Partida Rol por web

Mashiro se mantuvo en silencio escuchando las acusaciones que se proferían, sabiendo que por mucho que dijesen que la situación estaba bien y que ya estaban exponiéndose los osos, en verdad era justo lo contrario, y eran quiénes llevaban la voz cantante y dirigían al resto. Por el momento se guardaría sus pensamientos para sí misma, pero desde luego sabía que Yoru y Kibou no estaban en el grupo de los inocentes. Si bien no podía asegurar que fuesen osos ambos, desde luego al menos uno de los dos o una neutralidad cómplice, en contra de los inocentes. 

Resignada por todo aquello, se limitó a ir dibujando en su bloc de dibujo con tal de organizar sus ideas, realizando unos hermosos bocetos de Kumiko. Ya tenía dibujados a Kukiko en el primer día, a Yoru en el segundo, y aunque no le hubiese dejado dibujarle desnudo, de Bim en el tercero. En esta ocasión dibujaría a la atractiva rubia que acababa de sentenciar a Sato con la confirmación de que era un oso. Aunque hubiese deseado escuchar de Sato a quién había investigado con su monotool, todo parecía indicar que pretendía guardar silencio hasta que lo sentenciasen, y si no era si quiera capaz de defenderse, no había nada más que agregar. El voto de Mashiro sería para él.

- Sato no parece tener intención de decir nada, ni si quiera para defenderse de la acusación de Kumiko ni hablar de lo que haya podido averiguar con su monotool. Si ese es el caso, poco se puede hacer para tratar de justificarle o de que se traicione a si mismo con sus palabras... - expresó con voz fría y neutra, sin darle mayor importancia si aquella era su decisión final. Kumiko, ¿Te gusta mi dibujo? ¿De qué color eres? Kukiko es azul, Bim es anaranjado, Yoru es gris oscuro... 

Y como si tal cosa, continuó realizando sus dibujos, no sin realizar un último comentario.

- Esta noche intuyo que sonará la alarma, lo presiento. - y sin dar explicaciones de lo que significaba aquello, siguió dibujando con una sonrisa a Kumiko. ¿Te gustaría una cita?

Hmmmmmmmmmmm...

  Desde el asunto del regalo Miguel había estado un tanto en silencio, realmente no por nada en especifico, pues como habia dicho seguir jugando las cartas en contra de un Sato que ni defensa daba sonaba poco interesante, por lo que con su libre en mano se quedo pensando en algo, hasta que el chico bola dijo algo bastante fascinante tal que el joven poeta de reserva no pudo no poner toda su atención.

 Primero... Mayor que...

Barra baja...

Menor que...

  Iba dibujando en su libreta, hasta que se da cuenta de algo realmente impresionante..

Curiosa forma de engañar al lenguaje

con solo tres signos y una expresión al instante..

¿ de que otra forma jugara con las cosas ?

puede que hasta su actitud, de simple chico bola..

   Dicho esto y viendo que la cosa iba a seguir por un buen rato mas, o por lo menos hasta que Monokuma decidiera que el destino de Sato estuviera decidido a Miguel se le ocurrió preguntar por un tema en especifico.

Existe un tema del que poco hablamos

y tal vez es mas importante que solo culparnos...

la herramienta que convierte fue mejorada como el resto

¿ a quien unirán a su bando para seguir con este juego funesto ?

si tanto hablan de piezas importante...

de aquí a mañana...

¿ quien sera el que llene el espacio bacante ?

vidente, pareja o la pistolera...

cualquiera de esas piezas en desventaja nos deja...

Para luego seguir con otra de sus reservas de zumo de tomate.

Kazuki escuchó la propuesta de Chiyoko. Por una parte el joven tenía claro que saltarse la noche iba a significar para Kumiko no poder investigar, pero decidió esperar confirmación por parte de esta a ver si caía la breva. Al escuchar la negativa por parte de Kumiko, simplemente suspiró, resignado y se acercó a Chiyoko. Procedió a quitarse la pajarita y a dársela a la chica macabra.

Mi poder no, pero mi pajarita si que te la puedo dar.

Quitar una noche ahora mientras Kumiko-chan está viva... Perjudica demasiado a la Esperanza. - comentaba con un cierto tono triste hacia Chiyoko, ya no podía negar más la realidad que para todos parecía estar muy clara respecto a Chiyoko, aunque una pequeña sonrisa apareció en su cara. - Efectivamente has deducido bien, tengo un uso más gracias a la mejora, un total de dos. - dirigió ahora una mirada algo engreída a la chica. - Aunque me gustes, parece que aquí se separan nuestros caminos Chiyoko-chan, parece que entre nosotros solo uno de los dos va a ganar este macabro juego.

