Partida Rol por web

Astrid se tapó la cara con las manos y no pudo decir nada, era mucho en tan poco tiempo, vivo, ahora muerto, ahora vivo y joder en ninguna de las veces se le bajaba el colocón.

Santo Jack Herer! Y si este tío nos ha puesto algo en la bebida y todo esto es una alucinación colectiva? Puede ser inducida por alguien que haga que deliremos, Dios ya ni se que digo.

Saoko se hizo a un lado cuando Luis se encaró contra Jessie y no pudo evitar llevarse una mano a la boca impresionada por lo que el cubano acababa de hacer. Lo había terminado de matar delante de todos... vale, la mayoría había optado por sentenciar a Jessie incluso ella misma, pero después de que el chico hubiera sobrevivido por vete tu a saber que, lo último que había esperado es que su vida terminara de manera tan repentina por lo que en un principio había parecido una simple trifulca. Lo que le hizo preguntarse si Luis seguía siendo el mismo o había vuelto cambiado, lo miró con desconfianza y guardo una distancia más que prudencial con respecto a él.

Michael, observó todo con una tranquilidad pasmosa, como si ya aquello no le pudiera sorprender. Una muerte, una resurrección, otra resurrección, más muertes. Todo aquello escapaba tanto de su entendimiento que no parecía siquiera ya molesto por no saber ni poder explicarlo. Sí prestó atención a Janko y su reflexión. Es cierto que en un principio, cualquier cosa que dijese le habría parecido una explicación para crédulos dispuestos a dejarse el dinero por tratar de comprender lo que no podían, pero tras todo lo que estaba sucediendo, quizás merecía la pena prestar más atención a lo que decía. Aunque tampoco descartaba que fuese un vulgar charlatán, pero visto que todos los esquemas del escritor, no podrían ni de lejos explicar algo de lo que allí ocurría...

Se giró y miró a Erika cuando susurró que Luis había matado a Jessie. -Sí señorita Stolness, sí.- Afirmó con tono irónico.- Ha utilizado una técnica milenaria conocida como la palma de buda.- Negó con la cabeza. - No se ha notado que la muerte del chico, no ha sido debido a un puñetazo, no...- Resopló con desdén. Echó entonces un vistazo por la zona, tal vez siguiendo los consejor de aquel ente/spectro/alucinación/holograma o lo que fuese, sin prestarla más atención.

Kim notaba que el flequillo se le pegaba a la frente debido al sudor y la humedad del túnel. La escena que acababa de presenciar era demasiado horrible incluso para una persona acostumbrada a ver pelis gore desde que tenía uso de razón. La muerte de Jessie había sido demasiado grotesca... Si es que no volvía otra vez con esa sonrisa insufrible plasmada en el rostro.

El joven escuchó las palabras de Janko, que se encontraba a su lado, y en sus ojos brilló una chispa de interés a pesar de las ojeras y el aspecto cansado. Cuando volviese a casa, si es que aquella locura acababa bien para él, tendría que tomar somníferos para dormir el resto de su vida. Kim sacudió la cabeza intentando apartar el pensamiento.

¿Quieres decir que hay una persona que protege a los inocentes, y por eso gente como Andrea ha vuelto, y que Mona era la persona que se encargaba de resucitar a los asesinos? No sé por qué, pero pensaba que era... algo inherente a nosotros, como un poder especial que los espíritus le daban a las personas - le dijo al investigador con un suspiro - Esperemos que esa persona fuese Mona, y no otra. O que otra persona haya adquirido ahora ese poder.

Todos continuaban hablando pero yo solo tenía ojos para la figura que se iba desvaneciendo, ¿una sombra del pasado? Definitivamente no comprendía la profundidad de aquellas palabras pues no me sonaban en absoluto. Sin embargo cuando Sasha insinuó que se trataba de un suceso del antiguo hotel empezaron a unirse las piezas del puzzle. 

No lo tenía demasiado claro, pero si, quizá fueran espíritus de los que murieron en el hotel.

