Partida Rol por web

HLCN - Experimento en Chernobyl

Día 0: En las afueras de Pripyat

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08/11/2016, 00:38
Inadra Ziru Sillacto

Era una mañana cualquiera cuando vino un hombre vestido de negro a la puerta del pequeño despacho que compartía con el resto de becarios de la Boston Universiti. De hecho estaba tan enfrascado es su tesis que no lo vió hasta que estuvo a dos metros de él.

Sospechaba que podía haber en la carta, y efectivamente, cuando la abrió confirmo lo que sospechaba. Una sonrisa se dibujaba en su rostro. Como un fanático de la física nuclear esta era la oportunidad que esperaba en su vida.

- ¡Hasta luego chicos! ¡Me voy a la aventura! - Cogió sus cosas y se largó corriendo hacia su casa.

El vuelo no había estado mal, la comida tampoco. Y el pedazo de reloj con contador Geiger, brujula, gps y demás pijerías que se había comprado le fascinaba. Y... Ya estaba allí, en la ciudad que voló por los aires, el epicentro del gran petardazo. La emoción estaba a flor de piel y la adrenalina inundaba su torrente sanguíneo. No tardó mucho en encontrarse con el resto de sujetos con los que compartiría experiencia.

- ¡Muy buenas a todos! - Su cara llena de alegría contrastaba con la decadencia del territorio - Soy Inadra, encantado de conocerlos.

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08/11/2016, 01:56
Morris Childs

Estaba escuchando un disco de vinilo sentado en la cómoda butaca de mi salón, con el periódico abierto y una pluma en la mano con la que, en lugar de escribir en la sección de crucigramas, seguía el ritmo de la música. La canción terminó y siguieron unos ruidos ininteligibles mientras yo continuaba el crucigrama. Terminé y levanté la aguja del tocadiscos, levanté el disco y lo guardé, lancé el periódico al fuego y subí las escaleras para coger mi maleta, ya preparada.

Salí de casa y miré la puerta pensativo, después volvía a entrar, y apagué la chimenea, al fin y al cabo no quería no tener ningún sitio al que regresar, empecé a andar con la maleta a rastras hasta mi cafetería habitual, allí me sirvieron una comida ligera, al terminar un taxi me esperaba en la puerta y me llevó al aeropuerto.

En el hotel deshice el equipaje con la velocidad de alguien que no tiene prisa y repasé mis notas mentales una vez más. Dos días después llegué a Pripyat, ajuste mi corbata, me puse mi sombrero, encendí un cigarrillo y empecé a andar entre toda aquella gente extraña que ahora eran mis compañeros.

Con tono de voz monocorde y aburrida, aquel tipo de voces que han dicho miles de veces las mismas palabras hasta que estas han perdido su significado y repiten de forma mecánica, la voz de un funcionario jubilado, los miré y dije -Buenos días-

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08/11/2016, 04:41
Cossette Agere

Era de noche bajo el manto nocturno francés, con un ambiente cálido y agradable debido a las montañas y ríos que rodeaban su ciudad y provocaron que la mujer afroeuropea saliese a correr con su típica vestimenta deportiva llevando consigo auriculares en volumen bajo para seguir escuchando lo que ocurría alrededor. Con una sonrisa saludable se le podía ver por las calles trotando y corriendo a distintos tiempos sin importarle el sudor que recorría su piel oscura. De vez en cuando saludaba a algún conocido que se topase en su rutina hasta que pasado el tiempo estipulado regresó a su casa deseando tomar una ducha y descansar. 

Al arribar a su hogar notó que había llegado la correspondencia y su agitado corazón inició un nuevo ritmo que reconoció como nerviosismo. Se detuvo por unos segundos afuera del umbral sabiendo que su nuevo destino había iniciado y pasados unos minutos entró para realizar ciertas llamadas pertinentes. Primero a sus padres, quienes intentaron disuadirle en vano de su decisión y desearon que regresara con bien a su casa, de la misma manera reaccionaron sus hermanos; su pareja se alarmó y le advirtió que pasaría la última noche con ella para despedirse aún cuano no quisiera, la mujer se río y aceptó tal propuesta; y al final se comunicó con su jefe, quien le pidió que reuniera la mayor cantidad de información posible y que el canal estaría abierto para cuando quisiera llamar, además de que no perdería su trabajo y esperaba que regresara sana y salva. 

