Partida Rol por web

-Tienes toda la Razon Señorita Penny,no dije nada anoche por que tenía la ilusión de que "ubretes" viniera a mi habitación e intentar convencerla de terminar con esta locura,bien? De acuerdo... ya que no vino me fui a cotillear en la habitación de Bennett y vi los indicios,bien? Esta mañana iba a bajar como siempre,pero al ver el teatrillo del conato de asesinato me he decidido,Señoras y Señores,realmente,realmente creen que han fallado los asesinos? Estando ya amordazada y supuestamente incosciente... ha sido un asesinato interruptus? Seamos serios... es imposible, estoy muy muy dolido,quizas no soy el mas listo del corral,pero me duele que se burlen de mi y mas aún me duele que gente que me a dado la razón me de la espalda.

Los insultos eran cada vez más fuertes. Los de siempre, el escritor, la francesa y Schuls eran los que más discutían entre sí. A Sally no le gustaba ninguno de los tres. De la francesa se fiaba como persona, más que de los otros dos. Pero sus métodos era algo que nunca aprobaría la viuda. Quizá fuera cierto eso que decían de que las francesas eran más deslenguadas y desvergonzadas que las mujeres de otros países. 

De todos modos, estaban allí para encontrar asesinos, no juzgar a nadie. y creyó que Everett hizo algo de lo que él se quejó, pero que hacía a otra persona. Ignorarle.  -  Creo que no me ha respondido claramente por qué si sospechaba primero del párroco dirigió sus sospechas a Penny y por qué hoy mismo aparentemente está haciendo algo similar, culpar a Yvette para que no nos fiemos de ella pero inculcar nuestras sospechas hacia otro lado. ¿Por qué hace eso?

-Creo que hay mas de uno,mas de dos asesinos diría yo Señora Miles, no aguanto mas esta tensión e hipocresía, aun dudo del Parroco,pero a ciencia cierta se que son "ubretes" y la Señora Bennett,bien? Me estoy exponiendo por usted y usted y usted,todos,quizas he puesto la soga al cuello de mi misma,yo mismo,mi persona,pero es la pura verdad,dudo del Parroco,de alguien mas y se que Bennett es asesina y "ubretes" le paga,eso no quita que hay mas de un asesino en nomina,visto que en una noche murieron tres y por muy buena que sea Bennett eran mas...

Creo que hay algo que debo aclarar porque parece que no está claro.

Confío bastante en Yvette a pesar del odio que me profesa y de que no la considere una amiga. Lo dije ayer noche, expuse los motivos y pedí que se tuviera muy en cuenta la necesidad de mantenerla con vida. Hoy todo es más confuso, pero lo único que estoy pidiendo para confirmar es más información y me ofrezco como cobaya para obtenerla. Ni estoy faltando, ni discutiendo.

Y por si acaso aun se entiende lo contrario he dicho que incluso estoy abierto a la posibilidad de que todos esten diciendo la verdad en sus actos, aunque por mi propia experiencia de ayer, les recuerdo que las conclusiones basadas en esos actos reales pueden no ser correctas. Por ejemplo, las posibilidades que Cray le muestra a Everett (en cuya lógica sigo sin entender por qué Bennet y no la supuesta propietaria) significarían que incluso si Everett no miente sus conclusiones pueden estar erradas. Otro ejemplo le estoy diciendo a la señorita Mercier que el hecho de que sepa que no soy negrito (si es eso lo que dice) no significa que sea asesino. (Simples matemáticas: 10 negritos, 21 personas. Si todos los no negritos fuesen culpables no habria habido juego macabro, habría habido masacre). Es más, para que Mercier abra los ojos al hecho de que lo del doctor fue un error le ofrezco la posibilidad de que yo demuestre no ser asesino (aunque si lo hago ahora no sería algo que provocase trabas a los asesinos, no en las condiciones actuales) y de esta forma ella viva en sus propias carnes lo que se siente al señalar a un inocente covencido de su culpabilidad pero erroneamente sin las fatales consecuencias de ayer.

No tengo que cambiar nada. No sufriré ningún desengaño ya que ninguna estatuilla se romperá por ti. -Repito por enésima vez al pesado de las narices. -Gusy por mi parte puedes hacer y decir lo que te dé la gana que no me voy a creer nada que venga de ti. Menos cuando te contradices tú solo. Hasta hace solo un momento, estabas jurando que eras un libro abierto y que no tenías nada que ocultar. Ahora que te he acorralado, ¡Por fin! reconoces que ocultas algo. Ya es un paso. Pero hasta el momento lo único que has demostrado es ser un mentiroso, un embaucador y un liante.

