Partida Rol por web

Jon había cumplido con su guardia, como si se tratara de una mas allá en el muro, salvo que ahora tenía muchos mas motivos para poner su vida en ello. Su padre y el resto de "cuervos" se dispusieron a resguardar distintos puntos de la fortaleza con intención de que nadie pudiera ingresar y atentar contra los allí presentes, pero la mala noticia es que los asesinos ya estaban dentro.

El ambiente en la sala del trono no podía ser menos pesado al descubrir los cadáveres que había dejado la noche, cuando el escuchar las palabras de Varys hizo que a Jon le hirviera la sangre Acaso estos es un chiste para ti? No pudo hacer otra cosa que, por lo menos, reclamarle al eunuco por su irónico comentario y sin esperar una respuesta de él, prefirió dirigirse a donde estaba su padre para poner la mano sobre su hombro cuando este contemplaba el cuerpo sin vida de Benjen No descansaré hasta dar con el responsable de todo esto. Dice en apoyo a la casa Star y a la guardia de la noche.

Esto no parece al azar, al acabar con uno de nosotros, no pueden buscar otra cosa que acabar con quienes protegían la fortaleza para dar paso al resto de traidores... Ya lo ha dicho Lord Varys, es una rebelión, no quieren que nadie vuelva a tomar ese trono. Dice señalando al trono de hierro aun enojado por el modo de decir las cosas del eunoco.

Negó lentamente con la cabeza en dirección a Tyrion y al Perro, haciéndoles entender que no hacían falta los gestos que le habían hecho.

- No podemos permitir que jueguen con nosotros. -Añadió. Tras lo cual comenzó a caminar ayudándose de su bastón para acercarse a Cersei, que estaba claramente muy afligida.- Siento mucho la pérdida, algo así no es fácil para ningún miembro de la familia, pero no me puedo ni imaginar el dolor por el que debéis estar pasando. Perder a alguien con el que compartisteis tal nivel de intimidad... -Negó suavemente con la cabeza y posó con delicadeza su mano en el hombro de Cersei.- Alguien con el que incluso compartisteis vientre materno... Desolador. Realmente desolador.

Veo que cada familia alguno más que otros estaban desolados por la perdidas de los fallecidos, pero no eran formas como se comportaban unos... porque también tenían que tener sangre, y deberían de importarles el mimo sentimiento por las pérdidas y muerte que hay, de cada familia que somos humanos, pero estaba visto que solo les importaba el dichoso trono.

Oí a lo que dijo Jonh nieve y veía bien por la formas  era normal que estuviera furioso, también escuchaba de fondo a lo que dijo Olenna y demás gente. Pero quise aporta unas palabras que llevaba dándoles vueltas estos días…

Con voz contundente les dije a todos  - Podrá ser una revolución pero no creo que sea ahora que entremos en guerra, es una forma decirlo. Porque sabemos que lo que esa pasando no es normal, pero también ay que encontrar el modo que nos estemos a la defensiva en cualquier momento, tenemos que encontrar al culpable o el culpable nos encontrara nosotros.

Robert se mantenía callado mirando los muertos un Stark y un Lannister. Uno de los hombres mas poderosos de la Guardia de la Noche y hermano de su amigo. Y el asesino de reyes y hermano querido de su esposa.

El orondo hombre se sentía entre la espada y la pared, sin duda un par de muertes de gran peso en esa reunión y algo para remarcar mas si cabe las palabras del eunuco. Los avaros, parias y ratas de todos los reinos reunidos para como buitres lamer los huesos del trono. Pero era momento de mostrar respeto a quien mas sufrían por las muertes de sus allegados.

Primero se presento frente a Lyanna.
-Siento vuestra perdida, estoy a vuestro servicio y rezare por él.-No quiso agobiarla con su presencia y camino hasta su amigo Stark.

-No te preocupes amigo, daremos con los asesinos de tu hermano, que hayan ido a por tu familia y a por la mía.-Después de todo Jaime era su hermano político.-Es un acto de guerra en toda su expresión y una cobardía, pues de haber sido en duelo ninguno de ellos hubiera muerto, castigaremos como se merezca al culpable.

Finalmente cogió vino y paro detrás de su esposa que aun lloraba la muerte de su amado hermano.
-Llora con fuerza mujer, que sepa, que no le olvidaras y que su asesino se le clave en la cabeza tu llanto, pues tendrá que gritar mucho mas alto cuando demos con él y lo degollemos como un cerdo con oxidado cuchillo.