Luego, comenzó a preparar una cena sabiendo que sería la ultima vez que estaría en dicha casa y justo al finalizar llegó su pareja, quien la abrazó con fuerza esperando no separarse de ella. La mujer le dedicó una sonrisa y luego de conversar y cenar ambos leyeron el contrato y las cláusulas, así ambos sabrían a qué se debería atener en esta misión. Pasaron el resto de la noche juntos, compartiendo temores, inseguridades, promesas del futuro y uniéndose como otras veces hasta quedarse dormidos. Las horas pasaron y para cuando el astro rey iluminaba las calles francesas ellos dos ya habían partido para el aeropuerto. Se despidieron con un cálido beso bajo la premisa de un "hasta luego" a la espera de volverse a ver y cumplir sus objetivos tanto individuales como en conjunto.

Lo veía como una aventura a la cual arriesgarse. Sabía que se trataba de una oportunidad única que no debía desaprovechar y aunque era consciente de la posibilidad de no volver a ver a sus seres queridos, no se arrepentía de nada y este reto sería algo digno de superar. En sí no se sorprendió tanto al ver los lujos y la comodidad; no porque estuviese acostumbrada, sino porque ya conocía cierto protocolos y veía toda esta parafernalia como una disculpa de lo que vendría. Como bien se dijo era una aventura peligrosa, por lo que no había una pizca de sonrisa en su rostro, sino una mirada de seguridad inquebrantable.


Llegado el día de la reunión, se vistió con una mezclilla azul con una sudadera de tono claro y tenis deportivos llevando consigo una maleta de ruedas y una mochila, en las cuales tenía repartidos un equipo pequeño de detección de radiación, informes y resúmenes que ella misma hizo de la zona, un teléfono inteligente con buena resolución para fotografías y videos con su respectivo cargador, un par de libro para leer, unos cambios de ropa acorde al clima que debía suscitarse en esos días según sus investigaciones, un kit de supervivencia que incluía una brújula, una lámpara, una navaja suiza y pequeños objetos de primeros auxilios, un localizador independiente y otras pequeñas cosas para complementarse. Se veía abultado y un poco pesado, pero era notable que la mujer poseía una buena condición física y bastante destreza al momento de caminar. No era una jovencita, pero tampoco una mujer mayor; se podía notar que tenía menos de 40 años.

Fue de las últimas en bajar del transporte, además que optó por observar a los demás para ver cómo interactuaban mientras una sonrisa franca y educada aparecía en su rostro; sin embargo, al ver el monumento su curvatura en los labios se transformó en una fina línea y negó con la cabeza más para sí misma debido a lo ocurrido hace varios años. La ciencia siempre ha tenido tropiezos a lo largo de la historia, y éste debería ser recordado para que en el futuro no se cometiese el mismo error y se supiese cómo evitarlo. 

Y así, Cossette se encaminó al monumento donde yacían un hombre mayor y una mujer sentados a la vez que saludaba con un movimiento de cabeza a cualquiera que le dedicara unos segundos de su tiempo. Su andar era seguro y con firmeza, además de mantener cuidado con cada paso que daba. No se dirigía a conversar con ellos porque fue hacia la corona de flores sin dejar de lado sus pertenencias. Después optó por mirar alrededor y realizó un movimiento con los hombros como si quisiera estirarlos. 

-Me encantaría correr ahora...-expresó en un tono francés para después sonreír de manera educada y presentarse-... Cossette Agere, un placer.

Notas de juego

Leí todos los posts, pero si parece que no tomé en cuenta algunos fue porque al decir que bajaba de los últimos supuse que me "perdería" de algunas cosas.

