Partida Rol por web

- ¿Qué te parece si nos hacemos pasar por prefectos? 

Era algo que tenía pensado desde hacía tiempo. Castigar a diestro y siniestro por estupideces a los críos y que se lo creyeran.

- También podríamos preparar filtro de amor y hacer que todos se enamoren de alguno de nuestros compañeros. ¡Sería divertido!

Todos se marcharon y la enfermera trajo unos vasos, medicina de algun tipo, para que me los tomase. Cogí uno de ellos y lo sujeté con ambas manos, apoyándolo en mis piernas, y observándolo sin tomarmelo.

Estaba inmersa en mis propios pensamientos, pensando en lo ocurrido y en las reacciones del resto. No parecían entender la gravedad del asunto, no me creían cuùando les decía que podrían haber habido muertes. Creían que eran algun tipo de élite y estaban buscando a algun bromista con el que podrían sin problemas. No era así, algo dentro de mí decía que se equivocaban con creces.

Cuándo Sean habló levanté mi mirada hacia él. Él era el único que se lo tomaba realmente en serio. Comentó entonces una posibilidad que yo no me había planteado: que hubiese otras bombas. Se me encogió el estómago al pensar en ello, al pensar en que tal vez la siguiente no la encontrasen a tiempo, o que quien la encontrase no supiese lo que era. 

"Tranquilízate, boba. Estas cosas no funcionan así. Es que nunca escuchas a tu padre, o lees las noticias que amontona? Alguien estaba envíando un mensaje: uno literal, y uno figurado. Cuándo envías un mensaje quieres causar miedo, caos. Si hubiesen más bombas no habría habido un mensaje en el espejo, y habrían explotado ya. Esto era un aviso."

La Voz tenía razón.me sorprendía que me quisiese tranquilizar. Normalmente sólo quería meterme en problemas. Tal vez temía algo.

- Sean. - dije volviendo a centrar mimirada en el líquido del vaso, y cambiando mi manera de hablar y actuar a la que usaba cuando estábamos a solas. - Tú sabes que no ha sido una broma,¿ verdad? Tú me crees... Hay cosas que no me cuadran. - dije levantando la mirada de nuevo. - He estado analizando la situación en mi cabeza, y hay cosas que no consigo encajar en el puzzle. Lo primero, es el mensaje. La persona que lo escribió sabía que alguien lo leería. Que yo entrase en el baño y pudiese contener la explosión a tiempo era algo impredecible, lo que me hace pensar en dos opciones: o bien esperaba que Myrtle fuera el mensajero, o bien esperaba que otra persona entrase en ese baño antes de la explosión y saliese con vida para contrarlo. Ninguna de las dos opciones me gusta. Si quería que Myrtle fuese el mensajero, conoce Hogwarts demasiado bien, no todo el mundo conoce a Myrtle la Llorona, no estamos hablando de El Barón Sanguinario. Si es la opción dos, esa persona tiene un aliado dentro de la escuela que tenía el trabajo de hacer llegar el mensaje cómo si lo encontrase por casualidad. La pregunta es, si es la opción dos... ¿Dónde está esa persona, y porqué ha fallado en su misión?

Dejé el vaso a un lado y volví a mirar a mi alrededor, asegurándome de que seguíamos solos antes de seguir.

- Eso me lleva a la segunda pieza que no consigo encajar. Se me hace casi impensable pensar que alguien haya entrado en Hogwarts sin ser detectado de ningun modo, ni visto, con una poción de esas características. Y las opciones que me quedan no me gustan ni un pelo. La primera, que las defensas de la escuela puedan ser burladas con tanta facilidad. La segunda, de nuevo en mis teorías, hay alguien ayudando al culpable dentro de la escuela. La tercera, y tal vez la que menos me gusta... Es que el culpable, tanto el cerebro como las manos, es alguien dentro de la escuela. Y la lista de personas capaz de crear una poción así es realmente pequeña...

"Dile que seguro que la zorra de Anwen tiene algo que ver. Y Will, por eso quería que los dos fuesen juntos al lavabo de Myrtle. Tal vez se dejó algo y quiere asegurarse que no hay pruebas." - dijo La Voz.

