Noche 5

No hay duda de quién debe de caer junto con los rayos de luz... El Esqueleto, Krasor. La Venganza debe de tocar a su fin, aunque lo haga presa de las manos traidoras de quienes en algún momento han luchado a su lado.

Delos se adelanta, avanzando lentamente, pero conforme avanza, custodiado por Sheph. Pero una ola de frío repentina parece surgir desde el más allá, con las puertas aún abiertas... Una ola de frío que arrasa con ambos, Sheph consigue evitarla en su mayoría, aunque la escarcha vuelve a rodearle, no obstante, Delos...

Cae presa del frío, un bloque enorme y su vida ya no está con vosotros.

Y aunque la decisión ya ha sido tomada, Krasor no espera. Krasor ríe... Y se abalanza contra Arya, enarbolando su espada con gran precisión mientras ésta abre la boca sin poder si quiera articular un único hechizo para defenderse. Krasor ríe... Su espada se dirige contra su objetivo...

Y lo atraviesa, como si se tratara de aire... sorprendido, allí donde debía de haber una herida... Sólo llamas. Le lanza una acometida tras otra, pero el resultado es el mismo, allí donde golpea, sólo llamas, el cuerpo de Arya es cada vez un fuego más intenso, pero respetando la forma de su cuerpo. Las llamas de agua que una vez le hicieron sufrir ahora le salvavan la vida de los ataques... Y en su rostro, pura tranquilidad y alivio.

Ferriel corre firme, paso tras paso, con sus runas brillando, con una velocidad anormalmente inhumana, impactando en el pecho con toda la velocidad, sonando el crack de varios huesos... Pero pese a que eso aleja a Krasor de Arya siete metros y rueda por el suelo, éste se levanta indemne, como si no le importase en absoluto, ladea la cabeza... Sheph se coloca a la vera de Ferriel, arrastrando un espadón que nadie sabe de dónde ha sacado, pero Sheph está aún bajo la escarcha, y aunque apoya a Ferriel en sus embestidas, la maestría y la ira con la que Krasor los enfrenta no vaticina un final claro y definido.

Un ligero corte en el vientre de Ferriel. Un impacto que provoca que el cráneo del ajusticiado dé varias vueltas sobre sí mismo. El fallo de Sheph que le expone a un ataque que podría ser letal... Y entonces es Pluma la que interviene, corriendo. La espada de Krasor atraviesa un vientre.

Pluma sangra, aunque una sonrisa de orgullo en su rostro mientras su mirada perdida busca algo a lo que aferrarse. Sus manos sostienen el arma de Krasor con una fuerza que ninguna otra en la faz de la Amalgama podría evitar, salvo el propio Guardián. Krasor se ve obligado a soltar su arma mientras mira cargado de odio a Pluma... Y luego ríe por que es su final. Pluma lentamente cae al suelo... Y Sheph la toma entre sus brazos.

Ferriel coge el brazo de Krasor, está claro que no va a dejar escapar a su objetivo, pero Krasor es un hábil guerrero y no va a darse por vencido, y su cuerpo le importa bien poco, de modo que suelta su brazo y éste se convierte en unos grilletes de hueso que inutilizan al antiguo demonio.

Sneav, Corey y Gynk hijo de Grynkell comandan al Guardián para impartir la justicia. Una mano gigante contra el designado por la mayoría... Y el sonido de miles de huesos rompiéndose...

Entonces, los grilletes que Ferriel tenía en sus manos se disgregan, se alzan, vibran... Y los huesos del suelo vuelan también. Krasor se ha vuelto a formar con un truco bastante... Burdo. Sneav lo arroja con gran velocidad contra el suelo, con una corriente de aire que hace que no pueda moverse. Corey y Gynk hijo de Grynkell se dirigen hacia él. Pero Krasor sigue riéndose... El espectáculo no ha terminado. Un vaho verdoso hace que ambos tosan, se enervan... Y atacan con gran furia en el interior de la nube. Preocupada, Sneav se obliga a cambiar el hechizo para deshacer la nube con un vendaval... Y vé cómo son Corey y Gynk hijo de Grynkell los que se pelean entre sí, mientras Krasor ha escapado de un modo ruín. Ambos se detienen al reconocer al otro en su enemigo...