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08/11/2016, 05:55
Maddie B. Smith

Estaba en los almacenes de BlackWater cuando mi mejor compañero me dio la noticia. O bueno, más bien... me lanzó una carpeta llena de documentos al vuelo. Es un toro descerebrado, así como la mayoría de “tipos duros” con los que comparto mi trabajo. En ese momento no caí en que me entregaba todo el paripé de sobres, ya abiertos, revisados y controlados por la dirección del cuartel, que me llevarían hasta Europa en cuestión de dos/tres días. Nos habíamos inscrito unos cuantos al proyecto, me tocó a mí. "Llegó hoy. Te vas a Ucrania" me dijo vacilante mi compa, y en efecto... tenía todo el papeleo entre mis manos “me tocó la lotería” … pensé con media sonrisa.

Al día siguiente recibo los permisos necesarios para acudir al estudio internacional en Pripyat, tan solo tengo que firmar unas 17 hojas conforme no me desvincularé de la brigada tras el experimento, para así hacer más exótica la experiencia de nuestro ejercito privado. Me facilitan transporte de la empresa y contacto en Albuquerque, un abogado, para enterarme de ciertos asuntos, como que no tendré ningún tipo de respaldo una vez me ponga en manos del gobierno ucraniano, y ojo con la letra pequeña. A posteriori me dejó mensajes en el contestador con cierta insistencia, pero no llegué a revisarlos.

Tay me acompañó  hasta el aeropuerto, al día siguiente, y durante el trayecto fue recordándome detalles. “¿Traes identificación y permisos? - Tú qué crees? - ¿Llevas algún micro? - no es necesario - ¿Llevas el chaleco? Recuerda que tenemos una embajada en Kiev – sí, y lo sé  - ¿mascarillas? - Sí, de las pequeñas – ¿cámara? - No - ¿Traes el billete de avión, Maddie? -  pesadilla de hombre”. Así, tras despedirme de mi querido compañero con un amago de saludo combatiente, cojo un vuelo de 9 horas hasta mi nuevo destino.

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Aterrizo mentalmente agotada, así que no tengo tiempo para mucho: aeropuerto-taxi-hotel-descansar-prepararme-almorzar-taxi y bus hasta situarme en el punto de encuentro con esta gente. Tengo una postura firme, tranquila, llevo el pelo recogido y ropa corriente, aunque llevo un chaleco táctico apretado y guantes sin dedos. Por lo demás, tan solo traigo conmigo una mochila de mano, bastante pesada.

- Esperemos no empezar a perder mechones de pelo según avancemos... –.

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08/11/2016, 07:47
Lydia Kerr

Fue saludando a la gente que se presentaba. No eran pocos, cosa que agradeció Lydia. Había ido para escaparse un poco y conocer gente nueva le vendría bien, aunque pudo observar que eran muy diferentes entre sí. Lydia ignoraba cual era el perfil que buscaban los organizadores del experimento, aún se preguntaba cómo había sido elegida ella misma entre lo que creía habrían sido miles de personas dado lo jugoso del premio para los que lo superaran.

Cuando la otra chica inglesa, Ember Koval, le dijo que no se preocupara, una ola de vergüenza le recorrió el cuerpo. la habían visto llorar... lo sabían. Aún así, emitió una sonrisa que agradecía a la otra mujer el preocuparse por ella sin conocerla. - Gracias, probablemente tengas razón. A veces nos preocupamos por tonterías.

Quería quitarle hierro al asunto, centrarse en la labor actual. Como muchos señalaban, el principal enemigo era la radiación. Decían que habían reducido mucho los niveles de ésta, y en teoría las inyecciones que les proporcionaban harían el resto. Pero pagaban demasiado para que no hubiera riesgo alguno, así que nada era seguro. Por suerte, y a pesar de estar dolida por su situación personal, Lydia intentaba ser optimista siempre. No tenía sentido lo contrario, una ve ya estaban allí.