Observo hablar a su hermano pero no continuo por ese camino pues una voz llamo su atención.
-Curiosas palabras las de una Targaryen que sin duda anhela su trono de vuelta. Dinos, ¿Donde esta tu hermano? Escondido en las sombras esperando a que nos matemos entre nosotros ¿Para coronarse?-Contesto a Daenerys Targaryen con fuego en los ojos, o tal vez ya estaba borracho, quien podría diferenciarlo.

- Así es, mi señor. Considero que el Señor de la luz sabe que esto es necesario para el futuro de nuestro reino y por esto, no ha dado información concisa. A pesar de todo, Él siempre sabe lo que hace - dice con el mismo tono solemne que siempre suele manejar.

- Porque la noche es oscura y alberga horrores. El Señor de la luz es el único que ilumina nuestro camino - sus palabras resonaban por toda la habitación como si de una sentencia se tratara, pero las muertes de la mañana evidenciaban la veracidad de éstas.

Mira a Robert y le dice - Comparto su posición, mi señor. Creo que la señorita Targaryen presenta una actitud que esconde más que lo que revela. Y creo que Benjen Stark fue escogido como víctima, precisamente por ser un blanco con una única mira: Tyrion Lannister - mira al duende y luego prosigue - Por esto, considero que alguno de aquellos que se dedicarán a cazarnos lo han escogido como víctima y todo para poder culparlo a él -.

El dolor me invadía plenamente, detestaba este lugar, los motivos de la reunión y el mero hecho de estar aquí abrazando a mi hermano que ha muerto. El odio a medida que transcurrían los minutos se apoderaba de mi como una loba que defiende lo que mas ama, me habían lastimado cruelmente al quitarme de los brazos a Jaime. Sólo deseaba matar a alguien, a ese culpable que se esconde detrás de un gran lord decorado por su casa y el dinero que lo apoya incondicionalmente. -Sólo deseo descubrir al maldito culpable y destrozar su cuerpo, que pueda sentir el dolor que estoy padeciendo. Con su sangre es la única forma de que pague semejante atrocidad.- los pensamientos lideraban mi coherencia desvirtuando todo, la sed de venganza era mas fuerte que cualquier actitud comprensiva sobre la situación.

Mientras sobrevivía a mi caos interior, el resto de las personas congregadas a la reunión iban surgiendo como moscas en la leche, observando todo falsificando una actitud compasiva hacia mi persona. Pude notar como mi hermano el gnomo intentó acercarse a mi pero finalmente desechó la idea. -Gracias a los dioses que no lo hizo- susurré para mis adentros. 

De repente, siento una leve caricia a modo de apoyo por parte del perro, no pude evitar correr la mano rápidamente y mirarlo con desdén y desprecio. -Cuantos atrevimientos se toman algunos de las casas menores, en vez de consolarme porque no cumple con su trabajo para eso le pagamos.- ignorando su actitud permanezco en los brazos de mi hermano. Por unos instantes los diálogos se perdían en el medio de la nada, no me interesaba escucharlos toda una noche para despertar con estas situaciones que te parten el corazón. 

Para agregarle mas calamidades a mi día el meñique honrará a mi hermano hasta la eternidad, a veces me pregunto-¿ Este hombre en algún momento de su vida dirá alguna verdad sin un interés de por medio? vaya gente me rodea, aunque siempre me ha resultado bastante útil.- Le regalo una sonrisa por sus nobles palabras simulando que aprecio su buena intención.

Observaba como los lobos también inundados de dolor especulaban y buscaban encontrar el culpable dentro de sus ideales del "honor y la lealtad", en mas de una ocasión suspiraba rogando que todo acabara de una buena vez. El momento mas falso de mi dichosa vida me lo regaló Olenna Tyrell con sus indirectas y compasivas palabras.- Guarde sus palabras para situaciones en donde su persona esté involucrada o alguno de su familia. Nadie tiene el derecho de opinar sobre mi o de los Lannister, espero que le quede muy claro.- desvió su mirada y espero que la anciana se alejara.

