Partida Rol por web

La cena había sido corta y pesada para mí. Sólo podía pensar en lo enfadada que estaba ante aquél caos, ante el hecho de tener que soportar a Kegan y a que me hubiesen hecho jefa de la casa Slytherin. Sí, pensándolo en frío era tal vez más fácil para acercarme a según que alumnos, pero me alejaba también de otros y me daba responsabilidades extra que no quería. Pero lo más extraño de todo fue volver a recorrer aquellos pasillos que antaño me llevaban a ver a Sean. Cada vez que pisaba aquellas piedras el corazón se me ponía a mil, la tensión del secreto y la excitación de ir a verle... Pero esta vez estaba sola, y seguiría sola. La habitación de jefa de Slytherin y profesora de DCAO se me hizo fría y extraña, una desconocida poco agradable ahora. Sin Sean, aquello eran paredes de piedra y muebles de madera. Nada más. En cuanto crucé la puerta, ya le echaba de menos de una manera horrible. Pero era una adulta, y una professional, así que cogí pluma y papel y escribe una madura carta a mi novio quejándome de la incompetencia, de Kegan, de Greenbell, de la comida y las sábanas. Sí, muy adulta. Tras una noche reconfortante físicamente pero no mentalmente, tenia que empezar mi trabajo de verdad. Cuanto antes acabase, major. No teniendo clase y siendo la nueva jefa de casa, tenia la excusa perfecta para investigar sobre la sospechosa en mi casa. Lo primero sería buscar su expediente y tener toda la información disponible en papel leída. De ahí podia buscar una excusa para hablar con ella.

Una vez que estuvieron a solas, Beth le extendió una fotografía.

- Ashley Turner. Slytherin y la tienes ahora en tu clase. Por lo que pude escuchar anoche, no estás dentro de la investigación y he pensado que cuanta mayor ayuda tengamos, mejor.- confiaba en Tabatha. Siempre la había visto responsable, a pesar de salir con Lucas. Además era amiga de Katherine. Seguro que haría todo lo que estuviera en su mano por salvarla.- En verano se llevaron muestras de sangre de San Mungo de seis alumnos. Entre ellos los de esta chica. Y pensamos que ella o alguno de los otros cinco alumnos cuenta con información útil para el caso de Katherine e Isaac. Nuestra misión es protegerlos y conseguir que el que tenga la información la suelte cuanto antes. La vida de nuestros amigos depende de ello. ¿Puedo contar contigo?

¡La nueva profe de pociones estaba loca! Era lo que todos, o la mayoría pensaban. Desde luego aquella forma de motivar a los alumnos a trabajar dio resultado porque inmediatamente se pusieron en marcha, sin rechistar, no fuera a ser que empezaran los síntomas. ¡Nadie quería salir de allí eructando pompas sin parar!

Según se fue paseando, vio de todo. Gente que había empezado con buen pie pero iba muy lenta, alumnos que estaban más perdidos que Vilma y Emily en sus tiempos mozos, otros que dudaban o que no calculaban bien los tiempos... y es que el arte de las pociones no era sencillo. Para nada. Y mucho menos bajo presión.

El chico, Jake, no parecía muy seguro de lo que iba haciendo. Leía libros, corría a los estantes en busca de ingredientes que a lo mejor tenía que devolver...

Y así pasaron los minutos, hasta que algo olía realmente bien en un caldero. Como a antídoto bien hecho. Al darse la vuelta cuál fue su sorpresa al observar que dicho caldero pertenecía ni más ni menos que a un tranquilo Jeremy que la miraba con una sonrisa de suficiencia.

La pregunta de Tabby me hizo reflexionar. Realmente, la profecía hablaba de un número específico de personas que me acompañarían y todavía faltaba una... ¿Acaso era ella? Tenía sentido. Puse cara de pánico, me estaba haciendo una pregunta directa y yo había prometido que no iba a contar nada. Aunque bueno, ya había roto mi promesa una vez. 

- Hmmm... Mejor te cuento todo en otro momento.- Le digo. 

No había dormido. Nada, nada, ni una gota. Bueno, quizás una gota sí... A no ser que mi tío bueno de la fiesta hubiera ido conmigo a la playa de madrugada. Ojalá. Había estado la noche dándole vueltas al coco; tenía que preparar una clase, una clase que no sabía yo cómo iba a salir. Mis habilidades en adivinación se me habían ido borrando, recordaba los posos de té, la esfera de cristal y poco más. En toda la noche, no se me ocurrió nada más que hablar sobre el mundo muggle y sus creencias en las cartas del tarot hasta que, por la mañana cuando tenía que ir a impartir mi clase, se me ocurrió hacer un repaso de todo lo aprendido en los cursos anteriores. 