—Bienvenido Luis. Algo bueno salió de la resurección del cubano y era la muerte de Jessie. Nunca me alegraré de una muerte, pero dios sabe que este individuo era muy peligroso e inestable —dije en dirección a Paco— Y lo mismo pensaré cuando Erika y Mike se unan a él.

—Perdona... Sasha, no? —pregunté a la chica. Tengo entendido que se salvaron algunos de aquella tragedia, ¿qué fue lo que sucedió realmente? Parece que sabes más que el resto.

- ¿Pero qué...?-comenzó a decir, cuando se percató de que, una vez más, Jessie se zafaba de aquel sentimiento mayoritario- No puede ser. ¿Otra vez? ¡No está muerto!- declaró, con asombro y frustración, pues aunque la idea de morir de aquella manera no había calado del todo en su cabeza, comenzaba a ser aún más inverosímil que aquello se postergase de esa forma tan dilatada.

Instintivamente, Sam se agarró a su novia, antes de que el revuelo se hiciese patente y de que Mona cayese al suelo, desfallecida, al tiempo que Luis volvía. Cuando aquello sucedió, no pudo sino pensar que aquello era demasiado real como para ser digerible. Andrea lo había dicho, y estaba sucediendo. Había "otro lado" del que volvía la gente después de morirse.

Entonces habló la muñeca, y el escalofrío que Sam pudo sentir por su espalda casi la deja sin aliento y sin palabras. 

Sólo la voz de Soph al devolvió al lugar en el que se encontraban- Sí, lo he... Lo he visto. Ha venido a advertirnos. A decirnos que no deberíamos haber bajado y que los espíritus sin descanso que se encuentran en estas ruinas quieren cerrar el ciclo. Quiere que encontremos algo, pero, ¿el qué?- reflexionó, antes de que Soph se separase de ella. Entonces, al igual que su pareja, buscó, intentando hallar la respuesta. Quizá procurando distraerse con algo que la hiciera no pensar en todo aquello detenidamente. 

Sin embargo, pronto su atención se vio potentemente reclamada por otro hecho escalofriante que tenía lugar entre sus compañeros de viaje. Jessie. Jessie finalmente caía, de una manera inesperada y distinta a la que había imaginado. Y Sam no pudo evitar acercarse y preguntar- ¿Está... Está muerto de verdad? 

El empezar a bajar era el único consuelo que tenia aquella mujer negra, algo que ocupar la mente entre tanta muerta,cosas inesperables, traiciones y asesinos confesos, que sin querer decir nada, no comprendía como se les permitía caminar con el resto, pese a que una de ellas fuera la propia Erika, pero mientras caminaba y pensaba en todo aquella muchas cosas sucedieron.

Otra posesión que acabo con un fallido ataque contra Jessei, por alguna razón esto ya se lo esperaba, pues Erika no hablaba en vano, eso si lo sabia bien. Una horrible muerte, pre-anunciada por Andrea, otra cosa mas en la que tenia razón y reforzar así la idea de que debían escucharla con atención, la resurrección de Luis a través de Mona, la cual no pudo observarlo solo escuchar horrorizada y finalmente la muerte definitiva del chico drogadicto, sin olvidar la mas perturbadora de las acciones durante la noche, la aparición de esa muñeca echa carne por un instante advirtiendo algo que todos ya sabían.

Tantas cosas y ella era incapaz de hablar, todo era nuevo y terrorífico tanto que no dejaba que sus palabras salieran de su garganta, ¿Ademas que podía decir que no se había dicho ya? Ella no sabia cosas como Janko, sobre los que protegían o tenia la labia de otra persona, ella ahora mismo solo podía mirar el suelo y buscar una salida a todo aquello.

-Tiene que haber algo útil... tiene que haberlo.-Le temblaba la garganta, sin darse cuenta que salivaba cada palabra.

