Partida Rol por web

Varag se despertó de golpe. Algo iba mal. Agarró la daga que tenia en la mesilla de noche y se quedó atento, escuchando. Nada. Era noche cerrada, y el pueblo dormía. Husmeó. Nada estaba fuera de lo común salvo por el olor a hoguera. Hoguera? De un brinco, el orco saltó de la cama y abrió la ventana del Albergue de par en par. A apenas 40 metros, en el centro del pueblo, se veia como el tejado de la biblioteca estaba empezando a arder.

Fuego! - pensó. Se habría escapado los elfos? Estaban siendo atacados por los servidores de la Oscuridad? Sin tiempo de ponerse la armadura, corrió escaleras abajo y ya en la calle empezó a gritar para despertar al pueblo.

FUEGO! FUEGO! Se quema la biblioteca! - la noche traia una brisa que podría extender el fuego a los edificios colindantes. Creyo ver una pequeña sombra que se alejaba por los tejados pero cuando miró habia desaparecido

La siguiente hora fue frenética. Organizar al pueblo y la guardia para hacer cadenas humanas para llevar el agua. Sacar las cosas de valor de la biblioteca y todos los libros demasiado cerca del fuego para evitar una desgracia. Aguantar al viejo. Sacar al viejo varias veces cuando entraba a rescatar este o aquel manuscrito. En fin, una paliza. El orco trabajó de forma incansable, como solía, motivado solamente por su impulso de conseguir que la mision fuese un exito. Un pueblo calcinado, claramente, no entraba en esa definición.

Cuando consiguieron apagar el fuego y estaban limpiando los escombros de lo que no se habia podido salvar (que, gracias a la rápida reacción del orco, habia sido muy poco y podría ser reconstruido rápido) Varag vió lo que habia causado el fuego: Varias cabezas de flechas incendiarias. Todos los elfos estaban en la carcel o demasiado debiles para semejante acto con lo que, con un escalofrio, al orco le vino a la mente la imagen de Alice Saddler. Con cuidado de que nadie se diese cuenta, escondió las flechas. Con suerte, el pueblo pensaría que habia sido algo fortuito.

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A la mañana siguiente cuando el grupo se disponía a partir, Varag se acercó a Norm. 

Norm, el pueblo es como una caldera a presión. Temo que si no dejamos a nadie controlando las cosas, le pueda pasar algo a los elfos mientras estamos fuera. - le dijo. Lo habia meditado durante la noche y no tenia dudas de que mucha gente querria echarle la culpa de la catastrofe a los elfos, aunque solo fuese porque "traian mala suerte" - Me quedaré aqui mientras investigais el cementerio, asegurandome de que todo se mantenga civilizado. Rybalka necesita todos los aliados que sea posible, tanto estos elfos como los vikmordere. 

Luego se dirigió a Flog

Flog, podemos hablar un momento? - le dijo

Varag gritaba... Norm despertó. ¿Qué le pasa ahora? Y salió sólo con su arco y espada. ¡Un incendio!

En calzones, pensó en ayudar, pero luego se lo pensó mejor. Corrió a por Abot, le agarró dormido y despertándole, le llevó a toda prisa hacia el incendio. Como si pesara menos que un niño. 

—¡Tranquilo, no pasa nada! Sólo se queman unos papeluchos y alguien podría resultar herido—dijo depositándole a él y a su odre de agua a unos metros del fuego— luego señaló las llamas. ¡Agua! —El orco era estúpido y se dedicaba a hacer nosequé cosas cuando tenían una jodida corriente de agua portátil. 

Norm, el pueblo es como una caldera a presión. Temo que si no dejamos a nadie controlando las cosas, le pueda pasar algo a los elfos mientras estamos fuera. - le dijo. Lo habia meditado durante la noche y no tenia dudas de que mucha gente querria echarle la culpa de la catastrofe a los elfos, aunque solo fuese porque "traian mala suerte" - Me quedaré aqui mientras investigais el cementerio, asegurandome de que todo se mantenga civilizado. Rybalka necesita todos los aliados que sea posible, tanto estos elfos como los vikmordere. 

—Tiene sentido, pero preferiría dejar a Flog, me parece mucho más responsable y menos capaz de liarla. Pero si sé algo es que cuando se te mete algo en la cabeza nada hace que cambies de opinión, asi que te quedarías tú también...

Suspiró —Sea. Veremos si queda algo del pueblo cuando volvamos. Te deseo la mejor de las suertes —Y que te crezca medio cerebro...

