Partida Rol por web

HLCN - Ciudad Bala Dorada.

Día 0 - Yo soy la revolución.

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13/01/2015, 11:54
Reverendo Adam Strong

El reverendo Adam Strong se había levantado temprano esa mañana: tenía mucho trabajo por delante. Unos días atrás había conseguido pabilo y jabón suficiente para una remesa de velas. Ya iba siendo hora de renovar las velas de la capilla. No hace tanto de la última vez que tuvo que utilizar sebo y las llamas soltaban entonces un maloliente humo negro que espantaba a la gente más que cualquier penitencia.

Cuando el replique sonó, insistente e histérico, él se encontraba en la sacristía, con la estancia llena de moldes con el producto por secar. Iba vestido con unos pantalones bastos, una camisa remangada y un mandil sucio. Tras unos segundos cogió un trapo para limpiarse un poco las manos y salió por la puerta trasera para ver qué estaba sucediendo. Desde allí escuchó a los dos recién llegados convocando a todo el mundo en el Saloon. Sin más volvió a entrar, revisó que todo estuviera en orden, se quitó el mandil y se puso una chaqueta algo descolorida por encima de su camisa oscura. El único elemento blanco en su vestimenta era su alzacuellos.

Hizo el camino hacia el Saloon sin prisa, y al entrar empujando las puertas abatibles saludó de forma general a los presentes antes de caminar hacia una mesa y tomar asiento. Vio a varios recién llegados más de los que había creído, pero prefirió esperar a que quienes les habían convocado allí dijeran de qué iba el asunto antes de decir nada.

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13/01/2015, 13:26
Rosalind

Rosalind entró al Saloon atusándose el cabello, mirando hacia un lado y hacia otro. El polvo del camino manchaba sus botas, y la sed atenazaba su delicada garganta. 

En medio de un revuelo que no comprendía, se acercó a la barra, e hizo una seña a quien atendía- Agua, por favor- pidió, desentonando con todo el whiskey que otros portaban en sus vasos. Pero el alcohol no se llevaba bien con una garganta reseca y ella tenía que mimar la fuente de su dinero.

Se sentó sobre uno de los taburetes, cruzándose de piernas, y miró a quien se encontraba a su lado- ¿Por qué tanto revuelo? ¿Qué ha ocurrido hoy en este pueblo? 

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13/01/2015, 16:32
Lila Rocarroja

Lila escucha las palabras de Joey con curiosidad. ¿Una flor? ¿Sería otra expresión que ella no entendía? Si lo era, mejor trataba de comprenderlo.

- De acuerdo, "Spades" - a pesar de que dudó un poco para decirlo, trató de pronunciarlo de la mejor manera pero se le dificultaba bastante.

Después, prestó atención al discurso del hombre sobre la personalidad de las cartas y su propia esencia, pero le llamó la atención algo. ¿Leía a las personas? Extraño. La curiosidad invadió a la joven, quien le preguntó al hombre - ¿Qué quiere decir con que lee a las personas? ¿Cómo lo hace? - la joven se mostraba claramente interesada en conocer sobre los naipes, al fin y al cabo, no sabía nada de ellos.

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13/01/2015, 17:36
Joey Thorton

El crupier parpadeo por un momento y se vio de nuevo en la cantina del pueblo. Se volteo y vio a una hermosa flor silvestre a su lado, debia ser una india de la aldea nativa cercana a Bala Dorada. Quitandose el sombrero levemente a manera de saludo le dijo a la hermosa india con cierta cortesia:

-Saludos señorita, Soy Joey Thorton pero me dicen "Hearts" ¿en que puedo servirle?

No sabia donde estaba ni que hacia ahora, pero sin duda no era la primera vez. Echo un vistazo rapido a su alrededor y vio varias caras nuevas, una rosa del desierto vestida a la manera de los vaqueros estaba en la barra, lo mismo un desconocido de mirada dura que estaba tambien. Lo que si le sorprendio fue un viejo que se autoproclamaba Sheriff de este pueblo y su adorable asistente-Son buenas noticias, al fin tenemos a un valiente que haga cumplir la ley en este pueblo-Joey se persino en señal de respeto y para darle suerte al viejo valiente, muchos han muerto en Bala Dorada tratando de hacer cumplir la ley, los tan famosos "jinetes de ataud".

