Partida Rol por web

Maldición... no sólo no había funcionado, sino que además tenía una de aquellas criaturas encima. Sin darme tiempo apenas a recuperarme de la caída, el espectro me atacó y comenzó a drenarme la vida. 

- No me toques, repugnante criatura - apunté sobre mi misma y pronuncié - Mytrandir.

El poderoso torrente de viento es capaz de alejar al espectro de Jane, pero no le causa daño alguno, toda vez que al ser un ente incorporeo, las cuchillas de viento pasaban a través de él sin dañarlo.

Allison celebró interiormente que sus hechizos funcionasen al despejar el escudo-espectral que Grindelwald tenía formado a su alrededor, victoria que no duró nada cuando el mago tenebroso hizo aparecer más espectros y una manada de inferis que se les venía encima. Estuvo a punto de levantar una barrera sagrada cuando vio como el intento de Jane de hacer un ataque furtivo se iba al traste por culpa de aquellos asquerosos espectros, provocando que uno de ellos la atacase. ¡Dios mío Jane!

Gracias al cielo que Artemis supo tener mejores reflejos y levantó una barrera de fuego sagrado, Allison no perdió tiempo y después de que la Ravenclaw se zafase de la criatura con un golpe de viento, la pelirroja apuntó directamente a la criatura, lanzando otra fuerte descarga de luz sagrada. - ¡No te atrevas a hacerle daño! ¡Exordio! - si salía bien esperaba que Jane pudiera ponerse a salvo con ellos. Al menos durante un poco más. - ¡Jane aquí! -

Si tan sólo pudiéramos desvanecer a todos esos espectros de una pasada... ¿Acaso eso podría funcionar..? 

- Artemis. ¿Recuerdas aquella noche con Mengele y los demonios? ¿Crees que si lo intento será suficiente? - preguntó con apremio, había un deje de preocupación en su voz. No quería hacer experimentos en un momento así y arriesgarse a ser más vulnerables de lo que ya eran. Que ya era bastante.

Puede funcionar, usualmente, la magia sagrada se vuelve más fuerte cuando trabaja junta, puedo mantener esta barrera indefinidamente, pero no puedo contraatacar. - le respondo a Allison mientras veo como unalengua de fuego surge en el lugar donde el exordio de Allison cruzó la barrera incinerando a un inferi.

El fogonazo producido cuando el hechizo de Allison atravesó el escudo de llamas de Artemis llamó la atención de Grindelwald, haciendo que su expresión se tornará seria.

Sin embargo, el rostro de Grindelwald no tardo en tornarse risueño pues sus espectros no tatdarían en acabar co Riddle y Dumbledore quienes estaban totalmente inmovilizados.

Los cuerpos de ambos magos ahora flotaban en el aire con sus rostros marchitos y enjutos, mientras los espectros se alimentaban de ellos.

- Esto se acabó mocosos, en cuanto acabe con ellos, siguen ustedes.

Tenían que actuar pronto, mientras ayudaron a Jane a zafarse del espectro, Grindelwald tenía a Dumbledore y Riddle cada vez más acorralados, ¡no podían permitir que muriesen!

Nada más Artemis terminó de hablar, la pelirroja asintió, rezando interiormente que aquello funcionase. - Vale, cierra los ojos un momento. - le pidió en voz baja mientras le tomaba la mano libre, entrelazando sus dedos. Por favor, por favor, funciona. Elimina las sombras.

Con decisión apuntó con su varita a los aros de fuego del hechizo protector de Artemis - Lumos Solem. - dijo con decisión, esperando provocar un fogonazo de luz que erradicase a los espectros de una pasada. Con algo de suerte, la reacción de ambos hechizos podría lograr equilibrar la balanza un poco a su favor. 

Sin pensarlo dos veces, cierro mis ojos y entrelazo mis dedos con Allison, al tiempo que puedo percibir una enorme explosión de luz a través de mis párpados cerrados, seguido de una serie de gritos espectrales.

Al parecer el plan fue todo un éxito.

Eres genial Allison. - digo mientras abro los ojos y contemplo con terror como un furioso Grindelwald apunta su varita contra Allison y sin siquiera dudarlo me interpongo entre ambos, cuando una niebla verdosa se precipita hacia mi.

La combinación entre luz y fuego solar creo una reacción en cadena que destruyo a todos los no muertos desatando la furia del mago tenebroso.

Quien sin siquiera dudarlo apuntó su varita contra la causante de su rabia y pronunció la formula mágica más prohibida de todas. - Avada Kedabra.

