Partida Rol por web

Miaddora había empezado la pelea, pero Jeremy y Dwenringar la pararon. Otra vez hizo aparición en escena el número más mágico y especial de todos. Se levantó del suelo, dolorida y se sacudió el polvo que podría haber recibido del suelo. - No os preocupéis, los puñetazos de Miaddora eran parte del destino. - se palpó la cara, notándose las heridas. - Esto no es más que un presagio de lo que está por pasar, pues el número tres nunca se equivoca, ya que no han sido más de tres las personas que han participado en esta pequeña disputa y al menos, una de ellas, ha sido la que me ha golpeado.

Agachó la cabeza, respetuosamente, hacia el resto de compañeros. - Si bien no soy fan de las fiestas y seguramente me intente quedar dormida, desde que ha empezado esto, mi lugar siempre ha estado al lado de Jeremy, por lo que si me disculpáis, marcho con él. - dicho eso no tardó demasiado en seguir a su Prefecto, pues si bien había renunciado a la placa y se la había ofrecido al resto de miembros, aún lo seguía siendo para Valentina.

Después de mi intervención en el momento justo en que el sol se escondía por el horizonte, casi sin tiempo para nada antes de que el cáliz expulsara el nombre elegido, me quedé en un rincón. Paciente. Desilusionada. 

Fue Felix, ese pequeño e insignificante hombrecillo, como no podía ser de otro modo. Pero ni siquiera sonreí. Incluso el propio cáliz se mostraba indeciso, como si algo le impidiera lanzar la papeleta fuera... y entonces las letras cayeron... desdibujaron el nombre, y como por arte de birlibirloque (por no decir que por obra de alguna mano negra) fue el mío el que apareció. Y tampoco me produjo ninguna sorpresa. Estaba claro que se servirían de todas las artes para romper las normas, hasta las más básicas.

Iba a levantarme para salir por la puerta, orgullosa como una buena Slytherin cuando de nuevo las letras se borraron. No lo vi directamente, sino reflejado en los rostros de algunos de los presentes, cuyas sonrisas hipócritas se borraron de repente.

Me giré y entonces fue el nombre de Anne Lovelace el finalmente elegido. Aunque más parecía que el cáliz estuviese vomitando tras una noche de borrachera.

Al menos... una CW casi con seguridad - pensé.

No me rebajé a contestar las pataletas de Felix o de Jeremy, eran patéticas. Indignas de un mago. Así que continué andando hacia las mazmorras de Slytherin. Solo las palabras de Nicholas, al que respetaba profundamente, provocaron que abriese la boca.

Si, Nicholas, esas tres parecen ser las únicas opciones posibles a mis revelaciones de antes. Por desgracia no puedo demostrar nada sobre mi inocencia, y no caeré en más especulaciones. Quizás cuando amanezca pueda decir algo más. 

Nos vemos en la mazmorra. Buenas noches - dije, mirando fijamente al slytherin, pues no quería despedirme de nadie más.

Luego del altercado con Valentina y Miaddora, vuelvo a mi sitio pero al pasar noto que Olympe en la mesa de Ravenclaw no luce bien.
Alguien! Ayuda es Olympe. Creo que la han envenenado!!!

Comienzo a intentar que hablé para evaluar que le pasó.

Olympe, dime qué sientes, puedes hablar? Dime qué has estado comiendo y bebiendo, quiA podamos saber que veneno y tratar de encontrar el antídoto.
Entonces recuerdo la clase de pociones y grito
Alguien traiga Bezoar, Rápido!

   Erika llevaba casi todo el dia fuera debido a que se paso casi todo el tiempo en aquel campo aun cuando todos se habían largado, el que descubriera algo o no, ya era cosa de ella si lo comentara, eso si... en cuanto noto que dos de sus compañeras se comenzaron a pelear, hizo lo mas loable y  respetable que se podía hacer en estas situaciones.

   Toda una caja entera de Bertie Botts a que gana Mia !! -dando un rápido vistazo a los presentes -  vamos preciosa - y quedarme centrada en la capitana de quidditch - ¡¡ pega~pega!!, evita golpear en multiplos de 3, que eso le pone kinky !! 