Algo grande se venia sobre ellos, Joey lo sentia en su corazón, el siempre confiaba en sus corazonadas y hacia bien por que estas jamas le han fallado.
 

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13/01/2015, 20:23
Jessy Gang
Sólo para el director
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13/01/2015, 23:39
Giesie

Viejos buitres... piensa el chico, al ver como cortejan a la bella joven del desierto. Y sin dejar de engullir su desayuno, observa como el sitio se va llenando de gente; unos conocidos, otros... pues ni idea de donde han salido.

Un mosquito se posa en la barra junto a su plato y de un fortísimo manotazo lo mata, ahí mismo... el estruendo hace callar por un momento al conglomerado que se había formado en el salón y torpemente con la boca aun llena de alimentos alcanza a decir... ¡¡ugh.. lo siento¡¡ mientra ve la pausa general que ha ocasionado. se toma un poco de la bebida con que acompañaba esos deliciosos huevos que la señora Susie prepara.. ¡¡¡era un mosquito¡¡.

Señora susie... estos huevos están deliciosos, hay mas?...

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14/01/2015, 15:40
Coronel Luisiana

Cuando los rayos del sol se colaron por entre las cortinas algo empolvadas de su casa enladrillada, el militar se limitó a dar una vuelta sobre sí mismo, para seguir robando minutos. No le apetecía despertar tan pronto, y mucho menos le apetecía salir de aquella cómoda y caliente cama.

Sin embargo, su letargo se vio interrumpido por una estridente voz, proveniente de la calle. Las palabras se colaban por la ventana entreabierta, y el coronel, con el ceño fruncido, y con un gemido de hastío, se incorporó para terminar sentándose en la cama, mientras escuchaba con atención en la penumbra de su habitación.

Los planos de la nueva vía de ferrocarril descansaban en su pulcro escritorio barnizado. La noche anterior había estado liado con las noticias que le habían traído de tierras cercanas, pero no colonizadas aún.

Chasqueó la lengua ante aquellos recuerdos. Entendía la preocupación de los emplumados acerca de lo que ocurrirían con sus tierras cuando el caballo de hierro llegara allí, pero el progreso era acuciante, y no podían dar la espalda a lo que iba a traer prosperidad y dinero. Su dinero. Pues el coronel, después de la guerra a lo único que se dedicaba era a invertir.

Con el esfuerzo de todas las mañanas, se desperezó, y se subió en su pequeña silla rodante. Notando los músculos fríos y tenso aún a aquellas horas del alba, condujo su silla hacia el vestidor y, tardando un tiempo precioso que muchos ya estarían aprovechando para desayunar, él aún estaba colocándose el cinturón alrededor de la cadera.

Con un gemido de esfuerzo, alcanzó la camisa, el chaleco y la chaqueta, y se las puso de manera metódica. Por último, fue hacia un pequeño tocador, y se miró su reflejo con el ceño fruncido. Se lavó la cara, se recortó la barba, se peinó hasta que consiguió domar un remolino en su pelo, y se colocó un pañuelo alrededor del cuello.

Evaluando su imagen, y asintiendo ante una visión favorable de su reflejo, condujo su silla hacia el comedor, donde los periódicos de la mañana ya lo estaban esperando. Sin embargo, antes de acudir a ellos, y obviándolos por completo, decidió ir al lugar donde todo el pueblo estaría sin dilación.

Conduciendo su silla de ruedas hacia la entrada, la abrió con algo de dificultad, y se deslizó por la suave rampa que había hacia el seco jardín que tenía delante de su casa.

Evitando pasar por las zonas más accidentadas, se demoró más al ver que un carro había abierto el terreno, y tuvo que bordear el valle que había creado.