-Haz lo que que te dé la gana, yo tengo claras mis ideas y no vas a liarme por mucho que marees. Solo espero que esa "demostración" de tu inocencia sea mejor que la acusación que hiciste ayer sobre el doctor. -Digo aunque al instante me arrepiento de haberlo dicho. -¿Qué he hecho? Ahora se tirará cuatro horas seguidas hablando.

Terca hasta el fin.

Digo negando con la cabeza. Luego me giro al resto.

Si me siento amenazado por vuestros votos haré la demostración. Espero que al menos me deis la oportunidad claramente tal y como yo se la di de explicarse al doctor o al mayordomo. Os aseguro que yo no desperdiciaría esa oportunidad. Después de todo, ahora que el alma de la fiesta asegura que no soy negrito no me siento amenazado por los asesinos tanto como por las votaciones.

La razón de no hacerlo salvo in extremis, para aquellos que no se cierren automaticamente a cualquier cosa que salga de mi boca, es que, si bien no soy una amenaza para los asesinos, hay momentos más propicios en los que ayudar a los inocentes.

Por favor, ahorrese el volver a llamarme mentiroso. Que se que loestá deseando. Ahorrese ese ridículo

-Como he sostenido hasta el momento, si no hay pruebas que demuestren lo contrario, yo creo en la inocencia de los presentes. A partir de lo dicho por la señorita Cavendish, al menos 3 de nosotros no lo son, pero hasta el momento no hay pruebas sólidas que apunten a uno o a otro. Cavanough, por el momento sólo tenemos la palabra de Yvette de que usted no es un negrito. Como hemos dicho varios anteriormente, eso de por sí no constituye una prueba de culpabilidad así que cuenta con mi confianza. Me preocupa más el tema de la señora Bennett, quién ha sido señalada por dos personas diferentes, dos que incluso se acusan mutuamente de faltar a la verdad. No quisiera precipitarme, pero hasta el momento es la persona que tiene todos mis votos.

Margaret continuó su exposición de manera pensativa.

-Por otra parte, señora Dupont, me llama la atención que de pronto su verborragia haya desaparecido y que sin embargo haya acusado en el día de ayer a la señorita Mercier, sin ningún justificativo de su parte. Casualmente la mucama duda de su inocencia, pero no lo había expresado hasta el momento. Por qué la animosidad de su parte hacia ella entonces? Qué nos está ocultando?

No contaba a Everet entre los sospechosos, pero no entiendo ese repentino ataque por su parte,- ¿Porqué quiso citarse conmigo? Y ¿Por qué me ataca después de no querer acudir a la cita? ¿Quería matarme en la cita? -Demasiadas preguntas sin respuesta, prefería usar mi don con otra persona, pero no tengo alternativa. Esto me lleva a centrarme, a fijarme y a observar a Everet durante un buen rato.

Mi instinto de normal es algo sutil, pero en esta ocasión me grita alertándome cómo no me había gritado contra ningún otro habitante de la casa. Hasta el punto de tener que apoyarme en el marco de una puerta para no perder el equilibrio.      

-Tsk. Va a hablar de hacer el ridículo –Me urge más lo que acabo de descubrir que perder el tiempo con el tonto l´haba del Sire pero aún así no desperdicio la oportunidad de devolverle el dardo envenenado -Siempre habla el que más tiene que callar.

Aún pálida me giro hacia Owen y Elisabeth, las únicas dos personas en quienes confío sin reparos. Me dirijo a ellos en voz baja, aunque no tanto como para que no me oiga el resto. A fin de cuentas me importa un bledo tanto que me oigan como que no.

-Owen, Elisabeth. Registrad la habitación de Everet.- Les pido.- Lo haría yo misma, pero prefiero evitar suspicacias. Está escondiendo algo terrible.

Si esto fuera una situación normal no me importunaría, pero se que usted es dueña de todos y cada uno de los pasadizos ,pasillos y rincones de esta SU mansión, Señora Ubretes, si antes vamos TODOS  a su habitación y a la de la Señora Bennett y bueno por que no… podríamos ir a la habitación del Señor Cavanough y la del buen párroco… alguien mas duda de alguno de los presentes? Hacemos  “le tourné” por la mansión?