Las palabras de mi esposo finalmente me resultaron sinceras, algo tenemos en común aunque seamos tan diferentes y es el dolor por la pérdida seguido de una sed de venganza. - No exageres Robert, solo busco vengarme de quien ha matado a mi hermano, ahora sólo estoy lidiando con el dolor. Espero que puedas cumplir con tu promesa pronto.- esas fueron las últimas palabras que pude expresar ante tanto dolor y tanta falsedad abrumadora.

No sabía si estaba ya el señor Robert Baratheon borracho o del mismo odia por las muertes de este día. O por querer desviar el tema, y meterse con mi hermano, porque no podría ser de agrado de la gente, pero aquí cada uno tenía sus diferencias  en las formas de pensar de cada casa y como querer gobernar. Pero no iba permitir que me pisoteasen o que faltara el respecto a mi hermano. Le mire sería a Robert Baraheon . – Mi hermano no está en las sombras estará ocupado con algún agente de nuestra casa o donde quiera que esté. No soy su niñera es mayorcito de hacer lo que tenga que hacer. Pero sé que él no  es de las personas que disfruta que los demás nos estemos matando.  Hago una pausa  y continúo. – Veo que tiene la copa de vino vacía, mejor se lo llenen. Se lo dije en un tono irónico al ver su compostura que parecía que estuviera un poco bebido.

Ignoró la discusión de su hermano, o al menos, no participó en ella... era evidente que unas copas de más le hacían hablar bravuconamente, pero sí respondió a Melisandre.

-No sé si la niña de cabellos plateados tiene algo que contar o no- dijo tajantemente- por si acaso estaré atento pero no creo que tengamos demasiadas pruebas. No estoy demasiado de acuerdo con acusar simplemente por cosas circunstanciales.

Pocas eran las personas que le caían bien en esa sala, aunque respetaba a la mayoría. No le gustaba precipitarse, y acusar falsamente a un inocente era lo que no quería. Por eso le llamó la atención que algunos ya comenzaran a señalar a otros.

-Lo de acusar al enano- esa palabra podría ser ofensiva, aunque su intención no fue esa, si no que fue lo primero que le vino a la mente para describir a Tyrion- me parece algo vago. Si es tan listo como él piensa que es- cosa que en realidad parecía posible, pues había oído que era tan listo como vicioso- no lo sería si va a por la primera persona que lo señala, y más cuando lo más normal es que no tuviera nada serio contra él, apenas llevábamos unas horas aquí. Claro que puede que todo sea una estratagema para hacernos pensar eso- a fin y al cabo había bromeado con sentarse en el trono de hierro, aunque Stannis creía que simplemente era por llamar la atención- pero como dice lady Melisandre, creo que más bien la intención del asesino era acusarle.

Y no pudo olvidar que fue Lyanna quien remarcó hoy este hecho. Así que la miró.

-A no ser que usted tenga alguna evidencia más de su culpabilidad, creo que no votaré a Tyryon Lannister.

Bryden se encontraba frustrado con todo, no esperaba que el asesino se revelara inmediatamente pero encontrar una actitud sospechosa en el resto debia ser facil. Por lo que buscaba una accion extraña en los individuos reunidos.

No habra mas alternativa que votar por el que cada uno piense, ateniendose a la realidad que posiblemente le cueste la vida a alguien. comento antes de guardar silencio, era algo que deseaba recordar a los presentes que acusaban sin mayores motivos que la rabia. Aunque talvez seria mejor que dejarlo al azar.

Olenna se alejó de Cersei, parecía sorprendida por la respuesta de esta.

- A mi me pasó igual cuando perdí a Luthor... Una buena herramienta es una buena herramienta, eso nadie puede negarlo. -Murmuró, como hablando consigo misma.

Al oír las palabras de Olenna ante mi pésame me aparto avergonzado.

- Oh lo siento mi señora. Es cosa de la edad. ¿Sabe? Mis ojos creyeron ver más de lo que realmente es, sin ninguna duda. Parece que al fin y al cabo pasar un largo tiempo en el muro sí pasa factura.

Me acerco a Jon aún colorado y guardo silencio esperando a que pase la situación embarazosa.

Martin estaba agotado, su cerebro empezaba a sobrecalentarse, y prefirió dejar enfriar su escrito antes de volver a él.

Estiró  los brazos entrelazando los dedos, hizo rotar su cuello sintiendo como sus vertebras volvían a su sitio en un encadenamiento de crujidos.

Estaba saturado, necesitaba bajar el manto de la noche, dejar que sus personajes reposaran.