¿Donde me he metido? Se preguntaba Richard una y otra vez. Era curioso ver como era el periodista quien menos sabía sobre lo que estaba pasando. Jessie no moría nunca, o eso parecía, porque finalmente parecía que el drogadicto había encontrado o encontraría pronto su fin.

-Si lo he entendido bien, existen grandes probabilidades de que Mona protegiera- o eso decían algunos- a Jessie que según decís, cosa que encaja con mis sospechas también, era malvado. ¿Quizá no podía proteger dos días seguidos a la misma persona y por eso murió? O...

El hispano volvió de entre los muertos. No era la primera vez, aunque esta vez había sido aún, si es que era posible, más siniestra. Partiendo del hecho de que las resurrecciones se daban de día y no de noche.

-... ¿tiene algo que ver con la vuelta de Luis?

Observé la muerte de Jessie incrédula, se había librado pero ahora moría justo después de que muriera Mona. Intenté analizarlo mientras miraba alrededor en busca de cualquier pista útil. –Debían de estar enlazados de alguna manera, al morir ella ha caído él. No puedo decir que le vaya a echar de menos.

Mientras seguía buscando escuché a Chechu preguntar por el hotel lamenté tener que decepcionarle.- En realidad no sé demasiado, como he dicho anteriormente, el informe es bastante escaso. Los supervivientes declararon todos los mismo, pero no profundizaron demasiado. Simplemente dijeron que fue un incendio provocado por alguien del hotel, no hubo muchas más explicaciones.- Me encogí de hombros. –Supongo que como el culpable había muerto no buscaron mucho más. Precisamente esa falta de información fue lo que provocó que viniera, hay muchas lagunas. Es de suponer que para obtener los permisos de apertura tendría que cumplir las normas de seguridad. Alarmas antiincendios, aspersores, salidas de emergencia y esas cosas, no entiendo cómo pudieron morir tantas personas.- Me callé un momento antes de continuar.- A no ser que ya estuvieran muertos o inconscientes. La presencia de esa muñeca o chica… no sé cómo llamarla, ha confirmado mis sospechas. No debimos venir y está claro que hemos despertado algo. Las imágenes que hemos visto tienen que ser del pasado y las personas que hemos visto, tienen que ser los que estuvieron en el hotel.

Lo máximo que esperaba con su ataque era romperle la nariz al tipo que le había querido desacreditar mientras estaba muerto. Sin embargo, lo que sucedería con Jessie era algo que le espantó, no por su muerte, sino porque se sintió responsable de haber enviado a la muerte no solo a una, sino a dos personas, y ni siquiera el pensar que había sido por la seguridad del resto le tranquilizo.

Por ello el murmullo de Erika llegó a sus oídos, se giro hacía ella, con el rostro destrozado. Dio un par de pasos atrás mientras levantaba sus manos, queriendo excusarse.- No... juro que solo fue un golpe... no hice nada más... - y a pesar de que Janko se le acercó para ofrecerle un cigarrillo, como felicitándole, Luis solo pudo agacharse para sostenerse la nuca con las manos, enredando así los dedos en sus cabellos.- No chico... no quería que pasara eso... Mierda, mierda... lo maté... - 

Tuvo que respirar profundamente mientras sus ojos luchaban para que las lagrimas que en ellos se acumulaban no se desbordaran, y la angustia que le producía la culpa solo se intensifico al ver los rostros de miedo de Ekaterina y Saoko.

El apoyo que parecían mostrar algunos al aparente homicidio que acababa de cometer Luis no parecía ayudar mucho, aunque en el fondo agradecía el soporte, no era algo que le hiciese feliz, no podía lidiar con ello.

Su rostro se movía para encontrarse con el de cada uno de los presentes, deseando que no hubiese temor en ellos. Busco la mirada de aquellas dos personas en las que podía confiar, tratando de encontrar apoyo en sus miradas, y tras tragar saliva atinó a decir la primera tontería que se le ocurrió.- Aún tengo la naranja...

