Partida Rol por web

 Tras dejar atrás el hall y las conversaciones que allí se han mantenido, encaras la puerta de la cocina. Empujas suavemente. Esta abierta.

Se respira quietud y olor residual de los guisos preparados de la cena. Todo está recogido y en su sitio, parece que el servicio ha hecho su labor como es debido.

Sin embargo, una pintoresca figura ocupa una silla. Más bien ocupa dos. Al principio te cuesta reconocer al joven Everet bajo su gorro de dormir, con borla, el pijama-camisón de aquellos que dejan las piernas al aire, la mantita sobre los hombros, sus pies apoyados en otra de las sillas y haciendo una bufanda de lana a ganchillo. Una taza de leche humeante sobre la mesa completa el cuadro.

Wesley Barrow entra en la Cocina, empujando suavemente la puerta de esta y ajustándola a su espalda. Observa con gesto de sorpresa a Everet Schuls, con su peculiar atuendo.

Buenas noches Caballero.... Dice levantándose de la silla y ofreciéndole una para que se siente, perdone mi atuendo pero no podía dormir y bueno decidí prepararme una taza de leche caliente, se le ofrece algo?

Wesley lleva su ropa habitual del día. No ha intentado dormir aún. Se puede apreciar que está cansado, algo despeinado y sus ojos irradian preocupación. Saluda al joven con un gesto de cabeza. - No soy un caballero, ni mucho más mayor que tú. Llámame Wesley. - Dice tratando de sonar despreocupado, pero claramente lo está. Comienza a servirse un vaso de agua. 

- ¿Sabes? Tenía la esperanza de encontrarme contigo hoy. No te guardo rencor por lo de antes. - Comenta antes de dar un trago. - Estoy algo seco. - Menciona mientras deja el vaso en la mesa y se sienta al lado. - La verdad, desde un primer momento te tomé por alguien de confianza. Esto que no salga de aquí, pero no me gustan los ricos petulantes. Sin embargo, a mi herman... Hermanastra, sí. Por eso aguanto estos formalismo, por ella. - Saca un pitillo gordo y nudoso, el primero del día. Ofrece uno y fuego a Everet dejándolo en la mesa. - Solo es curiosidad, ¿pero hay algo que te haga desconfiar de mi?

Señor Barrow, quiero decir Wesley, quería disculparme por la votación, créame que no tengo nada contra usted, tampoco voy a mentir y decirle que me cae bien ya que no hemos hablado salvo ahora, dejémoslo en un neutral con pintas de positivo, bien?

Everet le señala la silla y se incorpora educadamente hasta que el se sienta a su lado, no sabia a quien votar y saqué un viejo dado y salió el 4, enumere a los “participantes” y le tocó a usted, a ti, mi intención era votar al violador, pero la verdad que lo vi demasiado obvio, tampoco he visto una gran participación con respecto al resto, votos muy diseminados, pero ninguno a mi, eso es que nadie me considera para nada, es mas ni me hablan, básicamente habla Cavanough y todos le siguen, pero en que cambia el del resto? Por que se ha vuelto pastor del rebaño y es mas … es un lobo disfrazado de oveja?

Creo que estoy hablando demasiado, jajaj bueno, bueno… cuénteme usted, aun tenemos horas por delante y tengo que terminar esta bufanda, le gusta?

- Te entiendo, no pasa nada. - Responde tranquilo, dando una calada de su pitillo. - No puedes imaginar en cuantas cosas te entiendo... - Dice con una risa de la que brota humo. - Es decir, digo que puedo hablar con los muertos, ¿y casi nadie se sorprende? Prefieren seguir con absurdas cábalas y liándose con sus palabras. Eso es lo que no me gusta de los ricos. - Señala la puerta con su pitillo. - Lo que diferencia a Sir Gustave del resto es que no calla y se las da de mucho. Tiene a mi hermana loca, y no me gusta. Bueno, hermanastra, supongo que escuchaste que tenemos apellidos distintos por el gramófono... Es mi familia, eso es lo que importa, y no me fío del todo de ese tipo. - Se inclina hacia delante y mira a los lados, como quien va a contar un secreto.

