Partida Rol por web

La ostentación que el Barón mostraba en las otras salas contrarrestaba de manera fragante con lo que en aquella pequeña estancia se podía observar; la única luz que iluminaba la zona era la que había en una pequeña ventana que daba al exterior y que estaba llena de barrotes. La estancia se encontraba abarrotada de objetos, en su mayoría eran cornamentas de ciervos y cabezas reducidas de estos, además de marcos con pequeñas placas doradas que marcaban -2018-.

En la mesa de trabajo había una máquina de escribir con un papel engarzado, un pequeño recipiente con carboncillos; además entre los cajones había algunas astas de ciervo, un par de telas de color negro, marrón y verde oscuro; sobre aquella mesa había un marco de fotos, un candelabro de plata de tres brazos. De todas formas, aquella mesa tenía un único cajón cerrado con llave, pese a ello, la llave no se encontraba en ningún lado.

En la pared contigua a la única puerta que había, sin contar aquella entrada secreta al piso de arriba (Salón); se encontraba otra mesa repleta de estantes, un reloj que marcaba permanentemente las 11:11, diversos candelabros, una jarra y una copa de plata. Además de esto, tenía un cajón cerrado.

El Taller Oculto fue el lugar para la tercera investigación comunitaria; por suerte en aquella ocasión todos los presentes concordaban con los vivos del anterior día, lo que significaba que quizás los asesinatos cedieran, probablemente... sea como sea, el hecho de que no hubiera muerto nadie no implicaba que las votaciones debían detenerse, la urna omnipresente así parecía ser el indicador de que esto aún no había finalizado, como era evidente.

Bueno compañeros, esta ha sido una noche sin sobresaltos... o al menos sin ninguna desgraciada pérdida, pero me pregunto si alguno de ustedes ha tenido algún incidente esta noche... Porque no es lo mismo que no haya fallecido nadie a que no hayan intentado matar a alguno de nosotros... En fin compañeros ¿alguna novedad nocturna? Por mi parte he dormido como un lirón, incluso con agradables sueños evocados por la escena de la postal.

Desde que vio la postal, Nadine estaba algo inquieta porque recordaba haber posado para una imagen similar a la de la postal a principios de los ochenta, cuando su dieta de estupefacientes era más variada, aún así no recordaba haber llevado así el pelo, así que debió ser para otra empresa postalera de la competencia...

- Pues yo he roncado a pierna suelta, ventajas del alcohol y tal.- Comentó buscando algo con que paliar la resaca, siendo lo primero que encontró la m©quina de escribir...

Yo también he dormido bien, observo que estábamos todos los que estábamos el día anterior y respiro aliviada Veo que ha sido una noche tranquila para todos, eso es bueno, pero no debemos bajar la guardia. Miro la sala y el reloj llama mi atención, me acerco y lo examino.

Buenos dias, yo tambien he dormido bien... esperemos al resto a ver si alguno tiene alguna novedad que contarnos.

Me dedico a revisar un poco la estancia

- ¡Mi libreta! - Johan palpaba su saco en búsqueda de su pequeña libreta de bocetos que cargaba para todos lados, - No, no, no, no ¡mi libreta!.. Ahhh.- Al llegar a sus bolsillos se calmó de golpe, pues ahí se encontraba.

- Perdonen, es que con todo lo que está pasando uno se inventa películas mentales. Yo he dormido bien, me alegro que la mayoría también, pero me parece extraño que el asesino, o los asesinos no nos hayan hecho nada, ¿creen que sea buena señal? - 

 Esperanto llega anunciándose con un fuerte bostezo. Asustaba ver que tan pequeña criatura pudiera provocar tanto ruido, pero pocos recordaban la conexión especial que ella tenía con la naturaleza. Seguramente su bostezo fue una pequeña porción de algún huracán de Arkansas, o de una tormenta en el Sahara.

- He dormido... como dirían los griegos... en los brazos de Morfeo. Aunque Madre Tierra no apreciaría que utilice nombres de otras deidades... _{discúlpame, Madre Tierra...} Sin embargo, que estemos todos vivos no significa que todo haya sido paz y amor durante la noche, eso es verdad.

 La pelirroja se apoya un dedo en los labios, pensando silenciosamente. Luego mira a sus compañeros.

- ¿Algún trasnochador que quiere compartir alguna experiencia paranormal?

- Yo he dormido... Digamos que bien, manteniendo un ojo abierto, por así decirlo. De experiencias paranormales tengo muy pocas y la que más me ha sorprendido es cuando los niños se libraron de aquella prisión, y bueno, el susto que me eché ahorita cuando no encontraba mi libreta, qué raro, siempre la dejo bajo el bolsillo de mi saco. - Johan dio unas tres palmadas en la parte izquierda de su pecho.

¡GÑEEE! - Exclamó Schultz en respuesta a la pregunta de Esperanto.

Entonces correteó por la sala hasta llegar a la altura de Nadine y se acurrucó junto a ella haciéndose un ovillo y sonrió con felicidad.

Nadine miró con extrañeza a aquel animal de extraño pelaje y más raro canto, como tratando de ponerse en el papel de una madre a la que le ha tocado un niño tonto y feo pero aún así ha de quererlo, pero no estaba segura de poseer algo ni remotamente parecido a aquel instinto. Aún así le ofreció su gin tonic de arándanos en señal de buena voluntad. Iba a ser un día muy largo...

- ¡Gñe!- Le contestó, con la convicción justa.

Parece que nadie ha sufrido ninguna experiencia relevante... sin embargo por una cuestión estadística dudo mucho que estemos libres de peligro. Por cierto, qué reloj tan bonito tenemos aquí parado. Me gustaría saber si a las 11:11 pasará algo inesperado - dijo el doctor Valerov acercándose lentamente al objeto.

