Partida Rol por web

La sala común de Gryffindor está localizada en la Torre de Gryffindor, la entrada está localizada en el séptimo piso y está custodiada por el retrato de la Dama Gorda, que utiliza un vestido rosa. Tras ella se encuentra una gran sala llena de grandes armarios, mesas, y un pizarrón donde los estudiantes encuentran noticias, anuncios, avisos de pérdida, etc. Una ventana mira hacia afuera, a los terrenos del castillo, y una gran chimenea domina la pared. Es muy reconfortante y los estudiantes de Gryffindor se reúnen para estudiar, celebrar o relajarse.

La sala común es donde usualmente toman parte las fiestas de celebración luego de una victoria de Gryffindor en el Quidditch

Existen dos escaleras, cada una dirige al dormitorio de los hombres y las mujeres respectivamente.

Arcturus se acercó al panel de la casa común y colgó el siguiente cartel:

SE PASAN TRABAJOS Y ANOTACIONES A LIMPIO POR 1 GALEON, PREGUNTAR POR ARCTURUS

Dicho esto se sentó en su asiento favorito a leer el libro de encantamientos, perderse la primera clase fue un golpe muy duro.

Al ver a Arcturus me acercó a él - Merlín ¿Te importaría ayudarme con mi tarea de astronomía y a practicar el hechizo incendio? - pregunto muy animado.

Se levantó del butacón pesadamente, estaba medio dormido a causa de la calida somnolencia que producía la chimenea

Claro Artemis saco de su manga su varita pero se quedo mirando la sala común Esto...¿no será un poco peligroso prácticar incendio aqui?...Casi mejor hacemos los deberes y mañana prácticamos libremente en los jardines...no sea que nos metamos en problemas

Miro a Longbottom que andaba por allí

Eh, Longbotton ¿Te unes?

Anímate Longbottom estoy seguro de que nos podemos ayudar mutuamente ¿Qué dices amigo? - le digo haciendo un espacio en la mesa para él.

Acompañais a la profesora McGonagall hasta la sala común de Gryffindor, por el camino podéis ver una marca en el cielo

Sentaros chicos, hay algo que debo contaros, esta noche se han descubierto los cuerpos de tres de vuestros compañeros, de Ciarán que pertenecía a Ravenclaw, de Louis que pertenecía a Hufflepuff y de Lazaro que pertenecía a Slytherin, los tres eran de primer año. Hemos estado debatiendo y las clases seguirán, pero quiero que tengais mucho cuidado y no vayais solos a ninguna parte. ¿Entendido?

Profesora. Mientras subíamos vi la marca tenebrosa. Sé muy bien lo que eso significa pues mi padre es auror y la verdad es que no quiero ver a uno de mis amigos en la misma situación que Arietis. Por favor enséñeme a luchar. Prometo hacer todo lo que me diga al pie de la letra. Se lo ruego. - digo en tono suplicante.

Esa marca... significaba mucho en el pasado, fue la marca de Lord Voldemort, pero hace mucho que murió, no puede ser de él, hasta que sepamos que ha pasado tengan mucho cuidado. Señor Flamel tendre en cuenta su petición, pero ahora los profesores y el director debemos investigar que ha pasado

Martes (Día 9)

Como la gran mayoría de mis amigos estan en clase de recuperación tras mi pequeño paseo por los jardines decido subir a la sala común de mi casa y una vez allí busco un lugar apartado en donde practicar dos hechizos sobre los que había estado investigando por mi cuenta, los cuales probablemente me serían de mucha utilidad en el futuro, así que saco mi varita y digo: Protego

Inmediatamente se forma una pequeña barrera protectora, al parecer el hechizo fue un éxito. "Tan pronto pueda se lo voy a enseñar a mis amigos, para que puedan defenderse." - pienso mientras me preparo para el siguiente hechizo este es un poco más complicado.

Petrificus Totalus. - Tan pronto completo la frase un pequeño destello sale desde mi varita hacia un pequeño insecto que estaba sobre la ventana el cual quedo congelado en el tiempo cual estatua. El hechizo fue un éxito, estaba tan contento que casi apalsto al pequeño insecto por accidente.

Lo siento amiguito permíteme ayudarte. Finite Incantatem - digo mientras libero al pequeño insecto de su estado actual.

Tras terminar mi practica, escribo una carta y envío una lechuza al Callejon Diagon con 79 galeones.

Para luego ponerme a leer un libro hasta la hora de almuerzo mientras alimento a Falcor con unas cuantas galletitas de lava.

Al llegar a la sala común te das cuenta que intentar buscar a Artemis en ese lugar va a ser algo complicado, pues el lugar está atestado de gente, así que decides esperar un momento a que el lugar se vaya vaciando poco a poco.

