Partida Rol por web

Al llegar a la enfermería se respira un ambiente de calma y tranquilidad el viejo alquimista está revisando unas notas mientras parece estar observando una extraña piedra carmesí.  

Por su parte Madame Pomfrey está terminando de descartar una vendas ligeramente sucias.  Al verlas llegar la sanadora lava rápidamente sus manos que emitían un tenúe resplandor plateado.

¿Puedo hacer algo por Ustedes señoritas?  - pregunta ella con amabilidad.

Al escuchar las palabras de Katherin la sanadora se acerca y observa con suma desaprobación las manos de Katherin y sin mediar palabras coge uno de los tantos frascos de pociones que guarda en su anaquel y le sirve una cucharada.

No es tan grave como parece jovencita una cucharada de esto debería bastar para curarla. Haber veamos. - dice ella mientras te hace beber un liquido verde con olor a ccalcetines sucios y de sabor cítrico.  - Ya vea como nueva. 

Ejemmmm. - carraspea ella a modo de regaño cuando ve correr a Hellen. 

Cuando llegan a la cama de Artemis, lo encuentran con lanariz metida en un libro, el mismo que les enseñó la tarde anterior. 

Al escuchar la voz de Hellen el joven Gryffindor levanta la vista del libro con una enorme sonrisa. La compañía de Hellen y sus amigos le sentaba de perlas.

Hola Hellen, salvo por aquella pesadilla que tuve, dormí muy bien dísculpame por preocuparte y gracias por venir, mi bisabuelo dice que si las cosas siguen así podré salir de aquí mañana por la mañana. ¿Qué le pasó a Katherin en las manos?

¿Cómo están ustedes chicas? Escuché que se metieron en líos por mi culpa lo siento mucho. - digo agachando un poco la cabeza. 

Al entrar en la enfermería junto con sus compañeras, siguió de cerca a Hellen hasta la cama donde descansaba Artemis. Se limitó a saludar a la enfermera con la cabeza, e intentó ignorar el resplandor plateado que había visto... 

- Hola Artemis, me alegra verte mejor. Tienes buena cara. - dijo la pelirroja esbozando una tímida sonrisa, era un gran alivio ver lo rápido que se había recuperado en tan sólo unas horas. Ver su pronta recuperación le había quitado de un plumazo el temor de encontrarlo en las mismas condiciones que la noche anterior. 

Al oír la pregunta del joven, miró un momento a Katherin antes de responder a su amigo. - La profesora McGonagall nos llevó a la cabaña de Hagrid, y estuvimos sacando la nieve de su huerto de calabazas... ¡Sin magia! - comentó recordando la pesada tarea y dejando escapar un pequeño suspiro por el cansancio. - Ha sido agotador... ¡P-pero no te preocupes! No es culpa tuya ni mucho menos. - añadió rápidamente para no preocuparle. 

Viendo a Katherin bien atendida, me acerqué a Artemis para ver cómo estaba y prestar atención a la conversación. 

- Hola, Artemis - lo saludé sonriente y asentí a las palabras de Allison - sí, creo que que después de esto podríamos levantar un dragón enterito nosotras solas - bromeé antes de preguntarle lo que me llevaba desde el día anterior comiendo de curiosidad - ¿qué te pasó para terminar así, Artemis?

La verdad es que no lo recuerdo con claridad, yo estaba entrenando a Flacor cuando de pronto un pedazo de tela negra me cayo encima y desde allí todo es muy confuso... - respondo algo pensativo.

Mmm, luego escuche chillar a Falcor y sentí un tremendo golpe en la cabeza y me fui al suelo bastante aturdido, luego sentí que me rasgaban el pecho y nuevamente escuche gritar a Falcor, pero para ese momento ya todo me daba vueltas, luego sentí un fogonazo en el pecho.