Demonios— escupió, algo contrariado.

La bala que penetró en su cuerpo tuvo a bien llevarse la sensibilidad de sus piernas, así como su movilidad, por lo que se vio confinado a la silla de ruedas que empujaba hacia el Saloon con una sonrisa algo burlona en sus labios. Pese a todo, la diversión y la risa no lo habían abandonado.

Lento pero seguro, se acercó hasta las puertas de madera, algo astilladas, del Saloon. Suspiró ante ellas, escuchando el gentío que había ya dentro. Dio media vuelta con su silla de ruedas, y, dando la espalda a las puertas, empujó su silla hacia atrás, entrando como buenamente pudo, despacio. Había llegado a la conclusión de que entrar de esa manera era la mejor forma de hacerlo, pues, haciéndolo de frente se encontraba con el problema de que no podía empujar su silla al tiempo que apartar las pequeñas puertas, lo que hacía que no terminara entrando nunca.

Contempló los rostros de los presentes cuando volvió a dar media vuelta con maestría a su silla, y sonrió, lobuno, frunciendo el ceño.

—Buenos días— dijo, repasando con sus ojos claros a todo el personal—. Buenos días— repitió, sibilante, mientras empujaba de manera lenta su silla a lo largo del Saloon—. Un licor fuerte, por favor— pidió, mirando a la camarera—. Para despertar, y poder tragar mejor la noticia nueva— ensanchó la sonrisa, acentuándose un poco más su rostro ladino.

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14/01/2015, 15:47
Ella Watson

Claro. Dijo Ella, levantándose de la mesa tras dedicarle una sonrisa a Red. Se acercó a la barra y se hizo con dos whiskys. Saludó a la gente que iba llegando, enfatizando más en los hombres que en las mujeres, incluso al reverendo. Escuchó a un hombre pedir una moza y no pudo evitar sonreír. Las mozas no se pedían a las camareras, las cogía uno mismo. Aquello no era un burdel y Susie definitivamente no era la madame. 

Tras unos minutos, volvió a la mesa apartada en la que se encontraba Red y se sentó a su lado, tendiéndole uno de los tragos. Espectáculo hay todas las noches. Comentó, respondiendo al comentario del hombre con cierto aire de suficiencia. Esto no será más que un entrante.

Hacía tiempo que el saloon andaba buscando un cómico. Bebió un pequeño trago de aquel líquido oscuro. Mira por donde tal vez acaba de aparecer. Se refería al hombre que se proclamaba sheriff y hablaba de revolución.

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15/01/2015, 10:38
Giesie

Buenos días coronel!!, saluda Giesie en voz alta desde la barra donde ha dejado ya su plato casi brillante y termina de limpiarse con una servilleta... ya le he dejado el periódico en casa, lo alcanzó a leer? dice al final con una sonrisa gentil...

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15/01/2015, 12:25
Coronel Luisiana

El hombre notó una punzada de dolor después de tener que inclinarse un poco para mirar por encima de la barra, y agradeció con una sonrisa el licor servido. Se llevó el translúcido vaso a los labios, y saboreó, como si fuera un catador profesional, el brebaje, dejándole un sabor dulzón y refrescante en la boca.

Observó con la mirada traviesa a los demás que estaban por allí, y escuchó el saludo del muchacho, a quien le hizo un gesto con la mano, correspondiéndolo.

—Sí, sí que lo recibí, gracias, muchacho— dijo el coronel, acercándose algo despacio para no tropezar con el mobiliario del Saloon—. Aún no lo he leído— respondió a su pregunta—. Pero me interesa soberanamente un par de artículos que creo deben de salir hoy a la luz— se llevó un dedo a la nariz, en señal de confidencialidad—. Creo que algún que otro inversor se arrancará todos los pelos de la cabeza por su insensatez a la hora de jugar su dinero, y tengo muchas ganas de leerlo.