Siempre hay calma antes de la tempestad pensó y rió en pequeñas notas que podían ser confundidas con una tos seca.

De pronto una melodía atravesó las paredes de su despacho, una melodía conocida por todos los hombres desde su más temprana edad: El carrito de los helados.

Martin se calzo a toda prisa y salió corriendo al encuentro del heladero. Ante él se extendía una inmensa y eterna hilera de niños y no tan niños.

Martin jugueteaba con las monedas de su bolsillo inquieto, ansioso por hacerse con su helado favorito. Empezó a morderse el labio preocupado cada vez que uno de esos enanos sonrientes abandonaba el carrito devorando como salvajes wargos.

Solo quedaban tres cabecitas, tres y ese hielo industrial que abría las puertas del paraíso invernal sería suyo.

Tres, dos, uno… ¡Al fin! Pensó sacando las monedas de su bolsillo en el preciso momento en que el heladero desenvainada su rotulador y dibujaba una “X” sobre la carta de helados.

Martin sintió como el mundo se derrumbaba a su alrededor y de las entrañas de la propia tierra se elevaba la furia de de todas las personas que, como él, habían sido traicionados por el gremio de heladeros.

¡¿Kalise para todos?! ¡¿Kalishe para todos?! ¡¿Khaleesi para todos?! ¡Khaleesi para nadie!

Volvió a grandes y pesadas zancadas hasta sus escritos, cogió la pluma de matar y se puso manos a la obra.

La noche empezaba a cubrir la sala del trono, había sido un día agotador para todos los presentes, las muertes, disgustos, tensión, sospechas, enfrentamientos… todo desgastaba de sobremanera.

Pero de pronto todos lo vieron claro, solo uno de los presentes se mantenía fría, fría cual bloque de hielo. Impasible y sospechosamente ajena a todo.

Casi al unísono las miradas de los congregados  se posaron sobre la joven Targaryen.

Ella.- señaló alguien y otras voces hicieron eco de esa escueta acusación – Sí, ella. Ella. – Pronto las voces formaron una estampida de venganza que cayó sobre Daenerys.

Y cuando quisieron darse cuenta había Khalessi para todos.

Loras mira a su al rededor, viendo como unas cuantas manos se levantan señalando a Daenerys, y no puede evitar cerrar los ojos, ella formaba parte de esa pequeña alianza que se habían hecho las 3 familias, Tully, Tyrell, Targaryen... Aunque ahora pasaban a ser 2. Abre los ojos una vez Daenerys muere y mira a los demás. Finalmente rompe su voto de silencio, pues solo había hablado más que en privado con su familia.

-Felicidades -aplaude a los que votaron a Daenerys frunciendo el ceño- Habéis matado a una inocente. Estaréis orgullosos, ¿verdad? -furioso mira a todos- Entiendo que estemos perdidos y no sepamos a quien votar, pero seguro que la votasteis simplemente por ser Targaryen. -niega con la cabeza y suelta un soplido de indignación.

Se acerca al cuerpo de Daenerys, se quita la capa y la pone encima suyo para taparla. Luego se dirige hacia su abuela y se pone al lado de esta con los brazos cruzados.

De la misma forma que las picas señalan al cielo, varias manos se elevaron para condenarla. Tyrion no sintió lástima por ella. Su rostro asimétrico no se inmutó, y más que una persona, el Gnomo parecía echo de piedra. No se movió, ni dijo nada, no miró a nadie. Sin embargo, no pudo evitar sentir un deje de cierta culpabilidad. ¿Y si lo que estaban haciendo los llevaba a una guerra sin parangón?

Por supuesto que nos llevará a una guerra, estúpido, le dijo una voz en su interior. Así comienzan todas: con fallos irreparables y muertes equivocadas.

Suspiró, finalmente. Y lo que parecía una estatuta, se movió en aquel enorme Trono, y se acomodó un poco más. Aunque no lo consiguió. Las puntas de aquellas espadas se le clavaban más que nunca y pensó que había sido por su error. Por el error dde todos.

-La hija de dragones ha caído- dijo Tyrion desde aquella silla helada-. Repito una vez más: si elegimos matar votando, ¿por qué no elegimos gobernar de la misma manera?

