Así comienza tu historia...
 

Nuraus

Conocido como Dork, fuiste un gran matadragones del lado de un grupo cuyo oficio venía a menos, pues cada vez habían menos presas, menos objetivos, menos... Fé. Usasteis todo el poder del que disponíais para marchar a otros mundos en busca de objetivos del lado de Cell, un viejo amigo, bueno, en realidad todos érais viejos amigos.

Luchasteis allí donde pudisteis, combatisteis contra Rakedus, todo tu grupo calló, incluso Cell, aunque os dio la oportunidad de batallar contra los siervos de la Mente de Rakedus... Oh dios... Y te enamoraste de una elfa... ¡Y había un demonio maldito que traicionó a los suyos! ¡Y un caramoco! ¡Y... Y...! ¡Y una bola de pelo sarnosa! Y... ¡Y un gran Dragón de las Estrellas! ¡Y lo destruiste, oooh sí! Pero ahora... Ahora que muriste, ahora que sobreviviste y todo cambió...

Y ahora continúa tu historia...

¿Qué diantres...? Sigues siendo fuerte. ¿Qué ha cambiado entonces? Eres grande. Sí, eso es... Eres grande. Es incómodo, pero sientes que siempre ha debido de ser así.

Al llevar la mano a tu rostro puedes sentir cómo tu esencia no ha cambiado. ¿Qué es ese vacío entonces? Llevando la mano a tu pecho y aprentando los dientes. ¿Quién se atreve a jugar contigo así?

No, no es eso, era antes cuando jugaban contigo. ¿Será que has muerto? No, estás vivo, enormemente vivo, y nadie va a cambiar eso mientras la sangre lata en tus venas. ¿Y ésta sensación? Es algo más grande que todo y más pequeño que nada, es tu esencia, una voz en tu cabeza te dice que está en tu naturaleza... ¿Quién es esa maldita voz? Se calla, no vuelve a hablar, aunque jurarías que quien sea sonríe. ¿Será un cobarde? Algo en tu interior te dice que no, más bien parece una mano... ¿amiga? Sí, eso es, quizá quien sea pueda ayudarte. ¿Desde cuando pides ayuda?

No, no, y mil veces no, lo harás siguiendo tu camino y al diablo con los demás, si quieren ayudarte, que lo intenten, pero nadie conseguirá detenerte, nunca lo han conseguido... ¡Y si lo intentan se las verán contigo y serán reducidos a la nada que deberían de ser!

Buscador de muertos: Tras que caiga la noche podrás designar a un muerto, si es quien estás buscando volverá a la vida y volverá a nacer el amor que una vez os unió, pero no podrás protegerle.

Traidor: Cada vez que te maten, sencillamente, en vez de eso, te unirás a tu asesino, para ayudarle y servirle... Hasta que otro te mate. Nunca delatarás a tus antiguos aliados, pues nunca se sabe cuando las tornas pueden volver a cambiar. No obstante, no puedes cambiar de bando cuando te matan los tuyos, de modo que si lo hacen morirás para siempre. Tu objetivo es sobrevivir tú sólo... Al fin y al cabo, eres un Traidor de los que ya no quedan, de este modo, cuando llegues vivo al final con un sólo compañero, lo matarás... Y partirás en busca de nuevos desafíos.

Traidor Corrupto: Como en Traidor pero además una vez por partida puedes ingresar en el bando de los asesinos sin necesidad de ser atacado por ellos. Puedes ganar con los asesinos... Si quieres.

Una luz invade tu ser.

Te sientes impresionado, rodeado. Varias siluetas se dibujan enfrente tuya, las identificas rápidamente como Cell, Rakedus y Zyba.

Una mano amistosa te hace girarte y entonces ves a Eir. Ella te sonríe y su sonrisa te calma.

Esto es el Juicio, tranquilo. Estaré aquí para guiarte. Ellos pueden ofrecerte su apoyo si lo deseas, pero la elección final dependerá en exclusiva de tí. No dudes en preguntarme a mí o a ellos si tienes alguna duda, pero recuerda que aquí se pondrá en juego tu Alma, el Don único que te identifica con el resto de la existencia.

Dicho esto, Eir retrocede un paso.

Eres terco, enano. Eres muy terco, y desafías lo establecido constantemente. Así que te ofreceré, si lo deseas, un poco de kaos. Algo que te ayudará en tu empresa, en tu búsqueda, más allá de lo que puedes imaginar.

Zyba mira a Cell y luego a Rakedus. Y se calla.

Cell pone una mano en tu hombro.

Obviaré que te has enamorado de una elfa, viejo camarada. Y te pediré que sigas luchando de mi lado, como el viejo matadragones que eres. No conozco a nadie mejor que tú para terminar con nuestros enemigos... Y el lugar está plagado de dragones con diversos rostros.

¿Y cuando vuelvan a tirarte desde las alturas? ¿Volverás a depender de que te salven? ¿Volverás a dejar que influencien en tu decisión de terminar con cara-moco? No, creo que no es eso lo que quieres. De mi lado, sobrevivirás.

Nuraus meneó la cabeza en reprobación a los tres hombres que tenía delante.

-Muy feo está eso de intentar comprar a la gente. Pero que muy feo, muy feo, muy feo… chasqueó los labios en reprobación. Lo único que os salva es que a mí me importa tres cojones que sea feo o bonito.

-Muy bien piltrafillas, decidme que me ofrecéis y os digo a quienes les partiré las piernas. JÁ. Dijo Nuraus después de que Eir habló y enfrentó a los tres hombres a los que habló.