No había pensado en eso, ni quería pensarlo. Anwen no era un montruo, y mucho menos Will. Eran los celos los que hablaban, los celos y el enfado ante su incredulidad, ante el menospreciarme en presencia de Sean... Era eso, y por ello no iba a decirlo en voz alta.

- ¿Tú que crees, de todo esto? ¿Estoy siendo paranoica?

Sean escuchó en silencio y muy atento a la chica. Estaba acostumbrado a no interrumpir cuando alguien hablaba. Asentía de vez en cuando y en otras ocasiones se rascaba la barbilla, pensativo. Hasta que Emily terminó con aquella pregunta:

- No lo estás siendo. Te creo y opino lo mismo que tú.- un auror, en muchas ocasiones, era paranoico, pero gracias a ello se libraba de la muerte. Una y otra vez. Una y otra vez. Pero en aquellos momentos Sean no creía que Emily estuviera exagerando. De hecho creía posible todo lo que decía- Las defensas del colegio no pueden ser burladas. Así que quien quiera que sea es alguien del interior. En cuanto a lo de las pociones... me he planteado dos cosas: la primera es la que has dicho. Que tiene que ser alguien capaz de fabricar dicha poción. La segunda es que la haya robado. Me dijiste que te heriste cuando en clase de Pociones estábais preparando fluido explosivo. ¿No es mucha casualidad que el que haya montado esto haya usado fluido explosivo?- hizo una pequeña pausa- Y si una de las dos opciones fuera la correcta nos lleva a lo mismo. Alguien de tu curso es el causante. O los causantes. Por el mensaje no termina de quedarme claro si habría más de uno.- Parecía mentira cómo podían, ambos, ser capaces de centrarse en aquel problema después del gran susto. Eran fuertes y quizás gracias a eso sobrevivirían.- En cuanto al mensaje. Me inclino más hacia el hecho de que Myrtle debería haberlo leído. Ciertamente esto ha sido un aviso pero al causante no le ha salido del todo bien. No ha estallado todo en mil pedazos y no ha habido víctimas. Además, te han implicado sin quererlo probablemente. Y sin ser conscientes de que han conseguido cabrearme. 

Hizo una nueva pausa. Estaba tenso y su mirada tenía cierto cariz de peligro. 

- Tenemos más pistas de las esperadas y el culpable pagará. Pero hazme un favor. Procura no volver a ir sola a los baños. 

No pude evitar sonreír cuándo Sean dijo que no estaba siendo una paranoica exagerada y que me creía. Era agradable sentirse valorada por las personas que te importaban, por las personas que querías estuviesen orgullosas de ti. Sin embargo fue una sonrisa muy fugaz, pues Sean siguió con un razonamiento encaminado en el peor de los casos del mío. Y lo peor era que ese era el escenari oque más me temía y que más creía posible.

"Te lo estoy diciendo, idiota. Tus "amigos" tienen algo que ver."

"No voy a acusar a nadie sin pruebas. Podría ser cualquiera. Podrían haberle robado la poción a Anwen tras el accidente."

Eso creaba demasiados sospechosos. Demasiado peligro.

La pregunta era quién tenía tan pocos escrúpulos para no importarle que hubiesen bajas humanas o heridos, o era tan idiota como para no haber pensado en eso. Algunos nombres me pasaban por la cabeza, pero era pronto para conjeturas.

Asentí a todo lo que decía Sean, seriamente. Me gustaba pensar que cuándo hablaba en plural me incluía y no se refería solo a Smallet, la directora y él mismo. Al fin y al cabo, ya estaba más involucrada que nadie, no iba a dejar que me dejase a aprte, por mucho que me quisiese proteger. Yo también quería ser útil, valorada... Y quería estar cerca suyo para protegerle también, aunque probablmenete él no pudiese utilizar mi ayuda de ningun modo.

"Ja, tú protegerle a él, sigue soñando Emily."

Ignoré las puyas de La Voz, que había vuelto a su estado normal. No sabía si alegrarme por ello.

Finalmente, no pude evitar sonreir ante lo del lavabo.