¡¿Quieres tres sendas cicatrices como las de Félix en la cara pedazo de zorra?! Dijo mientras los dos guardaespaldas la retiraban de encima de Valentina.

Si no fuera porque creo firmemente en que a pesar de usar imperius eres leal a Hogwarts te marcaría con mis garras ahora mismo para que te comieran los dementores. ¡No te vuelvas a acercar a mi o te arrepentirás!

Dicho aquello se acercó todavía furiosa a Malena antes de que se fuera, aunque al acercarse parecía que se calmaba un poco. Espérame en la sala común de Slytherin. No puedo dejar de pensar que... en el momento que salió tu nombre yo... Bajaré en seguida ¿Vale?

Peter parecía estar como ausente. Demasiadas emociones, demasiadas sensaciones. Habían podido despedirse de Victoria, y habían recuperado a Bella, pero... ¿a qué precio? Las muertes le pesaban.

Cuando se produjo la algarabía en el Gran Salón no se molestó en saber qué ocurría. Necesitaba descansar y pensar, no más peleas y acusaciones. Me piro a la Casa Común... guárdense esta noche. Y tened especial cuidado quienes durmáis en el Gran Comedor.

El tiempo previo a salir el resultado de los votos, Rachel buscó estar junto a Ethan. Ya no era un secreto en la escuela, ya no tenían por qué ocultarlo más y eso le hacía sentir un alivio tan grande que era difícil de gestionar. No le gustaban las preguntas, tampoco las miradas para nada discretas o los cuchicheos, por eso habría preferido seguir manteniéndolo en la intimidad de sus vidas privadas. Aunque debía admitir que a una pequeña parte de ella le gustaba sentir que ya no habían secretos.

Las votaciones fueron, cuanto menos, pintorescas. Hasta donde tenía conocimiento, el Cáliz nunca había actuado de una manera tan errática. Y, sin embargo, lanzó tres nombres, uno detrás de otro, como si el propio artefacto estuviera roto. Finalmente, salió Anne, aunque más bien fue el propio profesor Flitwick quien la echó sin preámbulo alguno.

Apenas había asimilado lo ocurrido cuando Miaddora empezó a partirle la cara a Valentina, mientras que Olympe parecía a punto de desfallecer allí donde se encontraba.

Apretó la mano de Ethan. —No duermas esta noche en el Gran Salón. No sé si podrán contener la licantropía de Evergreen, pero prefiero pensar que estarás más seguro en la habitación de tu Casa—. Dicho esto, y tras un fugaz beso en la mejilla del chico que le hizo ruborizarse a ella misma, se apresuró hacia donde estaba Olympe mientras buscaba con la mirada al profesor Flitwick, que no debía andar muy lejos.

—Iré a la enfermería— y lo haría tan rápido como pudiera o le dejaran pasar el resto de alumnos, allí congregados para ver el escabroso acontecimiento tras las votaciones.

Rachel tenía claro que esa noche dormiría en su Casa.

WILLIAAAAAAAAAAAAM! grite desesperado al ver que nadie venia en ayuda de Olympe. Entonces apareció Rachel.

Espera, ayudame a cargarla a la enfermeria! Le digo y como puedo intento tomarla de un brazo para desplazarla. Donde estaban los musculosos cuando se los necesitaba? Acaso Ethan habia...Olympe era sospechosa para muchos, alguien podria haber intentado...
Sacudi la cabeza porque preferia no pensarlo definitivamente, Olympe era alguien que tenia en alta estima y esperaba que en cualquier momento pudiera demostrar su inocencia.

Agotamiento, por todo lo sucedido, por la puta Maldición Musical que le metieron y todo el rap que soltó que mal no estuvo pero joder. Tenía aún marcas de sangre en su nariz por rascársela muy duro y ligera quemadura en su mano derecha por intentar lanzar el papel al cáliz cual pelota de basketball. Y luego ya estuvo el cambiazo hecho que le sorprendió de cojones. ¿Quién podría hacer algo como eso? Seguramente con eso estaba claro que el Cáliz valía mierda y los Walpurgis o el Tercer Bando arruinarían todo lo hecho por los buenos, o leales o... No sé, víctimas, eso somos, víctimas.

