Partida Rol por web

El anciano se levantó a duras penas y todo gracias a la amabilidad y comprensión de Akire Taraka, pese que aún estaba dolorido y el hecho de levantarse del suelo no mejoró dicha sensación para absolutamente nada, al menos podía sentirse dolorido en vertical y no en horizontal; lo cual es un alivio pues, no estaba más en el frío y húmedo suelo.

-Muchas gracias, Jovencita. -Dijo dando una tierna sonrisa a Akire- Creo que tenían razón, ya soy bastante mayor para estas aventuras y bromas juveniles.... Pero ya que estoy aquí, voy a tratar de superar esta pequeña prueba... Ay...

Aquel anciano no prestaba atención a aquellas tonterías de fantasmas que algunos contaban, a fin de cuentas, en sus largos años de vida jamás había visto alguno, sería muy extraño que de repente viera un guateque de ellos en esta casa; aunque pensándolo bien, si nunca había visto ninguno, eso implicaba que todos estaban reunidos... ¿En esta casa?.

Sayuri salto del suelo en cuanto recupero la conciencia, la cabeza le daba vueltas, había motitas de colores frente a sus ojos, se sentía extraña en aquel lugar y más aún creía que para ser una novatada aquello no tenía una pizca de gracia. 

estaba en esas cuando escucho al resto hablar entre sí y tuvo que poner expresión seria y asentir a lo dicho por 

-es verdad -dijo mirando a Woo-ji -si la policía nos coge aquí no tendremos suerte, pero si los vecinos conocen las leyendas quizá ignoren el ruido -comento con un poco de esperanza en la voz, a ver que amanecer en comisaria no era un plan de vida para ella, en seguida miro a los chicos a ver cuales eran los más altos, aunque al darse cuenta de lo que pensaba se sonrojo y pasó a otro tema -me pregunto donde compraron esa muñeca, era bonita...  -soltó una risa alegre suponiendo que una vez acabado aquello podría preguntarselo a los tres que los habían metido allí. 

Se arreglo con movimientos rápidos la ropa, hasta sentirse cómoda para luego observar al anciano que hablaba a un lado y al que una de las jovenes ya se había aprestado a ayudar. 

 -quizá desee sentarse, ojala hubiese una silla por aquí -dijo antes de mirar en derredor, buscando la forma de salir de allí, el lugar donde habían caído era peligroso por la misma razón por la que debian salir, alguno podría haberse hecho daño de verdad -¿Señor Tengan esta bien? ¿Cree que pueda haberse roto algo? -no era una experta, eso era claro, y sus conocimientos de primeros auxilios eran limitados, aun así se acerco dispuesta a ayudar en lo que pudiese. 

Thomas agradeció el gesto de uno por encender una luz, momento que pudo comprobar en su cabeza que su mascara ya no estaba con él. Aquella caída seguramente la había mandando lejos o incluso aun estaria en la estancia superior. -Jo tío... que palo. -Dijo en alto sin pensar, realmente deseaba atesorar esa mascara. Pero sin luz directa alumbrando cada rincón del suelo era imposible encontrarla.

-Gente, si alguno chuta una mascara o la pisa, que recuerde que es mía ¿Vale? Me gustaría llevármela, aunque sea un trozo, por el tema de recordar la experiencia ya sabéis. -Gesticulaba mientras hablaba, pero en la oscuridad de poco servia.

-Y por cierto, si queréis salir de la habitación, creo que lo mejor sera buscar una puerta o entrada o pasadizo... Esto acaba de empezar, seguramente la caída estaba programada, por eso del kit de primeros auxilios. No creo que debamos preocuparnos de nada, excepto de pasar miedo. -Según hablaba alzaba la voz.- O sentir la adrenalina recorrer el cuerpo o encontrarnos con lo inesperado o...

Al menos la sensatez pugna por tratar de salir, al menos varios de los presentes. Otros prefieren venirse abajo. En lo que a mí se refiere, me acerco para ayudar a Jhon y Woo-Ji pero al notar cómo también se acerca también Carol prefiero alejarme un paso, demasiadas manos pueden ser contraproducente.

¿... o...?

Pregunto, a Thomas, esperando que termine su frase.

No se trata de que sea a propósito, se trata de que estamos atrapados.

Aprieto los labios para lanzar una mirada significativa al señor Tengan.

Estaba intentando entrar en una fraternidad... ¿qué esperaba? -trato de suavizar el tono- Supongo que la parte del alcohol y otras diversiones -cierta picardía- vendrán cuando esto termine.

