Partida Rol por web

Al ver a Kat entrando junto con Artemis, la sanadora rápidamente los conduce a una cama cerca a un pequeño alijo de pociones.

Ya te estabas tardando en volver Flamel. ¿Qué le ocurrió esta vez? ¿Simplemente se vino abajo y ya o hubo algún desencadenante? - preguntó la enfermera mientras ponía tres pociones sobre la cómoda.

Con ese comentario Kat ya se iba imaginando el por que de su fatiga, nuevamente se había metido en pleitos o se había excedido con sus estudios.

-No, solo estaba jugando con su fénix y de repente se desmayo.

Ya veo. - dice la sanadora antes de iniciar la revisión.

Tras algunos minutos, la sanadora niega con la cabeza y coge un pequeño frasco de poción.

Con esto se pondrá bien en un par de horas, quizá antes. - dice mientras garanatea una nota y se pone de pie. - ¿Puedes vigilarlo por mi? Necesito enviar esto urgente al callejón Diagon y cuando despierte, dile que ya agotó mis reservas de poción vitalizante, así que más vale que se lo tome con calma durante la próxima semana o yo misma le suministraré una buena dosis de una poción calmante a la usanza muggle para ver si capta el mensaje.

La sanadora espera tu respuesta por unos instantes antes de ponerse de pie.

La rubita solo dio un leve cabezada afirmativa. Una vez ella se fue Kat se sentó junto a la cama de Artemis, cruzó los brazos y le dijo al inconsciente:

-Sabes, si te exiges demasiado puedes acabar muy mal. Ay Artemis.

Dicho esto se quedó junto a el, esperando a que recuperara la conciencia.

Mientras montas guardia al lado de la cama de Artemis no puedes evitar recordar la última vez que lo viste fatigado bajo el árbol ya hace buen tiempo, mientras que un inconsciente Artemis suelta la siguiente frase:

No dejaré que vuelvan a lastimarlos, los protegeré con pico y garras de ser necesario. Aunque mi varita se parta y mis huesos se rompan, no fallaré. - dice enfurruñado mientras se envuelve en las sábanas como un bebé.

Semejantes palabras dejaron sorprendida a Kat, no es que no reconociera la tenacidad mórbida de Artemis sino que es que parecía un suicida. Esto le dejó un gesto amargo a la Rubita, semejante desinterés por si mismo la espantaba.

Dando una risilla al verlo acomodarse cual dulce bebé en su cama Kat se dirigió a la ventana de la enfermería, miró al exterior y dio un suspiró cargado de tristeza. La actitud de Artemis le recordaba a una triste historia que leyo una vez: "era sobre un chico que quería ser un héroe justiciero a toda costa, ayudaba a cuantos podía y siempre con una sonrisa pues era feliz por que había ayudado a alguien; muchos se aprovecharon de el y también estuvo a punto de morir muchas veces pues siempre terminaba metido en problemas innecesarios, al final termino por convertirse en un héroe justiciero como quiso y salvo a mucha gente, mas la gente le traicionó y lo culparon de todos los males, lo cual acabó en que fuera ahorcado por los que juró proteger".

Con tristeza Kat miró a Artemis dormir y dijo en voz baja:

-¿Que pasó contigo para que estés tan quebrado?. Artemis.

Cuando recobro la consciencia me doy cuenta que me encuentro la enfermería y escucho que alguien menciona mi nombre, por lo que decido recorrer la habitación con la mirada y me encuentro con Kat.

Kat. ¿Cómo llegué aquí? ¿Eras tú quién me llamaba? - pregunto con cierta confusión en mi mirada.

La Rubita rápidamente puso buen semblante al ver que Artemis se despertaba. Dio una animosa sonrisa y le respondió:

-Te desmayarte en el jardín así que yo te traje.

Volteo hacia la ventana y por esta miró afuera por un rato. Mientras miraba le preguntó:

-¿Otra vez estuviste practicando hasta el cansancio verdad?. Madame Pomfrey ya esta muy preocupada por que vienés muy a menudo.

