Partida Rol por web

Aquella cocina no parecía nueva, al contrario, desde su suelo hasta la vajilla en los estantes más altos, se podía ver -y oler- que todo esto pertenecía al milenio pasado, pese a ello la calidad de todos los artículos que había ahí era más que envidiable, pese a tener ya una centena de años la mayoría, su cuidado y trato parecían como nuevos. Desde la cocina de leña hasta toda la cerámica que había repartida por el lugar, así como los robustos muebles de madera.

Pese a todo, no hay nada que pueda llamar la atención de nadie, lo más nuevo era un conjunto de 5 neveras que se encontraban relegadas y apartadas en un armario, tras unas puertas correderas, también de madera. Dentro había ingredientes para cualquier tipo de comida, y al parecer podía alimentar a un regimiento por semanas sin preocuparse del desabastecimiento. Además había un enorme cubo de basura con unas leves manchas de sangre en un borde.

Otra cosa que podría llamar la atención eran algunos productos más o menos comestibles, esparcidos por toda la cocina, se supone que o bien son condimentos o bien son decoración, ahí había rúcula, enebro y perejil. A lo que uno podría preguntarse debidamente, ¿Qué diablos es una "Rúcula"?.

Al llegar a la cocina me parece que también allí había un invitado al cuál no conocía. Cómo no podía ser de otra manera me acerqué al joven y me presenté de forma cortés.

- Encantado de conocerle, me llamo Gérard Marcier y soy el sommelier del barón, un placer. Iba a preparar algo para cenar para todos los invitados...¿quiere que le sirva un plato también?

Dicho esto me acerqué a los estantes para sacar platos, ollas y fui preparando los ingredientes para preparar un plato de pasta con champiñones, cebolla y nata. Era algo simple, pero para ser un plato improvisado, reconocí que solía quedarme muy bien y esperaba que fuese del agrado del resto. Mientras recogía los distintos ingredientes centré mi atención en los distintos condimentos.

Aumento mi "atención" al estar solo con un invitado (no le pierdo de vista mientras cocino) y me centro en especial con la "mandrágora" (la cuál manipularé con guantes y colocaré dentro de una bolsa de plástico con sumo cuidado de no tocarla con mi piel)

¿Que más observo de destacable en los condimentos que están esparcidos? Algo reseñable?

Por mucho que rebuscó y buscó, no encontró otro condimento de "utilidad" más allá de los que estaban ahí colocados, un poco de orégano y algo más, lo suficiente para cocinar, pero no para llevar a ningún lado. ¿Quien llevaría orégano en el bolsillo?.

Con calma, fui elaborando la pasta fresca, la salsa con nata y champiñones y finalmente, una vez todo preparado y en sus respectivos cuencos, deposité los platos, la cubertería y toda la comida en el carrito para acercarme a los invitados del gran salón que estarían esperando la cena.

Movió la comida al elevador que había en la cocina y lo accionó, mientras este se dirigió hacia el piso superior al Gran Salón.

Richi se quedo un tanto atontado al ver tantas neveras, sin duda todo esto era muy loco. Pero le sorprendía aquella persona. Al parecer había mucho personal que no conocían.

-Ehh... No gracias, me vale con un buen sanwich. Me gusta prepararlo al gusto. -Agito los dedos sonriente. -Entiendo que aquí no hay puzzles de esos, ¿Verdad? El Barones sin duda peculiar... Ya se veía sus rarezas en otras fiestas, pero joder... esto es otro nivel... -Mas que hablar con el sommelier, hablaba en alto. Aunque si esperaba una respuesta, por pequeña que fuera. Pero al ver que se marchaba quiso pararlo, para preguntarle algo directamente.

-Espera hombre. Dime, ¿Quienes están en el Salon? Creo que he dormido demasiado...

Aquella cocina no parecía nueva, al contrario, desde su suelo hasta la vajilla en los estantes más altos, se podía ver -y oler- que todo esto pertenecía al milenio pasado, pese a ello la calidad de todos los artículos que había ahí era más que envidiable, pese a tener ya una centena de años la mayoría, su cuidado y trato parecían como nuevos. Desde la cocina de leña hasta toda la cerámica que había repartida por el lugar, así como los robustos muebles de madera.

Pese a todo, no hay nada que pueda llamar la atención de nadie, lo más nuevo era un conjunto de 5 neveras que se encontraban relegadas y apartadas en un armario, tras unas puertas correderas, también de madera. Dentro había ingredientes para cualquier tipo de comida, y al parecer podía alimentar a un regimiento por semanas sin preocuparse del desabastecimiento.

Otra cosa que podría llamar la atención eran algunos productos más o menos comestibles, esparcidos por toda la cocina, se supone que o bien son condimentos o bien son decoración, ahí había rúcula, enebro y perejil. A lo que uno podría preguntarse debidamente, ¿Qué diablos es una "Rúcula"?.

