Partida Rol por web

No puedo evitar despeinar un poco a Allison con una mano cuando se disculpa.

- Por eso hacemos tan buen equipo, nos cubrimos cuando la otra mete un poco la pata. - le digo guiñándole un ojo, para pasar a ponerme algo seria - Sí, fueron los cuatro. Y mañana tienen que volver a hablar con el por la tarde. Así que creo que lo mejor es que vayamos a verle por la mañana. Así, si viéramos algo que pinta muy mal, todavía tendremos tiempo como para poder advertirles. - y vuelvo a reír cuando me saluda y me llama capitana - Anda, no seas boba. - le digo dándole un leve empujón mientras sigo riendo - Aquí las dos somos las co-comandantes de nuestro equipo de dos personas. 

Allison va asintiendo según Merida comenta el plan a seguir al día siguiente, esbozando una sonrisa al ver que no había decepcionado a su amiga. - Vale, perfecto entonces, si notamos algo raro les avisamos. - añadió asintiendo conforme. 

- Ayy. - protestó de broma tras el empujón riendo también. - Mmhm bueeeno, está bieen. - admitió por fin, dándole la razón. - Bueno, pues decidido, mañana vamos a por la estrellita. Me intriga que nos mandara indagar en algo que ya sabía. ¿Qué tramará? - comentó quedándose pensativa, por muchas vueltas que le había dado intentando ser útil en buscar la solución al misterio, no había sacado nada en claro. Tendría que esperar para ver cómo que sucedía mañana.

Me siento en la cama, abrazando mis rodillas con las manos, hecha un ovillo, apoyando mi espalda en el cabezal de la cama y con la mirada fija en la pared, el rostro medio hundido en mis piernas, sintiéndome continuamente al borde del llanto.

- Allison, ¿qué te parece si por la mañana vamos a ver al profesor Bane? - pregunto a mi amiga cuando ésta llega - Y... y... ¿me acompañarías mañana por la tarde? Quiero asistir a las pruebas de Quidditch, aunque deje el equipo, quiero darles mi apoyo. Pero... pero... no quiero ir sola. - digo con la voz algo quebrada.

Tras terminar la cena todo lo deprisa que pudo, Allison llegó hasta el dormitorio encontrando a una apagada Mérida. Iba a abrir la boca para preguntar que le había pasado, cuando su amiga empezó a hablar... Verla de ese modo, consiguió que se le formase un nudo en el estómago, iba a cumplir la promesa que le hizo a Bane, y aunque en su momento lo dijo convencida y sin dudar, ahora era innegable lo mucho que le dolía dicha decisión. 

- M-Mérida... - balbuceó acercándose hasta su amiga, no sabía que palabras escoger. Sabía muy bien que no había vuelta atrás, pero le fastidiaba que el dichoso Bane fuera el responsable de tamaño sacrificio. Si él supiera cuanto significaba para Merida pertenecer al equipo, aún recordaba la ilusión en los ojos de su mejor amiga el año anterior cuando pasó las pruebas.  Que injusto... 

Sin pensárselo, se arrodilló sobre el colchón junto a Merida, abrazándola con fuerza mientras le pasaba una mano despacio por su melena castaña. - Tú sabes que te acompañaría hasta el fin del mundo si hiciera falta. - le dijo mientras aún la estrujaba. - Pase lo que pase, si me necesitas estaré contigo. Y estoy segura de que al final todo se arreglará, no hay nada no puedas lograr si tú te lo propones. - afirmó con decisión, dejando un poco de espacio a su amiga, aunque sin irse muy lejos. Le tomó ambas manos, mirándola con cariño. - Eres imparable, no lo olvides. - 

Noto como el colchón se mueve ligeramente cuando Allison se sube a él y dejo que mi amiga me rodee con sus brazos, acariciándome el pelo con una mano. Cierro los ojos mientras habla, escuchando sus palabras. Y cuando se separa, extiendo las piernas y abro los ojos mientras un par de solitarias lágrimas desciende por mis mejillas, a la vez que noto una calidez dentro de mí. Empezando a liberar toda la tensión.

- Gracias, Allison. - le respondo mientras me coje de las manos y la miro, algo borrosa por mis ojos húmedos - Sin tí, estaría perdida. - y me incorporo para acercarme a ella y abrazarla a mi vez - Y espero que sepas que pienso lo mismo, siempre que me necesites estaré a tu lado. - digo con la voz algo rota todavía y apoyando mi cabeza en su hombro - Ojalá fuera tan fuerte como tu me ves. No sabes cuanto deseo ser como tu me ves. - por suerte, me voy recuperando y me aparto un poco de Allison sin terminar de romper el contacto - Será triste despedirme de ellos, pero, supongo que eso también forma parte de hacerse mayor, hacer sacrificios, aceptar responsabilidades. Esto no es un juego, y no podemos tenerlo todo. Pero, Allison, - le digo mirándola a los ojos - si en algún momento, todo esto requiere de nosotras un sacrificio demasiado grande, si significa dejar atrás cualquier posibilidad de una vida normal, de tener pareja,... Déjame que me sacrifique yo sola. No podría soportar el arrastre a eso.

