Partida Rol por web

Saliendo de la habitación del servicio, encaras el Pasillo principal de la Mansión y te diriges al fastuoso Hall de entrada, que ejerce de Salón.

 Te sientas tal como planeabas. El  hall se encuentra vacío y no te cruzas con nadie.

Owen salió con un sentimiento de inquietud de su habitación, lanzó una rápida mirada al comedor para no tener sorpresas y no vió ningún potencial peligro. Tampoco vió ningún cambio en las estatuillas, o al menos eso le pareció...pero para evitar posibles suspicacias -y evitar cualquier encontronazo no deseado- se dirigió al salón sin adentrarse en el comedor para cersiorarse.
Allí se sentó, bien visible, en una de las sillas. El sofá, efimera partición entre el salón y el pasillo, quedaba enfrente de él, separado solamente de aquella mesa. Tras de sí la entrada.
Estaba sentado bien recostado, con las piertas separadas y las manos dejadas caer sobre las rodillas. Owen sabía que si alguien entraba por detrás suyo no lo escucharía, pero habían de empezar a pensar que ellos eran mayoría y que las probabilidades de que eso sucedieran eran menores de que quien apareciese fuese "amigo". Quedaba claro por su posición que no se escondía de nadie, en principio su pose tampoco era nada amenazadora. Owen decidió esperar así hasta que alguien llegase o el sueño le pudiese*.
Ivette, espero no estar haciendo una estupidez. Su pensamiento dirigido hacia su esposa en aquel último momento que la vió, tan resplandeciente con aquella barriguita que albergaba a su hija. Quería vivir para verlas, claro, pero de alguna forma se había ganado aquel destino. Y si volvía con ellas...y se llevaba consigo la muerte...o alguien seguía buscándolo y las usaban a ellas para Detente, o te volverás loco. Owen: vas a luchar como siempre has hechoAsintió a sus propios pensamientos, porque esta vez iba a pelear por algo bueno: por volver con su familia y por intentar salvar a aquellos inocentes. Si lo hacía, quizás esta vez sí, habría pagado parte de tanto daño inflingido.

Saliendo de la habitación y bajando las escaleras, encaras el Pasillo principal de la Mansión y te diriges al fastuoso Hall de entrada, que ejerce de Salón.

 Una vez allí, te encuentras con el señor Owen Cray, que está sentado cómodamente y bien visible, en una de las sillas.

El sofá, efímera partición entre el salón y el pasillo, quedaba enfrente de él, separado solamente de aquella mesa. Tras de sí la entrada.

Estaba sentado bien recostado, con las piernas separadas y las manos dejadas caer sobre las rodillas. Quedaba claro por su posición que no se escondía de nadie, en principio su pose tampoco era nada amenazadora. Simplemente, estaba esperando.

Aparece en el hall el señor Arbuthnot.

Owen levantó una mano en forma de saludo. Me alegro que el instigador de la idea haya acudido. Esperemos que más personas se unan a nosotros para ir descartando. No se si nuestros buenos amigos Gustave y la señorita Penny Barrow aparecerán, creí detectar que se dirigían unas palabras a las espaldas del resto de la gente...por lo que creo que o vendrán los dos o ninguno. A pesar de esto Owen dudaba que si querían hablar solos acudieran al salón, lo cual ya de por sí era una señal...¿pero de qué? Pensó durante unos segundos
He venido porque no tengo ningún motivo para desconfiar de usted. Si es un asesino y esto es una trampa, enhorabuena...aquí me tiene. Dijo, separando las manos y abriendo un poco los brazos, si iba a morir al menos miraría a su asesino a los ojos.

Saliendo de la habitación y bajando las escaleras, encaras el Pasillo principal de la Mansión y te diriges al fastuoso Hall de entrada, que ejerce de Salón.

 Una vez allí, te encuentras con el señor Owen Cray, que está sentado cómodamente y bien visible, en una de las sillas.

El sofá, efímera partición entre el salón y el pasillo, quedaba enfrente de él, separado solamente de aquella mesa. Tras de sí la entrada.

Estaba sentado bien recostado, con las piernas separadas y las manos dejadas caer sobre las rodillas. Quedaba claro por su posición que no se escondía de nadie, en principio su pose tampoco era nada amenazadora. Simplemente, estaba esperando.

También se encuentra aquí el señor Arbuthnot, aun de pié, como si acabara de llegar.

A los pocos instantes, hace acto de presencia la señora Margaret Beddingfeld.

