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[HLdCn] Asesinato en el Orient Express

El Cenicero

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09/11/2014, 22:28
Director

Tras caer en la calidez acogedora de las llamas del horno de la máquina del tren, Ada y Elga se encuentran en un ambiente infernal pero, a la vez, agradable. Un vaho etéreo que desdibuja el significado de las llamas y entre el cual puede entrever otras ánimas que se reúnen allí.

La silueta de otras personas conocidas, además de las suyas propias, se recortan en la bruma y la imagen distorsionada por el calor.

            

 

Notas de juego

Las recientemente fallecidas ya podéis actuar aquí.

Eleanor, no te hago especial introducción, que tú ya conocías el lugar ;)

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10/11/2014, 00:33
James R. Otterbourne.

Elevo una ceja cuando veo aparecer a las dos mujeres nuevas. Les dedica una mueca de asco, pero no sabeis a quien va dirigida, luego se vuelve hacia su contertulio.

- Rotenmaier, me alegra tanto poder volver a verla...

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10/11/2014, 09:03
Fraulein Rottenmeier

- El... El placer es mío, señor Otterbourne. - Respondió tras unos instantes dubitativos, quizá por la interrupción de ver aparecer más almas en ese lugar a medio camino del infierno y alguna parte que no sabría bien cómo calificar.

Entonces su atención se desvió, pues una de las almas era la de la pequeña Birdwhistle.

- Señorita Birdwhistle, ¿qué os decía yo de no cotillear tan descaradamente los asuntos de los demás? Eso no es propio de una señorita. - Luego, la cara de Fraulein Rottenmeier cambió radicalmente. Algo la hizo suavizar el gesto como no había hecho en vida y, sin decir nada más, le dio un abrazo. - Lo siento. - Palabras sinceras y cargadas de una emoción impropia de la institutriz.

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10/11/2014, 13:51
Elga von Hollard

Mi llegada a este ambiente tan curioso hace que permanezca un momento en silencio obserbando el lugar

-que raro es esto. ¿una especie de purgatorio?- pregunta dirigiendose a Sor Lorenza, que se supone que debería entender de estos asuntos

-¿y que se supone que tenemos que hacer en este lugar?-

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10/11/2014, 13:59
Sor Lorenza

-En efecto, diría que es el purgatorio donde poco a poco todos espiaremos nuestros pecados. Lo que no entiendo es si los asesinos vendrán a parar aquí... No sería lo normal, deberían ir directamente al infierno.- contesto a la señora Von Hollard.

Miro a la niña la cual parece haber sido asesinada esta noche. -Mi niña, he pecado acusándote siendo inocente. Pido perdón a nuestro señor por ello para que me perdone y pueda ir con el al cielo.

Miro a nuestra vidente particular, no ha hecho bien su trabajo puesto que no ha investigado nada teniendo esa posibilidad pero bueno... Ella también recibirá el perdón de Dios. Todos los que no somos asesinos lo recibiremos, estoy segura.

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10/11/2014, 14:27
Ada Birdwhistle

Los ojos de Ada se abrieron en ese nuevo lugar, cálido y acogedor de una manera retorcida y la pequeña parpadeó varias veces mientras intentaba asimilar lo sucedido durante la noche. Intentó mantenerse fuerte, tener la barbilla alta y no mostrar debilidad, pero no dejaba de ser una niña que había sufrido demasiado en su corta vida y su labio inferior no tardó en empezar a temblar. 

La voz conocida de su institutriz atrajo su mirada y no se sintió mal cuando empezó a recriminarle por sus actividades nocturnas. Su riña le resultaba familiar, era como estar en casa de nuevo tras haber pasado demasiado tiempo entre desconocidos. Y cuando la mujer la abrazó, Ada escondió el rostro en su regazo y liberó los sollozos que oprimían su pecho. - L-lo siento... Te-tenía que averiguar quién le hizo eso tan t-terrible, Fraulein. - Murmuró con la voz entrecortada.

