Partida Rol por web

Con un chaporroteo final, la última batisfera cargada hasta los topes de aquellos ciudadanos premiados, descendieron hasta lo más profundo de Rapture desde la superficie. Todos y cada uno de los presentes, tanto de los de la Batisfera como de los que estaban a la espera de la última tanda ya en el Centro de Bienvenida que habían visto la primera vez que bajaron a la ciudad, estaban esperando por más información de aquella "velada".

Las maletas que estos portaban estaban esparcidas por cualquier lugar y abiertas, como si alguien en su ausencia se hubiera dedicado a investigar en sus pertenencias privadas sin su consentimiento evidentemente. Esto había sido una clara afrenta contra su propia intimidad y hasta ahora no le habían dado ninguna explicación convincente.

Viendo como en breves iba a tener a una veintena de personas recriminando este acto rastrero por parte de la policía de Andrew Ryan, Sullivan decidió adelantarse antes de que nadie dijera palabra alguna; a fin de cuentas, el como un antiguo policía de Nueva York en Little Italy sabía lo peligroso que era una multitud enojada.

-Supongo que os debo una explicación. -Comentó apagando el cigarro en el suelo para luego pisarlo con su zapato- El Señor Ryan tiene sospechas de todos y cada uno de vosotros de que sois enemigos de Rapture, traidores, contrabandistas, comunistas... o como a el le gusta llamar "Parásitos". -Explicó finalmente aquellas acusaciones sobre los presentes- Y si fuera por Ryan ahora mismo todos estaríais colgando en la Plaza Apolo, pero el Consejo se interpuso y me encargaron a mi hacer la investigación para separar la paja del grano.

Tras este comentario, Sullivan trató de permanecer calmado, al menos tratar de dar una sensación de paz que su mirada oscura y penetrante nunca acababa de conseguir. Dejando un par de segundos para que cualquiera de los presentes, por muy lento que fuera, pudiera comprender cómo y hasta donde, estaban metidos en problemas.

-Si alguien tiene algo que confesar, puede hacerlo ahora y nos ahorraremos las molestias de los interrogatorios individuales que- pero este no pudo continuar con la frase.

Una de las muchas personas que se encontraban en el lugar estaba respirando con dificultad, pesada y profundamente; casi se podría decir que estaba hiperventilando; su mecanismo de "Lucha-Huída" se había activado, probablemente potenciado a causa del ADAM que a lo largo de su estancia de Rapture había estado tomando.

-¡TENGO QUE SALIR DE AQUÍ!. -Dijo finalmente en un grito, alzando los brazos hacia los guardias de seguridad de Ryan, congelando a dos de ellos antes de iniciar su carrera por el atrio de la zona de las batisferaas- ¡NO!. ¡YO NO HE HECHO NADA!. ¡FUERON ELLOS!.

Por fortuna para Sullivan la experiencia que tenía este hombre en su vida pasada le dio los reflejos necesarios para ocultarse detrás de una de las columnas Art Deco que había por aquell gran recibidor; pudiendo esquivar por poco la ventisca helada que paralizó por completo a uno de sus hombres.

-¡Mierda!. -Exclamó el hombre alargando la mano para tomar su pistola, un revolver- ¡Tenemos un Splicer!. ¡Intentad no matarla chicos!. ¡Si nos lleva hasta Atlas podremos detener todo esto antes de que empiece!.

El hombre se giró para ver el estado de aquellos dos guardias que habían sido congelados por el plásmido de Amy Callister. Claramente preocupándose por ellos y viendo si, podía rescatarlos de aquella prisión helada en la que esta mujer les hubo metido a ambos.

-¡Que alguien ayude a Mike y a Flynn a salir del bloque de hie- pero algo lo interrumpió nuevamente.

La interrupción no había sido otra que un sofá en llamas que había sido lanzado desde el otro extremo de aquella enorme recepción; al parecer la cuenta de plásmidos que aquella mujer tenía en su cuerpo había subido hasta tres, con el de "¡Incineración!" y el de "Telequinesis" incluídos.

El impacto del sofá contra aquellos dos guardias congelados en bloques de hielo causó que estos se rompieran en pedazos, explotando en pequeños bloques con partes de su cuerpo congeladas en el interior, haciendo irrecuperables cualquier cosa que estos tuvieran encima en el momento de su congelación.

-¡SOY UNA BUENA PERSONA!. -Gritó Amy Callister mientras subía las escaleras- ¡LO JURO!.

Viendo como aquello se les estaba yendo de las manos por completo Sullivan no tuvo más remedio que meterse en la pelea; siguiendo a aquella mujer al igual que habían hecho el resto de los guardias de seguridad de Ryan, y tras unos cuantos disparos, tan solo se escuchó el silencio más absoluto.