Entonces un espectro de niebla verde salió proyectado a toda velocidad contra Allison, sin embargo, fue Artemis quien recibió el impacto del conjuro, el cual rebotó hacia Grindelwald, quien se limitó a redirigir su hechizo hacia Tom Riddle, terminando así con el trabajo de sus espectros.

Sólo un idiota moriría a manos de su propio conjuro. - anunció Grindelwald mientras volvía a alzar la varita, al tiempo que Dumbledore se ponía de pie y lo atacsba con un potente conjuro explosivo.

- Salgan de aquí niñas, nadie puede ganarle mieentras tenga esa varita. Esto es mi culpa, si tan sólo no me hibiera peleado con él aquel día, entonces podría haberme anticipado a su plan.

Vamos huyan ahora que aún está aturdido, yo las cubriré. Buena suerte. - dice Dumbledore lanzando otro conjuro contra Grindelwald que empezaba a incorporarse.

Cerré los ojos cuando Allison lanzó el fogonazo.

- Buen trabajo, chicos - dijo con un a sonrisa.

Lo que siguió fue todo muy rápido y contempló impotente como Riddle recibía la maldición prohibida. Apuntaba con mi varita sobre el mago tenebroso de nuevo, cuando al escuchar las palabras de Dumbledore se me ocurrió algo.

- Chicos, ¿creéis que podríamos volver otra vez en el tiempo para evitar que Dumbledore y Grindelwald discutan? Si es lo que ha desencadenado todo esto, podría ser la mejor manera de solucionarlo.

El fogonazo había dado un resultado incréible, deshaciéndose de todos los espectros e inferis, pero aquella victoria no sirvió más que para cabrear a Grindelwald, él cual no dudó en lanzar la peor de las maldiciones, sólo aquellas palabras fueron suficientes para helar la sangre de la pelirroja, que abrió los ojos como platos, con expresión de puro terror. 

Lo peor fue ver a cámara lenta como Artemis se interponía, Allison ahogó un grito mientras lo abrazaba temiéndose lo peor. Pero la maldición fue repelida, ¿la barrera de fuego? En aquel momento era incapaz de procesar, pero aquella pesadilla no había terminado. Contemplando impotente como el mago tenebroso la redirigía hacia Riddle. Provocando así su fin de manera inmediata. - ¡Noo! - la pelirroja apartó la vista, sabía que si miraba, sería incapaz de seguir con aquello. Tenía que reunir todo el coraje que pudiese, no podían rendirse ahora. 

La voz de Jane la trajo de vuelta, obligándose a sí misma a recuperar la compostura. - Es una posibilidad, te seguiré donde haga falta Jane. - le respondió sin pestañear, puede que estuviera en lo cierto, las palabras de Dumbledore podrían tratarse de la pista que les faltaba, aunque le iba a doler tener que dejarlo atrás. Pero si podían cambiar aquel nefasto pasado, entonces ni Dumbledore, ni el resto tendrían que pasar por aquello.

Cuando abrazas a Artemis sientes su cuerpo frío y un tanto más pesado, él te dedica una última sonrisa antes de desvanecerse en el aire.

Su sacrificio desvío la maldición, pero sólo de ti, sin embargo, aún había una esperanza para el Gryffindor y esa era corregir la historia.

Cuando Allison abraza a Artemis, el cuerpo del chico se empieza a desvanecer como polvo al viento, pues alguien que nunca nació, nunca existió.

Como tal su paso por esta realidad es simplemente borrado como polvo al viento sin dejar siquiera un cadáver al cual enterrar.

De pronto una voz familiar se escucha en el aire, una voz cálida y amable, distinta a la de Rowena.

"Enmienden el hilo que torcieron y todo volverá a su lugar."

Me quedé petrificada viendo como Artemis desaparecía.

- Artemis...

Negué con la cabeza como queriendo negar lo que estaba pasando.

- No.... tenemos que irnos - le dije a Allison con lágrimas en los ojos y tomándola de la mano - tenemos que hacer que vuelva. Corre.

Intentando sobreponerme al duro momento, salí corriendo y tropezando de allí mientras apretaba la mano de Allison con fuerza, como si fuera a perderla a ella también. Debíamos volver al giratiempo y volver al momento en el que todo se había liado, cuando Dumbledore y Grindelwald discutieron, y tal vez devolver el libro, si fuera necesario.

