Partida Rol por web

Al percatarse de que alguien más los estaba viendo la joven Himawari Ame se ruborizó levemente antes de empezar a usar su Quirk nuevamente, formando una pequeña y densa nube cerca de ella. -¡Ya me iba!. -Gritó hacia arriba mientras le daba una cámara de fotos a Niji- ¿Puedes sacarme una foto junto a las flores?. Así la subo a la pagina del club. -Y con la foto hecha, se subió a la nube y se fue- ¡Nos vemos mañana Niji!. Espero que al resto de nuestros compañeros les guste.

Viendo como había perdido su oportunidad de confesar sus sentimientos hacia Himawari Ame, Niji Tako decidió vengarse de aquel molesto e inoportuno compañero que había sacado su cabeza.

-Ya verás... te voy a dar yo Sangría Sangrienta...

Sacando de su mochila una pistola de agua, este simplemente vomitó tinta rojiza en el depósito, esperando que fuera suficiente para hacerle pagar al muchacho entrometido.

Y sin mucho más que hacer, este entró en la escuela armado...

Mientras todo esto pasaba, el profesor se había cansado de empujar su coche y su mirada se tornaba hacia la dirección donde la escuela se encontraba. Teniendo en cuenta que había poco tiempo antes de que el sol se pusiera, este recogió su abrigo y un machete para ir bosque a través. -Quizás llegue a tiempo para llamar a la grúa. -Comentó con cierto temor en su voz- Qué mala suerte que justamente se me estropee el vehículo en el último día de clase oficial, y mañana tendré que conducir un autobús para llevar a esa panda de ingratos de excursión... no se podía pedir peor momento para que ocurriera. -Con sus pensamientos dichos en voz alta, este atravesó el bosque en línea recta hasta llegar a los terrenos de la escuela y adentrarse en ella.

Acercándose con delicadeza a la sala donde estaba el Club de Ocultismo, una amenaza escurridiza de color rojizo se movía en silencio sin que el joven "Crimson Sight" se percatara del peligro que este corría puesto que seguía con sus cánticos rituales. Antes de que este pudiera girarse cuando escuchó como la puerta del club de ocultismo se abría detrás de el, una enorme mancha rojiza impregnó el cuerpo del joven causando un gran manchón donde este se encontraba.

-¡Maldita sea Niji!. -Gritó el joven- ¡¿Por que!?. ¡Ahora no podré terminar el ritual!. -Alarmado por el suceso, este se levantó y se marchó de la sala, dejando unas cuantas manchas de sus huellas hacia el exterior de la habitación. Y finalmente saliendo de la escuela para bajar de la montaña con su patín hasta la ciudad.

Los gritos de "Crimson Sight" llamaron la atención de aquel profesor que, cansado del viaje por el bosque, estaba descolgando el teléfono fijo de la sala de profesores para llamar a una grúa que recogieran su vehículo y, ya de paso, lo llevaran de vuelta a la Ciudad Sakurami. Colgando nuevamente el teléfono este vio como un manchado de tinta roja "Crimson Sight" huía de la escuela con lágrimas en sus ojos. Probablemente a causa de ser víctima del Bullying, por lo que, sin dudarlo, este se dirigió de donde el muchacho venía, aún sin percatarse que tenía el machete en mano hasta posicionarse cerca del joven que no paraba de reírse de su particular broma.

-¿Te crees que te irás de rositas por eso?. -Dijo con su voz de profesor, aunque algo ligeramente más carrasposa debido a la caminata inesperada.

El comentario proferido por una voz que no reconoció como la de su profesor hizo que el muchacho se asustara, quizás por un momento en su cabeza este pensara que el fantasma de "Sangría Sangrienta" o "Lloriana la Llorosa" habían aparecido de la nada y se encontraba detrás de él, o quizás por simple instinto; sea lo que fuera el motivo, lo que aquel joven hizo fue girarse y expulsar tinta colorida directamente a la cara de la amenaza, a fin de cuentas, seguía siendo un Teriomorfo calamar.

