Partida Rol por web

Miré minuciosamente la puerta que teníamos delante y me di cuenta de que las bisagras estaban algo flojas y que la puerta iba a ceder en cualquier momento por su propio peso.

Las bisagras de la puerta están inclinadas hacia abajo les comenté señalando las mismas. parece que no soportan el peso de la puerta...

Apartad! les dije, mientras me echaba para atrás y espera a que ellos también lo hicieran.

Cistem Aperio dije apuntando a aquellas bisagras, para ver si finalmente conseguía que acabaran cediendo.

Vilma demostró ser, una vez más, Vilma mientras hablaba con Myrtle, haciendo que Eileen mantuviera la cara lo más inmóvil que podía para no faltarle el respeto a la muerta.

- Eh...sí, bueno, nos vamos, es que tenemos que hablar con Pullap, ya sabes, que se dé bien, Myrtle.

Eso sí, cuando se encontró junto a las dos chicas en el lago acabó por echarse a reír, empapada y helada como estaba, con mil motivos para estar preocupada, pero es que la hufflepuff había vuelto a demostrar su habilidad para meter la pata.

- Tíaaaaa.... - no podía parar de reír, quizás era el modo de romper con la tensión de la última media hora -. ¿Pero cómo se te ocurre decirle eso a Myrtle? Ahora te mirará mal durante lo que queda de curso.

El hechizo de Williams fue realizado con sutileza y cuidado. Tanto que se centró en la puerta y ésta terminó por ceder. Cayó al suelo produciendo un gran estruendo que retumbó por toda la gran sala.

¡Lo había logrado! Ahí estaba, la entrada sellada de la cámara de los secretos, abierta para ellos cuatro. Si se asomaban por el gran hueco, verían una sala gigantesca con estatuas de serpientes enormes a los lados y un esqueleto de serpiente enorme al fondo:

Por lo demás estaba completamente desierta.

Eileen se encuentra con la capa seca ya que Tabby ha creído conveniente no dejarla toda empapada. Sabe que Eileen es capaz de secarla por ella misma, pero es un pequeño gesto que caracteriza siempre a la Hufflepuff. No entiende mucho de lo que dicen al salir del lago.

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué os habéis metido en el lago? Y con este tiempo...

Saca la varita para secar a las chicas si necesitan ayuda en eso. No hace un buen día para nadar en el lago... y más con la ropa puesta. Sobre todo, ayudar a Vilma a no salir ardiendo o congelarse por un mal hechizo.

Volando sobre sus escobas, Mia y Max encontraron a Eileen y Vilma empapadas por completo, hablando en la orilla con Tabatha, mientras caminaban hacia el interior del castillo.

Le mordió el labio. Aquello había empezado más suave la noche anterior, pero la consecución de los actos se parecía bastante. ¡¿Pero qué había sido del autocontrol?! ¡Y en plena luz del día! ¡En plena enfermería! La mente de Sean estaba muy despejada para sentir, besar y juguetear con Emily, pero muy nublada para todo lo demás. ¿Acaso no había pensado en que como les interrumpieran tendría un problema de grandes proporciones?*

- Muy mal...- sonrió, siguiéndole el rollo a Emily. La besó una vez más, ascendiendo su mano por su espalda, debajo de la camisa.- Tremendamente mal...- ¡Click! sujetador desabrochado.- Fatal...

Kegan aprovechó que tenía su escoba y voló por la cámara observando todo lo que habia, aterrizando el primero y agachándose al lado del basilisco para examinarlo más de cerca, fascinado por el gran esqueleto.

- ¡Es real! - Gritó mirando a los otros chicos, ahora mismo que fuesen de otra cosa le importaba más bien poco, todo era investigar ese descubrimiento.

Aprovechando que había llegado primero, la curiosidad le pudo… ¿Seria cierto lo que se dice de los dientes de basilisco? Quizá no fuera propio de alguien como él pero, con sumo cuidado y cubriéndose la mano con parte de sus ropas intentó extraer alguno de sus dientes (O si hay alguno ya suelto, cogerlo), pues aunque no sabía muy bien porque, tenía curiosidad sobre este y sabía que más adelante, no podría tener acceso a uno o investigar sobre él.