Y unos segundos más tarde la voz de Sullivan se pudo escuchar una vez más, pero en esta ocasión venía desde detrás de ellos. En concreto de la batisfera, y para ser aún más concretos, de la radio de onda corta que esta tenía por motivos de seguridad.

-¿Hola? ¿Hola?. -Dijo tratando de contactarles- Supongo que me escucháis. Hemos logrado abatir al Splicer pero... en la refriega la puerta que da al restaurante desde el túnel ha quedado inutilizada por completo... tardaremos un rato en abrirla. Esperad ahí. Y tened cuidado... los que aún sois leales a la ciudad, con vosotros hay traidores... -Era evidente que aquel hombre había sido herido en la refriega, resoplaba bastante- Si... Si podéis localizarlos, estoy seguro de que Ryan lo tendrá en cuenta... y... tengo que irme. Corto y Cierro.

Aquel grupo avanzó hacia sus maletas habiendo escuchado suficiente por parte de aquel hombre, a fin de cuentas este no parecía estar disponible para responder nada de lo que estos le dijeran. Con que alguien tomara la radio de onda corta para cualquier otra circunstancia sería suficiente.

Una vez con sus pertenencias, aquel grupo continuó con su viaje por aquel centro de bienvenida, alejándose de las frías aguas del océano del Altántico Norte, y pudiendo ir a un lugar mucho más cómodo y confortable, o al menos un lugar en donde no había trozos de la guardia de Ryan descongelándose por el suelo.

En aquella nueva sala seguía habiendo rastros de una pelea; unos escombros habían caído por un lado de las escaleras y un pequeño fuego salía de entre ellos. Pero eso no era lo más llamativo; sino la presencia de un Plásmido en la máquina de El Jardín de las Recolectoras. Este era "Electrorayo" y parecía ser completamente gratuito para el primero que lo cogiera y decidiera inyectarse la jeringa.

Por otro lado, si alguien miraba aquella máquina podía ver qué otros plásmidos había en venta en este momento, así como cuales eran sus precios en ADAM.

- Enfurecer: 120 ADAM

- Nube de Insectos: 120 ADAM

- ¡Incineración!: 80 ADAM

- Ráfaga Invernal: 100 ADAM

Ya armados y teniendo un poco de tiempo libre, estos podían decidir qué hacer. Si tratar de dar caza a aquellos miembros de Atlas o el resto de Parásitos que pudiera haber por el lugar, o simplemente quedarse a esperar a que Sullivan regresara. Sea cual sea la decisión que estos tomarían una cosa estaba clara, por un módico precio podrían mejorar sus opciones en aquella máquina.

En caso de que decidieran tratar de dar con un culpable, el cómo lo harían era tan importante como el Quién era el Parasito, por lo que tendrían que ellos mismos pensar una forma de resolver este conflicto y poner manos a la obra para solucionarlo.

Ante el atroz espectáculo no pude más que sentirme en exceso incómodo, por lo que, al llegar al centro de bienvenida me acerco al jardín de las recolectoras a ver que encuentro en la máquina.

Justo cuando estaba por seleccionar uno de los productos, me doy con la sorpresa que alguien ya había hecho una compra y se olvido de recoger su producto así que, decidí ahorrarme el ADAM y tomar aquel plásmido para mi.

Menudo jaleo el que montaron allí afuera, esos Splicer son cosa seria, creo que lo mejor es ponernos manos a la obra para echarles el guante antes que ese maniáco de Sullivan empiece a colgar inocentes a diestra y siniestra. - comento mientras me preparo para lo que está por venir.

No puedo evitar que unas lágrimas caigan de mis ojos en cuanto Sullivan empieza a hablar. Después de todo aquí soy la chica de color, así que es difícil que me vayan a considerar inocente solamente por mi aspecto.

Sin embargo la situación se va de madre bien pronto y observo todo el espectáculo como si fuera una película. Cuando los dos hombres son congelados doy un pequeño paso hacia ellos pero no tengo tiempo de hacer más cuando un sofá en llamas sale volando destrozando cualquier posibilidad de rescatarles.

Finalmente las palabras del herido Sullivan nos indican que estamos atrapados. Me pregunto cuánto tiempo tardarán en considerarme como sospechosa. En cualquier caso cojo mi maleta y nos muevo hacia la nueva localización donde hay una máquina de plasmidos con un electrorrayo preparado. Sin embargo, dudo por un momento pues cogerlo podría hacerme sospechosa al instante y un hombre que no tiene el mismo problema lo recoge.

Lanzo un suspiro. Creo que tiene razón. Si estuviéramos 100% seguros de que alguno no somos enemigos podrían esos interrogar al resto. Pero si preguntamos ahora ninguno reconoceremos ser un traidor.