Mientras vuestros ojos buscan a Krasor, pueden ver cómo el mismo ha tomado a Neheri por la espalda, con sus dedos huesudos y afilados amenazando con rajar la delicada piel de su cuello. Todos os detenéis, sin saber cómo reaccionar. Pero la mirada de la elfa es clara.

Atacad, que no os importe lo que me suceda.

Él ríe, sabiéndose hacedor de un Jaque Mate. No obstante... Un rugido feroz paraliza a todos los presentes... Salvo al esqueleto. La lluvia que ha comenzado a caer en algún momento indeterminado es fina y se clava como agujas... Una figura corre feroz.

El Gran Oso Negro que prometió Nuraus... Corre, desesperado, Krasor rasga el cuello de la elfa, la cual cae desangrándose al suelo. Pero el oso se abalanza sobre el esqueleto, de un sólo mordisco, mientras éste intenta defenderse, le arranca la caja torácica, y mordisco a mordisco, garrazo a garrazo, lo va destrozando, reventado todos y cada uno de sus huesos, dejando el cráneo para el final. Una voz gutural.

Una vida muerta... Por una muerte viva...

Con éstas palabras, la tierra se traga a Krasor, sus restos, dejando tan sólo visible su masacrado cráneo.

Tras que Nuraus salvase la vida de Neheri... Una tos os llama la atención. Pluma aún vive... Difícil de creer tras el enfrentamiento, pero aún vive... Se saca el arma del vientre y desde su interior cae algo de arenilla y la herida se va cerrando místicamente.

Arya por su parte recobra su aspecto normal...

Una confrontación donde cinco han estado a las puertas de la muerte. Donde sólo dos las han atravesado. Pluma, salvada por la Tierra. Arya, por esas extrañas llamas que antaño le hirieron. Neheri, salvada por el Gran Oso Negro.

Nuraus recobra su aspecto, aunque está desnudo... Al menos está vivo.

¿Quién era Krasor...? ¿Qué tan temible, que a punto ha estado de arrastrar tres vidas consigo mismo? Por fortuna para vosotros... Nadie, ninguna vida ha sido sesgada por su mano...

Pero la confrontación sigue... La traición mora. El kaos se expande. El orden se debilita. En vuestras manos... El final.

no.... no lo entiendo..... como..... como es que sigo vivo? Ahora mismo.....

miro el cielo nocturno

debería de estar muerto......

El combate es como un sueño, me resulta tan lejano, tan ajeno.

Equivocados... todos y cada uno de nosotros estamos equivocados, y yo tengo parte de culpa. No podemos tomar decisiones adecuadas con tan poca información, basándonos en simples corazonadas.

Aun resuenan en mi cabeza las palabras de Arya.

- ¿Qué quieres saber Arya?

Pregunto con cierto pesar.

- Lo que quiero no puedo tenerlo... Ser y no ser, ahí radica todo el sufrimiento. Soy Kel-Nar, Guardian de la Pradera, fuí Y'aimm del Séptimo Océano, he tenido otros nombres, pero no los recuerdo. ¿Qué deseas saber Arya?

Con el cuerpo de Pluma entre mis brazos cuando paso al lado del bloque de hielo que es Delos lo rompo en mil pedazos de una patada y  lo que debe ser mi mirada se clava en Isar'i, estas vivo, nosotros encerrados, el canario y Krasor muertos y el único que tiene relación con la corrupción original eres tu.....¿algo que añadir?. 

Arya se recuperaba aún de la sensación de la transformación en fuego. Era familiar de una forma distante ¿Pero de dónde venían aquellas llamas? Claro, ya recordaba... cuando aquel fuego entró en su cuerpo, había dolido, pero ahora la sensación era cálida, reconfortante... como un abrazo en el momento más necesario. 

Sonríe al resto de supervivientes con alivio y entonces habló Kel-nar, y en sus ojos vio algo que la hizo sentirse un poco arrepentida de haber sido tan ruda con él.

- Supongo... que en el fondo lo que querría es conocerte. Yo siempre hablé de mi, y es una mala costumbre que por lo visto conservo en esta vida, pero tú... en realidad no conozco tu historia. 