Después de eso vinieron las mordidas, intente sacar mi varita pero esa cosa me tiro al suelo y perdí la consciencia. Según mi bisabuelo, cuando me encontraron Falcor estaba parado sobre mi pecho intentando protegerme de algo que Filch no llegó a ver, si no fuera por él quizá no estaría aquí y lo peor de todo es que ni siquiera tengo una galleta de lava para darle las gracias al pobre, hasta una pluma de la cola le arrancaron, les juro que si atrapo al responsable lo haré pagar. - digo algo molesto y triste.

Espero que su pluma vuelva a crecer.

Basta de lloriquear muchacho que me distraes. - gruñe el anciano mientras se pone de pie. 

Ya dije que la pluma volverá a crecer en su próximo ciclo de resurrección que será más o menos en medio año todo depende del cuidado que le des y por lo que veo lo tienes muy bien cuidado e incluso hasta consentido, eres igual que tu padre, un verdadero dolor de cabeza. En fin él y tu madre ya están en camino para pasar las fiestas aquí, pues por más que tus heridas ya estén cerradas aún no han sanado del todo y este es uno de los pocos lugares en donde tengo todo lo necesario para fabricar el ungüento de sangre de unicornio, además debo supervisar la evolución de Albus. - dice el alquimista mientras se une a ustedes en la conversación. 

- No te preocupes, Artemis, descubriremos quien ha sido, o mejor dicho, qué. Estamos en ello, si juntamos todo lo que sabemos igual podamos descubrir algo.

Saqué una galleta de lava de las que le daba a Sù del bolsillo y se lo entregué a Artemis con una lagrimilla en los ojos - toma, dáselo a Falcor, se lo merece.

Miré un poco mosqueada al viejo, Artemis estaba herido y había tenido un buen susto, así que teníamos que ser pacientes y buenos con él.

Gracias Jane. - digo tomando la galleta con calma, para luego hacerle una señal a Falcor que vuela de su percha a la cabecera de la cama.

Toma amigo, te la mereces. 

El fénix toma la galleta con muchas ganas y emite un gorjeo en señal de gratitud para luego recostarse contra mi pecho mientras come ante la expresión de fastidio de la señora Pomfrey quien acababa de cambiar las sábanas. 

Lo siento Madame Pomfrey. 

Al escuchar mis sinceras disculpas la sanadora suaviza la expresión de su rostro y vuelve a sus quehaceres.

Al ver y oler esa apestosa poción Katherin sintió escalofrios en todo el cuerpo, su primer impulso fue hacer la boca de lado para escapar de la medicina, pero el ardor en sus manos le recordo todo el sacrificio que habia hecho hasta ahora, podia hacerlo una vez mas. Rapidamente cerró los ojos y se abalanzó con la boca sobre la medicina, sabia raro, como probar jarabe de limón con ajo, saco la boca de la cuchara mientras se relamia los labios, la medicina le encantaba.

Mientras se relamia los labios por el medicamento recibio buenas palabras de Artemis, el compañero herido que habian encontrado la noche anterior, Katherin se acerco un poco y lo saludo con la mano exponiendole la palma con un par de agujeros en la piel donde antes habia ampulas. Iba a decirle que habia pasado pero Allison la miró en señal de que iba a explicarlo ella, tambien Jane comentó como la habian pasado mientras movian nieve, para terminar Katherin se acerco a Artemis y le dijó:

-Sin duda, pero no estuvo tan mal, habia nieve, conejitos viendo como trabajamos y piedras (_{odio las piedras}). Estuvo dificil pero al final terminamos, todo con el apoyo de el Guardabosques gigante.

Dicho esto Katherin soltó una risilla alegre mientras se acordaba de lo bien que se lo habia pasado, aún cuando se lastimo las manos en el proceso. Luego guardo silencio mientras escuchaba todo lo que Artemis y los demas estaban diciendo, intentaba conectarlo todo en un esquema de analisis que habia leido en una novela de Sherlock Homes, rapidamente fue hacia Madame Pomfrey y preguntó:

-Disculpe Madame Pomfrey ¿donde guarda la ropa que llevaba Artemis ese dia? Quizas su atacante haya dejado marcas que puedan decirnos quien o que fue.