_{- Ugh...}

Y entonces, miró la pelea. Valentina se había pasado de estúpida y morbosa, la verdad, la apreciaba, no como amiga amiga pero sí como cercana y alguien apreciada, pero actuar así era inaceptable, ni él pos, ni el. Miaddora entonces le dió su merecido y, pfft, Erika, biggest chad in our school. Sonrió al ver a Vitale siempre tan cheta, tan "refuses to explain" y tal. Al ver a Olympe se le apretó el pecho.

- ¡OLY...!

Pero notablemente, el imbécil acusador aquel al menos actuó de manera loable. "Hasta el más bastardo tiene algo redimible", se lo decía su padre, y Rachel, su previa crush, que ahora estaba con el principito abiertamente, lo cual poco le importaba, hasta le aliviaba saber que estaba feliz al menos la chica, actuó en pro de. ¿Qué haría entonces si no interrumpir? Era un inútil.

_{- Whatever.}

Pasó de largo entonces viendo a Valentina en el piso y luego yéndose, y a Mia. Sonrió a Miaddora y a Erika, las chicas cool de su casa, y bueno, Constance igual pero parecía más decaída ella y no cerca.

- You guys are pretty cool. So, comin' or what?

Fue hacia el Salón Hufflepuff. ¡Hora del invernadero!

A Olympe le pareció que el propio Cáliz estaba aquella noche tan indeciso como ella misma. Primero fue Félix, luego se lo pensó mejor y señaló a Malena y finalmente fue Anne Lovelace la elegida.

Pese a que ella misma había votado por la chica de Slytherin, todo aquello le pareció cruel, y ninguna alegría sintió cuando el profesor Flitwick la sacó de Hogwarts de aquel modo expeditivo. Una alumna menos, una compañera menos... pero el peligro seguía entre ellos, y ni siquiera tenían forma de saber si los Dementores besarían a alguien leal a la escuela o a uno de aquellos traidores que todo lo habían hecho saltar por los aires.

Olympe no conseguía quitarse de encima la sensación de tristeza y fracaso que la había acompañado todo el día. Se sentía agotada, y tras mucho esfuerzo solo pudo probar algún bocado durante la cena. La comida raspaba su garganta y temió que los pocos bocados que se pudo llevar a la boca tomaran de nuevo el camino de vuelta. Apenas comprendió lo que estaba ocurriendo a su alrededor, aquel chasquido de la varita de Valentina y Mia que se lanzó a por ella. La escena era tan irreal que tal vez lo estaba soñando, pensó. Sí, eso debía ser, porque notaba su frente perlada de sudor, la fiebre había subido y ahora ardía como una tea.

Olympe sintió crecer tanto el calor que creyó que prendería y allí mismo terminaría como una pequeña montaña de cenizas. Todas sus ilusiones barridas en un instante. Porque el dolor crecía en su interior, como si mil cuchillas hubieran perforado su cuerpo desde dentro. Intentó levantarse, pero solo consiguió evidenciar lo débil que se hallaba. Ardía, pero imaginó su piel blanca y fría, como un témpano que se derrite por un sol interior y cruel.

Dwen se acercó y también Rachel. - No... a Raven... a Ravenclaw. - sonrió, porque ya había comprendido que ni Madame Pomfrey iba a poder ayudarla esta vez, y todavía tenía cosas que hacer. Vio las caras de otros compañeros, girando a su alrededor, surgiendo y desapareciendo, apenas tenía tiempo de reconocerles. ¿Por qué todos se movían tan rápido? ¿Por qué giraban así, esta noche? A Olympe se le ocurrió que quizá sabían, como ella, que aquella sería la última y no habría más, por eso las prisas los envolvían a todos y se movían sin parar.

Buscó su varita, pero entonces se acordó que esa también se la habían quitado. ¿Cómo era? Intentó recordar las clases de... _¡Expelliar – el balbuceo se le apagó en los labios, y los ojos se fijaron en un punto perdido allí arriba, entre el cielo estrellado del Gran Comedor del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Me encontraba cansada y agotada por todo lo que me había pasado en estos últimos días. No tenía demasiadas fuerzas para hablar ni para actuar, por lo que me dirigí hacia mis compañeros de casa y traté que ellos me ayudaran llegar hasta la sala común de Gryffindor.