El anciano sonríe a todos aquellos que le han ayudado y prestado atención a su delicada salud, a fin de cuentas, la amabilidad parecía ser un don que no se había perdido ni marchitado con el paso de los años y las generaciones, y así lo demostraban aquellos jóvenes con su atención y dedicación a un humilde anciano.

-Muchas gracias a todos; no, no creo que me haya roto nada, estos dolores creo que ya los traía conmigo de casa... Es lo que tiene hacerse viejo. -Tosió en su mano y tras examinarla un momento usó un pañuelo, se limpió la mano y lo guardo en el bolsillo- Bueno, esto parece que ya ha empezado, quizás tratar de encontrar la puerta de salida sea lo más conveniente, así podemos estar cerca para cuando sea la hora de salir de esta casita.

El anciano decidió apoyar una mano en una pared con el objetivo de ganar una mayor estabilidad y no tener que recurrir de nadie para caminar con celeridad. A fin de cuentas, sabía que pese a su espíritu, su cuerpo no era precisamente de un adolescente hiper-activo, al menos ya desde hacía años que no.

-Cuando vea un espíritu, creeré en él- dijo ante la pequeña discusión que se armó por su afirmación. Tampoco había suavizado el tono cuando lo dijo, simplemente no creía que al morir uno tuviera grandes posibilidades de pasarse la eternidad encerrado en una vieja casona molestando a los que vivan allí-. Puedo levantar a cualquiera de las dos- no le era ajeno el esfuerzo físico, por lo que creía que podría levantar a Woo-ji o a Carol con facilidad-. No puede estar mas lejos que tres metros, cuatro a lo sumo. Es la via mas rápida a una salida y como dice Tengan, mejor localizar la salida ahora y no cuando no tengamos mas luz.

​Quien sabe cuanto gas tendrían esas lámparas. Sabiendo que la idea era hacerles sentir miedo, lo mas seguro es que se fueran apagando pronto. No le gustaría tener que recorrer esa ruinosa casa palpando a su alrededor y esperando que el suelo no se le abriera para caer aun mas bajo. Lo de la policía no le importaba mucho, pues seguramente alguien tan influyente como los organizadores de esa prueba, deberían haber arreglado ese pequeño problema.

En cierta parte Woo-ji es una joven supersticiosa y algo le dice que no debería subir. Pero, si ante tal tesitura se dejase guiar por su instinto más asiático ahora mismo estaría temblando. Así pues, que la sangre del viejo continente fluya por sus venas logra que su relativo gamberrismo británico empiece ganando la partida a su último lustro de cultura coreana (desde Busán hasta Wonju). Aunque, suele hacerlo casi siempre....

- Sí, sí y sísísí, pero... tampoco hay mucho plan dentro del propio plan - dice dejando de mirar el taller, y finalmente deja caer su mochila...

- ¿Jhon? ¿Carol? - mira hacia ambos - Ayudadme a subir ahí.

Por lo pronto su estatura podría no dar la talla, o hacerlo y bajar dos o tres sillas, por ejemplo. Así que no lo duda y toma la iniciativa comenzando a escalar a Witaker.

¿Qué podía pasar?

Asentí a las palabras del anciano y de John con una sonrisa. No iba a discutir sobre el tema, si algún espíritu se daba un garbeo por el lugar ya tendríamos la oportunidad de justificar su existencia. Sino, quedaría como una buena anécdota para contar entre nosotros tiempo más tarde.

- Pues arriba - me coloqué al lado de Witaker y serví de apoyo a Woo-ji para que pudiera subir más cómoda.

No quería poner en duda la fuerza de Witaker, bien sabía que algunos hombres pueden ser susceptibles si alguien pone en duda su fuerza, por lo que dejé que la sostuviera él y me quedé al lado por si acaso se tropezaban y la muchacha se caía.

Observé que Witaker y Morton estaban ayudando a Woo-Ji, una de las chicas de menor tamaño, aunque nada garantiza que pueda llegar hasta la sala de arriba. Quizá sí hiciéramos una montaña humana...

-Yo estoy con Tommy, busquemos una puerta en esta sala -declaro, un tanto inquieto por lo que le pueda pasar a Woo-Ji si se cae-.Si esta sala de abajo está tan limpia, a diferencia del resto de la casa, eso implica que alguien viene o ha venido a limpiar hace poco. Sigo pensando que todo esto es una broma orquestada por los organizadores, así que yo no me preocuparía. Esta sala forma parte de esta peculiar novatada, no le deis más vueltas. Tan solo busquemos una puerta o pasillo por el que avanzar, puede que quieran que encontremos una salida.

Aprovechando que había lámparas de gas, se acercó a una para comprobar si funcionaba y cuanta luz emitía.

