Partida Rol por web

Ella ha llamado, ha ido a una tutoría especial.

Ha tenido un rato comentandole a Bane sus inquietudes, lo que está viendo, y lo que piensa acerca del bueno de Artemis. Quizá se hagan intimos amigos, aunque él es una persona con un nombre que reverbera desde hace milenios y el apellido de ella es el de un asesino.

Y tras esto, le muestra los avances, y cómo le parece que está dominando esto.

"¿Queda ya el paso  final, profesor?"

Muy bien, me sorprende tu progreso, esta es la lección final, si lo consigues, sólo será cuestión de práctica continua. Dame tu varita. - dice Bane tendiéndote la mano.

Ahora quiero que te concentres en lanzar el hechizo, siente su magia recorriendo tu cuerpo y lo mismo harás para regresar a tu forma humana, una vez que logras la transformación, el resto es sencillo. - anuncia Bane mientras te observa.

Ella lo va a intentar de nuevo.

En estas semanas, en las que parece que no ocurrirá nada fuera de lo normal, lo intentará.

Antes de probarlo, se duchará muy bien esa mañana, desayunará bien, y liberará la mente de toda distracción. También de toda trampa, como llevar esquemáticas, o tener la varita demasiado cerca.

Es el momento. La Magia y ella.

"Yo, Magus. Yo Animagus" musita como un simple mantra, y deja que la magia haga su efecto

(El lunes no tiene ningun exito)

El Martes, en cambio, lo intenta a primera hora de la mañana, justo antes de desayunar.
A medio dia, entre las clases. Sin éxito
En un momento de laboratorio, cuando Artemis no mira. Sin éxito
Conforme caía el sol. Sin éxito.

Y sólo al anochecer, en un momento en que se asomó a mirar la luna, pudo ver a unas aves revoloteando, graznando entre los abetos del Hogwarts.

Ella abre los brazos, cierra los ojos, y simplemente desea estar con ellos.
Volar con ellos.

"Yo, Animagus"
Y de pronto, algo sucede. Un golpe plástico replica contra el suelo, el de una máscara que cae. Y a la vez ella se siente más ligera, más rápida.
Siente que el ave está libre.

"Animagus"
"¡Por fin, Animagus!" grazna en la lengua de las aves, asomandose por la ventana y revoloteando alrededor de la torre de Hufflepuf
 

Jane abre la marcha y se cuela rápidamente por la ventana del aula de transformaciones, para luego abrir la ventana de la misma permitiendo así que sus amigos pudieran acceder al mismo.

Ahora, sólo tenían que encontrar la estela consagrada, la pregunta del millón de galeones era, en dónde estaba la dichosa estela, en la cómoda, bajo la cama, en el armario o el baul y cual de esos lugares escondía una trampa y cual no, pues ahora tocaba averiguarlo.

Al llegar al despacho de Bane, reasumo mi forma humana y aunque siento que la runa demoniaca me quema, soy perfectamente capaz de resistirme a su influencia.

Recuerdo que Mérida me enseñó un hechizo de localización, pero el problema es que no tengo la menor idea de como se ve la runa.

Creo que lo mejor es que nos dividamos el trabajo, Artemis busca en el armario, Allison la cómoda, yo buscaré en el baúl, tengan cuidado, es posible que el profesor haya protegido sus pertenencias con runas. - digo a modo de advertencia.

Al llegar al salón, la chica camina y se va directo a la cómoda para buscar la estela, abriendo o intentando abrirlo. Llevó su mano a su frente y comenzó a restregarse con los dedos su piel, le ardía y molestaba, no sabía cuánto más podría resistir antes de caer bajo la influencia del demonio.

— ¿y si uno busca al profesor? — pregunta revolviendo las cosas y esperando no encontrarse alguna trampa que le rebane los dedos 

Bane está en el comedor y algo me dice que esos dos demonios están allí esperándonos, por lo que no es buena idea ir allí hasta encontrar la estela del profesor y quitarles esas runas de encima. - respondo, mientras apunto mi varita al armario de Bane.

Finite Incantatem. - una vez con las protecciones fuera empiezo a buscar en el armario la dichoda estela.

Jane y Artemis buscan con ahínco entre las propiedades de Bane sin conseguir resultado alguno, por lo que ahora todo quedaba en manos de Allison.

Con suerte la pelirroja lograría encontrar la estela que estaban buscando, una vez con ella sólo era cuestión de grabar el círculo rúnico que pusiera fin a la influencia demoniaca sobre las chicas del grupo.

Con la estela en sus manos, se giró a sus amigos no sin antes pegado un gritito de victoria, poniéndose de pie porque se había puesto de rodillas, la chica avanzó hasta donde estaban sus amigos con el artefacto en las manos, lo estaba tomando con mucho cuidado, no quería cometer algún error y que se esfumara.

— ya... ¿ahora qué?... creo que tú debes hacerlo, Janelle, eres la mejor, — le extiende la estela a la chica, mirando a Artemis con preocupación, quería sacarse esa marca lo antes posible. 