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08/11/2016, 09:16
Leinad Ikegar

Un trasporte militar, con visado diplomático, tomó tierra. Portaba la estrella de 6 puntas de las Fuerzas de Defensa de Israel. Todos los vuelos militares eran iguales. Compartías espacio con la carga, apretado, y con suerte, si alguien se acordaba, y eran muchas horas de vuelo, te daban algo de comer. En el viaje desde Tel Aviv se había dedicado a dormir. Los tres días anteriores había estado de adiestramiento con el ejército, en técnicas de superviviencia en la zona de "Los Altos de Golán". Nada más prepara sus cosas, subió al aparato, y no le dieron tiempo ni para una ducha, así que vestía las mismas ropas que los 4 días anteriores...y olía como tal.

Leinad portaba un petate. Sólo un petate.

Entre sus gruesas ropas, parecía que portaba más cosas, e incluso una chocolatina asomaba por el lateral de un bolsillo. En su rostro aún afloraban los restos del sueño, y la marca de la ventanilla en junto a su sien delataba la postura del viaje. Dormido.

Nada más pisar la pista se dio cuenta de su propio "aroma" y con ello comentó: - Necesito una ducha. Tenía pinta de un cazador desaliñado, con experiencia en el monte, y muchas horas a intemperie. Soltó el petate, que sonó pesad, pero que parecía estar bastante vacío. Era uno de esos que usaban los marinos en sus viajes, pero que el color ... era un tanto extraño. Además, bordado con algunos remiendos, tenía una pinta de viejo. No de usado, sino de viejo. Pero que probablemente aún le quedase más vida que a muchos de los "nuevitos". Un pequeño candado, con hebilla de seguridad cerraba la imagen, pero sin distorsionar. La pieza de metal estaba igual de vieja que el resto.

Su mirada, satisfecha, no hacía gala de lo sucedido en "casa". Alguien tiene que ir a este viaje, y no hay voluntarios. Pues él saltó. Se prestó voluntario. Se sentía mejor en el campo, que encerrado en una oficina, repleta de ruidos, ajetreo y estrés. Eso no era para él. Había pasado toda la vida en la calle, y no pensaba encerrarse ahora. Aún le quedaba vida, salud y años para eso, y esperaba disfrutarlos.

Se palmeó el costado, como buscando algo, y cuando pareció encontrarlo todo en su sitio, recuperó su "maleta" y se acercó al resto con un aire risueño y saludando con la mano.

Ya más cerca, del cuello de su chaqueta afloró un cordón, del que colgaban varias cosillas, pero lo más visible era una "Estrella de David", una "Cruz de Malta" y el rostro de un carnero. Todo ello de metal oscuro y con pinta de viejo. Resaltando sobre el conjunto, una chapa de identificación militar y una llavecita, posiblemente del candado del petate, plateados, refulgían con gran diferencia del resto de "cositas y colgajos". El desaliñado hombre, en cuanto se percató de que su "collar" se escapaba, lo metió entre sus prendas, con la rapidez que da la experiencia de haberle pasado ya muchas veces.

- Hola gente. Saludó parcamente, pero con una alegría rusiueña, casi infantil.

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08/11/2016, 09:51
Taylor Aiden

Taylor sigue mirando el suelo, mientras escucha como van llegando los demás. De vez en cuando alza la mirada para ver a los que saludan, incluso pone una mueca rara ante el que llega y empieza a repartir bebida. ¿Tan rápido quieren envenenarnos?. Tras observarles en silencio de nuevo, baja la cabeza y cierra los ojos. Mejor no hablar con nadie, se dijo para si misma, no puedes encariñarte con nadie, acuérdate de "El Sonrisas", y de lo que le hicieron en la cárcel, simplemente porque quiso ser amigo de todos.

Sigue sumida en sus pensamientos, cuando oye una voz a su lado. Abre los ojos y levanta la mirada para ver como se sienta un anciano a su lado.

-Ho... Hola. -Le dice parpadeando, no se esperaba que nadie viniera hasta ahí y se sentara para hablar con ella. Al ver como le tiende la mano para saludarla, se queda unos segundos mirandola sin hacer nada.- Ta... Taylor Aiden- le dice al fin, estrechándole la mano.- Y bueno... Yo es que... Estoy aquí por obligación...