No pude evitar reirme ligeramente ante el pequeño juego al que estábamos jugando. Por un momento incluso no pensaba en dónde estábamos ,  y me daba la sensació  que volvíamos a estar en el pequeño barco de este verano, en el que habíamos pasado un fin de semana lejos de la civilización, lejos de preocupaciones, sólo él y yo.

-¡ Oh! - exclamé medio sorprendida medio diverita al notar el suejtador abrirse. Jugaba sucio, puesel no tenía un equivakente que yo pudiese desabrochar así. Los cinturones son mucho más trabajo. Pensé en que ya que mi mano estaba dentro de su camiseta podría jugar sucio yo también y hacerlo cosquillas, así bajaría la guardia, pero ya había comprobado anteriormente que o bien no tenía cosquillas, o tenia un aguante enorme. O yo no sabía hacer cosquillas, pero parecía poco probable. - Está cruzando usted terreno peligroso, profesor Pullap. - ​le amenacé en broma antes de usar mi movimiento secreto-no-tan-secreto-en-realidad para morderle ligeramente el cuello.

Al verlas en la orilla descendí en picado hacia donde estaban las chicas y me quedé a un metro del suelo, suspendido.Por raro que pareciera, no sonreía. Se me veía preocupado por lo que acababa de suceder. 

-¿Qué ha pasado? Mia ha dicho no se qué de una explosión... ¿estáis todas bien? -miré una a una para comprobar que no les pasaba nada. -¿Qué hacéis aquí? ¿Por qué estáis mojadas?

Cuando por fin se le pasó el ataque de risa se escurrió el pelo sobre el césped con un gesto de asco al recordar las palabras de Myrtle: Estaba yo... inspeccionando las guarrerías que tiráis por los retretes. Guarrerías que acababan en el lago en cuyas aguas se acababa de bañar. No, no quería secarse la ropa, lo que de verdad quería era quitársela, aunque aparentemente no estuviera sucia pero le había quedado una mala sensación en el cuerpo.

- Gracias, Smith - por suerte la túnica estaba más limpia de modo que decidió cambiarse en cuanto tuviera ocasión, pero de momento prefería no perder el tiempo que tardaría en secarse la ropa -. Estábamos en el lago - empezó a explicar justo en el momento en que llegaba Max, a quien saludó con un gesto de cabeza -. Porque buscábamos a Myrtle. Hubo una explosión en su baño, pero Emily logró frenarla para que nadie resultara realmente herido. Y como Myrtle la llorona estaba ahí le preguntamos a ver si había visto algo aunque la verdad nada demasiado útil, sólo que iba con el uniforme de Hogwarts y que existe la posibilidad de que sea un chico, pero nada seguro - hizo una pausa, esperando a que el mensaje calara -. Me voy a ver qué tal está Emily y a contárselo, si queréis mientras buscar a Rhys mejor, aún debe seguir buscando.

Eileen se fue corriendo, dejándolos atrás tras decirles que buscaran a Rhys.

Qué caliente se estaba poniendo aquello... la mano de Sean se movía, acariciando la piel de Emily, desde la espalda hacia la parte delantera mientras continuaba besándola. Pero... se empezaron a escuchar pasos apresurados y Sean se apartó y se puso serio. Se le notaba totalmente ido, pero luchaba por volver en sí:

- Viene alguien.

Cogió a Emily y la colocó sobre la cama, la besó rapidamente y al darse cuenta de que era más que evidente decidió volver a sentarse con una pierna sobre la otra, encorvado y con un codo apoyado sobre la rodilla. Intentó taparse la boca para que no se viera la rojez y el cuello donde había atacado la chica hacía unos segundos. A la Ravenclaw ni le dio tiempo a abrocharse el sujetador cuando Eileen entró en la enfermería. 