- Podría llamarte cada vez que voy. Tal vez a medianoche tenga un deseo urgentísimo de ir al baño. - bromeé en voz baja. Pero sabía a que se refería: ve con Eileen, ve con beth, ve con cualquiera. Las chicas hacen eso, no sería raro. Sin embargo, si de verdad había la posibilidad de encontrarme con otra bomba en el baño no quería a nadie cerca. Estaba claro que la suerte me habásonreído hoy. No creía que lo hiciese dos veces. Y no quería que le ocurriese nada a ninguna de mis amigas.

Visto lo visto, que todos se han ido y el disturbio ya se ha acabado, se para un momento a pesar que es lo que quiere hacer. Tienen un poco de tiempo libre así que podría ir a la biblioteca a estudiar un poco o a la orilla del lago a pensar. Quizá lo mejor sea ir a la biblioteca... y más, viendo como ha comenzado con DCAO. Las otras asignaturas se le dan un poco mejor, pero no demasiado.

Se encamina, entonces, a la biblioteca.

Sopesé en silencio sus propuestas. Ambas eran más que tentadores pero había que pensar cuál era la más factible de llevar a cabo sin que nos pillaran. 

-Uhmmm la de los prefectos me gusta pero no tenemos insignias y nos pillarían ipso facto. Y si empiezo el primer día con dos castigos Kegan me corta la cabeza fijo. -sonreí.

-Pero la idea del filtro de amor me llama mucho la atención. ¿A quién se lo quieres echar? 

-Tienes razón Morgan. Será lo que haga después si es que no me encuentro con algún otro prefecto. No creo que haya problema en que ellos también estén informados, pero en cambio no parece buena idea que esto se aireé entre el resto de alumnos...tampoco es que pueda ocultarse una explosión así, pero el dato del mensaje es ya mucho añadir.

Anwen le hizo una señal a su hermano que todavía andaba por allí para que se les uniera.* De camino al segundo piso su mente funcionaba a toda velocidad. No era tan fácil realizar un fluido explosivo de esa potencia. Quizá el suyo lo fuera ¿había alguien robado los fluidos de la clase de pociones? Eso ampliaría mucho el rango de posibles culpables. ¿Habría mentido Emily o confundido el fluido con otra cosa? Parecía poco probable. "Este año las tornas cambiarán." Eso habría que verlo.

-Cuando lleguemos a los baños hay que andar con cuidado. Aún puede haber resto de fluido o incluso algo más planeado. Y aunque no encontremos a Mirtle, quizá encontremos algo del autor de esto.

No pudo más que sonreír ante la insinuación de Emily. Ni aún estando herida podía parar de ser como era. Y era algo que a Sean le encantaba. Le colocó un mechón de pelo tras la oreja izquierda:

- Creo que esta noche deberías descansar en condiciones. Habrá más momentos. Lo que me recuerda...- ¡Mierda! Lo había olvidado por completo. El motivo por el que la estaba buscando antes de que todo aquello sucediera. Miró a Emily, sin saber muy bien cómo se iba a tomar sus siguientes palabras.- Rhys me pidió que le diera clases extra.

Tragó saliva, algo temeroso por la posible respuesta de Emily. Aunque pensándolo bien, ella confiaba en él. ¿No?

- Tuve que aceptar porque sino sería muy sospechoso que te las diera solo a ti.- explicó sus razones.

Siguiendo los planes, Anwen, Aled y Williams se fueron directos al segundo piso. Concretamente al servicio de Myrtle la Llorona. Allí se encontraron con Katherine Starks poniendo orden y prohibiendo la entrada a todos los curiosos que se encontraba. Sin embargo, con Anwen era distinto. Ella era prefecta como ella. Les permitió el paso comentando que procuraran no tocar nada.

El interior del baño tenía dos partes claramente diferenciadas. La primera era la de los retretes, en perfecto estado. La segunda la del desaparecido lavabo. Había estallado en pedazos. Ahora, en el suelo, había un gran hueco oscuro y muy profundo. La entrada a la cámara de los secretos.

- ¡Eh! Mira, acaban de entrar Rhys y Scott.

Mia y Kegan estaban volando en sus escobas, asomados a la ventana del baño. El humo que les había alarmado ya había desaparecido.

- ¿Ocurre algo?

Era cuanto menos extraño que precisamente dos chicos - Aled y Williams- acompañaran a Anwen al baño de chicas.

Séptimo piso. Nada. Los baños están en perfecto estado y no hay ni rastro de Myrtle la Llorona.