Entré en clase con paso torpe, asustada por la cantidad de alumnos que podría haber accedido a venir. Suspiré aliviada cuando vi que no eran muchos y me paré a mirar con tristeza a Nick Wilson, de Ravenclaw. Entonces, me armé de valor y comencé a andar muy erguida y orgullosa de mi misma hasta ponerme delante de todos los alumnos. 

- Buenos días, alumnos de adivinación. Como bien dijo la directora, soy la nueva profesora de adivinación. Al algunos ya os conozco ¡Cuanto habéis crecido chicos!- Dije sonriendo. - Pero, como soy un poco desastre con los nombres - (Menos mal que solo con los nombres) pienso. - Vamos a hacer un repaso.- Cogí una tiza y apunté en la pizarra mi nombre ¡Já! ¡Que tontería! Seguro que todos sabían quien era.- Yo soy Vilma Williams, me podéis llamar así. No me gustan las formalidades como "Profesora Williams" ni nada así. Bien... Yo iré señalando a cada uno de vosotros y me dice su nombre, a la vez que alguna cosa que le guste, o su color preferido. Así nos podremos ir conociendo mejor y las clases serán más dinámicas ¿Estáis de acuerdo?- Pregunto y sin esperar contestación señalo al alumno que tenía más cerca.

Y ahí estaba, en clase, frente a los alumnos de tercer curso de esa escuela de magia que visitaba por primera vez. Nervioso como un infante, había entrado en la clase sin decir nada hasta que llegó a la mesa del profesor y esperó a que todos se callaran y se mantuvieran sentados en sus pupitres. Erm ojeó la clase y a sus alumnos y, sin poder evitarlo, se quedó mirando unos segundo de más a la chica que su madre había robado sangre.

 - Bien, buenos días - comenzó con voz tranquila después de haber invertido un tiempo en relajarse todo lo posible - me llamo Ermendrud Lotte, y seré vuestro profesor de historia de la magia, ahora, pasaré lista para comprobar que todos estaréis y empezaremos con el primer día de clase - sin dar mucho tiempo, cogió la lista y comenzó a recitar los nombres escritos en esta esperando a ver manos levantadas o escuchar un "presente". Cuando hubo acabado, se sentó sobre la mesa, todo muy juvenil y los miró - como es la primera clase, vamos a ir conociéndonos un poco... como sabéis, vengo de Alemania, de otra escuela... ¿podéis decirme algo de mi país de origen? - y espero a ver si alguno sabría algo... 

Mira la foto de la chica e intenta recordarla. No parece una chica fácil de olvidar. Si incluso parece mayor que ella para tener solo 4 años menos.

-Entonces... ¿estáis todos aquí por la investigación? Creo que la cosa no podría llamar más la atención. Todo el mundo se preguntará porque hay tantos profesores nuevos de golpe... supongo.

Sonríe a Beth.

-Mantendré un ojo en ella y si dice algo que me parezca relevante, os lo diré. Mmm... supongo que me diréis quienes son los otros si queréis mi ayuda. Pero tendrá que ser luego... ahora me esperan para la clase.

No pudo evitar pensar en Emily y en ella en aquella aula, con las cabezas juntas sobre el caldero de la rubia, intentando averiguar entre los apestosos vahos de su poción que había salido mal. Sonrió inconscientemente mientras sus alumnos batallaban a contrarreloj. La verdad era que en parte le debía a los desastres de su amiga lo mucho que ella había llegado a mejorar en pociones. Qué tiempos aquellos. Cuando había estado enamorada de Emily. Su sonrisa se amplió. Ahora era algo que se le antojaba sencillamente imposible. Ella ya tenía otra rubia por la que suspirar. Su mirada fue al anillo que adornaba su dedo, lo que definitivamente hizo que forzara su sonrisa a desaparecer sino quería que se quedara allí para el resto del día.

Tras aquel momento de melancolía se dedicó a pasear entre los calderos sin decir palabra, aunque ya podía ver cómo muy pocos iban a lograr el resultado requerido, incluso fuera de tiempo. Salvo Jeremy, que sonreía provocador. Ai, Jeremy... qué bien se le daba jugar con su hermana. Se preguntaba si, a pesar de todo, volvería a ganar ella como de costumbre.

- Tiene buena pinta, sí - reconoció con tranquilidad mientras se acercaba al caldero, momento en el que preguntó con desenfado -: ¿Qué vas a hacer con ella?