En cuanto soltó a Jessie y dijo lo último que tenía que decir para él, sintió las miradas sobre él. Aquel exabrupto resultaba ahora por lo menos vergonzoso, y fue en aquel momento de confusión en que sintió a Andrea sostener su mandíbula y guiarlo hacia ella, como quién calma a un animal. Y así, tranquilo, la miró. O al menos tan tranquilo como se podía tras una pelea de ese calibre.

Bajó las escaleras solitario, tenso, e incómodo, pero en una actitud que casi parecía resignada en consecuencia al contexto en el que se encontraban. Ni siquiera miró al objeto de su odio. Y quizás era eso lo que más le inquietaba ahora, el sentir que no era justo culpar a algo o alguien más que esta tierra maldita. ¿Es que acaso empezaba a perder la mente? Racionalmente, creía en la culpabilidad de Jessie, pero si le preguntaban si creía que eso había sido idea suya, o si lo habría hecho de tener elección… Como mínimo, obtendrían una pausa dubitativa.

El hotel que apareció a su alrededor era lujoso, mas nada sorprendente o fuera de su rutina. Había tenido una madre lo suficientemente arpía para escalar de clases sociales sin importar a quien atropellara en el camino. Y el seguro, y resultado de eso, era Salvatore. Alguien de mucho dinero, pero que sabía que su cuna no debería haber estado hecha de oro, sino de madera podrida. Que jamás se había privado del dinero que le ofrecían, pero que prefería entregarlo que quedárselo, puesto que jamás le había faltado ropa ni educación propias de antigua nobleza ni le negarían un recurso que creían inagotable. Su madre, aunque astuta para algunas cosas, era muy torpe para otras, siendo incapaz de, por ejemplo, invertir el dinero adecuadamente.

Solo observó la matanza, pensando en aquello. Era estúpido, pero le hubiese gustado despedirse de su madre. Era una idiota, tenían una pésima relación y no llegaría a nada sola, pero era su madre al fin y al cabo. Y algunas de sus peores decisiones habían llevado a los mejores descubrimientos de Salvatore. Miró el cuerpo de Jessie, el cual aún yacía inmóvil, preguntándose si bajo el montón de mierda que había demostrado ser quedaba rastro del hombre bueno que creía podía ser. Se preguntó si debían darle sepultura en honor a aquella pequeña luz en el abismo de sombras. Y llegó a la conclusión que, sin importar lo que su futuro ofreciera, su presente no valía la pena. Pero esa conclusión quedó rápidamente inutilizada cuando el cuerpo volvió, de alguna manera, con los vivos. ¿Es que acaso se podía morir aquí o no?

Y cuando había tomado la decisión de irse de allí, un monstruoso espectáculo se llevó a cabo frente a sus ojos, transformando a Mona en Luis.  Aunque agradeció el cambio, la manera bestial en que había ocurrido parecía mejor destinada para el rubio drogata de hacía unos minutos atrás, mucho más merecedor de aquel trato. Su atención se centró en la figura fantasmal, desviándose tras unos segundos al ver a Andrea acercarse a Jessie con un pañuelo. Pero esta vez su intervención no fue requerida. La de Luis, sin embargo, era algo que se hubiese parado a aplaudir de ser un simple espectador en una obra de teatro. Lejos de ser un partidario de los escupitajos y el lenguaje soez, tenía que admitir que, aunque nunca eran preferibles, a veces eran necesarios.

Dubitativo sobre si esta vez sería cierto, observó a Jessie morir buscando con descaro los ojos de Andrea, fallecimiento que por ahora no se atrevía a celebrar. Mucho menos frente a su hermana, que tan encariñada se veía con el tipo. En cambio, asintió a lo que decía Janko, de acuerdo con él. No en cuanto a lo de los entes demoníacos y que se yo, que aún tenía sus dudas sobre la posibilidad de alucinógenos, pero sí en cuanto a que era Mona quien los protegía. Y tras la intervención del escritor, una sonrisa sarcástica apareció sin disimularse, divertido por la broma. De pésimo gusto, por supuesto, pero ya cada vez se sentía menos dispuesto a mantener las buenas costumbres. Si de todas maneras iba a morir, ¿Qué mierda le importaba ser amable y cortés? Mucho menos daño había hecho Jessie inconsciente que cuando estaba bajo amenazas prudentes.

