Partida Rol por web

[HLdCN] 2x Diez Negritos

Planta Superior, Habitación 10

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16/03/2015, 16:48
'Director

Agh! Cierto! Esta partida es una locura! XDDD

Pero no te perdiste nada. Sólo te habrías enterado que Margaret volvió tarde de sus correrías y se fue a dormir.

¿No estoy ni vivo ni muerto? ¿Ni podré usar ni pasar la información? U___u' 

Estás muy muerto. Eres un espectro que encanta la casa. ^__^

Tranki, todo a su debido tiempo. Durante el día actual tienes el privilegio de continuar morando entre los vivos, con lo que podrás completar la información recibida (quien no se consuela es porque no quiere ;)), luego nunca se sabe lo que nos depara el futuro.

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16/03/2015, 22:05
Benoni Fausto Predatore

¿Cómo podía ser que el último momento de su vida fuese el más feliz?

“Papà, ¡padre!” Entró un crío sudando en la tienda después de una frenética carrera por las calles de pequeña Italia. “¿Has prestato denaro al signor Caravaggio, Papà?”

Benni era hijo del dependiente de unos ultramarinos. Su padre era un hombre viejo en apariencia para su edad, de corta estatura, enclenque y bastante calvo. Su frente estaba surcada de arrugas por la preocupación, no obstante, tenía un rostro bondadoso y una mirada feliz. “¿è vero?” Insistió con inquietud carente de incredulidad.

El italiano miró a su hijo y le respondió con una caricia de la mejilla hasta el mentón. “Benni, Benni. Sua famiglia vive en la miseria hijo, al señor Caravaggio acaban de operarlo y nadie va a darle empleo con un solo brazo. ¿Qué puedo hacer? Necesitan una ayuda hasta que su hijo Pablo encuentre un lavoro. ¿Quieres verlos tirados en la calle muertos por la hambruna?”

Había oído un rumor a voces de unos chicos de los suburbios, y había dado una carrera para saber cuanto había de cierto en ello, al escuchar a labios de su progenitor la verdad, Benni se cruzó de brazos y puso cara de morros, nada convencido, pensando en que la Navidad estaba próxima.

Observándolo atentamente y algo deshinchado por tener que justificarse diariamente ante las constantes protestas de su amado hijo, suavizó su tono de voz para decirle. “¿Qué dice Dio de ayudar al prójimo?”

Para aquello el niño no tenía respuesta pero quedó tranquilo. Supo casi al instante que otro año las fiestas serían más bien “humildes” para él y sus tres hermanos: Miguel, María y él, que era el mediano.

Y así fue, como los años anteriores y los que estaban por venir. A pesar que su padre era un buen y duro trabajador que se esforzaba de sol a sol en un negocio que funcionaba y recaudaba no así su familia nunca se prodigó en la abundancia. Aquél hombre era generoso con todo el mundo, un buen vecino que no dudaba en ayudar a quién lo necesitase y que con frecuencia daba más de lo que se podía permitir.

Pero mientras los ingresos siguieron entrando no hubo ningún problema, aunque todo empeoró cuando llegaron las fiebres.

Era una mañana de invierno, el primer frío de ese año desnudaba los árboles perezosos que no se habían desprendido de sus hojas en Nueva York. María tenía seis años y no se pudo levantar como las otras mañanas.

La medicación recetada era dudosa y cara, los ahorros menguaban y día tras día la pequeña no parecía mejorar demasiado débil su vida se quebraría como pétalos secos pisoteados. Los ultramarinos, tampoco auguraban tiempos más prósperos. Durante el verano anterior añadieron a la plantilla “sangre joven” para ayudar con todo el trabajo. Mes tras mes aquél nuevo dependiente aprendía y sumaba nuevas competencias. “Necesitáis un brazo joven para tanto cliente.” Argumentaba el propietario, hasta que fue obvio que “el brazo joven” estaba allí para concluir con un pronto relevo. Al final lo evidente fue un hecho y los ingresos cesaron y nadie quiso contratar aquél buen samaritano que tan generoso se había mostrado con sus vecinos. La gente es pronta en pedir y tardía en recordar. No obstante, la enfermedad se propagó alargando su abrazo entre los distintos miembros de la familia, acusó al padre y finalmente se cobró a Miguel, quién por constitución y salud parecía poder mantenerla a raya no así viéndose obligado a aguardar cama.