De reojo ve pasar a Cossette, que los saluda con la cabeza, y Taylor hace lo mismo devolviéndole el saludo. Son la gente que van a estar una temporada contigo, no seas "El Sonrisas", pero tampoco hace falta que no hables con nadie.

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08/11/2016, 13:08
Charles Salvador

De un destartalado Lada Riva verde oscuro, oxidado y corroído, sale un tipo fornido, con aspecto de forzudo de algún circo de principios de siglo. Ni siquiera se despide del conductor, un tipo mal encarado cubierto de cicatrices que aprieta el acelerador en cuando Charles sale del vehículo.

Su vigoroso mostacho, más propio de un húsar napoleónico que de un ciudadano del siglo XXI, es una magnífica carta de presentación, o al menos así lo considera el, y cuando empieza a flamear, su aguardentosa voz surge como un torrente.

- ¡Bien! ¡Ya estoy aquí! ¿Y ahora qué?

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08/11/2016, 14:48
Vladimir Petrov

Miro uno a uno a mis compañeros y disimulo una media sonrisa-Hola- digo sin aún decír mi nombre solamente estudíandoles.

-Un jubilado con pinta de poli, un cazador, una mujer con pinta de cientifica o algo así, un par de famosetes, alguno que otro que no sabe que hace aqui y algún buscavidas... Menudo grupo- pienso sin decír nada,les miro.

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08/11/2016, 17:08
Yevtsye

Tras finalizar el viaje de ida, nos encontramos en un lugar bastante inusual. Miro con curiosidad la tierra natal de mis abuelos, como imaginando como era en su epoca, pero con poco exito, no tengo la imaginacion necesaria

Miro entonces al resto de candidatos a esta extraña experiencia, juzgando sus apariencias y con quien no deberia acercarme, pero dado que todos vamos a convivir un tiempo, seguire el ejemplo y hare lo que todos han hecho hasta ahora: presentarme

-Hola...-digo timidamente, las grandes cantidades de gente me ponen algo nervisosa, casi se podria comparar esto al panico escenico-Soy Yevtse (introducir apellido que nunca se utilizará), encantada-saludo torpemente con la mano

Notas de juego

Dios, me despisto un momento (3 dias) y me encuentro con 30 mensajes... bueno, ire leyendo con calma lo que hay, pero voy haciendo mi modesta presentacion

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08/11/2016, 17:30
Camille Rodrigues

       Cuando el hombre mayor se acercó a la mujer con el cigarrillo y conversaron a la joven Camille le interesó bastante lo que dijeron y se aproximó con soltura, a pesar de su protesis, a ambos señores después de haber tomado algunas fotos con su cámara profesional del lugar, muy cerca del anuncio con el nombre del poblado ucraniano para decir les con un claro inglés para que la entendieran mientras que extiende su mano para saludarles: 

      — Buen día tengan ustedes señores, disculpen por favor mi intromisión pero soy Camille Rodrigues, me llamó la atención escuchar que usted es física nuclear señora, porque yo soy estudiante del posgrado de Ingeniería en la Sorbona de París gracias a una beca deportiva y quiero hacer mi tesis de maestría en "Seguridad de Sistemas con energía nuclear ", razón por la cual me embarqué cuando en esta aventura cuando supe de la oportunidad, si no me siento yo responsable por lo que se hizo mal en nombre del progreso, si me siento responsable de aprender de ello para que no se repita nunca y me encantaría escuchar algunos términos técnicos de las instalaciones cuando nos acerquemos a ellas, claro que en la tesis la citaría como es debido, ya que acepto estar muy animada por esta ... oportunidad única señora.    

        La chica demostró cierta ansiedad al acercarse y ya que se había presentado trato de controlarla, tratando de no parecer nerviosa

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08/11/2016, 18:15
Nicolaj Sigurdsson

Sin darse cuenta, se giró por instinto conforme más participantes dejaron el bus. A pesar de esto, su postura permaneció inmutable y resultaba difícil saber si su mente registraba o no los nuevos eventos.

Dio visos de reaccionar a la presencia de otros seres humanos cuando el americano le tendió aquella lata. Sin decir nada, clavando una mirada fría en el sobreexcitado individuo, cogió la bebida que este le ofrecía, y asintió en señal de agradecimiento antes de abrirla y llevársela a los labios.

