Partida Rol por web

Ante tu respuesta, las puertas se abren, permitiéndote el acceso auna gran sala llena de estantes repletos de libros, todos ellos perfectamente conservados.

El techo del lugar se encuentra finamente decorado y sobre el dintel de la puerta puedes leer el siguiente mensaje:

"El conocimiento es la llave que abre las puertas del entendimiento"

Mientras lees aquel mensaje ante ti aparece una figura femenina que te sonríe ampliamente.

Bienvenido buscador del conocimiento a mi templo del saber, todo lo que aquí yace está a tu disposición, siempre y cuando lo uses con respeto y sabiduría.

Si alguna vez tomas algo prestado deberás devolverlo antes del anochecer del tercer día pues de lo contrario el libro volverá aquí, pero tu jamás volveras a entrar a esta sala.

Nunca olvides que no existe el conocimiento malo, sino sólo las personas que hacen mal uso del mismo.

Ahora diviértete pequeño amigo, que tu búqueda de conocimiento sea fructifera y nunca olvides que la curiosidad es potencia y el conocimiento poder.

Dijo aquella figura antes de desvanecerse ante tus ojos.

Ante tu respuesta, las puertas se abren, permitiéndote el acceso auna gran sala llena de estantes repletos de libros, todos ellos perfectamente conservados.

El techo del lugar se encuentra finamente decorado y sobre el dintel de la puerta puedes leer el siguiente mensaje:

"El conocimiento es la llave que abre las puertas del entendimiento"

Mientras lees aquel mensaje ante ti aparece una figura femenina que te sonríe ampliamente.

Bienvenido buscador del conocimiento a mi templo del saber, todo lo que aquí yace está a tu disposición, siempre y cuando lo uses con respeto y sabiduría.

Si alguna vez tomas algo prestado deberás devolverlo antes del anochecer del tercer día pues de lo contrario el libro volverá aquí, pero tu jamás volveras a entrar a esta sala.

Nunca olvides que no existe el conocimiento malo, sino sólo las personas que hacen mal uso del mismo.

Ahora diviértete pequeño amigo, que tu búqueda de conocimiento sea fructifera y nunca olvides que la curiosidad es potencia y el conocimiento poder.

Dijo aquella figura antes de desvanecerse ante tus ojos.

Nada nada más entrar, no puedo sino observar el lugar con admiración. La cantidad de volúmenes, su distribución y conservación conseguirían que la señora Prince cayera muerta de vergüenza.

Desgraciadamente, el lugar carecía de ese detalle, una bibliotecaria que aconsejara sibre los libros de los estantes. Afortunadamente yo venía con el mío propio, por lo dejando el libro de oclumancia en el suelo, me senté a su lado para sacar el diario.

- Viejo amigo, estoy en la biblioteca de Ravenclaw. ¿Qué libro debo buscar?

Le pregunto tras abrirlo de par en par y mirar de reojo las estanterías colmadas de libros. Fácilmente podría perderme entre tantas hojas.

Eso depende de ¿Qué busques? Rowena amasó una gran cantidad de conocimientos en vida y otra tanta tras su muerte. - responde el mago mientras se aparece frente a ti.

Yo empezaría por el catálogo de libros.

Mire al anciano mago suspicaz.

- Claro, seguro que el corazón de Hogwarts aparece el primero de la lista - le indico sarcástica - Se suponía que aquí estaría la información para cuadrar todo, pero no podemos estar toda la vida leyendo libros.

Protesto porque aún con todos leyendo, no terminaríamos a tiempo.

Eso está en el diario de Rowena, primer cajón de la mano derecha, justo en aquel escritorio aunque abrir ese libro es un verdadero incordio.  

Si lo sabré yo. - dice el mago haciendo un puchero.

Toda la cerradura es un gran enigma y ni siquiera pruebes usar magia, pues te dará un feo ataque de urticaria.

Eso estaba mucho mejor dado que acotaba la localización de la información que necesitábamos. Solo que había un pequeñísimo detalle a tener en cuenta, al margen de que consiguiera acceder al diario o no fuera digna, ¿podríamos sacarlo o se le aplicarían las mismas reglas que al resto de libros?

- Gracias - le respondo al fundador mirando al escritorio antes de caer en algo que había dicho - ¿Acaso aquí están todos los libros publicados?

Cómo si no iba a seguir aumentando la colección tras la muerte de Ravenclaw.

Aquella posibilidad resultaba aterradora, principalmente al sumarla con la advertencia de la fundadora, por lo que recojo el libro y el diario y conforme me dirijo al escritorio, voy intentando idea una protección adicional que añadir a la biblioteca. Aunque se tratara de un simple muro que tuvieran que derribar, así podría resaltar que hay ocasiones, en las que todo el conocimiento del mundo puede no servir de nada.

