Partida Rol por web

Habiendo terminado la primera votación de lo que parecía que iba a ser una larga noche, Felix Cited siguió al resto de alumnos de Ravenclaw que decidieron reunirse una vez más en la Sala Común de su casa, a la espera de que el sueño llamara a su puerta, aunque con la expectativa de quien fuera el que golpeara sea la muerte no parecía tener demasiadas ganas de cerrar los ojos.

-Por algún motivo siento que alguien votó por mi, -dijo mientras miraba a nadie en particular, Holly Avery- no voy a tenerlo en cuenta porque creo sigo confiando en que eres inocente y durante esta noche espero que alguien venga a protegerte y ya mañana que alguien diga algo más de información al respecto de lo que está pasando.

Tras decir esto, por si acaso, volvió a insistir en una cosa.

-¿Todos los presentes creemos que Holly es INOCENTE CONFIRMADA, verdad?.

No estaba de ánimos tras la expulsión de Iwan me había quedado en silencio y me marche solo a la sala común, pero cuando llegó Félix aparecí para responderle.

No dudo ni un apice de que Holly es leal al colegio, pero tampoco tenía dudas que Iwan era inocente y sin embargo como un estúpido lo vote. 

Se me quiebra la voz al pronunciarlo y no puedo continuar.

Debemos cuidarnos las espaldas esta noche, sugiero montar guardias por los pasillos o algo, aunque a decir verdad nadie podría entrar a nuestra sala común. Yo creo que soy bueno con el sigilo y a loejor podría escuchar algo por allá que nos sirviera de información mañana.

¿En serio van a seguir con eso? ¿Quieres la verdad Felix o prefieres que te diga aquello que quieres oír?

Lo pregunto porque ya me tienes cansado, pareces un perico, sólo que con menos plumas, no entiendo tu necesidad patológica de querer convencernos de que Holly no está colaborando con los mortífagos. - digo mientras me froto el tabique de la nariz.

¡Ya basta! Sólo la pones en mala posición y pones los reflectores sobre ella. Yo no tengo nada contra Holly, pero tampoco la voy a defender a capa y espada si no es necesario, así que por favor corta el rollo.

En cuanto a Iwan, pues creo que él sello su destino al apuntar a otros con el dedo sin pruebas. - agrego ya un poco más calmado.

Cumplida la primera prueba, Olympe se sentía agotada, con todo el peso de la tristeza y el temor ante lo que había sucedido en un día aciago. El peor que podía recordar. Pensó que tal vez fuera el peor de aquella escuela que ya había visto tantas cosas.

Se dejó caer en una gran butaca y acarició el terciopelo azul que la cubría mientras escuchaba a Félix. Asintió con la cabeza, lentamente.

- Claro que confío en Holly, Félix. ¡Es nuestra Prefecta! - se apoyó en los reposabrazos de la butaca y se inclinó hacia adelante, hablando con más vehemencia. - Y también confío en Dwenrigar. Y en Hawkings. - Los señaló conforme habían hablado y conforme las miraba una a una. - Y también confío en Alice, y en Genesis. ¿Cómo no iba a hacerlo?

Al fin, se puso en pie y dio un paso acercándose a Félix. - Incluso confío totalmente en ti. Aunque insistes en comportarte como un... - idiota. Pero no, era incluso peor. Suspiró. - Como un fanático. O sea. – pareció dudar de como seguir, y de qué era lo que la empujaba a hablar de aquel modo, pero una vez empezado sabía que debía seguir. - ¿Todo el que no crea exactamente lo mismo que tú es sospechoso? ¡Somos Ravenclaw, por favor! Se supone que amamos el conocimiento, que somos inteligentes, que exploramos y aprendemos. ¿Cómo te puedes cerrar a una sola idea en un momento como este?

Se apartó un mechón de pelo de la cara y miró a su alrededor. Buscó la mirada de Holly y le sonrió debilmente, aunque en sus ojos sentía una honda tristeza. Las palabras de Hawkings la confortaron, haciéndola sentirse un poco menos sola. Paseó la vista por todos ellos hasta volver a Félix. - Supongo que estás asustado. Todos lo estamos... ¡yo al menos sí, estoy aterrada! Pero así no vamos a solucionar nada, maldita sea. Es que... o sea, acabamos de perder un compañero, da igual de qué casa fuera, llevábamos estudiando juntos siete cursos, no lo ves? Seguramente los Dementores ya le han... - bajó la voz y no fue capaz de terminar la frase, pero se recompuso y continuó. - Lo que quiero decir es que mira a Dwen, está hecho polvo, y yo también lo estoy. Y tú, después de todo esto... ya no es solo el Patronus, o sea, tú estabas haciendo chistes delante de todos. ¿En qué estabas pensando? ¿Qué tienes en la cabeza?

