Partida Rol por web

Con un chaporroteo final, la batisfera cargada de aquellos ciudadanos premiados con esta desagradable experiencia de sufrimiento y muerte, llegó hacia el Centro de Bienvenida que habían visto la primera vez que bajaron a la ciudad como al inicio de esta pesadilla malmente llamada "velada".

Las maletas que estos portaban seguían esparcidas por cualquier lugar y abiertas, pero ya no había nadie ahí que estuviera husmeando en aquellas cosas, aunque sí había restos a medio descongelar de los guardias de Ryan asesinados al inicio de todo aquello... No iban a ser de ayuda.

Aquel grupo menguante continuó con su viaje por aquel centro de bienvenida, alejándose de las frías aguas del océano del Altántico Norte, y pudiendo ir a un lugar mucho más cómodo y confortable, o al menos un lugar en donde no había trozos de la guardia de Ryan descongelándose por el suelo.

A fin de cuentas no tenía ningún sentido quedarse atrás, menos ahora que los matones de Atlas parecían poder controlar aquella Batisfera; por lo que alejarse de ahí cuanto antes era la mejor de las opciones.

En aquella nueva sala seguía habiendo rastros de una pelea; unos escombros habían caído por un lado de las escaleras y un pequeño fuego salía de entre ellos. Pero eso no era lo más llamativo, pues esta era la máquina tenía un Plásmido disponible, aunque ya no había dicho plásmido, el "Electrorayo", puesto que este ya lo había tomado en su momento Jordan Spencer.

Por otro lado, si alguien miraba aquella máquina podía ver qué otros plásmidos había en venta en este momento, así como cuales eran sus precios en ADAM.

- Enfurecer: 120 ADAM

- Nube de Insectos: 120 ADAM

- ¡Incineración!: 80 ADAM

- Ráfaga Invernal: 100 ADAM

Habiendo comprado o dejado de comprar los escasos productos que aún estaban en aquella máquina expendedora, estos caminarían por el túnel y gracias al cristal estos verían a no otra que a una mujer de buen ver, alta y rubia; esta estaba vestida de gala y tenía una mala cara, caminaba de un lado a otro al otro lado de aquella puerta que, al parecer, los hombres de Sullivan no habían podido arreglar.

-Otra Nochevieja, otra noche sola. Yo estoy fuera y tú trabajando en Hephaestus, sin poder salir. Menuda sorpresa. Supongo que me tomaré otra copa... Un brindis por Diane McClintock, la chica más tonta de Rapture... lo bastante tonta como para enamorarse de Andrew Ryan, lo bastante tonta como para... -Y en ese momento se quedó callada.

Probablemente se quedó callada porque se encontró, al otro lado de una puerta cerrada con aquel grupo tan dispar, heridos, magullados y malheridos la mayoría, por no decir absolutamente todos ellos. Esta muchacha se quedó mirando a todos ellos antes de hablar, dirigiéndose a aquel grupo.

-¡Ey...!. -Exclamó con una sonrisa un poco nerviosa- ¿También venís a la Fiesta de Nochevieja del Kashmir?. Veo que algunos tenéis máscaras de Sander Cohen, así que supongo que estáis invitados. Pero esta puerta no se abre... esperad aquí un momento, conozco a alguien. ¡Vuelvo ahora!. Al menos no dejaré que otros se pierdan la fiesta...

Y con esto dicho, aquella mujer se fue en busca de una ayuda.

- Si no les importa tomaré el plásmido ráfaga invernal. Dijo John a los demás.

- Podré combinarlo con el electrorayo y hacer mucho daño al próximo big daddy en caso de necesitarlo.

El Plásmido de Ráfaga Invernal estaba agotado, probablemente porque lo compró Aberash Mbaba nada más llegar al lugar la primera vez que vinieron; por lo que lo que diga John C. ignorando por completo el "Esperad a que de el aviso...", era una imposibilidad. Aunque podía comprar cualquier otra cosa que no estuviera tachada... al igual que los demás.

Lenore Overheart seguía asombrado por la ingente cantidad de asesinatos que se estaban produciendo desde que aquel viaje hubiese empezado. Apenas habían transcurrido unas pocas horas, y de los veinticinco que iniciaron aquel recorrido, ya apenas quedaban siete con vida, y prácticamente ninguno que estuviese completamente ileso.

La reciente muerte del señor Abbot a manos de Atlas dejó claro que todavía entre ellos había traidores que pretendían acabar con todos, y sabiendo que su vida estaba en juego, creyó tomar para si el plásmido de la máquina expendedora del jardín, aunque realmente no había ninguno allí. El deseo de poder hacer un buen uso con él quedó solo en eso, en un deseo... en caso de que no lograsen eliminar mediante votación al infiltrado restante, ya debería ingeniárselas de algún otro modo. ¿Lo lograrían? ¿Saldrían los que se sabían inocentes de aquel infierno con vida?