¿Alguna idea? Y por favor, que no sea la de contar nuestras historias personales, eso no significa nada sea la que sea: puedes ser la persona más asentada y rica y ser un parásito igual. Si estamos aquí es por algo.

El asombro y horror vistieron el rostro del doctor Argus, quien veía incrédulo aquella escena que se desenvolvía ante sus ojos. Con una mano en la cabeza, el doctor se muestra inquieto ante lo sucedido - ¿Traidores?, ¿entre nosotros? - no logra evitar lanzar una mirada de desconfianza ante los demás presentes ... finalmente, atendiendo a las palabras de aquel hombre que había tomado el plásmido decide anunciar - Usted, señor... - dice señalándole y después señalando a la señorita de color que había hablado - ... y usted, deben de estar enloquecidos si lo que insinúan es que nos volvamos jueces.... y verdugos ... ¡basados en una simple sospecha! -

El doctor se lleva la mano a la cabeza, consciente de que se acaba de despeinar y procuraba ahora componer su postura así como su peinado - ¡Somos hombres racionales!- dice, para después añadir - Y mujeres... - después de mirar con reproche a aquella joven mujer - No... lo que la lógica demanda es que esperemos a que el buen señor Sullivan regrese a restaurar el orden, ha sido él mismo quien dijo que eventualmente lograrán abrir la puerta... - un poco más calmado el Doctor añade señalando una de las radios de donde se había escuchado la voz de Sullivan - ...después de todo, no por nada el señor Ryan ha depositado en él su confianza para garantizar la seguridad de los residentes de Rapture -

- En honor de la cordura, confesaré que tengo una pistola.

El elegantemente trajeado sujeto esperó unos segundos a que las miradas de quienes quisieran se tornaran hacia él.

- Tengo una pistola. El señor Sullivan ha preguntado si teníamos algo que declarar, y eso estoy haciendo yo. No se alarmen, no pretendo utilizarla... a menos que me den motivos. Si mi seguridad se viera amenazada, lo haré. En acto de buena fe, si el señor Sullivan lo solicita, puedo dejársela como aval de mis buenas intenciones. No seré yo quien oculte nada ante el proyecto de Rapture ni que obstruya la investigación pertinente.

Con movimientos muy lentos, se abrió la solapa del lujos traje, pulcramente limpio, para mostrar una cartuchera con una pistola. A su lado había también una cajetilla con puros habanos. Indicó a la seguridad que se acercara a retirar la pistola si lo creía conveniente con mucha calma.

- No tengo más que añadir - dijo finalmente.

-Oh, merda- maldijo Giuseppe, al ver la dantesca escena concluir ante sus ojos. -tres, supongo, muertos y nos quedamos aquí encerrados hasta nueva orden- Suspiró.

Tras cruzarse de brazos y tamborilear con los dedos sobre su antebrazo meditó las palabras del Doctor Konrad. -habla usted con buen juicio, doctor, pero si tenemos en cuenta las palabras del señor Sullivan, no daría ni medio dólar porque esos sujetos a los que ha hecho referencia aboguen por permanecer tranquilos.-

Dicho lo cual, se dispuso a dar una vuelta por la sala para echarle un buen vistazo, bien para mantener la mente ocupada, bien para no dar demasiadas vueltas a lo sucedido.

Aquella escena no dejó indiferente a ninguno. En el momento me pilló por sorpresa, retrocediendo para poner a otros por delante mío, por si la loca se atrevía a atacarnos. Luego me mantuve tensa y seria, preparada para golpear a quien hiciera falta. Entre todo ese grupo seguro que habían aprovechados oportunistas. No podía fiarme de nadie!

Aunque lo peor fue ser señalada como una traidora después de todo lo que hacía por Rapture. Fue un insulto personal. Pero qué ultraje! . Me habían ninguneado como nunca antes, mezclándome con toda esa gentuza ¿sólo por una sospecha?. Estaba visiblemente ofendida. Incluso habían revisado mi maleta!. OHJ! conociendo el mal servicio de seguridad de Sullivan, seguro que me han robado mis cosas. Molesta, revisé inmediatamente si estaban todas mis pertenencias mientras el resto discutían el tema. Incluso estaban cogiendo Plásmidos.

Burt confesó tener un arma. Uno de los inteligentes aquí, nunca desprotegido. Bien hecho señor Reginald. Esté preparado para usarla en cualquier momento. ... Traidores. ¿En Rapture? Inconcebible. Cuánta estupidez!. seguía ofendida, molesta y enfadada, mientras no paraba de revisar mi maleta en búsqueda de mis bienes preciados.