No había alzado la voz, o si lo hizo Olympe no fue consciente de ello. Cuando calló al fin, suspiró de nuevo y regresó a la butaca azul, dejándose envolver por el suave y cálido terciopelo.

-Lo que voy a decir probablemente no os gustará, aunque es la verdad: No me importan las demás Casas. -Dijo sin ningún tipo de gesto en su rostro- En verdad no me importa absolutamente nadie de Hogwarts, salvo nosotros. Los de Ravenclaw. No me importa que mañana aparezcan 4 Gryffindor muertos en el comedor, 2 de Huffelpuff estrellados contra el suelo en la zona de las escaleras o toda Slytherin ahogada en el lago... ¡No me importa nada!.

Entonces aquel joven se detuvo, sus labios empezaron a temblar y sus ojos se llenaron de lágrimas que resbalaron por sus mejillas. Realmente lo que iba a decir, parecía ser toda la verdad, una que, de forma sutil había estado tratando de demostrar desde el principio.

-P-Pero con tan solo pensar que le llegara a pasar algo a alguno de nosotros, de Ravenclaw... eso sí que no sé como sería capaz de soportarlo... Si os ocurre algo yo... yo...

El joven señaló a Holly Avery una vez más, aún con los ojos cubiertos en lágrimas, demostrando su compromiso no solo con la propia Holly, sino también con todos los alumnos de Ravenclaw, sus compañeros.

-¡Por eso os pido que confiemos entre nosotros!. -Para luego señalarse a sí mismo- ¡Soy un Ravenclaw por encima de todo!. ¡He estudiado tanto como vosotros para llegar hasta aquí!. ¡Y cuando veo una evidencia de una Verdad Absoluta no puedo dejar que otros sigan equivocados o duden en cosas tan obvias!. ¡Holly es inocente!. ¡Y pido a cualquiera de aquí que la proteja!.

Todavía dialogando entre ellos los recientes acontecimientos, sin que nadie lo esperase -o quizás sí, dadas las circunstancias-, las luces se apagaron de pronto y sin previo aviso, sumiendo la sala común de Ravenclaw de una densa oscuridad, que dificultaba en extremo ni si quiera dar un paso al frente o reconocerse los unos a los otros.

Los minutos pasaban y nada parecía indicar que las luces regresarían, por lo que lentamente  uno a uno decidísteis acomodaros lo mejor que pudisteis en el mismo lugar donde os encontrabais. Moverse iba a ser arduo complicado, pero si vosotros no podías ni si quiera llegar a los dormitorios, ¿no lo tendrían igual de difícil los atacantes o cualquiera que desease haceros mal?

Génesis estaba atenta a los diálogos de sus compañeros, sobre todo al actuar de Félix, que entre todo parecía algo errático, cuando de pronto la oscuridad se hizo presente y al parecer no volverían las luces pronto, su corazón comenzó a latir fuertemente y la adrenalina a recorrer su cuerpo, sabía que debía tranquilizarse, pero el miedo de que estuviesen siendo víctimas de un ataque era muy real, tratando de encontrar un buen lugar entre sus compañeros susurro. -solo quiero añadir que si es algo errático tu comportamiento Félix, pero estoy de acuerdo de momento confío plenamente en todos ustedes como Ravenclaw, Holly ¿puedes hacer algo con la luz? ¿Alguien tiene su varita y algún conjuro a la mano? y ¿si nos ponemos de espaldas en un círculo para protegernos?

La actitud y la frialdad de Félix le hizo temblar y se acurrucó en la butaca, recogiendo los pies en el asiento, pensativa. Todos allí eramos Ravenclaw, sí. Pero eramos Hogwarts también. De diferentes sangres, de diferentes casas. Unidos formábamos un todo que era más importante, más fuerte. Eso parecía a punto de desmoronarse, y actitudes como la de Félix no unían al grupo, en opinión de Olympe.