Le salió aquella pregunta sin pensar. Pronto se arrepintió de haberla formulado, pero, en el fondo, pensaba que podía ser posible un gobierno a través de un pequeño concilio. Que los grandes señores se reúnan y decidan qué hacer con los Siete Reinos, todos juntos, sin que haya una cabeza por encima de las demás. Porque, de lo contrario, esa cabeza rodará, y dos más ocuparán su lugar. Y, de nuevo, una guerra se alzará.

-Los hombres deben purgarse de vez en cuando, ¿verdad?- Una sonrisa apareció en su rostro-. Las guerras no son suficientes. Somos nuestra enfermedad y nuestro propio remedio.

Así sea, le dijo una voz en su cabeza.

Bryden mira con tristeza el cadaver de la Targeryan enfrente suyo, finalmente habia sido una joven inocente que habia muerto antes de su tiempo. Imaginaba que en este momento su hermano le reprimiria por dejar que muriera una posible buena esposa de Edmund, pero eso le podia importar menos. Agradecio a Loras su gesto con una inclinacion mientras miraba con sospechas a los que la habian votado.

Descansa joven, tu muerte no sera en vano te lo prometo... dijo situandose cerca del cadaver de ella.

-¿Inocente?- Lord Stark dejó sentir su voz en respuesta a las quejas del caballero de las rosas. -Bien que vos también habéis votado, Ser Loras.- Aclaró, pues todos, incluso la pequeña Arya y el ingenuo y bobalicón de Hodor, habían tenido que emitir su voto. Muchos de ellos aceptaron a regañadientes, Eddard entre ellos, a acceder a esas macabras seleciones, pues no todos los congregados les había gustado la propuesta del Pez negro, si bien, habían aceptado la decisión de la mayoría.
-Habéis votado, y sin mayor certeza de saber quién es o no inocente. No tenéis más datos que el resto. En caso contrario... os sugiero que nos iluminéis. Os invitamos a ello. ¿Qué ha hecho mi hermana para merecer vuestro voto más que la Targaryen?
¿Cómo lo justificáis?- Se quejó mientras se encontraba limpiando el filo de Hielo, su enorme espada negra de acero Valyrio. Él había señalado, como otros de la sala, a Daenerys y, como tal, quiso llevar a cabo la sentencia. No había honor, ni satisfacción, ni orgullo en ello, pero no le tembló el pulso, y cortó su cuello con la clemencia de un solo golpe certero, no era la primera ni la segunda mujer que ejecutaba. En el Norte era juez y verdugo, un guardián que no delegaba sus responsabilidades. Había escuchado sus últimas palabras y había leído su mirada y nada le convenció de lo contrario.
No habia leído y oído más que insolencia en ella, y, en ningún momento, no la habia creído más inocente que al resto, pero sí menos afectada e insensible a los problemas que atenazaban y amenazaban todo poniente.

-Las razones por que la votamos son claras. Se mantenía apartada y ajena a la nube que nos rodea y nos encierra, y eso la hacía sospechosa a los ojos de la mayoría. Vuestro Rey, vuestros muertos, vuestros problemas. Lo hemos debatido y expuesto abiertamente.
Vos votastéis a Lyanna, os repito. ¿Teníais una mejor o más poderosa razón para hacerlo?

Enfundó su arma y respondió a aquel enano que se había proclamado rey del descanso.

-No lo elegimos, porque no funcionaria.- dedicó su mirada fría sobre Tyrion. Gobernar en consenso era una propuesta demasiado innovadora para el Señor de Invernalia. -Es una idea muy interesante, no lo niego, me ha conducido a más de una reflexión, pero un consejo encabezando los Siete Reinos, sin un rey o un delegado, en su defecto, para tomar una decisión final, no podría funcionar y las razones son las siguientes. En cualquier cuestión de Estado, por urgente que sea, se pierde velocidad al tener una elección. Y la velocidad con frecuencia es clave. Por otro lado, como señaláis vos, lo tenemos aquí, no nos ponemos de acuerdo ni en si deberíamos respirar, como ponernos de acuerdo con cada asunto de Estado, la mayoría más complejos que algo de instinto.Luego, está que cuando un error lo comete uno, las faltas y las consecuencias le pertenecen. Muchos decidiendo se escurre el bulto y un crimen o negligencia queda impune. Aquí tenemos a Ser Loras diciendo "no fue mi mano" aunque se ha decidido por mayoría ejercer una votación.
Y la última razón que os doy es la siguiente: ¿A quién obedecerá la guardia cuando reciban ordenes opuestas?-
A Ned no le gustaba la situación, no la aplaudía aunque la joven hubiera caído por su mano, pero menos aceptaba que se desvirtuara.
Miró al joven caballero de las flores al ver cómo le atendia tras devolver con respeto la cabeza junto el cuerpo bajo aquella capa que le habían extendido, y pensó que no sentía su cabeza mucho más afinanzada sobre sus hombros que la extranjera Kaaleshi. Sabía que en aquel juego de tronos, cualquiera podía morir.