En la necesidad Benni, quién siendo joven no restó otro para llevar adelante la familia recordó a todos los “Caravaggio” que su padre en un tiempo tuvo a bien de ayudar. Pero la respuesta fue en todas las puertas la misma negativa, incluso los mismos que se vieron amenazados de morir de hambruna en las calles, quienes no solo habían remontado la desdicha sino además gozaban de buena fortuna después de un lustro de los favores de la Diosa fortuna.

Benni aprendió una lección. El mundo era egoísta y si quería sobrevivir en él y mirar por los suyos habría que ser cazador antes que presa.

Con los años, el cachorro crecería y se haría león. Endureció su corazón y no dejó que nada hiciera mella en él, ni cuando lo apodaron con una infinidad de malos nombres y motes que versaban sobre su sobrepeso, ni se dejaba amilanar por las miradas de los americanos que posaban sobre ellos sin reprimir ni velar un sentimiento de pintado desdén, acompañado de un trato que casi rozaba al que se podría destinar a los leprosos.

El león levantó muros protegiendo sus sentimientos y se forjó en la batalla como un guerrero audaz y tenaz, que perseguía con ímpetu cuanto quería, hasta que lo conseguía.

Creciendo siempre antes de tiempo, como cuando perdió su virginidad.

Tenía trece años. Los otros jóvenes italianos decían que la mayor arma de seducción para conseguirse cualquier “ragazza” era el habla y las buenas palabras. Benni defendía, sin conocimiento de causa, que lo que nunca fallaban eran los buenos masajes.

La ocasión de poner a prueba su absurda teoría llegó el día que la joven más popular y bella de pequeña Italia, Lucrecia, se topó casualmente con él en la calle cargada de una cesta llena de frescas naranjas, pues trabajaba en la frutería de su padre en una tiendecita cerca de allí.

Ambos muchachos de la misma edad se habían visto y habían crecido juntos, como todos los del barrio de su generación, ni más ni menos.

La ayudó a recoger el desperdicio y se ofreció a darle un masaje al dolorido cuello consecuencia de la caída. Y ahí, sin mayor amparo que un callejón tuvo la osadía de poner en práctica lo que predicaba, declarando sus intenciones en la confiada joven con un atrevido beso en el cuello. Años después conseguiría conquistarla y convertirla en su primera esposa, pero en ese instante se llevó un buen bofetón y tan solo vio a la joven, como una gacela asustada, salir a buscar refugio lejos de él.

En las alturas le llegó una risa clara y estridente. Benni levantó la cabeza pero sus cejas fruncidas se suavizaron al reconocer a su tía observándolo desde las alturas, cinco años mayor que él y de quién siempre se había sentido encaprichado a pesar de todas sus bromas y burlas. “¿Por qué no me lo das a mí, Benni? Quizás así aprendas a hacer masajes.” Se burló, pero él seguiría con su tesis y su juego, otra vez ofreció un masaje y cuando osó tocarle un pecho, ella cedió a abrirse impulsada por la curiosidad y atraída por la seguridad que desprendía aquél joven muchacho que nunca podría aspirar a más.

Décadas enteras después, allí estaba Benoni Fausto Predatore de pie flotando a un par de pulgadas del suelo, junto a la cama donde lo había visto en su mejor momento y en el último, pero en su mente bailaba aquél beso apasionado, largo, y comedido con una mismísima Diosa que era Ágape, embelesado por una infinidad de recuerdos que iban desde el primero hasta justo antes de que atentaran contra su vida, dos veces.