-Revisad mi habitación si queréis. No me importa. Pero haced lo propio con la de Everet.- Pido asustada. Alejándome de él y procurando mantener la mayor distancia posible.

Para no rellenar el hilo con off topic te lo pongo a ti y tu decides si enviarselo a Yvette ;)

Everet hace lo propio y se pone lejos de ella.

Antes de nada quiero decir algo, bien, vale? Vamos…

Cállese madre que esto es serio, que si que lo digo, ya sabe donde guarda las pastillas, si me he lavado detrás de la orejas, no hay mas gente muerta con quien pueda hablar usted? Sii soy igual que mi padre, bendito sea por dejarla abandonada.

Everet comienza a hablar como si no hubiera pasado nada.

Yo no deseo su muerte Yvette, el tono de Everet es serio y conciliador, mira directamente a Yvette y después uno por uno al resto de contertulios, no voy a votarla, no quiero que nadie la vote, no es contradictorio a mis palabras, usted a errado, yo también, en fin todos en algún momento de nuestras vidas, incluso el Doctor unas 134 veces…, yo quiero que maten a la asesina que en este caso es Bennet, así terminaría la pesadilla, así usted nos podría ayudar a desem, demascara, bueno a saber quienes son los asesinos, con usted muerta estamos de nuevo con los ojos vendados, bien? Vale…, no quiero que mueran mas inocentes, aunque si estuviera aquí mi madre volvería a matarla a esa zorra del infierno maldita sea!!!,

Everet se peina y respira.

Quiero decir que lo que hicimos fuera no tiene que salpicar dentro,bien? Vale… estamos de acuerdo? Pido disculpas por mis modales, quizás no tengo el don de palabra como ya dije antes, pero mis señalamientos no son infundados y no quiero que muera alguien que no a matado como es Yvette, quiero que muera Bennett, menos asesinos, mas posibilidad de que vivamos, es de primero de escuela.

Aquella conversación ya era un callejón sin salida y solo podían aclarar algo revisando las habitaciones.
Vamos a revisar la habitación de Everet por ese cambio tan radical que ha hecho respecto a Yvette al amenazarlo justamente de eso, de revisar su habitación. Luego la de sir Gustave ya que él mismo se ofrece para disipar sospechas. La de Yvette por la misma razón y por último, ya que voy a encabezar las inspecciones, la mía propia.
Luego miró hacia los demás Quien quiera seguirme está invitado, quien quiera impedírmelo que lo intente. Maldita sea ya! Owen estaba ya realmente furioso por las locuras y las divagaciones de aquel loco. Sabía sus últimas palabras no le iban a hacer ganar popularidad en absoluto, pero en esos momentos era lo último que le importaba.

Sally creía haver sido la primera el día de hoy que tuvo sus dudas sobre Everett, así que la idea de registrar su cuarto le pareció buena. En realidad estaban vulnerando su derecho a la intimidad. Pero cuando moría gente, la intimidad cobraba menos sentido.

-Si no les importa- dijo mirando a Owen e yvette, que era los que habían sacado el tema- podría ir con ustedes. El comportamiento de Everett y su cambio en las sospechas cada día- no se le iba a olvidar que atentó contra el párroco sin muchas pruebas para luego votar a otra persona- me hace desconfiar que podría ocultar algo.

Penny miró al señor Schuls con cierto escepticismo ante la respuesta que le dio, pero no le dijo nada más, tan sólo escuchó cómo la discusión parecía cobrar otro cariz.

- A mí también me gustaría ir. - Intervino cuando Owen los invitó a la pequeña expedición. No era como la investigación que habían planeado la noche anterior en el salón, pero al menos no se quedaría allí sentada esperando quién sabe qué. - Y si quieren registrar mi cuarto también, no tengo inconvenientes con ello.

Se levantó y miró hacia Wesley. 

- ¿Vienes? - Le preguntó haciendo un pequeño gesto con la cabeza antes de salir tras el señor Cray.

-¿Primero me acusa y ahora dice que se equivoca? – Pienso confusa. No consigo desentrañar los motivos por los que se conduce el extraño joven, pero el vello erizado de mi nuca insiste en que tenga cuidado con Everet.