¿Por qué luchas, Kel-nar? ¿Qué es importante para ti? - hace una pausa - Quien fuiste no tiene nada que ver con quien eres y... querría conocerte.

Otra vez estás hablando demasiado... tonta. - En su expresión puede verse con facilidad el auto-reproche, pero algo cambiaba cuando hablaba con él, y eso la incomodaba...

Conocerme...

- ¿Cómo podrías conocerme Arya, si ya no me conozco ni yo mismo... mi cuerpo, mi mente y mi alma están tan rotos. No me gusta hablar de mi porque...

Miro alrededor

- ... solo quienes nos conocen pueden dañarnos, como Y'aimm ya sufrí bastante

Sonrío con melancolía.

- Para mi siempre fue importante el nosotros. Y quien fuí, condiciona quien soy y quien seré, por eso es importante Arya.

Las fuerzas de Pharao flaquearon, cayendo postrado al suelo y mirando sus manos.

Parecía no saber lo que acababa de pasar y dice tras recuperar el habla: Puede que mi voto no hubiera cambiado el resultado, pero juro que mi voz pensé en entonarla sobre Krasor.

Alguien ha dominado mi mente y ha obligado a separarme de la batalla.

Miro el lugar del combate y veo a los caidos y las heridas inflingidas y digo: No se si ahora debería de estar agradecido de no haber participado, lo único que sé es que yo tambien debí de combatir esta noche y no lo hice.

Dice defraudado con él mismo.

Lluvia.... las lagrimas del cielo.....

cierro los ojos, levantando alzando mis manos hasta la altura de los hombros y mirando al cielo, sintiendo las gotas de lluvia en mi rostro

tras eso, miro a Shep

personalmente..... dudo que Delos fuera uno de los que esa criatura corrompió sin decirme quien, tampoco puedo asegurar que krasor lo sea, aunque tenia pinta de serlo, no puedo decir mucho mas..... creerme o no, es tu elección

Neheri se tapó la herida que Krasor le había infringido n el cuello, de no ser por Nuraus la habría degollado... lo bueno es que podría seguir luchando más tiempo. Utilizando el pañuelo que solía llevar en el cuello, se taponó el corte para detener la hemorragia. Inmeiatamente se dirigió a Nuraus que había recuperado su forma humana, estaba desnudo y temblando. La elfa cogió una capa perdida y cubrió al humano con delicadeza.

-Gracias, Gran Oso.

Pharao, no te sientas mal por ello. Estoy segura de que tendrás oportunidades de resarcirte.

Entonces regresa a Kel-nar.

Ella dio su vida. Un alma afín que se sacrificó por ti... pero Kel-nar, ella sigue viva ¿No has pensado en tratar de recuperarla? 

Quizás no es exactamente como la conociste, pero ... - cierra los ojos un instante - No me gusta que nadie se traicione. Toda esta tristeza no es propia de ti. Antes de que yo te hablara eras... amenazante, osado. ¿Te ves ahora? Ahoga tus dudas y haz aquello que te convierta en lo que verdaderamente eres.

 ¿Y de verdad prefieres automutilarte antes que permitir que te conozca? ¿Tan peligrosa soy? - Sonríe, quitándole hierro al asunto con esa última broma. - Quizás debería ponerme unos cuernos de llamas - poniendo ambas manos sobre su cabeza, con un dedo levantado - Para ir a juego con esa fama. ¿me quedarían bien? - Sobrevivir a aquella muerte le había levantado el ánimo.

Una vez terminado el enfrentamiento, mi vientre sangra, mas no me preocupa. La sangre chorrea por mi cuerpo y yo simplemente regreso hacia una roca donde me vuelvo a sentar.

-Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales. - Digo retomando mis hábitos de hablar solo.

Tras el combate Nuraus se encuentra completamente desnudo mas no le importa. El combate ha terminado. Se sienta en la roca que escogió al inicio y se sumió en sus pensamientos. ¿Qué significaba todo aquello? ¿Quién era Krasor?

En esos momento Neheri se acercó y le ofreció cobertura tras sus palabras de agradecimiento. Nuruas le sonrió con dulzura y asintió a sus palabras.