Eileen corrió por los terrenos, sola, deprisa y con la camisa aún pegada a su cuerpo. Estaba empapada porque no le había dado tiempo a Tabatha a secarla. Muchos alumnos se la habían quedado mirando en su camino a la enfermería.

Cuando la Ravenclaw entró se encontró a Emily sentada en la cama aún y al profesor Pullap sentado en la silla de al lado, con gesto serio y contrariado. Al ver a Eileen la miró con interés, obviando momentáneamente el estado en qué venía:

Pullap:- ¿La habéis encontrado?

Estaba empapada y congelada, manteniendo la túnica alejada de su cuerpo para que no acabara también chorreando. Y aún a pesar de la carrera en cuanto llegó empezó a formar un charco de agua en el lugar en el que se quedó, jadeando al tratar de recuperar el aliento perdido.

- Pues...un...momento... - dejó la túnica sobre las piernas de su amiga mientras luchaba por respirar sin que le castañetearan los dientes, algo que más o menos logró al cabo de diez segundos -. Vale...Estaba en el lago, dice que se asustó. Dice que escuchó un ruido metálico y se encontró a una persona alta y encapuchada que le daba la espalda, vestida con la túnica del colegio pero desabrochada. Y podría ser un chico puesto que al salir corriendo le vio los pantalones - parpadeó un momento al darse cuenta la guisa que traía, sintiéndose incómoda por el modo en que se pegaba la camisa y la falda a su cuerpo -. Eh...creo que debería cambiarme.

Enarcó una ceja, pero no dijo nada, esperando que Pullap cogiera la indirecta. Sólo necesitaba ocultarse un momento tras la cortina y voilà, su imagen volvería a ser por lo menos aceptable.

Perdimos el juego cuándo los apresurados pasos del pasillo nos devolvieron a la realidad. Sean me dejó sobre la cama y apenas tuve tiempo de colocarme, con lo que me apoyé hacia atrás con ntención de no moverme ni un centímetro. Así tl vez no se moviese el sujetador. Sean intentó esconder al jugador tres que acababa de unirse a la partida, aunque no perfectamente. 

'Ogros, trolls y duendes. No me jodas que os van a pillar por culpa de una tienda de campaña. Al menos si os pillan que sea espectacular, cómo en medio de un orgasmo en la mesa de la clase de DCAO."

Puse mi mejor cara de poker justo cuándo Eileen cruzólas puertas. Por suerte para mí, el hecho de que apareciese mojada de pies a cabeza me permitía hacer expresines raras con mi cara sin sospechas.

Me incorporé sorprendida al irrumpir Eileen en la enfermería, y de esa guisa. Abrí la boca como pars ir a decir algo cuándo Eileen dejó su túnica sobre mis piernas, haciéndome soltar un grito de sorpresa ante lo fría que estaba el agua.

- ​¡Mecagoenlaput..! - empecé a decir mientras cogía aire tras el grito, pero me llevé una mano a la boca y disimulé una falsa tos, apartando la mirada. Eso de soltar tacos ante profesores no estaba demasiado bien visto.

Aparté la túnics mientras Eileen hablaba. Habían encontrado a Myrtle y recordaba cosas útiles - aleluya - lo que hice que comenzase a crear mil y una teorías en mi cabeza. Cuándo Eileen anunció que iba a cambiarse, miré a la chica y al profesor un par de segundos. Sí, tal vez era lamejor idea.

- ​Esto, ¿Eileen? ¿Dónde está Vilma?

Sean no cambió de posición, atendiendo a Eileen, aunque sí que parecía algo incómodo. Intentaba mirarla a los ojos, pero Eileen tenía la ropa pegada al cuerpo, mojada y los pequeños saltitos de frío no ayudaban. En cuanto la Ravenclaw terminó con el tema importante, Sean apartó la mirada de ella:

- Ve a cambiarte, Morgan. Buen trabajo.

Lo que tenía claro era que no se iba a levantar hasta que, al menos, Eileen se perdiera entre las cortinas.