Vio a Luis derrumbarse, y consideró acercarse a él, pero no tendría sentido. ¿Qué podía decirle? No sabía nada, ni podía asegurar nada y ciertamente no podía decirle nada de lo que quería oír. No tenía cara de querer felicitaciones. Sin embargo, abstenerse sería aún peor. Fue y se sentó a un lado del latino. Lo invitaría a un whisky, pero no era una opción. 

No fuiste tú, creeme. – dice tras aclararse la garganta – El chico resistió más que un par de golpes de mi parte mientras estuvo aquí. Mierda, si por poco no le reviento el cráneo contra las paredes de vidrio hace un rato. - hizo una pausa, pensativo - Si murió de algo, fue de un TEC abierto, no de un puñetazo bien puesto. - 

A este punto ya no sabía bien cómo reaccionar a lo que pasaba a mi alrededor, y mucho menos con las personas que me encontraba, ¿podía confiar en alguien?lo dudaba mucho, los cruces de acusaciones eran terribles, las alucinaciones cada  vez peores pero nada se comparaba a las acusaciones.

Una muerte tras otra, y por algún motivo los muertos eran traídos de la tumba – Bienvenido Luis – fueron todas mis palabras, no pude sentir nada tras la muerte de Jessie ya que estaba casi segura que sus acusaciones para con Luis eran falsas, mas la forma de morir si me era curiosa, tanto como otras cosas.

¿Realmente importa por qué ha muerto?  - pregunté de forma retórica – lo único que debería preocuparnos es encontrar una manera de salir, no quiero seguir en este lugar mas tiempo – comenté y aunque quise mantenerme fuerte, las últimas palabras salieron como sollozos de mi boca, presa del miedo que no conseguía mantener a raya. 

Nadie se creyó la maniobra de Erika... pero pareció que o bien la jugada le salió redonda, o bien nos advertía de verdad, pues la mayoría volvieron a votar a Jessie... y este logró salvarse nuevamente. Y entonces, apareció una desconocida, con una muñeca igualita a ella, diciendo que esto estaba pasando por lo que pasó años atrás.

Para cuando quiso decir algo, Mona se "deshizo" y en su lugar apareció Luis. Geonwoo tardó en asimilar lo que había ocurrido, más del tiempo que le quedó en vida Jessie antes de morir, lo que se había negado en hacer por segunda vez minutos antes.

No sabía que decir, así que se limitó a escuchar, a ver lo que decía el resto, para intentar encontrar una explicación racional a todo esto. O alguna información más que pudieran desconocer, sobre lo que pasó hace años. Pues parecía que algo quedó sin resolver, y si querían salvar el pellejo y evitar que esto se repitiera de nuevo, habría que ponerle remedio a lo que ocurrió.

Andrea dedicó una pequeña sonrisa a Luis al escuchar su respuesta. Y cuando acto seguido él comenzó a golpear a Jessie se apartó. Estaba claro que no había nada que hacer: Jessie se había ganado eso - y más - por parte de todos. Sin embargo, cuando acto seguido le vio morir, miró alrededor, desconcertada. Sus ojos se posaron en Luis con confusión, sin entender qué había pasado.

Sin decir nada se arrodilló, examinando su estado, intentando asegurarse de que esto no había sido una consecuencia tardía del ritual de vudú. Las palabras de Erika señalando lo evidente estuvieron a punto de arrancarle una respuesta mordaz, pero el escritor se le adelantó con un comentario que en otra situación habría sido digno de que Andy hiciera una reverencia.

Cuando se creyó segura de que el ritual no había sido la causa de la muerte del chico tanteó sus bolsillo, buscando su pitillera, y sacó un porro. - Gracias. - La dijo en un gesto de brindis, antes de encenderlo. Luego se giró hacia los demás, escuchando sus comentario.

