Aquel calabozo estaba conformado por un largo pasillo con celdas a ambos lados del mismo, bien señaladas según números romanos del "I" hasta el "XI". Todas ellas estaban equipadas con una pequeña y mugrienta cama, así como un bacín. La única entrada visible que hay era la que daba bajo las escaleras del Gran Comedor. Todo estaba hecho en piedra y en roca, sin contar con los barrotes de hierro.
Las llaves de las celdas se encontraban en un llavero al lado de la puerta, el cual estaba bien sujeto por un cable de hierro a la pared, pues al parecer no se deseaba que estas llaves se perdieran o incluso que salieran de la estancia. Aún así, el cable es lo bastante alargado como para abrir la celda más alejada sin problemas. El final del pasillo estaba decorado con un círculo que ponía "XII" y bajo había un pequeño pedestal con una imagen grabada y una pequeña bolsa. A su derecha había un pequeño pasillo tenuemente iluminado por un candelabro en la pared que daba a una puerta de madera.
Por lo demás, todo era lúgubre, húmedo, sucio y mugriento. Telarañas y alguna que otra gotera puntual con su correspondiente charco bajo esta. Se podía escuchar cuchichear a las ratas, así como los cienpiés y las arañas corretear por todos los lugares. Muchos podrían desear volver a la estancia anterior, junto a los animales muertos antes de seguir con los vivos.
*Los Puzzles de esta sala están resueltos.
El Cuervo Blanco abrió el pico y parecía que iba a graznar, pero no lo hizo, dio un pequeño garbeo volando por la estancia antes de volver a posarse en uno de los hombros de Zacharías, rascando sus patas en la túnica del disfrazado, mientras miraba a sin rumbo hacia algún lugar.
. . .
Tras presenciar el happening de la niña amiga de las gitanas sobre 'las votaciones a los malos' (Uuuuuuuh) me serví un copón de Jerez que deposité en la mesa del comedor antes de bajar con el resto de la botella a los calabozos, que se presentaban como un escenario ideal para los finales de las primeras citas de mi programa de búsqueda de pareja sobrenatural. Un buen rincón para roleplay sexual, habría que encargar unos látigos y objetos de tortura...
Sin demorarme demasiado, hice un brindis al cuervo albino y me acerqué a revisar la parafernalia del círculo decimosegundo.
Reviso la imagen gravada y la bolsa.
Vaya...parece que la decoración mejora por momentos... Piso con cuidado por el suelo al escuchar los sonidos de los "habitantes" de aquel lugar. Miro las llaves colgadas y las cojo comprobando que el cable que las sujeta es bien largo y cuento las llaves.
Cuento las llaves.
Has descrito lo que hay en las celda. Están todas abiertas?
Todas las celdas se encuentran abiertas y el cable es capaz de llegar hasta el cerrojo de la celda más alejada, aunque ni un paso más allá. Comprobando las llaves marcadas con las marcas que tienen las celdas encima de estas en números romanos, todas coinciden y todas encajan sin problemas.
La verdad es que todo aquello ya lo había visto en los estudios de la Hammer. Seguramente habrían algún par de esqueletos de plástico y algún efecto sonoro. Lo básico para asustar a cualquier detective amateur, pero no a un detective profesional como él.
Miró como el cuervo blanco se posó sobre Zacharias. -Vaya, parece que usted tiene facilidad para hacer nuevas amistades.
-La verdad es que he visto bares peor decorados que este lugar. Dijo mientras se dirigia a la puerta de madera. Sacó un cigarrillo, se lo encendió con el candelabro y miró si la puerta se abría o no.
Reviso y muevo un poco el candelabro y me fijo/intento abrir la puerta de madera.
Tras comprobar que hay 11 llaves voy hacia la mujer que observa el grabado, voy despacio, ya que voy entrando elen cada celda examinando si todas son iguales o alguna tiene algo relevante.
Buscando un lavabo en el que retocarse el maquillaje, Alexandra Ivanovich Fyodorovich Odoyevski-Maslov fue a dar con los calabozos en los que poco antes había desaparecido aquel prodigio de niña-actriz. -Oh, que horror. -disimuló la princesa al entrar, aunque estaba más que acostumbrada a espacios como aquel. Recordaba haber jugado en las mazmorras del hogar ancestral, allá en la lejana Madre Patria, construídas tiempo atrás por su pariente, el célebre príncipe Vladimir Ivanovich IV, el Cruel. Todas las mazmorras lúgrubes se parecen, al final, pero aun así debía mantener las apariencias y el refinamiento. Reconoció a algunos de los presentes: al hombre cuervo, a la pitonisa, oh, y el apuesto Sam Diamond también estaba ahí. Se acercó a investigar junto al detective aquella misteriosa portezuela de madera. ¿Sería ahí donde la Baronesa guardaba sus tesoros?
Me acerco yo también a investigar la puerta de madera.