Los estudiantes algo aburridos de no poder salir de su sala común deciden empezar a marcharse a sus respectivos dormitorios, así que concentras tu atención en la escalera que conduce a los dormitorios de los chicos, pero no ves ni señal de Artemis así que empiezas a preocuparte un poco más.

Te das cuenta que Arcturus parece estar buscando a alguien con la mirada entre todo el gentío, su expresión denota algo de preocupación.

 Me acerco a mi compañero que parece muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo Arcturus?, te noto un poco extraño. Algo molestaba a mi compañero de casa pero que podía ser.

Ya se estaba acabando la gente y toda la muchedumbre de Gryffindor estaba empezando a desaparecer, pese a todo Artemis seguía sin aparecer. Arcturus estaba sentado en una mullida butaca observando como una ave rapaz las escaleras que subían hacía el dormitorio de los chicos. "En cualquier momento aparecerá y podré ir a dormir tranquilamente..." Se tranquilizaba a sí mismo. Pese a eso continuaba teniendo una mala sensación en la nuca, y un Stonewood nunca se equivocaba en cuanto a malas sensaciones.

Sin embargar ya empezaba a perder todo esperanza de que apareciera Artemis y empezaba a ponerse nervioso. No sabía donde estaba ni donde podría estar, además habían dicho que podrían haber represalias para quien saliera esa noche, y mañana tenía recuperación de adivinación... "Pero que tontería pienso, soy un Stonewood, no puedo estar como un perro con el rabo entre las patas". Así pues determinó que en cuanto el último alumno subiera, si no era Artemis, empezaría una gran expedición por Hogwarts.

En todo esto se le acercó Freddy, preocupado. Arcturus lo miró ponderando que responder, pero quizás tenía alguna pista...

-Merlín, si no te importa. Dijo altivamente, después miró a los ojos de Freddy. -Si, si que puedes ayudarme, Freddy ¿No habrás visto a Artemis por un casual? Me temo que no a venido a dormir así que... Le guiñó un ojo -Me disponía a salir a buscarlo y ya que ofreces tu ayuda... Realizó una sonrisa que pretendía ser encantadora.

La verdad es que, al parecer, no había sido difícil convencer a Freddy para que se involucrase en su "plan", que tenía tanto de plan como un kamikaze. Suponía que aquello era porque era todo un Gryffindor y no uno de esos cagapañales Hufflepuff. En ese momento se sentía orgulloso de su casa y podía caminar con la casa en alto. Les podrían llamar de todo, pero cobardes nunca (quizás sí, insensatos).

Pese a todo esa valentía se estaba viendo atacada por un viejo y peligroso castillo a oscuras y ninguna idea de hacia donde dirigirse. Así pues caminaba con precaución con la mano metida dentro del bolsillo de la túnica donde el tacto de su varita acallaba sus miedos. Sin embargo continuaba teniendo el mismo problema que al principio, no tenía ninguna idea de donde Artemis podría estar.

Miró a Freddy y le dijo en un susurro: -¿Alguna idea de hacia donde podríamos encontrar a Artemis?

Solo esperaba no tener que salir del castillo, aquello si que sería grave.

Salí con Arcturus porque quería encontrar a mi otro compañero, de pronto me di cuenta que no había nadie en los pasadizos y era bastante raro.

Extraño pero no creo que se quedara en los de abajo, te parece si lo buscamos unos pisos mas abajo y probamos nuestra Suerte?. Intente escuchar algo en ese lugar que daba un tanto miedo sin ruido.

Cuando Cameron regresa a la sal común se encuentra con la profesora McGonagall quien le dirije una mirada severa y le hace señales para que apresure el paso.

Mientras los estudiantes mayores atienden las heridas de los menores y revisan que no tengan heridas serias, Cameron puede notar que a un lado del tumulto se encuentra Daphne arrodillada en el suelo con Artemis descansando en su regazo.

Sin embrago, lo que más llama la atención de Cameron, es que tanto la ropa de Artemis como la de Daphne se encuentran cubiertas de sangre, pero ninguno de los dos parece estar herido de consideración.

Quise llorar pero ahora de alegría. ¡Lo logramos! Abracé el cuerpo de Artemis, riendo de puro alivio. ¡Eso les enseñará a los demonios que nadie se mete con Gryffindor!

- ¡Profesora McGonagall! – grité, pero los de sexto pronto la rodearon y no vi que me escuchara. Un señor se acerca a nosotros. No recuerdo que sea nuestro profesor aunque su cara me es familiar, como si fuera… no, como si la hubiera visto en un libro. Por un instante tuve miedo, antes de recordar que venía con nuestra profesora.

- Está herido… - temblé al recordarlo. Me dijo que hice un “excelente trabajo” y me sentí orgullosa. ¡Creo que nunca quise tanto a mamá! Me separé un poco de Artemis, para que pudiera maniobrar mejor. El destello plateado me hirió los ojos. Tuve que pestañear, pero supe que ya estaba mejor. No iba a morir.