Y voy a ser yo.

- Oh, Mashi... No me digas que... ¿Te gusta el cuento de Hamelin? - pregunto y me encojo de hombros. - Vaya vaya... 

Estoy muy sorprendida, ya lo sospechaba pero sus palabras han dado a entender algo y esto de ir dibujando a las personas, me resulta raro. Luego desvío la mirada hacia Miguel. 

- Venga, dales ideas que vienen escasos. - digo en un tono sarcástico. 

Vamos que la posibilidad siempre a estado presente.

mejor estar preparados antes de que nos choque de frente...

aunque claro, también existe otra opción

y es que en el juicio de hoy, Sato se lleve con sigo este Don.

Dicho esto a Kukiko, Miguel volvió a seguir con su bebida.

- En ningún momento he dicho que seáis osos. - contestó Chiyoko ladeando la cabeza a la "teoría" que había sacado Yoru con sus palabras - Sólo he preguntado cómo lo has averiguado tú. Ya supongo que Sato-kun no acertó con la tuya, tema con el que obviamente estás a la defensiva, ¿pero cómo sabes tú que la MonoTool de Sato-kun es la misma que él dice? Si no lo sabes con seguridad, sigue siendo una teoría pero no una certeza... Aunque no cambia el hecho de que sea un oso. 

Tras la respuesta de Kumiko, asintió pensativa y luego hubo algo que le pilló por sorpresa: La forma en que le habló Kazuki. Tomó la pajarita entre sus mangas y su sonrisa poco a poco desapareció para dar paso a la extrañeza. ¿Qué acaba de pasar? Parpadeó sorprendida y le miró fijamente mientras esbozaba media sonrisa, todavía incómoda. Espera, no pensará él también que... Sin querer, retrocedió un par de pasos, aún con la pajarita en su mano, hasta tropezarse con una mesa. Aquel gesto le había dolido más que todas las quejas de Kukiko, más que todas las miradas insidiosas y las acusaciones que habían volado hacia ella a pesar de haber sido casi la primera víctima. Incluso más que la muerte de Ayaki y las que había presenciado a través de las pantallas de Monokuma. 

Chiyoko se cubrió la cara con ambas mangas, aún sujetando la pajarita pero sin querer ver nada más. No podía olvidarse de aquella foto en la que salía junto con los dos hermanos y Kukiko. ¿Pero qué pasa si no puedo llegar a la verdad...? No, en este momento eso no es lo importante. No es importante que yo lo descubra. Tengo que tener esperanza... en que los demás puedan llegar a ella. Y tal vez, sólo tal vez... No sea demasiado tarde. Se frotó la cara con ambas mangas y levantó la cabeza hacia Kazuki.

- Gracias, Kazuki-kun. Por un momento casi pierdo la esperanza. - susurró, volviendo a sonreír poco a poco - Sé que no era tu intención, pero lo has conseguido. Y de momento, me quedaré esto... a mi manera.

Para variar, sacó sus manos enguantadas de sus mangas y, con un poco de maña, se colocó la pajarita en un lado del pelo, como si fuera un lazo. Respirando más tranquila, apoyó una pierna sobre la mesa en la que estaba y empezó a hablar con su tono habitual. Las palabras de Miguel también le habían recordado el peligro que corrían todos. Y ahora sé qué debo hacer.

- Vaya, vaya, no era mi intención crear más caos. Lo siento si lo ha parecido, pero sólo quería comprobar si funcionaba como mi MonoTool. Pensaba esperar hasta mañana... Pero no voy a tener muchas más oportunidades, visto lo visto. - apoyó la cabeza sobre su manga, con tranquilidad, y tomó aire - En primer lugar, debo disculparme por haberos mentido: Nadie me protegió la primera noche. Fue mi MonoTool la que lo hizo. Esa noche me vi morir porque en mi lugar había un clon; del mismo modo que no tenía heridas, ni la sangre era mía, todo pertenecía a mi otra yo. Básicamente me daba una vida extra en caso de un ataque de osos por la noche, pero tardaba en recuperarse el tiempo de un día y una noche. Eso coincidió con la prueba que hizo Kazuki-kun de saltarse un día, y es por eso que pregunté a Monokuma-san lo mismo que le he dicho a Kumiko-chan que pregunte. Una cosa es que deba ser un momento del día concreto y otra que sea una duración concreta.