- ¿Recuerdas al gordito? ¿Crowden? Ayer me reuní de noche con Sir Gustave, y se hacía la víctima, diciendo que este le había amenazado en el pasillo. Que temía por su vida. ¿Qué me dice el rellenito desde el otro lado? Pues que eso es una mentira. - Vuelve a crear distancia y sus ojos se muestran dudosos. - ¿A quién creerías? ¿Al vivo o al muerto que no tiene nada que perder?

Everet escucha muy atento a Wesley, incluso asiente a sus palabras sobre Cavanough, da un trago a la leche y sigue haciendo punto, recuenta los que lleva y continua hasta que Wesley termina de hablar, entonces le mira serio y se inclina hacia el.

Otra cosa no encontrara en mi salvo sinceridad Wesley, pero créame lo que le voy a decir, no se si fiarme de usted, por dos motivos, su don es algo que roza entre la realidad y la fantasía, por Dios, hablar con los muertos, gracias a Dios no puedo, ya que de poder ya mi hubiera suicidado al oír a mi madre a diario jejejej,  le da un pequeño codazo cómplice, el siguiente motivo que me hace desconfiar  y que conste que no es por su culpa es … Wesley… todo el mundo a pasado de usted, quiero decir, si pudiera hablar con los asesinos muertos alguien le hubiera preguntado un “que tienen que decir?” no cree? Pero han pasado todos, solo miraban al titiritero Cavanough, otra cosa que me da mala espina es el violador, la gente pasa de el, cuando es un serio problema para las damas… no se…

Suspira apenado,  me gustaría confiar en alguien, poder hacer cosas en común para descubrir al asesino o asesinos entre asesinos… pero no veo a quien, disculpe mi franqueza pero es que nadie me a oído antes y creo que tengo buenas teorías, pero me siento verdaderamente vulnerable e ignorado y me duele, si usted gusta y créame que no miento, me gustaría quedar mas veces con usted y si es posible con su hermana, no creo que el titiritero sea buena influencia, no se… tengo tantas y tantas dudas, esta noche después de hablar con usted me daré una vuelta a ver que puedo percatar, pero veo que es una tarea arto difícil ya que como ve nadie, nadie , nadie me a invitado a ninguna reunión, ni creo que lo hagan

- Estoy en una situación muy parecida, de hecho. Hoy solo me he visto con mi hermana en mi cuarto, para decirle mis desconfianzas sobre Sir Gustave. - Le dice serio terminando el pitillo. - Si tenía esperanzas en verte es porque creo que tu silencio es más valioso que las palabras de ese galés y esa Yvette. Esa puta deslenguada. - Sonríe algo contrariado por los hechos que ha expuesto que le hacen desconfiar de él.

- Vaya... Quiero suponer que me han hecho poco caso debido a mi carisma, o a lo unido que me encuentro a mi hermana. Créeme cuando te digo que tengo que aguantar cada cosa que susurran los difuntos. - Agacha la cabeza y la menea, tratando de despejarse y señala su cabeza. - Están aquí, todo el tiempo... De ti no desconfían, y para mi sorpresa esto, tampoco del violador. - Abre los brazos sorprendidos. - El único motivo por el que no propuse su nombre fue que Yvette fue más descuidada en sus palabras, y si alguien acusa a mi hermana, se crea un enemigo. 

- Te soy sincero si te digo que quiero ganarme tu confianza, y no dudes que mañana, si sigo vivo, nos juntaré a los tres. Mi hermana aprecia a la gente con cabeza y calma. - Se inclina de nuevo hacia él. - Viniendo hacia aquí, escuché una conversación, y decían algo de pasillos entre habitaciones... No lo hagas de dominio público, pero creo que sería interesante que lo supieses, como un primer paso para que veas mi sinceridad.