En concreto me fije en Ethan esperando que el fuera a ayudarme. ¿Puedes ayudarme?. No tengo demasiadas fuerzas como para ir por mi cuenta a la sala común de Gryffindor.

[Relleno]

Anne Lovelace... Aunque había estado seguro de su voto, no pudo evitar sentirse mal cuando finalmente salió expulsada. Había de verdad considerado la idea de recibir aquella pócima de sus manos, y ahora se preguntaba qué hubiera ocurrido si la hubiera llegado a tener y a usar.

No tuvo mucho tiempo para seguir reflexionando, pues de repente empezó una pelea y no de las de varita. Danio lo presenció desde un lugar apartado. Los dos chicos eran suficientes para contener a Miaddora, y de todas formas no quería arriesgarse a recibir algún puñetazo por error. Suficientes había recibido de niño.

Lo que sí podía hacer era intentar calmar los ánimos y el barullo alrededor, ánimos que justo estaba exacerbando... Erika. No le hacía nada de gracia la idea, pero se acercó a la chica. Manteniendo las manos levantadas y desarmadas para que viera (si es que lo quería ver) que venía en son de paz.

-¿Podemos no convertir esto en una casa de apuestas y comportarnos de manera más civilizada?

Ahora se aliviaba de que durante sus peleas con la Hufflepuff, nadie hubiera empezado a apostar por uno u otro. Solo le habría añadido más bochorno a la situación.

Nicholas ayudó a Dwen a coger a Miaddora y echarla atrás - Tranquila Miaddora, te necesitamos serena y entera

Otra escena empezó a desarrollarse Olympia moría frente a todos que observaron impotentes a la lenta muerte de la chica... ¿envenenada? Nicholas se mantuvo sujetando a Miaddora, no quería que por ir a ver a Olympia Miaddora arrancara otra vez a golpes contra Valentina. Iba a ser una noche larga ¿Como pretendían atacarles aquella noche los Caballeros de Walpurgis? No parecía que nadie fuera a pegar ojo.

Al menos no ha sido doloroso - Pensó tras ver a Olympia morir. A fin de cuentas dos alumnos habían sido empujados a los dementores y otros torturados durante las noches, la propia muerte de Nicholas había sido tan rápida y súbita que apareció al otro lado sin saber que algo había ocurrido. Fue como intentar robarle a ChuckNorris. En cualquier caso sin conocer al cien por cien la pertenencia o no de Anne a los Caballeros de Walpurgis no podía armarse la cascada de acusaciones, aún.

Algunos parecían demasiado ocupados luchando porque Miaddora no se lanzara otra vez como un pollo rabioso a por Valentina. Por su parte, Bella parecía que también se encontraba mal, al menos lo suficientemente mal como para pedir ayuda a Ethan para volver a su Sala Común y, aunque en un primer momento le había buscado con la mirada para pedirle ayuda con Olympe, simplemente asintió con la cabeza.

—Creo que entre Dwen y yo podremos con ella, acompaña a Bella si también se encuentra mal.

Olympe parecía estar más inconsciente que consciente mientras pasaba uno de sus brazos por detrás de su cuello para poder cargarla junto a Dwenrigar. —Ella prefiere que la llevemos a vuestra Sala Común... Quizás tenga algún tipo de cura o simplemente esté desvariando, así que decide rápido a dónde la llevamos, que no es peso pluma, precisamente—. Sí, Rachel Martin intentando gastar una broma (o al menos algo parecido) para intentar aliviar tensiones, en la medida de lo posible.

[Relleno]

El barril que daba a la común de Hufflepuff se abrió de un alarido con melodía de fiesta y volvió a cerrarse de un portazo. Dos pompas de globos estallaron de mala manera y sus globos quedaron olvidados en el suelo arenoso. El chico que salió dio una patada con todas sus fuerzas, hubiese sido un puñetazo de no ser porque tenía las manos desnudas.

Se quedó un rato agachado frente a la puerta, pensativo. Abrió el diario en el que también solía colocar algunas fotos, como aquella donde estaban todos sus compañeros tejones y cerró el libro de golpe, pretendiendo aplastarles la cabeza con la solapa. La única estrella que brillaba aquella noche era su placa de prefecto, colocada de nuevo en su pecho, entendiéndose que solo él la había reclamado.