Sonríe. Al ver al señor Cray...sospechaba de él y esto....bueno alomejor le ayudase a no sospechar tanto o a confirmarselo.

- Lo mismo podría decir de usted, aquí estoy. Sin nada que esconder....bueno, sí. La idea de un negocio. Resulta que tengo un Primo, John Parker, que se ha criado en Japon. En ese pueblo están como locos por intentar agradar a los crios...incluso a los americanos buscando todas las maneras posibles... y mi primo está desarrollando toda un gran sentido por los juegos....los nervios me empiezan a atacar, pues veo la oportunidad de un juego. ¿Quién mató al Señor Arbuthnot? Cray, con (mira por encima) el candelabro (dijo señalandolo) en el salon!...

No pudo evitar reirse de sí mismo...siempre manteniendo la compostura, tras ello parecía más relajado.

- Lo dicho, aquí estoy, si salgo de aquí le auguro a mi primo Parker un gran futuro, jeje.

Se sienta cómodamente en un sillón Cuando ve a la señora Beddinfield.

- Alabados sean mis ojos, le agradezco que venga en esta noche, que espero sea mucho más tranquila de la anterior.

Le dedica una mirada sincera a la dama, cargada de ¿cariño? bah, serán imaginaciones de la enfermera.

- Bueno, ahora que estamos aquí, quería hablar sobre las estatuillas, ¿os dicen algo?....es más.....Permitame ponerla en antecedentes, bella dama, aquí el señor Cray me comentaba que había oido al señor Gustav hablando con la señora Barrow.....este Gustav me está trayendo muy mala espina.

Se relajó considerablemente ante el saludo de Sean y no pudo resistir una sonrisa Todos le auguramos suerte a Parker Apenas había devuelto sus manos sobre sus rodillas y vuelto a descargar tranquilamente su espalda sobre el respaldo saludó a la señora Margaret Bienvenida. Me alegro que la idea de Sean también la haya convencido. No todos los allí presentes habían de ser necesariamente inocentes, pero Owen pensaba así, si al menos uno de ellos lo era la información serviría de algo...si moría sin decir nada se iría con él. Debo decirles que he estado dando vueltas a un asunto, cuando llevé las maletas a las habitaciones...bueno, creí ver algunos detalles que quizás pasen por alto a la vista de cualquiera. Owen parecía hacer tiempo, como si no se decidiera a decir aquello, finalmente prosigue La cuestión es que estoy seguro de que hay dobles puertas embebidas en las paredes, apenas visibles. Creo que se puede pasar de unas habitaciones a las contiguas...en todas las habitaciones. De ser así, y estoy casi convencido que lo es, alguien que conozca esta casa podría burlar facilmente a los demás. Saben, me alegraría mucho que vienese esta noche el doctor a esta reunión...Porque cuanto más pienso en que su habitación conectaba con la de Crowden, quien murió envenenado... dejó inconclusa la oración porque quedaba claro que quería decir.

Saliendo de la habitación y bajando las escaleras, encaras el Pasillo principal de la Mansión y te diriges al fastuoso Hall de entrada, que ejerce de Salón.

 Una vez allí, te encuentras con el señor Owen Cray, que está sentado cómodamente y bien visible, en una de las sillas.

El sofá, efímera partición entre el salón y el pasillo, quedaba enfrente de él, separado solamente de aquella mesa. Tras de sí la entrada.

Estaba sentado bien recostado, con las piernas separadas y las manos dejadas caer sobre las rodillas. Quedaba claro por su posición que no se escondía de nadie, en principio su pose tampoco era nada amenazadora. Simplemente, estaba esperando.

También se encuentra aquí el señor Arbuthnot y la señora Beddingfeld, aun de pié, como si hiciera poco que han llegado, pero ya se encuentran conversando.

Mientras habláis, se presenta la señorita Cavendish.

Levantó las cejas

- Eso es muy importante, y debió haberlo dicho antes.

Margaret no se sorprendió a ver a Owen y a Sean en el salón. Ambos habían manifestado su deseo de asistir allí luego de la cena por lo que esperaba contar con sus presencias en ese lugar. Se acercó a ellos mientras estaban conversando y tomó asiento en un sofá individual donde podía conversar con ambos cara a cara sin necesidad de retorcerse demasiado.

-Lo mismo espero señor Arbuthnot. Señor Cray -saludó a ambos con una ligera inclinación de cabeza y luego se puso al tema.