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15/01/2015, 15:43
Mickey McFinnigan

EL viejo borracho fue ignorado, como otras tantas mañanas y como en todas ellas acabo durmiendo encima de la mesa, con su sombrero de nuevo en el suelo arenoso, por culpa de una mano inquieta y unos ronquidos demasiado altos.

-ZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzz....ZZZZZZZ!!!

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15/01/2015, 16:36
Susie Powell

Cuanta más gente entraba en su Saloon, más atareada se veía Susie. Sin embargo, el ambiente familiar que se creaba en su negocio siempre le transmitía tranquilidad. Le gustaba ver las caras de costumbre y también las nuevas, siempre que no viniesen con intención de crear problemas. Escuchar las diferentes voces y las conversaciones mientras se movía entre las mesas con habilidad le encantaba, era su rutina de cada día.

La mujer sirvió todas las peticiones con rapidez: desayunos, dobles desayunos, whiskys, agua. Saludó con una amable sonrisa al coronel, a Rosalind, al reverendo y al forastero cubierto de polvo. A este último le hizo un rápido gesto con la cabeza en dirección a Ella. Esa es la moza que buscas, le susurró. La gente se piensa que regento un burdel, pensó bufando mientras servía una segunda ración a su pequeño Giesie. Después se acercó con un trozo de tarta al borracho que roncaba sobre una de las mesas. ¡Despierta, McFinnigan!, lo sacudió sin mucho reparo hasta que abrió los ojos. Tu desayuno, y tu whisky. Esta vez a ver si no nos vamos sin pagar, ¿eh? Que no me gano la vida del aire.

Susie volvió a su habitual posición detrás de la barra, donde se echó disimuladamente un chupito de licor para entrar en calor. Después se dirigió a Giesie, el coronel y la despampanante Rosalind, quienes estaban sentados o próximos a la barra. Parece ser que hay un nuevo sheriff en el lugar. ¿Alguno de vosotros tenía idea de esto? A mí me ha pillado por sorpresa. Y trae hasta una ayudante. Chasqueó la lengua. Debería haber elegido a un ayudante del lugar. Así no va a hacerse a Bala Dorada ni en cien años que viva.

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15/01/2015, 17:34
Lila Rocarroja

Lila parpadea igualmente confundida cuando el hombre se identifica con un apodo diferente. ¿No era Spades? No entiendo nada...

Recordó historias sobre una joven de su tribu llamada Rivera Azul, solía decir que podía comunicarse con los dioses pero solo decía disparates, a eso le llaman locura. ¿Será que este hombre la sufre?

- Disculpe Hearts, ¿Y Spades a dónde se fue? -.

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15/01/2015, 18:03
Joey Thorton

Al escuchar la respuesta de la hermosa flor de la pradera Joey se quedo confundido ¿quien era Spades?. El siempre se habia hecho conocer como Hearts, ni idea de quien seria ese Spades. Miro a la belleza de piel morena con ojos serenos a la vez que confundidos y le dijo afablemente:

-No se de quien me habla señorita, yo siempre he sido conocido por estos lares del Misisipi como Hearts. Ni idea de quien sea ese tal Spades.

Aunque a veces perdia la conciencia y en plena calle. Eso siempre se lo atribuia a una mala borrachera de un wisky adulterado o por una golpiza que le diera algunos hombres molestos con el. Joey siempre habia tenido mala suerte con las amistades pero a la vez muy buena con los naipes, tanto que siempre ganaba y sin tener la necesidad de usar trucos sucios como la tinta invisible en las cartas. Para el su reputación como jugador honrado lo era todo, por eso para Joey el ser crupier era una vida de ensueño hecha realidad. Haciendo un truco de manos revelo una flor en su mano derecha y se la ofrecio a la nativa, luego sonrio y le dijo:

-Por favor dejemos malos entendidos por ahora señorita, que le parece si le invito un vaso de agua mineral, no tiene alcohol y refresca la garganta como no tiene idea.
 

