Partida Rol por web

-Ante tal acusación bien argumentada por parte de Hebe es muy triste que te defiendas así de mal, Ganímedes. Eso es rendirse, directamente. Ella argumentó con sus razones, que son más que los aportes que tú has hecho a favor de tus razones. A mí, realmente me vale lo dicho, si no te defiendes con coherencia ni tienes más explicaciones que dar, sino simplemente abandonar tu destino a la suerte de los que votamos.

Todo el día había amanecido enrarecido. No solo hubo regresos y pérdidas sino que además parece que por fin teníamos a uno de los conjurados.

- Aunque no quiero dar credibilidad total a Hebeparece que ha podido delatar a uno de los traidores. Aún me flaquea un poco su teoría pero de ser cierta estaremos un paso más cerca de poder acabar con toda esta farsa.

Estuve callado en este nuevo día, escuchando esta vez las puyas de unos y de otros. Al fin parecía que ya empezabamos a tener declaraciones fijas, al menos por parte de Hebe y todo el mundo parecía seguirla. ¿Será correcta?

-No creo que condenar a nuestro único voto de desempate sea una buena idea... No obstante, la acusación de Hebe es muy firme, y tu defensa, Ganimedes inexistente. ¿Por que no te defiendes?

-No pensaba votar por Ganimedes pero al final me he convencido con la aclaración de Pan. Si nos equivocamos siempre podemos votar al día siguiente a Hebe. ¿Podrás cargar con ese peso?

-Quería esperar a escuchar tu defensa, Ganímedes, antes de emitir mi voto- dice Ártemis tomando su turno de palabra. -Lo cierto es que Hebe ha argumentado bien sus razones para acusarte. Puede estar mintiendo, claro está, pero es su palabra contra la tuya y personalmente me resulta mucho más convincente.

Sin nada más que añadir, la diosa de la caza se encoge de hombros antes de acercarse a Temis a emitir su voto.

-Mentiroso -escupió el dios de la guerra, fulminando al copero con la mirada-. Dices que no tiene sentido defender a quien no estaba en peligro, pero Hera había sido votada por cinco dioses el primer día. De no haber sido por el poder de Dionisos, lo más probable es que ella hubiera sido la siguiente enviada al Hades. No necesitabas desvelar tu poder para dar la cara por ella.

-A la vista de los acontecimientos parece que voto es unánime. Sospecho de Ganímedes como los demás, me votó sin mayor motivo y sin argumentos, y con la nueva revelación de ese poder suyo aún más.

-Has elegido muy mala defensa copero, quizá un poco a la desesperada. Si es cierto que puedes usar tu poder cada noche sabrás al menos el nombre de un leal o conjurador al haberlo usado anoche ¿no?, como desperdiciar una noche sin usar ese magnífico don...¿no? y sin embargo sigues sin desvelar a un traidor o evitar que enviemos al cadalso a un inocente. Que más puedo decir. Aún así te doy la oportunidad de hacerme cambiar de opinión porque si no, mi voto ya sabes para quien será -dijo sin dilación.
 

Hebe escuchó de nuevo las palabras del efebo y volvió a negar con la cabeza.

-No te hagas el mártir Ganímedes, ni intentes hacer dudar prometiendo nombres que puedes dar ya mismo sin nada más que tu conocimiento de tus compinches. ¿Tu poder no era por la noche? A qué tanta prisa por usar ahora ese poder que, según tú, te permite ver la verdad de la lealtad declarada de uno de los que estamos aquí. Palabras de lealtad que según dijiste ayer no creías que nos 'llevasen a ningún lado'. Y según él si que ha usado el poder esta noche Démeter, ¿porqué esta noche has preguntado por mí? Dudabas de la única persona que sigue diciendo que deberíamos decir la frase de marras, frase que dices es la clave de tu poder.

Hestia miró con tristeza a aquel por quién siempre se preocupó pese a ser un humano inmortal y no un Dios. Sabía a ciencia plena que mentía y apartándose de su lado y dejando la copa en sus manos simplemente se dirigió al resto ignorándolo por completo.

- Hebe, no tengo ninguna duda de que tus palabras son verdad y de que Ganímedes es un vil traidor. Siento pena por tí, copero, pero atribuirse un poder que no posees en realidad y usar la frase de marras sin saber que significado tenía, te ha delatado. Mi voto no entraña dudas y espero que seas enviado al Tártaro por toda la eternidad. Dije con voz firme y sin un ápice de duda. Tu habilidad que dices poseer nunca podrás aplicarla porque no llegará la noche en el día de mañana...