Entonces las sombras de la noche lo engulleron todo. Olympe, sobresaltada, soltó un grito – AAAAAAHHHH! - hasta que se tapó la boca con la mano y suspiró, intentando ahora no hacer ningún ruido más. - _{Estoy bien... me he asustado. Lo siento} – aclaró, intentando tal vez a sus sobresaltados compañeros, o a sí misma.

Escuchó a Gen, su voz la calmó y al tiempo se preocupó por si algún peligro pudiera acecharla en la negrura. Sí, la presencia de Holly sería tranquilizadora. Todos estábamos preocupados por ella, discutiendo sobre su seguridad pero hablábamos mucho y ella solo parecía... ausente. - Es buena idea, juntémonos, pero ¿dónde estáis? - se incorporó en su butaca, pero oscuridad que la envolvía parecía una frontera demasiado peligrosa y no fue capaz de avanzar más allá. - ¿Podremos llegar junto a la estatua de Rowena y nos reunimos allí?

Cuando la oscuridad se cirnio sobre la sala común, primero me asusté, pensando que podía ser un ataque incluso que quizá me había muerto. Luego tantie la varita en mi piyama y me quedé esperando. Primero hablo Génesis y luego Olympe, aisnque aproveche sus susurros para orientarme y fui sigilosamente hacia ella, tanteando el suelo y medio agachado. Por fortuna no me cruce con nadie.

La oscuridad reinante parecía mágica, ya que aún con todo la luna iluminará por los enormes ventanales de la sala común. Evidentemente los traidores acechaban.

Busque la mano de olimpe y la tomé, esperaba que tuviera nociones del código Morse, pues dando golpes con un dedo en su mano le dije.

T R A N Q U I L A S O Y D W E

Sin perder tiempo tomo la mano de Olympe y la llevo hacia los dormitorios, no sin antes taparle la boca para que no haga ruido. En mi otra mano estaba sujetando un objeto en forma de mano, que sostenía una vela.

Ven conmigo. - susurro en su oído.

Una vez nos encontramos a salvo la suelto y coloco mi mano sobre su hombro. - No confíes en Felix, estoy seguro que está manipulándonos y si tengo razón alguien allí abajo está en grave peligro.

Se estaba decidiendo si ella misma seguir su propia sugerencia y bajar de la butaca cuando le llegaron amortiguados por las sombras unos extraños roces y, de pronto, sintió una mano que la asía. Soltó un grito y asustada, se puso en pie.

Desorientada, intentó respirar y ubicarse, pensando ya solo en huir cuando sintió otra mano posándose en la suya, una débil luz que se encendía frente a ella y sin tiempo a pensar ni decir más, su boca quedó sellada por la mano de quien con rapidez la condujo entre la penumbra de aquella extraña mano luminosa, hasta los dormitorios.

Cuando se vio frente a Hawkings intentó recuperar el resuello y miró escaleras abajo, pensando todavía en huir. Pero no tenía luz alguna y su cabeza era un remolino que no lograba controlar. Sería incapaz de lanzar un hechizo ni aunque su vida dependiera de ello.

Un momento... es que puede que sea así – pensó, y tomó aire. Se centró en las palabras de William y se sintió más relajada, porque él había sido de los pocos razonables hasta el momento. Pero no sabía si podía confiar en él, ni quién mentía. No podía saber nada. - Por favor... - con un suave gesto apartó la mano que le había posado en el hombro, y alzó la vista para mirarlo de frente.- Yo también... no lo tengo claro, pero no me gusta lo que está haciendo. Crees que él...? Holly?

Desorientada, intentó respirar y ubicarse, pensando ya solo en huir cuando sintió otra mano posándose en la suya, una débil luz que se encendía frente a ella y sin tiempo a pensar ni decir más, su boca quedó sellada por la mano de quien con rapidez la condujo entre la penumbra de aquella extraña mano luminosa, hasta los dormitorios.

Cuando se vio frente a Hawkings intentó recuperar el resuello y miró escaleras abajo, pensando todavía en huir. Pero no tenía luz alguna y su cabeza era un remolino que no lograba controlar. Sería incapaz de lanzar un hechizo ni aunque su vida dependiera de ello.