-En primer lugar, lo de las estatuillas me tiene intrigada y consternada por igual. Al parecer algunos de nosotros somos más aberrantes que otros a los ojos de quién ha montado esta charada. Como dije más temprano, me da la impresión de que el asesino (hablaré en singular pero no descarto que sea un grupo de personas) tiene una especie de cruzada personal contra una parte de los asistentes, a los que, por algún motivo que se me escapa, asocia a las estatuillas. Las notas que encontramos parecen ser parte de una canción o un poema. Si pudiéramos dar con una copia de él podríamos intentar predecir lo que se avecina aunque no tengo en claro que nos sirva para encontrar al responsable de las muertes.

Margaret inspiró profundamente antes de continuar.

-En cuanto a lo que plantea Owen (espero que no se moleste por la familiaridad)... -la llegada de la señorita Cavendish la interrumpió-. Estimada señorita Cavendish, por favor, acérquese y súmese a la charla. Estamos tratando de hallar algo más, ahora que somos pocos y podemos conversar con un poco más de soltura. Owen acaba de decirnos que cree que existen puertas ocultas que comunican las habitaciones. Eso explicaría como es que el o los asesinos se han podido mover sin que se los viera. Por mi parte opino que, de ser así, tendríamos que interrogar no solo al doctor si no también a los vecinos del señor Predatore.

-Por último, y disculpen la impertinencia de hablar tanto de una sola vez... Antes de que el mayordomo falleciera, volvió a secretear e intercambiar mensajes entre susurros con la señorita Morstan. No sé si prestaron atención... pero ninguna de las veces que se los interrogó a ambos acerca de sus secretos dieron una explicación concreta. De una forma u otra lograron desviar la atención del tema, lo cual me resulta muy preocupante dadas las circunstancias.

- Buenas noches. -Saludé a los presentes, haciendo una leve inclinación con la cabeza para, luego, tomar asiento en el sillón individual que quedaba libre. Miré alrededor, y luego, a los presentes.- Realmente pensé que aparecería más gente. Curioso. -Bajé la cabeza, y deslicé la estilográfica por la libreta, como garabateando algo. Luego, volvi a mirar a los presentes, y escuché con atención la intervención de la señorita Margaret.

- Yo no volví a escucharles cuchichear, pero sí que reparé en el hecho de que parecían intentar cambiar de tema cuando se les preguntaba sobre su intento de reunión. Nunca llegaron a contestar directamente nada de lo que se les preguntaba. Y, en una situación como la que estamos... no es algo que pudieran permitirse, la verdad. -Crucé las piernas.- El tema de las estatuillas me tiene tan desconcertada como al resto. Está claro que algún tipo de conexión tienen con las víctimas, pero no sé hasta qué punto...

Luego me mantuve callada durante un instante, meditando si decir lo que tenía en la punta de la lengua. Finalmente, tomé aire, y hablé.

- El señor Owen no carece de razón, al menos parcialmente. ¿El por qué parcialmente? Porque yo sólo puedo hablar por mi misma. En el caso de mi habitación, sí que tiene una puerta oculta, y comunica directamente con la biblioteca.

Viniendo hacia quí lancé una mirada rápida hacia dentro del comedor, básicamente para saber que no tendría ninguna sorpresa por la espalda... y estoy casi seguro de que están las mismas estatuillas. La muerte de Aldred no ha alterado ninguna. Curiosamente al pensar en Aldred Owen se entristeció un poco, si realmente era parte de aquello había conseguido tenerle pero bien engañado.
Se dirigió a Sean Lo siento, puede que tuviera que decirlo, pero acusar al doctor de envenenar cuando estaba comiendo a su lado no me pareció del todo inteligente esto aún lo dijo sonriendo, pero no lo siguiente Realmente lo de las puertas secretas es un dato que estoy seguro que el o -seguramente- los asesinos que estamos buscando -llamemosles anfitriones- ya disponen pero...al mismo tiempo no me llamaba para nada la atención advertir a Frederick que podría visitar a la aquí presente señorita Elisabeth. Por poner un ejemplo.
Miró a Margareth Para nada me molesta, de hecho me siento más comodo si me llaman Owen simplemente.Hizo un recuento mental Así que como mínimo durante el día hemos tenido al difunto Alfed y a la señorita Morstan cuchieando. Y por otro lado también a Gustave y Penny Barrow.
Luego miró a Elisabeth He trabajado en la construcción, básicamente en trabajos rápidos como reformas. Al final puedes distinguir que forma parte de unas primeras construcciones y que cosas se han añadido. El tamaño dispar de las habitaciones ya era una pista. Aún así eso sería otro recurso más con el que entrar a nuestras habitaciones, pero no descarto que tengan también un juego de llaves maestras. Se quedó pensando y empezó a parecer abatido Más la pistola, si es que solo hay una...y el veneno La gorra ahora le proyectaba una sombra que cubría sus ojos y, a su vez, proyectaba su estado de ánimo Ivette, no se si lo conseguiré Luego levantó la cabeza intentando recomponerse pero cada vez veía aquello más y más complicado Como bien dice señorita Elisabeth, ojalá hubiesen venido más. Creo que nuestra fuerza es el número, pero el miedo la debilita e incluso la vuelve contra nosotros