- Pan, como bien dices, la culpabilidad de Ganímedes será confirmada una vez lo enviemos al Tártaro, pero no desaparecerá el Dios del Sol de inmediato junto con él...será confirmada la culpabilidad del efebo y al acabar el dia, nos despediremos de nuestro querido amigo Helios. No sé si puede comunicarse con nosotros pero si es así, espero que reafirme mis palabras. La diosa del hogar estaba realmente disgustada con el copero. Realmente había nublado la vista de Zeus y obrado con maldad.

Perséfone armó aquel pequeño nido de flores y enredaderas para poder descansar junto a su madre y no quería tener que separarse de su madre en ninguna circunstancia. Con la llegada del día, el brillo del sol aporreó sus ojos, lo cual le extrañó después de haber pasado un día sumidos en la oscuridad. Helios estaba de vuelta, cumpliendo así que profecía dada por Hestia.

Sorprendida, Perséfone miró a su madre y le sonrió, sabiendo que esto ayudaría a que la guardia de su madre fuera más sencilla. Entonces, se vino la declaración de Hebe y la defensa del efebo. Sin duda, era un entregarse al juicio sin defenderse.

- La verdad es que mostraste brío en otras ocasiones, pero ahora parece que no te defiendes. Si realmente no fueras un conjurado, harías mucho más que eso. Hebe ha discutido con muchos de los presentes por sus ideales, incluso repitiendo la frase que muchos consideramos innecesaria. Otra cosa a su favor es que nadie ha salido a desmentir tu poder, pero a ti te está desmintiendo Hestia, quien ha mostrado habilidades que nadie más aquí posee – miró a su tía, una de las mujeres a quien más cariño le tenía por su entereza, pero más que nada por su calidez.

Entonces, decidió seguir con su labor. Se acercó a Ares y con una sonrisa, le dijo – Afrodita quería que te dijera que está caliente y que espera que mantengas tu promesa. Himeneo se une a esto y te pide amablemente que te pudras. Todos querían decirte algo. Apolo me ha pedido que te dijera que no te preocuparas, que él sabe respetar la unión de una pareja, aunque no es su culpa que Afrodita estuviera más unida a él que a ti – y entonces, miró a los demás.

- Afrodita y Apolo fueron enlazados desde nuestra llegada y quien los condenó, iba por Apolo. Afrodita solo fue otra víctima por estar enlazada a este. Himeneo parece tener un plan junto a Asclepio, pero no lo revelaré aún para no darles pistas a los conjurados -.

-Perséfone, dile a Afrodita que nada me alegrará más que mantener mi promesa y que haré todo lo que esté en mi mano para devolverla al Olimpo y acabar con los conjurados, no necesariamente en ese orden -dijo el dios de la guerra, en su habitual tono bravucón-. A Himeneo puedes decirle que le enviaremos pronto a un compañero de juegos para que se una a él y a Asclepio en el jardín de infancia del Hades. Tengo mucha curiosidad de saber que se traen entre manos el Dúo Sacapuntas. Conociendo a Himeneo, no puede ser un buen plan.

Ese "algo" que me obligaba a pensar ha sido aclarado. El copero se ha entregado con una defensa pobre que por sí sola no vale nada. La única explicación posible a lo que ha sucedido es que la información que yo tenía del copero había sido enmascarada, lo cual implica un poder de terceros.

Si Hebe estuviese mintiendo y mi información no estuviese alterada, entonces Ganímedes sería inocente, pero no seré yo quien defienda a quien se entrega por su mano. Después de oir al copero, creo más en Hebe que en mi propia información.

El copero es culpable.

-Es curioso, muchos me acusan de renunciar a mi defensa. Yo ya he dicho todo lo que tenía que decir. No tengo más palabras ante mis acusadores. Y, sin embargo, antes de que acabe el día yo habré hecho más por la defensa de Zeus que Ares con toda su autosuficiencia y palabrería vana. Vosotros pedís palabras, yo os daré hechos.- Sentencia con tranquilidad.

-A propósito, Ares, aunque esto es una mera bagatela: Yo compruebo lealtades por la noche, tú me acusas de no haber defendido a Hera que tuvo cinco votos el primer día.- Dijo.

-Ganímedes, Hera pasó toda la primera noche y el comienzo del segundo día siendo sospechosa a ojos de muchos de vosotros. Si tu poder funciona por la noche, sabías de la inocencia de Hera desde antes de que arrojaran a Helios al Océano. Y no dijiste ni lo más mínimo sobre ella. Es más, te lo repito: si Dionisos no hubiera realizado su habilidad sobre Hera durante el segundo día, la mayoría hubieran seguido creyendo en su culpabilidad. Tengo muchas ganas de ver cómo el barquero te lleva consigo, copero.