Lo sabía. Sabía que no dejarían escapar a todos, algo tenía que pasar. Lo que no me espraba era que asesinasen a Abbot, después de su estúpido comportamiento allá atrás me esperaba que fuese más un traidor que otra cosa.

Parecía una broma. Una broma de fin de año. Moríamos en masa, la mayoría actuaba con una incoherencia o locura que no era capaz de entender en su totalidad.

Volvimos al punto de partida hechos trizas ¿sería finalmente el lugar donde Sullivan nos recogiera a todos y nos librase de esta pesadilla?. Pues no. Una tal Diane hablaba sola, y estaba en plan fiesta. Incluso después de vernos a algunos sangrando, agotados, y llenos de heridas.

Esa mujer está loca. Loca. Todos locos. Dije para mí misma con tono exasperante cuando se marchó. Esto era un delirio tras otro.

El trajeado hombre de Arizona no se esperaba que Nicholas Castle no fuera un traidor, después de su comportamiento. Tampoco se esperaba que Abbot no lo fuera, por el mismo motivo. Estaba apesadumbrado.

- En apenas un día han muerto numerosos inocentes. ¿A cuántos traidores nos enfrentamos? ¿Alguien lo sabe?

Me acerque a 13. Madamme Maum y 08. Jarno Kantelinen con timidez e inquieta.

Bueno, yo, eeh… bueno, yo; lo siento. Use mi arma y os cause daños, al intentar ayudar. Lo que quiero decir, espero que me puedan perdonar y cuando pueda, les comprare algo como disculpa del incidente. Miro de reojo a 13. Madamme Maum. Ya que egoístamente gaste a toda prisa el botiquín que me dio la señora Maum.

Klymene se sintio aliviada al conseguir salir con vida de alli, aunqie por desgracia, aun no estaban a salvo, aun quedaban traidores en su grupo.

Nego con la cabeza ante la pregunta de Burt.

-Ni idea, solo que uno o dos como mucho espero, si no, en problemas estamos.

Diria un poco temblorosa al pensar en aquello.

- No voy a negar mi sorpresa ante la muerte del señor Abbot pero hay algo que me escama. ¿Por qué Ryan me diría que el siguiente asesinado por los traidores sería la señorita Mbaba? Y antes de que me lo sugieran, no puede ser un cambio provocado por la muerte prematura por el big daddy, si fuera así hubiese recibido un cambio que les hubiese informado en el momento.

- Lo único que se me ocurre es que alguno de los todavía supervivientes tenga un modo de interferir en mis comunicaciones con Ryan y lo activase justo después de decir la información del siguiente asesinato...

- Pero por otra parte ¿Por qué no silenciarme desde el principio? No lo entiendo. John se encontraba muy desconcertado, parecía tan caótico el comportamiento de todo el mundo que no sabía qué hacer con su voto.

- Sinceramente, no sé qué hacer ahora mismo. No soy de los que se toman la justicia por su mano, pero temo que si un big daddy violento nos atacara ahora mismo, moriríamos todos irremediablemente. ¿Alguien quiere esta cosa? Saco de debajo de la gabardina el lanzagranadas que pensé haber dejado en el suelo anteriormente.

- Me sentiría mejor dándoselo a quién me lo dio en un principio, pero me gustaría aún más que votásemos a quién dárselo entre todos los presentes. Ella puede devolverme la porra extensible a cambio.

- Yo, sinceramente, no sé a qué atenerme. He fallado tanto en Beth Wisthle, como con Nicholas Castle e incluso con Anthony Abbot en mis predicciones. No sé qué pensar.

Los minutos iban transcurriendo de forma inexorable y todavía seguían bastante obnubilados respecto a quienes eran los restantes traidores infiltrados entre ellos. Las órdenes del señor Sullivan seguían presentes, debiendo entre todos elegir y maniatar al que considerasen el principal sospechoso, pero quizá por miedo a ser señalados en respuesta o simplemente por querer aguardar acontecimientos, nadie parecía dar un paso al frente.

- No podemos permanecer callados e ignorar el problema que nos atañe. De no encontrar al traidor o traidores restantes, esperemos que sea lo primero y no lo último, no podremos evitar que más muertes se produzcan... manifestó la joven de alta alcurnia, valorando la situación en la que se encontraban e iniciando un nuevo ciclo de votaciones ya que nadie se atrevía a dar el paso - Bien, por mi parte reconozco que no tengo pruebas fehacientes que me confirmen quién de entre nosotros es un traidor, pero al menos si tengo ciertas sospechas respecto a alguno que podría ser un potencial sospechoso de serlo.

