Partida Rol por web

No hubo ningún tipo de respuestas más allá de balbuceos por parte de la joven y, mientras todos seguían en el exterior por orden de la delegada y de algún que otro compañero con afán de liderazgo y protagonismo, todos los alumnos pudieron sentir como el viento se empezaba a volver cada vez más y más violento.

Al igual que la humedad del lugar comenzaba a subir, todo a causa de que aquella muchacha no controlaba del todo bien su Quirk, o quizás estaba preparada para atacar a los presentes con él, sea como fuera, lo único que pudieron escuchar de ella fueron balbuceos hasta que, de la nada, un rayo golpeó a un árbol cercano haciendo que este se partiera en dos.

La conmoción del relámpago repentino así como el atronador trueno que apareció casi encima del flash de luz, distrajo a todos un momento para ver como, el Quirk de la muchacha, era realmente algo a temer... quizás demasiado...

Vale, el caso es que hay un "Fantasma", pero eso no implica que una no pueda aprovechar el momento y claro, ¿Qué mejor momento para eliminar a todas y cada una de las pretendientes que ahora que hay un fantasma pululando al que se le puede echar encima el marrón?. Quizás no era el mejor tipo de plan, pero si se lograra a llevar a cabo... eso tan solo dejaría a una única candidata a Reina del Baile, o el equivalente Japonés de toda esa cosa.

Aquella luz repentina hizo que Toko Fukawa cambiara, por primera vez, en ese día, y mirando como todos los presentes se encontraban absortos mirando al cielo mientras se encontraban rodeando a la joven muchacha, ella no tuvo ningún tipo de dudar.

Sacando una de sus filosas tijeras de debajo de su larga falda; Toko Fukawa se movió rápida y silenciosamente hasta aquella chica que, por algún motivo, estaba captando la atención, o al menos el corrillo de todos y simplemente la apuñaló antes de volver a su posición normal para cuando el trueno retumbó encima de ellos.

Con esto, acompasado con un estornudo, la joven volvió a su forma habitual, sin comprender del todo bien qué pasaba, mirando al cielo.

Himawari Ame no dijo nada, tan solo dio un leve quejido, algo que fue silenciado por su propio Quirk con aquel vendaval en el que todos estaban metidos, es por ello que, quizás la gente a su alrededor no se percatara de lo que acababa de pasar al lado suya. Tiñendo de rojo la sudadera amarilla de Himawari, a la altura de su abdomen, esta comenzó a dar otro leve quejido a la par que apartaba su mano de la herida, manchada de sangre, mostrando a los que se dieran la vuelta lo que había pasado.

- .  .  .

No dijo absolutamente nada a la par que sus ojos se llenaran de lágrimas y su rostro pasaba a ser de pura desesperación; y al igual que este cambio de humor, el clima que los rodeaba cambió, dejaron de caer rayos, relámpagos y centellas, dejó el viento de soplar y tan solo una intensa neblina brumosa comenzó a rodear los alrededores de la escuela, haciendo imposible la localización y el transporte por aquella montaña. Todo mientras, la vida de la joven se esfumaba a la par que la niebla se quedaba.

Quizás para muchos ver como moría una compañera a su lado era algo traumático, tanto que nadie movería un dedo mientras trata de procesar todo aquello que estaba pasando, quizás buscando un culpable entre los presentes que aprovechó para ensartar un arma contra la joven... pero Koguma tenía otros planes.

-¡QUE LE DEN AL PUTO FANTASMA!. -Gritó el joven a la par que hacía una peineta a sus alrededores- ¡ME LARGO DE ESTE LUGAR!. ¡QUE OS DEN A TODOS!.

Y con esto, el muchacho se adentró en la espesa niebla que Himawari había invocado usando su Quirk antes de fallecer.

Desde una de las ventanas superiores, alguien más estaba viendo lo que sucedía en aquel lugar, esperando a que la situación se resolviera por su propia cuenta; o mejor dicho, esperando a que aquel muchacho decidiera huir hacia el bosque.

-Supongo que ya es hora... -Comentó para sí mismo mientras este se acercaba a la puerta de la sala de profesores, deteniéndose por un instante, viendo un sombrero de ala ancha colgado, este aprovechó para ponérselo.- Es hora de la caza...