Demasiadas personas en demasiado poco tiempo. Su misma naturaleza forzaba un cierto registro, pero el que su cerebro insistiera en conservar una parcialmente olvidada deformación profesional no iba a impedir que Nicolaj ignorase al género humano durante un rato. El paraje irrealmente congelado en el tiempo que les rodeaba era mucho más evocador que las palabras vacías de un grupo de almas perdidas en la inmensidad de ese mundo ajeno y distante.

Bebió algunos sorbos más de la lata. No era un sabor del todo desagradable, aunque la suavidad del brebaje se le antojaba extraña, habituado a bebidas con más "cuerpo". Optó por dejar sus reservas inalteradas, al menos, lo que le durase el obsequio promocional del americano.

Era probable que ni él mismo se percatara de los ocasionales gestos y movimientos fugaces que delataban una atención en apariencia superficial hacia los presentes. Por supuesto, como de costumbre, su persona, su cuerpo y su mente seguían caminos separados para más tarde reencontrarse y compartir conclusiones, inútiles con toda probabilidad.

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08/11/2016, 21:39
Alessandra Parker

Sigo todavía al margen de cualquier conversación, todo lo que hice desde que me presenté al resto fue ver, oír y callar, haciendo con cautela lo primero. Estaba formando ya mis primeras opiniones sobre las personas que allí estaban, no perdía de vista a un chico que probablemente sería ruso, a Camille que charlaba animadamente con otras dos personas y a un hombre que tenía el rostro como ausente mientras bebía de su bebida energética. 

Opté por dejar la mochila en el suelo y sentarme al lado, sacando un libro para matar el tiempo, ya que no había causado demasiada atención en el resto de voluntarios, y la verdad, no me sorprendía ni preocupaba, siempre había pasado bastante desapercibida.

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09/11/2016, 11:07
Vladimir Petrov

Muevo mi cuello y mi espalda hacíendo crugir todos los huesos, coloco mi ropa al cuerpo y me acerco a la chica morena que se ha quedado a un lado.

-Es bonito Chernobyl ¿eh?- Digo haciéndo como si no la mirase pero realmente estoy observándola, a ella y a su mochila.

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09/11/2016, 11:09
Vladimir Petrov

Notas de juego

Por si no queda claro me acerco a Alessandra Parker

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09/11/2016, 11:40
Anciana

Con paso lento pero seguro, una mujer de edad avanzada se acercaba al pintoresco grupo con paciencia, casi como si supiera que no tenían ninguna prisa, no se irían a ninguna parte. Tal vez por motivos personales o solo por el dinero, no importaba mucho.

La mujer avanzaba despacio y sin ninguna prisa mientras un perro viejo le acompañaba, un fiel amigo sin duda que escoltaba a su ama hacia el lugar.

Llegó el momento en que notaron su presencia, así que le dieron la oportunidad de ser escuchada, casi como si hubieran comprendido cuál era el papel de esa mujer en ese lugar - Bienvenidos, o eso creo -. Su voz era seca y rasposa. De vez en cuando tosía y continuaba hablando.

- Seré quien los guiará hasta el lugar donde el experimento comienza. Algunos puede que lo sepan - miró a Shahrzad y a Alexei -, y otros puede que no - miró a Irina -, pero esta zona de cuarentena tiene dos límites importantes. Estamos a las afueras del primero, el cual consta de unos 30 Km. A pesar de esto, este no será el anillo en el cual permanecerán - tosió un momento y continuó.

- Me dijeron que les dijera que entrarían al anillo de seguridad interno, al más tóxico de tan solo 10 Km, ya que allí es donde necesitan probar la droga. No sé detalles, así que no me pregunten - solo se giró y les dijo - Síganme, nos espera una larga caminata por Pripyat - su piel parecía llena de moretones, sus ojeras eran pronunciadas y su semblante era  demacrado. Tal vez la radiación ya había hecho mella en su cuerpo. Continuó caminando, aunque esta vez parecía ser más veloz.