Voy a tratar de exponer a quién dirigiré con alta probabilidad mi voto, salvo que sus palabras me convenzan de que estoy equivocada...

Señaló al señor John C, para quizá sorpresa de más de uno, empezando a exponer las razones que le hacían sospechar del hombre.

- Durante nuestra estadía en Fort Frolic, cuando se vanaglorió de haber acertado en sus predicciones con la joven Mbaba, nos relató muy al detalle el funcionamiento de su supuesta habilidad. Nos explicó que podía realizarle DOS PREGUNTAS DE ENTRE UNA LISTA DE CINCO al señor RYAN, recibiendo por respuesta si era correcto o incorrecto y un porcentaje aproximado. Repito para que quede bien claro, DOS PREGUNTAS y al señor RYAN.

Sin embargo, posteriormente y hasta en dos ocasiones distintas cuando llegamos a Arcadia.

Primero alegó que había no había podido contactar con ATLAS por que alguien había inutilizado sus comunicaciones. después volvió a remarcar que realizaría sus TRES PREGUNTAS a ATLAS en cuanto la radio que tiene implantada en el cerebro diese señal. A ver que nos aclaremos... ¿Son DOS o son TRES preguntas? ¿De veras las elige entre una lista de cinco o eso es sobre la marcha y como le convenga? ¿Su contacto es el señor Ryan al que todos admiramos o el TRAIDOR de ATLAS?

Creía haber dado en el clavo, pero es que además todas sus actitudes habían sido cuanto menos cuestionables. 

- Si a todo ello añadimos que no ha intervenido en los enfrentamientos grupales cuando las vidas de varios de los presentes peligraban, simplemente ocultándose bajo la manida frase de "Si ocho o más de los presentes votan que actúe, entonces actuaré". - lo cual era del todo irónico y hasta cierto punto sarcástico - para justo en el último instante, después de dos de los tres ataques del Big Daddy, disparar el lanzagranadas para "Obtener" parte de la recompensa? ¿De veras la razón fue que Ed Chasey fue el único en pedir su voto para que disparase? ¿Oportunismo podría llamarse? ¿Por qué no intervino antes cuando se lo pidió y solo lo hizo al final de todo?

Esperaba una defensa medio decente a sus palabras, porque todo le hacía sospechar a Lenore que allí había gato encerrado.

- Y a todo esto... Su habilidad, incluso en caso de acertar en los pronosticos, cosa que tampoco está nada clara, tampoco es que excluya para nada que si fuese uno de los traidores no fuese a saber a quién iban a atacar. En l supuesto de que fuese un traidor, lo cual no afirmo ni desmiento... ¿no sabría su merced exactamente a quién iban a elegir atacar los traidores? Cuando el resto atacamos y hacemos usos de las armas y plásmidos, evidentemente al malgastar EVE no podemos actuar nuevamente en un mismo ciclo... ¿Puede que precisaseis guardar vuestras VERDADERAS habilidades para el POSTERIOR asesinato?

Me chirriaban todos ellos. John y su último discurso especialmente, sobre todo teniendo en cuenta lo que dijo e hizo durante la masacre del BigDaddy. Y ahora de repente volvía a tener el lanzagranadas, cuando yo creía que se había perdido para siempre por el suelo. Y las últimas palabras de Leonore me obligaron a hacer una recopilación mental de lo sucedido, en detalle. El esfuerzo fue largo y tedioso.

Leonore no había mentido en nada de todo aquello. Por mucho que me cueste admitirlo, pues seguía sospechando de Leonore desde que me intentase expulsar dos veces seguidas, ella tiene razón. Los números de John no cuadran. Primero dijo dos, luego hizo tres preguntas cada vez, y encima primero dijo Ryan y luego Atlas. Y el hecho de que ahora John quisiera darme su lanzagranadas para intercambiarlo por su porra, qué sentido tenía? No quiso dármelo cuando se lo pedí. 

La porra es un ataque seguro a dos personas.... y el lanzagranadas puede fallar o incluso dañarle a usted mismo. Es por eso que está usted intentando hacer un cambio, justo ahora? con el supuesto lanza-granadas que ya no tenía? ¿Está usted intentando "hacer un Burt" para hacernos creer que no sabía cuantas balas le quedaban?

Además, la última vez dijo que si mojábamos al BigDaddy le fulminaría. Pero está usted demasiado herido, me parece que en su estado tan herido no puede usar plásmidos. ¿me equivoco?. ¿Era una excusa para salvar su comportamiento al no actuar permitiendo la masacre?

Era más una afirmación que una pregunta, por lo que... mi voto de momento ya estaba decidido.