Durante largos segundos se mantuvo así, abrazada a la institutriz y dejando que su dolor fluyese a través de sus lágrimas. Pero la voz de la señora von Hollard la hizo reaccionar y la rabia la movió como un resorte cuando se giró hacia ella, con las mejillas enrojecidas por el llanto y los ojos cuajados de lágrimas. - ¡Usted! ¡Usted me mató! La vi anoche y me mató. ¡Es un demonio y se merece ir al infierno! - Exclamó con la voz ronca y señalándola con el dedo. 

Pero enseguida su objetivo cambió y miró a la monja. - ¡No la perdono! ¡No la perdonaré jamás y Dios tampoco lo hará! Usted quería matarme y yo no había hecho nada malo. No me importa que ahora se arrepienta, es usted una persona horrible y espero que vaya al infierno con esa asesina. No es usted mejor que ella. - Aseguró la pequeña, elevando la barbilla y sorbiendo por la nariz. 

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10/11/2014, 15:51
Sor Lorenza

-Dios perdona a todo el que se arrepiente, es más yo he sido de las únicas personas que no he llevado a la muerte a nadie. Estoy segura que padre me llevará con el. Tu deberías saber perdonar mi niña, yo os he perdonado por quemarme siendo inocente.

Los niños son fácilmente influenciables y quizá por ello mi imagen no vaya a cambiar a ojos de la joven Ada. Rezaré por ella y pediré su perdón a Dios.

Dicho esto me retiro a rezar.

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10/11/2014, 17:16
Eleanor Bow

Por un momento, Eleanor desapareció en ambos mundos, pero no tardaría mucho en regresar al que compartían las ánimas arropadas por la bruma.

Sus ojos grises aparecieron de nuevo, cobrando viveza, aunque más apesadumbrados que nunca. Sabía que pronto dos almas se sumarían en este viaje del que no regresarían jamás.

-Deje a la niña tranquila, sor Lorenza. Si quiere o no perdonarla, es decisión suya. Usted nos perdona pero no deja de recalcar que la hemos matado -suspira.

Mira con tristeza a Ada. Aunque el recibimiento de Fraulein fue frío cuando la vio, luego dio a la niña el abrazo que la pequeña tanto necesitaba. Eleanor se contagió un instante de sus lágrimas.

-Maldigo el día en que escogimos viajar en el Orient Express!
-se descarga-. Ninguno deberíamos estar aquí! Bueno, tal vez uno o dos, sí.

-Elga, ¿por qué mató usted a Ada? No logro entender qué oscuridad puede llevar a un crimen tan atroz!

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10/11/2014, 20:14
Lorens Stiltoon III

Ese lugar era tristemente aburrido, sin día o noche, sin algo de confort o alcohol con el cual entretenerse y el saber que nunca conseguiría un buen bigote o su propósito de emancipación así como no poder volver a ver a su familia, quien le diría que echaría tanto de menos a esa hermana suya. Todo aquello era tan triste, tan vació, sin duda la ultima adquisición de aquel particular purgatorio tenia razón, pero estaba tan casando que ni siquiera reparo en darle una buena contestación. ¿De que servia discutir? Lorens lo entendió al poco de llegar aquí, pero al parecer el resto de las "almas" encerradas no llegaba a entenderlo. Fue entonces cuando recordó la frase de aquella monja.

-Si esto va a ser así por la eternidad la religión esta equivocada, señora, la vida terrenal es la única vida buena y no importa ser bueno o malo si al final todos acabamos aquí.-Un tanto pesimista por parte del joven, aunque en el fondo comprendía que esto bien podría ser un paso al mas allá, después de todo, unicamente estaban las personas del oriente express y nadie mas.
-"Esto es tan aburrido."

