Partida Rol por web

Si Hellen accede, yo también lo haré.

Sabía que había gato encerrado, sobretodo al pensar qué podía considerar el espejo "jugar", aunque me hacía una idea.

- Creo que no tenemos muchas más opciones - comento resignada dándole la mano a Artemis - Por favor, no seas muy dura con nosotros Oesed.

Pido al espíritu con algo de miedo por dejarnos a su merced.

Al recibir vuestro consentimiento el espiriú se acerca a Hellen y le da un beso en la frente.

De pronto, los recuerdos de la noche en el muelle son reemplazado por los de una cita romántica con Artemis, al tiempo que un nuvo recuerdo es implantado en la mente de Hellen.

En este nuevo recuerdo, Hellen se ve a sí misma revisando un viejo libro de transformaciones en la biblioteca, gracias al cuál aprendes los secretos de los animagos.

Bueno, ya está hecho, los espero mañana para jugar. - dice el espíritu en tono coqueto.

En un principio me había asustado cuándo el espíritu con mi forma salió del espejo y me besó en la frente. No esperaba que pudiera hacer eso, pero el recuerdo que apareció en mi cabeza fue sorprendente.

Francamente, no sabía a quién había engañado Artemis para conseguir aquella tarta de cerezas tan rica. ¡Y lo encantador que había resultado! Conseguía hacerme estremecer tanto que aún sentía como me temblaban las piernas cuando al final nos besamos.

Una vez el espejo se despidió hasta mañana, no pude evitar mirarle más colorada que un tomate y decirle.

- Por cierto, cuándo quieras repetimos esa cita.

Hoy después de tu entrevista en el muelle. Ahora será mejor que vayamos al comedor antes que nos dejen sin almuerzo. - respondo sonriente mientras la abrazo y le doy un cariñoso beso en los labios.

En cuanto entré vi un precioso espejo entre dos columnas. Lo miré con curiosidad, pero casi al momento me sentí atraída por él. Algo me llamaba desde el espejo y, de pronto, estaba corriendo por un campo junto a Katherin. ¿Cómo, cuándo habíamos llegado...? Qué más daba, era divertido, el sitio era increíble. Allí no había preocupaciones. ¿Porqué no había encontrado ese lugar antes? Era sencillamente increíble. Y por fin había devuelto a mis primos una travesura. Reía y reía encantada, Kat era la mejor compañera para divertirse.

Y... la imagen cambió y me encontré otra vez en compañía de Kat una vez más, pero como jóvenes adolescentes en compañía de un chico guapísimo. Me vi extrañamente bien a pesar de sentirme como si estuviera en el cuerpo de otra persona, ambas nos veíamos muy guapas unos años más mayores, y no me preocupaba saber quién era, parecíasimpático.

Las imágenes siguieron cambiándose, y entonces... mi boda. No me lo podía creer, era el día más feliz de mi vida. Seguía sin saber quien era ese chico, pero sentía que lo amaba y podía estar toda mi vida con él. Mi mejor amiga también estaba a mi lado, ¿qué podía estar mal? 

Sin embargo, la preciosa visión se interrumpió. ¡No! No quiero irme de ahí, quiero permanecer siempre ahí, soy tan feliz - me resistía a abandonar ese maravilloso lugar. Parecía Artemis, no sabía porqué quería fastidiarme el mejor día de mi vida, pero no se lo permitiría. Me agarré a un banco cercano, algo que sólo existía en mi mente, pero no sirvió de nada. Un instante después, me encontré sentada junto a Kat frente al espejo y Artemis a cierta distancia gritando al espejo... no a una hermosa mujer.

- Artemis... ¿qué ha pasado? ¿Quién es esta mujer? - pregunté confundida.

Kat, Jane, les presento al espíritu que reside en el espejo de Oesed, ella se alimenta de sus sueños e ilusiones y trata de atrapar a las personas mostrándoles versiones versiones idílicas del futuro y el pasado, aunque su magia no causa daño, puede llegar a consumirte por completo. - digo en tono serio.

 Muchos magos y brujas se han perdido bajo su influjo, sólo con una voluntad fuerte se le puede vencer. 

