- Gracias, Manfred, has dicho justo lo que iba a decirles yo. Se les estaba yendo la pinza un poco...
Entendido. Creo que pronto iremos a coger alguna, pero también creo que estamos esperando una respuesta de nuestro jefe para ver qué hacemos xD
-Las armas las repartiremos entre nosotros cuatro y nada más. La llave de la armería la llevaré yo. Si me pasa algo la encargada será Poyry, luego Vaessen y por último Paysal. Y por cierto. No me fío nada de las doctoras. Demasiado interés en intentar llevarse a William una y otra vez. Vigiladlas.
Podríamos votar por una de ellas en grupo cuando toque. Es una sugerencia ;)
Cada uno tenéis un pase para la armería en principio, a menos que lo deis, claro.
- Entendido. Estaremos atentos a los movimientos de las doctoras.
-Recibido.-Tras un silencio estático volvía a hablar
-Ojala una de esas hiciera callar al niño. Lo ultimo que esta nave necesita es una voz infantil gritando por los pasillos. ¿Hacemos algo al respecto señor?
-No, es sólo un niño caballeros. Aunque llegó aquí como polizón. No quisiera sospechar de un crío, pero...
No os ataque el alien conforme vayáis a la armería.
- Señores, parece mentira que sea yo quien diga esto, pero un poco de mano izquierda con el niño. Es evidente que si le hacemos pensar que es uno más y que puede ayudar, estará callado y tranquilo, al igual que es evidente que no va a querer ir detrás de un bicho extraño que ha matado a una persona y creemos que ha herido a otra, ni va a seguir el rastro de sangre del capitán. Se quedará con sus amigas las doctoras y su gato y nosotros podremos encargarnos de lo demás tranquilamente.
-No creo que el niño sea una amenaza... A menos que sea el androide. Pero no creo. En cuanto a las doctoras, creo recordar que fue la señorita Alonso la que empezó con la insistencia. Aunque no lo sé, tal vez sólo quieran preservar rigor por posibles enfermedades, no entiendo mucho de ello.
- Yo tampoco creo que sean una amenaza, pero alguien en esta nave lo es, así que mejor echarles un ojo a todos... Y si podemos evitar que nos estorben en nuestra labor, mejor.
- ¿Veis? El niño ya no es un problema. Ahora habrá que ver dónde irá el cura, pero probablemente sea menos ruidoso que él.
-Katarina, yo me quedaré a proteger a los que se queden aquí. ¿Podrías hacerme el favor de traerme un arma, ya que vas a la armería?
- De acuerdo. ¿Alguien más quiere algo? Dentro de mis posibilidades, que sólo tengo dos manos, JAJAJAJA.
De momento, busco armas para nosotros dos, si es posible.
-Yo también iré a buscar armas. Señorita Poyry, iremos juntos. Nadie irá solo y eso también va por nosotros.
Para mí y para el otro miembro del equipo.
- Perdone, señor, no le entendí bien. Si es lo que usted ordena, todos buscaremos a la criatura, pero permítame expresarle mi desacuerdo con esa decisión. Es evidente que muchos de los presentes estorbarán y los estaremos exponiendo a un peligro innecesario. Si les mantenemos ocupados mientras uno de nosotros les vigila, nos facilitará mucho la labor. Pero usted es el jefe de seguridad, así que actuaremos según usted nos diga.
- Gracias por considerar mi opinión sobre aquellos que deberían mantenerse al margen, señor. Es mejor que vayamos juntos, sí, por lo que pueda pasar.
-Si necesito un arma. Por seguridad tanto mía, como del resto.
Yo por el mensaje del director, pensaba que ya habiamos ido a la armeria y vuelto con armas.
Y lo hemos hecho. Katarina y yo.
-Joder que mierda. ¿Alguien a visto algo? El jefe no a tenido ni la mas mínima oportunidad. No vamos a conseguir nada con pistolitas, esa cosa atraviesa el cuerpo humano como si fuera papel.
-Aún así, debemos tener las pistolas nosotros. No me fío de nadie que no sea de seguridad. Si uno de ésos infiltrados, además, tuviera un arma... No quiero ni pensar en lo que podría hacernos.