Qué hacemos?

-Aclárate chica. ¿Cómo que qué hacemos? Pues si no me quieres dar un beso podemos jugar al parchís. ¿Tienes un parchís? O una oca...o jugamos al strip poker...-Dije ya en broma-Es "tu casa" ¿Qué tienes?

- Creo que tenemos una baraja por ahí. - Dijo, levantándose despacio para controlar el mareo que aún nublaba su mente y acercándose al mueble bajo la tele. De allí cogió una baraja francesa y volvió al sillón para dejarse caer en él. 

- ¿Sabes jugar al Blackjack? - Preguntó, enarcando una ceja.

Contemplé a la chica mientras intentaba atravesar la jungla de muebles hasta alcanzar una baraja.

-Si, dale croupier.

Empezó a sacar cartas. Todas de baja puntuación y seguí pidiendo hasta tener 17. sin saber si plantarme o n, decidí arriesgar, con la mala suerte de pasarme.

-Vaya... decepcionante.

Sophia fue sacando cartas según Jessie las iba pidiendo y lo miró con una sonrisa divertida cuando se quedó dudando al llegar a diecisiete. Finalmente, cuando vio que se pasaba, rió. - Por poco. Me toca. 

Empezó a darse cartas para sí misma y al sacar la tercera y ver que era una figura, puso una sonrisa victoriosa. - Veinte y... Me planto. 

Sin perder la sonrisa le tendió la baraja a Jessie, para que diese él la siguiente mano. - ¿Al mejor de diez? - Preguntó, enarcando una ceja.

Al ver como se plantaba ganando resoplé.

-Parece que esta vida no está echa para que la gane... creo que lo único que ha salido bien ha sido mi fabuloso grupo de música acompañado de mi negocio de marihuana. ¿Lo quieres? La mitad es tuyo, la otra de mi mejor amigo. Di que vas de parte mía.

Tomé la baraja y repartí una carta a cada uno y esperé a que ella pidiera.

Sophia negó con la cabeza ante el ofrecimiento de Jessie. - Qué va. Sam y yo volveremos a Londres. No puedo llevar tu negocio desde allí. 

Con un gesto de la mano fue pidiendo cartas... Hasta que se pasó. Hizo una mueca y continuó hablando mientras esperaba a que él jugase. 

- Andrea me ha pedido que te diga algo. - Dijo entonces, enarcando una ceja. - Dice que nunca se había excitado tanto como cuando le hiciste aquello, y que fue una pena que no te quedaras un rato más para agradecértelo. También dijo que Salvatore se llevó todo lo que tú te habrías llevado de quedarte. - Se encogió de hombros. - Lo ha soltado delante de todos los de la sala del té. - Añadió, antes de soltar una carcajada. - Incluido el propio Salvatore.  

- Creo que está celosa de que me escogieras a mí. - Terminó, con aire divertido.

-Vaya, también me niegas esto...

Sophia se pasó y vi entonces mi oportunidad. Sonreí un poco y empecé a echar cartas escuchando sus palabras.

La miré cuando nombró a mi napolitana. "¿A mi?" Entonces empecé a quedarme con una cara de embobado mientras hablaba, se me caía la baba hasta que nombró a Salvatore, saqué mi última carta justo antes de plantarme con un golpe y la cara completamente llena de rabia-Tsk, juro que lo mataré...-Entonces abrí los como platos y me lleve un dedo a los labios, mirando hacia arriba, como si hubiese recordado algo-Ah, espera, eso ya lo hice.-Miré mi carta-Me planto.

-Así que celosaaa eeeeeeh...-Y volví a recaer con una improvisada cara de pena-El destino juega sucioo...

- Tu amigo me lo agradecerá, seguro. - Respondió Sophia, encogiéndose de hombros y mirando cómo él se plantaba. No pudo evitar una risita entre dientes al escuchar sus improperios hacia Salvatore y estiró la mano para coger la baraja. 

- Uno a uno. Y todavía no nos hemos apostado nada. - Dijo, sacando una carta para cada uno. 

