Partida Rol por web

Cuando se encontró con la sonrisa de Katia y esos ojos que exigían una respuesta, el pánico se apoderó de él por unos segundos. ¿Que pensaría de él si respondiera a esa pregunta? Era ridículo lo torpe que era para conversar estos asuntos cuando era tan bueno para hablar de todo el resto. Pero casi salvado por la campana, Andrea cambió de tema y distrajo a la adolescente, pero incluso entonces sentía la mirada embobada de la rubia en él. Sin embargo, pronto volvieron a sus conversaciones y el volvió a respirar en paz. Las observó desde el sofá, aún sin moverse. De vez en cuando miraba a Katia preocupado al verla sentir temor o nervios, y aunque quería abrazarla y consolarla él mismo, dejó que Andrea lo hiciera. No quería provocarle celos cuidando de Katia y demostrándole afecto sincero frente a ella, y sabía que el don de su hermana con las personas era infinitamente superior a su falta de tacto para tratar con ellas.

 Sus ojos buscaron los de la adolescente y le sonrió con ternura. 

Katia se quedó un momento pensativa, con la mirada perdida y el ceño ligeramente fruncido. Finalmente negó con la cabeza, volviendo a anclar su mirada en la de Andy.

- Creo que sólo su vida. Yo resucitaría y él moriría. Pero espero no tener que utilizarlo nunca - . Dijo y una pequeña mueca se formó en sus labios. En ese momento, Andy le decía las cosas claras a Aurél y Katia se rió, cubriendo sus labios con la mano. 

- Jajajajaja... ¡Que grande eres! No me gusta nada ese chico. Está intentando incriminar aleatoriamente a la gente, como si buscara esquivar todas las miradas. ¿Crees que puede ser el otro asesino? - Conjeturó y se mordió el labio, pensativa. - Mintió cuando dijo que le habían atacado y ahora está echando mierda sobre los demás - . En ese momento tuvo una ocurrencia y una sonrisa bailó en sus labios. - ¿Sabes qué podemos hacer? Cuando estuvimos buscando los objetos, encontré un tarro de medicinas. No sé que haría allí, pero como siempre estoy con el botiquín encima, decidí guardármelas. He estado leyendo su prospecto y he descubierto que quién se las tome tiene que responder hasta tres preguntas que se le realicen, y no podrá mentir. ¿Quieres que se las de a Aurél? - Tras decir aquellas palabras, instintivamente miró a Salvatore y sus mejillas se encendieron al darse cuenta que él la estaba mirando.

Al escuchar la respuesta de Katia Andy asintió con gravedad. Aquello eran palabras mayores.

- Yo también espero que no tengas que usarlo nunca. - Le dijo. - Pero hay algo que tienes que saber: si se da la ocasión, este lugar tiene maneras de encauzar los impulsos asesinos que tenemos. - Afirmó. - Probablemente sin este lugar, sin ese tatuaje, - Dijo haciendo un gesto hacia su mano. - pensarías como uno de ellos. Tienes que resistirte, escoger bien, y cuando vuelvas ya veremos cómo lo solucionamos.

Al escuchar reír a Katia después de su respuesta en el otro lado Andrea rió también de manera espontánea, natural. - Puede que sea el otro asesino, que sea un idiota, o las dos cosas. O quizá le está encubriendo, quién sabe.

- La idea de usar esas pastillas con él es estupenda, pero quiero que lo hagas porque tú también lo creas, no por lo que me parezca a mí. Y tendremos que pensar qué preguntas hacerle para que nos de la máxima información posible. ¿Son tres preguntas tuyas, o de cualquiera? A ver si cuando se las des se nos va a adelantar alguien. - Preguntó, antes de pasar un brazo por sus hombros. - Yo he encontrado otra cosa, pero lo tuyo mola mucho más. - Afirmó. - Eres la mejor.

El rubor de las mejillas de Katia se acentuó ante la alabanza de Andy. Sonrió y asintió suavemente con la cabeza.