Entonces se giró hacia Eir un segundo y preguntó:

-¿Y si ninguno de los tres me convence? Quiero decir… yo soy Nuraus, no cualquier debilucho de tres al cuarto. No necesito ayuda de nadie y aunque soy buena persona y voy a escuchar las tonterías que tengan que decirme, creo que lo más probable es que les mande al infierno a los tres.

Escuchó lo que tenían que contarle los tres y terminó cabreado:

-¡A ver, paliduchos! o me habláis claro u os vais al carajo todos juntos. Para decir tonterías que todos conocemos no necesito escucharos.

Se giró hacia Zyba que fue el primero en hablar.

-Me ofrecerás un poco de kaos. ¿Qué cojones es un poco de kaos? ¿Qué no sepa dónde he dejado mis armas?¿qué tenga desordenada mi casa? ¿Qué dónde tengo el culo tenga la cara?...¿qué coño significa eso?

-Y por cierto no soy un enano, soy Nuraus. No sé qué coño debió pasar antes pero soy así. Quién jugó conmigo tiene una cita con mi filo, pero no soy un enano. Soy un hombre hecho y derecho. Y con muy mala ostia si me quieren tomar el pelo. Así que ojito conmigo. Que ya me cargué a tu dragón una vez, puedo reventarle el ojete una segunda.

Siguió por Cell:

-Compadre…¿te parece bonito comprarme contándome que hay dragones? Eso ya lo sé y soy mayorcito para saber cómo matarlos, ¿estamos?. Quiero saber qué coño me ofreces. Y si me enamoré de una elfa es porque es la persona más pura y noble que conozco y sé que ella está aquí. Cambiada como yo pero está aquí, y la encontraré.

Ya te ayudé una vez y no recuerdo que me dieses las gracias.

Terminó por el mago:

-¡Y tú, gominola!¿sobreviviré?¿cómo hiciste tú? que perdona que te lo diga pero tienes un color y un aspecto muy poco sano para haber sobrevivido decentemente.

-¿Sobreviviré por qué me encerrarás en una celda de la que no podré salir?¿Por qué me darás el poder de matar a todos y quedarme yo solito?¿o por qué me dormirás y para cuando despierte todos tendrán su porción del pastel menos el menda?

Mirando a los tres de nuevo dijo: Sed clarinetes cómo lo soy yo y soltad más prenda.

No tienes por qué escoger a nadie, son ayudas, opciones para este Juicio, pero tú eres el juez. Tú dictaminas según tu voluntad. Yo estoy para protegerte y guiarte.

Ella sonríe amablemente.

Mi lucha contra Zyba me ha entretenido demasiado. Así que cierto, gracias. En cuanto a... ¿Ser más claros? Bueno, sólo te ofrezco un poco de ayuda para terminar con todos nuestros enemigos. Y no te reprochaba que te hayas enamorado de una elfa, más bien me parece... curioso cómo el amor puede cambiarte. Y hacerte más fuerte.

O por que cerraré tu boca. Y te enseñaré a cerrársela a otros. Es sencillo. Ya he hablado y no voy a repetirme... Cabeza hueca.

Hablo de tu interior, no de tu exterior, Nuraus. Y mi oferta, debido a tu actuación en Caos Planar, es la de ayudarte en tu búsqueda, y pocas cosas escapan a mis cálculos.

Nuraus se giró hacia Eir con confianza y seguridad:

-¡Hala, ya se pueden ir! O son sordos o idotas o quieren jugar conmigo. En cualquiera de los tres casos no me gusta que me tomen el pelo. No necesito ayuda de nadie.

-Si yo digo que te ofrezco un rubí, no diré que te puedo ofrecer lo más valioso que la tierra esconde. Te diré que te ofrezco un rubí. Y como nadie me ha ofrecido un rubí, se pueden pudrir entre los muertos y las sombras.

Se giró hacia Cell:

-Lo sienro amigo, pero tu aspecto no es muy bueno. ¿Quién me dice que no eres hora un Rakedus o un Zyba? 

Mirando a Zyba y Rakedus:

-Parece mentira que no me conozcáis e intentéis comprarme con palabras vacías. ¿Y vosotros habéis sido poderosos alguna vez?JÁ, mi perro sabe negociar mejor que vosotros.

-Por cierto, ¿al menos me podéis decir que es lo que queríais a cambio?

Mi palabra. Mi honor. Y tu lealtad.

¿Te parece poco claro ayudarte en tu búsqueda? Está bien. En cualquier caso, nada pido, salvo que no te interpongas con los míos, pero se los pido tanto a los que caminan a mi lado como a los que no.

¡Maldito cabezahueca! ¡Pido la destrucción de nuestros enemigos!

Con un gesto de su mano aparece un portal de la nada.

Crúzalo para alcanzar el lado en el que aguardarás. Suerte en tu empresa.

Nuraus procede a cruzar el umbral no sin antes dedicar unas palabras a cada uno de los presentes:

-Nuraus no se interpondrá entre tus aliados si ellos no se interponen en el camino de Nuraus, pequeño Zyba. Si lo hacen, Nuraus irá a por ellos y no dejará a ninguno vivo.

-Tus enemigos, no los enemigos de Nuraus. Serán de Nuraus cuando se interpongan en su camino. Incluso tus aliados podrán ser sus enemigos.

-Cell, camarada, lo siento, pero tendrás que buscarte a otro. Nuraus no se fía de nadie.

-Bueno guapa, Nuraus se las piras.

Girándose hacia todos.

-Nos veremos en el campo de batalla.

Dicho esto cruza el portal.

La corrupción entra en tí de un modo difícil de discernir... ¿Qué sucederá contigo? Sólo necesitas algo de tiempo...

Una pregunta:

¿Tengo que acertar en levantar a la elfa en el mismo asalto que muera o puedo ir tanteando con gente que haya muerto varios días antes?