Sin pretenderlo se descubrió con una sonrisa envuelto de recuerdos amargos, que habían dejado de serlo.

Entonces sintió la llamada, la laguna reclamando su presencia. Leyó en su mente la imagen impertérrita de su amada flotando bajo las aguas, y él custodiándola hasta que volviese a su lado. Y sin saber porque, pronto supo que no era necesario velarla. Supo con la misma certeza en que había tomado cada decisión en su existencia sobre la tierra, que esa alma seguiría impoluta, intocable. Nadie la podría mancillar, lo sabía con la misma certeza que quería quedarse para vigilar y preservar aquella consciencia querida, que se había mudado de otras carnes. Y con esa convicción decidió hacerse a un lado e ignorar una orden aparentemente irrefutable. La protegería aún al coste de su perdición, de quedar expulsado y condenado de la paz eterna. Decidió quedarse entre los vivos pero sin ser nunca más uno de ellos. Ojos vigilantes y ¿quién sabía lo que podría hacer? Al fin y al cabo ¿no los habían visto aquél par durante el transcurso de la noche? ¿No habían sido testigos de que una comunicación entre vivos y muertos era posible?

Bien valía la apuesta, se repitió mientras el paso se cerraba para quizás volver abrirse nunca más.

Un rayo de sol despuntó en el horizonte. Esperanza y quizás más. El italiano se dejó bañar y traspasar por su luz, sin sentir su calor. Aún así, era algo que nunca creyó volver a ver y lo recibió ensanchando su sonrisa.

Como cualquier otro huésped, Fausto, se paseó por la mansión entre los que aun les latían sus corazones, contemplando una tras otra las escenas servidas con horror como espectáculo previo al desayuno y que cerraría varios estómagos. No obstante tanta masacre, al igual que no lo había hecho el sol, no calentaba su sangre.

Se reunió con los demás sin que ellos fueran conscientes de reunirse con él. Lamentó no poder paladear la comida que sobre la mesa se pudría, ni llenar sus pulmones del sabor oscuro del tabaco. Y por encima de todo ello, se desoló por no poder besar de nuevo a Ágape.

Miró con interés a Erasmus y sintió un profundo alivio a la vez que una indescriptible extrañeza. Escrutó aquél cuerpo distinto, aquellos labios distintos, aquellos ojos distintos, pero la misma mirada. Y se preguntó como podía ser que el resto no pudiera ver lo mismo que él.

Pero las circunstancias no podían nublar el buen humor de Predatore. Ante la incredulidad de la aun joven Beddingfeld se rió, con ganas y sin la necesidad de medirse por nada exclamó sin freno. -¿No se puede creer que ese necio fuera un assessino? Jajajaja. ¡¿Cómo puede ser tan estúpida?! ¡¿Cómo pueden serlo todos?! ¿Será otra di essi?- Contempló la posibilidad al ver que desviaba la atención en temas menores. Pero él, sabía a la perfección de al menos dos de los conspiradores, más los otros nombres que alegremente y en la confianza que otorga la ignorancia le habían hecho conocedor. Ragazza, como te maldecirías si hubieses escuchado planear la muerte de unos cuantos a ese “señor” Arbutnot.- Se mofó, feliz de saberlo muerto. -¡Ahí lo tienen!- Aplaudió cuando encontraron el silenciador. -¡¡Mira que se lo dije a ese patán de “Barrow”!!- Se quejó sin remedio y sin oyentes. –¡Ya lo lamentará, cuando sua "sorella" cumpla lo prometido y vaya a por él!- Profetizó como una maldición.

Mientras, se preguntaba ¿qué sería aquello de los negritos? ¿Por qué los obsesionaba tanto? ¿Y por qué cuando lo explicaron no prestó atención?

Notas de juego

Pero no te perdiste nada. Sólo te habrías enterado que Margaret volvió tarde de sus correrías y se fue a dormir.