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15/01/2015, 18:49
Mickey McFinnigan

-EH! QUE! Haaa... esto.. estoy espierto si...-El viejo irlandés no tenia muy claro donde estaba pero la chillona voz de la mesera y el olor a su deliciosa tarta le dejo claro donde continuaba.

-O bella Sussie ya sabes que yo nunca haría eso. Marcharme digo.-Sonrió de oreja a oreja, mientras ella se iba a seguir trabajando. Fue entonces cuando sintió frio en su cabeza y volvió a buscar su bombin esta vez tuvo suerte de no golpearse al levantarse. Lo limpio, se lo coloco y observo con sonrisa alegre el pedazo de tarta y esa zarzaparrilla que mas parecía un Whisky a media mañana. Así que se quito el sombrero lo dejo en la mesa, y dio un mordisco a esa tarta, pronto le seguiría el whisky

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15/01/2015, 21:02
Maybelle Canary

Maybelle agradeció el desayuno y el whiskey con una inclinación de cabeza hacia la atareada camarera. Tomó el vaso y dio un buen trago del licor sin que su expresión se alterase o inmutase lo más mínimo. No tocó la comida hasta apurar la última calada del cigarro y soltar el humo despacio. 

Sus ojos verdes se paseaban por el Saloon, contemplando la fauna local con un gesto de desinterés. No se detenía más de un instante en cada persona y tampoco parecía estar prestando demasiada atención a ninguna de las conversaciones. Y sin embargo, cada rato volvía a echar un vistazo a su alrededor, analizando a los que iban incorporándose. Cada vez había más gente y la mujer se preguntó si terminaría reuniéndose todo el pueblo.

Acostumbrada a pasar horas al aire libre y en soledad se le hacía extraño tener tanta gente alrededor. Aunque su rostro impertérrito no dejaba traslucir esa leve incomodidad, mientras daba cuenta de su desayuno Maybelle continuaba observando en un segundo plano cómo los habitantes de Bala Dorada charlaban e interactuaban, sin hacer ningún movimiento por participar de ninguna de las conversaciones.

Cuando el plato estuvo vacío apuró el último trago de whisky, se echó hacia atrás en la silla y empezó a liar otro cigarrillo, sencillamente esperando a ver en qué terminaba ese asunto del nuevo sheriff. Aunque ella ni siquiera había conocido al anterior, así que ciertamente no le afectaba demasiado el cambio.

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16/01/2015, 09:46
Director

Rocky y Emily se mantenían en el exterior del Saloon, inmersos en una discusión a baja voz, invisibles a los ojos de los habitantes de Bala Dorada que se habían inmerso en sus rutinas, en sus desayunos y en sus bebidas. De vez en cuando, los nervios del Sheriff se manifestaban en una leve sacudida de su mano derecha que, todavía en posesión de la cuerdecilla del martillo de la campana, hacía que ésta repicara una única y desentonada vez.

Finalmente, Emily se desencaró de Rocky y entró al Saloon, empujando una sola de las puertas abatibles con la punta de la uña de su dedo índice, y la otra con el cuerpo que tropezaba con ella al intentar pasar por la abierta.

Una vez en el interior, su primera reacción fue sacudirse las posibles y diminutas motas de polvo que su dedo pudiera tener después de rozar aquellas puertas con el anverso de la otra mano. Curiosamente ni le molestó, ni pensó en sacudirse el polvo del medio cuerpo que había empujado la otra puerta, ni de la propia mano con que había expulsado los demonios de su índice.

Su segunda reacción fue un leve carraspeo involuntario unido a una batida ocular del lugar. - Habitantes, convecinos: Aprecio que se hayan reunido. - se miró los pies en busca del derecho y empezó a andar dando el primer paso con él - Mi nombre es Emily, simplemente Emily, soy agente de Pinkerton - anunciada su profesión se llevó una mano al lateral del muslo, envolviendo con ella el final de su cartuchera, luego corrigió su gesto elevando la mano hasta la solapa de la chaqueta la cual volteó para mostrar sus distintivo  pinzado en su interior - pero, a estas tierras, no me trae ningún otro asunto que mi buen amigo el Sheriff Rocky. -señaló con un pulgar por sobre del hombro hacía el exterior donde se encontraba el Sheriff.