- Eh, Janko. - Le llamó antes de empezar a caminar en su dirección y, como había hecho otras veces, ofrecer la pitillera abierta a los que le rodeaban. - Evidentemente tú sabes más de espíritus iracundos que vienen desde el más allá a cobrarse un peaje. - Señaló, sin rastro de sarcasmo. - Pero ya te equivocaste una vez con ellos. Puede que estos no sean exactamente como los que conoces. - Le indicó antes de dar una calada larga. - Mis espíritus sedientos de luz, fuego y destrucción, en cambio, no arrastran a sus protegidos a la muerte. - Dijo, antes de encogerse de hombros. - Yo no soy la experta, pero mira a ver. Creo que esto - Expuso, haciendo un gesto hacia el cuerpo de Jessie. - ha sido otra cosa.

Luego, con las palabras de Luis, dedicó un asentimiento al cubano, seria pero tranquila. - Y yo ya sé todos los lugares por donde pasa el Danubio. - Le informó antes de liberar todo el humo de sus pulmones. - Pero eso ya será mañana. - Aseguró antes de girarse en dirección al cadáver. - Tranquilo. - Le dijo. - Estoy segura de que no has sido tú.

Tas esas palabras buscó a Katia y a su hermano con la mirada. Era consciente de que, con el paso de los días, estaba empezando a considerarlos casi un pack indivisible por más que estuviera separados, como ahora, y todavía no tenía claro qué pensar al respecto. Con un gesto llamó su atención, señalando el lugar en el que se encontraban. - Venga. Busquemos la salida. - Les dijo, antes de empezar a caminar.

La muerte de Jessie no le deja indiferente, porque, ¿quien coño se esperaba algo así? Abre los ojos como platos y escucha el comentario que su amigo hace hacia él. Suspira y asiente. - Amén a eso, hermano... - Dice convencido. Él nunca fue una persona violenta ni se había imaginado en una situación como esta. Por lo menos fue Jessie, alguien que incluso había confesado haber matado. - Fuera lo que fuera, me alegro. A lo mejor ha podido ser por la muerte de... - Señala con la cabeza el cuerpo sin vida de Mona. Se arrepiente algo de acusarla ya muerta, así, porque aún no tenían pruebas imposibles de rebatir respecto a su culpabilidad. 

Tratando de dejar atrás eso y la conversación sobre el hotel se centra en buscar, que parece que este sitio puede haber alguna buena mierda. - A lo mejor entre tanto cachivache hay algo útil, o valioso. - Sonríe desesperanzado, pues lo valioso de nada le valdrá ahora si no sale con vida de este sitio.

Sophia se acercó al cuerpo detrás de Sam, contemplándolo con los ojos muy abiertos y los dedos detenidos sobre el broche, en medio de un gesto nervioso. - Creo que esta vez sí que lo está de verdad. - Respondió a su novia antes de tomar aire lentamente. No estaba muy segura de cómo sentirse al respecto. Al fin y al cabo el chico había muerto de repente ante sus ojos y eso había sido impactante. Pero por otro lado, había reconocido ser un asesino y todavía recordaba con un escalofrío sus amenazas sobre las cuerdas. Y al pensar en eso no podía evitar sentirse aliviada.

Sacudió la cabeza y se apartó, volviendo a llevar su mirada al suelo, para continuar haciendo caso a esa joven que se había desvanecido ante sus ojos y seguir buscando... algo. Lo que fuese que pudiera ayudarlas a salir de allí. Iba escuchando las conversaciones y teorías de los demás, pero ella no tenía nada que aportar al respecto, así que permaneció en silencio. Finalmente sus pasos la llevaron cerca de la pared donde se encontraba Katia y se agachó a su lado, mirándola preocupada al ver cómo temblaba. - Ey, ¿estás bien?