Terminó la explicación, separando las mangas como si fueran dos cosas totalmente distintas. Echó un vistazo a todos y suspiró.

- Podéis creerme o no, o Kumiko-chan puede investigarme si no termináis de confiar en mí. Realmente no tengo certezas de que alguien sea oso o no, aunque sí una tabla muy bonita analizando las posibilidades de cada uno. Y si en algún momento he defendido a unos y a otros es porque, o no tengo certeza de que sean peligrosos o porque no encajarían en mis cuentas. En todo caso, prefiero darles el beneficio de la duda. Aunque algunos generan muchas dudas... - terminó mirando a la parejita de Yorubou, pero luego echó un vistazo al resto - Ah, y si no os cuadra algo de lo que he contado, preguntadlo.

Miré sorprendida a mi hermano ante la sólida defensa que había hecho, incluso usó algún argumento que había reservado para contratacar en caso de que volvieran a acusarme. Los últimos días habíamos hablado poco y su repentino alegato me había tomado desprevenida, pero sin lugar a dudas éramos hermanos y pensábamos parecido.

- No tengo mucho más que añadir a lo que ha dicho mi hermano, ha expresado casi todo lo que tenía guardado para hoy en caso de que volvieran a acusarme y mucho más - dije con tranquilidad sonriendo a mi hermano - aunque me guardaré mi último as bajo la manga por si acaso.

Le estaba muy agradecida a Kazuki, pero eso no quería decir que hubiera perdido mis viejas costumbres.

- Muy agudo, hermanito, te doy la victoria de este round, pero no te confíes mucho, la próxima gano yo - estaba bromeando, pero me gustaba picarlo de vez en cuando.

Fueron las palabras de Chiyoko las que consiguieron quebrar ligeramente mi máscara prepotente y hacer aparecer un ligero rubor en mi rostro. La chica tenía razón, después de todo éramos hermanos, era natural que nos ayudáramos entre nosotros porque nos queríamos y... toda la magia se rompió cuando Kazuki volvió a abrir la boca. 

- Tenía que haberlo imaginado, lo único que le interesa a Kazuki es ganar...

Tomé un té helado y me senté en la silla más cercana a tragar mi decepción en silencio. Sabía que no era del todo cierto y que también se preocupaba por mi, pero había ocasiones en las que pensaba que las competiciones parecían más importantes que su propia onee-chan.

Me había esperado un día de discusiones llena de argumentos para defender mi inocencia, que lloverían las incriminaciones, las miradas cargadas de recelo y las palabras acusatorias. Sin embargo, todo estaba mucho más tranquilo de lo que había pensado. Después de todo lo que había hablado el día anterior, Sato no parecía tener intenciones de decir nada.

Miré con gesto travieso a Bim y a Kukiko preguntándome si habría que dejarles un poco de intimidad. Y si ya se les unía Chiyoko, pues... A pesar de sus continuas discusiones hacían un bonito trío unido por la desconfianza, el sarcasmo y el amor.

La gente hablaba mucho y Bim había acabado perdiéndose entre tantas idas y vueltas, aunque tampoco podía quejarse; después de todo, no era justamente él el adecuado para quejarse de que otros hablasen mucho. Por lo que había entendido, Niña Rosa era su tsundere y ahora Creepy su... Bim tuvo que buscarlo en el diccionario que su Monotool traía incorporado, por alguna razón. Creepy era su "kuudere". Algo así. Fuere como fuese y aunque se peleaban por él, al mismo tiempo una quería cometer un suicidio doble con él y la otra quería su oponente cometiese el suicidio doble, lo cual no era buenas noticias para Bim... ¡¿Qué clase de amor era ese?! Y lo que eran peores noticias era que hubiese gente que siguiese afirmando que él había defendido a Depressive, lo cual ya estaba comenzando a cansarlo.

—Yo. Nunca. Defendí. A. Depressive. ¿Entienden? —preguntó mirando tanto a Creepy como a Niña Rosa como a Niño Leche—. ¡Qué testarudez! Fui de los primeros en decir que todo lo que decía paracía demasiado conveniente para alguien que estaba comenzando a ser votado y que podría terminar siendo linchado, y por décimo novena vez los invito a hacer memoria —dijo achinando los ojos y mirando a Niña Rosa al hacer esa última declaración.