Este...., bueno verás, yo.... mmm..... Jejeje. - balbuceo un poco nervioso mientras llevo mis manos atrás de mi cabeza.

Quizá me haya excedido un poco, pero no más de lo usual, entre mi práctica diaria y mis cuatro duelos de las tardes pues no he hecho nada más de lo usual. - digo mientras me siento en la cama e intento ponerme de pie.

Sin embargo, me resulta bastante complicado lograrlo, así que opto por quedarme sentado un rato más en el borde de la cama, dejando escapar un resoplido.

Por cierto Kat ¿En dónde está madame Pomfrey? Me gustaría escapar de aquí antes de que regrese y me eche su regañina de siempre. - agrego con una sonrisa.

Al oír semejante disparate Kat cruzó los brazos molesta e infló las mejillas molesta. Se acercó al Griffyndor y le replicó:

-De eso ni hablar. Madame Ponfrey me pidió echarte un ojo en lo que ordenaba mas poción revitalizante. Además necesitas descansar, los Tóxicos y los demonios pueden esperar al menos este día.

Sí señora. - me limito a decir mientras vuelvo a cubrir mis piernas con la sábana.

¿Sabes Kat? Te ves linda cuando te enfadas. - digo sonriendo levemente mmientras apoyo mi cabeza en la almohada. 

Por cierto ¿Cómo vaís con la búsqueda de la biblioteca? ¿Hay algo en lo que pueda ayudaros? - pregunto con naturalidad.

Semejante piropo si bien era halagador para Kat no le llegaba a sacudir su vanidad. los niños de su edad le parecían unos tontos además de solo gustarle los chicos mayores. Kite de la llama Azure o Haseo el terror de la muerte, ellos eran un sueño. Las palabras de Artemis solo la hicieron suspirar por aquellos personajes.

Cuando regreso de Wonderland vio a Artemis sonreír con picardía, a lo cual sólo le empujó la cabeza con un dedo para así regresarlo al lecho.

-Si lo se. Regresa 10 años después y cuando mates a un ejército de asesinos solo con dos dagas Don Juan.-Los coloretes de sus mejillas desaparecieron y continuó-Por ahora no hemos revisado, puede que otro día Revisemos el pasillo con las pistas que nos dio Hellen.

La mención del nombre la hizo recordar que Hellen siempre estaba con Artemis. Lo cual le hizo preguntar:

-Hablando de Hellen ¿Donde esta ella?. Si siempre estaban juntos.

¿Dos dagas? ¿Qué acaso me crees Ezio Auditore? - respondo sonriendo.

Pues te recuerdo que yo no uso dagas, pero si que puedo lidiar con uno o dos demonios con mi varita. 

Cuando Kat menciona el nombre de Hellen, simplemente tuerzo el labio.

Pues ¿Quién sabe en dónde se encuentra? Ella y yo ya no tenemos nada que ver el uno con el otro. - digo con cierta molestia en mi voz. La verdad es que prefería evitar el tema, pero al parecer esta vez no tenía opción.

Lo último que supe de Hellen es que me corto sin explicarme el porqué y la verdad es mejor así, ella está recorriendo un camino muy peligroso y sinuoso el cuál no es para mi.

Cada vez está más absorta y ensimismada por su lado salvaje y la verdad a mi me gusta mi humanidad. - agrego con cierta amargura.

En fin, ¿Podrías pasarme mi copia de "Artemis Fowl y el complejo de Atlantis" que cargo en la mochila? Me la envió mi madre hace cuatro días y me he quedado en la parte más interesante, justo cuando el hermano del comandante Remo intenta hechizar a la capitana Canija para que la ayude con el secuestro de número uno. - digo cambiando de tema.

-Oh, ¿Asi que sabes de cultura Muggle-dice con cierta sorpresa-Pues Ezio no usaba dagas, si bien era un maestro en combate con varias armas el para pelear usaba hojas ocultas, no dagas.-Aclaró la rubita para luego medio sacar la lengua a medias a modo de presunción.