-Nuraus sabe que Neheri habría hecho lo mismo por Nuraus. Nuraus le ha visto combatir contra los traidores y evitar que se alzasen con la victoria. Neheri ha enseñado mucho a Nuraus y Nuraus se lo agradece. Es Nuraus quien agradece a Neheri su ayuda y esfuerzo en encontrar a los culpables.

El hombretón acepta los ropajes de Neheri y escucha a unos y a otros.

-Nuraus tiene claro que votará a I´sari si una muerte más ocurre esta noche. Nuraus irá a por todos aquellos que protegían a Lianne.

Pluma tose estrepitósamente.

Eso... eso ha estado cerca... Maldito engendro del mal - recupera el aliento - afortunadamente parece que cada vez quedan menos enemigos a los que abatir...

Cuando tose Pluma la miro fijamente, un consejo Pluma interponerse en espadas ajenas es perjudicial para la salud, te ha faltado poco para acabar como Krasor y gracias, me has salvado y te debo una. Me acerco a Neheri con la chica en brazos, ¿puedes tratar sus heridas?, es bastante profunda.

Pluma se libera, enérgicamente, de los brazos de Seph y le mira con una amplia sonrisa.

Mira - le dice, enseñándole el lugar donde antes tenía una preocupante herida y ahora tan solo se observa una leve cicatriz - la madre tierra ha sanado mis heridas, pero gracias por tu preocupación.

Si es necesario para detener al mal, me pondré delante de todas las espadas que hagan falta. Y se que el mal no te domina, Seph, así que me alegro de haberte salvado. Se que tu harías lo mismo por mi.

- Recuperarla es imposible, si es diferente ya no será la misma, de igual modo que tu en el pasado te aferraste a un hombre y ahora no lo harías, porque no eres la misma. Yo me enamoré de la que ya no existe, así pues es imposible recuperarla.

Me acerco a Arya ignorando al resto.

- Pero no alcanzo a entender porque hablas de traición... no me he traicionado, para bien o para mal, todos somos hijos del Kaos en cierto modo, sujetos al cambio. El cambio siempre es necesario, las llamas siempre se mueven, el agua que no fluye se estanca y si la sangre no corriese por tus venas...

Miro al cielo un instante para de nuevo posar mis ojos sobre los suyos.

- No se si la tristeza es propia de mi, aun estoy descubriendome en Amalgama.

Sonrio.

- Lastimaste mi ego, por eso me revolví como una serpiente, generalmente estoy mas calmado. Te haré caso, eso si, en una cosa. No voy a contenerme, aun recuerdo mi antigua naturaleza, Kel-Nar pretende ser comedido, pero mi antigua esencia, el agua siempre se abre camino... quizás el combate interno que experimento se deba a ello.

Dulcifico mi mirada.

- No veo peligro en tus ojos, tus llamas no puede quemarme, y tus aguas no pueden ahogarme, no a mi Arya.

Paso mi mano  por el vientre de Pluma rozándolo por donde tiene su cicatriz, aún así no deja de ser una deuda y das por supuesto que yo también lo hubiera hecho, no deberías tenerlo tan seguro y que la corrupción no me domina si puedes tenerlo por seguro.

Observo el combate estática, ajena, como siempre lo he hecho. Krasor presenta más batalla que ninguno antes, pero finalmente cae.

La nueva forma de Arya me sorprende. ¿Podría hacerlo de forma continua? Hay tantas cosas que no comprendo de la magia, que he creado una nueva sección de memoria sólo para almacenar todos los datos relacionados con ella.

Después miro al cambiante. Me pregunto si está en su naturaleza prometer siempre hacia el futuro, y espero que esta vez no me decepcione de nuevo.

- Espero tu historia. - le digo entonces.

Observo a todos escuchando lo que dicen, sin añadir nada mas, pero, mi rostro se fija en Shep, recordando lo que me dijo antes y las nubes de lluvia que ya hay se oscurecen, mientras se escucha algún rallo surcándolas
 

Me acerco a Ferriel y me siento al pie de la roca en la que se haya sentado. - Ferriel, me gustaría saber por qué te llama tanto la atención el dragón zorro ese del que habla Isar'i, ¿podrías contármelo?