-Se claro en tus palabras, Cell. ¿Qué ofreces exáctamente?
El umbral. Soy claro. De tí depende escuchar o no lo que hay en mis palabras. Eres firme, Ferriel. Hay bien en tí, ahora sí... Úsalo con sabiduría como arma.
Me quedo mirando a Cell con fuerza y firmeza.
-¿Rakedus me ha ofrecido ascenderme a una deidad y tú me ofreces el umbral? Tienes suerte de que no acepte a alguien que me ha traicionado.
Elijo a Cell.
¿Aceptas el apoyo de aquel al que te has unido por traición? Qué ingénuo, Demonio.
Cell... ¿Seguro? Una vez tomes una decisión no habrá vuelta atrás.
Te ofrezco lo justo. Lo que corresponde.
-Tú solo pretendes reducir todo a caos, no hay lugar para mi en lo que quieres para este universo. - Digo respondiendo a Zyba, y después me giro hacia el mago - Y si tú me traicionaste una vez, ¿qué me garantiza que no lo vuelvas a hacer?
Fueron los inútiles de mis siervos. No yo. Yo no soy ellos. He olvidado el pasado, te he tendido una mano. Sabes la verdad que hay tras todo. Acéptala. ¿En serio crees que hay hueco para alguien como tú entre los "buenos"?
Sus palabras están cargadas de sorna.
Es tu visión. Estaba encerrado en el Vacío, entre Todo y Nada. Ahora no.
-Pero has dicho que pretendes reducirlo todo al caos, no es así?
¿Yo?
Niega con la cabeza.
Tú lo dijiste. Al menos, según tu concepto de Kaos.
-Sí, tú, quieres caos, y el caos no es nada.
Sonríe realmente divertido. Te mira desafiante.
Pruébalo. Pruébalo y aprende lo que es el verdadero Kaos.
-Ja, no voy a arriesgarme, aprecio demasiado mi propia existencia.
Como desees. Si la aprecias, dime ¿por qué caer en la estaticidad del Orden? ¿O en la destrucción de la Locura?
-Porque eso hace más posible mi existencia.
Así és... Contigo todo está condenado. Eres una vieja gloria, Zyba, déjanos el momento a los que nos corresponde.
-¿A quien les corresponde? No es el momento de ninguno de vosotros, eso podéis tenerlo seguro.