Una punzada se instaló en el pecho de la pelirroja al ver las lágrimas de su mejor amiga, le devolvió el abrazo con la misma fuerza que antes, mientras volvía a acariciar la cabeza de esta. Saber que estaban juntas pasara lo que pasase, le tranquilizaba enormemente. Por muy mal que las cosas fueran, lo tenía muy claro.

- Te confundes, quizá ahora mismo no puedas verlo, pero lo eres. Para mí eres increíble. - contestó protestando, pero le duró apenas un instante, antes de volver a sentir ese nudo al seguir escuchando lo que la castaña iba diciendo. Ella llevaba razón, pero parecía que estaban creciendo a marchas forzadas, tan.. deprisa. 

Lo que le dijo entonces, hizo se pusiera pálida y su vista se volvió vidriosa. Pero no pensaba llorar, ahora necesitaba ser fuerte, por las dos. - Entonces... T-te pido perdón Mérida.. - se acercó despacio, con una sonrisa triste en los labios, se quedó así un instante mirando a los ojos a su amiga. Parecía como si quisiera decir algo más, pero se detuvo. Con cuidado, apartó las lágrimas de las mejillas de su amiga con una mano. - Si dije que siempre estaría aquí, lo digo con el corazón. No me arrepiento, y si tu caes, yo caeré contigo. - no sabía si le había quedado demasiado raro, pero en ese momento le daba igual todo lo demás. - Lo demás es historia, me importas tú. - dijo seria.

Levanto la cabeza ligeramente para mirar a Allison a los ojos cuando me responde, y sus palabras ahcen que una débil sonrisa se forme en mis labios.

- ¿Qué he hecho para merecer una amiga como tú?

Parpadeo un par de veces, secándome los ojos cuando parece que mi amiga está a punto de decir algo más, pero en lugar de eso, pasa su mano por mi mejilla, secándome las lágrimas. La dejo hacer, respondiéndole con una sonrisa de agradecimiento.

- Allison, por favor. Si tu cayeses, se me rompería el corazón. No me importa sacrificarme yo misma, - empiezo a hablar, sin poder mantenerla la mirada - porque lo hago sabiendo que tu estarás a salvo. Que todo lo que haga ayuda a que tu puedas ser feliz. - tras unos segundos, la miro con una cálida sonrisa - Menudo par de bobas. - río ligeramente y vuelvo a rodearla, estrechándola con fuerza entre mis brazos, como si tuviera miedo de que se desvaneciera.

Por la tarde del jueves, mientras Allison se encontraba fuera, ves una pequeña bolsa de golosinas sobre la cama de Allison.

Por la tarde, mientras estoy a solas en la habitación, estudiando uno de los voluminosos tomos que la ogra de la biblioteca me dejo llevar, me fijo en que encima de la cama de Allison hay una pequeña bolsa de golosinas. La miro de lado extrañada, y vuelvo a ponerme a estudiar.

Pero la imagen no para de cruzarseme por la mente. Y, con ello, la inevitable pregunta. ¿Dé donde ha salido?

Finalmente, cuando ya no puedo más, dejo el libro sobre la cama y me acerco a la cama de Allison, mirando la bolsa de cerca, por si hubiera alguna nota o algo que saciara mi curiosidad. En un principio, mantendré la bolsa sin abrir. Y ya cuando venga por la noche, la asaltaré a preguntas. :)

Sólo encuentras la bolsa

Tras ese largo y agotador día, casi lo único que quiero es echarme a dormir. Pero entonces, mientras cojo el cepillo para el pelo, recuerdo la bolsa que he visto antes y me giro hacia Allison con una sonrisa lobuna.

- ¿Y esas gominolas? ¿Tienes un admirador secreto y no me lo dijiste? - le digo divertida, a la vez que con la intención de reirnos un poco tras todo lo que ha pasado hoy.

Por fin podían respirar tranquilos, pero aún le daba vueltas a por qué nadie fuera de ellos mismos, parecía haberse dado cuenta de todo lo sucedido anoche. ¿El aviso que lanzó desde la torre de Astronomía? La profesora Sinistra como si nada. No se encontraron con ningún estudiante, ni profesor. Quizá deberían buscar mañana al señor Bane y preguntar.

Estaba dándole vueltas a todo eso, tumbada sobre su cama cuando escuchó la voz de su mejor amiga. - ¿Eh? - parpadeó confusa. ¿Admirador? Oh. Aquello. - Meh, para nada. - respondió incorporándose para agarrar la bolsa de dulces y acercándose hasta la cama de Mérida. Entre la ruptura de Hellen y Artemis, y aquella noche caótica, aún no había podido ponerse a repartir nada. - Hace muy poco mis abuelos me mandaron una docena de ranas de chocolate.. Con toda este caos, ni la recordaba. ¿Quieres? - esbozó una sonrisa mientras le tendía la caja para que pudiera coger. - Creo que por fin es un buen momento para comer alguna. - dijo tomando una ella misma, ensanchando la sonrisa.