Graccie. ^^

Pues no necesito más. XD

Estás muy muerto. Eres un espectro que encanta la casa. ^__^

Mooooooooooola. XDDDDD Cómo ves lo exploto feliz. ^^ Aunque no lo reviso ni lo trabajo más que se me ha hecho tarde XD

Tranki, todo a su debido tiempo. Durante el día actual tienes el privilegio de continuar morando entre los vivos, con lo que podrás completar la información recibida (quien no se consuela es porque no quiere ;)), luego nunca se sabe lo que nos depara el futuro.

¡Oh! Me consuelo, me consuelo. solo que tenía ganas de poder contar a alguien mis descubrimientos. X'DDDDDDD

Todo perfecto en serio.

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17/03/2015, 09:41
'Director

¡¡¡¡¡Magnífico post!!!!!

^__^

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17/03/2015, 16:40
Benoni Fausto Predatore

Notas de juego

^__________^ ¡¡Gracias!!

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17/03/2015, 20:34
Benoni Fausto Predatore

El fantasma errante expulsado del edén contemplaba lo que pasaba entre los salones de aquella mansión perdida en el océano como quién ve una película y se implicaba como quién sigue un partido de su equipo favorito jugándose una final. Pero al igual que si estuviese en las gradas, ocupando uno de los asientos más alejados del terreno de juego sabía que los jugadores no podían oírle y que no podía intervenir con sus consejos en la jugada, aun así, la pasión que le hacía ser buen italiano no podía reprimir sus protestas y observaciones.

Se rió de las lágrimas de cocodrilo cuando Penny, o como fuera que se llamase, entró a velar los cuerpos caídos. Sonrió ante la hipocresía con la que lamentaba la muerte del escritor y aplaudió cuando está terminó su actuación casi verosímil, pensando que deberían por ello ofrecerle alguna especie de galardón. –Gente, deberíais ir a por ella y arrancarle los zanne como a cualquier réptil.- No había dicho otra cosa desde que murió pero lo muros parecían tan sordos como se lo hacía su hipotético hermano. Por su lado éste, el “médium” como lo habían apodado en la laguna intentaba desviar la atención como siempre a temas de menor importancia e incluso intentando culpar a los muertos de sus desgracias. De haber tenido fuerzas y manos tangibles Fausto se hubiese manchado las mismas de sangre por primera vez, estrangulándolo él en persona. Sus ojos destilaban ira e impotencia por no poder saciarla.

Luego, cuando habló la criada, él respondió con un exagerado aspaviento, como dirigiendo una invisible orquestra y dispuesto a aplaudir las palabras de la joven que no solo era busto sino que además demostraba poseer algo de sentido común. Al fin, alguien apuntaba lo obvio. Cuando señaló a Penny la aplaudió con mayor vigor. Entusiasta.

Pero la serpiente aun tenía veneno, no solo en la lengua sino en sus hechos, cuando se hizo con el botiquín y sacó aquél frasco dispuesta a auxiliar a la persona equivocada (bueno, claro que no para ella) él sumó su voz a la del resto aunque la suya no podía oírse y las voces no detenían las acciones de los vivos.

No obstante, se tranquilizó antes del resto cuando vio que vertía el líquido en los labios, pues poco sabía de medicina pero imaginó que tal resolución debería ir con hipodérmica por vía intravenosa. Se quedó tranquilo pero su odio no disminuyó, esa mujer era un peligro que debían sofocar como cualquier incendio antes de que se cobrase la vida de Ágape por segunda vez.

Habló de nuevo Barrow. Aquél hombre iba a la suya más fijo que una estaca y más errado que el Titánic. -¡Qué imbecille es ese hombre!- Se quejó. -¿Nadie puede pegarle un tiro para que se calle?  No verá su estupidez hasta que esté defunto. Lo cual me da igual, lo peor es que arrastra muchos otros con su ceguera.