La cara de Jeremy era de auténtica suficiencia. Nunca había comentado lo bien que se le daban las pociones. Probablemente porque le daba bastante igual. Él estaba interesado en otras cosas. Pero al ver allí a su hermana, había tenido el impulso irremediable de esforzarse al máximo. 

- Esperaré a que se enfríe un poco. Beberé un poco y daré el resto a mis compañeros.- trabajo en equipo. Aunque por supuesto no pensaba compartir su fabulosa poción con los Slytherin. Tenía unas ganas tremendas de verles pasar todo el día con hipo burbujeante.- Hasta que se gaste, claro.

Agradecida por la actitud de Tabatha, Beth se atrevió a sonreír. No había contado con nadie para ofrecer aquella información pero le daba igual. Quería ayudar y le pareció lo más apropiado.

- Gracias. Y sí, pásate luego por la enfermería si quieres. Y te pongo al día.

La clase permaneció callada, escuchando a su nuevo profesor y los alumnos solo hablaban cuando se les nombraba al pasar lista. Nadie dijo ni comentó nada en ningún momento, comportándose como era debido.

Y ante la pregunta de Ermendrud sobre su país de origen... nadie contestó. Algunos de las primeras filas se voltearon esperando que otro estudiante levantara la mano, pero nadie lo hizo.

Lo más normal sería que los chicos pensaran que la clase era de lo más rara, pero estaban tan obnubilados con su profesora que todo les parecía bien. Así pues "jugaron" a lo que Vilma les propuso sin ningún tipo de problemas. La mayoría comentaba que les encantaba o su grupo o ella o alguna canción. Hasta que llegó a él:

- Nick Robson. Me gusta la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.- al darse cuenta de que en alto podía sonar algo ofensivo, inmediatamente intentó explicarse.- ¡No quiero decir que esta clase no me guste!- comentó muy apurado.- Es solo que mi asignatura favorita es la otra.

Compañera:- Nick está repitiendo curso porque quiere llegar a ser auror. Quiere mejorar los EXTASIS- explicó, echándole un cable.- Por eso está obsesionado con DCAO.

Si Kegan buscaba una forma de hacer que la chica se quedara después de clase sin resultar sospechoso lo encontró sin ningún problema. Porque resultó que la chica era genial con la escoba y les dio mil vueltas en el circuito a sus compañeros. Además, parecía divertirse sobre la escoba, permitiéndose incluso mirar atrás de vez en cuando.

Muchos de los alumnos lograron terminar el circuito tarde o temprano, y solo unos pocos terminaron desistiendo. Y es que no todo el mundo estaba capacitado para aquello.

Fue sencillo encontrar la información que Emily quería sobre Ashley Turner. La verdad es que había tenido, como siempre, una excelente idea.

Ashley Turner

Sangre limpia. Slytherin. 

TIMO:

Transformaciones: S

Pociones: S

DCAO: S

Adivinación: A

Cuidado de Criaturas mágicas: S

Encantamientos: S

Historia de la magia: S

Madre: Regina Turner.

Sangre limpia. Actualmente trabaja en Gringotts. Relaciones internacionales. 

Padre: Edward Turner

Sangre limpia. En paradero actualmente desconocido desde hace más de diez años. 

Kegan voló por el recorrido, intentando echar una mano a los que iban quedándose atrás para que pudiesen avanzar más e incluso añadió a parte unos ejercicios más simples para que aquellos que no podían hacer el circuito, los hiciesen en vez de frustrarse. Cuando quedaba poco de la clase, se acercó a la chica y comenzó a volar al lado de esta.

- Se te da bien volar ¿Estas en el equipo de quiditch? - Le preguntó con curiosidad a Melany intentando entablar conversación

Le mantuvo la mirada a Jeremy durante unos instantes, obligándose a que su rostro no se partiera por la mitad en una sonrisa de orgullo. ¡Orgullo por su hermano! Lo nunca visto. Estaba claro que se estaba ablandando con la edad. No era por el hecho de que hubiera hecho la poción bien - era lo mínimo que esperaba de él teniendo en cuenta el entorno familiar en el que ambos habían crecido - sino el hecho de que hubiera dado la respuesta que esperaba de él. La que se esperaba de cualquier Gryffindor a decir verdad. Pero había pensado que con su bravuconería habitual diría que se la tomaría y ya.

- ¿A qué esperáis los demás? Os quedan cinco minutos a lo sumo y dudo que la poción de Morgan dé para todos vosotros. Tú, McGuire. Voy a ser especialmente dura con los de mi casa así que ya puedes estar espabilando.