—¿Quién más me queda en Hogwarts? Esta comunidad apesta, hasta ahora no lo había pensado —dijo para sí mismo—. El único que merece la pena es Peeves, es el que ha entendido que este hogar es toda una fachada y el único que sabe divertirse. Podría quedarme con mi abuelo en el mundo muggle, trabajar en su agencia periodística y obtener cierta ventaja de algunos trucos mágicos. Viajar sería otra opción agradable, sí... huir de todo.

Se puso de pie, subió las escaleras de la bodega e invadió los pasillos, buscando rebeldes que huyen del toque de queda. Las tareas de prefecto no iban a hacerse solas, era su responsabilidad, todavía.

—¡Eh, niños! ¿Habéis visto a la pajarraca? Un cuervo gigante, porque solo sabe volar y armar caos. Como la pirómana —esos Ravenclaw de tercer de año no tenían ni idea de quién hablaba, pero a Jeremy le apetecía criticar a cada uno de séptimo—. Pues si no lo sabéis, iros ya a la cama. Mujeres lobo, luna llena... —su rostro indicaba que iba en serio—. ¡SÍ, CORRED!

Siguió torciendo por los pasillos de la torre de astronomía, la más alta de todas, buscando al cuervo. En los ventanales, escondida, algún lugar donde nadie la vea. Bajó de nuevo las escaleras y esquivó a los que cargaban con Olympe. Una vez en el Hall, punto donde se cruzaban todos los caminos, se quedó un rato más hasta que se apagaran las antorchas.

Tenía a Olympe de un brazo y Rachel me vino a ayudar pars llevarla. Aunque la muchacha entre desvaríos pidió que la lleváramos a la Sala común de Ravenclaw
hagamos como pide, en el peor de los casos madame Pomfrey puede acudir allí a ayudar con el veneno.
Así junto a Rachel la arrastramos escaleras arriba hasta el alto torreón de los Ravenclaw, antes hubiera simplemente dicho el acertijo y entrado sin embargo. Hacerlo junto a Rachel delataría el acertijo a otros, por lo que simplemente espere a que otro ingresará para que se hiciera cargo se la muchacha y me fui a Enfermería a avisar a Madam Pomfrey de lo que le sucedió a mi compañera

Génesis se acercó a Rachel de forma un poco desesperada, y tomo sus manos entre la suyas.

Por favor, ayudarla, salva a Olympe y dinos en qué te podemos ayudar.

-Estais perdiendo tiempo, llevaosla y prepararos todos. Como hemos dicho esta mañana, esto es la guerra, así que prepararos bien fuerte para todo lo que pueda ocurrir, empezando por Olympe... - Mirando entonces hacia Effie y Dwen en especial, Amy suspiró - Nosotros también deberiamos protegernos, aunque ya no se como. Y ya de paso, pensad con claridad quien querais que muera primero mañana, si Felix o Malena... Pero dejar de calentaros tanto la cabeza...

Dada la desconfianza de Dwenrigar y los tiempos que corrían, Rachel no insistió para ingresar en la Sala de Ravenclaw, dejando en las manos del muchacho (o en quien delegase) a Olympe.

Cuando volvió, le asaltó Genesis, a lo que respondió alzando las manos. —Yo no puedo hacer nada por ella ni sé cómo ayudarle. Lo siento.

Ante la aparición de Amy remarcando protegernos todos, le surgió la curiosidad de cuántas personas debían protegerse. En su mente debía descartar Caballeras, por inusuales que parezcan. La recién expulsada pudo ser una, pero no lo sabrían si realmente nadie la detectó in fraganti o pillada de una mentira.

—Amelia Spencer, tengo una pregunta para ti. Creo que no te importará confesarlo puesto que la afectada ya no está entre nosotros. ¿Le robaste el veritaserum a Anne Lovedace? —Sabía que, si verdaderamente Anne poseía un veritaserum, entonces toda la sospecha que se había montado sobre ella era bastante falsa—. Fue lo que nos dijo en los invernaderos, que alguien se lo robó. Como eres leal a Hogwarts, serías como un testigo en su sinceridad o mentira.