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10/11/2014, 23:29
Elga von Hollard

Tras la acusación de Ada niego con la cabeza lentamente

-pobre niña confundida. ¿Dices que yo te mate? No se que te ha llevado a pensar eso pero te equivocas. Veo mucho mas probable que la causa de tu muerte sea ese imperdonable señor Poirot, con esas formas arrogantes y tan engreido. Es el peor asesino en este tren, quien sabe si no va de una habitación a otra matando todo lo que puede de distintas formas para confundirnos.-

Miro alrededor en busca de algún sitio donde sentarme, o ya puestos algo de comer. Me entra hambre cuando me aburro. Al no ver nada me encojo de hombros

-yo no te mate. Y no deberías acusar así a la pobre Sor Lorenza por ser demasiado vehemente. ¿Quien no se ha equivocado aquí? despues de todo tu también la votaste para matarla-

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10/11/2014, 23:38
Ada Birdwhistle

Ada apartó la mirada de la monja cuando Eleanor habló y miró a la violoncellista con una pizca de agradecimiento entre toda la ira que sentía. Sin embargo, al escuchar a la alemana sus mejillas enrojecieron por la rabia y saltó de inmediato.

- ¡Miente! ¡Yo misma la vi con mis propios ojos! ¡Usted me encontró cuando iba a espiar al señor Lowell y sus amigos me pusieron una capucha en la cabeza y luego me mataron! ¡¿Por qué sigue mintiendo incluso aquí?! Su alma va a ir al infierno diga lo que diga. Es usted una asesina horrible. Menos mal que el señor Poirot la mató. Espero que le hiciese mucho, mucho daño. Usted sí que es un demonio horrible. - Terminó, masticando las palabras con rencor. 

Entonces se volvió hacia Eleanor y sus ojos se humedecieron de nuevo mientras sentía un peso en el pecho. - Le dije a Abbey que yo creía que usted no era mala, pero no quiso escucharme. Le dije que usted sólo estaba equivocada al acusar al señor Lancaster. Él es bueno también, era amigo de mi padre, como el señor Poirot. Por eso sabía que podía confiar en ellos y por eso Abbey no confiaba en usted... Lo siento, siento no haber sido capaz de convencerla. - Su voz se fue apagando y la pequeña se quedó en silencio. 

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13/11/2014, 00:17
Director

Tras caer en la calidez acogedora de las llamas del horno de la máquina del tren, Andrew, Ivan y Sir Edward se encuentran en un ambiente infernal pero, a la vez, agradable. Un vaho etéreo que desdibuja el significado de las llamas y entre el cual puede entrever otras ánimas que se reúnen allí.

La silueta de otras personas conocidas, además de las suyas propias, se recortan en la bruma y la imagen distorsionada por el calor.

              

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13/11/2014, 11:44
Eleanor Bow

-Mi sospecha sobre el señor Lancaster fue tal cual la expresé. Pero el motivo de mi voto fue distinto. Creí que todos los asesinos se camuflarían entre los votantes del señor Otterbourne y que el señor Poirot entendería mi gesto como una declaración de inocencia. Porque, a pesar que dijo que ninguna mujer podría tener esa fuerza para apuñalar de aquel modo, temía que en el descarte del detective había demasiados inocentes con vida y pudiera replantearse lo anteriormente dicho –mira de soslayo a Elga un momento y luego continúa.

-El señor Lancaster fue votado anteriormente y la señora Lansbury no hizo nada al respecto. Pero aun así fue algo muy arriesgado por mi parte, ya que sabía sobradamente que la señora Lansbury iría cual hiena a por mí. Odia a las mujeres. El motivo no fue que me creyese culpable. Sin embargo, di por hecho que lo haría en la votación, si yo sobrevivía, claro. Supongo que no se vio capaz de convencer a los demás y prefirió satisfacer sus corrosivos instintos por su cuenta.

Lo que no me planteé de ninguna de las maneras, es que te abandonara por la noche, que te permitieran arriesgarte así. Pensé que su crueldad tendría un límite y no antepondría sus complejos a tu vida. Y el señor Poirot, quién iba a pensar que no dudaría en utilizar una niña que se supone iba a proteger, para que resolviese el caso por él. Realmente creí que estarías segura con ese matrimonio, pero me equivoqué.