La fuerza de su abrazo parecía mermar cuando notó que el cuerpo de Artemis se desvanecía entre sus dedos, alarmada, Allison alzó la vista contemplando con horror como el chico desaparecía. - N-no..! - soltó con amargura, impotente mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. 

De no haber sido por Jane, se hubiera echado a llorar allí mismo, pero cuando sintió la mano de su amiga, la hufflepuff reaccionó, pasando su mano libre por sus mejillas en un intento de controlar sus emociones. - Jane... - la miró con gesto afligido, pero asintió ante sus palabras, tenían que cambiar aquello como fuera. 

Sin soltar su mano, Allison corrió tras Jane. Su determinación era ahora mucho más fuerte, no se dejaría detener ni por el mismísimo Grindelwald.

Mientras Dumbledore combate con la fiereza de un león ustedes corren escaleras abajo para recuperar el giratiempo.

No les cuesta mucho llegar a su objetivo, tras trancar la puerta del salón y recuperar el instrumento, Jane, por mero instinto agita su varita y ustedes desaparecen en una vorágine magica para reaparecer segundos después en las ruinas de un viejo pueblo europeo.

Una vez allí, Allison echa la cadena del giratiempos sobre el cuello de ambas y manipula el insteumento, para luego activarlo.

Acto seguido ven como el tiempo retrocede hasta aquél día en que el destino se torció, un joven Grindelwald corría por la calle principal seguido por dos matones, mientras dos chiquillas curiosas observaban todo.

Miré a las dos niñas que éramos nosotras y dudé. Debíamos pararnos, pero no podíamos hacerlo directamente. Una de las normas del uso del giratiempos era la de que no podían vernos.
- Lo siento - le susurré a mi otra yo apuntandola con la varita - impedimenta.

Y allí estaban de vuelta, antes de que metieran las narices donde quizá no hubieran debido. Se sorprendió un tanto al verse a sí misma, pero entonces comprendió mejor el funcionamiento del giratiempos. Estaba claro que nada bueno tendría que se vieran, y tampoco podían perder tiempo dando explicaciones. 

Jane actuó con rapidez, y sin esperar ella hizo lo mismo, no queriendo darle tiempo a su yo de reaccionar o asustarse. Apuntó con la varita y dijo en voz baja. - Impedimenta. - 

- ¿Qué deberíamos hacer esta vez? ¿La idea era no hacer nada? - susurró junto a su amiga, intentando adivinar cual era la solución correcta a todo aquel lío. - Pero no puede ser tan fácil.. Avisar a un joven Dumbledore no serviría. Seguramente nos tacharía de locas. - comentó mientras se cruzaba de brazos pero... ¿Y si?

- ¿Y si consiguiéramos reforzar su amistad? Avisar de que su amigo está siendo atacado, si le ayuda el propio Dumbledore, eso los volvería más amigos y quizá Grindelwald no se volviera tan malo..? - comentó mientras se daba golpecitos con el índice sobre la mejila. 

- ¿Qué opinas tú? No quisiera volver a meter la pata, como pasó con el libro... - concedió con gesto de disculpa. Esta era, probablemente, su última oportunidad.

Cuando las niñas caen al suelo, sienten como si una fuerte corriente eléctrica recorriera sus espaldas haciendolas perder el conocimiento por un segundo.

Al abrir los ojos, notan que se encuentran en el suelo cerca del callejón mientras los dos matones salen del callejón seguidos por un golpeado Grindelwald, al tiempo que los hermanos Dumbledore salen de la posada.

- Albus, ellos lo tienen. - dice Grindelwald con la voz entrcortada, mientras los matones echan a correr intimidados por el corpulento Aberforth.

- Parece que no va a ser necesario - susurré al ver que los hermanos Dumbledore entraban en escena - observemos qué pasa. Recuerda que está prueba de llama ignorancia. Tal vez lo que tenemos que hacer es precisamente no metemos dónde no debemos.
Me acerqué en silencio lo más cerca posible sin que me vieran.

Todo sucedió tan pronto, que al despertarse empezó a entender que había pasado, y que todas sus dudas no tenían lugar. Al final, era posible que fuera tan sencillo como pensaba. Simplemente quedar como meras observadoras, tal y como había sicho Jane. Ignorancia... Es posible.

- Ouch, eso dolió. - se quejó en voz baja mientras se ponía en pie junto a Jane. -Hmm, tienes razón. Veamos pues...- susurró mientras intentaba no llamar la atención, sin perder detalle de lo que sucedía a su alrededor.