Cuando Penny volvió con su estudiada oratoria y su fingido victimismo Benoni miró a los presentes para saber cuanto habría calado tanta ristra de mentiras. Al terminar, se rió con ganas renovadas de ella. Negando con la cabeza y dedicándole un gesto claro en su dirección. Un pulgar mirando hacía abajo. –Ragazza, espero que sean listos y te hagan caer antes de lo que pronosticas.- Sentenció con firmeza y sin perder del todo la confianza con el intelecto humano o al menos de los simios en general.

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18/03/2015, 09:11
Benoni Fausto Predatore
Sólo para el director

Notas de juego

Maestro, no sé si tengo derecho a votación ni donde dejarlo. Pero... por si acaso dejo mi voto aquí:

Voto por Penny Barrow.

Knock,Knock,Knock, ¿Penny? Knock,Knock,Knock, ¿Penny? Knock,Knock,Knock, ¿Penny?

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18/03/2015, 13:16
'Director

Notas de juego

OK!

XDDDDDD

Me he descojonao yo solo con la tontería.

^__^

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18/03/2015, 18:31
Benoni Fausto Predatore

Se estaba hartando de las palabras de Penny y en especial de su supuesto hermano que mucho decía que haría, pero, como siempre, quedaba en nada, acaparando y usurando toda la información, como un viejo avaro al que tenían que visitar sus tres fantasmas.

No obstante, el italiano no estaba para cuentos y menos para representarlos, estaba saliendo de sus casillas de frustración e impotencia al ver que los vivos nuevamente se distraían con banalidades y temía que aquella horrible mujer por consecuencia de ello a escaparse y eludir su merecido destino: la horca. No iba a permitirlo o, al menos, no iba a quedarse de brazos cruzarlos sin intentar nada. Furioso decidió que al menos sí escenificaría una de aquellas tantas historias de fantasmas y probar si tenía tal poder, pues hasta el momento cosas en las que jamás creyó no solo las sabía ciertas sino que era protagonista de ellas: otro mundo tras la muerte, posesiones, gente que podía comunicarse con los muertos, paseos fantasmales entre los pasillos de una mansión... ¿Qué más podía ser cierto? ¿Había probado de mover algún objeto concentrándose? ¿Hacer volar cosas? ¿Atacar a alguien?

Su ira crecía viendo acercarse la noche y temiendo por la seguridad de su amada Benoni probaría algo desesperado y si eso no funcionaba quién sabe si hasta se pondría agresivo. No lo veían pero al menos probaría hacerse ver. En su mente se formó una idea.

Observó la habitación mientras los tertulianos filosofaban sobre la existencia más allá de la muerte perdiendo un poco el norte de sus objetivos. Vio la mesa puesta y llegó a la conclusión que su mejor baza era probar de dejar un mensaje a los vivos, orientarlos un poco más hacía el camino correcto.

Decidido aquél hombre sin forma probaría de volcar la botella y verter el vino sobre la mesa, o hacerlo caer al suelo para que se rompiese y una vez vertido con él, en el suelo (o en un espejo o pared) escribir "Pennny asesina", si no funcionaba probaría de agarrar entre sus manos un cuchillo para grabar lo mismo o finalmente probaría suerte con algún sencillo pintalabios, dado que dudaba que esa mujer coqueta careciera de alguno, más bien poseía la convicción de que seguramente tendría mil.

Fausto, estaba dispuesto a mancharse su alma o condenarse eternamente si con ello podía salvar alguna vida, eso había hecho, por él, el amor y todos los infiernos que se había visto obligado a visitar. No los temía, había sido testigo de lo peor y estaba dispuesto a volver a ellos pues el peor infierno era el fracaso y no poder ayudar en lo que de seguro se lo había reclamado, hacer algo en pos de los vivos era la explicación, la única explicación que daba sentido del porque estaba allí. Así que de no funcionar sus planes, tenía la absoluta resolución de lanzarse contra la mujer e intentar atentar contra su vida, fuera estrujando su cuello con sus manos etéreas, o poseyéndola para gobernar su cuerpo y hacerla saltar por la ventana, a malas con ella correría de nuevo el dolor de la muerte clavándose un cuchillo en el vientre.