Ante esa discreta a la par que teatral señal, Rocky empujó las puertas y con un pasó se plantó frente a ellas, dentro del Saloon, mascando cual rumiante, haciendo bailar sus blancos bigotes. - Habitantes - tomó el relevo de la palabra - se me ha asignado la vigilancia, vela y custodia de este pueblo. Y no desapareceré del mismo hasta que mi trabajo esté hecho.

Así que vamos a llevarnos bien, porqué sino van a haber hondonadas de hostias.

-Necesitaré sus nombres y sus ocupaciones o profesiones. -enlazó Emily a las palabras del Sheriff entrando en materia.

Notas de juego

Empieza el turno nocturno.

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16/01/2015, 16:56
Lila Rocarroja

Lila hace un gesto aprobatorio cuando el hombre que antes se hacía llamar Spades, ahora se hacía llamar Hearts. Eso le recordaba a la diosa sin rostro, aquella que mutaba según la naturaleza, la madre tierra. Este hombre debía tener una estrecha relación con ella para comportarse de esa manera, o algo así.

Recibe la flor con una sonrisa en su rostro y le dice - Te lo agradezco, es una hermosa flor, Hearts - ¿Tendrían los sobrenombres algo que ver con su forma de comportarse? Lo averiguaría luego.

- Sin duda, el agua sería bien recibida. Muchas gracias - asiente gentilmente mientras coloca la flor en una de sus largas trenzas.

Luego, Emily entró presentando al nuevo sheriff con algo de parsimonia innecesaria. Lila los miró y esperó a escuchar todo lo que tenía que decir el hombre. Luego se puso de pie y dijo - Disculpe, sheriff... Rocky - la pronunciación se le dificultaba un poco -, ¿Qué sucedió con el anterior sheriff? ¿Quién lo asignó a usted como el nuevo sheriff? - sentía bastante curiosidad por esto, ya que no se le había notificado a nadie sobre este suceso.

- Soy Lila Rocarroja, hija del jefe de la tribu de los Mohawk y mi tribu hace trueques con este pueblo. Quisiera saber si esto afectará las pacíficas relaciones con mi tribu -.

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17/01/2015, 01:38
Reverendo Adam Strong

El reverendo acostumbraba esperar a ver a Susie un poco desocupada antes de pedir. Era un hombre que vivía sin prisa, pero consciente del tiempo de las cosas que le rodeaban. Sentado en una mesa aguardó, y aprovechó el momento en que la camarera le dedicó un saludo para devolvérselo haciendo un gesto que pedía lo de siempre: media jarra de whiskey, media de cerveza. En esta ocasión no la acompañó con nada de comer: últimamente no es que el dinero le sobrase.

- Buenos días, Coronel. - Le saludó al verle entrar con su silla de ruedas. Desde que le conocía siempre se había preguntado si él en su situación sería capaz de mantener las ganas de vivir, y casi siempre la respuesta era igual de negativa. Luego devolvió el saludo a Emma, pero sus ojos rápidamente pasaron de ella a la pareja que estaba entrando: los autoproclamados Sheriff y ayudante.

- El trabajo de un buen Sheriff nunca está hecho. - Dijo al tal Rocky desde su posición. En su tono se veía que no había voluntad de llevar la contraria, sino que esas palabras salían de una reflexión muchas veces meditada. - Y el de uno malo sólo termina cuando no le queda nada que proteger. - Apostilló antes de dar un trago a su bebida.

- Adam Strong. - Se presentó después. No creyó necesario decir su ocupación: su alzacuellos hablaba por sí solo.

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17/01/2015, 04:55
Giesie

Yo me encargo de las noticias- dice Giesie levantando el tenedor con que está devorando el segundo plato de deliciosa sazón de la señora susie....

Giesie, señor...- termina diciendo