- En el prospecto pone... - Se quedó un momento pensativa, mientras en el campamento se acercaba a su mochila y rebuscaba para leer fielmente las palabras. - Te permite drogar a un personaje para que este conteste tres preguntas que se le realicen, sin ser capaz de mentir - . Pestañeó y volvió a entrelazar su mirada con la de Andy. - ¿Prefieres hacerle tú las preguntas? La verdad es que estas cosas se te dan mejor. A mi me da miedo cagarla - . Le confesó, avergonzada por ser tan torpe. 

- No, no. - Negó, Andy, dedicando a Katia una sonrisa. - Es tu momento. - Aseguró. - Te lo has ganado. Dáselas ya si quieres, y así nos aseguramos de que responda antes de la noche.

- Lo que yo he encontrado son unas piedras preciosas. - Dijo, hablando como si tuvieran poco valor. - En realidad no sé cuánto cuestan, pero seguro que puedo convencer a alguien de que me cubra a cambio de ellas. Y así, si alguien viene a por mí, esa persona morirá en mi lugar.

- No sé si usarlas cuanto antes. Después de todo Sophia me ha expuesto bastante, y puede que vayan a por mí pronto.

Katia asintió con la cabeza. Aunque estaba nerviosa y prefería que fuera Andy quién hiciera las preguntas, en el fondo le agradecía aquella muestra de confianza. 

- Está bien, me acercaré sin que se de cuenta y se las daré - . Le dijo, asintiendo con firmeza. - ¿Le pregunto directamente si es un asesino? Y... ¿Si está relacionado con alguien del campamento? - Que nervios, espero que esto funcione. Sabía que en cuanto hiciera aquellas preguntas, acapararía la atención de la gente y se moriría de vergüenza. - Y si niega que es un asesino... ¿Le pregunto qué es lo que puede hacer? O... ¿Directamente le pregunto qué puede hacer y luego cuál es su poder secundario? - Se mordió el labio y deslizó su mirada entre Salvatore y Andy, suplicándoles que la ayudaran.

Sus pupilas brillaron al escuchar lo que Andy había encontrado. Tenía razón, Sophia la había expuesto delante de todos y ella no quería que le pasara nada. - Sí, protégete, porfi. No quiero que te pase nada... - 

- Mmmmmm... - Murmuró Andy, valorando las posibilidades que Katia presentaba. - No le preguntes si es un asesino, porque si dice que no lo siguiente será preguntarle qué pude hacer. - Valoró. - Y si es asesino lo sabremos preguntando directamente lo segundo.

- Imagina que le preguntamos qué puede hacer... Y nos da una respuesta vaga. ¿Qué preguntaríamos después? - Dijo, pensando en voz alta. - Supongo que preguntaríamos qué ha hecho con ello.

- Quizá si preguntas qué ha hecho hasta ahora con las habilidades que le ha dado este sitio tengamos toda esa información de un golpe. - Valoró. - Aunque si hay algo que no haya usado nos quedaremos sin saberlo. - Dijo, aún dando forma a la idea.

- Por otro lado quizá es mejor irnos a lo fácil y lo directo. No parece muy listo, y quizá no entiende las preguntas o trata de esquivarlas.

Quizás otra pregunta podría ser con respecto a la veracidad del ataque recibido. Así, si de alguna manera lo atacaron y por algún milagro logró escapar, que no creo, lo sabríamos de inmediato. Y si responde que no lo atacaron, podemos confirmar nuestras sospechas al resto sin necesidad de justificarla o revelar nada sobre mi habilidad. -respondió mirando a Andrea, para luego buscar consentimiento en la pequeña.

Yo encontré una llave. - aprovechó de informar mientras se levantaba del sofá para ir hacia ellas - Lleva a un lugar escondido, al cual puedo invitar a quién quiera. Pensé que sería mejor discutir con ustedes a quién llevar allí.

Katia se rió tras las últimas palabras de Andy. Aunque la verdad, estaba hecha un lío. No quería aquella responsabilidad, hubiera preferido mil veces a que fuera ella la que se encargara del interrogatorio.

Se volvió al escuchar a Salvatore y sus ojos brillaron.