Micaela llegó sola, corriendo a la sala. - ¡Que alguien coja a la gorda muerta y la tire al estanque! ¡Hay unas tortugas que se han comido nuestra preciosa carne cruda sangrante! - la mayoría seguramente echarían de menos a Antonio, pero estaba ocupado saboreando el rostro de Amonet en busca de pruebas de su culpabilidad.

Tras decir eso, se retiró como había venido.

-Ñuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu- el desgarrador grito similar a un alma en pena lleno la habitación, en especial por que aún andaba con mi osito de peluche y mi pijama.

-Se que uno de ustedes ha sido, el que intento matarme y por su culpa he roto mi muñeca de porcelana, misma que era de importancia, malditas ratas rastreras, quien ha invocado a C´Thulu, Nyarlothep, Shuma Gorath, a Mefistoféles, a Satán, a Xipetotec y por las 10 caras del Chetain, por los bigotes de Pazuzu se ha puesto un traje de buzo y me ha querido arponear, les advierto que han jugado mal su carta, por que no solo he visto quien se escondía detrás del traje y es..... a cierto lo olvide por culpa del susto que me ha dado- mencioné con una lagrima. en el pijama se podía observar una enorme mancha amarilla en los pantalones.

-Pero no crean que  lo olvidaré, a mi muñequita mi pobre muñequita de los datiles- lloré una vez más - Toritoooooooooooooooooooooooooooooooooooo-  no podía dejar de llorar.

Miro a Gavin con los ojos muy abiertos, Han intentado matarte con un arpón? Y como narices has conseguido escapar? Era alto o bajo? Gordo o flaco? Bombardeo al pobre a preguntas, a ver si por fín podríamos tener alguna pista.

Sir Edgard entró en la habitación con un gesto de fastidio. Otro día más en aquella cloaca de supersticiones y misterios de cartón piedra, parecía querer decir.

Como casi todas las mañanas sus ojos se posaron en Nadine. Más bien en sus manos, donde siempre reposaba un vaso de licor apropiado. A fin de cuentas, para lo que le quedaba en el convento, se dijo. Nadine tenía que estar cerca de algún suministro estable de licor y su instinto no le falló. Cerca de la dama de permanentes gafas aumadas, que ahora parecía acunar al deficiente de las zanahorias había un pequeño reservado para refrigerios. Se sirvió uno y el mundo se hizo un poco más tolerable.

- ¿Todavía seguimos con la pantomima de la gorda muerta? Por todo el whisky de Irlanda, empieza a ser bastante aburrido -dió un pequeño traguito, casi indetectable, meramente mojando sus labios, a su copita de Sherry-. Lo único paranormal en esta casa mi querida dama Lechuga -le dijo a la pelirroja fan del Hocus Pocus- es el hecho de no encontrar un maldito teléfono para llamar a la policía y que cada mañana me despierte aquí, entre ustedes, cuando cada noche me voy a dormir con la decisión tomada de irme a la mañana siguiente.

Y cuando terminó de hablar se dio cuenta de que, en verdad, era un hecho bastante raro. Recordó aquella película de Buñuel, "El Angel Vengador" pero desterró aquel pensamiento mágico de su mente. Frunció el ceño y volvió a beber para disimular su confusión. Con paso distraído se aproximó a su estantería, el lugar que parecía menos concurrido, y examinó con curiosidad la copa de plata, admirando su labrado.

Schultz tomó confuso aquel gin tonic con arándanos que Nadine le ofrecía y se lo llevó a la boca. El sabor amargo de aquella bebida no se veía suficientemente compensado por el dulzor de los arándanos.

Entonces decidió sacar una zanahoria de su bolsillo e introducirla en la copa. Había quien tomaba Gin Tonic con pepino, él lo haría con Zanahoria. Quizás se volviera trending drinking y los hipsters comenzaran a imitarle hasta que fuera demasiado mainstream. Sea como fuera volvió a probar aquella copa, ahora con zanahoria, y el resultado pareción satisfacerle. Al menos a juzgar por su cara y por que segundos más tarde le había devuelto la copa vacía a Nadine y le miraba con ojos implorantes en busca de más.

Entro con pasos apresurados y sin mi habitual tentenpie para desayunar, en lugar de eso voy derecho a la botella de licor que se pasan Nadine y Edgard, me sirvo un copazo y me lo bebo de un solo trago

-aagghh, esta noche han intentado matarme. Un loco enmascarado con un hacha de bombero. Por suerte soy mas duro de lo que parezco, todo esto no es solo grasa- doy unas palmaditas a mi barriga y sonrio

-bueno, puede que si, pero se algún truco. Y no, no me fje en sus rasgos, estaba demasiado ocupado sobreviviendo. Diablos, ni siquiera se si era hombre o mujer. O un niño- bueno, eso último si parecía improbable

-me esta entrando hambre, voy a la cocina y vuelvo en un momento-

Bien señores, tenemos un robo y dos intentos de asesinato... la cosa se complica!!!

- Señor Egon - iba diciendo el Doctor Valerov mientras se acercaba a éste con paso rimbombante y moviendo los hombros alternativamente hacia arriba y abajo para añadir énfasis a su discurso (aunque posiblemente su curso de lenguaje corporal y declamación había sido una pérdida de tiempo y dinero) - lo que tenemos aquí son dos testimonios de intento de asesinato y uno de robo... de ahí a que ello haya sucedido realmente, va un trecho... y discúlpenme si dudo de la veracidad de sus relatos, pero cosas más raras se han visto.