El peligro de su encantamiento, radica en que tras caer en su influjo, muchos magos y brujas suelen sumirse en una profunda depresión, cuando las visiones mostradas por Oesed no se realizan. - le respondo a Janelle mientras me interpongo entre ellas y Oesed.

Hace algún tiempo yo encontré esta sala y sostuve un combate contra Oesed, logrando imponer mi voluntad a la suya, desde esa tarde, ella me declaró su jefe, pero nunca he querido traer a nadie aquí, pues conozco muy bien lo peligrosa que puede ser la influencia que ella ejerce sobre las personas, en especial después de encontrar cierto libro en mi casa durante las vacaciones. Al parecer mi bisabuelo lo dejó olvidado en alguna de sus visitas.

Buenas tardes señoritas, la verdad es que su visión ha sido una de mis favoritas, pero me temo que no puedo seguir jugando con ustedes por el momento, pero si me visitan en otra ocasión prometo mostrarles algo mucho mejor de lo que les he mostrado hoy. - dice el espíritu con una sonrisa cómplice.

Paseando por el castillo, terminamos por llegar a la sala dónde Oesed descansaba, dispuestos a pagar nuestras deudas con el espejo.

- Buenos días Oesed. - saludé al espíritu de buen grado, pues sabía que con Artemis no tenía nada que temer - Gracias por tu ayuda, salió a las mil maravillas.

Le indico honesta y algo nerviosa por dejarme llevar por ella, más teniendo en cuenta las ilusiones ya vividas.

- ¡Por cierto! No se si surtirá efecto, pero... ¿no querrás qué intente transformarte en un espejo más manejable? - pregunto sintiendome en deuda con el espíritu - Artemis podría llevarte consigo y no te verías obligada a esperar aquí a la gente.

Sugiero sin estar muy segura de la capacidad del hechizo transformador, o mi talento con el mismo.

Cuando ambos ingresan al salón del espejo, el espíritu los recibe con una sonrisa. 

Llegan temprano. - dice ella sonriendo.

Tras escuchar las palabras de Hellen, Oesed sonríe nuevamente, pero niega con la cabeza.

Esa es la oferta más gentíl que he recibido en 300 años, pero debo declinarla, puesto que mi espejo, no es un simple espejo es un portal y un portal, sólo es útil si se puede cruzar a través de él. Bueno ¿Empezamos? -pregunta ella mientras los conduce frente al espejo.

Asiento levemente con la cabeza, para luego tomar la mano de Hellen entrelazando los dedos. Para seguir al espíritu con paso lento pero decidido.

Tras sentarse frente al espejo, el ambiente a su alrededor cambia....

Se ven los dos sentados frente al lago sonriendo y bromeando, ven como el tiempo transcurre de forma un tanto acelerada, en un pestañeo ambos tienen 15 años.

Es una noche tranquila en la orilla del lago, bajo aquel árbol en el que Artemis suele estudiar, de pronto el joven Gryffidor saca su varita para crear algunos fuegos artificiales, que Hellen mira embelesada.

Ambos ríen y se besan, luego empiezan a hablar de sus planes para cuando salgan de la escuela, al parecer Artemis sigue con la idea de convertirse en auror, lo que preocupa un poco a Hellen, pues no quiere perderlo a manos de un mago tenebroso, él la tranquiliza y le dice que todo va a ir bien.

Luego se ven algunos años mayores, al parecer Hellen ocupa un alto cargo en el Ministerio mientras el joven Gryffindor se ha convertido en un auror de renombre, habiendo logrado poner a varios de los magos más buscados en Azkaban.

Ambos parecen muy emocionados, pues empiezan a hablar sobre mudarse juntos y comprar una pequeña casa en las afueras de la ciudad, algo llama la atención de Hellen, un hermoso anillo en su mano derecha, al parecer están comprometidos. 

En ese momento ambos se dejan llevar más profundo por la visión.

El día esperado llega, una hermosa iglesia a orillas del Támesis, Artemis parado en el altar esperando, Hellen recorriendo el pasillo vestida de blanco, un sacerdote realiza la pregunta.

Ambos aceptan, hay algarabía por parte de ambas familias, al parecer nadie se opone a la unión, meses después celebran la llegada del primer hijo de la pareja.