—Y tú. Deja buscar que diga mi Monotool. Si no lo he hecho hasta ahora es por algo...

- Mira tú, tienes un enamorado Chiyoko y te has puesto sentimental. Vaya... No intentes ponerme celosa, no cuela. - bromeo con ironía. 

Toda la pantomima del enano, me deja negando con la cabeza mientras medito sobre su monotool y las habilidades que tiene. Iba a decir algo más, pero mi querido Bim se pone nervioso y yo que estoy al lado, como que lo escucho con más intensidad. ¿Se está cabreando? Pobrecillo. 

- Tranquilo, Ghosty... Y no te alteres, no me vayas a decir que tu monotool es tan importante en esto que no puedes decirla. Hm... Raro, más expuesto que Kumiko. ¿Hm? - digo y le doy una caricia en la mejilla. - No siembres más desconfianza en el campo de la verdad. Piénsalo... Además si puedes revivir a alguien. ¿Qué más da que te maten? Regresas... 

Bim ladeó un par de veces la cabeza, como si se estuviese pensando la respuesta.

—Algo así —afirmó mientras apartaba con suavidad la mano de Niña Rosa de su rostro. Era una tsundere en toda regla. Lo acusaba y se reía de él pero no parecía ser capaz de controlar sus instintos ni por tres minutos, y es que cada vez que se descuidaba la tenía acariciándolo, recostándose contra él o intentando besarlo—. Oso Maloso, ¿el acoso sexual no va contra las reglas? —Bim miró de reojo a Niña Rosa—. Me siento oprimido.

- Ja, y vuelves a mentir. Qué fácil es jugar contigo... Osito. - respondo divertida. 

Ahora sí tomando las distancias, ya que no creía en la posibilidad de que tuviese esa monotool y los hechos afirman algo muy claro. Hago una mueca de sorpresa fingida ante sus acusaciones y me encojo de hombros, aunque me gusta ofrecer una explicación al peliblanco. 

- Se llama persuasión, o quizás una forma muy rudimentaria de fastidiarte y ver que haces o dices... Todos lo hacemos de alguna manera, acorde a la personalidad o al bando en el que pertenecemos. Así que tranquilo, he obtenido lo que quería, aunque claro... sigo creyendo que si eres inocente, no sabes usar tus cartas y si eres Oso, deberías cubrir mejor la evidencia. Muchos han sacado la garrita y hemos pillado las referencias..- termino por decir. 

Disfrutando de esto y preguntándome... 

¿La usará conmigo? 

- Otro inciso, creo que los delitos aquí corren a la luz del día: Asesinato, calumnias e injurias, extorsión, manipulación de la verdad... Acoso... Puag. - comento. - No le llores a Monokuma, anda. Si morir, mueres igual. 

—Pues refutaría tus argumentos pero... ¿los hay? —preguntó—. Lo único que veo es soberbia desmedida sin razón de ser. Lo diré una vez más y de forma terminante: a menos de que sea mi última opción, no diré cuál es mi Monotool. Quizás te haga ilusión mostrarle a los osos qué habilidades tiene quién, al igual que Niño Piano. A mí no. —Bim alzó las cejas—. Además, decirte que no has logrado persuadirme de nada con tu acoso sexual más allá de haberme convencido de que eres una tsundere, algo que tampoco aporta mucho. —Solo restaba hacer una aclaración más—. Y no intentes excusar tus propios crímenes con que hay otros peores. El acoso sexual está mal.

-Kazuki Uehara.

Comentó el muchacho que había sido relegado a segundo plano a causa de la pelea matrimonial que parecían tener Kukiko y Bim.

-Duplica el día de hoy. No es necesario que Kumiko investigue al siguiente que vamos a linchar. Creo que todos vemos evidente a quién hemos de eliminar por el bien de todos, osos y esperanza por igual.

-Si dejamos llegar a la noche, quizás lleguemos a un punto en donde todo esto sea demasiado tarde y ambas partes suframos unas pérdidas más que considerables. Así que... ¡Pactemos todos!.

-A cambio de ello, me comprometeré en defender a Katsumi, aún a costa de la vida de otros. Esta es una palabra de lechero, y como se suele decir, el lechero es el único que por la madrugada deseas ver aproximarse a tu morada...