- Esto es una prueba. Volver para atrás significaría renunciar a ella, perderla.- Miró a los presentes, preguntando al primero que encontrara si podía sujetar la lámpara y enfocar a Amelia, apuntando hacia ella. Después cogió su fiel amiga, su cámara, calibrando el foco para concordar con la luz y la acústica. Cuando terminó de arreglar los últimos detalles, se colocó en posición para grabar a la joven.- Ya sabes lo que tienes que hacer.

Yo voy a darle la razón a Josh y a Trevor - dije tras escuchar a los presentes - debemos seguir adelante

Tras eso comencé a caminar hacia una de las paredes. Puse mi mano sobre ella y comencé a buscar algo que pudiera parecer un pomo, aunque a simple vista no pareciese haber ninguna puerta.

Aunque si alguno quiere abandonar que lo diga, es evidente que hay pocas plazas en la hermandad

Daisy se levantó de las últimas tras la caída. Se había llevado un fuerte golpe. Maldita sea. Pensaba que años de entrenamientos saltando cuatro metros me habían convertido en una experta en caídas. Lamentó, mientras se levantaba y examinaba el lugar. Parecía una especie de taller viejo. Se quedó pensativa. Todos parecían tener una opinión o una idea sobre lo que estaba pasando y ella no era menos.

Está claro que la prueba ha empezado. Comentó la chica, con seguridad. Lo que ha pasado arriba, lo de las capas y las máscaras, incluso la elección de este lugar... era parte de la ambientación. para acojonar a los más incautos y que se crean las leyendas  y cuentos de hadas. Miró a Carol con arrogancia. ¿cómo podía alguien adulto creer en aquello?

Pese a todo la chica estaba nerviosa. No es que lo fuera a demostrar delante de aquella panda, desde luego, pero lo estaba. Normalmente estaba acostumbrada a otro tipo de rituales de iniciación. Vejaciones, drogas, desnudos... Pero no una caída. Joder, alguien podría haber caído mal y romperse el cuello. John, ¿puedes prestarme el mechero? Pidió, acercándose al chico con la mano izquierda tendida y una caja de cigarros en la derecha. Creo que el mío se ha quedado arriba.

Amelia asiente con convicción ante las palabras de Trevor.

-Está claro que si estamos aquí es por algo. Se nos ha dado una oportunidad increíble, somos afortunados, aprovchémoslo.

Dice con un ligero temblor en la voz a causa de la emoción y la euforia. Mientras Trevor prepara la cámara, se aclara la garganta sonoramente.

-Ejem...

En cuanto le da la señal, comienza a hablar.

-¡Bienvenidos! Nos encontramos en Wonju, Corea del Sur, donde hemos tenido la suerte de ser invitados a una famosa casa que dicen que está encantada. Nos encontraremos aquí encerrados durante toda una semana, extraños acontecimientos se avecinan.

El profesor observó al grupo lanzar distintas teorías y opciones de actuación y suspiró. Nadie parecía haberle hecho caso y la herida de la cabeza empezaba a doler cada vez más. Volvió a mirarse la mano manchada de sangre mientras sentía los latidos de su corazón retumbando en su cráneo especialmente agudos en el lugar donde tenía la brecha.

Se sintió hechizado por aquella sangre, mirándola como si en realidad no fuese suya pero sin poder responder. Su visión empezó a nublarse desde fuera hacia dentro generando visión de túnel en la que sólo existía su mano y aquella sangre. No reaccionó en absoluto durante un tiempo.

Era la segunda vez desde que había llegado la máscara de porcelana a su poder en que se quedaba absorto con la mente en blanco y tardó un tiempo en volver a dibujar pensamientos sólidos. Cuando lo hizo, la visión de túnel desapareció y el profesor pensó que no debía ser una gran brecha, a juzgar por la sangre en su mano, pero era lo suficientemente grande para doler intensamente.

Cuando quiso pasar a otra cosa y concentrarse en su presente, se humedeció los labios y abrió la boca en un chasquido húmedo que no era intencionado.

Creo... - Dudó un instante. Había perdido su aplomo y le costó recuperarlo unos segundos más.

Creo que debemos centrarnos en buscar otros accesos. Si queremos superar esta noche deberíamos empezar por encontrar los hilos que mueven los títeres - Tal y como lo dijo, quedó claro que se refería más a ellos mismos como títeres que a cualquier muñeca como la que se habían encontrado en el piso superior, así que los hilos sólo podían ser las artimañas de sus captores.

En la penumbra de la pobre iluminación, comenzó a registrar aquel taller en busca de algo relevante o notorio.