-En fin…

-No estaría muerta si la señora Lansbury tuviese una décima parte de inteligencia, coraje o corazón del que tú tienes, Ada. Has demostrado ser la más valiente de todos y lamento con todo mi alma que te encuentres aquí. Te agradezco de todo corazón que intentaras convencerla, pero la envidia y el odio son difíciles de combatir. Te pido que no te tortures asumiendo una responsabilidad que no te corresponde –sonríe con dulzura a la pequeña y besa su frente-. Y no te preocupes, pese a todo me parece bien que la quieras.

Durante unos segundos pasea su mirada entre la niebla, como si esperase algo. Se frota las manos y una amplia sonrisa se dibuja en su rostro cuando aparece un hermoso violonchelo tejido de finas hebras etéreas. Lo abraza con cariño y delicadeza, como si fuera un hijo. Sólo lo había tocado una vez, tras la muerte de Sor Lorenza, en honor a ella y a todos los que la acompañarían después.

-No llegué a decírtelo -mira a la niña de forma divertida- pero cuando todo acabase, tenía pensado ofrecerme para enseñarte a tocar alguna sencilla melodía, si era de tu agrado.

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13/11/2014, 12:18
Elga von Hollard

Niego con la cabeza con sonrisa bonachona ante las acusaciones de Ada -ah, pobre niña confusa. En fin, este es un valle de lágrimas después de todo-

Después atiendo a las explicaciones de Eleanor asintiendo de vez en cuando -excelente análisis Fraulein Bow, solo puedo estar de acuerdo con usted-

Al ver como materializa su violonchelo miro a mi alrededor y con cierto esfuerzo hago aparecer una silla

-es una pena, pero Poirot y Abbey practicamente telegrafiaron al mundo que Ada era la verdadera investigadora, y que los tres ya se conocian de antes. Su engreimiento y falta de toda consideración son los responsables de que ahora estes aquí niña. Eso y no hacer caso a tu institutriz claro, espiar a la gente es algo muy feo-

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13/11/2014, 12:47
Andrew Lowell

El señor Lowell, despierta muy confuso, hace un rato sentía como su cuerpo entero ardía, como todo iba dejando de doler a medida de que el fuego devorada su cuerpo, sin embargo al menos parece ser que hay otra vida después de todo, aunque sea una vida entre penumbras y llamas, al oir las voces de las mujeres el señor Lowell se vuelve:

-¿Elga? ¿Eleonor? ¿Estáis ahí?, ¿Que es este sitio?, ¿Hay alguien más?, ¿Ivan donde estas?

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13/11/2014, 15:44
Eleanor Bow

-Señor Lowell... -se acerca despacio para no asustarle. La bruma se arremolina entre sus brazos y piernas mientras camina y cuando está al lado su silueta envuelta en niebla es mucho más nítida-. No tema. En este lugar nos hallamos todas las almas que han sido -tose, la costumbre le hacía olvidar que ya no podría entrar y salir de este plano a voluntad- que "hemos" sido violentamente arrancadas de la vida en este terrible viaje. Pronto encontrará a Ivan, y cualquier pertenencia que haya sido incinerada por el carbonero.

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13/11/2014, 16:15
Sor Lorenza

-¡DESVIADOS! Que el señor se apiade de vuestras almas...- digo completamente escandalizada por el amor del señor Lowell y el señir McGregor

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13/11/2014, 16:20
Ada Birdwhistle

Ada negó con la cabeza a las palabras de Eleanor y en más de una ocasión abrió la boca y estuvo a punto de interrumpirla. Sin embargo, la presencia de su institutriz en aquel lugar hacía que sus modales resultasen más difíciles de olvidar. No le cabía duda de que si interrumpía a un adulto cuando estaba hablando, se llevaría una buena reprimenda.

Cuando le pareció que la mujer había terminado, suspiró largamente antes de negar de nuevo con la cabeza. - No, señorita Bow, se equivoca. Abbey no es así. - Dijo, vehementemente. - Ella creía de verdad que usted era mala malísima. Creía que usted era mala y había engatusado al señor Heath y por eso él actuaba tan raro. - La pequeña dejó caer los brazos a sus costados. - Y cuando se le mete algo en la cabeza no hay quien se lo saque... - Añadió. - El señor Poirot sí que me escuchó. Él me escuchaba siempre, pero Abbey hizo lo que quiso. Si Abbey me hubiera hecho caso... - Dijo, mirando de reojo a los recién llegados. - Todo habría terminado ya y no moriría nadie más. 