La puerta de madera, se encontraba cerrada con llave. Algo evidente.
Al llegar a donde estaba la mujer mirando el grabado y ver las canicas le digo Me dejas probar?
Pongo las canicas en los agujeros en un orden. De izquierda a derecha empezando por arriba coloco el que tiene forma de suma, el palo con las dos lineas linea abajo, el tridente. En la siguiente q solo hay un hueco coloco el que parece la forma del infinito. En la última fila la esvástica, después el pentagrama y por último la escalera.
Con esa colocación de las canicas no ocurre absolutamente nada.
Bo perdon, es que escribi escribi la secuencia no el orden correcto. Rectifico con lo que creo que son:
Igual q antes pero pentagrama, suma, esvástica. Segunda linea el del infinito. La última fila la linea los dos palos para abajo, la escalera y el tridente.
Pese a que clarisa esté tocando las bolas, nada pasa.
Sir Edgard se dejó llevar por el grupito que se dirigía a los calabozos, posiblemente arrastrado por la afinidad que la elegancia de la señora Alexandra le despertaba. El lugar al que llegó, pisando los talones del señor Diamond, era espantoso, totalmente espantoso. Algo que no le desanimo de seguir tirando fotos a cada rincón más estúpido o absurdo que pudo encontrar. Aquel lugar era una mina. Empezaba a pensar en la necesidad de llamar al editor para que se planteasen la necesidad de enviar a más gente o lanzar un numero especial. Fotografió las escaleras, las celdas y a las personas, sin tener especial cuidado de si su flash les deslumbraba. Revisando las fotos descubrió con envidia que la señorita de paso inestable y eternas gafas de sol había conseguido dar con un poco de alcohol decente y sintió envidia. - ¿Donde ha conseguido ese veneno, querida? -le susurró al acercarse-. No creo ser capaz de aguantar este tormento sin estar ligeramente embriagado, si usted me entiende. Después vio a las damas jugar con las bolas y no pudo evitar dar su opinión. - En lo que esperamos a que empiece la farsa estos pasatiempos no están del todo mal. Si les interesa mi opinión, el símbolo de infinito lo pondría en el medio. Y es posible, aunque claro no soy infalible -añadió depositando una mano en el pecho con afección- que esa sea la única que haya que colocar. Y les tiró una nueva foto.
Miro al hombre que da su opinión a nuestra espalda. No sé, yo creo que hay que colocarlas de forma que las líneas que unen los círculos sume 12... Observo las bolas y los símbolos. Y cada una de ellas creo que representa un número, lo que ocurre es que si nos fijamos en el numero de palos no dan una secuencia del 1 al 7 y es lo que no entiendo. Si sumo los palos de cada símbolo se repiten números, si identifico por nombre...el tridente seríanun tres y el pentágono es el 5 pero el resto...me quedo pensativa...
El Dr. Egon se habia cambiado ya con su traje de faena, se pone a investigar los calabozos y el puzzle..
Hummm!!! curioso, me recuerda a algo, podria ser un equivalente numerico de una serie de simbolos que se asemejan a un alfabeto...
Por cierto para ayudarnos unos a otros podemos proporcionar cierta informacion de nosotros mismos que os parece?
El hombre pájaro ladeó la cabeza ante el comentario de Sam Diamond sobre la facilidad que tenía él de hacer nuevas amistades, cuando el pájaro blanco se posó en el hombro izquierdo de Zachary. - ¿A qué se refiere, caballero? Sus ojos deben estar engañándole, este cuervo albino, junto a su compañero azabache, han estado conmigo desde que llegé a la mansión...- Nessnaj se llevó una mano al pico de la máscara, como el que se acaricia la barba. - A no ser... ¿que quizás usted... se refiera a lo rápido que me hice amigo de estas criaturas hará apenas una semana? ¡Recórcholis!- extendió esa misma mano en gesto de sorpresa. - ¡¿Puede usted ver el pasado?!-
- ¿Información de nosotros mismos?" repitió la pregunta inclinando la cabeza hacia la izquierda como un búho. - ¿Como... la profesión? Soy médico, encantado de conocerle.- dijo, ofreciéndole una mano para estrechar al señor Dr Egon Spengler.
sin prestar mucha atención, embriagada por el espectáculo de la pitonisa moviendo canicas sin ton ni son, le alargo al señoro (Richstone) con pinta de ricacho mi botella de Jerez, de la que queda un cuarto. - La tomé en el comedor, ics, peor ni recuerdo muy bien de donde exactamente.- Comento mientras apuestos mentalmente a la siguiente combinación de canicas.
Curioso un hombre pajaro, despues de examinarlo con su medidor PKE le responde dandole la mano...
Dr. Egon Splenger, físico nuclear, parapsicólogo, médico forense y versado en ocultismo.
Permitame comentar su posible auto-síndrome de Capgras, deberia consultar a alguien, lo puedo recomendar a algún colega...