- ¡Sí! ¡Es verdad! Puedo preguntarle por el ataque que dice que recibió. Hmmmm... Entonces... ¿Debería hacerlo así? Primero le pregunto por el ataque - Alzó una mano, levantando un dedo con cada opción que nombraba. - Puedo decirle: ¡Oye, Aurél! Ese ataque que dijiste, ¿pasó en verdad? ¿De verdad te atacaron? Y si dice que sí, le digo: ¿Y tú qué habilidades has utilizado hasta ahora? - Se calló, mordiéndose el labio y mirándoles a ambos, esperando su aprobación. Pero antes de que llegaran a decirle nada, entrelazó su mirada con la de Salvatore y arrugó suavemente el ceño. ¿Invitar a alguien? Volvió a mirar a Andy, con el corazón en un puño. 

- Es delicado el asunto. - Insistió Andy. - Si usó sus habilidades para defenderse, una pregunta respondería la otra.

- Sobre las habilidades, ten cuidado con cómo lo planteas. Si le dices qué ha usado hasta ahora, será muy fácil escudarse si hay cosas que no ha usado. Pregúntale qué habilidades ha tenido, o cómo las ha usado, para que si es un asesino diga a por quién ha ido. - Expuso, antes de hacer una pausa. - Y cuando lo hagas, intenta no hacer dos preguntas seguidas como ahora, no vaya a ser que se las tome como independientes. - Dijo, en referencia a lo de preguntar si era verdad dos veces consecutivas.

- ¿Le has dado ya las pastillas? ¿Cuánto tiempo tenemos para decidir? - Preguntó Andy, antes de escuchar sobre el objeto de Salvatore.

- Eso que has encontrado es genial. - Aprobó. - ¿Sólo es a una persona? ¿Y podréis reuniros siempre que queráis?

- Oh, - Empezó Andy después, al darse cuenta de algo. - si le preguntas por lo que puede hacer, incluye también lo que pueda haber encontrado. - Valoró. - No creo que seamos los únicos con objetos aquí.

Al ver el ceño fruncido de Ekaterina, Salvatore alzó una ceja y la miró con curiosidad. No entendía bien el por qué de esa expresión. Se preguntó que parte de lo que había dicho podría haberle causado incomodidad, pero no llegaba a resolver aquel acertijo del todo. Volvió sus ojos a Andrea, no entender algo le ponía de muy mal humor.

Bueno, es una llave, no es que venga con instrucciones - respondió en un intento de humor frustrado, mostrando una sonrisa ladeada - pero me imagino que puedo llevar a quien quiera y por el tiempo que quiera. Al menos no había nada que dijera lo contrario.

Andy reconoció en el rostro de Salvatore la misma expresión que ponía siempre que algo se escapaba de su entendimiento. Sin embargo, confiaba en él lo suficiente como para suponer que si era algo importante lo compartiría con ellas.

- ¿Podrías reunir allí a los que sabemos que son inocentes? - Preguntó. - Eso sería genial.

Katia iba asintiendo con la cabeza a las palabras de Andy, mientras hacía una pequeña lista mental de todas aquellas ideas. 

- Está bien, entonces le pregunto primero cómo ha utilizado sus habilidades, y dependiendo de su respuesta, le pregunto qué habilidades tiene y qué objetos ha encontrado - . 

Salvatore volvió a hablar del cuarto aquel y Katia volvió a sentir un nudo en el estómago. Apretó los labios y bajó la mirada, dejando que ellos dos hablaran y esperando que no se notara en su rostro los celos que sentía por dentro. 

- ¿¡Epiléptica!? - Exclamó de repente, cuando en el campamento Astrid decía todas aquellas cosas. Levantó de nuevo la mirada, sus ojos se habían abierto como platos. - ¡Esa chica es muy tonta! -

No, no, me expresé mal. Con "a quién quiera" me refería a solo una persona. No creo que pudiera llevar a más de una persona y pasar desapercibido. - se explicó, lamentando la anterior ambigüedad en su lenguaje.  Volvió a mirar a Katia, y en aquella mirada pudo reconocer rasgos familiares, que aún así no podía encajar bien en un momento en particular. Pero no se iba a pasar hasta el fin de los tiempos intentando descifrarlo, así que optó por lo más sano - ¿Pasa algo, Ekaterina? 

Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Andy al entender, poco a poco, qué era lo que perturbaba a Katia. Con tranquilidad le dedicó una mirada dulce antes de acariciar suavemente su brazo, tratando de reconfortarla.

- Son cosas de mujeres, hermano. - Le dijo con calma. - No podemos contártelo sin faltar a nuestro código. - Contestó, antes de dedicar una sonrisa conciliadora a ambos.

- Y sí, Astrid es tonta. De remate. - Dijo después. - Es increíble pensar que sus votos y los nuestros valgan lo mismo. - Expuso en voz alta, antes de emitir un suspiro. - Katia, no te pongas nerviosa: lo harás bien. Según cómo se den las cosas, yo quizá usaría la tercera pregunta para saber con quién se reúne en privado y por qué, si es que eso no queda resuelto antes. A lo mejor así podemos entender las palabras de Michael.

Dicho eso guardó unos segundos de silencio. La verdad era que esperaba que Aurél fuese culpable. De no ser así estarían exponiendo a un inocente y quedando en evidencia. Aunque era necesario, claro: tenían que saber la verdad sobre esos dos, y aquella parecía la única manera.

- Oye, Salvatore. - Le llamó entonces, hablando con tranquilidad. - ¿Quién crees que es una buena opción? ¿Richard, quizá? - Preguntó, antes de dedicar una mirada cómplice a Katia. - Lleva desde el primer día queriendo atrapar a ese otro asesino. ¿En qué nombres has pensado tú?

Antes de que los otros respondieran, Andy recordó algo que se había dejado. Tratando de apartar la severidad de su voz habló directamente a Katia.

- Oye. - Le dijo, intentando no sonar resentida o asustada. - No vayas por ahí diciendo que os hago falta para encontrar a los asesinos, por favor. - Le pidió. - Se me ocurren pocas cosas que me pongan más en peligro.

Al escuchar la pregunta de Salvatore, Katia le miró turbada y sonrojada, mientras negaba con la cabeza y empezaba a farfullar. - Nada... No... no... - Pero Andy salió en su ayuda y la joven le miró agradecida. Le gustaba mucho Salvatore, pero no se atrevía a decírselo. Y, ahora que sabía que estaba curada y que, si conseguía salir de allí con vida, podía disfrutar de las cosas sin miedo ni sufrimiento, se permitía fantasear, sabiendo que podía tener un futuro. 

Estaba perdida en sus propios mundos, cuando escuchó a Andy pedirle que controlara sus comentarios. Pestañeó, turbada, y la miró con arrepentimiento. - Perdona, yo... Quería defenderte - . Le dijo y una pequeña mueca se formó en sus labios. - No volveré a hacerlo - .

- No pasa nada. - Dijo Andrea, emitiendo un suspiro cansado. Luego miró a sus dos acompañantes largamente - Los tres hemos muerto una vez. - Señaló. - Katia, creo que tú no llegaste a visitar el lugar donde Sasha nos recibe, pero igualmente sabes que no es agradable. - Expuso, antes de encogerse de hombros. - No quiero que nada nos pase.

- Es difícil decidir a por quién tendríamos que ir esta noche. - Comentó. - Y lo que está claro es que vayamos a por quien vayamos me gustaría que dejásemos un mensaje, como hizo el justiciero. - Dijo, antes de hacer una pausa un poco nerviosa. - ¿Cómo va el tema de las pastillas? ¿Tardan mucho en hacer efecto, no? Estaría guay poder interrogar a Aurél antes de que caiga la noche, y decidir en función de sus respuestas.

- Oye, Katia. - Dijo de repente Andy, pensativa. - Puestos a usar esas pastillas...  - Empezó, pensando en voz alta. - ¿Por qué no con Michael en lugar de Aurél? Parece que conseguiremos la misma información, y al menos a él se le entiende cuando habla.