El aperitivo de Richi ha sido creado.

Con aquellos exquisitos platos ya degustados y devorados por los que se encontraban en aquella otra sala, el Sommelier vuelve a la cocina.

Al entrar en la cocina volví a saludar al señor que allí se encontraba. Hasta entonces no había hablado en absoluto y parecía concentrado en sus quehaceres. Tampoco era mi intención incomodarle o romper su extraña meditación. Observé con detenimiento si algo había cambiado durante el lapso de la cena y me dirigí hacia la puertas correderas pera ver qué había exactamente tras ellas y en las neveras.

Vuelvo a mantenerme en "alerta" y estar pendiente de cualquier movimiento del hombre. En ningún momento le doy la espalda aunque actuó con normalidad y disimulo.

Dentro de las neveras había productos para fabricar casi cualquier tipo de comida, aunque lo que más llamaba la atención era una nevera más alejada de las demás una bolsa apartada, recubierta de sangre desde el interior. No sabes lo que puede haber ahí, pero sí que sabes que no es una coliflor.

La bolsa me parecía altamente sospechosa y quise averiguar exactamente de qué se trataba. No obstante, no quería dejar mis marcas en la bolsa por lo que busqué entre los estantes y cajones unos guantes de cocina o bolsas de plástico, al igual que había hecho cuando manipulé la mandrágora. Después, volviendo al frigorífico apartado, abrí con cuidado la bolsa para averiguar de qué se trataba exactamente.

Por favor, que piezas de un animal para cocinar... Que no sea nada macabro...

Fui dejando los platos sobre la mesa, me coloqué unos guantes para no ensuciarme y continué trabajando con naturalidad. Quería dejar todo limpio y planificar la cena para el día siguiente.

En efecto, eran trozos de un venado que recientemente había sido cazado, por desgracia no parece que estuviera en un resultado óptimo para su consumo, pero aún así, este objeto se encontraba ahí, conservándose a una temperatura no ideal, pareciera ser que aquel trozo de carne podría servir para algo más y por tanto fue puesto en una nevera y no en frigorífico.

Si está fuera del frigorífico es porque quieren que se pudra y hacer un mal uso de esta carne...¿Cuál debería ser mi proceder? La carne parece ya demasiado deteriorada para consumirse...lo apropiado sería tirarla al contenedor de basura para que el que la haya escondido no tenga facilidad de volver a encontrarla. 

Trasladé la bolsa con sumo cuidado, la envolví con otra bolsa para que el hedor no fuese patente y la deposité al fondo de la basura, cubriéndola con los restos de la comida que los comensales no habían terminado. Una vez recogida aseada la cocina, me retiré los guantes y terminé de cerrar la bolsa de desperdicios. No sabía si alguien del personal la retiraría, pero de no ser el caso, el mismo se ofrecería en un par de días.

Finalmente me retiré a mi habitación. Era normal de anotar en mi diario lo acontecido, como era habitual en mí, e irse a descansar.

Tiré a la basura los restos que habían sobrado de la cena y guardé un par de platos en los estantes de frigorífico que pudiesen ser aprovechables para el día siguiente, envueltos en un film. Finalmente salí de la cocina, no sin antes despedirme del hombre que allí se encontraba trabajando sin hacer nada aparentemente significativo.

- Buenas noches, messieur. No debería quedarse aquí hasta altas horas de la noche. Le recomiendo descansar en una cama cómoda. Yo me retiro ya, que descanse.

Finalmente salí de la cocina.

Y más solo que la una se quedó Richi, de nuevo.

Aquel hombre era un experto en entradas y salidas rápidas.

Era un tipo peculiar, entraba y salia como alma que lleva el diablo y parece que las palabras de Richi se las llevo el viento, no le preocupo estaba acostumbrado a que la gente de verdad le ignorase, por eso mismo le atrajo el tema de la red, allí es mas fácil hacerte notar si quieres.

De todas formas disfruto de su Sandwich, comiéndolo en silencio, mientras observaba la decoración de la cocina y rebuscaba entre las neveras, pensó en una pequeña maldad y fue desechar gran parte de la comida. Para ver como actuaban el resto de invitados, pero cambio de opinion al pensar en aquel hombre que le había visto dos veces. Aunque si que escondió su "fruta" preferida al fondo de la nevera. Todo embutido que saliera de ese maravilloso animal llamado cerdo.

-Bueno parece que la gente esta por aquí y por allá, supongo que mañana tendré que saludarles y ver que han descubierto mientras tanto... Veamos que nos da el amanecer. -Al pasar gran parte del día anterior en su habitación, decidió quedarse a ver amanecer antes de moverse definitivamente.