No cesaría al menos en su empeño. No quería ser más espectador de aquél partido, él quería saltar al terreno de juego y marcarse un Homerun.

Notas de juego

Me he descojonao yo solo con la tontería.

XDDDDDDDDDDD Pues me alegro mucho. ^^

Y Fausto no es hombre fantasma de quedarse impasible viendo como sus planes van al agua, o a la laguna. XDDDDD Así que como el hombre de decisiones y negocios que fue prueba algo a ver si funciona :P Sino... pues es lo que tiene la muerte. XD

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19/03/2015, 00:42
'Director

Gracias por la idea. Me ha ido muy bien.

XD

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19/03/2015, 00:59
'Director

Por acertar con tu voto, puedes permanecer esta noche pululando por la mansión, tal y como hicieras ayer.

Por tanto, vuelves a tener tres paseos nocturnos para disponer de ellos a tus anchas.

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19/03/2015, 10:41
Benoni Fausto Predatore

Notas de juego

Gracias por la idea. Me ha ido muy bien.

XDDDDDDDDD

Ya lo he visto. ¡¡Ha sido impactante y brutal!! ¡Un aplauso de a pie! ^______^

No lo habría hecho mejor... el detalle de alargar la cola de la "Y" hacia su persona y detenerse a un palmo me ha encantado y como lo has hecho hablar en italiano.... genialísimo XDDDD Hasta siento algo de verguenza de haber tenido el descaro de elegir un PJ italiano sin apenas conocer el idioma. XD

Viendo que te andas mucho mejor igual me aprovecho y te utilizo :P

XDDD

Luego miro de poner un post, pero me da que en algún momento tendré que sentarme y ver toda la información, que por una vez no estoy tomando apuntes y hay mucho que sé que no he analizado. XDDDD Y me descuadra mucho lo que dijo Yvette sobre Dupont (eso lo digo para mí, no coments XD)

Te diré los paseos en cuanto sepa donde voy. Hay que pensarlo mucho, será difícil atinar tanto como la pasada noche y quizás vea si consigo comunicarme con Erasmo de alguna forma, aunque falta que me perciba :P

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19/03/2015, 19:13
Benoni Fausto Predatore

Dudando y sin actuar no era como se llevaban los negocios, sino con decisiones y mano firme, así que una vez tomó la decisión el señor Predatore puso esfuerzos para llevar a la práctica su plan.  El resultado fue el que hemos podido leer, no fue fácil conseguir descorchar el champagne pero una vez se habituó a concentrarse para mover objetos físicos, el resto fue como aprender a ir en bici, pedalear para no caerse.

Lo más complejo fue escribir el nombre, le supuso un desgaste considerable pero la expresión de horror pagó la pena y el italiano se dio por compensado, y tanto le ardían las ganas de terminar con aquella harpía que precipitó los hechos que llevarían a tan tortuoso desenlace. La emboscada estaba servida, su presa no tenía donde huir así que se abalanzó sobre ella: hambriento de justicia y sediento de sangre.

El mundo se hizo oscuro, luego borroso y finalmente confuso pero cristalino.

Jamás había sentido los latidos dentro de su pecho, la respiración inconsciente agitando su cuerpo, el riego sanguíneo corriendo por sus venas palpitando en su cuello con tanta claridad. Nunca uno puede sentirse tan vivo como después de estar muerto.

Una sonrisa surgió en su alma aunque no pudo dibujarse del todo en aquél rostro.

Luego, rió. Desinhibidamente como solía hacerlo. Sin preocuparse de como lo juzgaban.

No obstante, la vida no pudo tantearlo con quedarse en aquélla carne nueva. Benoni tenía un trabajo, una misión sagrada qué hacer. Y la ejecutaría.