Se quedó algunos segundos en silencio, pero al escuchar las últimas palabras de Eleanor, sus ojos se abrieron, todavía brillantes por las lágrimas que había derramado, al ver aparecer el violoncello. - ¿De verdad? - Preguntó mientras una sonrisa cargada de tristeza empezaba a dibujarse en sus labios. - ¿Y todavía puede hacerlo? ¿Puede tocar incluso aquí? 

Sin embargo, la voz de la señora von Hollard volvió a llamar su atención y la miró, entrecerrando los ojos con odio. - ¿Se cree que no sé que ustedes me mataron por lo que dijo el señor Poirot? - Preguntó mientras sus mejillas se encendían por la rabia. - Eso también se lo dije, le dije que me matarían por ello. Y me dijo que me protegerían entre todos... - Hizo una pequeña pausa y bajó la mirada y la voz al confesar lo siguiente. - Pero me escapé cuando todos dormían para poder seguir espiando al señor Lowell. Sé que me mataron por ese motivo, pero no fue eso lo que me mató, sino usted y sus amigos. No intente echarle la culpa a otros, señora horrible y endemoniada. ¡Usted! Usted cogió ese cuchillo y me lo clavó, no el detective ni su esposa. ¿Por qué querían matar a toda la gente del tren? ¿Por qué mató a Fraulein? ¡Ella no le había hecho nada a ninguno de ustedes! - Exclamó, perdiendo las formas y con el labio inferior temblando. 

Permaneció así en silencio durante algunos segundos, con sus pequeños puños apretados y los ojos humedeciéndose de nuevo. Después sorbió por la nariz, volvió a mirar a Eleanor y se arrodilló en el suelo, junto al violoncello. - ¿P-puede tocar algo, por favor, señorita? - Pidió con la voz entrecortada. - Algo alegre... Algo que sepa a chocolate. - Sus enormes ojos de color miel buscaron los de Eleanor, suplicantes.

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13/11/2014, 16:32
Ivan Mc Gregor

Ivan miró confuso alrededor. Aquel lugar se le antojaba siniestro y desolador, a pesar de medianamente agradable, debido a la futilidad de cualquier preocupación.

Vio sombras de personas a las que pudo reconocer, y se preguntó dónde se encontraba la de Andrew. Y pronto escuchó su voz, llamándolo. Al fin y al cabo estaban juntos, y la idea era tranquilizadora, a la vez que fuente de una emoción difícil de describir- Señor Lowell- dijo, con una sonrisa melancólica, acercándose a él- Estamos juntos. Y ahora nada más importa. Nadie podrá separarnos- dijo, algo azorado. Y tras mirar de manera reprobatoria a la religiosa que se atrevía a increparlos aún después de la muerte, tomó la mano de Andrew y besó sus labios con suavidad y dulzura. 

Escuchó entonces la voz de la pequeña Ada, y no pudo evitar afligirse- La locura y la ambición han traido aquí hasta a los seres más inocentes. 

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13/11/2014, 17:46
Andrew Lowell

Andrew suspira aliviado al ver allí a Ivan:

-Ivan...menos mal que estas aquí...no habría un peor infierno del que no poder estar a tu lado- Después del cálido encuentro sigue hablando:

-Se que ya no importa, pero puedes llamarme Andrew si es que te gusta más- Dice sonriendo.

Después se dirige a la eclesiastica y de forma burlona le dice:

-Si le parecemos a usted que somos unos "desviados", dígame como es que entonces una "sierva de dios" ha acabado en el mismo lugar que nosotros.

También habla con Ada un momento:

-Lo siento pequeña no tendría que haber sido así, pero quiero que sepas que arriba tu muerte se lamenta seguramente más de lo que crees.