De golpe, los dioses escuchan ruidos de metal, y acercandose sobre el lomo de Festo está Hefesto, el cual, al aterrizar, se tropieza con una pila de chatarra que llevaba sobre el animal, y cae de bruces al piso. Se levanta rápidamente, corre hacia Helios y le da un abrazo enorme.

- JA JA JA JA JA JA JA -

- ¡LO SABÍA! SABÍA QUE VOLVERÍAS. ¡Maldición! Espero que esta vez te quedes con nosotros hermano. ¡¡No te despegaré el ojo ni por un segundo!! -

Luego de unos segundos, Hefesto cae en la cuenta de que lo están mirando todos, así que se voltea y dice:

-JA JA JA, ¿ME EXTRAÑARON MORTALES? Tú seguro que sí, Ares. Sino, ¿quién te armaría tu aparato del asma? JA JA JA JA ¡Disculpen el retraso! Mi forja a veces me hace perder el sentido del tiempo y del espacio, pero gracias al MosquiDron, he estado atento a todo lo que han dicho. Y entiendo porque han votado a Ganímedes, pero les traigo una buena noticia. Dionisos me hizo saber que ha usado, antes de irse, su últimas gotas del Vino del Sincericidio en Ganímedes, así que en unos segundos podremos escuchar al tonto a ver si es o no un traidor. Si es culpable, podremos directamente pensar los votos para la próxima venida de Caronte. Si es inocente, estamos a tiempo de cambiar nuestros votos. -

Hermes está intranquilo, se le notaba moviéndose de lado a lado, con su increíble velocidad, escuchando a unos y a otros, pensando en quien debería ser votado este día, por lo que se acercó a Ares.

-Ares, me gustaría escuchar tus propuestas sobre los conjurados.

El dios de la guerra arqueó una ceja al escuchar la pregunta de su alado hermano Hermes.

-Intuyo por qué me preguntas abiertamente, hermano, así que trataré de responder rápido por si tienes algo que hacer. Después de Ganímedes, mi principal sospechosa es Atenea. Si bien es cierto que la defendí ayer cuando tres diosas la votaron, sólo lo hice para asegurarme de que mi principal sopechoso era arrojado al Hades y comprobar el comportamiento de la diosa de la sabiduría, que por el momento me encaja como una traidora. También te puedo decir que confío en la inocencia de Eris, Hebe, Perséfone y Pan, por lo que si posees una capacidad que te permita obtener información, no creo que debieras usarla con alguno de ellos, sino más bien con los que resulten más dudosos.

Ares mira desconcertado a su alrededor y poniéndose en pie, con voz alta y clara delara:

- Mi verdadera naturaleza me pide que ayude a la caída del Olimpo, ocurra lo que ocurra no decaeré en mi empeño ¡todos arderéis!

Tras decir aquello quedó un tanto desorientado.

Jajaajajajaajajajaa.

Ríe, ríe tan abiertamente que casi se le podría desencajar la mandíbula, secándose una lagrimita.

Chao chao, copero. Parece que las últimas gotas de Dionisos te han condenado.

Entorna la mirada con una sonrisa más tranquila.

Espero que no disfrutes de la hospitalidad del Inframundo.

Mira en dirección al dios de la guerra y sencillamente se encoge de hombros, sin mucho que añadir. Cada uno podría creer lo que quisiera, pero no pudo evitar añadir.

Si alguien duda de mí puede investigar cuanto desee. Aunque puede que se sonroje ante lo que vea.

Entonces se acerca hacia Hebe y se inclina levemente ante ella, en señal de respeto.

Gracias por lo que nos has dicho, ha resultado revelador a la par que astuto.

- Bueno, maldito bastardo, yo que te defendí cuando no te querían tener en cuenta por no ser dios, y me lo pagaste tirando a mi amigo al Océano. Que sepas que voy a disfrutar mucho mandarte a las profundidades del Tártaro JA JA JA JA JA... ¡BASURA! - Con el último grito, se escucha la erupción de un volcán en la lejanía.

Iris se mantuvo en silencio todo el tiempo, la marcha de su señora Hera, la había cogido de improviso, no esperaba que nadie fuera capaz de atentar contra ella. Y desde luego no esperaba una perdida tan temprana de ella, aunque comprendía la razón, la mujer de Zeus era mas fuerte de lo que pensaban y deshacerse de ella era una claro objetivo, solo lamentaba que no poder hacer nada al respecto.

Pero ahora con la confesión de Ganimides, si que podía hacerlo. Llamaría a quien hiciera falta para que uno de aquellos que estaban intentando derrocar al marido de su señora cayera a lo mas profundo.

También se preguntaba el porque Helios aun no había dicho una sola palabra desde que llegara. ¿Acaso era tan doloroso regresar?