-¡AAAAAAAAAAAH!. -El grito de terror del muchacho tan solo fue superado por un grito mayor, producido por el mismo- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

El tener los ojos cubiertos por tinta hizo que el profesor moviera sus manos de forma instintiva hacia su cara; algo completamente normal y en muchos casos bueno. El caso era que al hacerlo este también movió la mano que estaba sujetando el machete con tanta fuerza e ímpetu que otro líquido más fue derramado en el lugar.

-¡Ugh!. -Dijo mientras se limpiaba la cara con el reverso de su mano libre- ¡Ahora el castigo es el doble!. ¡Te quedas cuatro semanas sin recreo!.

Pero cuando vio de nuevo al joven que tenía delante de él, vio como este estaba temblando y su camiseta se encontraba rajada por un profundo corte repentino. El profesor de matemáticas no le costó sumar dos y dos y percatarse de lo que había hecho, pero antes de poder decir nada, las palabras no salían el muchacho comenzó a alejarse hacia una aula contigua.

El muchacho se echó hacia atrás, tratando de escapar de un profesor que ante sus ojos se había vuelto loco y trataba de matarle; la herida en su pecho era una prueba más que suficiente para él. -¡NOOOOOOO!. -Gritó el joven mientras trataba de alejarse metiéndose en aquella aula cercana, pero cuando lo hizo, su camiseta rota y manchada fue arrancada por la mano del profesor que ante todo, trataba de evitar que este huyera de él o se hiciera más daño- ¡NO FUI YO!. -El niño estaba tan asustado que iba a cometer quizás el mayor error de su vida; decir la verdad. -¡Fue Koguma!. ¡El te metió azúcar en el depósito!. ¡Yo fui el que puso la marca de pintalabios en tu camisa con la ayuda de Kamiyo y el sujetador de Honey!. ¡Y lo de la chincheta fue Galatea con su cola!. 

Por un momento el profesor se quedó en silencio, con la camiseta arrancada del muchacho en su mano libre de aquel machete, tratando de comprender qué era lo que estaba pasando, como aquel muchacho seguía retrocediendo en pánico revelando cada vez más y más cosas de él y de sus compañeros.

-¿Como?. -Pregunto incrédulo- ¿¡Fue él el que arruinó mi coche!?. ¡¿Y vosotros tres arruinasteis mi matrimonio por unas simples risas?!. ¡Mi mujer me dejó por culpa del sujetador que encontró en el coche y esa marca de pintalabios en el cuello de mi camisa!. -Poco a poco, el hombre se iba acercando más y más al joven adolescente, apretando con fuerza su machete -Y ese día tenía hemorroides...

El muchacho continuaba retrocediendo mientras controlaba su sangre para hacerla lo más duro posible aprovechando su Quirk y así evitar perder demasiada y desangrarse por el ataque del profesor. -¡No!. -Gritó el joven- ¡El día que tenías hemorroides Toko Fukawa te echó en tu taza un laxante extra-fuerte por como habías tratado a Mitsuo Shimizu en su clase!. ¡Desde entonces te llamamos "Vulcano"!. ¡El día de la chincheta fue cuando dijiste que te dolía la espalda que te había dado un punzón en ella al levantarte!. - Menos mal que la aclaración fue hecha, sino, lo siguiente que iba a pasar iba a estar demasiado fuera de lugar - Ah, y fui yo quien tiró tu colección de monedas...

Evidentemente la situación no fue a mejor, al darle a conocer al profesor lo que había pasado en realidad, más allá de la simple "mala suerte pese a las bajas probabilidades" que este estaba achacando a los sucesos pasados durante el curso. Este no tenía palabras, ni una sola, ni siquiera se atrevió a preguntar un simple "¿Por que?".

Completamente ido de todo ápice de raciocinio y viendo como el alumno parecía estar más que dispuesto a huir para contarles a todos que el profesor le había agredido, muy dentro de su cabeza, algo hizo "click", aquel "2 y 2" que antes había sumado se había convertido en una ecuación compleja en donde este podía ver todos los resultados posibles.

" A S E S I N A T O"

Habiendo terminado su labor, completamente exhausto, este se percató como había dejado aquella sala, repleta de sangre y cortes por todos lados y el cuerpo del adolescente al borde de la muerte tratando de evitar perder más sangre por medio de la manipulación de sus fluidos, endureciéndolos... pero ya a un nivel en donde nada podía hacerse por salvarse.