Cuando llego hasta el, me siento y abro el primer cajón de la derecha para sacar el diario y examinarlo antes de pensar siquiera abrirlo.

Tras revisar el diario, notas dos pequeños candados sin cerradura, pero por más que buscas como abrir las cerraduras, no encuentras como.

Al parecer vas a tener que tomarte tu tiempo para poder abrirlo.

Era una nueva prueba y la experiencia previa me hacía pensar que debía haber una clave en algún sitio, pero aún así respiro tranquila. La falta de una clave evidente, no sólo era un problema para mí, sino también una barrera para impedir que nadie obtuviera la información para averiguar cómo acceder al corazón de Hogwarts.

Aún así, podía probar suerte y repetir las palabras que Ravenclaw me habia pedido que recordara.

- La curiosidad es potencia, el conocimiento poder.

Repito sus palabras por si ella misma me había dado la clave, puesto que además eran dos candados.

Cuando repites las palabras de Rowena con el diario en la mano, un pedestal aparece en medio de la biblioteca, sobre él hay un tintero y una pluma.

Cuando te acercas al pedestal, el fantasma de la casa de Ravenclaw hace acto de presencia.

Desiste en este momento niña, lo que hay en ese libro no es para ti, devuélvelo a su lugar ahora mismo. - dice la dama de gris mientras señala al escritorio.

La aparición de la Dama Gris consigue darme un susto tremendo, pero su aparición, así como la del tintero no hacen sino confirmarme que voy tras la senda correcta.

- Lo se. Es más, incluso se quién es la elegida para leerlo entero. - confirmo sus palabras pero aún así llevando el libro al pedestal - Y del mismo modo, se que debo hacer algo más para proteger mejor este diario y este lugar.

Informo al fantasma volviendo a fijarme en ella, aunque aún sin intentar algo más para abrirlo.

- Seguro que todos los fantasmas intuís lo que está ocurriendo en el colegio, así que no me pidas que me quede quieta cuando voy progresando.

Le recrimino aunque sin acritud, sino más bien con cierta decepción porque intentara detenerme.

- No puedo contar con volver a esta sala, así que será mejor irme con la información que vine a buscar y cerrar la puerta tras de mí. Ahora bien, ¿me ayudarás o no?

Confieso a la dama Gris esperando que mi sinceridad llegara a convencerla.

La dama de gris se muestra enfurruñada y se aparta de tu camino.

Si quieres abrir el diario, hazlo por tu cuenta, ya una vez traicioné a mi madre y todos saben que ocurrió después de eso.

Por cierto, una vez que encuentras la puerta, esta permanece siempre a tu alcance a menos que intentes dañar los libros o apropiarte de ellos. - responde el fantasma mientras se desvanece bastante molesta.

Cuando colocas el libro en el pedestal, de él emergen cinco haces de luz cada uno de los cuales termina en un libro diferente.

Cuando el fantasma decide desvanecerse, me siento incapaz de contener un suspiro de resignación por su reacción. Entendía que la fundadora no quisiera que cualquier que no fuera digno leyera sus pensamientos, por lo que me quedé un buen rato con el diario sobre el pedestal sin siquiera intentar abrirlo mientras miraba los haces de luz con bastantes dudas.

- Sólo necesito averiguar la clave.

Le digo de repente intentando justificarme, pero ni con esas pude evitar como una sensación de culpabilidad brotaba en mi corazón. Porque ¿podía hacerle eso a Jane? ¿podía quitarle su papel como elegida para obtener esta información? Lógicamente no obtuve respuesta alguna del diario a esas preguntas, aunque si Ravenclaw la había escogido debía ser por algo. Quizás hasta tuviera alguna trampa pensada para destrozar la mente de los que no fueran dignos, ¡e incluso podía ser que la elegida en realidad fuera Kat y estuviéramos totalmente confundidos!

- Te odio.

Le susurré al diario antes de recogerlo, regresar al escritorio, meterlo en el cajón y cerrarlo con fuerza, como castigo claro. Pero ya que estaba aquí debería aprovechar el viaje, por lo que me dirijo a por el índice de libros y empiezo a buscar.

- Oclumancia, oclumancia, oclumancia...

Iba repitiendo mientras buscaba un libro relacionado con dicho tema, dado que en una biblioteca tan completa, quizás encontrara algún libro más exacto sobre el tema que el que ahora portaba, o con menos errores. Ya avisaría a las chicas en la cena.