-¡Oooooooh! Atrevidas palabras-Dije mientras me quitaba el mazo.-Está bien, que te parece...que lo hagamos al mejor de cinco, así da mas juego y podemos hacer dos rondas. Mmmm-Pensé, hasta me había olvidado de fumar en este rato. Pedía cartas y empecé a sonreír maliciosamente.-Mejor te dejo decir tu apuesta antes, venga.-Dije mientras me plantaba a los 20.

Sophia frunció el ceño al ver cómo Jessie se plantaba en veinte, pero después sonrió de medio lado. - Vale. Si gano yo, me prepararás algo de comer. Me está entrando un hambre que flipas con tanto porro. 

Dicho eso, empezó a sacar cartas. No le quedaba más remedio que intentar superar el veinte y había empezado sólo con un cinco. Sacó una y otra, viendo cada vez más claro que se iba a pasar... Hasta que sacó el último seis y una sonrisa enorme se instaló en su cara. - ¡Toma! ¡Veintiuno! Gano yo. - Dijo exultante. 

- Tengo otro recado para ti. - Anunció, tendiéndole la baraja para que repartiese él. - Dice Andrea que si quieres que le lleve algún mensaje de tu parte a alguien de tu familia o algún amigo, está dispuesta a hacerlo antes de largarse de la ciudad. 

Señaló la baraja con la cabeza. - ¿Qué quieres si ganas tú?

Cuando dijo su premio fui yo quien frunció el ceño quejándose.

-Oh venga,¿no tendrás alguna napolitana o algo así? Lo dulce el lo mejor para el mono...

No me lo podía creer cuando sacó la última carta.

-Que injusto.-Dije haciendo pucheritos-¿Oh, otro recado?...-Enarqué una ceja sin terminar de convencerme la idea-Mmm...dile que le prometí la vuelta a caballo conmigo, no con nadie más. Pero si, dile que me haría un favor si le dice a mi amigo que cumplí mi promesa, yo, el gran Jessie, me atreví a subir hasta la famosa "Casa de muñecas" de los rumores...y... morí...en ella...como un...hér...o...e-Conforme iba termianando la frase, iba decayendo, y hasta al final, una lagrima asomó por mi mejilla. Rápidamente me pase la manga por la cara y cogí el porro apoyado en el cenicero y lo encendí dando varias caladas rápidas y luego sonriente y alzando la voz propuse mi parte como premio.

-¡Va, va! Si gano, pido-Y la miré continuando con mi anterior sonrisa maliciosa- un beso de mi palmerita de azúcar.-Y me quedé mirándola fijamente sin parar de sonreír.

Luego repartí las cartas.

-Bueno, y dile que le inviten a unos gramos de mi híbrida que tengo en la habitación, y que se asegure de que mi madre esta borracha dormida de lado y no boca arriba, sea cosa que se ahogue...y que no miré debajo de mi cama, es personal.

- Qué va. Adam no nos deja tener dulces en casa, vive en una operación bikini permanente. - Respondió Sophia encogiéndose de hombros. 

Al ver a Jessie ponerse triste, ella frunció el ceño levemente. No le gustaba ver al muchacho así. Podía lidiar con sus insinuaciones y juegos, pero le daba mucha pena escucharlo hablar de esa manera. - Ey -dijo, estirando la mano para darle un golpe amistoso en el hombro, tratando de animarlo-, dice que lo hará. Y que no habrá viaje a caballo con nadie. 

Al ver que se reponía y escuchar su apuesta, puso los ojos en blanco, pero no protestó. En lugar de eso siguió pidiendo cartas. Al llegar a dieciocho se quedó pensativa un instante, pero finalmente su sonrisa se amplió. - Qué narices. Aquí hemos venido a jugar, ¿no? Dame otra. - Y como era de esperar, se pasó.

-Bueno, se le agradece.-Entonces le di la ultima carta con la que se pasó y sonreír y empecé a balilotear sentado y canturrear-Por un beso de mi palmerita yo haría lo que fuera...

Sin preocupación empecé a sacar cartas, pero solo saqué una y me quedé en veinte mientras continuaba tarareando por la victoria

-Dos dos. Venga venga!-Y le pasé las cartas.

Sophia frunció el ceño al escuchar la canción. - Eso no va a pasar. Porque te voy a ganar. - Anunció, sonriendo mientras cogía la baraja y repartía una carta para cada uno.