- Espero poder llevar mañana alguna a la enfermería, para Artemis, justo como mis abuelos querían. - comentó haciendo nota mental para no olvidarlo. 

Estaba cansada pero con todo lo que habían pasado no tenía claro si iba a poder pegar ojo. - Menuda noche de locos... - añadió mientras terminaba de comer el chocolate, soltando un largo suspiro.

Tras comer el chicolate te entra un fuerte sopor, el cuál hace que todo tu cuerpo se sienta muy pesado.

¿Pero qué diantr- ..? 

Mientras Mérida saborea el chocolate, Allison deja escapar un gran bostezo y se recuesta en su cama dejándose llevar por el sueño.

Unos cuantos minutos después Allison cae profundamente dormida, mientras su mejor amiga disfruta alegremente de su golosina como si nada.

Durante la noche los recuerdos de todos los momentos agradables que has pasado con Artemis desde el primer día de clase invaden tu mente conjuntamente con una gran sensación de alegría y ensoñación.

Sientes como si algo despertara en ti, un sentimiento nuevo y muy agradable, algo muy distinto a lo experimentado durante el episodio de la biblioteca, este es un sentimiento cálido y muy feliz.

Mientras estoy sumida en mi habitual tarea diaria de cepillarme el pelo antes de ir a dormir, me acerco hacia Allison.

- He estado hablando con Jane y hemos quedado en ir a la biblioteca de Ravenclaw mañana por la tarde cuando tengamos tiempo libre. Te apuntas, ¿verdad?

Una vez terminó de regar la flor arcoiris que tenía cerca de la ventana, Allison se sentó en su cama mientras le daba vueltas a todo lo sucedido aquel día. Desde luego había sido movidito, y la escena del Comedor durante la cena le había dado que pensar. ¿Qué se tramaba Parker? No le gustaba nada que estuviese rondando tanto a Artemis, pero parecía que Hellen ya estaba haciendo de las suyas, así que realmente todo lo que podía hacer era esperar y mantenerse alerta ante aquella chica.

La voz de Merida hace que vuelva a la realidad, mientras le hace sitio en el borde de la cama para prestarle atención. - ¿Mañana por la tarde? - preguntó mientras fruncía ligeramente el ceño, si todo iba bien ya había quedado con Artemis también esa misma tarde. Lechugas, que mal. Pero esto es más importante..

- Mm, bueno creo que podré, claro, sí. Contad conmigo. - respondió asintiendo de seguido, sabía que el asunto de Jane era de vital importancia y ya había dicho que pensaba ayudar, no pensaba dejar colgadas a sus amigas. Sólo esperaba que pudieran aprovechar bien las horas y le quedase luego un ratito libre, si es que al final el Gryffindor confirmaba la cita. ¿Cita? No, no, bobadas. Simplemente iban a practicar hechizos, eso mismo.

Ladeo la cabeza y parpadeo ligeramente al notar como Allison frunce el ceño y la noto ligeramente vacilante.

- Allison, si tenías otros planes no hace falta que los cambies. Tu ayuda es siempre inestimable, pero si no puedes, puedo ir yo, y luego por la noche te cuento. Prometo llevarme una libreta y apuntarlo todo para que no se me olvide nada.

Termino con una amplia sonrisa, esperando poder ocultar el ápice de tristeza que siento de que igual Allison me oculta algo.

Anda, Merida, no seas tonta. No es nada, tú también haces un montón de cosas por tu cuenta.

Y, con eso, logro alejar ese pequeño destello de tristeza de mi mente.

Tras escuchar la respuesta de su mejor amiga, una punzadita de culpabilidad se instala en la pelirroja. - No, no. Ni hablar. No pienso dejar que vayas sola, dije que quería ayudar y de veras que es mi intención hacerlo. Iré contigo. - respondió más segura, al ver la sonrisa de Merida, la pelirroja dejó caer los hombros mientras empezaba a jugar con un mechón de pelo.

- Es que... - comenzó no muy segura de como contarlo, por alguna razón aquel tema le daba un poco de corte. - B-bueno, no es seguro pero Artemis me dijo que quizá practicaríamos algunos hechizos juntos el jueves por la tarde.. - admitió finalmente, tampoco era para tanto pero el tono que había usado el Gryffindor hacía que sintiera cierta inquietud al respecto. Imaginaciones tuyas mujer.

- Pero como no es seguro aún, por eso dudaba. De todos modos, el asunto de Jane es muy importante. Así que me mantengo en lo dicho. - añadió mientras dejaba de retorcer el mechón de pelo y miraba con una sonrisa a Merida. Ya tendría tiempo mañana de preguntarle al chico si tenía tiempo.