Sexto piso. Nada. Están igual que los anteriores. Quizás un poco más abarrotados que los otros, pero con nada extraño. Además que haya muchos alumnos es clara señal de que Myrtle no anda cerca.

Quinto piso. Lo mismo. Myrtle no lloraba por aquellos rincones.

Cuarto piso. Más de lo mismo.

Y así por todos los pisos. Ni rastro de Myrtle y ni rastro de nada sospechoso. Ambas chicas bajaron al lago. Pero el lago era muy grande. ¿Por dónde empezar a buscar? ¿Se meterían lago adentro?

Se puso pensativa durante unos segundos.

- Mmmm... estaba pensando en alguien de clase. Podría ser divertido. En plan Vilma Williams, Emily Van Dyck, Eileen Morgan... gente que se sepa que no liga mucho para que se encuentre con un montón de gente babeando por ellos. Kegan nos mataría, Anwen tiene lo que quiere cuando quiere... ¿Qué opinas? Podríamos tenerla lista para dentro de un mes más o menos.

"¡JA! Te lo dije, ¡esa zorra de Anwen! ¿Clases particulares? ¿La orgullosa y perfecta Anwen Rhys? Sabes lo que quiere, oh y tanto que lo sabes."

"Para... no hagas eso, es mi amiga..."

"Mira que eres idiota Emily, aun creyendo que Anwen considera a alguien su amigo. Anwen solo ve instrumentos en sus planes, y lo sabes. Y además, es una Rhys, y tu tienes sangre de muggle."

Me mordí la lengua. ¿Y si tenía razón? Pero ¿y si no la tenía y todo esto eran celos, inmaduros celos? Sea como fuere no podía decirselo a Sean. Y no podía ver a Anwen en un rato si no quería darle una paliza al más puro estilo muggle.. La perfecta Awnen

https://youtu.be/BVHgHQgiwwk

- Oh... 

"Muy bien Emily, eso ha sido toda una demostración de brillantez, inteligencia y dominio de la lengua hablada."

- No me habría esperado eso de Anwen. Nunca pide ayuda con nada, vaya... - me pasé los dedos distraîdamente por el mechón de pelo que Sean había colocado tras mi oreja sin darme cuenta de lo que hacía. - Pero tienes razón, sería extraño que a ella le dijeses que no y a mí sí.

"No te has dado cuenta de el doble sentido de tu frase, ¿verdad ?" - se rió La Voz de mí. Mira que podía ser cruel.

- ¿Cuándo...las quiere dar?

¡Era lo mejor que me hubiera tocado ir con Eileen! Esta chica me encantaba. 

- Sí, sí. ¡Allá vamos!- Le contesto super feliz. 

Íbamos en busca de Myrtle, con lo pesada que era ella llorica. No la soportaba. Pero, la verdad, es que yo no estaba nada concentrada y por el camino iba diciéndole cosas a mi acompañante para caerle bien. 

- Pues Pinky es requete-monísima, de verdad. Antes me daban miedo las arañas, pero al conocerla se me ha pasado, un poco...-

Al llegar al lago, mi entusiasmo aumentó. 

- ¡Me chifla el lago, me lo conozco de pe a pa, me paso mucho tiempo aquí. -Le digo a Eileen con una sonrisa entrañable. Esperaba con todas mis fuerzas que ella no creyese en el rumor del calamar gigante y yo. -  Demos un paseo por la orilla y llamemos a Myrtle. Si hubiera un chico guapo como Max esto sería más fácil, esta fantasma es un poco mirona, jejeje.

Sus sospechas no habían sido infundadas. Vilma hablaba mucho. Es decir, vale, no se podía decir que Eileen fuera la persona más silenciosa e introspectiva de Hogwarts pero desde luego era más reflexiva que la hufflepuff. Posiblemente, el problema de Vilma era que como no tenía demasiados pensamientos no le importaba demasiado dejar de escucharlos.

- Ejejeje - fue su risa poco convincente al comentario sobre Pinky mientras investigaban el baño del cuarto piso -. Sí, la verdad es que no está mal, es decir, yo no la definiría como monísima ni simpática ni adorable, pero bueno... - se encogió de hombros. No iba a entrar a explicarle a Vilma que sus motivos habían sido puramente económicos y por cierta intención de desmarcarse de la tendencia más que porque pensara que las tarántulas fueran grandes mascotas.