Profesó su manifiesto y se automutiló, sosteniendo con vigor el cuchillo, vacilando menos que un japonés dispuesto a recuperar su honor, ignorando el dolor indescriptible del que también estaba siendo objetivo y “víctima”.

Cuando todo terminó y murió por segunda vez, supo que camino tomar para no seguir la luz, ignoró otra vez la llamada y se agarró con garras a aquél mundo. Cuando la puerta se cerró, se alejó satisfecho hacía a su habitación donde podría trazar necesarios planes y ordenar sus conocimientos, con la seguridad de un trabajo bien hecho.

 Otra menos, la más peligrosa, quedaba una.

~

En algún espacio fuera del tiempo, más allá de los recuerdos que le evocaban esa cama en su habitación el italiano pudo poner hecho tras hecho de los que tenía conocimiento en orden, y descubrió que sabía más cosas no había imaginado. Pues sus paseos nocturnos anteriores y las revelaciones que trajeron el alba, más lo que ya sabía y le habían dicho, sumaban un buen registro de informaciones.

Fausto, quién cuando hacía uso de su intelecto podía ser astuto como el mismo demonio que lo tentó, comprendió sus certezas y resolvió aun más sus errores. Los asesinos eran más de los que había sospechado de buen inicio. Seis. Los cuatro que pudo desvelar de buen inicio cuando ellos mismos se delataron al presentarse y excusarse en la biblioteca: la Barrow, Arbuthnot, Morstan y Dupont. Y dos más: Prudence y Dyle. Uno advertido por su amada Ágape y otro por su amigo el doctor. Confirmada ella por los mismos conspiradores la noche anterior y él aunque solo fuese mencionado como uno de los dos caídos. Así que a tenor era casi una certeza pero no una completa irrefutable seguridad. En vista de ello, las piezas encajaban con una sencillez asombrosa, cada votación, cada nombre susurrado, cada pista falsa, cada mentira.

Poco a poco todo cobraba sentido.

Intentó concretar los tres factores de la batalla* lo que sabía, lo que sabía que no sabía y lo más peligroso: lo que no sabía que no sabía y que podía hacer que perdiesen el campo.

Analizó cada muerte una a una, lo que había oído de Barrow y Arbuthnot y lo que le había dicho su amante, más lo que oyó de la conversación entre Crowden y el que debería de hacerles de enlace con los vivos pero que eludía sus aparentes obligaciones impuestas: Barrow.

La primera noche, él mismo murió a manos de aquellos asesinos contratados por su incognito anfitrión, como lo hizo Von Baach la segunda noche, como lo hizo Morstan en la tercera y como lo haría y pudo ver y escuchar Miles en la cuarta. “Mal movimiento” Se dijo refiriéndose a ese último, pues tenía la ligera convicción que si la muchacha sabía quiénes eran los objetivos y quienes no… y viendo las votaciones en su mente… sería casi seguro la misma persona que los había contratado. Con algo de suerte no cobrarían sus honorarios. Con esa idea en mente no pudo evitar sonreírse.

¿Quién era el alma en pena? Se preguntó. Esa era fácil, recordó cuando vino y supo que no erraba al pensar en el mismo reverendo a quién le usurparon sus derechos de nacimiento.

Ágape se había quitado ella misma la vida al verlo muerto, al igual que hizo Arbuthnot por Prudence. La comparación le asqueó por completo.

Las palabras de su amada volvieron a su cabeza, el hombre del cuerpo que ocupó lo había eliminado a él, luego atentó contra el Doctor, el italiano se preguntó como su amigo eludió el abrazo de la muerte, y finalmente, con mejor cerebro llevando las riendas extirpó el veneno de Morstan, Prudence y Arbuthnot con ella. Muy acertada su Diosa en sus planes.

Pero…

¿Quién había matado Crowden?