Flog. - le dijo cuando estuvieron a solas - Has pasado tanto tiempo en el norte como para olvidar el Lema? "No haré nada que deshonre  a los Exploradores, o que traiga daño injusto a aquellos que estos protegen y sirven." - le enseñó las cabezas de las flechas. - No quería decirlo con el resto porque se que a Norm le partiría el corazón. Estamos aqui para proteger a esta gente, Flog. No para tomar cada pequeño insulto y convertirlo en un acto de guerra. Nos conocemos desde hace muchos años. Sé que eres un Explorador valiente, honesto y que darias tu vida luchando contra la Llama y la Oscuridad. Hemos sangrado juntos. Nos salvaste de morir esclavizados. Sé que eres mejor que esto, Flog. Por eso te voy a dar otra oportunidad.  - el orco dejó unos segundos para que el goblin procesase toda la información. - Mira a tu alrededor, Flog. Crees que tienen una minima oportunidad sin nosotros? Crees que la tiene Cavar sin la ayuda de los Reinos del Sur? Tenemos que conseguir que esto sea un exito, amigo. Por el futuro de Shaintar. Prometeme que no volveras a poner en peligro la mision.

Flogdegnurt lamentó ver como su plan se había visto frustrado gracias a Varag. Obviamente, no podía reprocharle nada. El orco había hecho bien su trabajo, tanto en la extinción del incendio como en la investigación del mismo. Las flechas le delataban*. Ni siquiera lo había pensado.

-Flogdegnurt ez juzto como ezto, no mejor. Juri mala perzona. Él necezita ezcarmiento, zolo quiere zuz libroz. Zin libroz, quizá ze preocupe de perzonaz. Nadie maz zufre daño. Ezploradorez no comprometidoz en ezto. Nadie zabe. Mizión no peligro. Mañana vamoz a ver Vikmordere y recuperamoz Manipuar.  Nada tiene que ver. 
 

—Tiene sentido, pero preferiría dejar a Flog, me parece mucho más responsable y menos capaz de liarla. Pero si sé algo es que cuando se te mete algo en la cabeza nada hace que cambies de opinión, asi que te quedarías tú también...

Suspiró —Sea. Veremos si queda algo del pueblo cuando volvamos. Te deseo la mejor de las suertes —Y que te crezca medio cerebro...

El orco carraspeó cuando el arquero mencionó a Flog, pero no dijo nada.

Gracias, Norm. Yo a vosotros tambien.  Sé que lo conseguireis - le dijo ignorando la mano del humano y dandole ungran abrazo.

-Flogdegnurt ez juzto como ezto, no mejor. Juri mala perzona. Él necezita ezcarmiento, zolo quiere zuz libroz. Zin libroz, quizá ze preocupe de perzonaz. Nadie maz zufre daño. Ezploradorez no comprometidoz en ezto. Nadie zabe. Mizión no peligro. Mañana vamoz a ver Vikmordere y recuperamoz Manipuar.  Nada tiene que ver. 

Flog, la misión es demostrar que el Estado de Cavar y los Exploradores pueden trabajar juntos y hacer que Rybalka prospere sin el imperio. - le explicó, pacientemente -  Por lo visto ahora tendremos que matar a hordas de elfos no muertos para conseguirlo - reflexionó pero volvió al tema - pero conseguir que el pueblo viva en paz con sus vecinos tambien es crítico. El viejo bibliotecario puede ser un cascarrabias pero eso no significa que tengas que quemarle la casa! 

-Zí, zignifica-digo Flogdegnurt-Vecinoz no importan a viejo. Viejo no importa a vecinoz. Tu no importes viejo. Hay cozaz máz importantez. Elfoz muertoz importantez.

-Zí, zignifica-digo Flogdegnurt-Vecinoz no importan a viejo. Viejo no importa a vecinoz. Tu no importes viejo. Hay cozaz máz importantez. Elfoz muertoz importantez.

El orco se llevó la mano a la sien. Estaba claro que tenia que hacerlo mas sencillo. Se arrodilló junto a su amigo.

Flog, no mates a nadie en Rybalka a menos que sea un enemigo. No quemes ningun edificio. Esta gente seran más o menos idiotas - y el orco estaba de acuerdo que el viejo era idiota - pero no son enemigos. Puedes hacer eso?

-Yo puedo. Yo zé; ciudadanoz de Rybalka no zon enemigoz-dijo Flogdegnurt-Excepto Juri. Juri enemigo Pero no maté Juri. Zolo quemé biblioteca. Nozotroz cuentas juztas. En paz. Tú tranquilo. Yo no quemo máz cazaz. 

Flogdegnurt enseñó una amplia sonrisa y guiñó un ojo, dando a entender a Varag que podía confiar en él.