-¿?¿?¿?: Veo que te lo has pasado bien... no, no te preocupes, tan solo vine a dejarte una cosa... te ayudará con tu trabajo de cazar a esas pestes... considéralo una apuesta por ti... un simple juego...

El profesor se sorprendió por lo que acababa de pasar, por lo que acababa de ver, pero teniendo en cuenta todo aquello, quizás fuera lo mejor, ya no tenía escapatoria y aquel le estaba ofreciendo una salida más que deseable; por lo que recogió aquel regalo y se lo guardó...

El hombre claramente se sorprendió de aquella repentina llegada, más aún de aquel extraño regalo que le ofrecía de forma tan altruista; recogiéndolo y comprobando como funcionaba este simplemente se lo guardó.

-Supongo que no me queda otra opción. -Comentó el hombre mientras se agachaba a recoger algo de la mochila ensangrentada de Niji Tako- Si quiero hacer que paguen esos mierdecillas por arruinar mi vida, lo lógico será hacerte caso y aceptar esto que me entregas.

Sacando de la mochila la máscara de gas que el adolescente usaba para cometer sus delitos de poca monta y a su vez no intoxicarse mientras hacía los graffitis a lo largo y ancho de Sakurami City, este finalmente se la colocó.

-Al parecer aún tengo unas cuantas horas antes de que vengan los alumnos, iré a prepararme... -Y el profesor abandonó la habitación hacia la sala de profesores en donde había un sofá.

Aquel paisaje iba a cambiar a partir de ahora, ya no iban a viajar más en ese autobús para regresar a la escuela desde sus casas, este era el último viaje para todos y aunque este era un sabor agridulce para algunos, otros parecían estar disfrutándolo enormemente. Al menos por parte de Koguma que no para de reír mientras miraba por la ventana del lado izquierdo, al parecer había cambiado de asiento a uno vacío.

Los que se encontraban en el lado izquierdo del autobús, en particular la ventana del mismo, pudieron ver como, no solo la diversión de empezar las vacaciones con una excursión escolar era lo que le provocaba la risa, sino que también pudieron ver el coche del profesor abandonado en la carretera de la montaña.

Aquel paisaje iba a cambiar a partir de ahora, ya no iban a viajar más en ese autobús para regresar a la escuela desde sus casas, este era el último viaje para todos y aunque este era un sabor agridulce para algunos, otros parecían estar disfrutándolo enormemente. Al menos por parte de Koguma que no para de reír mientras miraba por la ventana del lado izquierdo, al parecer había cambiado de asiento a uno vacío.

Al parecer el muchacho se estaba divirtiendo más que nunca...

Una vez todos bajaron del autobús la Delegada, Karakuri, pudo hacer un recuento de las cabezas presentes y se percató que faltaban dos compañeros; en concreto Niji Tako el cual usualmente usaba su monopatín para volver a casa bajando la montaña (aunque se subía al autobús para remontarla por las mañanas) y el rarito del Club de Ocultismo "Crimson Sight".

Aún con aquellas dos bajas, parecía ser que la excursión podía continuar; mientras el autobús que los había traído se iba, estos se quedaron esperando por el nuevo autobús conducido por su profesor para que llegara y los moviera a la "Mansión de los Asesinatos"... algo que, con el paso de los minutos no pasó...

Era evidente que el paso del tiempo puso aún más nerviosos a algunos, incluso quizás los nervios acumulados por ir de excursión eran lo suficientemente fuertes como para que la juventud se olvidara de hacer lo que todo ser humano debía hacer antes de subirse a un autobús: Ir al baño.

Esto mismo fue lo que le pasó a Midori Kawayama, la cual con el paso del tiempo le recordó que, en efecto, no había ido al baño en toda la mañana y si iban a tomar un viaje en autobús sin lavabo durante unas cuantas horas, quizás lo mejor era ir ahora y no estar nerviosa por motivos ajenos a la excursión.

Pidiéndole a su amiga Kamiyo Ilia que la acompañara, las dos muchachas se encaminaron hacia los baños en el interior de la escuela... y así fue como todo empezó...