El problema le llevó un tiempo, los recuerdos a la Laguna volvieron nítidos. Y la respuesta se hizo evidente, reforzada por las mismas palabras de la señorita que él mismo había tenido a bien de exterminar. Sir Cavanough con su inyección letal del botiquín. ¿Le habría devuelto el favor Crowden cuando anduvo de nuevo entre los vivos? Sin duda era un buen motivo para descargar más de cincuenta puñaladas. Solo dos motivos, según su entender, podían mover a un ser humano a tal villanía: venganza o sadismo. Uno apuntaba al orondo Crowden y el otro… al alemán alojado ahora al cuerpo de la última conspiradora en vida. Jacqueline Dupont.

Lo que le llevaba a una duda irresoluble: ¿POR QUÉ? ¿Por qué la señorita Mercier señalaba a esa mujer como si estuviese libre de culpa? ¿Por Von Baach? Era una posibilidad aunque le extrañaba que ese ser repulsivo hubiese podido limpiar ninguna alma. Yvette se comportaba extrañamente, Benoni sabía de su culpabilidad. Además, le escamaba su silencio y su oportunos comentarios cuando siendo muerta reencarnada tuvo a bien de propinar. Pero no era la única en comportarse de forma extraña, aparte de ella y el mil veces estúpido Barrow estaba también el extraño comportamiento de Crowden.

Finalmente le preocupaba otro detalle… ¿Y si quién hubiese despachado al lord escritor se hubiese hecho con otro maletín? Aún podría haber otro más con el derecho sobre la vida y la muerte de los presentes.

Y luego quedaba lo de los negritos que no comprendía del todo. Pero si cada uno marcaba un objetivo y quedaban seis… ¿Quiénes habían sido los otros cuatro? En la cena habían diez. Se maldijo por no darle importancia en su tiempo y no preguntarlo.

-Hummmmmmmm…- Rumió largamente mientras sentía que debía de ponerse en marcha sin más dilación.

Cuando lo hubo casado todo en su mente resolvió darse tres paseos para intentar discernir lo que no sabía que sabía: el primero de su habitación al salón, con la esperanza que los vivos volvieran a reunirse allí para contrastar información, era difícil dadas las circunstancias, pero bien valía el intento.

Luego, de ahí volvería a visitar a los falsos sirvientes: Mercier y Craig en su habitación, quizás volvían con suerte a verlo y podría intentar comunicarse con ellos de alguna forma. Y concluiría la noche con una visita ineludible y obligada, su amada Ágape con la esperanza de poder comunicarse con ella y protegerla de cualquier posible mal.

Notas de juego

Desde las 2:30. Releyendo, tomando apuntes y trazando los hechos. XDDDDDDD  ¡Maldita sea y aun hay cosas que se me escapan! Pero daré con ellas :P

Doy tres paseos:

1º. Mi habitación hasta el salón.
2º. Habitación 9 planta baja. (Donde supongo que estarán Mercier y cray, y la mitad de la plantilla fantasmal XD)
3º. Habitación 3 planta baja, con Erasmo Ágape.

*Palabras prestadas del Capitán américa que no recuerdo de quién las tomó, pero que siempre van bien por ser ciertas. XDDDD

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20/03/2015, 19:34
Benoni Fausto Predatore
Sólo para el director

La habitación nueve parecía vacía, no obstante los ocupantes de la noche anterior seguían residiéndola, en silencio, quizás asustados por quién pudiera escucharles.

Pero esa vez, Fausto, no fue a visitarlos para husmear y recabar información, ni siquiera para meterles (aun) el miedo en el cuerpo o para desechar sospechas, esta vez pretendía comunicarse con ellos de modo alguno, convencerlos de seguir el camino correcto, ni que fuera mediante signos con la esperanza que lo vieran como la otra vez.

Cuando estuvo allí los miró y se situó enfrente, e intentando recordar lo que había aprendido esa misma tarde, recurrió algunos trucos. Intentando hacerse más tangible, descendiendo la temperatura y si nada de eso funcionaba buscaría de algún objeto con el que escribir algún mensaje. El italiano paseó su vista escrutando en busca de las mano de cartas que le había tocado.