Llevan una vida tranquila, sin preocupaciones, algunos años más tarde Hellen es una de las pocas mujeres en ocupar el puesto de Ministro, mientras que un Artemis, algo maduro y con algunas pequeñas cicatrices, nada de consideración, se convierte en el Jefe de la oficina de aurores, reemplazando a Harry Potter quien ya se encuentra gozando de un tranquilo retiro junto a su familia.

La visión termina.

Espero que la hayan disfrutado, me esmere mucho en esta última, normalmente no me proyecto tanto, la deuda está saldada y yo más que contenta con sus buenas vibras. -  dice el espíritu del espejo con cara de satisfacción.

Miren incluso mi marco está como nuevo. Yupi, hace tiempo que no lo veía así. - añade sonriendo coquetamente mientras su marco parece haberse renovado por completo, dando la impresión que se trata de oro recién pulido.

Jadeada tras la visión. Estaba cansada, emocionada y realmente sorprendida de lo realista que podía ser Oesed. Seguramente fuera por haber cumplido nuestra parte y mi ofrecimiento de transformarla en algo más manejable y así poder llevarla a otros lados, o al menos eso quería pensar.

- Ha sido sorprendente Oesed.

La felicito dándome cuenta que apretaba con fuerza la mano de Artemis, por lo que me giro hacia él y le sonrío encantadora.

- Creo que no puedo seguir lo evidente.

Añado antes de besarle con dulzura en sus labios. Tras la visión ya me era imposible negar lo evidente.

Cuando los labios de Hellen tocan los míos, no puedo si no abrazarla con fuerza y corresponder el mismo con cariño y dulzura.

La visión mostrada en el espejo había calado profundo en mí y aunque sabía que sólo era una visión, algo en mi corazón quería que se volviera realidad y haría todo lo que estuviera al alcance de mis manos para que así fuera.

Cuando mis labios y los de Hellen se separaron, me quedo algunos segundos en silencio, mientras la miro a los ojos para luego acariciar su rostro, en ese momento notó una cicatriz en el mismo, lo que hace hervir mi sangre. Sabía que Samantha era peligrosa, pero lastimar a Hellen de esa manera, eso no se lo iba a perdonar.

Hellen ¿Samantha te hizo esto verdad? Te prometo que no voy a permitir que vuelva a lastimarte jamás. - digo con seriedad, mientras la abrazo con fuerza.

Al parecer el chico estaba más preocupado que yo misma por aquella cicatriz sin importancia. Sobretodo si el mismo aspiraba a convertirse en auror, era un hecho que terminaría con el cuerpo lleno de ellas.

- Tranquilo, Riddle no me preocupa en absoluto. - le indico convencida - Quizás sea la mejor maga de nuestra quinta, pero no es la heredera de Slytherin y el tiempo la pondrá en su lugar.

Respondo totalmente convencida de ello y para demostrar mis palabras cojo mi varita y apuntando a los pies del espejo le muestro el hechizo invocador.

- ¡Serpent Sortia!

Inmediatamente una cobra real acude a la llamada y queda pendiente de nosotros, aparentemente a la espera de órdenes, pero al no producirse pronto comienza a estudiar la habitación.

- Como ves, no necesito enfrentarme directamente a ella para hacerle mucho daño.

¡Incluso podría matarla por medio de las serpientes si quisiera!, sólo que en vez de tomar el combate directo contra ella, debía ser inteligente y buscar el momento adecuado.

El hechizo convocador me toma por sorpresa.

Así que la heredera de Salazar Slytherin. Wow. Tienes un gran legado sobre tus hombros. Slytherin fue un gran mago, algo ambicioso, pero muy hábil.

Sé que lo llevarás con orgullo. Recuerdo que  mi padre me contó sobre una vieja leyenda acerca de un enorme basilisco que Salazar Slytherin escondía en Hogwarts, según dice, él nunca lo vio, pero siempre se comentó de la existencia del mismo.

¿Quién sabe? Si tienes suerte quizá lo encuentres y lo doméstiques. - digo con una sonrisa.

El título en verdad era rimbombante y no pretendía adueñarme de él, aunque del mismo modo no dejaría que nadie se lo atribuyera.

- Murió. - respondo algo entristecida - Ska puede confirmarlo.

Añado señalando a la serpiente.