Está por aquí jovencita, estabamos por descartarlas, luego de que la señorita Granger las revisó pero puedes revisarlas el tiempo que gustes. - dice la sanadora mientras te conduce hacia una pequeña caja que estaba al otro extremo de la enfermería.

Algunas de las cosas que los muggles fabrican sí que son útiles de vez en cuando. - dice sonriendo mientras te presta un par de guantes de látex.

A veces Hellen se sorprendía de la capacidad de razonamiento de sus amigas, ¡ojalá a ella se le hubiese ocurrido lo de buscar en la ropa! Aunque, siendo sinceros, tenía muchas cosas en esa pequeña mente juvenil. Mientras Madame Pomfrey se aleja con Katherin, Hellen aprovechó para hablar con su amigo sin miedo a que un adulto los escuchase.

¿Y qué pasó con el diablillo? ¿Crees que fue él quien lo hizo? Y... Aquí se paró porque no sabía si sería indiscreto preguntarle a Artemis sobre los asuntos en los que estaba metido su bisabuelo, aunque deseaba conocerlos. Con toda la educación posible preguntó: Y, esto, ¿te has podido enterar de qué va todo el tema de Dumbledore y, bueno, tu bisabuelo? Esperaba que no se lo tomase a mal. Y también McGongall. Ayer antes de llevarnos a la cama, se notaba que ocultaba algo. ¡Y Arcturus también se dio cuenta, nos lo dijo en el castigo!

La verdad, no lo creo. Según mi bisabuelo encontraron a esa cosa petrificada en mi mochila y tuvieron que llamar a Flitwick para romper el encantamiento. Quizá esté exagerando. Jejeje. 

Pero lo único cierto es que sea lo que fuera que me atacó no fue ese diablillo. En fin quedará en el misterio. Por cierto chicas, este libro contiene mucha información para combatir contra la oscuridad, incluso hay un hechizo para destruir vampiros y pensar que lo encontré por accidente.

Tan pronto salga de aquí vamos a practicar. Bueno chicas no quiero que pierdan el almuerzo por mi culpa que les parece si se dan un salto después de clases. Las quiero mucho. - les digo mientras me despido de todas con un abrazo.

Mientras te abrazo susurro: Uso la piedra con Dumbledore y la está usando cconmigo. 

Sinceramente Hellen no estaba acostumbrada al cariño del contacto físico, probablemente porque su único amigo de la infancia había sido su hermano. Y ahí estaba Artemis, dando abrazos a todo el mundo. No sabía cómo reaccionar a ello así que se contorsionó incómoda como acto reflejo. Cuando llegó a Hogwarts le emocionaba conocer más gente, hacer amigos de verdad, pero ahora se sentía un poco abrumada con tanta atención. Extrañaba su inquebrantable espacio personal.

Artemis tiene razón, chicas. No sé vosotras pero yo tengo que recuperar Pociones. Además, ¡me estoy muriendo del hambre! Yo voy a ir yendo, ¿vale?. Tengo que... Que... ¡Buscar algo! Sí, eso. En la sala de Slytherin, además. Así que me voy. Adiós. 

No sabía muy bien por qué había hecho eso pero sentía una fuerte añoranza de ese tiempo solitario para ella misma. Mientras corría hacia la puerta, Hellen repasaba mentalmente su discurso previo hasta convencerse de que había sido magistral. Una mentira impecable. Seguro que nadie se dio cuenta.

Mientras Katherin buscaba alguna pista que indicase que había atacado a Artemis entre su ropa desechada; Allison escuchaba con suma atención lo que el joven les contaba, sintió pena por la pluma perdida de Falcor, pero en el fondo le alegraba que hubiera podido defender a su amo. Menos mal que estaban juntos.  Qué animal más valiente, ojalá yo pudiera tener uno...   Pensó la niña algo triste, al recordar que no les quedó dinero para permitirse tener aunque fuese un animalito pequeño.   
¡Seguro que para el año que viene logro ahorrar algo!   Se dijo para animarse, no quería que sus amigos notasen que algo le pasaba, y mucho menos cuando era un problema tan tonto, después de las cosas que estaban ocurriendo, la llamarían tonta seguro.