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09/11/2016, 14:16
Nicolaj Sigurdsson

Una sorprendente media sonrisa, triste y apenas discernible, se formó en su rostro al observar al can que acompañaba a aquella mujer. Se acercó unos pasos cuando esta comenzó a hablar y la observó con detenimiento y educación.

Una vez concluyeron las palabras de la anciana, echó a andar en silencio tras ella. Poco más había que hacer en el momento, aparte de seguirla en pos de tomar contacto con su condenada tierra.

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09/11/2016, 16:15
Tifu Akari

El joven japones se colocó su mochila cruzada y volvió a arrastrar su maleta de ruedines, miró al cielo negando como si no pudiera creer que no les recogieran con una limousine hammer, hacerle caminar así que falta de educación - al menos me ahorro correr por la cinta estática,... - dijo más para si mismo que para otra persona, sacó una botella de agua de su mocha cruzada y bebió, puesto que ni de broma iba a beber de esas bebidas energéticas, a menos que le pagaran por hacer la publicidad pertinente claro.

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09/11/2016, 16:25
Camille Rodrigues

        Mientras que espera alguna respuesta por parte de la física la chica brasileña se acercó con una sonrisa al tío que repartía la bebida para decirle en inglés mientras que tomaba una de ellas para guardarla en su mochila de viaje y tomar otra para beber allí mismo después de olfatearla por si acaso:

        " Muchas gracias guapo por tu amabilidad, nunca sobran cosas como estas a pesar que una lleve en la mochila, te recomendaría que te asegures de quedarte siquiera con un par de esas antes de que te dejemos sin nada "   

        Después de mirara como se acercaba a ellos lentamente la anciana y escucharla atenta hasta que termina de hablar y antes de que la señora arranque la chica se le acerca para extender la mano y decir en un pausado y lo mas claro posible inglés:

        " Buen día señora!  Me llamo Camille y le agradecemos mucho que haya venido a recibirnos!  ¿Como se llama usted? y ¿Quién la ha enviado para venir por nosotros?   

         Mientras que escuchaba la respuesta Camille guardó la cámara profesional que había desplegado en la mochila de viaje después de compactarla en su estuche para meterla en el interior

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09/11/2016, 17:21
Shahrzad Golshiri

Mientras veía a la chica de la prótesis acercarse, tuvo que reconocer que había tenido que hacer un trabajo espectacular con su equipo de rehabilitación. Verla tan suelta le hizo sentirse algo menos mal: además de los horrores que pueden generar las perversiones de la ciencia, podían dar vida.

Y cuando se presentó, no pudo evitar sentirse personalmente orgullosa de ella. Que además de superar sus limitaciones físicas haya logrado estudiar una carrera exigente, habitualmente reservada a hombres, y defender su educación de posgrado, era hitos magníficos.

Encantada —dijo, mientras repetía el juego de manos para quitar de en medio el cigarrillo y responder con un estrechamiento de mano—, Sra. Rodrigues. Mi nombre es Shahrzad Golshiri, soy catedrática y jefa del Departamiento de Física Aplicada y Energética de la Universidad de Kazan —recitó, más protocoloriamente que por orgullo, puesto que dudaba que pudiera ubicarla mucho. Seguro que había leído publicaciones suyas, pero no era una superestrella de la física como para que se quedaran con su nombre fuera de su campo más concreto—. En primer lugar, déjeme felicitarla por sus logros académicos. Parece usted un ejemplo de superación para todas las chicas jóvenes interesadas en la ciencia o cualquier disciplina académica —guardaba un respeto profundo por lops estudiantes de carreras humanísticas y sociales, puesto que aportaban el marco en el que las ciencias técnicas cobraban sentido en su aplicación; y en el caso de las mujeres además elevaban la sensibilidad humana que tradicionalmente se les había reservado a ellas a la categoría de ciencia—. Será un placer contarle lo que quiera saber, pero sepa que es posible que me tenga usted que contar a mí más cosas de las que yo pueda aportarle. De un tiempo a esta parte, me he centrado mucho en mi campo.