Mientras los alumnos veían lo que había pasado con Himawari Ame ante sus ojos, el profesor se escabulló al exterior de la escuela y se dirigió al bosque.

Quizás la situación no era la mejor de todas, puesto que con la huida hacia la neblina por parte de Koguma Kyoki, así como la repentina muerte de Himawari Ame, comenzó a crecer dentro de cada uno un sentimiento de alerta y de pánico que llevó a todos a huir en distintas direcciones, no siendo capaces de controlar sus propios cuerpos en el proceso, incluso no pudiendo pensar con claridad.

Con todo aquello que estaba pasando un grupo de gente dispar se reunió en el Laboratorio de Ciencias para hablar sobre lo que tenían que hacer; si la maldición era cierta, cosa que parecía ser real, implicaba que entre los alumnos había "Un Fantasma", un "Sobrante", alguien que no debería estar... y si la situación continuaba así los mataría a todos.

No se sabe muy bien quién fue el primero en alzar su voz para decir lo que hacer, pero lo que sí parece ser cierto es que alguien sí habló y la solución era clara: "Eliminar al Fantasma". Ellos eran 4, el resto eran 30. La probabilidad de que el fantasma fuera uno de los otros compañeros ahí presentes era del 10%, demasiado bajo como para desconfiar.

Por lo que estos tenían que dar con el fantasma y acabar con él, y aunque matar a un compañero de clase, quizás a un amigo de clase, un mejor amigo de clase o incluso una pareja de clase no era la opción más heroica si con ello podían salvar las vidas propias y del resto, valdría la pena.

Al parecer hay un fantasma entre nosotros y no puedes confiar en nadie salvo en ti mismo. Tu estás vivo, el resto a saber. Pero si la maldición sigue expandiéndose, es probable que el que sea la próxima víctima seas tu. Y eso es algo que no se puede permitir. Por lo que más vale ir eliminando a todos y a cada uno de ellos... a fin de cuentas, uno no puede asegurarse cuándo habrá muerto "El Fantasma" y es mejor no arriesgarse.

Quizás la mejor forma de huir de un fantasma no era esconderse en el baño de chicos, había mil y una historias japonesas de fantasmas que ocurrían en el baño de chicos. ¿Por que te esconderías en el baño de chicos?. Sea como fuera, ahí fue donde Dezatora Dezatori se escondió y pese a que pudo escuchar la puerta abrirse, este escondido en su cubículo aguanto la respiración esperando que el que fuera que estuviera al otro lado se largara de ahí...

...y lo siguiente que Dezatora Dezatori sintió fue un gran peso en su espalda y mucho calor, un intenso calor que recubrió todo su cuerpo, así como una profunda oscuridad que lo cegó... ¡Pero volvería!. Eventualmente...

Quizás la mejor forma de huir de un fantasma no era esconderse en el baño de chicos, había mil y una historias japonesas de fantasmas que ocurrían en el baño de chicos. ¿Por que te esconderías en el baño de chicos?. Sea como fuera, ahí fue donde Dezatora Dezatori se escondió y pese a que pudo escuchar la puerta abrirse, este escondido en su cubículo aguanto la respiración esperando que el que fuera que estuviera al otro lado se largara de ahí...

...y lo siguiente que Dezatora Dezatori sintió fue un gran peso en su espalda y mucho calor, un intenso calor que recubrió todo su cuerpo, así como una profunda oscuridad que lo cegó... y... estaba delicioso.

Quizás la mejor forma de huir de un fantasma no era esconderse en el baño de chicas, había mil y una historias japonesas de fantasmas que ocurrían en el baño de chicos. ¿Por que te esconderías en el baño de chicos?. Sea como fuera, ahí fue donde Midori Kawayama se escondió y pese a que pudo escuchar la puerta abrirse, esta escondido en su cubículo aguanto la respiración esperando que el que fuera que estuviera al otro lado se largara de ahí...

Lo siguiente que pudo ver fue la puerta abriéndose de par en par y una figura misteriosa lanzando un líquido a su cara, y al instante que este entró en contacto con la piel de Midori Kawayama, un intenso olor a lejía inhundó sus fosas nasales obligándola a tratar de respirar en vez de gritar por el ardor que tenía en los ojos, pero cuando abrió la boca el gas que lo acompañaba quemó el interior de su garganta y aquella figura aprovechó para rajar el cuello de la joven en un movimiento rápido y letal.