Owen se levantó y se dirigió hacia Elisabeth ¿Sería tan amable de dejarme un momento el bloc de notas y la estilográfica? Les dibujaré lo que a buén seguro es el verdadero mapa de esta casa. Confío en los aquí presentes y también en su criterio, háganlo público mañana o pasenselo a alguien de confianza, lo que quieran. Miro hacia el pasillo con la esperanza de, quizás, ver aparecer a algún otro. Mañana podríamos volver a intentar quedar aquí todos... pero la idea ya ha sido pronunciada y quizás, ahora mismo, los "anfitriones" estén haciendo una lista, planeando el resto de sus visitas o asesinatos, de forma que quizás mañana podrían venir aquí y hacerse pasar por inocentes. Hoy tras el fallecimiento de Alfred* y el revuelo causado no ha quedado claro si íbamos a quedar o no. Así que algunos no habrán venido por esa causa, por no saber si se celebraba realmente la reunión. Seguramente esta será la misma excusa que pondrán los asesinos.

- Es muy interesante lo que nos cuenta Owen. Pero muy interesante. Bloqueré cuanto antes miS puertas.Vosotros deberíais hacer lo mismo....Y dices que lo descubristes porque trabajastes en la construcción....¿y usted? señorita Cavendish... ¿Cómo descubrió el pasaje hacia la biblioteca?...Ciertamente era el doctor el que tenía via libre para matar Crowden....en el caso de Predatore era desde los cuartos de servicio....Interesante, el servicio y el doctor....no sé yo qué pensar.... Yvett pareció actuar muy raro, Morstan también, pero aquí todos hablaron entre cuchiqueos....seguro que mañana habrán pillado a unos cuantos más... jummmm Morstan, Yvett y el Doctor.... Creo que me decanto por el profesor, por ir a lo seguro, las otras son posibles y sólo eso... ¿qué opináis?

Owen refexionó El único que podría haber accedido a Predatore sin salir a ningún espacio común sería nuestro silencioso reverendo a través del cuarto de servicio. Yvett dormía en la planta baja junto a su compañera de servicio Morstan. Podría haber accedido al cuarto de Predatore desde la escalera saliendo primero de su cuearto y pasando por el pasillo, pero eso podría hacerlo cualquiera que supiese de esa entrada arriésgandose a ser escuchado o visto por algún otro invitado. Mi principal sospechoso por diversos factores -proximidad, conocimientos de veneno, haber estado en la conversación de la biblioteca- sería el doctor; luego solo por proximidad el reverendo; después por desviar las preguntas descaradamente sospecharía de la sirvienta, Morstan. Por último sospecharía de aquellos que han preferido quedar a hablar a escondidas antes de venir aquí. Lanzó un sospiro Pero todo son, por ahora, conjeturas, unas con más peso que otras pero ninguna tangible.

- Sí, todo congeturas....sigo sin decidirme....¿y sobre los planos? a lo mejor los asesinos no conocen las puertas secretas estas... ¿podría ser? entonces nuestras conjeturas tendrían menos valor incluso...pero hay otro detalle, en caso de que no las conozcan....¿sería inteligente enseñarles estos planos?

Se rascó la cabeza y los ojos. Estaba cansado, pero intentaba concentrarse en los detalles....realmente sabían muy poco, datos vagos sobre el Tocadiscos, nada de las estatuillas...Bueno, pero.....

- A lo mejor no es importante, pero intentando analizar las notas que dejaron, me da que pensar que el primero en morir fue Fantone y el segundo Crowden. Fantone murió por estrangulamiento y Crowden se asfixió también, pero de los dos me da que Crowden fue el que "se quedó dormido"....La muerte de la señora Stolness no pega con ninguna de las dos. Creo que Fantone y Crowden estan vinculados con las estatuas, y que esto se acabará cuando les siguan los otros ocho "negritos".