Me pidió que me hiciera cargo, y solo pude asentir. Nunca dejaría solo a un compañero.

Traté de sacudirlo un poco, no mucho para no lastimarlo, sino para ver si podía despertar. Los niños no pueden subir a los dormitorios de las niñas, pero creo que nosotras sí. Si no puede moverse puedo buscar de los sillones (los que aun queden sobre el suelo en una pieza) cojines para que esté cómodo.

El señor y la profesora comenzaron a hacerse cargo de todo. Me sentía a salvo de nuevo, pero aun temblaba por todo lo que pasó.  

¿Cómo fue que apareció esa cosa?

Al ver que Cameron entra le hago señas con una mano, tratando de llamar su atención.

Cameron regresó a la sala común para encontrarse con que ya todo había terminado, y parecía que para bien para fortuna de todos. El joven se quitó de en medio de la sala cuando notó la severa mirada de la profesora McGonagall, dando así espacio para que sus compañeros transitaran libremente por el lugar. Se dirigió a una esquina donde creía no molestaría a nadie, pero entonces observó como su compañera de casa, Daphne, le hacia señas. Ella se encontraba cerca de Artemis, y ambos parecían tener manchas de sangre en sus ropas, sin mencionar que Artemis parecía inconsciente, aunque no se les notaba heridos a simple vista.

Cameron se señaló y miró a ambos lados para asegurarse que las señales de la chica eran dirigidas hacia él. Luego miró a ambos lados, nuevamente, para atravesar la sala sin temor a estorbar el paso de nadie. Luego se detuvo frente a Daphne y Artemis, agachándose un poco para conversar.

-¿Se encuentran bien?- Preguntó algo tímido el joven, con rostro de preocupación, además de contar también con manchas de sangre en sus ropas. Toda esa adrenalina de antes ya le había abandonado.

- Ahora sí. – Temblé al recordar la herida – Ese monstruo se le fue al cuello. – señalo el torniquete que había hecho, con parte de mi túnica y mi corbata. – pero su abuelito me ayudó.

Comencé a revisar que estuviera de verdad curado para quitárselo. Recordé que el señor Flamel había dicho “bisnieto” pero no creì que fuera ya tiempo de mencionarlo. El resto de mi túnica hacía de almohada. Con solo mi camisa y mi falda siento frío, pero nada se compara al alivio de que Cameron también estaba a salvo. Había tenido miedo por todos los que salieron.

- ¿Kat está bien? – le pregunté, ella también había sido herida.

Cameron contempló a ambos compañeros ahora con más cuidado, comprobando que todo estaba bien. Su rostro de preocupación cambio por uno de alivio.

El pequeño temblor de Daphne, hizo que Cameron notara que le faltaba algo de abrigo a la chica. Seguramente por usar parte de sus ropas para la comodidad de Artemis. A diferencia de ella, Cameron estaba acostumbrado a lidiar con el frío, y dejar que un compañero pasara frío mientras que él estaba bien resguardado cuando no lo necesitaba era algo que no podía permitir. No era ninguna resistencia a las bajas temperaturas ni nada parecido, simplemente era que ya estaba acostumbrado a sentir el frío en sus carnes, y no le gustaba ver como otros padecían de ello. El joven se quito entonces su túnica y la ofreció a Daphne.

-Déjame ayudarte.- Cameron, con tímida mirada, intentó rodear con su túnica a la chica pensando que al estar ella sosteniendo a Artemis, le sería complicado acomodarse la prenda de vestir por sí misma.

La túnica mostraba un desgaste mucho mayor del que debería en estos pocos meses de clases. Era obvio que la prenda habría tenido algún dueño anterior al chico, ya sea porque fuese heredada, o porque la hubiese comprado de segunda mano directamente.

-Kat está bien. Ahora está descansando en la enfermería.- Respondió sonriendo el chico.

Aprovechando la corta distancia en la que estaban luego de que este le colocase la túnica, Cameron le contó en voz baja el increíble combate que había presenciado. Esto en busca de darle ánimos a Daphne. Cameron quería que ella supiera que esa criatura ya no les lastimaría más.

Le contó cómo aquel señor llamado Nicolas había invocado a un gran dragón plateado para combatir al demonio, y como la persona que sospechaba era el padre de Connor, terminó definitivamente con el ente blandiendo una poderosa espada. Espada que al parecer perteneció a un tal Godric Gryffindor en el pasado, pero bueno quién podría asegurarlo entre todo lo que vio y escuchó el chico en ese momento.

-Estoy seguro de que ya estamos a salvo. Por lo menos por ahora.- Miró a todas direcciones el joven no queriendo confiarse demasiado.