Con mirada fria pero sonrisa entre su poblada barba que dedico a su mujer quien le había votado, pensaba que dejaría a un lado el odio a su persona para hacer algo importante, pero peco al pensar que su mujer lo vería como su defensor y no como una oportunidad de librarse de él, pero que podía esperar de su mujer, una Lanister después de todo.

-Maldita sea Ned, eres puro oro, si de mi dependiera serias coronado nuevo rey o mi mano en caso de serlo yo mismo. Mejor no podías haberlo dicho. La niña a muerto como otros morirán o moriremos. Por desconfianza, No nos eches la culpa a nosotros caballero, hazlo a los perros traidores que no dan la cara y se esconden tras los que no saben defenderse. Estoy seguro que de haber salido a quien votaste no te hubiera temblado la voz si descubrieras que era inocente y menos aun tendrías esas palabras para ti mismo, no seas hipócrita. Si hemos fallado recemos a los dioses porque la próxima vez no sea así.-Golpeo su estomago y noto que estaba vació.

-¡Varys! Donde tienes a los sirvientes tengo sed. Hablar reseca mi garganta.-Busco al eunuco sin mucho éxito.

Había algo en las palabras de Eddard que compartía, no había demasiadas evidencias contra nadie, era difícil encontrar al traidor, quien sabe si alguien había votado correctamente o no. Sin embargo, él votó porque creía que podía estar en lo correcto, y así lo dijo.

-Lord de Invernalia, aún a riesgo de equivocarme en mi voto, yo considero que, al menos para mí, había razones para sospechar de Lyanna...- Eddard les había dicho que expusieran sus argumentos. Fueran concluyentes o no, Stannis creyó conveniente compartir con todos sus sospechas- fue la primera en acusar a alguien, alegando que el cuervo le había señalado, cuando es muy posible que esa fuera la intención del asesino al matar a Benjen. Sé que no es prueba suficiente, y supongo que vos también tendríais motivos para desconfiar de Daneerys Targaryen frente al resto al margen de su sangre de dragón y las acusaciones de mi hermano-  miró a Eddard, indicando que le escucharía gustosamente a que planteara sus inquietudes como él mismo hacía ahora- pero el hecho de que su hermana votara a otra persona pese haber acusado a Tyrion no me hace si no seguir desconfiando de ella. Siento si me equivoco, pero sin duda yo no negaré lo que pienso ni lo ocultaré.

No iba con su carácter actuar a las espaldas de nadie. Si tenía que matar o morir lo haría de frente, con la lengua y a la luz del sol.

- La mayoría ha hablado -sentenció de manera evidente el Perro a través de un murmullo. "Que cada uno lo interprete como quiera", añadió mentalmente para sí.

Si la Targaryen era la culpable del asesinato del cuervo, se había impartido justicia en aquel concilio de locos ávidos por el trono. Y si Daenerys era inocente... "En las guerras se pierden más hombres", se justificó Sandor ante su falta de remordimiento. 

Lo cierto era que el comportamiento de la mujer de cabellos plateados había sido sospechoso para el Perro desde el principio: no se comprometía a explicar la verdadera razón por la que estaba allí cuando ponía su posición ajena a los Siete Reinos, y justificaba su presencia con vagas obviedades sobre reyes justos y gobernantes buenos. "Cuando lo que es una obviedad es que todas las casas estamos aquí como aves de rapiña ante el hedor a muerte del rey Gregory que aún despide el Trono de Hierro".

Stannis Baratheon y Eddard Stark discutían sobre la justicia de sus votos, y sin embargo el Perro consideró que los argumentos del segundo de la casa del venado eran totalmente justificables. Estaba claro que al lobo le molestaba la votación hacia su hermana, pero poco había hecho por callarla cuando la larga lengua de Lyanna acusó alegremente al Gnomo por un motivo tan pobre como el que la Stark había defendido.