Se sorprendió al tener al profesor a su lado y no pudo evitar ponerse nerviosa. El chico por el que suspiraba y del que tenía posters y más posters en su habitación le estaba hablando y halagando. ¡Increíble! Le costó empezar a hablar pero por suerte Melany tenía facilidad para empezar a hablar y no parar:

- ¡¿Yo?! No, no. Es decir, me gustaría mucho ser buscadora pero el equipo de Gryffindor tiene muy buenos jugadores y es prácticamente imposible entrar en el equipo. Pasar las pruebas es casi una odisea y la verdad es que está claro que no quieren que nadie más entre. El año pasado ganaron la copa de quidditch. ¡Fue increíble! Pero supongo que es gracias a que son todos de sexto curso y se conocen. Tienen buena compenetración y el buscador es rápido. No tan rápido como t... ¡usted! Profesor. Usted es increíble.- rojez absoluta en la cara.

Jeremy sonrió con superiodidad y no dijo nada más. Solo tenía que esperar a que la poción se enfriara. Sin embargo, Jake, el aludido, se asustó ligeramente ante su mención y no pudo más que intentar centrarse de nuevo en su poción. 

Pero por más que lo intentó, no hubo manera de lograr la poción. Cuando dio la hora solo Jeremy y otra chica lo habían conseguido. La poción no dio para todos y los Slytherin y los Hufflepuff se quedaron sin poder tomar poción. ¡Estarían en clase de Runas Antiguas con hipo burbujeante!

Jake estaba recogiendo, bastante desilusionado y preocupado. Con lo mal que se le daban las pociones... y tenía que tocarle una profesora que sería dura con él por ser de Ravenclaw...

Maldito Jeremy. Sólo por borrarle la sonrisita de suficiencia le haría escarmentar pero eso no sería ético así que esperó a que acabara la clase para darse cuenta del desastre en ciernes que tenía entre manos. El rumor de aquella primera clase de pociones se expandiría como la pólvora a la hora del almuerzo, que posiblemente sería el momento en que los profesores vendrían a quejarse por interferir en sus clases. Curiosamente, aquello no le preocupaba, lo peor era que aunque no fuera su trabajo real, le preocupaba el nivel de esos chicos. Por lo menos esperaba que media clase pudiera fabricar el antídoto pero no había habido manera.

- Bueno, esto ha sido poco menos que un desastre. Diez puntos para Lewis* y diez más para Morgan. Los demás tendréis que hacer un trabajo que entregaréis este viernes explicando los ingredientes del antídoto y cómo lo habéis averiguado así que olvidaros de consultar en la biblioteca porque no sabréis el cómo sacarlos. Por supuesto, cualquiera que necesite ayuda... - esperaba estar sembrando el camino adecuado con aquello, porque al decir eso miró a Jake. Primero le había presionado y ahora le ofrecía ayuda. Si no iba a su despacho en, máximo, do días, iba a ser más dura con él -... puede pasarse por mi despacho - esperaba que la indirecta funcionara pero por si acaso, iba a aprovecharse de su hermano -. Además, para dentro de dos semanas quiero otro trabajo sobre antídotos. Este va a ser un poco hipotético. Escoged tres venenos mortales sin antídoto conocido y explicad cómo intentaríais contrarrestar los síntomas con una poción. No espero de vosotros una solución a algo que aún no se ha encontrado, pero me doy cuenta de que os falla el razonamiento a la hora de sacar el antídoto. El trabajo será en parejas que yo formaré - eso habría generado quejas si la mitad de los alumnos no estuviera hipando burbujas. Empezó a formular parejas al azar antes de ir al punto que realmente le interesaba -... McGuire y Morgan - le había contado a su hermano cuatro cosas de modo que esperaba que pudiera hacerle de topo -. Eso es todo, podéis marcharos.

Jeremy y Jake se miraron un momento y parecieron conformes. Se encogieron de hombros y empezaron a recoger sus cosas. Por un lado, Jeremy sabía lo que esperaba su hermana de él al emparejarle con McGuire. Intentaría ayudarla a cambio de un buen precio, eso por supuesto. Por otro lado, Jake parecía bastante satisfecho de que le tocara con alguien que sabía de pociones. Quizás eso le ayudara lo suficiente como para no tener que pedir ayuda a la profesora. La verdad es que aquella "mujer" le daba algo de miedo.

Y finalmente, la clase terminó. Ahora Eileen contaba con una hora libre. ¿Qué tal les estaría yendo al resto de sus compañeros? ¿Habrían averiguado algo?