Un momento... es que puede que sea así – pensó, y tomó aire. Se centró en las palabras de William y se sintió más relajada, porque él había sido de los pocos razonables hasta el momento. Pero no sabía si podía confiar en él, ni quién mentía. No podía saber nada. - Por favor... - con un suave gesto apartó la mano que le había posado en el hombro, y alzó la vista para mirarlo de frente.- Yo también... no lo tengo claro, pero no me gusta lo que está haciendo. Crees que él...? Holly?

Una luz brillante, clara y pura es convocada desde un extremo de la sala común de Ravenclaw, la cual identificáis todos como el Patronus de Holly, un hermoso zorro que se mueve grácilmente dando saltos e iluminando tenuemente durante unos instantes allí por donde pasa.

Al acercarse a cada uno de vosotros, escucháis la voz de vuestra prefecta dejando un mensaje.

"No os preocupeis, parece que es un hechizo protector de oscuridad, la idea es que si nos quedamos quietos y no hablamos mucho estaremos a salvo y nadie podra atacarnos esta noche, hay muchas probabilidades de que intenten acabar conmigo, asi que es mejor ser precavidos"

​​​​​No creo que sea tan estúpido, pero si la ataca ahora, ŕl mismo se delataría, mira lo que le hizo a Iwan, puso a las personas en la biblioteca contra él y luego fingió defenderlo en público.

¿Qué te dice que lo de proteger a Holly no es sólo otra tapadera? Hay que mantenerlo vigilado y por cierto, cuando la guerra termine y si seguimos vivos, ¿Saldrías conmigo? 

Tal vez no sea el mejor momento, pero quien sabe si luego tendré oportunidad de preguntarte. - digo en voz baja mientras nos mantenemos apartados del grupo.

Acto seguido asiento ante el mensaje transmitido por el patronus de Holly.

Comprendiendo el mensaje de Holly, me dispongo a obedecer a nuestra prefecta, quedándome quieta y en silencio.
 

Cuando las luces se apagaron Félix Cited de forma valerosa se tiró al suelo y se arrastró debajo de un asiento tratando de pasar desapercibido en silencio. Por fortuna esto parecía haber sido obra de Holly Avery, por lo que no había nada que temer, una estratagema para no solo protegerse a sí misma, sino que además protegería a todos los alumnos de Ravenclaw. Se nota que habían escogido a la mejor para ser prefecta. Esta sí que era la "Perfecta Prefecta".

Le escuchaba con atención, sus sospechas sobre Félix, no le faltaba razón, y sin embargo... Negó en silencio. - Ya se que no se ha comportado bien. Es un poco... como Iwan, ¿sabes? Parecía que se empeñaba en señalarse o algo así. El miedo nos hace comportarnos de extrañas maneras. Y con Félix siento algo parecido. Esa obsesión no le va a traer nada bueno. Pero... - le volvió a mirar, dudando si confiar; aunque no era mucho lo que podía contar, quizá sirviera para... algo. - No he podido verlo bien, todo ha sido muy rápido y no tengo mucha experiencia, luego se ha ido la luz... - hablaba atropelladamente al tiempo que pugnaba por aclarar sus ideas. - Diría que no es un traidor, pero tampoco es leal a nadie. Dudo que lo sea a Ravenclaw siquiera, como ha dicho. No se, puede que lo sea a alguien e intente protegerla. Aunque no sepa cómo hacerlo.

Le miró reflexiva, allí pegados en la penumbra. Cuando se lo propuso, al principio se rió. - ¡Oh, William, mira lo que está pasando! ¡Cómo se te ocurre, precisamente ahora...! - cuando la guerra termine y si seguimos vivos. Es que, qué iba a ser de todos ellos? La vida que conocían ya no iba a volver, pasara lo que pasase. El mundo no sería igual, y ellos ya no serían unos alumnos de Hogwarts, Olympe ya no sería una niña, eso lo habían perdido, se lo habían arrebatado. Volvió a mirarle y asintió suavemente. - Cuando acabe todo. Ahora deberíamos volver, ¿no crees?

Una luz brillante, clara y pura es convocada desde un extremo de la sala común de Ravenclaw, la cual identificáis todos como el Patronus de Holly, un hermoso zorro que se mueve grácilmente dando saltos e iluminando tenuemente durante unos instantes allí por donde pasa.

Al acercarse a cada uno de vosotros, escucháis la voz de vuestra prefecta dejando un mensaje.