Quizás la mejor forma de huir de un fantasma no era esconderse en el baño de chicas, había mil y una historias japonesas de fantasmas que ocurrían en el baño de chicos. ¿Por que te esconderías en el baño de chicos?. Sea como fuera, ahí fue donde Midori Kawayama se escondió y pese a que pudo escuchar la puerta abrirse, esta escondido en su cubículo aguanto la respiración esperando que el que fuera que estuviera al otro lado se largara de ahí...

Lo siguiente que pudo ver fue la puerta abriéndose de par en par y una figura misteriosa lanzando un líquido a su cara, y al instante que este entró en contacto con la piel de Midori Kawayama, un intenso olor a lejía inhundó sus fosas nasales obligándola a tratar de respirar en vez de gritar por el ardor que tenía en los ojos, pero cuando abrió la boca el gas que lo acompañaba quemó el interior de su garganta y aquella figura aprovechó para rajar el cuello de la joven en un movimiento rápido y letal.

Un sentimiento ajeno al de este se apoderó de Isaac Soft por un momento, y al igual que el resto de los participantes huyeron en estampida, este también lo hizo, y aunque decidió no entrar en la Academia, este prefirió dar un rodeo a la misma para poder alejarse lo más posible de aquella zona maldita.

Una vez en la parte trasera, este se pudo fijar en lo hermoso que Himawari Ame había dejado el jardín de la Academia, realmente se había excedido en sus responsabilidades con semejante trabajo de jardinería. Pero ese no era el tiempo de contemplar las flores puesto que, desde detrás alguien clavó unas tijeras de podar en el cuello del muchacho haciendo que este cayera encima de las rosas blancas.

Un sentimiento ajeno al de este se apoderó de Isaac Soft por un momento, y al igual que el resto de los participantes huyeron en estampida, este también lo hizo, y aunque decidió no entrar en la Academia, este prefirió dar un rodeo a la misma para poder alejarse lo más posible de aquella zona maldita.

Una vez en la parte trasera, este se pudo fijar en lo hermoso que Himawari Ame había dejado el jardín de la Academia, realmente se había excedido en sus responsabilidades con semejante trabajo de jardinería. Pero ese no era el tiempo de contemplar las flores puesto que, desde detrás Mikhail Nakamura aprovechó y clavó unas tijeras de podar que había por ahí en el cuello del muchacho haciendo que este cayera encima de las rosas blancas.

Un sentimiento ajeno al de este se apoderó de Nyu Deilnefle por un momento, y al igual que el resto de los participantes huyeron en estampida, esta también lo hizo, y aunque decidió entrar en la Academia, esta prefirió subir las escaleras dentro de la misma para poder alejarse lo más posible de aquella zona maldita.

Pero antes de que esta pudiera esconderse dentro del almacén del segundo piso, algo o alguien la golpeó por la espalda con una barra de metal, dejando a la joven tendida en el suelo por un tiempo indeterminado. Al levantarse, tan solo tenía una leve contusión en la cabeza, pero estaba relativamente bien.

Un sentimiento ajeno al de este se apoderó de Nyu Deilnefle por un momento, y al igual que el resto de los participantes huyeron en estampida, esta también lo hizo, y aunque decidió entrar en la Academia, esta prefirió subir las escaleras dentro de la misma para poder alejarse lo más posible de aquella zona maldita.

Pero antes de que esta pudiera esconderse dentro del almacén del segundo piso, Mitsuo Shimizu que la estaba persiguiendo la golpeó por la espalda con una barra de metal, dejando a la joven tendida en el suelo por un tiempo indeterminado. Viendo que parecía que nadie más iba a acompañarle para este ataque, el joven se retiró.

Un sentimiento ajeno al de este se apoderó de Tsuyuri Sunako por un momento, y al igual que el resto de los participantes huyeron en estampida, esta también lo hizo, y aunque decidió entrar en la Academia, esta prefirió bajar las escaleras dentro de la misma para poder alejarse lo más posible de aquella zona maldita.

Pero antes de que esta pudiera esconderse dentro del almacén del sótano, algo o alguien la golpeó por la espalda con una barra de metal, dejando a la joven tendida en el suelo por un tiempo indeterminado. Al levantarse, estaba bastante maltrecha, como si el que la hubiera atacado se hubiera cebado con ella.