Centrándose de nuevo en la conversación, casi había perdido el hilo pensando en sus cosas. Aún no sabían que había atacado al chico, y eso le preocupaba. Pero no podía hacer mucho, así que se centró en lo que si sabían. McGonagall ocultaba algo, tendrían que quedar más tarde como dijo Janelle y empezar a investigar por su cuenta.

La voz de Artemis despidiéndose la volvió a sacar de sus pensamientos, tomándole por sorpresa al oir sus palabras. Allison se sonrojó al sentir los brazos del chico rodeándola para darle el abrazo como a las demás. Pero no refunfuñó, dejándose abrazar como un cachorro sumiso. En el fondo le agradaba la sensación de sentirse apreciada. Y no pudo evitar hundir su cara en el hombro de este, disimulando el color de sus mejillas. ¡Qué verguenza! ¡Allison no seas tonta es un abrazo entre amigos! No puedes ponerte roja por todo... ¡Maldición!   - Y... n-nosotras a tí. Recupérate pronto.. - balbuceó antes de separarse. Luego sintió verguenza por sus torpes palabras y comenzó a jugar con su pelo, con la excusa de cubrir su rostro. 

- Nos v-vemos más tarde entonces, la profesora Sinistra quería verme después de la comida, ¡más me vale no hacerla esperar! - dijo por fin, y viendo que Hellen se marchaba recordó que también tenía recuperación de Pociones. Se golpeó la frente con la mano al darse cuenta. - ¡Ay madre! ¡Había olvidado la recuperación de Pociones por completo! ¡Hablamos más tarde chicos! - añadió despidiéndose abruptamente de sus amigos, intentó no salir corriendo por miedo a recibir una reprimenda de Madame Pomfrey, pero iba deslizando sus pequeños pies lo más deprisa que podía saliendo de la Enfermería en dirección al Gran Comedor.

Katherin estaba revisando las ropas, las examinaba con cuidado buscando alguna pista. Mientras las revisaba no se esperaba que Artemis le diera un amistoso abrazo, ella al principio se sonrojo y le hizo devolverle el abrazo con mucho afecto, pero la pequeña a separarse y ver que era Artemis se vió por un segundo una cara llena de desilusión, recupero su cara de siempre y le dijó amistosamente:

-Gracias Artemis, lo que sea por un amigo.-se acomodo el cabello con un gesto con la mano intentando tapar su ojo izquierdo, el cual estaba lagrimeando una lagrima esporadica que venia de un recuerdo agridulce-Si me disculpas, tengo que terminar con esto.

Dicho esto se volteó a la vista de su compañero y se concentró en la ropa, así fue por varios minutos en un intento por concentrarse en las ropas para olvidar lo que pasó antes. Despues de revisar las mordidas un rato con una lupa diminuta que tenia en el bolsillo de su tunica creyo haber encontrado algo, pero el nombre de la bestia se le escapaba de la memoria. Habia que investigar en la biblioteca mas tarde.

Ya con algunas pistas en la palma Katherin se volteó alegre a sus compañeros y les dijo en tono de triunfo:

-EUREKA, creo que he encontrado algo pero no ahora mismo no me acuerdo de como se llama la criatura, ire a la biblioteca despues de tomar una siesta.

Katherin era una niña de habitos, entre ellos el de dormir una siesta despues de las clases y por supuesto lo haria despues de terminar con pociones pero primero habia que almorzar. Rapidamente abrazo de nuevo a Artemis con afecto y se alejo rapidamente hacia la puerta, la abrio y mientras salia se despidió con la mano, sonrió alegre y le dijo:

-Recuperate Artemis, vendre en cuanto pueda, puede que hasta ya sepa que fue lo que te atacó.

Dicho esto salió corriendo hacia el comedor, la medicina habia matado toda sensación de dolor y ahora tenia hambre, quizas unas piernas de pollo con salsa de barbacoa con un jugo experimental de manzana con limon le devolverian las fuerzas.