Niño Bola Ikuyurah alzo la vista para mirar al siniestro mentiroso, ya que él era mas bajo evidentemente.
-¿Que? -Negó con la cabeza. -Si esas no son palabras de alguien que tiene miedo a que se sepa la verdad, entonces no se que es. -Puso las manos en jarra simulando una jarra, a pesar de que esa no era la intencion del chico.

Y entonces miro a Miike, Kadogemu y Hitoshi, de quienes nunca se habían escuchado mas palabras que las de sus propios nombres, ni opiniones propias.

 Escuchando a Atira hablar, este tan solo comentó de forma breve.

-No es a ti, idiota...

 Y porque era demasiado breve, añadió un insulto más.

-Al parecer ya sabemos que tu ego pesa más que tu grasa...

-¿Como? -No entendía nada de su escueto mensaje.

Kazuki escuchó bien alto su nombre y por supuesto respondió. - Sí, yo también me he dado cuenta Yoru-kun. - comentaba, aunque sonaba algo gangoso, como si tuviera la nariz tapada. - Y no Ikuyurah-kun, no se refiere a ti, se refiere a Mashiro-chan. Por si se os había olvidado, sigue habiendo un neutral sin identificar, probablemente uno malvado que nos quiera ver muertos a todos. Y hay alguien que hoy ha dicho concretamente. - cogió aire por la boca, realmente parecía que no podía respirar por la nariz. - "Esta noche sonará la alarma" Tampoco ha explicado a que se refiere, por lo que podría referirse a que al llegar esta noche ganará directamente. Con la nueva mejora que nos ha puesto Monokuma a lo mejor puede terminar antes de lo previsto sus planes. Así que saltar la noche para evitar la victoria del neutral-malvado suena bien.

Volvió a respirar por la boca y suspiró. - Realmente y tal como dice Yoru-kun, ya están bastante claros algunos lobos, por lo que si por una noche no investiga Kumiko-chan no pasa nada. Si antes me he puesto tan estricto con no saltar la noche es porque quería que Chiyoko reaccionara. Parece que se estaba poniendo muy en duda su inocencia y quería ver su reacción al llevarla al límite, no sé que opinarán los demás, pero al menos yo creo en sus palabras, sobretodo por lo específica que ha sido. - finalmente los presentes pudieron centrar la vista en el pequeño Kazuki, el cual parecía estar todo el rato haciendo algo con su nariz.

No me des las gracias, ya dije que estaba del lado de la esperanza y quiero demostrar que eso te incluye a ti.

Tras quitarse los algodones de la nariz después de parar la hemorragia provocada por ver su pajarita en el pelo de cierta muchacha, procedió con normalidad. - Así que antes de que gane el neutral malvado solo y teniendo en cuenta que tenemos algunos sospechOSOS bastante claros, estaría bien duplicar el día y acabar con quien pone en riesgo la vida de todos. - los comentarios de su hermana también calaron bastante en el joven.

Venga no te enfades, he dicho que me he puesto de tu lado. Si gano yo, ganas tú.

-O_o... -En verdad alucinaba con las cosas de mas de uno teniendo las cosas tan claras donde su verdad era la única e inamovible. -Sigo sin entender que tiene que ver conmigo, pero esas palabras que menciona Mashiro pueden tener muchas interpretaciones. Por ejemplo la alarma, tal vez se refiera a que esta noche si crea que vaya a ser atacada Kumiko porque lleva dos de dos. Y preguntarle si tiene una cita, sea que piensa protegerla esta noche para que no le pase nada. -Miro a todos los allí presentes. -¿De verdad soy el único que ha pensado de esta forma al escucharla hablar? -Empezaba a pensar que de aquella toda esa clase, era el único que pensaba en el grupo y con esperanza y no de manera individual.

-¿Porque una alarma sigfinica una victoria? ¿Que me he perdido?

Y yo me pregunto... ¿Por qué son tan evidentes? 

- Es la mejor opción, Kazuki. - respondo y agrego. - Miren al niño bola como reacciona ante la exposición de alguien... Un maldito patrón en común que tienen. 

Señalo al chico, negando con la cabeza. 

- Lo siento Mashi, te adoro. Aún así, son claras tus intenciones y hay que evitarlas. 

Termino por decir con un poco de pena, pero no hay opción. 

Azura se encontraba en una esquina viendo de un lado a otro como si una partida de ping pong se tratará. Muchas palabras. A la chica danzante le estresaba mucho el ruido, lo único que le había quedado claro es que debía votar por Sato~san