Me tiene intrigado,la verdad que tiene mas dos de la palabra que el titiritero, jajaja disculpe, mañana espero tener i formacion que darle Wesley, cuando sea de dia intentemos nodescubrir esta reunion ni futuras, me mantendre al margen como hasta ahora.

Cansados por el pasar de las horas, regresáis a vuestras respectivas habitaciones.

Sales al pasillo y te deslizas con cautela hasta la cocina, en el piso de abajo. Tras pisar el suelo enmoquetado del pasillo principal, encaras la puerta de la cocina. Empujas suavemente. Esta abierta.

No hay nadie en el lugar, se respira quietud y olor residual de los guisos preparados de la cena. Todo está recogido y en su sitio, parece que el servicio ha hecho su labor como es debido.

Tras tu cita en el embarcadero, encaras la puerta de la cocina. Empujas suavemente. Esta abierta.

Se respira quietud y olor residual de los guisos preparados de la cena. Todo está recogido y en su sitio, parece que el servicio ha hecho su labor como es debido.

Sin embargo, una pintoresca figura ocupa una silla. Más bien ocupa dos. Al principio te cuesta reconocer al joven Everet bajo su gorro de dormir, con borla, el pijama-camisón de aquellos que dejan las piernas al aire, la mantita sobre los hombros, sus pies apoyados en otra de las sillas y haciendo una bufanda de lana a ganchillo. Una taza de leche humeante sobre la mesa completa el cuadro.

Hace acto de presencia en la cocina la señorita Penny Barrow.

Penny entró en la cocina y al ver al joven con su atuendo de dormir dio un respingo. 

- ¡Por dios, señor Schuls! - Exclamó, soltando una risita nerviosa. - Vaya susto me ha dado. 

Contempló la labor de punto del muchacho, luego la taza humeante y sonrió. 

- No le importa si me tomo yo también una taza de leche caliente con usted, ¿verdad? - Preguntó. - Si ha quedado usted con alguien aquí y le incomoda mi presencia, puedo marcharme. - Terminó, encogiéndose de hombros. No iba a imponer su presencia a nadie.

Tras dejar atrás el hall y las conversaciones que allí se han mantenido, encaras la puerta de la cocina. Empujas suavemente. Esta abierta.

Se respira quietud y olor residual de los guisos preparados de la cena. Todo está recogido y en su sitio, parece que el servicio ha hecho su labor como es debido.

Sin embargo, una pintoresca figura ocupa una silla. Más bien ocupa dos. Al principio te cuesta reconocer al joven Everet bajo su gorro de dormir, con borla, el pijama-camisón de aquellos que dejan las piernas al aire, la mantita sobre los hombros, sus pies apoyados en otra de las sillas y haciendo una bufanda de lana a ganchillo. Una taza de leche humeante sobre la mesa completa el cuadro.

También se encuentra en la cocina Penny Barrow, que aun está de pié, por lo que consideras que acaba de llegar.

La puerta se abre y aparece el señor Sean Arbuthnot.

Penny se disponía a acercarse a los fogones para poner leche a calentar cuando se abrió la puerta y por ella entró el señor Arbunoth. Le dedicó una inclinación de cabeza a modo de saludo con una sonrisa. 

- Buenas noches, señor Arbuthnot. Voy a preparar leche caliente, ¿quiere usted también? - Ofreció, solícita. 

Everet se levanto de la silla en cuanto vio a la Srta Penny, es muchísimo mas guapa en persona que cuando la veo hablar desde lejos ,tranquilízate Everet que solo llevas camisón sin nada debajo respira y sonríe como si nada.

Señorita, buenas noches, esperaba su visita y la de su hermano, la verdad que tenia preguntas para ambos, sobre todo cuando les he visto gesticular y señalar al difunto Doctor  esta tarde, hay algo que deba saber?

Le dedica una sonrisa y le ofrece caballerosamente asiento.

Todo esto esta tomando un cáliz dramático y la verdad y sin paños calientes que dudo de su “cavagh-llero” andante y de alguien mas….