Además, no era momento para esa cháchara y tenía toda la impresión - impresión que se reafirmaba con cada palabra de la morena - de que Vilma no se estaba tomando aquello en serio. Cualquiera diría que iban de pique-nique. No le costaba imaginar a Vilma empezando a recoger flores en cualquier momento y extendiendo una manta de cuadros en el prado mientras la invitaba a unirse a ella en una merienda campestre. Espeluznante.

- Podemos probar de llamarla, sí - dijo más por cortesía que porque creyera que aquello pudiera funcionar. Pero claro, no era cuestión de ser insultante con la chica, ya había recibido suficiente por aquel día. Debía aguantar las ganas de dejarse llevar por la irritación -. ¿Se te ocurre algún modo de hacerlo? Porque tendremos que tentarla - mierda, ¿qué estaba haciendo? ¡Eileen, no! ¡No era momento de dejarse llevar por la tentación de reírse un rato! -. Quizás si le gritas que Max está aquí desnudo... - ¡no! Al final recapacitó lo bastante para sacudir la cabeza y esbozar una diminuta sonrisa -. Estoy de broma, dudo que venga, cuando se ofende no le gusta para nada salir. Aunque podemos tratar de razonar con el lago por si nos está escuchando pero creo que tendremos que meternos - carraspeó con cierta timidez, ruborizándose antes de decir con una graciosa dignidad -. Mytle, ¿nos escuchas? Queremos hablar contigo, Myrtle.

Ni que estuviera invocando a los muertos....Bueno, en cierto modo...

Kegan miró con curiosidad. No era gente lo que tuviese mucha confianza, con Aled y Anwen apenas si había hablado para algo y el otro… ¿Scott había dicho Mia? Ni si quiera sabía quién era, lo que eraba claro es que todos eran Slytherin, aunque la curiosidad le pudo y preguntó por la situación.

- ¿Ha ocurrido algo? Mia y yo podemos ayudar en lo que haga falta - dijo con su mejor cara, aunque la relación de sus casas no fuese de las mejores, personalmente no tenía nada en contra de los Slytherin, así que no tenía ningún problema con tratar con alguno de ellos.

Llegamos a los baños de Myrtle la Llorona y estaba Starks poniendo orden, nos dejó entrar, bueno, a An no se lo podía prohibir y vimos todo lo que la explosión había provocado. Uno de los lavabos estaba destrozado y había un hueco, la entrada a la cámara de los secretos. Me agaché, con cuidado de no tocar nada, para mirar bien.

Myrtle? llamé a aquél fantasma aunque sabía que era poco probable que estuviera allí. estás aquí?

Dos cabezas aparecieron por la ventana, Mia y Kegan. Los saludé con un leve movimiento de cabeza y dejé que fuera la prefecta quién se ocupara de contar lo que ella considerase oportuno.

fue entonces cuando Kegan nos ofreció ayuda. por casualidad no habréis visto a Myrtle, verdad?

Ni rastro de Myrtle. Ni siquiera contestó a la llamada de Williams.

Ni rastro de Myrtle. A lo mejor estaban demasiado lejos para que las escuchara. O a lo mejor simplemente no estaba por allí.

Entrecerró los ojos ante la respuesta de Emily, pero no dijo nada al respecto. Se limitó a mirarla y hacer una mueca de "ni idea" cuando le hizo la última pregunta.

- Dijo que le avisase. He pensado...- se le daba bien ponerse en el lugar de las personas. Otra de las características de un buen auror era ser capaz de ponerse en la mente pensante del enemigo. En este caso Emily no era ninguna enemiga o rival, pero sí que quería comprenderla y hacerla sentir bien- que podía dárosla juntas. Ella después tendría guardia. Ya me encargaría yo de hacer que coincidieran. Y así tú y yo podríamos pasar un buen rato juntos.- disfrutaba con las clases particulares a Emily. Ya incluso antes de que ocurriera lo inevitable se lo pasaba genial con ella y su potencial. Y no iba a ser menos desde que estaban juntos.- ¿Qué opinas tú?