Al ver la estela, empiezo a evaluar lentamente todas las opciones y al final, tras pensarlo un poco decido dejar que Artemis se haga cargo de esto, pues desde el primer año el león había demostrado tener gran destreza en estos menesteres y dado que grabar el círculo de runas era una tarea que no podía dejarse al azar, lo mejor era entregarle la estela a él.

Allison dale la estela a Artemis y confiemos en él ara esto.

Suspiró, Artemis era mucho más versado en estas artes y le extendió la estela a él, con una tímida sonrisa en los labios, esperando que pudiera romper las runas que estaban sobre sus frentes. 

Tan pronto Allison me da la estela, procedí a grabar el círculo rúnico alrededor de la marca de Jane, la labor fue bastante compleja y desgastante, pero finalmente fui capaz de suprimir la magia de la runa demoniaca por completo.

Una vez terminé con Jane, me acerqué a Allison y empecé a repetir el proceso, sin embargo, mis trazos sobre la piel de Allison eran mucho más finos y estilizados, era como si pusiera una parte de mi en cada runa, por lo que al terminar el segundo círculo de contención, caí al suelo exhausto.

Jane al notar mi condición decidió salir del despacho del profesor dejándome a solas con Allison.

Vaya que costó, pero lo bueno es que ya estás a salvo, quise empezar con Jane para asegurarme que todo salía bien, además quería evitar que me temblase el pulso de los nervios.

¿Como te sientes Ali? ¿Ya está todo en orden? - pregunto con preocupación.

Nerviosa, aguardó a que Artemis terminara de hacer la marca en su compañera, el ardor no cesaba y la idea de que se transformaría en un demonio se hacía cada vez cierta, ¿qué pasaría con ella?, No sabía y pensaba en todo eso mientras el chico terminaba de hacer el trazo. Afortunadamente había funcionado y ahora le tocaba su turno. Con ojos asustados miró por unos segundos a Artemis, tragando saliva, pero cuando supo que había que a lo menos intentarlo, hizo un pequeño gesto para que el joven comenzara su trabajo. 

— ¿estas bien? — le preguntó agachádose a su lado al verlo caer, la pelirroja le sonrió y lo ayudó a ponerse de pie, o por lo menos, quedarse a su lado mientras Artemis recuperaba el aliento y le contaba lo que había hecho — no debiste exponer así a Jane... — se encoge de hombros, aunque en cierta forma se lo agradecía, había notado el cariño y el esmero que le había puesto al dibujar la runa. 

— gracias... creo que estoy bien, ¿cómo podemos asegurarnos? — se encoge de hombros, sí, se sentía bien, pero no estaba segura. Se quedó mirando el suelo, pobre Artemis notaba en ella esa lejanía, se había tan evidente que en realidad no lo recordaba, que había desaparecido de sus pensamientos ¿pero de su corazón?.

— tengo miedo... — lo miró de reojo,  torciendo un poco el gesto.

pierde cuidado, las runas funcionaran perfectamente, es un círculo rúnico muy complicado y usar la condenada estela es muy desgastante si no eres un nefilim. 

Ahora el resto depende de Kat, yo la grabaré a ella y ella que se encargue del resto. - digo dejando escapar un suspiro.

De pronto una sonrisa de medio lado aparece en mi rostro, mientras observo a Allison a los ojos.

Normalmente, no hay riesgo en grabar runas, si es que conoces las runas, pero ese círculo es bastante complejo, sabes que vengo estudiando las runas desde nuestro primer año en la escuela y la verdad es que algunas de esas las puedo grabar hasta dormido,  pero esas tres. - hago una pausa para señalar las runas en cuestión. - Son unas verdaderas cabronas.

Pero lo importante es que ahora  estás a salvo,  si algo te pasase, no sé lo que haría. - sentencio con evidente preoucupación.

De pronto ingresa Jane al despacho y logra captar la última  parte de la conversación.

Créeme Artemis, yo sí sé que podría pasar si eso sucediera y no sería nada agradable, ya te he visto en ese estado y das mucho miedo, claro,  tenias como cuarenta,  pero no es el momento de hablar de eso.

Tenemos que encontrar a los otros. ¿Cómo sigues? ¿Puedes andar o necesitas más tiempo? - pregunta la Ravenclaw visiblemente preocupada.

Se encogió de hombros, no podía sentir esa conexión con Artemis, él no parecía intentar hacer nada y ella se sentía extraña en su cercanía, abrumada de hecho. Tragó saliva y siguieron agachados hasta que llegó de nuevo Janelle, rompiendo el incómodo momento, haciéndole carraspear y apartarse del chico. 

— ¿cuándo pasó eso? —  preguntó, sin saber a qué se referían con la cuarentena —  bueno, no importa, vamos, debemos movernos —  le tendió la mano a Artemis para ponerlo de pie, ayudarlo a lo menos, y de ahí salir corriendo en busca de Kat.