La cabeza me daba vueltas, y veía motitas de colores aparecer y desaparecer en mis ojos, suficientes sintomas para hacerme ver que el golpe había sido fuerte, solté un gruñido de frustración antes de levantarme del suelo y sacudir la cabeza buscando ubicarme.

El resto ya se había puesto en marcha dictando planes y viendo la forma de realizarlos, mire en derredor, algunos insinuaban la posibilidad de que otros se retiraran, ¿pero donde habría estado la emoción en eso? No iba a irme por un golpe, aunque procuraría estar más atento después de lo ocurrido, el riesgo dentro de las hermandades no me era desconocido, a veces la pruebas eran crueles y muchas veces más humillantes de lo legalmente permitido, pero allí estaba la emoción... ¿no?

Empece a mirar en derredor.

-Lo cierto es que no podemos estar pensando en quedarnos aquí abajo, si vamos a estar aquí por lo menos hallar un lugar cómodo -aduje, antes de moverme -yo me uno a la búsqueda de una puerta -avance antes de mirar extrañado al hombre de la grabadora, su forma de hablar me envió un pésimo presentimiento, que forma de poner las cosas tétricas, chaskee la lengua en señal de disconformidad -Primero salir de este salón y luego lo otro, si pensamos en hacer ambas cosas solo nos estresaremos -señale, aunque mi intención era que se callará esos comentarios, títeres... llamarnos títeres, así de la nada.

De reojo observe al grupo que se había formado cerca del hombre mayor, y no muy lejos Karioni Ki, su voz me resultaba familiar, y su cara... aunque la mayoría de las veces distinguir a un oriental de otro me resultaba imposible, no podía estar completamente seguro pero juraba que lo había visto por la facultad de historia.

Ilumine con la luz de la linterna hacía las áreas de sombras, buscando una posible salida, o escaleras, aunque la mayoría de los presentes parecía en buen estado físico dudaba que todos fuesen a poder subir por el hueco formado sobre nuestras cabezas.

-Si resulta que no hay salida, siempre podemos salir todos por el techo.

-O... -Uno de los chicos le pregunto por mas opciones y el simplemente bajo los brazos antes de levantarlos de nuevo para mostrar incredulidad. -¡NO SE! ¿Pero eso es lo emocionante de esto no? Vamos a descubrirlo juntos.

Josh nombro su nombre y lo busco con la mirada. -Eso es tío. -Luego otros hablaban de lo mismo y asintio. -Si tíos, esto ya ha empezad y la paranoia y el miedo es parte del juego, vamos a buscar el siguiente punto. -Dijo con voz aguda antes de unirse a la búsqueda de puertas o palancas para abrir la siguiente sala.

Kazuo era demasiado mayor como para salir por el techo sin tener que llamar a los bomberos para que lo bajasen de ahí arriba, a fin de cuentas, los años nunca pasan en balde y menos cuando el trabajo que realizó durante toda su vida consistía en enseñar a las jóvenes mentes y guiar sus impulsos y energías juveniles a buenos puertos.

-Bueno, hemos entrado por la puerta, podremos salir por la misma puerta. Y si no, pues una ventana siempre es bienvenida. Como le escuché a decir a un misionero cristiano: "Dios no cierra una puerta si no abre una ventana". Así que...

Tras toser un poco sobre su pañuelo ahora rojizo, el anciano trató de palpar las paredes oscuras en busca de algún pomo para encontrar la salida, o incluso una ventana, si es que alguien pusiera ventanas interiores para mirar a una habitación.

Puede que fuese el golpe, o la oscuridad, pero me sentía un poco mareado.

También puede que haya sido un accidente.

Trata de aclarar a aquellos que están convencidos de que esto es parte de la prueba. Cualquier caída podría resultar mortal, no obstante... había escuchado cosas realmente bárbaras de ritos de iniciación, así que tal vez tuviesen razón.

Rebusco en la mochila para tomar un poco de comida, probablemente eso me ayudaría para controlar la posible ansiedad.

Pero es cierto que esto está limpio. ¿Tal vez hayan cámaras ocultas?

Mientras mastico un poco comienzo a ayudar en la búsqueda de salida o puntos de control o lo que sea.

- Esto... esto es una puta pesadilla -digo, observando la habitación .-Y yo ni siquiera tendría que estar aquí, solo vine para empezar de cero. Odio las fraternidades y todas estas cosas.

Me retiro a un rincón y, dejándome caer en el suelo, agacho la cabeza, hundiéndola entre mis piernas y dejando que mi cabello largo me ocultase la cara. Era la postura que adoptaba muchas veces cuando discutía con mis padres y quería estar solo conmigo mismo.

- No estamos solos en este lugar. Aquí nadie tiene intimidad. Las paredes oyen.