Mike se acercó a los cuerpos de Jessie y a lo que quedaba de Mona... No podía decir que Jessie no se merecía aquel final, al fin y al cabo el mismo había confesado que era un asesino pero lo de Mona... su único delito, según Mike, era haber tratado de sacar muestras de sangre de la gente del grupo... En fin miró a la gente que hablaba sobre buscar dentro de las calcinadas instalaciones de aquel maldito hotel y se acercó a ellos.

Será mejor que empecemos a buscar, quizá podamos encontrar alguna pista sobre lo que sucedió aquí que pueda ayudarnos a salir con vida de esto...

Una voz cercana y suave hizo que Katia empezara a reaccionar. Pestañeó y apartó la mirada del cuerpo de Jessie, para centrarla en la joven que se había acercado a ella. Sus pupilas empezaron a encogerse y poco a poco empezó a ser consciente de donde se encontraba. Cogió aire con fuerza y asintió con la cabeza.

- Sí, estoy mejor - . Le dijo a Sophia y sus mejilla se sonrojaron con violencia. - No... No me acostumbro a esto... - Murmuró con voz temblorosa. Todavía estaba asustada, pero si no miraba hacia el cuerpo del porrero, podía controlarse e incluso levantarse del suelo.

Intentó forzar una sonrisa para no preocupar más a la joven. - ¿Qué ha dicho esa chica? ¿Que tenemos que registrar este sitio? - Sus ojos turquesa se desprendieron de las pupilas de Sophia y se deslizaron por aquel extraño lugar. Se levantó con cuidado para no desestabilizarse y dio un par de pasos, mirando hacia las paredes, el suelo, entre la gente... No sabía por dónde empezar a buscar. 

Cuando Andrea ofreció la pitillera a todos los que estaban rodeando el cadáver de Jessie, Kim se pasó la mano por el pelo y dudó unos segundos antes de coger uno y encenderlo. Vagamente, el recuerdo de haberse prometido no fumar más hacía unos meses cruzó su mente, pero rápidamente lo apartó del horizonte. Notaba que sus nervios estaban a flor de piel en aquellos días que habían pasado allí y necesitaba calmarse, porque no quería ser el siguiente en aparecer con el cuello rajado, o con mordeduras, o quemado, y estaba de los nervios, y...

A la mierda - dijo inconscientemente en voz alta mientras inhalaba el humo. Su padre le habría dado un buen leñazo de verle en aquellos momentos. Siempre le decía que fumar y beber era para la clase baja, que no tenía nada mejor con lo que entretenerse y escapar de su vida llena de penurias. Él debía tener pasatiempos más productivos, sanos y dignos de su apellido. Extrañamente, el recuerdo de sus padres y de su vida en la soleada Los Angeles parecía muy lejano en este lugar.

Los ojos oscuros de Kim vagaron por el túnel, ignorando el resto de conversaciones. Allí había algo esperándole, algo que le ayudaría. Tenía que haberlo. Si, como dicen, todo esto está pasando porque los espíritus del pasado quieren revivir lo que pasó aquí, eso significa que tiene que haber pistas escondidas. El chico deseó con todas sus fuerzas encontrar algo que le diese esperanza en aquel caos. Siguió avanzando y al pasar junto a Luis le dio una palmada en el hombro al notar que estaba llorando.

Eh, tío - le dijo sin saber muy bien qué decir - No ha sido tu culpa, no has sido tú. Nadie se muere porque le peguen unos puñetazos bien dados. Nada de lo que está pasando aquí tiene mucho sentido, así que no te machaques.

Sophia estiró la mano para acariciar la mejilla de Katia al verla esforzarse por sonreír y suspiró quedamente. - Creo que cuando salgamos de aquí todos vamos a necesitar hacer terapia. Que siga afectándote no es malo, sólo demuestra que sigues siendo humana. 

Ayudó a la jovencita a levantarse y lo hizo también ella al mismo tiempo. Entonces asintió. - Sí, ha dicho que lo que encontremos aquí nos ayudará. Así que veamos si hay algo que pueda ser útil. - Se encogió de hombros y continuó buscando, cerca de la chiquilla.