Sigo al grupo, procurando ir siempre por detrás de Owen.

Y sin más dilación, con un fervor que se extiende entre los presentes como lo haría entre la muchedumbre sublevada portadora de antorchas, estos improvisados expedicionarios o masa de investigadores amateurs se lanzan a la busca y captura de indicios que arrojen luz sobre los temas debatidos, guiados por el vital señor Cray.

Encontrándose en la planta baja, salieron al pasillo y, como lugar más cercano Owen les invita a pasar a las habitaciones del servicio. En una de ellas, descansaban los señores Dyle y Cray, el primero ya fallecido. En la otra hacían lo propio las señoritas Morstan y Mercier, el estado de las cuales no es necesario recordar. Ambas habitaciones eran idénticas en su distribución. Un medio tabique separaba el espacio en dos, dejando un paso más que holgado para el tránsito, a cada lado de éste había un camastro y una cómoda, así como otros elementos comunes de tales lugares. La diferencia más notable es que, si bien a la habitación de los hombres se entraba por una puerta que daba directamente al pasillo principal, a la de las mujeres se accedía por una puerta que daba a la cocina.

La inspección ocular de ambas estancias, incluso tras la osadía de más de un huésped de abrir cajones y armarios, no aportó pista alguna sobre la culpabilidad o inocencia de los implicados.

Una vez satisfecha la curiosidad, salió Owen al pasillo, seguido por los demás, y se encaramó a la escalera situada entre la cocina y el comedor para dirigir sus pasos y el de su nutrido séquito al piso de arriba.

Así fueron entrando en diversas habitaciones que se encontraban por el camino. Las habitaciones de las señoras Miles, Dupont y Barrow, las de los señores Arbuthnot, Cavanough y Clement, la de la señorita Cavendish y la señora Bennett. En ninguna de esas habitaciones se encontró nada que ofreciera base para una sospecha fundada.

La última de las habitaciones registradas en el piso superior fue la del señor Schuls. Al principio parecía que el resultado iba a ser igual de infructuoso pero, en un cajón que alguien había abierto y las inspecciones oculares preliminares habían descartado de fuente de pistas, el señor Cray distinguió algo que podría ser interesante: un sobre idéntico a aquel recibido por los invitados. El interés radicaba en que este sobre permanecía cerrado.

El revuelo que tal revelación causó no tuvo la más mínima consideración por la privacidad del señor Schuls, así que el sobre fue abierto y su contenido exhibido en público:

Querida "señora Owen";

Las cosas van mejor de lo que esperaba, el juego es todo un éxito. Tanta ira, tanto miedo, tanta confusión... ¡Ah! madre se está divirtiendo cómo nunca. Pero esto no es lo mismo sin ti, espero con ansia el día en que te reúnas conmigo.

Siempre tuyo; E.S.

Director: Edito para poner esta respuesta sólo para los dos. ¡La de trabajo que me estáis dando! XD

Everet comienza a reír como un loco y señala a Yvette con el dedo.

Te tengo asquerosa víbora deslenguada,  dice mientras se mete la mano dentro del pantalón en la entrepiernas, cera a un ojo mientras busca hasta que saca una mini libreta de tapa blanda,negra y con una goma eelástica, dentro asoman hojas amarillentas , madre no sabe leer y no entendería esa nota,por eso jajajaja,cagate zorra,por eso llevo años con este diario, comprobar que esta es mi verdadera letra! !!!!!!!! Creiiiiias que estoy loco?  Sinceramente puedes pero,pero esta es mi letra! !!!!

Puta.

Owen había empezado por su propia habitación dejando que los hombres de la expedición buscasen tanto como quisiesen. De esta pasaron a la habitación de Yvette y las mujeres del grupo se encargaron de buscar a fondo en sus pertenencias. Quizás para no parecer culpables ante los demás, unos y otros fueron añadiendo a la lista de aquella revisión sus habitaciones*. Así se procedió, las habitaciones de las mujeres eran revisadas a conciencia por las mujeres y la de los hombres por los hombres. Aquel a quien removían la habitación se presentaba nervioso, nervioso por aquellas cosas privadas -nada relacionadas con el macabro juego- que ninguno de aquellos ojos deberían ver, quizás por otras razones...quien sabe. La búsqueda continuó, infructuosa hasta llegar a aquella última habitación donde encontraron aquella carta.