Una vez hecha la aclaración fue a la mochila y se la entregó para así sacar su material de lectura. Un gran volumen con una historia aparentemente intrincada. Kat se sentía tentada a internarse en ese universo fantástico pero en parte le aterraba preguntar, pues aun intentaba entender al señor de la heladería de la esquina junto al centro comunitario y su fascinación por "Warslasher 50000", la inquisición y la devoción a una momia de mas de 10 000 años de edad que era su emperador.

Dejando de lado la fantasía recordó a Hellen y el por que no estaba ahí.

-¿Has intentado hablar con ella?, ¿no puedes dejarla así nada más?

Soy mestizo Kat. - respondo en tono neutro como quién menciona una obviedad.

Además la familia de mi madre es Estadounidense, por lo que es obvio que sé de video juegos y otras cosas similares. Incluso el autor de este libro es muggle. - señalo mostrándole la contraportada.

No he intentado hablar con ella, porque ella simplemente no quiere hablar conmigo y no pienso ir a buscarla después de la forma en que se acabo todo. - respondo de manera tajante, dando por zanjado el tema.

Y por lo que más quieras no vuelvas a mencionarlo o te juro que me paro y me voy. No creas que es la primera vez que entreno hasta el cansancio. ¿Sabes que es lo mejor de entrenar de ese modo? - pregunto haciendo una pausa.

Pues que cada vez te recuperas más rápido y hace maravillas con tu vitalidad. - agrego dándome un pequeño golpe en el pecho al puro estilo de los héroes del anime.

-Ups, perdón.-Dijo Kat evitando la vista a Artemis.-Siempre había creído que eras un prodigio de sangre pura de los que hablan los libros de historia de la magia.Trató de mirar al Gryffindor y musitó-Perdona si fui prejuiciosa.

Dicho esto se sentó en la cama junto a Artemis, escuchaba serena como este había intentado hablar con Hellen pero había fallado. Se limitó a musitar:

-Bien, pero portandote así eres igual de testarudo que ella.-Luego este afirmó que el agotamiento era un excelente vigorizante a lo que Kat reclamó cruzada de brazos-Eso es ridículo, mi Nana siempre ha dicho que con constancia se alcanza la excelencia pero también debes tener tiempo para descansar. Sabe lo que dice ya que fue oficial de la marina Británica.

Está bien, me lo voy a tomar con calma. Al menos por un tiempo, pues si lo dice una oficial de la marina, por algo debe de ser. - digo con el semblante más relajado.

Así que despertaste Flamel. Pues bien, al parecer necesitas que alguien te recuerde la importancia del descanso, es por ello que envié una lechuza a Paris. 

Así que no tardarás en recibir una carta de tu bisabuelo. Ahora si ya te sientes mejor, dir3cto a tu dormitorio. - sentencia la sanadora con voz firme mientras Artemis palidece al escuchar las palabras de la sanadora.

Semejante sentencia no solo palideció a Artemis sino que hizo a Kat apretar los dientes.

-Uyy, Sin duda tu abuelito no estará feliz de enterarse.

Kat sabía que Nicolás Flamel era un hombre estricto y muy severo, solo verle a los ojos le daba calosfrios. Hecha la indicación la Rubita ayudó a pararse al Gryffindor de la cama.

-Vamos, te acompaño.

Jackie llega, casi como un Zombi.

Por otro lado, la cara BIEN podría ser la de un zombi. Más por instinto que otra cosa, ha recogido su varita y una bolsa con su equipaje, entre lo que está la preciada escoba -eso si, viene desmontada-

En la otra mano aun tiene el paño ensangrentado, manchado con la sangre del señor Flanel. No lo ha soltado ni tras apartarlo, o tras ver el milagro de Alyson. Simplemente, el impacto de la noticia de la Slytherin, el hecho de que seamos los únicos supervivientes del Instituto Warren para Jóvenes Dotados, sigue resonando entre las paredes de su craneo.

"¿E... Enfermería, por favor?" dice sin darse cuenta de que ha seguido los carteles que dicen "Esto es la enfermería y somos ingleses"